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Pedro Francke, el ilusionista

Pedro Francke, el ilusionista

Jaime de Althaus
Para
Lampadia

En artículo publicado en El Comercio, el ministro de Economía, Pedro Francke, se muestra entusiasmado por el crecimiento de 13% del año pasado, superior a lo previsto, y lo atribuye no solo al “rebote esperado tras un año de pandemia”, sino a “las medidas tomadas para reactivar la economía” por el gobierno de Pedro Castillo.

Sin duda debemos alegrarnos de haber recuperado y superado los niveles de producción prepandemia. El problema es que ese dinamismo es producto de factores extraños a la política del gobierno, que más bien está haciendo todos los esfuerzos por apagar esa recuperación, lo que ya se manifiesta en la declinación de los últimos meses, como vamos a ver. 

Hemos crecido más de lo esperado debido a los programas Reactiva del 2020 y parte del 2021, y a los precios de los minerales, un formidable viento de cola que ha ayudado a generar ingresos fiscales y ha irrigado diversas actividades en el país. Pero, pese a ello, las expectativas se han vuelto negativas debido al desastre gubernamental y a la incertidumbre respecto del futuro del país. 

Apunta Francke, como prueba dura de su tesis, que la inversión privada creció 13% por encima del 2019. Es verdad, pero, como decimos, las expectativas empresariales eran positivas hasta abril o mayo del año pasado, y expectativas positivas se reflejan en inversión seis meses después. Por eso es que ya en octubre la inversión privada empieza a encogerse (ver cuadro) y el IPE proyecta que el 2022 será negativa en -9%. 

 

Elaboración: IPE

 

Este repliegue de la inversión privada se expresa en una caída del ingreso promedio de la población de Lima Metropolitana respecto del 2019, luego de que se venía recuperando. Lo podemos ver en el siguiente cuadro:

 

Fuente: INEI. Elaboración propia

 

Estas cifras incluyen el sector informal, donde la caída es aun mayor y la distancia respecto del 2019 muy grande. Los ingresos de los informales están muy lejos de recuperarse. Son los más golpeados:

 

Fuente: IPE

 

Pero aun en el sector formal se observa ingresos decrecientes en los últimos meses: 

 

Fuente: BCRP, / Planilla Electrónica

 

Al mismo tiempo que, para desaliento y desesperanza del pueblo, los ingresos vuelven a caer, la inflación bate récords. Con 6.4% el 2021, es la más alta de los últimos 13 años, y más alta aun para los estratos de menores ingresos y para varias ciudades del interior. 

  • Parte importante de la inflación ha sido generada por la incertidumbre política, que disparó el dólar. 

  • En lugar de eliminar esa incertidumbre para aplacar la subida de precios y reactivar la inversión, sin costo alguno para el Estado, el ministro Francke ofreció el bono Yanapay para atenuar sus efectos, 

  • Para lo que tuvo ampliar el presupuesto mediante decretos de urgencia, atentando contra la institucionalidad fiscal, tal como ha sancionado el Consejo Fiscal. 

  • Y ha convalidado en la ley de Presupuesto incrementos salariales de los estatales mediante negociación colectiva, sin control del MEF. Una bomba de tiempo fiscal.  

Francke ofrece una prueba más de la causa eficiente de sus políticas: “…el alto nivel de inversión pública, que superó los 39 mil millones de soles, creciendo 38% y superando en más de 6 mil millones de soles al anterior récord del 2018”. Si, pero lo que no dice es que ese resultado se gestó en los meses anteriores al gobierno de Castillo. Como podemos ver en el siguiente cuadro publicado por Gestión, en los tres últimos meses del año el crecimiento de la inversión pública ha sido negativo. 

 

 

Preocupa, entonces, la capacidad de auto engaño del ministro Francke. Aunque es difícil pensar que no conozca estas cifras. No sería auto engaño, sino engaño a secas. Quiere persuadirnos de que estamos avanzando a toda vela y asegura que vamos a crecer este año aceleradamente gracias a que van a “insistir en promover la inversión privada”, lo que estaría muy bien. Pero, ¿cómo? Con “soluciones dialogadas” en Las Bambas -luego de haber permitido un bloqueo extorsivo que durara 36 días y que podría reanudarse a partir del 18 de este mes-, y con “mesas ejecutivas”, para activar nuevos motores en la economía y destrabar sectores clave.

Lo de las mesas ejecutivas es muy positivo,  y ojalá funcione eficientemente. Pero la mejor política económica para reactivar la inversión y volver a crecer a tasas altas, amainar los precios, generar empleo y subir ingresos, es sencillamente eliminar, repetimos, la incertidumbre política. Para ello bastaría con que el presidente Castillo promulgue la ley que reafirma el artículo 206 de la Constitución, que indicaría que abandona la idea de la asamblea constituyente, y nombre ministros capaces en las carteras clave. Comenzando por Energía y Minas. 

Pero, me temo, ese sería otro gobierno. Lampadia




No se puede jugar con la riqueza de los peruanos

No se puede jugar con la riqueza de los peruanos

Hoy volvemos a públicar el artículo: Aporte a la economía peruana – Proyecto de Camisea, publicado en el mes de diciembre pasado.

Dado que el gobierno ha anunciado en boca del primer ministro la torpe decisión de eventualmente intervenir todo el desarrollo de Camisea hasta la distribución del gas en las ciudades.

Esta es una propuesta absolutamente absurda y contraproducente, puede terminar costándonos a todos los peruanos US$ 30 mil millones en reclamaciones internacionales y paralizar absolutamente lo que queda de inversión privada, condenando a los peruanos a niveles de pobreza que habíamos logrado superar con nuestra incipiente economía de mercado, la inversión de peruanos y la inversión de extranjeros.

Vamos a tener que organizarnos para evitar que se puedan llevar a la práctica este tipo de medidas. La constitución y las leyes nos amparan y tenemos que hacer uso de todas las prerrogativas ciudadanas para cuidar la salud de la república.

Seguidamente el artículo de Lampadia publicado:

Un proyecto que demoró 20 años en ver la luz, por la oposición ciega de nuestras izquierdas retrógradas, ha permitido grandes beneficios para el Perú. El mayor beneficio ha sido el contar con combustibles más económicos y de mejor calidad que los que lográbamos quemando petróleo residual y Diesel. Además, el desarrollo del proyecto ayudó a generar un crecimiento de tasas asiáticas en la región del Cusco, el mayor centro de oposición al proyecto.

Ver en LampadiaCajamarca tiene que aprender la lección de Camisea – Cusco bate todos los records de crecimientoVer el crecimiento acumulado de Cusco entre el 2001 y 2013:

Los motivos del crecimiento de Cusco se deben principalmente a la inversión privada, el gas de Camisea y el turismo. Las proyecciones de crecimiento de la Cámara de Turismo del Cusco (CARTUC) para el 2014 señalan una cifra  aproximada de cuatro millones de turistas que ingresarán a la región; con lo cual se prevé que siga este extraordinario avance del sector.(Ver en Lampadia (L): Cusco, te busco).

La explotación del gas natural de Camisea ha sido decisiva en el extraordinario crecimiento de Cusco. Este proyecto, que debió iniciarse a mediados de los años 80, se postergó 20 años en entrar en producción por la absurda oposición  de la izquierda. En especial de los cusqueños liderados por el entonces alcalde, Daniel Estrada, quien recibió el respaldo de Alan García (primer gobierno). Sí el proyecto se hubiera realizado en esa época las condiciones sociales y económicas de la región serían inmensamente mejores a las de hoy.

El desarrollo del proyecto de Camisea, una de las inversiones más grandes de la historia del Perú, originó un cambio importante en la matriz energética del país, y generó grandes ahorros de costos operativos en distintos sectores.

