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La divergencia del ‘nuevo orden global’

La divergencia del ‘nuevo orden global’

Es evidente que el mundo ha cambiado sustancialmente en los últimos dos siglos. El capitalismo ha generado tal crecimiento en los ingresos de los países que, al día de hoy, la clase media asciende a la mitad de la población mundial y la pobreza ha bajado a menos del 10%. Sin embargo, hay dos hechos que caracterizan la economía mundial de hoy, que son relativamente recientes y que juegan un rol fundamental en la geopolítica actual: la composición de la riqueza mundial ha cambiado y los motores de crecimiento han hecho lo propio. Mahbubani, autor del libro ‘Has the West Lost it?”: A provocation’ (‘¿Ha perdido Occidente?’), ilustra estos fenómenos.

Mahbubani es el mejor intérprete de la realidad del Asia, y por sus experiencias en occidente, un excelente analista de la evolución de la geopolítica global. Él es un impulsor de la ‘convergencia’ entre occidente y el nuevo mundo emergente liderado por China e India, algo que expresó en su libro ‘The Great Convergence: Asia, the West and the Logic of One World’ (‘La Gran Convergencia: Asia, Occidente y la Lógica de un Único Mundo’)

Como bien señala este autor, la evolución de la economía mundial se puede explicar en tres grandes períodos. El período que comprende los años 1 a 1820 dominado por India y China, el período 1820 hasta la década de los noventas en que Occidente lidera el desempeño económico; y finalmente un período más reciente que ocupa las últimas 3 décadas en el que Occidente pierde peso en la economía mundial y nuevamente los países emergentes llegan a liderar el crecimiento.

Participación en el PBI global
Fuente: ¿Ha perdido Occidente?: Una provocación Cap. 1 – Kishore Mahbubani (2018)

Es en este último período en el que autor centra la discusión puesto que, tal como se aprecia en el gráfico, la tendencia es que Occidente siga perdiendo hegemonía en la economía mundial y que los países emergentes, liderados por China e India, sigan aumentando la suya. En este sentido, ¿Qué políticas deben emprender los líderes occidentales para asumir esta realidad en un tono de convergencia conducente a una estrategia ganar-ganar?

La solución propuesta por Mahbubani para los líderes occidentales es la adopción del verdadero pensamiento de Maquiavelo, en el sentido de optar por una moral pragmática y no idealista o dogmática. En este sentido, el interés colectivo que domina el pensamiento antiglobalización de los movimientos populistas y nacionalistas como el Brexit y el gobierno de Trump, que propugnan la protección de las industrias en el comercio y las restricciones a la inmigración no es la manera correcta de abordar el problema de Occidente. Al contrario, tal como indica el autor, ahora que “el Resto [refiriéndose a los países emergentes] está proporcionando la locomotora, las sociedades occidentales pueden ofrecer crecimiento económico a sus poblaciones al enganchar sus carros al Resto”, es decir, deben fortalecerse las alianzas económicas entre los países de primer mundo y aquellos en vías de desarrollo para que las poblaciones ‘vulnerables’, que han visto estancados sus ingresos y por ende, su bienestar, se vean beneficiadas.

Otro punto importante que debe ser parte de las políticas de los gobiernos occidentales, que además resalta Mahbubani, es la difusión de los beneficios que ha permitido la convergencia del ingreso a nivel mundial, por parte de los países emergentes, en los países desarrollados. El gran paso que dieron muchos países en vías de desarrollo hacia modelos capitalistas con apertura comercial al mundo y en donde la iniciativa privada fue y sigue siendo uno de los motores principales en su desarrollo ha permitido que se produzcan múltiples mejoras en una serie de indicadores sociales que van desde una reducción nunca antes vista de la pobreza extrema mundial, una mejora notable en los índices de alfabetización y una reducción también del trabajo infantil.  

