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¿Cómo resolver las disputas comerciales entre Occidente y Oriente?

La guerra comercial EEUU-China es el vivo reflejo del creciente conflicto entre Occidente y Oriente que viene experimentando en los últimos años el mundo, ante el temor de que una u otra potencia económica desplace o asuma las riendas de la soberanía global. Como hemos escrito anteriormente en Lampadia: La verdad detrás de la guerra comercial EEUU-China, dicha disputa se fundamenta además en un conflicto de seguridad, ante el asentamiento de un número cada vez mayor de instalaciones militares  chinas a nivel mundial, y en menor medida, de un componente ideológico.

Sin embargo, lo que no están visualizando los líderes políticos occidentales, en particular, el presidente Donald Trump y el Representante de Comercio de EEUU, Robert Lighthizer, es que este proceso de ascenso, y por ende de convergencia, en la participación del PBI global por parte de Asia emergente, ante el inminente avance de China y la India, es un proceso natural, frente a la “aberración histórica” – como la denomina Kishore Mahbubani– observada en los últimos 200 años, en los que EEUU y Europa dominaron la escena mundial, tras 1,800 años de dominación oriental (ver Lampadia: La divergencia del ‘nuevo orden global’). Con lo cual estaríamos ante la fase final de dicho período anómalo al visualizarse una menor desigualdad en lo pesos relativos de los países anteriormente mencionados.

Y no solo esto es consecuente con lo observado en los datos. La teoría económica de crecimiento siempre fue clara, desde sus inicios con la escuela neoclásica, en explicar los procesos de convergencia entre las economías cuyo stock de capital diferían en el tiempo. Desde los primeros trabajos de Robert Solow publicados en la década de los 50, que después fueron refinados con el desarrollo teórico de Mankiw, Romer y Weill a inicios de los 90, la idea de la convergencia siempre estuvo presente, primero a nivel de países y después a nivel regional, lo cual explica lo observado con el PBI mundial actual.

Dicho esto, ¿Qué estrategia debe implementar EEUU y Europa ante la creciente dominación económica por parte de China, siendo este un proceso orgánico e inevitable tal como sugieren la evidencia empírica y la teoría económica?

La respuesta a esta pregunta la dio brillantemente Mahbubani en una entrevista publicada recientemente en la revista India Forbes (ver artículo líneas abajo): “Occidente deben repensar sus objetivos estratégicos para Asia”.

En ese sentido, él propone que los gobernantes occidentales, tanto de EEUU como de Europa, opten por lo que él denomina como las “3-m”, en su libro “¿Ha perdido Occidente?”:

  • Ser minimalistas, es decir,  no involucrarse innecesariamente en innumerables guerras, teniendo en cuenta que China no participa en ninguna de ellas desde hace 40 años.
  • Ser multilaterales, es decir, fortalecer los organismos multilaterales, que actualmente se encuentran debilitados por la reservada colusión que tiene EEUU con Europa.
  • Ser maquiavélicos, en el sentido de ser pragmáticos, tal como fue en su tiempo Nicolás Maquiavelo, lo cual implica abrir más sus mercados, en un contexto de desaceleración global, y desarrollar alianzas con China que les permitan abordar problemas que están próximos a afectar al mundo desarrollado como la explosión demográfica de África.

Occidente puede y debe adecuar sus estrategias a este nuevo sistema global competitivo en el que la tendencia es a ceder un mayor espacio económico a una China más dinámica y con buenos prospectos futuros de desarrollo. Pero como señala The Economist, “se trata de trabajar con China y no contra China”.

A la larga, si EEUU y Europa profundizan más sus políticas de apertura comercial con China, conforme el gigante asiático expanda su frontera de posibilidades de producción, se generará una mayor variedad de importaciones de productos de buena calidad y de menor precio, que beneficiarán a las poblaciones de dichos países, en especial, las de menores ingresos.

Asimismo, los países emergentes de nuestra región, con especial énfasis, en los productores de commodities, se beneficiarán del desarrollo chino, ya que se encontrarán en un contexto de mayor demanda mundial de productos manufactureros, que requerirán, a su vez, de una mayor demanda de materias primas para su fabricación. Es, sin lugar a dudas, un círculo virtuoso de prosperidad y crecimiento para todos. Lampadia

Kishore Mahbubani: Occidente necesita repensar sus objetivos estratégicos para Asia

Al igual que EEUU se resiste a enfrentar la posibilidad de que China los supere, los chinos se muestran reacios a enfrentar la perspectiva de convertirse en el número uno.