  • La sustitución de combustibles, permitió que entre 2004 y 2019, los usuarios del gas natural ahorraran US$ 100,631 millones.
  • El sector más beneficiado fue el eléctrico. El 40% de la energía eléctrica se genera en base al gas natural de Camisea, que es 57% más económico que la gasolina y 50% más que el diésel.
  • El sector del transporte también tuvo importantes ventajas en la sustitución de diésel y gasolinas por Gas Natural Vehicular (GNV).

Ningún proyecto de inversión privada ha generado nunca, ahorros parecidos a los logrados con el desarrollo del proyecto de Camisea. Según Macroconsult, los ahorros generados por el uso del gas natural de Camisea fueron:

  • Ahorro en el sistema eléctrico

Entre 2004 y 2019, se estima que se generaron ahorros por más de US$ 77 mil millones.

  • Ahorro en transporte

Desde el 2004 el uso de GNV contribuyó a un ahorro de US$ 11,542 millones.

  • Industria y comercios medianos

El uso del gas contribuyó al ahorro de US$ 8,312 millones en industrias y comercios de tamaño mediano.

  • Grandes industrias

El ahorro en las grandes industrias manufactureras, especialmente en las de cemento y cerámica, fue de US$ 2,930 millones.

  • Clientes residenciales

En los últimos 15 años, el ahorro generado para clientes residenciales fue de US$ 419 millones de dólares.

Para mayor información sobre este importante proyecto, recomendamos ver el informe de Osinergmin a los diez años de Camisea:

https://www.osinergmin.gob.pe/seccion/centro_documental/Institucional/Estudios_Economicos/Libros/Anexos-industria-gasnatural-Peru.pdf




El ‘Pueblo’ quiere estar más integrado al mundo

El ‘Pueblo’ quiere estar más integrado al mundo

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Un estudio de “Opinión mundial sobre la globalización y el comercio internacional 2021” (Ipsos Global Advisor, en 25 países, por encargo del World Economic Forum), demuestra que los peruanos sí hemos aprendido de nuestra experiencia de los últimos 25 años, en que el comercio internacional, la inversión extranjera y la globalización, nos ayudaron a prosperar, bajando la pobreza, la desigualdad y formando una pujante clase media.

El Perú está a favor de más comercio internacional, más inversión extranjera y más globalización

Contrariando la narrativa política, académica y mediática de todas nuestras izquierdas, y especialmente la del gobierno de Perú Libre, Castillo y Cerrón, los peruanos, que no somos tontos, sabemos que solo podemos progresar creando riqueza, y que ésta no se crea cerrando la economía, sino integrándonos al mundo.

El 87% de nuestra población considera que expandir el comercio internacional es bueno. 

Como veremos en los siguientes cuadros, estos indicadores muestran que, a nivel mundial, somos los que más favorecemos el comercio, la inversión extranjera y la globalización.

No deja de haber un 46% de los peruanos que prefieren más barreras comerciales que limiten la importación de bienes y servicios extranjeros.

En el mundo 75% piensa que la expansión de comercio es buena, pero en el Perú esta consideración llega al 87%.

Veamos la tabla que muestra cómo el Perú destaca a nivel mundial, en comparación con países de todo el mundo, de América Latina, Europa, Asia y Africa.

El Perú es el país más favorable al comercio en el mundo:

El 73% cree que la inversión extranjera es esencial para nuestro desarrollo:

El 63% considera que la globalización es buena para el país:

Sin embargo, estando entre los más favorables a la globalización, en el Perú, desde 2019, este indicador ha disminuido en 17 puntos, mientras el promedio de 23 países lo hizo en 10 puntos.  

Globalmente, un promedio de 37% piensa que debería haber más barreras comerciales para limitar la importación de bienes y servicios extranjeros en su país vs. 27% que está en desacuerdo. En el Perú los datos son de 46% vs. 24%.

Los dos siguientes cuadros muestran el nivel de resistencia a la globalización.

Ver el estudio de IPSOS en el siguiente enlace: https://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/00a72-opinion-mundial-sobre-la-globalizacion-y-el-comercio-internacional-en-2021.pdf.

Estos datos confirman los análisis que hemos producido recientemente en Lampadia para defender la presencia estructural de un pensamiento más moderno entre los peruanos. Veamos:

Los peruanos no queremos un país marxista, leninista, maoista ni mariateguista. Los peruanos sabemos que para prosperar tenemos que ser libres, ser ciudadanos del mundo y que nuestros gobiernos nos dejen trabajar. Lampadia




El gato de despensero

El gato de despensero

EDITORIAL DE LAMPADIA
Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Por más increíble que resulte, el diario La República aprovecha su posición de unidad de ‘fact checking’ en el programa de verificación de datos de Facebook en el Perú, para censurar la información que no los acompaña en su manejo informativo.

En Lampadia hemos publicado, hace un par de días, un informe sobre el balance económico presentado por el ministro de Economía, Waldo Mendoza. En este informe hemos reproducido las láminas del ministro y hemos criticado la información referente a la presión tributaria, contrastándola con información del Fondo Monetario Internacional, que presenta datos diferentes.

Además, hemos mostrado la incidencia de la recaudación tributaria en las empresas formales, que es sustancialmente mayor que la presión tributaria de nuestros socios en la Alianza del Pacífico.

Pues bien, La República, a través de su unidad de fact checking, ha rechazado la promoción de nuestro artículo en dos ocasiones.

Evidentemente, nuestro análisis ha sido respetuoso, objetivo y sustentado en fuentes serias. No hay nada que pueda justificar el rechazo de nuestra publicación, excepto el abuso de La República, haciendo un mal uso de su encargo técnico por parte de Facebook.

Esta es pues otra perla del pésimo manejo periodístico de La República, que muchas veces parece más un órgano de difusión política, que un medio de información.

Aprovechamos de nuestro rechazo a estas acciones poco serias, para reiterar nuestro entendido de lo que hemos titulado: El nuevo paradigma del periodismo – Veracidad antes que Neutralidad. Donde Christiane Amanpour, premiada por su periodismo de gran calidad, dice: “Creo en ser veraz, no neutral”.

Exigimos a La República, las disculpas del caso y la rectificación de su acto anti periodístico.

Ver líneas abajo,

  • la imagen de Facebook que muestra el rechazo de nuestra publicación
  • el enlace a nuestro artículo
  • los tuits de Jaime de Althaus y míos sobre el incidente
  • una nota sobre el rol de La República como fact checking
  • la explicación de Facebook sobre el propósito de su modelo de control de contenidos, que está referido a noticias falsas y maliciosas

Ver artículo de Lampadia censurado por La República en representación de Facebook:

La economía peruana La Visión del MEF

Facebook tiene un programa de verificación de datos a nivel mundial. En cada país busca uno a más partners, usualmente medios de comunicación que soporten esta iniciativa. A nivel regional tienen como partner a la agencia AFP. La unidad de fact checking del diario La República es la única incluida por Facebook en su programa de verificación de datos en el Perú.

Verificación de datos en Facebook

https://www.facebook.com/business/help/2593586717571940

Información general

Nos comprometemos a luchar contra la difusión de información errónea en Facebook e Instagram. En muchos países y regiones, trabajamos con organizaciones de verificación de datos independientes certificadas mediante la International Fact-Checking Network (IFCN), una red internacional de verificación de datos imparcial, a fin de identificar y revisar este contenido, además de tomar medidas con respecto a él. Obtén más información sobre nuestras asociaciones aquí y sobre los elementos de nuestro programa a continuación.

El objetivo de este programa de verificación de datos es identificar y abordar los casos de información errónea viral, especialmente los engaños evidentes que no están basados en hechos. Los socios de verificación de datos priorizan las afirmaciones que pueda demostrarse que son falsas, especialmente las que sean oportunas o constituyan tendencias, además de las que sean importantes para la persona promedio.

Los socios de verificación de datos no priorizan las afirmaciones irrelevantes ni aquellas que contengan inexactitudes menores. Además, el programa no tiene como propósito interferir con la expresión, las opiniones o el debate individuales, el contenido humorístico o claramente satírico, ni las disputas empresariales.