Estos hechos empíricos que se derivan de la simple observación de los datos es un tema que los líderes occidentales no han sabido comunicar y que han podido aprovechar para defender la economía de libre mercado, de tal manera de sopesar el pesimismo aún latente de grandes segmentos de la población en sus países. Lampadia

¿HA PERDIDO OCCIDENTE? UNA PROVOCACIÓN

Kishore Mahbubani
Penguin Random House, UK
Traducido y glosado por Lampadia

Un Nuevo orden de cosas

 

…no hay nada más difícil de tomar en cuenta, más peligroso de conducir, o más incierto en su éxito, que tomar el liderazgo en la introducción de un nuevo orden de cosas.
Nicolás Machiavello, El Príncipe, capítulo VI

¿Por qué Occidente se siente perdido? La respuesta es simple. A principios del siglo XXI, la historia hizo un giro, quizás el giro más importante que la humanidad vivió, sin embargo, Occidente se niega a aceptar o adaptarse a esta nueva era histórica.

¿Cuál es este gran giro que ha tomado la historia? Una breve comparación de los últimos 200 años con los 1800 años previos proporcionará la respuesta. Desde el año 1 después de Cristo hasta 1820, las dos economías más grandes fueron siempre China e India. Sólo después de ese período, despegó Europa, seguida por América. Visto en el contexto de los últimos 1800 años, el período reciente de desempeño sin precedentes de Occidente frente a otras civilizaciones es una aberración histórica importante. Todas estas aberraciones llegan a un final natural, y eso está sucediendo ahora.

Entonces, ¿Cuál es el problema? Es importante entender la naturaleza de nuestros tiempos. El estratega Maquiavelo enfatizó esto cuando dijo: “El príncipe que depende completamente de la fortuna se pierde cuando esta cambia. También creo que este tendrá éxito cuando dirija sus acciones de acuerdo con el espíritu de los tiempos, y aquellos cuyas acciones no concuerden con los tiempos, no tendrán éxito”.

Sin embargo, a pesar de que el espíritu de los tiempos ha cambiado, y aunque Occidente inevitablemente tendrá que hacer ajustes importantes para adaptarse a esta nueva era, ninguna figura occidental importante ha tenido el coraje de declarar la verdad definitiva de nuestros tiempos: El ciclo de dominación occidental del mundo está llegando a su fin natural. Sus poblaciones, por otro lado, pueden sentir estos grandes cambios en sus huesos y en los mercados de trabajo. Esto, en parte explica supuesta y políticamente eventos aberrantes como Trump y el Brexit, al menos para las élites.

Para revelar a su gente la escala y la velocidad de los cambios, los líderes occidentales deben mostrar simultáneamente los dos cuadros mostrados a continuación.

  • El gráfico de McKinsey que se cita con frecuencia muestra por cuánto tiempo China y la India fueron las economías más grandes del mundo, así como su repentina caída precipitada después de 1820.
Gráfico 1. Participación en el PBI global
  • El segundo gráfico, destacado por el comentarista Martin Wolf, muestra cómo China y la India han recuperado su participación natural a medida que las participaciones de América y Europa han comenzado a disminuir.
Gráfico 2. La forma cambiante de la economía mundial

La participación de Occidente en la economía mundial continuará reduciéndose. Esto es inevitable e imparable, ya que otras sociedades han aprendido a emular las mejores prácticas occidentales. ¿Significa esto que los medios de vida occidentales están destinados a empeorar? El reciente estancamiento de los ingresos y la creciente pérdida de empleos entre las clases trabajadoras en Estados Unidos y en otros lugares parece sugerir que se avecinan tiempos difíciles. R. W. Johnson describe bien cómo se han estancado los salarios:

Entre 1948 y 1973, la productividad aumentó en un 96.7 por ciento y los salarios reales en un 91.3 por ciento, casi exactamente al mismo ritmo. Esos eran los días de abundantes trabajos duros en las industrias de acero y automotriz, cuando los trabajadores podían permitirse enviar a sus hijos a la universidad y verlos subir a la clase media. Pero desde 1973 hasta 2015 – la era de la globalización, cuando muchos de esos empleos desaparecieron en el extranjero – la productividad aumentó un 73,4%, mientras que los salarios aumentaron solo un 11,1%.

Él también escribió: “En promedio, en 1965, un CEO estadounidense ganaba 20 veces lo que un trabajador. Para 2013, en promedio, el número era 296 veces”.

