1

La lucha contra las drogas 2000-2020

La lucha contra las drogas 2000-2020

JAIME A. GARCÍA DÍAZ
HANNAH M. QWISTGAARD PANICCIA
Para Lampadia

El tema del narcotráfico en el Perú no ha estado presente en el debate de las próximas elecciones, tampoco está en la agenda del actual gobierno que orienta sus esfuerzos en el manejo de los temas coyunturales como la pandemia del COVID-19 y la situación económica.

En este contexto, el narcotráfico avanza sostenidamente en el Perú, las áreas de cultivos ilegales de hoja de coca siguen creciendo, de la misma manera la producción potencial de cocaína. Más aun, esta situación está siendo exacerbada y produciéndose un nuevo efecto globo en contra de Perú, por el fuerte impulso de las acciones de interdicción (erradicación de 130 mil hectáreas de coca e incautación de 506 toneladas de cocaína en 2020) en Colombia, con fuerte apoyo y asistencia de los Estados Unidos.

A través de la publicación del libro de Jaime A. García Díaz y Hannah M. Qwistgaard Paniccia:  ANÁLISIS DE LOS APORTES DEL ESTADO PERUANO A LA LUCHA CONTRA LAS DROGAS 2000-2020, se presenta un estudio del gasto que ha realizado el Estado de Perú y los aportes de la Cooperación Internacional para enfrentar el narcotráfico en las últimas dos décadas.

El problema de la lucha contra las drogas es transversal y tiene efectos económicos, sociales, de seguridad, ambientales y de corrupción política y económica. Su combate requiere no solo de una estrategia integral, sino su implementación a través de la participación de diversas instituciones del Estado en todos sus niveles. Esta última década de intervención estatal aporta un conjunto de experiencias y lecciones aprendidas. No se pretende en esta publicación abordar en detalle un análisis tan complejo, pero sí identificar algunos indicios que puedan ser estudiados más a fondo en el futuro.

Una efectiva política de lucha contra las drogas (LCD) requiere que un país no solo brinde un respaldo político al más alto nivel —lo que se traduce tanto en un discurso claro y contundente frente a la amenaza de la presencia del narcotráfico,  como en el diseño de una estrategia nacional y su implementación— sino que también depende de una adecuada asignación y ejecución de recursos económicos dentro del Presupuesto Nacional a través de las distintas instancias y entidades públicas que están involucradas en esta tarea.   

El próximo gobierno tendrá un doble desafío. Por un lado, enfrentar a un creciente narcotráfico que pone en peligro la seguridad nacional; y, por otro lado, una limitación de recursos presupuestales por el creciente déficit fiscal que podría poner en riesgo el financiamiento de la lucha contra las drogas.

La publicación presenta en detalle los recursos presupuestales utilizados por el Estado de Perú y también aporta algunas conclusiones y recomendaciones para mejorar el uso de los recursos públicos.

Se reconoce el esfuerzo del Estado en el financiamiento de la Estrategia Nacional de Lucha contra las Drogas, sin el cual la situación actual sería sin ninguna duda más crítica. En ese sentido, se podría decir que ha logrado contener un mayor ritmo de avance del narcotráfico. Sin embargo, los recursos no han sido suficientes.

El escenario a partir del 2021, respecto al narcotráfico será el más complicado en las últimas dos décadas. Un recorte en la asignación de recursos, una mala focalización del gasto, una deficiente ejecución del gasto, una falta de complementariedad en las acciones de las diversas entidades públicas responsables, pondrá en riesgo una mayor infiltración del narcotráfico en el país. Lampadia




Maradona

Maradona

The Economist hace poco dedicó un breve artículo al recientemente fallecido Diego Maradona, aquel argentino que probablemente fuera el mejor jugador de fútbol de su generación y que, al día de hoy, aún se disputa el título al mejor de la historia con otros grandes como Pelé, Cristiano Ronaldo y Messi en dicho deporte.

Como bien destaca el popular medio británico, sin duda fue una figura que desde muy pequeño presentaba dotes futbolísticos sin igual comparados a sus pares argentinos, lo que le permitió ascender rápidamente hacia las filas de los clubes europeos.