Cómo funciona el programa

Nuestro programa incluye varios pasos clave:

  • Identificar noticias falsas: identificamos posible información errónea por medio de señales, como los comentarios de personas en Facebook, y mostramos el contenido a los verificadores de datos. Los verificadores de datos también pueden detectar por su cuenta contenido para revisar.
  • Revisar el contenido: los verificadores de datos revisan el contenido, verifican la información y califican su veracidad. Esto sucede independientemente de Facebook y podría implicar llamar a fuentes, consultar datos públicos, autenticar videos e imágenes, y mucho más.
  • Etiquetar información errónea e informar a los usuarios sobre ella: aplicamos una etiqueta al contenido que revisaron los socios de verificación de datos para que las personas puedan leer contenido adicional. También notificamos a las personas antes de que intenten compartir este contenido, y a las personas que lo compartieron anteriormente.
  • Garantizar que menos personas vean información errónea: una vez que un verificador de datos califica contenido como “Falso”, “Modificado” o “Parcialmente falso”, aparece más abajo en la sección de noticias, se lo filtra de la sección “Explorar” en Instagram y aparece con menos frecuencia en el feed y las historias. Eso reduce significativamente la cantidad de personas que lo ven. También rechazamos anuncios con contenido que hayan calificado los verificadores de datos.
  • Tomamos medidas contra los reincidentes: las páginas y los sitios web que comparten información errónea de manera reiterada, que se califica como contenido “Falso” o “Modificado”, son objeto de algunas restricciones, como la reducción de su distribución. También se les puede quitar la capacidad de monetizar, anunciar y registrarse como páginas de noticias durante un período determinado.

Lampadia




La Visión del MEF

La Visión del MEF

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Líneas abajo publicamos partes del ‘Balance de Gestión’ del ministro de Economía, Waldo Mendoza. Nos parece importante compartir con nuestros lectores varios de sus gráficos, que consideramos adecuados.

Sin embargo, como se puede apreciar más abajo, no coincidimos con la información que presenta el ministro sobre la presión tributaria. Uno de los caballitos de batalla de los enemigos de nuestra economía de mercado es la narrativa de que el Perú no tiene suficientes recursos fiscales. 

No nos olvidemos que los recursos que necesitamos para afrontar los retos del desarrollo están esperando, fundamentalmente, en el crecimiento de la economía.

Veamos algunos de sus cuadros:

A pesar de haber desperdiciado muchas oportunidades de crecimiento, la performance económica del Perú desde el año 2000, ha sido la mejor de la región.

Igual es en el caso de la inflación. Después del desastre de la hiperinflación que se inició en la dictadura militar de izquierda en los años 70, y que terminó a principios de los años 90 con la nueva Constitución, que estableció la autonomía del Banco Central, los peruanos aprendimos a mantener la estabilidad macroeconómica.

El regreso de la inversión extranjera, el crecimiento de la economía y la generación de recursos fiscales, permitieron que bajáramos la deuda externa de 89% del PBI a menos de 20%. Sin embargo, desde el gobierno de Humala empezó a subir nuevamente, disparándose a 35% con la pandemia.

Pero el avance en los temas macroeconómicos no fue acompañado de desarrollos en salud, infraestructuras, instituciones y otras. Hubo recursos, pero también mala gestión,  corrupción y falta de visión. Veamos el ranking del World Economic Forum.

Ya durante la pandemia, en la que el gobierno de Vizcarra generó una innecesaria crisis múltiple: sanitaria, económica, social y política; gracias a la visión y responsabilidad de Julio Velarde, como presidente del BCR, se pudo desarrollar un audaz programa crediticio que evitó el corte de la cadena de pagos. El programa más importante fue el llamado Reactiva Perú, que en contra de las mentiras de los grupos de izquierda, llegó a más de 500 mil empresas, la mayoría de ellas Mypes.

Viendo hacia el futuro, el MEF estima una recuperación importante de la economía. Sin embargo, con el acceso de Perú Libre y sus socios al gobierno, es muy probable, dadas sus propuestas, que estos indicadores no se puedan dar.

Otro tema importante, donde se está creando una narrativa descalificadora de la economía peruana, es el de la presión tributaria. En la siguiente gráfica, el propio ministro afirma que la presión tributaria habría bajado hasta 13% del PBI.

Sin embargo, el mismo ministro muestra que los ingresos del gobierno general, un indicador más realista, son de 19.9%.

Pero en el documento: PERÚ 2021 ARTICLE CONSULTATION – PRESS RELEASE; STAFF REPORT; AND STATEMENT BY EXECUTIVE DIRECTOR FOR PERÚ, del FMI, se dice que el NFPS Revenue (Non Financial Public Sector Revenue), o Ingresos no Financieros del sector público, fueron de 24.8% del PBI el 2019, y 22.1% el 2020.

Personalmente he podido comprobar que la información sobre los ingresos del Estado se está distorsionando, aparentemente para justificar eventuales incrementos de impuestos. Algo que, en las actuales circunstancias, sería una barbaridad.

Pero esa no es la única distorsión que se está creando. Los recursos fiscales los generan las empresas privadas formales, y estas sufren de sobrecargas tributarias que son las mayores de todos los países de la Alianza del Pacífico, como podemos ver en el siguiente cuadro.

Algo que el ministro destaca adecuadamente, es la identificación de los motores de la economía, la minería y las agroexportaciones, los dos sectores atacados por el populismo de izquierda.

También destaca los motores que debemos consolidar, como la acuicultura, el sector forestal y el turismo.

Ver el Power Point del MEF en el siguiente enlace:

https://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/238d5-mef-balance-de-gestio-n-12.07.pdf

Lampadia




El futuro esquivo

El futuro esquivo

La economía peruana de 2013 al 2020

Roberto Abusada Salah
Instituto Peruano de Economía
Fundación M. J. Bustamante De la Fuente
Mayo, 2021
Glosado y comentado por Pablo Bustamante Pardo, Director de Lampadia

En momentos en que nuestra manera de ver la economía peruana está en la agenda política del próximo gobierno, Roberto Abusada Salah nos regala sus reflexiones sobre los fundamentos de nuestra economía, desde cuatro perspectivas complementarias:

  • Sin crecimiento no hay futuro
  • El factor confianza
  • La tentación del estatismo
  • Impacto de las instituciones

Líneas abajo presentamos el prólogo de Raúl Mendoza Cánepa, el capítulo con el que Roberto inicia sus reflexiones: Ese “maldito modelo económico”, la estructura de contenidos y el enlace al PDF del libro.

Hoy más que nunca, que enfrentamos la eventualidad de tener que enfrentar propuestas descabelladas sobre el manejo de nuestra economía, debemos revisar los fundamentos económicos que generan crecimiento y bienestar general.

Muchos de nuestros ciudadanos, frustrados con la multi-crisis sanitaria, económica, social y política, creada por el desastroso gobierno de Vizcarra, han perdido confianza en nuestros líderes y en el futuro, y en medio de una compulsa electoral esencialmente populista, están muy confundidos sobre lo que es bueno y malo, y se ha nublado el entendimiento de las relaciones causa-efecto en las políticas públicas.

El Perú debiera tener una base conceptual sólida sobre dichas disyuntivas. Hemos pasado, en 30 años, de políticas que nos empobrecieron, a las que nos hicieron crecer, reducir la pobreza, bajar la desigualdad y mejorar los ingresos en el sector urbano y rural. Sin embargo, las narrativas anti economía de mercado repetidas a lo largo de los últimos años, y la ausencia de comunicaciones asertivas sobre nuestro procesos económicos y sociales, por parte de todos los gobiernos y de los empresarios -los líderes de la gran recuperación de nuestra economía-, han socavado nuestro entendimiento.

Hemos permitido que la muy mala gestión de los servicios públicos, especialmente en salud y educación, más la ineficiencia de la gran mayoría de los gobiernos regionales y locales y, sobre todo, su generalizada y profunda corrupción, hayan malogrado el éxito de la gran recuperación del país, desde la condición de Estado-Fallido en la que nos encontrábamos en 1990.