Los ingresos de muchas poblaciones occidentales de clase media también se han estancado en las últimas décadas. Esto es innegable. Pero esta tendencia puede revertirse. Los líderes occidentales deben hacer un nuevo cálculo del nuevo orden económico global y buscar nuevas oportunidades para los trabajadores occidentales. Como advirtió Maquiavelo, “no hay nada más difícil… que tomar la iniciativa en la introducción de un nuevo orden de cosas”.

La buena noticia para Occidente es que el pye económico mundial no se está reduciendo. De hecho, está creciendo constantemente y probablemente continuará creciendo, con algunos cambios significativos. Hasta hace poco, gran parte del crecimiento mundial provenía de las economías del G7, no de las economías del E7.

(G7 = Grupo de los 7: Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y los EEUU.

E7 = Grupo de los 7 Emergentes: China, India, Brasil, México, Rusia, Indonesia y Turquía).

Esto se ha invertido bruscamente en las últimas dos décadas. En el 2015, por ejemplo, el G7 aportó el 31.5 por ciento y el E7 el 36.3 por ciento del crecimiento mundial.

En resumen, hasta ahora Occidente ha proporcionado la locomotora que impulsa el crecimiento económico global, y el Resto enganchó sus vagones al tren. El crecimiento explosivo de China en las últimas décadas fue impulsado por las exportaciones a EEUU. Ahora, el Resto está proporcionando la locomotora, y las sociedades occidentales pueden ofrecer crecimiento económico a sus poblaciones al enganchar sus carros al Resto.

Esto suena simple en teoría. En la práctica, podría ser difícil. Occidente ha estado a la vanguardia de la historia mundial durante casi 200 años. Ahora tiene que aprender a compartir, incluso a abandonar, esa posición y adaptarse a un mundo que ya no puede dominar. ¿Es posible hacer esto? Hasta ahora, Occidente no ha logrado producir una estrategia global coherente y competitiva para enfrentar la nueva situación. En su lugar, se está agitando, atacando a Irak, bombardeando a Siria, sancionando a Rusia y atacando a China. Todo esto se suma a una sensación de turbulencia global.

El mensaje clave de este libro es que hay una mejor opción para Occidente, ayudado por el análisis y el asesoramiento, ofrecido en amistad, por el Resto. Un cálculo frío, cuidadoso y completo de cómo han cambiado los intereses occidentales junto con un realismo despiadado, de hecho – una dosis de Maquiavelo – es lo que necesita Occidente. Sin embargo, Maquiavelo sigue siendo una de las figuras más incomprendidas de nuestro tiempo. Muchos en Occidente consideran a Maquiavelo como la encarnación del mal. Leo Strauss, el famoso científico político estadounidense de la década de 1950, lo llamó “maestro del mal”. De hecho, como el gran filósofo británico Isaiah Berlin nos recordó en su ensayo seminal “La cuestión de Maquiavelo”, “los valores de Maquiavelo…no son instrumentales, sino morales y definitivos, y pide grandes sacrificios en su nombre”. Berlin enfatizó que la burla de Occidente de Maquiavelo se deriva de un “malentendido profundo pero característico de la tesis de Maquiavelo”. Como él explica, Maquiavelo entiende que “la vida pública tiene su propia moralidad”. En otras palabras, Maquiavelo defiende que un líder, que se hace a sí mismo “responsable de las vidas de los demás”, debe colocar primero su bienestar. Por lo tanto, un líder maquiavélico debe elegir siempre la moral pragmática sobre la idealista o dogmática.

Felizmente, Occidente no necesita hacer “grandes sacrificios” hoy, porque el estado de la humanidad es mucho mejor que en la Italia del siglo XVI. Aunque las poblaciones occidentales han estado lidiando recientemente con el pesimismo, un nuevo amanecer ha estallado en el resto del mundo. Paradójicamente, gran parte de esto ha sucedido como resultado de que Occidente ha compartido su sabiduría con el resto.

Lamentablemente, Occidente permanece notablemente mal informado sobre la mejora masiva de la condición humana.

Imagine un mundo donde virtualmente ningún ser humano se acueste con hambre. O donde la pobreza absoluta casi ha desaparecido. Donde cada niño se vacune y va a la escuela. Donde cada hogar tenga electricidad. Donde cada ser humano lleve algún tipo de teléfono inteligente, que le brinda acceso ininterrumpido a tesoros globales de información que alguna vez fueron el dominio exclusivo de las pequeñas élites. Pero más importante aún, imagine un mundo donde las perspectivas de una gran guerra mundial sean prácticamente nulas.