Dominic Morgan
India Forbes
27 de febrero, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

Occidente necesita repensar radicalmente sus objetivos estratégicos para el siglo asiático, argumenta Kishore Mahbubani, asesor principal y profesor en la práctica de políticas públicas de la Universidad Nacional de Singapur.
Imagen: Cortesía CKGSB

Pocos pensadores pueden hablar sobre el gobierno global con tanta autoridad como Kishore Mahbubani. Fue ex presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, secretario permanente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Singapur y decano de la renombrada Escuela de Política Pública Lee Kuan Yew de la Universidad Nacional de Singapur. Fue nombrado “la musa del siglo asiático” y figura entre Los 100 intelectuales públicos más influyentes del mundo por Financial Times, Foreign Policy y Prospect.

En su último libro, que se publicará este año, Mahbubani planea abordar las crecientes tensiones entre EEUU y China, y el ex diplomático tiene algunos consejos francos para Occidente. Como explica, la elección del presidente Donald Trump y el lanzamiento de una guerra comercial con China deben considerarse como síntomas de la negativa de los EE.UU. A aceptar su inevitable declive como la economía número uno del mundo. En lugar de aullar a la luna, EE.UU. debería adoptar un enfoque más minimalista y estratégico en la política exterior para maximizar sus intereses en una era de dominación asiática [Ver en Lampadia: La divergencia del ‘nuevo orden global’ ].

P: En su último libro, ¿Ha perdido Occidente?, usted señala que ha habido una mejora notable en la calidad de vida de las personas en todo el mundo durante los últimos 30 años, pero el discurso público en Occidente se ha vuelto cada vez más pesimista. ¿Qué hay detrás de esta contradicción?

R: La gran paradoja, como enfatizo en el libro, es que la mejora dramática en la condición humana es el resultado de los generosos regalos de Occidente al resto, especialmente el regalo del razonamiento. Y, francamente, los historiadores futuros que miran hacia atrás a nuestro tiempo dirían que los 30 años que van desde 1980 hasta 2010 vieron probablemente la mejora más dramática en los estándares de vida en la historia humana. Entonces, este debería ser un momento de gran celebración en Occidente, el gran proyecto occidental de mejorar la condición humana ha tenido éxito.

Paradójicamente, Occidente nunca ha estado más deprimido. Creo que la única razón para esto es que Occidente cometió un gran error estratégico al final de la Guerra Fría en 1989: fue seducido por el ensayo de Francis Fukuyama, “¿The End of History?”, que básicamente decía que Occidente había derrotado a la Unión Soviética y solo podía encender el piloto automático, mientras que el resto del mundo necesitaba hacer ajustes estratégicos a este nuevo mundo.

El ensayo de Fukuyama hizo mucho daño mental a Occidente. Puso a Occidente a dormir precisamente en el momento en que China e India se estaban despertando.

Durante 1,800 de los últimos 2,000 años, las dos economías más grandes del mundo siempre han sido esos dos países. Los últimos 200 años han sido una gran aberración histórica. Y, por supuesto, todas las aberraciones eventualmente llegan a un final natural.

Imagen: Shutterstock

Pero lo que nadie podría haber previsto en 1989 fue la velocidad a la que China y la India han resurgido. En 1980, en términos de paridad de poder adquisitivo, la participación de los EEUU en el PBI mundial (producto bruto interno) era del 21,7% y la participación de China era del 2,3%, lo que significa que la participación de China era de alrededor del 10% de los EE.UU. Para 2014, sorprendentemente, la participación de China se había vuelto más grande. Por eso es un período tan dramático en la historia de la humanidad.

P: Usted describió dos factores clave que han desestabilizado a Occidente: primero, una disminución en los salarios reales tras la entrada de China y Europa del Este en el sistema de comercio mundial; y segundo, la comprensión de que los gobiernos nacionales se están volviendo impotentes para controlar las fuerzas de la globalización. ¿Cuál de estos es el más importante?

R: Ambos están relacionados. Creo que justo cuando Occidente cometió un gran error estratégico al final de la Guerra Fría, otro error estratégico se cometió en 2001 cuando ocurrió el 11 de septiembre. En realidad, estuve en Manhattan el 11 de septiembre, por lo que comprendí el impacto que sintió América. Lo que sucedió como resultado del 11 de septiembre fue que EEUU decidió que su mayor desafío estratégico iba a venir del mundo islámico, por lo que lanzó guerras en Afganistán e Irak.