No hemos sabido defender a nuestros pobres, para quienes la mala calidad de los servicios públicos ha sido decisiva para malograrles su calidad de vida y su entendimiento sobre las líneas maestras de la prosperidad. 

Por todas estas razones, el libro de Roberto Abusada -propulsor de la apertura económica y uno de los grandes reformadores de nuestra economía-, representa un magnífico aporte para iluminar nuestro pensamiento y acciones en la esquiva tarea de construir un futuro mejor para todos los peruanos.

1. Prólogo

Raúl Mendoza Cánepa
Febrero de 2021

El economista Roberto Abusada Salah, a través de los artículos que publicó en el diario El Comercio entre el 2013 y 2020, nos ofrece las claves del crecimiento y desarrollo económico, advirtiendo desde antes que los grandes indicadores económicos podrían revertir si es que las deficiencias institucionales, las malas decisiones políticas y las trabas a la inversión privada prevalecían a la sensatez que permitió al Perú crecer durante los años anteriores. Los terribles resultados económicos a partir de la pandemia tan solo refuerzan su punto.

El auge económico desde 1993 al 2013, nos demuestra Abusada, no se debió solo al incremento de los precios internacionales de los minerales, sino a una buena política económica. Solo en el decenio que terminó en el 2013, el crecimiento del Perú se basó fundamentalmente en un fuerte desarrollo de la inversión privada, que aumentó a una tasa promedio anual de 13.7%, y en exportaciones que aumentaron al 5.6% por año. Sin embargo, la ausencia de voluntad política e iniciativas de reformas institucionales permitieron que germinaran aquellos factores que desacelerarían finalmente el crecimiento. El presidente Ollanta Humala esgrimía un discurso que, pese a la línea de auge, llamaba absurdamente al pesimismo y a la desconfianza de los empresarios. Un modelo económico de libre empresa requiere de un liderazgo anímico, de uno que estimule a crear, emprender y creer. No hay progreso sin fe.

Cada año que transcurría desde 2013 hasta 2020 se registraba una corriente de pesimismo desde Palacio. Para el presidente Humala, gobernar era construir programas sociales y no perseverar en un modelo económico probadamente exitoso que nos consolidara como país en el siglo XXI. Los márgenes de pobreza se redujeron en el recuento global desde hace más de dos décadas, colocando al Perú en la vía del desarrollo, pero algunos baches en los liderazgos políticos contrarrestaron ese sueño inicial. De allí el título del libro, “El futuro esquivo”. Lo previsible años atrás era que los indicadores en azul se mantuvieran y que al Bicentenario el Perú creciera a un ritmo de 6%, la pobreza se redujera aún más, el empleo se incrementara, la informalidad se diluyera…pero… ese futuro no fue.

Hasta 2013 el Perú creció, en promedio, 5.4%, pero desde aquel año hasta 2019, el crecimiento promedio del país no llegó al 3%. No es que un punto o dos sean poco. Un punto del PBI adicional de crecimiento nos puede dar varias decenas de miles de trabajos formales cada año. En 2020, la contracción de aproximadamente 11% destruyó parte del tejido productivo e hizo mucho más importante que antes volver a marcar claramente una ruta de crecimiento sostenido.

Cada año ingresan al mercado laboral peruano unos 300,000 jóvenes. Por ejemplo, el 2017 no fue un mal año en el análisis comparativo mundial, pues crecimos 2.5%. Pero ¿cuántos empleos formales se crearon? Lo resaltante es que desaparecieron muchos. Lo que se deduce es que a alrededor de 300,000 jóvenes, como explica Abusada, no les quedó más que optar por la informalidad o quedarse desempleados.

Dar luces de la ruta al crecimiento en la perspectiva del modelo, precisamente, es lo que busca Abusada. El principal impacto económico de la actual crisis podría no estar en la caída del 2020, sino en el golpe al crecimiento potencial de mediano y largo plazo. Diversas crisis históricas advierten sobre esta posibilidad. En esta compilación de artículos, advertirnos, ponernos en alerta, enrumbarnos, es el objetivo. Nos dice que el gobierno del 2011 se salió de la línea de un modelo que debía perfeccionar, no deformar…Y así, sin vueltas de página, la historia desde el 2013 hasta el 2020 siguió el curso menos deseado. Por eso y, tomando la frase del poeta de Cementerio Marino (Valery), ese futuro deseable, “ya no es lo que era”, no será aquel que creíamos antaño.

Las altas tasas de crecimiento y los generosos índices económicos y sociales entre 1993 y el 2012 nos señalaban ya un derrotero feliz, pero los nuevos actores estaban lejos del credo liberal porque el populismo atrae más a los políticos, trae más loas que crear riqueza con austeridad y sacrificios. Esos políticos no han extraído como enseñanza la experiencia histórica, esa que desde Singapur hasta Botswana (el milagro africano) nos dice que la mejor política social es siempre una buena política económica.

El autor opta por ordenar sus textos en cada capítulo por sub-acápites que explican qué es y cómo ocurre el crecimiento económico y los factores de desarrollo lento en el Perú desde el año 2013. Nos dice que sin crecimiento no hay futuro y luego analiza en los siguientes sub-acápites que ordenan el texto, los factores de coyuntura anual que contribuyeron a la ralentización: el factor confianza (básicamente, la desconfianza empresarial), la injerencia estatal y crecimiento del Estado, y el impacto del marco institucional en la desaceleración (tanto en regulaciones, costos laborales, trabas a la inversión minera, etc.).

Aún en momentos previos a la actual crisis, las reformas integrales permanecían en compás de espera, pese a los anuncios oficiales. Las estériles y mezquinas confrontaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo desde el resultado de las elecciones del 2016 pusieron la agenda en estas rencillas por cuotas de poder y la alejaron de los asuntos que realmente importaban para la competitividad y la mejora en la calidad de vida de los ciudadanos.

Los economistas, no menos que los inversionistas, se preguntan si es que hay la suficiente seguridad para emprender negocios en el Perú y si el crecimiento caerá más aún de lo que las expectativas iniciales nos sugerían en este libro. Quizás los políticos deberían entender mejor sobre el impacto de las instituciones en el crecimiento, pero ese es un tema que solo podríamos abordar en un texto académico básico que quizás alguna vez debamos apurar.

Mientras se reformula al veloz paso de los acontecimientos estas líneas, en el país se debaten -como tema de cualquier día- los mismos cimientos institucionales que nos permitieron empezar a cerrar, por fin, algunas de las enormes brechas económicas y sociales que arrastramos por décadas.

Uno de los temas que se debe abordar, por tal, es el de los costos que deben asumir los formales y el desincentivo de ser formal, el funcionamiento y costo de las instituciones, la infraestructura y la reforma política centrada en el principio de república y ciudadanía real. Construir una economía de mercado supone que en paralelo se construye ciudadanía e instituciones sin olvidar que allí donde el origen social desiguala, la educación iguala en oportunidades. Ocurre cuando la competitividad individual prima a los privilegios y cuando no existe otro criterio que el de la competencia y el talento para la movilidad social.

Otro tema es el de la descentralización, sobre el que cabe un énfasis. Conviene revisar el artículo de Abusada del 21 de febrero de 2019, en el que nos recuerda el fracaso de la regionalización tal como está planteada: “La descentralización como medio para acercar el Estado a la población a fin de proveerle mejores servicios y voz en el gobierno es uno de los fracasos más grandes que ha sufrido el Perú en las últimas dos décadas. No se crearon los espacios complementarios y viables regionalmente que se planearon en un inicio, y peor aún, la manera atropellada, equivocada y desaprensiva en la que se puso en marcha todo el proceso ha contribuido a deteriorar la gobernabilidad, retardando con ello el desarrollo del país. A la vez, se ha generado un enorme espacio para el dispendio de los recursos presupuestales, y con esto oportunidades para el conflicto, la disgregación y la corrupción”.