La mayoría de las personas sensatas describirían este mundo como algo que limita con la utopía. Sorprendentemente, pocas personas sensatas son conscientes de que vivimos en un mundo donde la humanidad está a punto de lograr tal utopía. Es la verdad más grande de nuestro tiempo: en términos objetivos, la condición humana nunca ha sido mejor.

La violencia ha caído dramáticamente:

  • Steven Pinker, de Harvard, observa que “… hoy estamos viviendo en el momento más pacífico de nuestra especie en el mundo”, él agrega: “La violencia mundial ha disminuido constantemente desde mediados del siglo XX”.
  • Según the Human Security Brief 2006, el número de muertes en combate en las guerras interestatales ha disminuido de más de 65,000 por año en la década de 1950 a menos de 2,000 por año en esta década.

Del mismo modo, la pobreza también ha disminuido dramáticamente:

  • Max Roser de Oxford dice: “En 1950, tres cuartas partes del mundo vivían en la pobreza extrema; En 1981 seguía siendo el 44 por ciento. Para el año pasado [2016], la investigación sugiere que la participación en la pobreza extrema ha caído por debajo del 10 por ciento”.
  • Sobre alfabetización, dice: “En 1800 había 120 millones de personas en el mundo que podían leer y escribir; hoy hay 6.2 billones con la misma habilidad “.
  • El Dr. Peter Diamandis, cofundador de la Singularity University de Silicon Valley, concluyó:” ¡Realmente estamos viviendo el momento más emocionante para estar vivo!” ¿Por qué?
    • Él documenta cómo la pobreza absoluta está desapareciendo
    • El trabajo infantil está disminuyendo
    • Las tasas de mortalidad infantil están disminuyendo
    • Las tasas de homicidios están disminuyendo y
    • Las tasas medias de educación y alfabetización están explotando en todo el mundo.

Johan Norberg, del Instituto Cato, señala: “Si alguien te hubiera dicho en 1990 que en los próximos veinticinco años el hambre en el mundo disminuiría en un 40 por ciento, la mortalidad infantil se reduciría a la mitad y la pobreza extrema en tres cuartas partes, les hubieras dicho que eran unos tontos ingenuos. Pero los tontos tenían razón. Esto es realmente lo que ha sucedido”.

Habiendo experimentado la pobreza en el Tercer Mundo cuando era niño, sé que nada arrastra el espíritu humano más que un sentimiento de impotencia, incertidumbre y temor al futuro. Un pequeño ingreso regular y el acceso a bienes básicos como televisores y refrigeradores también mejoran la sensación de bienestar. En resumen, la erradicación de la pobreza es espiritualmente edificante. El mundo debería regocijarse con este cambio. Lampadia




Una visión ilustrada de Occidente desde Asia

Una visión ilustrada de Occidente desde Asia

En Lampadia seguimos las opiniones de Kishore Mahbubani, ex embajador de Singapur ante las Naciones Unidas (1971-2004), actual decano de la Escuela de Políticas Públicas Lee Kuan Yew de la Universidad Nacional de Singapur y uno de los líderes intelectuales del Asia. Mahbubani aboga consistentemente por la necesidad de que la geopolítica global tienda hacia la convergencia entre occidente y oriente, tema que analizó a fondo en sus libros “The New Asian Hemisphere” (El Nuevo Hemisferio Asiático) y The Great Convergence (La Gran Convergencia).

Mahbubani, es un gran defensor de la globalización: “La globalización no ha fallado. Todas las discusiones sobre la globalización están distorsionadas porque los analistas occidentales se centran en aproximadamente el 15 % de la población mundial que vive en Occidente. Ignoran el 85 % que son el resto. Los últimos 30 años de la historia humana han sido los mejores 30 años que los demás han disfrutado”.