Fue un error porque el evento estratégico más importante que ocurrió en 2001 no fue el 11 de septiembre, sino la admisión de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC). La entrada de China inyectó a 800 millones de trabajadores en el sistema capitalista global y, como nos enseñó Joseph Schumpeter, eso llevaría a la destrucción creativa. Entonces, no es sorprendente que en la década siguiente, muchas personas en los EEUU y Europa perdieron sus empleos. Pero como las élites se estaban beneficiando de la expansión de la economía global, no notaron que sus propias masas estaban sufriendo.

P: Recientemente, muchos comentaristas en los EEUU han estado debatiendo si fue un “error” permitir a China unirse a la Organización Mundial de Comercio en 2001. ¿Cuál es su opinión sobre este debate?

R: Hay una maravillosa expresión occidental: “no tiene sentido cerrar la puerta después de que el caballo haya huido”. Esta es una demostración clásica de lo que se dice. China ya se ha unido a la OMC; es parte del sistema de comercio global y está increíblemente integrado en él. No hay nada que puedas hacer al respecto.

Lo que necesita hacer Occidente, y especialmente EEUU, es adaptarse a este nuevo sistema global competitivo. Creo que puede ajustarse y puede hacerlo bien, pero se trata de trabajar con China y no contra China, por lo que la actual guerra comercial está mal orientada. De hecho, cualquier economista occidental sensible le dirá que el déficit comercial de EEUU no es el resultado de que China juegue de manera injusta. En realidad, es el resultado de que EEUU tenga la moneda de reserva global, lo que le permite consumir más de lo que produce. Eso es en realidad un privilegio.

P: En un artículo reciente de Project Syndicate, usted dijo que fue atacado durante un año sabático reciente en los EEUU por el sentimiento decisivo entre la élite de los EEUU , la cual se ha vuelto contra China. ¿Qué ha causado este cambio?

R: No lo sé, es desconcertante, pero ha sucedido. Creo que hay una creciente conciencia de que China se está haciendo más grande y más fuerte. Aunque a los estadounidenses no les gusta que EEUU se convierta en el número dos, subconscientemente deben darse cuenta de que EEUU se está moviendo hacia ese estado. En lugar de mirarse al espejo y preguntar qué errores ha cometido, siempre es más fácil encontrar un chivo expiatorio, y China es el más obvio. El peligro es que cuando busca un chivo expiatorio, ignora los problemas estructurales centrales con los que EEUU tiene que lidiar en esta nueva era.

P: ¿Qué tan receptivo debería ser China ante las quejas de los EEUU sobre sus prácticas económicas y comerciales?

R: Creo que los chinos deberían averiguar qué reclamos son válidos y cuáles no. Lo inválido es que el déficit bilateral es el resultado de que los chinos juegan de manera injusta, eso no es cierto en absoluto. De hecho, el déficit comercial, paradójicamente, ayuda a los trabajadores estadounidenses de alguna manera. A pesar de que sus ingresos no han aumentado, pueden comprar más cosas, más barato gracias a los productos Made-in-China.

Pero, por supuesto, también hay quejas válidas. Primero, China pudo haber estado robando propiedad intelectual de firmas estadounidenses. En segundo lugar, China ha insistido en que si las empresas estadounidenses invierten en China, deben transferir tecnología a China. En tercer lugar, hay barreras no arancelarias. China redujo sus barreras arancelarias y cumplió con sus obligaciones con la OMC, pero existen barreras no arancelarias que han obstaculizado las exportaciones occidentales a China.

Creo que lo que China debe hacer es responder con cierta generosidad de espíritu, porque China lo ha hecho muy bien gracias a que Occidente ha abierto sus mercados. Ahora, China puede corresponder abriendo aún más sus mercados. Eso también le daría a EEUU y Europa un mayor interés estratégico en mantener buenos lazos con China.

P: EEUU está centrando cada vez más su ira en la estrategia de China “Made in China 2025”. ¿Cuál es su opinión sobre esta estrategia?

R: Creo que es legítimo que China aspire a convertirse en una superpotencia tecnológica por derecho propio. Francamente, creo que China va a tener éxito. Los EEUU no deben quejarse de lo que está haciendo China y, en cambio, preguntarse cuál debería ser la respuesta estadounidense. Pero aquí, la ideología de personas como el Representante de Comercio de los EEUU, Robert Lighthizer, que cree que no funcionan todas las políticas industriales dirigidas por el gobierno, se interpone en el camino.