La falta de reformas no contribuye a la formación de un Estado para los ciudadanos, entendidos como tales y no como “pobladores”, términos que se suelen confundir en esta “república de habitantes”. La estructura ineficiente, elefantiásica, del Estado nunca fue tan obvia como durante los últimos meses, y nunca fue tan clara, por tanto, la urgencia de su reforma.

No solo es visible la poca capacidad de los sucesivos gobiernos para plantear una reforma integral del Estado, desde hace unos años, este (que sirve poco y mal) ha revertido el principio de austeridad, no solo recaudando menos sino abultando la planilla pública a favor de los allegados políticos.

La falta de disciplina tiene un costo con un correlato en desmedro de los ingresos de los pocos formales que tributan. En su primer artículo de 2012, Abusada dio la clarinada de alerta, en el que abre esta compilación (“Ese maldito modelo económico”, 2016) nos ofrece su posición de principios, de allí se entiende su interés en ubicarlo como una puerta a todos los demás. La historia por la que transcurren los siguientes artículos terminará siempre por darle la razón.

PS. La terrible pandemia de 2020-2021 destruyó las perspectivas de la línea de crecimiento, una “que nos acercara en pocos años al mundo desarrollado”. El desastre sanitario y económico nos descubrió las fallas estructurales, un Estado ineficiente para el manejo de crisis, una economía mayoritariamente informal y una precariedad e insuficiencia en los servicios estatales, que nos devuelven a una realidad que era fácil evadir a través de la ilusión que nos traía el progreso. Sin embargo, descubrimos también que el ahorro estatal y la disciplina fiscal durante dos décadas nos dio una ventaja que el mundo hoy reconoce. Allí, aún en la tragedia actual, está la mejor referencia de la solidez del modelo.

2. Ese “maldito modelo económico”

Roberto Abusada Salah

¡Exigimos un cambio radical del modelo económico neoliberal extractivista primario-exportador que depreda el ambiente, precariza el trabajo, concentra la riqueza y pone al Estado al servicio de los ricos y del capital transnacional! Estoy aludiendo, naturalmente, a la caracterización de nuestro sistema económico en el discurso de nuestra izquierda conservadora, tan distinta a la izquierda moderna que mereceríamos tener.

Esa izquierda que durante toda la reciente campaña electoral ha hablado hasta las náuseas de “cambiar el modelo económico”. No importa que esa caracterización tenga poco o nada que ver con los verdaderos cambios que la gente común anhela y que concibe como un cambio que permita tener seguridad ciudadana, acceso a servicios básicos, más empleo, oportunidades iguales ante la ley y la justicia, el derecho a la propiedad, el respeto a los derechos civiles y la protección de las minorías vulnerables.

Antes de predicar el cambio del modelo económico sobre el que se ha basado nuestra economía en el último cuarto de siglo, habría que enumerar cuáles son los pilares básicos de tal modelo para luego preguntar en qué consistiría ese “cambio radical”.

La economía peruana se rige por principios muy similares a los que existen hoy en todas las naciones que han logrado el progreso y el bienestar de sus habitantes. El pilar principal exige estabilidad económica. Es decir, la protección del valor de nuestra moneda, la sostenibilidad fiscal, y la existencia de un nivel bajo y predecible de inflación. Esto solo puede ser garantizado con la prudencia en el manejo de los fondos públicos y la existencia de un Banco Central independiente, poblado por funcionarios competentes. En nuestro régimen económico la creación de la riqueza está a cargo de los privados y solo subsidiariamente a cargo del Estado. El tratamiento igualitario a la inversión nacional y extranjera resulta vital, pues de otra manera estaríamos negándonos a aprovechar el ahorro externo para acelerar el crecimiento nacional.

Siendo el Perú una economía pequeña, un elemento fundamental e imprescindible es su integración al mundo. Esto garantiza el uso racional en el territorio del recurso humano y del capital en un ambiente de competencia, así como el derecho de los consumidores a comprar bienes y servicios a precios normales. Al mismo tiempo nuestros productores tienen acceso preferencial a los mercados más importantes del mundo.

El sistema de impuestos es simple: está compuesto por pocos tributos, siendo los dos principales el Impuesto a la Renta y el Impuesto General a las Ventas (IGV). Otro elemento central del esquema económico que se aplica en el Perú está dado por la existencia de organismos reguladores (Indecopi, Ositrán, Osiptel, SBS, etc.), de importancia vital para regular cualquier monopolio natural o estructura empresarial oligopólica, proteger al consumidor, y al mismo tiempo promover el propio desarrollo competitivo de las industrias reguladas.

Naturalmente, una cosa es el modelo económico y otra el Estado, sus poderes y sus actores. No debemos confundir la eventual incompetencia en la administración pública del Congreso o el Poder Judicial con una falencia intrínseca al modelo económico. De lo que se trata es de mejorar nuestras instituciones y no tirar por la borda un régimen económico que, a pesar de haber adolecido en muchos casos de corrupción, impericia en la administración pública, y una proliferación inaudita de controles y trámites, ha transformado al país, cortado la pobreza a la tercera parte y disminuido la desigualdad. Ha surgido una clase media y, por primera vez en decenios, las provincias han sostenido un crecimiento igual o mayor que el de la capital.

La economía es una sola y sería insensato concebirla como una suma de sectores que se benefician en desmedro unos de otros. Quienes, por ejemplo, niegan el desarrollo de la minería moderna en el que es quizá uno de los territorios mineros más importantes del mundo, están cometiendo la insania de querer privar al país de una de sus principales palancas de desarrollo. Un desarrollo que debe permitir una industria y agricultura pujantes, mejores servicios e infraestructura, y una provisión de servicios públicos de calidad en sus ámbitos de influencia y en todo el país.

Enfrentemos con información veraz a quienes quieren alzarse como los nuevos artífices de nuestro futuro prometiéndonos, tras casi un siglo, nuevamente la misma y fracasada “utopía” socialista que ya antes sumió a nuestro país en la miseria.

3. CONTENIDOS

Entre el 2013 y 2020, Abusada revisó, desde perspectivas complementarias, cuatro grandes temas:

1. Sin crecimiento no hay futuro

2. El factor confianza

3. La tentación del estatismo

4. Impacto de las instituciones

4. Enlace al libro

Recomendamos a nuestros lectores, navegar por el importante libro de Roberto Abusada.

https://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/92393-el-futuro-esquivo-la-economia-peruana-de-2013-al-2020-exun3i.pdf

Lampadia




Aporte a la economía peruana

Aporte a la economía peruana

Un proyecto que demoró 20 años en ver la luz, por la oposición ciega de nuestras izquierdas retrógradas, ha permitido grandes beneficios para el Perú. El mayor beneficio ha sido el contar con combustibles más económicos y de mejor calidad que los que lográbamos quemando petróleo residual y Diesel. Además, el desarrollo del proyecto ayudó a generar un crecimiento de tasas asiáticas en la región del Cusco, el mayor centro de oposición al proyecto.

Ver en Lampadia: Cajamarca tiene que aprender la lección de CamiseaCusco bate todos los records de crecimiento. Ver el crecimiento acumulado de Cusco entre el 2001 y 2013:

Los motivos del crecimiento de Cusco se deben principalmente a la inversión privada, el gas de Camisea y el turismo. Las proyecciones de crecimiento de la Cámara de Turismo del Cusco (CARTUC) para el 2014 señalan una cifra  aproximada de cuatro millones de turistas que ingresarán a la región; con lo cual se prevé que siga este extraordinario avance del sector.(Ver en Lampadia (L): Cusco, te busco).

La explotación del gas natural de Camisea ha sido decisiva en el extraordinario crecimiento de Cusco. Este proyecto, que debió iniciarse a mediados de los años 80, se postergó 20 años en entrar en producción por la absurda oposición  de la izquierda. En especial de los cusqueños liderados por el entonces alcalde, Daniel Estrada, quien recibió el respaldo de Alan García (primer gobierno). Sí el proyecto se hubiera realizado en esa época las condiciones sociales y económicas de la región serían inmensamente mejores a las de hoy.