Para resaltar la evolución del Asia, presenta una perspectiva histórica de largo plazo: “Fui a China por primera vez en 1980 y la gente no podía elegir qué ponerse, todos vestían trajes de Mao… No podían elegir dónde vivir, dónde trabajar, qué leer, cero opciones, cero, y yo diría que, si estás hablando del gobierno, Dios mío, el gobierno de Mao Tse Tung estaba omnipresente y decidía cada característica de sus vidas. Hoy la población en general ha experimentado la mayor explosión de libertad personal jamás vista en la historia de China en 4,000 años”.

Además destaca, que más allá del reciente empoderamiento de Xi Jinping, “los chinos todavía tienen el sistema político más meritocrático del mundo”.

Para Mahbubani, el cambio más importante para explicar el nuevo mundo es el ingreso de China a la OMC. Este determinó el acceso de 800 millones de chinos a la economía de mercado, con lo cual cambiaron todas las relaciones de producción globales, y explica incluso las reverberaciones políticas que dieron origen al populismo de los países más ricos.

Hoy el mundo transita hacia la divergencia, un espacio político y económico contrario a los intereses del Perú. Prestemos atención al más lúcido analista global asiático.  Lampadia

The Economist pregunta

¿Occidente ha perdido su toque?

Nuestro editor extranjero habla con Kishore Mahbubani, ex presidente del Consejo de Seguridad de la ONU.

The Economist
7 de junio, 2018
Transcrito, traducido y glosado por Lampadia

Transcripción y traducción de la conversación:

Robert Guest: Hola y bienvenido a The Economist Pregunta. Soy Robert Guest, editor extranjero de The Economist, y esta semana nos preguntamos: a medida que Occidente enfrenta un declive relativo, ¿cómo debería verse el Nuevo Mundo?

The Economist conmemora 175 años desde nuestro primer número con una nueva iniciativa “Open Future”. En los próximos meses liderará un debate mundial en prensa, en línea y, por supuesto, en la radio, para poner sobre la mesa nuevamente el caso del libre mercado y las sociedades abiertas en el siglo XXI.

Mi invitado de hoy argumenta que lejos de estar en peligro estas ideas liberales están teniendo un éxito sin precedentes, aunque no reconocido.

Kishore Mahbubani ha sido un gran observador de las cambiantes arenas de la geopolítica durante casi 50 años. Como diplomático de su Singapur natal durante más de tres décadas, sirvió en Camboya, Malasia y en Estados Unidos y fue presidente del Consejo de Seguridad de la ONU. No teme hacer preguntas provocativas. En su nuevo libro “¿Has the West lost it?”, advierte modestamente sobre los albores de un nuevo orden mundial en el que la caída de Occidente no anuncia una nueva era oscura sino una nueva utopía.

Kishore Mahbubani bienvenido a The Economist Pregunta.

Kishore Mahbubani: Es un placer estar aquí.

Robert Guest: Kishore, ¿Occidente lo perdió? ¿Qué ha perdido?

Kishore Mahbubani: Yo diría que Occidente no lo ha perdido todavía, pero lo hará si continúa con el piloto automático yendo en la misma dirección cuando la historia mundial ya ha cambiado de dirección.

Robert Guest: ¿Qué quieres decir con eso?

Kishore Mahbubani: Bueno, muy simple. Desde el año uno hasta 1820, las dos economías más grandes del mundo siempre fueron las de China e India. Es solo en los últimos 200 años que Europa y América del Norte despegaron, por lo que los últimos 200 años de la historia mundial han sido una gran aberración histórica. Occidente ahora tiene que despertarse y decir “Oye, este es un mundo muy diferente de los siglos XIX y XX”. Ahora tengo que aprender a vivir y trabajar con el resto del mundo de manera cooperativa sin exigirles nada, sin decirles que voy a imponerle sanciones si no te comportas bien. Podía hacer eso antes cuando tenía del 40 % al 50 %, 60 % de la economía mundial.

Robert Guest: Creo que citas a George Orwell diciendo que una de las mayores dificultades en la vida es ver lo que tienes delante de la nariz. ¿Está Occidente dejándo de notarlo?