Lamentablemente, así como se dio su rápido lanzamiento al estrellato, le vino encima una vida llena de excesos en las drogas en su paso por Italia, que tras varios años lo inhabilitó progresivamente de seguir jugando y de si quiera poder desarrollar una posterior carrera decente como técnico de selección y/o clubes extranjeros.

En todo lo no futbolístico, Maradona fue una gran decepción, por decirlo amablemente. Dio los peores ejemplos posibles con las drogas, maltrato a mujeres, no reconocimiento de sus hijos, condescendencia con dictadores y genocidas como Castro y Chávez; inclusive hizo trampa con un gol con la mano en un campeonato mundial. Pero los argentinos, que hace 50 años endiosaron a Juan Domingo y Evita Perón, y quebraron su progreso social, son muy dados a cerrar los ojos ante figuras como las de Maradona.

Muchos disculpan su mal comportamiento por su origen humilde y pobre educación, pero Pelé, tuvo las mismas desventajas de origen que Maradona, y sin embargo, fue siempre un modelo de deportivismo y civismo.

Desde Lampadia no podíamos dejar de comentar su historia y lamentar que su arte no sirviera para que lograra ser un mejor modelo de vida. Lampadia

Divino y condenado
La vida bendita y maldita de Diego Maradona

Muere uno de las mejores futbolistas de Argentina y del mundo

The Economist
28 de noviembre, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Vivirá para siempre en esa soleada tarde de junio de 1986 en el estadio Azteca de la Ciudad de México. Fueron los cuartos de final del Mundial entre Argentina e Inglaterra. En el minuto 55, Diego Armando Maradona recogió el balón en la mitad argentina y se abrió paso a través de la defensa inglesa como si no estuviera allí antes de lanzar un tiro raso y fuerte. Fue uno de los mayores goles de todos los tiempos. Llegó apenas cuatro minutos después de que Maradona, con el partido sin goles, se hubiera levantado para recibir un despeje fallido en el área de Inglaterra y metiera el balón en la red. Había marcado, dijo después, “un poco con la cabeza y un poco con la mano de Dios”. Sin video arbitraje en ese entonces, el gol se mantuvo. Fue, dijo, una especie de venganza por la derrota de Argentina a manos de los ingleses en la guerra de las Malvinas cuatro años antes.

Entre ellos, esos goles resumieron a Maradona, quien murió de un infarto a los 60 años el 25 de noviembre. Bendecido con talento divino, tenía poco respeto por las reglas en una vida que ofrecía riquezas pero que siempre era una lucha. Encarnaba la idiosincrasia de su país, como señaló Clarín, un diario argentino: “Maradona son los dos espejos, eso en lo que es un placer mirarnos y eso que nos avergüenza”.

Hijo de una empleada doméstica y un trabajador de una fábrica, creció en una choza de hojalata y cartón en Villa Fiorito, en los suburbios de Buenos Aires. De adulto medía metro y medio, pero su cuerpo rechoncho y piernas musculosas le daban un poder explosivo. Sus marcas registradas serían carreras en aumento, la pelota pegada a sus pies y una visión instintiva.

Su carrera profesional comenzó cuando tenía 15 años en Argentinos Juniors, un club histórico pero modesto. El éxito allí lo llevó a Boca Juniors y luego a Barcelona y Napoli. Pero encontró la fama y la fortuna difíciles de manejar. Ansiaba afecto. El club nocturno en compañía de gorrones y gánsteres lo llevó a la adicción a la cocaína. Había muchas mujeres, a algunas de las cuales golpeaba, y suficientes niños para formar un equipo de fútbol.

La segunda mitad de la vida de Maradona fue trágicamente grotesca. Obeso y con dolor a menudo (los árbitros eran menos protectores en su época), hizo patéticos intentos de reaparición. Fracasó como entrenador, especialmente en la selección de Argentina. Enriquecido por el capitalismo, no vio contradicciones en las amistades con los anticapitalistas Fidel Castro y Hugo Chávez.

Si Maradona fue el mejor jugador de todos los tiempos, por delante de su compatriota Leo Messi o el brasileño Pelé, es un debate que no es necesario resolver. Con sus orígenes humildes, sangre guaraní y mata de rizos oscuros, para los argentinos siempre fue el pibe de oro, el niño de oro. “Nos hiciste inmensamente felices”, dijo Alberto Fernández, presidente de Argentina, al declarar tres días de duelo nacional. Lampadia