El desarrollo del proyecto de Camisea, una de las inversiones más grandes de la historia del Perú, originó un cambio importante en la matriz energética del país, y generó grandes ahorros de costos operativos en distintos sectores.

  • La sustitución de combustibles, permitió que entre 2004 y 2019, los usuarios del gas natural ahorraran US$ 100,631 millones.
  • El sector más beneficiado fue el eléctrico. El 40% de la energía eléctrica se genera en base al gas natural de Camisea, que es 57% más económico que la gasolina y 50% más que el diésel.
  • El sector del transporte también tuvo importantes ventajas en la sustitución de diésel y gasolinas por Gas Natural Vehicular (GNV).

Ningún proyecto de inversión privada ha generado nunca, ahorros parecidos a los logrados con el desarrollo del proyecto de Camisea. Según Macroconsult, los ahorros generados por el uso del gas natural de Camisea fueron:

  • Ahorro en el sistema eléctrico

Entre 2004 y 2019, se estima que se generaron ahorros por más de US$ 77 mil millones.

  • Ahorro en transporte

Desde el 2004 el uso de GNV contribuyó a un ahorro de US$ 11,542 millones.

  • Industria y comercios medianos

El uso del gas contribuyó al ahorro de US$ 8,312 millones en industrias y comercios de tamaño mediano.

  • Grandes industrias

El ahorro en las grandes industrias manufactureras, especialmente en las de cemento y cerámica, fue de US$ 2,930 millones.

  • Clientes residenciales

En los últimos 15 años, el ahorro generado para clientes residenciales fue de US$ 419 millones de dólares.

Para mayor información sobre este importante proyecto, recomendamos ver el informe de Osinergmin a los diez años de Camisea:

https://www.osinergmin.gob.pe/seccion/centro_documental/Institucional/Estudios_Economicos/Libros/Anexos-industria-gasnatural-Peru.pdf




Apuesta por la inversión pública con las probabilidades en contra

Apuesta por la inversión pública con las probabilidades en contra

Eco. Enver Figueroa Bazán
Vie 31 de Julio de 2020
Para Lampadia

Cada vez que la economía peruana sufre un shock adverso, se apela a la inversión pública para su recuperación. Para la recuperación de la economía tras la pandemia, nuevamente se está apostando por ella. Sin embargo, la apuesta puede ir con las probabilidades en contra si, como las veces anteriores, no se corrigen los factores sistemáticos que la hacen lenta e ineficiente, y uno de ellos es precisamente su marco normativo: el invierte.pe.

Se sabe que una limitante estructural en la ejecución de las inversiones públicas son las pocas capacidades de gestión instaladas en las entidades públicas, desde los ministerios hasta las municipalidades. Pues bien, el Invierte.pe ha hecho innecesariamente complejo proceso de formulación de proyectos de inversión, con lo cual ha hecho que las pocas capacidades instaladas sean aún más insuficientes.

El Invierte.pe es un ejercicio teórico que se ve bien desde una perspectiva académica, pero asume muchos elementos que en la práctica no se dan. Por ejemplo, la formulación de un proyecto parte de un diagnóstico de brechas que debe ser elaborado por el Sector y el GR o GL correspondientes. Sin embargo, en la práctica no existen los sistemas de gestión de información que permitan tener actualizados los datos necesarios para dicho diagnóstico. Aún menos existen las capacidades para hacer análisis de datos en las entidades públicas. Pero también el Invierte.pe exige un grado de coordinación entre sectores y gobiernos subnacionales que es muy difícil de lograr por múltiples restricciones que van desde la dificultad de las comunicaciones hasta la sobrecarga de trabajo y la alta rotación en los puestos.

Para agilar la formulación y ejecución de inversiones públicas entonces, se debe mejorar las capacidades de gestión sí, pero antes debe simplificarse el sistema de modo que sea más fácil alcanzar el nivel de capacidades de gestión necesario.

Como una vía de escape a su propia complejidad, los hacedores del Invierte.pe plantearon la figura de las IOARR (inversiones de optimización, ampliación marginal, rehabilitación y reposición). Pero cabe recordar que uno de los mayores problemas que generó la complejidad del SNIP, era que incentivaba la atomización de las inversiones. Bueno, las IOARR tienen el mismo efecto, con lo cual la inversión pública termina diluyéndose en gasto intrascendente que no mejora la calidad de vida de las personas.

Frente a ello, se ha propuesto que la formulación y ejecución de inversiones siga procesos que están bien definidos en estándares internacionales como el PMBOK (Project Management Base of Knowledge) así como los principios AGILE. De hecho, el propio MEF empezó a hablar de cambios en ese sentido tras los Panamericanos, pero sólo dio para emitir el DU 021-2020, que introduce los métodos BIM y de gestión de contratos para construcción de infraestructura, pero sólo para proyectos “especiales” que sean declarados así por las respectivas entidades.

Otra limitante en el ciclo de gestión de inversiones es que está estructuralmente atado al ciclo del presupuesto. El planeamiento de las inversiones no debiera responder a la recaudación tributaria corriente, sino más bien a los flujos de caja esperados de las actividades que generan canon, por ejemplo. La programación multianual de las inversiones para tres años es un periodo demasiado corto si se quiere estimular inversiones de mayor impacto, que necesitan horizontes temporales de 20 o más años.

La necesidad de impulsar la economía por la pandemia debería llevar a realizar las reformas siempre postergadas en el sistema de inversión pública. El primer paso tiene que ser romper la dependencia financiera de las inversiones del ciclo presupuestario.

Luego, la necesidad de simplificar el sistema, eliminando cosas que estarían bien para un curso de Finanzas públicas de la Kennedy School pero que no son factibles en la realidad peruana, junto con la existencia de modelos de gestión de inversiones probados, debiera llevar a adaptar dichos modelos con los cuáles se ganaría eficiencia. En particular, con la implantación de PMOs (Project Management Offices) con capacidades para integrar la preinversión y la inversión, se ganaría la consistencia que ahora no se tiene entre ambas fases, además de ahorrar mucho tiempo y recursos. Lampadia




Formalizar a los informales… pero ¿cómo?

Formalizar a los informales… pero ¿cómo?

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 12 de junio de 2020
Para Lampadia

Proponer – como proponen muchos – que “hay que formalizar a los informales” es una verdad de Perogrullo. Una tautología. En otras palabras… una estupidez. ¡Claro que hay que formalizar a los informales! La cuestión es ¿cómo?

Espero que no lo tomen a mal, pero proponer “formalizar a los informales” es como aquel letrero colgado en la puerta una tienda de Palencia – España que dice: “Abrimos cuando llegamos, cerramos cuando nos vamos, y si vienes y no estamos, es que no coincidimos”. Así son las perogrulladas.

Bromas aparte… más allá de las implicancias tributarias y laborales, la informalidad hizo fracasar la cuarentena. Obvio. La informalidad – por definición – opera al margen de la legalidad. No acata las disposiciones del Estado. Por ello fracasó la cuarentena. Por otro lado, el programa Reactiva Perú fracasó porque el financiamiento no llegó a los informales. Y así por el estilo.

El problema de la informalidad es muy grave. De su solución depende el bienestar y progreso de millones de peruanos. Por ello hay que tomar al toro por las astas, y resolver este tremendo problema nacional.

Entonces ¡vamos a eso! En primer lugar, hay que simplificar – y digitalizar – muchos trámites burocráticos en todos los estamentos del Estado… municipalidades, ministerios, poder judicial, etc. Incluso, en muchos casos hay que eliminar trámites inútiles. Efectivamente, hay muchos trámites que sólo sirven para que funcionarios corruptos chantajeen a los informales.