Si las políticas industriales no funcionan, ¿por qué no permitir que falle esta? Si te quejas al respecto, eso sugiere que crees que va a funcionar. Ahora, si va a funcionar en China, ¿por qué EEUU no lanza su propia estrategia nacional integral para mantener su liderazgo tecnológico? En lugar de quejarse de Made in China 2025, deberían tener un Made in America 2025.

P: Si China emerge como la principal economía del mundo, ¿cómo espera que China reformule el orden global?

R: Así como EEUU se resiste a enfrentar la posibilidad de que China los supere, creo que los chinos se muestran reacios a enfrentar la perspectiva de convertirse en el número uno. Los chinos deberían pensar más en esto, porque es muy importante que China haga un gran esfuerzo para asegurarle al mundo que mantendrá el orden actual basado en reglas que Occidente le ha dado al mundo. Esto es esencialmente lo que Xi Jinping prometió en sus dos discursos en Ginebra y Davos en enero del año pasado. Y ese es el mensaje que China debe repetir al mundo.

Sería prudente que China fortalezca la OMC, las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, pero eso requerirá que Occidente ceda el control.

P: ¿Cómo deberían posicionarse EEUU y Europa en un sistema global dominado por Asia?

R: Europa y EEUU deben enfrentar el hecho de que los dos últimos siglos de dominio occidental han sido una aberración histórica, y que la aberración está llegando a un final natural. Deben estar listos para lidiar con un mundo en el que permanecen fuertes, pero en el que su participación relativa en el PBI mundial ha disminuido. Si su participación en el PBI se reduce, debe adoptar un nuevo enfoque estratégico, y lo que sugiero en “¿Ha perdido Occidente?” es una nueva estrategia de “tres-m” para Occidente.

• La primera “m” es “minimalista”. Occidente debería preguntarse: ¿debería involucrarse en tantas guerras? ¿Debería intervenir en Afganistán, Irak, Libia, Siria, Yemen, etc.? Los chinos no han disparado en 40 años, desde el final de la guerra con Vietnam en 1979, mientras que incluso durante el último año de la presidencia de Barack Obama, un hombre pacífico que ganó el Premio Nobel de la Paz, EEUU lanzó 26,000 bombas en siete países. Eso es una locura.

• La segunda “m” es multilateral. Aquí, me baso en el consejo del ex presidente Bill Clinton, quien les dijo a sus compatriotas que si se puede concebir un mundo en el que EEUU sea el número dos, entonces es de interés de EEUU fortalecer el orden multilateral del mundo, más allá de limitar el siguiente número uno, China. La tragedia es que aunque las instituciones multilaterales del mundo son el regalo de Occidente al mundo, es EEUU con la silenciosa colusión de Europa lo que las ha debilitado. Eso es imprudente.

• Y la tercera “m” es maquiavélica, que es la abreviatura de “ser pragmático”. Centrarse en sus propias prioridades y hacer lo que es importante para usted. Así, por ejemplo, el desafío a largo plazo de Europa no vendrá de Rusia, los tanques rusos no van a invadir Alemania. Pero lo que obtendrás es una explosión demográfica en África que será un desafío. Va a recibir más refugiados y hemos visto lo que le ha sucedido a Europa políticamente debido a los refugiados. Por lo tanto, a Europa le interesa ver a África desarrollarse, y el mejor socio para desarrollar África es China. EEUU temen la influencia de China en África y condenan la inversión china allí, y los europeos, como están subordinados a EEUU, también critican a China. Pero la inversión estratégica a largo plazo de China en África es un regalo para Europa. A eso me refiero con pensar en términos maquiavélicos acerca de dónde se encuentran sus intereses. Lampadia




El ‘americano feo’ desestabiliza las relaciones económicas del mundo

El ‘americano feo’ desestabiliza las relaciones económicas del mundo

Con el despropósito liderado por Trump en la cumbre canadiense hace un par de días, se perfila cada vez con mayor claridad, un mundo para el siglo XXI, liderado por tres autócratas: Putin, Xi Jinping y Trump.