Kishore Mahbubani: Creo que Occidente ha dejado de notar que el resto del mundo se ha despertado. Occidente debería estar celebrando ahora porque al final del día los futuros historiadores verán claramente que el proyecto occidental para civilizar el mundo ha tenido éxito. Compartió sus mejores prácticas en todos sus modos de razonamiento, su ciencia y tecnología, su confianza cultural, sus modos de buen gobierno, que compartió con el resto del mundo, y el resto lo ha absorbido. La condición humana nunca ha estado tan bien como lo está hoy, este es el momento de un gran triunfo para Occidente, cuando debería estar celebrando, en cambio, como sabes, está en un profundo caos.

Occidente hizo que la codicia pasara a través del Renacimiento y de la Ilustración… nos dió algo muy simple, higiene. ¿Por qué crees que menos bebés están muriendo? Porque las madres que se lavan las manos. Y es algo muy simple, porque sabes que tal cosa son gérmenes… Yo mismo crecí en Singapur cuando el ingreso per cápita era aproximadamente el mismo que el de Ghana $ 500, y a la edad de 6 años recibí un programa de alimentación especial porque técnicamente estaba desnutrido. Ahora el ingreso per cápita de Singapur es más alto que el del Reino Unido. ¿Por qué? Absorbimos las mejores prácticas occidentales.

¿Por qué crees que Occidente está tan mal en este momento? Occidente malinterpretó dos puntos de inflexión críticos. El primero fue el final de la Guerra Fría y Francis Fukuyama escribió el famoso ensayo “El fin de la historia”. Pidió a Occidente que se durmiera y se relajara en un momento en el que China e India despertaban, 1990-1991. Luego, en 2001, cuando sucedió el 911, todos los gigantes intelectuales de Great Western pensaron “hey, eso es lo más importante del año”, pero eso no fue lo más importante del año…

Robert Guest: ¿Qué fue?

Kishore Mahbubani: Lo más importante del año fue la admisión de China en la OMC y ochocientos millones de nuevos trabajadores chinos que se unieron al sistema capitalista global, que es una destrucción creativa masiva con pérdidas de empleos. Todo lo que sucedió podría haber sido anticipado, así que el objetivo de mi libro, es decir: “Oye, despierta, hay cambios aún mayores, comienza a adaptarte ahora”.

Robert Guest: Entonces, cuando dices que Occidente se quedó dormido, ¿qué cosas debería haber hecho, pero no hizo?

Kishore Mahbubani: Al final de la Guerra Fría hubo una enorme arrogancia y triunfalismo en Occidente. Ese triunfalismo fue un gran error, y cada vez que intentas intervenir en otra gran civilización, se da un rebote contrario. Así que tengamos cuidado, no hagamos en el siglo XXI.

Robert Guest: Ok, estás hablando de una intervenciones forzadas en lugar de venderle cosas a las personas…

Kishore Mahbubani: También hablo de intervención ideológica. Por ejemplo, cuando Xi Jinping anuncia que no habrá más límites al mandato de su presidencia, caramba, el coro de desaprobación en Occidente fue asombroso, pero ¿se preguntaron qué es lo que quieren los chinos? Considerando la perspectiva de la historia china, China pasa buenas épocas cuando tiene un emperador fuerte y si creen que China puede convertirse de la noche a la mañana y en una democracia, es una gran ilusión.

Robert Guest: Sin embargo, anteriormente había una idea de eso, el Partido Comunista Chino tenía una forma relativamente meritocrática de alternar líderes, y generalmente los líderes no mejoran en su tercera o cuarta década en el cargo.

Kishore Mahbubani: Pero los chinos todavía tienen el sistema político más meritocrático del mundo. En términos de la selección de líderes que se unen a los rangos superiores del Partido Comunista Chino, es más difícil subir en esos ránkings que convertirse en profesor en Harvard en términos de la competencia y Xi Jinping, en realidad, es el resultado de un sistema meritocrático porque tuvo que luchar muy duro para llegar a donde ha llegado hoy. Y tienes razón, puede convertirse en un mal emperador, pero si se convierte en un buen emperador, dejará China con más fuerza y ​​poder en la dirección correcta.

Robert Guest: Bueno, sí, si se convierte en un buen emperador, por supuesto, sería bueno. Me refiero a que la preocupación es que sería difícil expulsarlo si no es bueno, que generalmente es la ventaja que tiene la democracia.