Segundo. Hay que bajar la tasa del Impuesto General a las Ventas (IGV). El 18% vigente es muy alto para formalizar a los informales. Un IGV de 10% facilitaría mucho el proceso de formalización. Y no me vengan con que caería la recaudación tributaria. ¡Falso! En economía hemos estudiado – hasta la saciedad – que cuando bajan las tasas tributarias, aumenta la actividad económica, se formaliza la economía, y al final se recauda igual – o incluso más – que con altos niveles de impuestos.

Simultáneamente, hay que reducir – mejor dicho, eliminar – los gastos estatales innecesarios. Al pan, pan; y al vino, vino. El Estado está atiborrado de Richard Swings que cuestan un montón de plata, y lo único que hacen es maltratar y chantajear a la ciudadanía. Y particularmente a los informales.

Tercero. ¡Hay que flexibilizar la legislación laboral! Pongamos en práctica el clamor de miles de pequeños empresarios… incluso de millones de trabajadores; sobre todo jóvenes. Seamos objetivos y pragmáticos… además de sinceros. La Ley General del Trabajo es un fracaso. Si no ¿cómo explicar el 70% – y más – de informalidad laboral en nuestro país? Y todo por las rigideces absurdas de la ley de marras.

¡No a la estabilidad laboral absoluta! La flexibilidad laboral formaliza el empleo, lo multiplica, y mejora las condiciones laborales y remunerativas en favor de los trabajadores. El Régimen Laboral Agrario es una muestra de ello.

Cuarto. Hay que propiciar la bancarización del sector informal mediante líneas de financiamiento a plazos y tasas competitivas. ¿Cómo? Abriendo el mercado local a empresas financieras internacionales especializadas en microfinanzas. Las tasas de interés que cobran los bancos locales a los pequeños empresarios son muy altas. Sobre todo, las tasas por el uso de tarjetas de crédito. Sin embargo, cabe aclarar… ¡Dios nos libre de una ley que ponga topes a las tasas de interés bancarias! Eso sería lo peor. Las tasas bancarias deben bajar como producto de una mucho mayor competencia entre la banca local con instituciones financieras del exterior.

Quinto. Capacitación. El Estado debería propiciar la capacitación técnica y administrativa a todo nivel, a través de instituciones de excelencia como SENATI, TECSUP, y otras similares. Capacitación en todo tipo de disciplinas productivas, comerciales, contables, financieras, informáticas, etc. En síntesis, capacitación en administración de negocios.

Por último – o sea, sexto – disponer de una fracción del IGV como fuente de aportes individuales para las pensiones de los respectivos compradores. En realidad, se trata de una propuesta de Lampadia, y de algunos especialistas en sistemas pensionarios que merece ser implementada. Una propuesta innovadora, justa, súper inclusiva, y claramente formalizadora.

Además de todo lo anterior, el Estado debe propiciar un vasto programa de inversiones en todos los ámbitos de la economía peruana – recursos naturales, industrias manufacturas, servicios y turismo, innovación y creatividad, infraestructura, salud, educación, vivienda, agua y saneamiento, etc. – para generar millones de puestos de trabajo… y mercados formales para pequeños y microempresarios.

¿Cómo formalizar a los informales? Pues ahí está mi propuesta. Lampadia




La importancia de la clase media peruana

La importancia de la clase media peruana

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas y Senior Advisor de Spencer Stuart
Para Lampadia

Muchos no saben que la principal fuerza detrás de la transformación, el crecimiento y la estabilidad económica del Perú de los últimos años, se debe a la pujante y emprendedora clase media. El Perú es el único país de la región, que viene creciendo todos los años, sin excepción, desde 1998 (21 años consecutivos) y esto, en gran medida, es por el tremendo desarrollo y esfuerzo de nuestra clase media.

Según un reporte reciente del banco BBVA, en el año 2004, el 28% de los hogares peruanos, eran considerados de clase media (entre la clase media consolidada y la emergente). Esta proporción casi se duplicó en los últimos 15 años, ya que en el año 2018 la clase media pasó a ser el 46%. Esto significa que los hogares de clase media, que hace 15 años eran un cuarto del total, ahora son la mitad.

Ver en Lampadia: LIBRO BLANCO de la nueva clase media peruana.

Lo interesante es que nuestra clase media tiene una composición y un comportamiento muy diferente a la de la mayoría de los países de la región. Mientras que en otros países la clase media está conformada mayormente por empleados dependientes, que reciben un salario mensual, la peruana la componen principalmente emprendedores independientes, que en su gran mayoría son informales. Es decir, la clase media peruana está conformada mayormente por pequeños y medianos empresarios que actúan como ¨mini-capitalistas¨. Personas que individualmente o en pequeños grupos y en base a un gran esfuerzo, producen y venden bienes y servicios, generando así sus propios ingresos y aumentando significativamente el consumo interno. Esto a su vez genera más negocios, creando así un círculo virtuoso, que favorece tremendamente a la economía del país, al darle mucho más dinamismo y solidez.

Hace un par de meses, nuestro vecino Chile, comenzó a tener grandes problemas de desorden callejero, violencia, saqueos, vandalismo, así como de multitudinarias protestas en contra del gobierno. Esta situación, que viene durando hace varias semanas y que aún no ha sido controlada totalmente, ha afectado fuertemente a los negocios y a la economía del país, ya que la gente dejó de trabajar para protestar y las empresas dejaron de producir. Esto le ha generado un tremendo problema político y sobretodo económico, al gobierno, del cual le será muy difícil recuperarse.

Apenas sucedió esto en Chile, hubo mucha preocupación en el ámbito de los negocios en nuestro país, ya que se pensaba que el contagio sería inminente, dado que la economía peruana había seguido la misma receta que se utilizó en Chile, aparte que nos encontrábamos viviendo una importante crisis política en ese momento. Pero esto felizmente no ocurrió. ¿Y porqué no ocurrió? Justamente por la diferencia que existe entre la clase media chilena, conformada en su mayoría por empleados formales asalariados, que se pueden dar el lujo de ¨parar¨ y protestar y la peruana que principalmente está compuesta por pequeños empresarios emprendedores, dueños de sus propios negocios, que no se pueden dar el lujo de ¨parar¨, porque si lo hacen no tienen ingresos y ¨no comen ese día¨. A estos pequeños empresarios, más les preocupa seguir produciendo y vendiendo para subsistir y para progresar, es decir se comportan como verdaderos capitalistas, a si sea en pequeña escala.

Esta realidad es probablemente la principal fuerza que le da solidez y estabilidad a nuestra economía.

Hasta allí todo bien, con excepto que esta fortaleza va en contra de la formalidad y de la tributación, que es una obligación que debería ser acatada por todas las personas que tienen ingresos. Es aquí donde está el gran dilema, ya que la formalización en este país es muy cara y burocrática y definitivamente afectaría a esta clase media emprendedora, que como vimos, es el motor de nuestra economía. Este dilema es un gran reto, que debería resolver la SUNAT, pero esta institución ha demostrado ser incapaz de resolverlo.

Aparte del tema tributario, en estos últimos días hemos podido descubrir otra debilidad de nuestra clase emprendedora. El tema del Covid-19, que tiene a todo el mundo encerrado en cuarentena, ha desnudado un gran problema para los emprendedores, ya que su modelo de negocio no les permite ¨parar¨ por el motivo que sea, porque si lo hacen, dejan de tener ingresos y por ende ¨dejan de comer¨.

En resumen, el tema de no poder dejar de trabajar de la clase media emprendedora, resulta positivo para evitar problemas como los de Chile, pero es muy negativo y peligroso para el caso que nos ocupa actualmente. El gobierno tiene un gran problema entre manos, pero felizmente es consciente de él y está tratando de solucionarlo con medidas aparentes. Sin embargo, esta no es una tarea solo para el gobierno, es también una misión y una gran oportunidad para las grandes empresas del país, para demostrar que pueden ser solidarios y devolver algo a favor de la clase emprendedora, que es el gran motor y soporte de nuestra economía. Lampadia




El Perú enfrenta la crisis económica

El Perú enfrenta la crisis económica

EDITORIAL DE LAMPADIA

Más allá del tema sanitario, el gran riesgo de la pandemia del coronavirus es que, ante la cuarentena, se corte la cadena de pagos, dejando sin sustento a millones de peruanos. Esta no es una crisis económica, es una crisis social.