Todavía hay muchos personajes que ven en Trump un factor de cambio positivo. Nuestra visión en Lampadia ha sido todo lo contrario, desde que apareció en el espacio político. El  30 de junio de 2015, publicamos en nuestro ticker: “DEBEMOS DECLARAR A DONALD TRUMP PERSONA NON GRATA A LA HUMANIDAD”.

Veamos que pasó en Canadá:

1. El trompazo de Trump al mundo

EEUU llama traidor al premier de Canadá y “socialista” al comunicado final

El presidente de EE.UU., Donald Trump, estrechando la mano del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, el sábado, durante la cumbre (Evan Vucci / AP)

La Vanguardia
BEATRIZ NAVARRO
11/06/2018
Glosado y editado por Lampadia

El origen del G7

Difícilmente Valéry Giscard D’Estaign podía imaginarse, cuando creó las reuniones de las siete mayores potencias democráticas del mundo, en plena crisis petrolera, que su 44.º edición terminaría con el representante de Estados Unidos dando un portazo y fulminando con un tuit la firma que horas antes había estampado en el comunicado final, pero es así como acabó la reunión del G-7 en Canadá.

La pataleta de Trump

Furioso porque los demás líderes ofrecieran una versión del acto distinta de la suya, Donald Trump se retractó de los acuerdos firmados, calificó de “deshonesto y débil” al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, por sus declaraciones a la prensa y anunció aranceles para los vehículos de importación.

Intercambio de observaciones y agravios

  • La oficina de Macron critica la “incoherencia e inconsistencia” estadounidense.
  • “Hay un lugar en el infierno para cualquier líder extranjero que hace diplomacia con mala fe con el presidente Trump y luego le da una puñalada en la espalda en cuanto se va por la puerta”, declaró ayer el consejero de la Casa Blanca sobre Comercio, Peter Navarro.
  • Trump, adujo, “le había hecho un favor” al ir a Quebec a pesar de tener “cosas mejores que hacer” y firmando “ese comunicado socialista” que el G-7 logró pactar a duras penas.
  • “Este es uno de los mayores errores de cálculo de un líder de Canadá en la historia moderna”, aseveró Navarro en la televisión Fox News.
  • Larry Kudlow, asesor económico de Trump, acusó en la CNN a Trudeau de “traición” y dijo que el presidente no podía permitir que le debilitaran ante la cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong Un.
  • Los líderes europeos demostraron que también ellos saben usar las redes sociales, si bien de forma más sutil que Trump.
  • La delegación alemana ganó la batalla de la comunicación con la difusión el sábado de una foto en que se ve al presidente sentado con cara de pocos amigos y rodeado del resto de los miembros del G-7 mientras Angela Merkel le interpela.
  • El portavoz Steffen Seibert, autor del tuit, subrayó ayer que “Alemania man­tie­ne su adhesión al comunicado acordado”.
  • Más duro fue el ministro del Exterior, Heiko Maas, al decir que “una cantidad extraordinaria de confianza puede quedar rápidamente destruida con un tuit. Por eso es tan importante que Europa se mantenga unida y defienda sus intereses aún más agresivamente”.
  • Un portavoz de la primera ministra británica, Theresa May, dijo a Efe que “seguimos comprometidos con el acuerdo recogido en el comunicado”.
  • “Es importante que Europa defienda sus intereses aún más agresivamente”

Reverberaciones

El mensaje de aislamiento de Trump en la escena internacional estaba claro.

Fue Emmanuel Macron quien llevó la voz cantante en las discusiones sobre comercio el viernes.

  • “Estaba pactado así, se había preparado muy bien y mantuvo una auténtica discusión con Trump, con ejemplos concretos” sobre cosas que este ha dicho y no son ciertas o carecen de lógica económica, explicaron a este diario fuentes diplomáticas europeas desde Quebec.
  • “En un formato así no puedes ignorar sin más los argumentos, y diría que Trump quedó algo desestabilizado”, aseguraron las fuentes.
  • “Nuestras discusiones han permitido restablecer la verdad sobre los intercambios comerciales entre Europa y EE.UU.”, tuiteó victorioso Macron el sábado.

Ese día, tras un duro tira y afloja, EE.UU. firmó el comunicado final del G-7, un texto que rechaza el proteccionismo y aboga por resolver las disputas comerciales por vías legales. Unas horas después, Trump se desmarcó del documento aunque ya estaba firmado. Antes de abandonar la cumbre había hecho una lectura exultante de sus discusiones con los otros líderes del G-7 que se desmoronó cuando estos dieron su propia versión de los hechos y expresaron sus opiniones.