Hay mucho sentimiento en Occidente y también entre las personas que observan el estado de la democracia liberal en todo el mundo, que ciertamente desde la crisis financiera de 2008 se ven lugares como Turquía y Hungría e incluso, ya sabes, se observan partes de África como Zambia, en partes de América Latina como Nicaragua, que hay una especie de oleada populista autoritaria en el mundo. ¿Esto te preocupa?

Kishore Mahbubani: Estoy feliz de darte buenas noticias, no hay un aumento autoritario…

Sí, hay líderes cada vez más fuertes que surgen en algunos países, pero en el mundo en general… vamos a ver cómo tomamos a las 3 sociedades más pobladas de Asia: China, India, Indonesia… ¿adivina qué? 2 de los 3 son democráticas. Y lo que es similar en los 3 casos es que las tres sociedades que solían tener sociedades feudales se han transformado a sí mismas y las tres ahora tienen el gobierno para creer que son responsables ante el pueblo. Esa es una revolución masiva en el pensamiento que ha sucedido no solo en Asia sino en África, en América Latina y en otros lugares. Habrá excepciones. Pero el hecho de que la gente de hoy sea mucho más consciente de sus derechos y su capacidad de cambio es una transformación mucho más fundamental.

Robert Guest: ¿Existe también la sensación de que desde que Xi Jinping llegó al poder en China, posiblemente desde que Narendra Modi llegó al poder en la India, quiero decir que en China se ha visto una mayor centralización del poder, donde la persona a cargo potencialmente podría seguir siendo presidente para siempre y has visto una extensión mucho mayor de la vigilancia gubernamental sobre ciudadanos individuales que le dan al estado un enorme poder sobre personas y, sabes, en India es mucho menos serio pero ha habido más de un sentimiento de nacionalismo hindú que tiende a excluir a la minoría , en particular a los musulmanes, ¿no ves ningún desarrollo preocupante allí?

Kishore Mahbubani: Fui a China por primera vez en 1980 y cuando fui a China, la gente de China no podía elegir qué ponerse, todos vestían trajes de Mao…

No podían elegir dónde vivir, dónde trabajar, qué leer, cero opciones, cero, y yo diría que, si estás hablando del gobierno, Dios mío, el gobierno de Mao Tse Tung estaba omnipresente y decidía cada característica de sus vidas.

Hoy la población en general ha experimentado la mayor explosión de libertad personal jamás vista en la historia de China en 4,000 años y sorprendentemente esta es la más… para mí esta es la estadística más crítica porque como saben, la Unión Soviética permitió que cero ciudadanos soviéticos viajaran al extranjero, cero. 120 millones de personas salen de China libremente todos los años para viajar al extranjero. Más importante aún, 120 millones de chinos regresan a China libremente y he vivido en una sociedad china mayoritaria durante 69 años de mi vida y nunca he visto este tipo de orgullo entre los chinos como lo he visto hoy. La sensación de autoestima, sentido de confianza, quiero decir, es una población china muy diferente a lo que se ve, en cierto sentido es que el vaso medio vacío es un vaso que los chinos ven como un vaso que está lleno en tres cuartas partes. Ahora la India es, por supuesto, completamente diferente. Y la India nunca tendrá ningún tipo de dictadura o gobierno autoritario del tipo que China pueda tener y, como saben, Indira Gandhi lo intentó…

Robert Guest: Lo intentó y no funcionó tan bien, ¿verdad?

Kishore Mahbubani: Y falló, precisamente por eso que la historia de Asia es tan fascinante. China está teniendo éxito gracias a su gobierno. India está teniendo éxito a pesar de que su gobierno y un erudito indio Pratap Bhanu Mehta, que dirige la universidad privada más exitosa de la India, me dijo en privado que “la diferencia entre China e India es que en China se tiene una sociedad cerrada con una mente abierta. En India tienes una sociedad abierta con una mente cerrada”. Entonces ambos tienen desafíos, todavía no han llegado. Pero es evidente que han recorrido un largo camino, y los futuros historiadores que miren hacia atrás para que Occidente juzgue a China e India se rascarían la cabeza y dirían “discúlpenme, estos dos países recién están despertando y viendo con confianza su futuro y el Oeste está diciendo: ¿a dónde van?”