Pues, como se ha venido solicitando por parte de los más renombrados economistas del país, y como se solicitó en Lampadia, el Estado está poniendo la carne en el asador.

Julio Velarde, el presidente del BCRP ha anunciado anoche que el banco central está lanzando un programa de apoyo financiero inédito en el Perú por 30,000 millones de soles (4% del PBI) en el que participarán el BCR, los bancos y el MEF.

En este programa el BCR proveerá liquidez a los bancos con la garantía de carteras de crédito y los bancos lo utilizan para apoyar a las empresas con nuevos créditos contra garantizados por el MEF. La idea es apoyar el pago de planillas al 100% hasta cierto límite y luego el 90 y 95% de las mismas. Con esto se evitará que se rompa la cadena de pagos y se pierdan muchos puestos de trabajo. El BCR y del MEF han decidido “hacer lo que sea necesario” para evitar una crisis económica, financiera y social sin precedentes.

Por su lado la ministra de economía, María Antonieta Alva, ha explicado que los otros programas de apoyo sumarían un esfuerzo total del orden de 90,000 millones de soles, 12% del PBI. Además, se está solicitando una línea de crédito de emergencia a las multilaterales por 18,000 millones de dólares.

Aún no tenemos mayores detalles de estos programas, pero debemos saludar la visión, decisión y coraje con el que se está empezando a contrarrestar esta tremenda crisis.

Así mismo, el presidente del BCRP explicó los daños que ocasionaría el retiro del 25% de los fondos del Sistema Privado de Pensiones, según lo propuesto por varias bancadas en el Parlamento. Sería malbaratar los ahorros causando más daño que bien. Dadas las medidas que se están anunciando, esto no tendría justificación.

Este es el momento de apostar nuestros recursos y ahorros, logrados gracias a un modelo económico exitoso de 25 años, en combatir una crisis profunda pero pasajera. Otros países no lo pueden hacer, el Perú sí. Lampadia




Las dificultades para ascender en las cadenas de valor

Las dificultades para ascender en las cadenas de valor

Un tema de discusión recurrente alrededor de la minería es la inserción del sector en las cadenas de valor globales, en búsqueda de mayor valor agregado.

Como hemos comentado anteriormente, para que un país como el Perú pueda transformar sus productos mineros en productos industriales, hay hasta tres requisitos: acceso a inversiones de alto nivel de capitalización, amplia disponibilidad de energía y desplazar de sus mercados a los productores actuales, situados cerca de los mercados de consumo. No es una apuesta fácil.

Dicho sea de paso, desde la perspectiva de la economía peruana, la minería tiene un alto valor agregado del orden de 65% versus un 35% del sector industrial, según cálculos del IPE. Ver más información al respecto en Lampadia: Para superar la pobreza – Lo que necesitamos es más minería.

Un caso muy ilustrativo de las dificultades de integración a los circuitos de las cadenas de valor globales es el del litio en Chile, según podemos apreciar del reciente artículo de The Economist, que compartimos líneas abajo.

Por más que se han promovido planes de dos gobiernos chilenos para posicionar su industria de litio en la producción de baterías, Chile no logra avanzar, básicamente por su lejanía a los mercados de consumo. Por otro lado, la producción global de litio crece aceleradamente y se estima que el producto mineral de comoditizará cada vez más, bajando de precio, tal como ya viene sucediendo.

Producción justo en salmuera
Los intentos de Chile por ascender en la cadena de valor del litio no están funcionando

Un problema es la distancia del país a los centros de manufactura

The Economist
3 de octubre de 2019
Traducido y glosado por Lampadia

El auge económico de Chile tiene fondo de cobre. Desde la época precolonial, la gente ha trabajado el metal. Hoy Chile produce el 28% de la producción mundial. La industria representa casi el 10% del PBI, el 48% de las exportaciones y un tercio de la inversión extranjera directa. El cobre ha ayudado a convertir a los chilenos en las personas más ricas de América del Sur.

Los políticos, sin embargo, sueñan con hacer más que exportar productos no refinados. En 2016, Michelle Bachelet, entonces presidenta, anunció un plan para alentar la fabricación y la innovación en el hogar mediante el uso de otro metal que Chile tiene en abundancia: el litio. Esto se utiliza en baterías para teléfonos móviles, computadoras portátiles y automóviles eléctricos. La idea era que Chile no solo extrajera el metal, sino que también fabricara componentes para baterías de automóviles, la parte del mercado de más rápido crecimiento.

Una reciente caída en los precios mundiales del litio, causada por el crecimiento de la oferta que supera la demanda, ha agudizado el incentivo para ascender en la cadena de valor. En junio, el sucesor de Bachelet, Sebastián Piñera, dijo que se está preparando un nuevo plan nacional de litio. Hasta ahora, estas ambiciones no se han cumplido, lo que demuestra lo difícil que es para los países pequeños ascender en las cadenas de suministro mundiales.

Los planes de ambos presidentes implican renegociar acuerdos con mineros para obligarlos a ayudar a la industria de la batería. En 2017, la agencia de desarrollo económico de Chile, Corfo, renegoció su contrato con Albemarle, una firma estadounidense que es el mayor productor de litio del mundo. El nuevo acuerdo le permitió ampliar la producción en su operación de salmuera en el salar de Salar de Atacama, en el norte de Chile. A cambio, la empresa acordó vender hasta un 25% de su producción a precios bajos a los fabricantes de baterías de automóviles que operan en Chile.

Sin embargo, en julio, Corfo confirmó que tres inversores corporativos, incluido Samsung, un gigante de Corea del Sur, no seguirían adelante con los planes de producir materiales de cátodos de batería en el país. Chile lo está intentando de nuevo. Bajo un nuevo contrato, SQM (Sociedad Química de Chile), una empresa chilena, ofrece una cuarta parte de su producción con descuento a los compradores que invierten en tecnología para más tipos de baterías, no solo las que se usan en los automóviles. No está claro que a este plan le vaya mejor.

Chile está demasiado lejos de los fabricantes que tienen más hambre de baterías, muchos de los cuales están en China. Los fabricantes de automóviles necesitan especialmente productores cercanos para cooperar en la mejora de la capacidad de la batería. Y el litio es solo uno de los materiales necesarios. Los fabricantes chilenos de baterías tendrían que importar otros componentes como el níquel y el cobalto.

No ayuda que casi nadie en América Latina todavía esté produciendo, o incluso comprando, autos eléctricos. Podría ser más prudente concentrarse en producir piezas de batería más simples y ricas en litio para los sistemas de almacenamiento de energía que podrían aprovechar el gran potencial de energía solar del desierto de Atacama, sugiere José Lazuen de Roskill, una consultora.

Las regulaciones son otro problema. Chile clasifica el litio como “estratégico”, porque puede usarse en fusión nuclear. La comisión de energía nuclear limita la cantidad de metal que se puede extraer. Es una preocupación para los fabricantes de baterías que quieran expandirse. En la última década, la participación de Chile en la producción mundial de litio se redujo del 40% al 20%. Aunque Chile tiene docenas de salinas, solo unas pocas han sido estudiadas por su potencial portador de litio. El litio a base de salmuera, del tipo extraído en Chile, es más difícil de convertir en los productos químicos utilizados para las baterías de automóviles que la producción de Australia, extraída de la roca. La minería también corre el riesgo de destruir los ecosistemas de salinas.

Aun cuando Chile se esfuerza por crear una industria de baterías de litio, los científicos están tratando de inventar mejores baterías que utilicen otros materiales. Ascender de la minería es más difícil de lo que parece. Lampadia