Trump tiene una curiosa concepción de la diplomacia que mezcla las relaciones personales con la política. Su enfado con Trudeau se debe en parte a que este negó que Canadá esté a punto de firmar una revisión del Tratado de Libre Comercio de las Américas que expire a los cinco años, como había dicho Trump. O a que discrepara, como Macron, de que las importaciones de acero y aluminio de Canadá y la UE sean una “amenaza para la seguridad de EE.UU.”, el supuesto al que se ha acogido para aprobar los aranceles sin consultar al Congreso.

Más allá de los roces personales, que Europa, Canadá y México vayan a responder a EEUU subiendo los aranceles a algunos de sus productos irrita mucho a Trump. “Siempre decían que eso no iba a ocurrir”, recordó ayer el presentador de la Fox a Peter Navarro.

2.¿Quién es quién en la foto de Merkel y Trump que resume la tensión del encuentro?

De BBC News Mundo, 10 junio 201

Derechos de autor de la imagen INSTAGRAM @BUNDESKANZLERIN

Se esperaba que fuera una reunión del G7 incómoda… y parece que una imagen vale más que mil palabras.

Una fotografía publicada en la cuenta de Instagram de la canciller alemana, Ángela Merkel, da cuenta de la tensión existente en la cumbre celebrada este viernes y sábado en Canadá entre los países más industrializados del mundo.

BBC Mundo te cuenta quién es quién en la imagen que captura un momento que Merkel calificó de “reunión espontánea entre dos sesiones de trabajo”, pero que para muchos resume a la perfección el ambiente general de una cumbre marcada por los enfrentamientos.

1. Donald Trump, presidente de Estados Unidos

Trump sorprendió a los aliados de Estados Unidos —sobre todo a la Unión Europea, México y Canadá— cuando recientemente anunció un arancel del 25% sobre las importaciones de acero de estos países y del 10% sobre las de aluminio. Todos amenazan con medidas de represalia y esta grieta eclipsó la cumbre, dejando a veces al presidente estadounidense totalmente aislado. Trump abandonó la reunión antes de terminar, quejándose de que Estados Unidos es “como la alcancía de cerdito de la que todos roban”.

Pero también dijo que su relación con los otros líderes del G7 era de “10 sobre 10”.

2. John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos

Han pasado solo tres meses desde que fue nombrado el principal asesor de seguridad del presidente Trump, pero John Bolton ya ha logrado un impacto. Uno de los argumentos del presidente para justificar los aranceles son “motivos de seguridad nacional”, una opinión que Bolton ha respaldado contundentemente.

3. No identificado

4. Shinzo Abe, primer ministro de Japón

Se ha visto sometido a una presión cada vez mayor para unirse a las medidas de represalia contra los aranceles de Estados Unidos. Esto lo coloca en una posición difícil: se ha esforzado por mantener una relación cordial con el presidente Trump y se dice que los dos se reunieron al menos diez veces desde que ocupa la Casa Blanca.

5. Yasutoshi Nishimura, secretario adjunto del gabinete de Japón

El diputado del partido gobernante de Japón trabajó en el ministerio de Comercio Internacional e Industria.

6. Angela Merkel, canciller de Alemania

Estuvo al frente de las conversaciones para tratar de resolver las diferencias en la cumbre, como queda patente en esta imagen. Al parecer, Merkel sugirió la idea de establecer un mecanismo para resolver las disputas comerciales entre EE.UU. y sus aliados. Cuando se le preguntó durante la cumbre sobre su relación con Trump, Merkel dijo que los dos líderes no siempre estaban de acuerdo, pero que podían hablar entre ellos. “Puedo decir que mantengo una relación muy abierta y directa con el presidente estadounidense”, dijo.

7. Emmanuel Macron, presidente de Francia

Se enzarzó en una pelea sobre los aranceles con el presidente Trump en Twitter justo horas antes de que comenzara la cumbre, lo que llevó a algunos a preguntarse si la aparente buena relación entre ambos había terminado. A pesar de esto, se vio que se mantiene en buenos términos y el equipo del presidente Macron dijo que sus conversaciones con Trump fueron “francas y sólidas”.

8. Theresa May, primera ministra de Reino Unido

En una llamada telefónica, May le dijo a Trump la semana pasada que encontraba los aranceles de los Estados Unidos “injustificados y profundamente decepcionantes”. Pero también adoptó un tono más conciliador en la cumbre, instando a los líderes a retirarse del borde de una posible guerra comercial.