Robert Guest: Dices eso, pero me refiero a que no es incoherente decir que lo que está sucediendo en China representa una enorme mejora en la calidad de vida material, pero aun así  preocupan algunos cambios recientes sobre cómo trata el gobierno al individuo.

Kishore Mahbubani: Es justo ser crítico, pero no es justo imponerle a China nuestra chaqueta ideológica occidental y decir que el único camino a la historia es el pasado que Occidente ha tomado, porque te garantizo esto: los chinos van a ir para tomar esa parte, quiero decir, China ha sacado a ochocientos millones de personas de la pobreza absoluta y hoy es concebible que la gente ,el 10% más pobre de China, pueda sentir una mayor esperanza que quizás, el 10 % más bajo  Estados Unidos.

Robert Guest: ¿Qué tipo de consejo que le das a Occidente sobre cómo abordar su política de manera diferente?

Kishore Mahbubani: Creo que es importante para Occidente, especialmente para Europa y América, que tal vez reinicie el ejercicio de la política. La buena política tiene que ver con la geografía, por lo que los desafíos a los que se enfrenta a largo plazo son muy diferentes. El desafío número uno de EEUU es China, el tema de mi próximo libro. Muy claro. Estados Unidos se obsesionará con China en los próximos diez, veinte o treinta años y, esencialmente, de una forma u otra tendrá ‘juego cero’, con China convirtiéndose en la número uno y Estados Unidos convirtiéndose en el segundo. Para que sepas, Graham Allison ha escrito un libro titulado “Destinado para la Guerra” con lo que no estoy de acuerdo, no están destinados a la guerra, pero esa será la obsesión estadounidense si miro la geografía europea. Creo que el mayor desafío de Europa no es China, sino África. La población de África en 1950 era la mitad que en Europa, ahora se duplicará en 2100, será 10 veces más grande que la de Europa, así que si África no se desarrolla, ese será un gran problema para Europa y, paradójicamente, el país que está invirtiendo mucho en África es China.

Así que cada regla, cada puerto, cada industria que China construye en África realmente está ayudando a frenar el flujo de personas a Europa, así que en realidad podría haber cierto grado de convergencia de intereses políticos en Europa y China, pero eso es algo inconcebible hoy.

Robert Guest: ¿Cuánto daño crees que le está haciendo Donald Trump a la posición de Estados Unidos en el mundo?

Kishore Mahbubani: Bueno, veo a Donald Trump como un fenómeno pasajero. Cuando estuve en Davos este año lo más impresionante fue lo de Macron. Puedo imaginarme una figura como Macron emergiendo en América, no sé quién será. Así que puedo ver a Estados Unidos balanceándose hacia el centro, así que no veo a Donald Trump como un problema. Un problema mayor es que la inteligencia liberal estadounidense no comprende el mundo y no ha preparado a la población estadounidense para tratar con este nuevo mundo. Y veo que es un problema aún mayor porque crea un tipo único de aislacionismo.

Robert Guest: Y tú piensas que avanzar hacia una política exterior menos intervencionista es lo más importante.

Kishore Mahbubani: Absolutamente, estoy completamente de acuerdo en que uno debería enfocarse en sus problemas domésticos, pobreza, etc., pero luego es importante volver a equilibrar lo que uno hace con el resto del mundo.

Todos los problemas que tiene en el mundo se dirigen a una solución multilateral y a asegurarse  que el resto del mundo, que constituye el 88% de la población mundial, sea parte de la solución y se unan.

Robert Guest: Si solo tuvieras un presidente estadounidense que creyera en Occidente y elaborara un orden basado en reglas…

Kishore Mahbubani: Bill Clinton pronunció un discurso en Yale en 2003, donde le dio a sus compatriotas estadounidenses algunos consejos brillantes. Él dijo “Si Estados Unidos va a ser el número uno para siempre, que siga haciendo lo que está haciendo, pero si podemos concebir un mundo donde Estados Unidos ya no sea el número uno, seguramente le conviene crear un espacio para coohabitar”. Bueno, pronunció el discurso hace 15 años y ni una sola figura importante en el cargo tuvo el coraje de seguir su camino y decir “Oye, preparémonos para un mundo donde Estados Unidos se convierta en el número 2 y, por lo tanto, opte por más reglas basadas en el orden”. Lampadia