9. Larry Kudlow, director del Consejo Económico Nacional de Estados Unidos

El principal asesor económico de Trump defiende la medida de aumentar los aranceles y dice que el presidente estadounidense no debería ser considerado responsable de los crecientes conflictos comerciales con sus aliados. Kudlow dijo que el llamado del presidente para eliminar todos los aranceles entre las naciones del G7 era la “mejor manera de promover el crecimiento económico”.

El presidente francés, Emmanuel Macron, tuiteó una imagen tomada aproximadamente al mismo tiempo que la de Merkel pero desde un ángulo diferente, mostrando lo juntos que estaban los líderes del G7 y sus asistentes cuando se reunieron alrededor de Trump.

Derechos de autor de la imagenTWITTER @EMMANUELMACRON

La foto de Merkel se viralizó en las redes sociales, generando todo tipo de “memes” e intentos por saber qué estarían diciendo los mandatarios en ese momento.

3. Trump afecta severamente la relación de EEUU con Canadá

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, rechazó frontalmente las declaraciones realizadas por el presidente estadounidense, Donald Trump, y dijo que el nuevo TLCAN no tendrá una cláusula de disolución automática.

“Los canadienses somos educados pero no permitiremos que nos empujen”

En la misma línea, Trudeau afirmó que Canadá impondrá “sin ninguna duda” represalias comerciales a Estados Unidos a partir del 1 de julio a pesar de las amenazas hechas por el presidente estadounidense, Donald Trump.

El canadiense afirmó durante la conferencia de prensa que cerró la Cumbre del G7, que el comunicado conjunto “firmado por todos” los miembros del grupo de países industrializados, contiene “lenguaje consensuado” sobre el comercio internacional, incluida la voluntad de reformar la Organización Mundial del Comercio (OMC) especialmente en lo referente a la resolución de disputas.

La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, también dijo que el documento, que todavía no ha sido distribuido por los anfitriones canadienses, reafirma la imposición de sanciones a Rusia hasta que Moscú no cambie “sus acciones” con respecto a la anexión de Crimea.

Comentarios de los líderes desde casa

“Seamos serios y dignos de nuestra gente. Cuando hacemos compromisos, los cumplimos”, dijo Emmanuel Macron en un comunicado de la oficina del presidente de Francia citado por la agencia de noticias AFP. “La cooperación internacional no puede ser dictada por ataques de ira y comentarios desechables”, agregó.
 
“La retirada, por así decirlo, a través de tweet es, por supuesto, aleccionadora y un poco deprimente”, dijo Merkel en una entrevista de televisión.
 
El ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, dijo que Trump “en realidad no fue una sorpresa, hemos visto esto con el acuerdo climático o el acuerdo con Irán”.
 
4. De la pataleta en Canadá a pacificar la península coreana en Singapur
 
Peter Baker, New York Times, June 10, 2018

El domingo pasado, el presidente Trump escaló un amargo enfrentamiento con algunos de los aliados más cercanos de Estados Unidos, atacando al primer ministro de Canadá en términos inusualmente personales y dejándose llevar por una crisis diplomática cuando llegó a Asia para negociar un acuerdo nuclear con Corea del Norte.

Nunca he visto algo como esto”, dijo Robert D. Hormats, quien asesoró a los presidentes republicanos y demócratas en una docena de cumbres del G7, comenzando con la primera en Rambouillet, Francia, en 1975, cuando todavía era el Grupo de los 6.

Colofón

Es una lástima que las relaciones internacionales, y sobre todo los temas vinculados al comercio internacional, se manejen de la peor manera. En verdad, los intercambios propiciados por Trump en Canadá son algo que nunca se ha visto.

El peligroso líder estadounidense, se ha peleado con todo el mundo, con sus émulos y con sus amigos, incluyendo a Canadá, tradicionalmente el país más amigo de EEUU.

Como dicen los chinos, cuando las cosas se complican, ‘estamos viviendo tiempos interesantes’. Tres líderes con claras tendencias autoritarias empiezan a diseñar la esencia del clima político del siglo XXI:

  • Vladimir Putin desde Rusia
  • Xi Jinping desde China
  • Donald Trump desde EEUU

Pronto será necesario pensar en cómo enfrentar este desarrollo, desde la perspectiva e intereses de los países más pequeños, como el Perú. Lampadia