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Un aprendiz de brujo

Un aprendiz de brujo

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Exclusivo para Lampadia

Había una vez un joven espigado que era aprendiz. Cuando su maestro se fue, le encargó una serie de tareas, entre ellas una muy sencilla: traer agua y llenar una tina. El joven, al principio siguió las instrucciones, pero luego sintió fastidio por la tarea encomendada y quiso hacer algo mágico. Emocionado con la idea de que podía ser más que un aprendiz, se puso la túnica del maestro y sin entender las palabras, comenzó a pronunciar palabras que no entendía e hizo que la escoba y el balde se pusieran a sus órdenes y trajeran el agua. La escoba y el balde le obedecían, iban y venían, hasta que el agua que acarreaban ya fue suficiente. Cuando el aprendiz quiso que el balde y la escoba cesaran, no pudo conseguir que se detengan pues aquellos dejaron de oírlo. La casa se inundó, sin que el aprendiz pueda controlar el desbarajuste.

Como en el cuento de Johann Wolfgang von Goethe, donde el Aprendiz de Brujo desata fuerzas que no es capaz de controlar, en la política de nuestro tiempo, el presidente Vizcarra comenzó en julio de 2018 un irresponsable juego con las instituciones y los conceptos constitucionales que él pudo controlar con “mágicas palabras” como “lucha contra la corrupción”, “reforma política”, “referéndum” e “inmunidad parlamentaria” que pronunciaba en conferencias de prensa cada que necesitaba que el Congreso, el Tribunal Constitucional, el Ministerio Público y otras instituciones se movieran al ritmo que él quisiera, como el balde y la escoba se movían en el cuento. Sin embargo, como también sucedió en el cuento que el mandatario parece no haber leído, llegó el día en que esas “mágicas palabras” no pudieron controlar las fuerzas desatadas y el Congreso no hizo lo que Vizcarra quería, sino lo que le vino en gana y derramó la tina de la inmunidad política, despojándola de ella al presidente y a todos los poderes del Estado. Las fuerzas desatadas por Vizcarra fueron por encima de él. Como el aprendiz de brujo, no pudo controlar el desbarajuste que había creado en su ignorancia de las consecuencias del manoseo irresponsable de los conceptos e instituciones políticas y constitucionales.

En el cuento de Goethe, la moraleja es que “antes de aprender magia y hechicería tienes que aprender a cumplir con las responsabilidades que te encomiendan”[i]. En la realidad peruana la moraleja que queda es que la primera tarea del gobernante es cumplir con sus responsabilidades constitucionales y ocuparse de las tareas que le competen en salud, educación, seguridad, infraestructura, antes de jugar con tanta irresponsabilidad en otros campos que no le competen como las instituciones y los conceptos constitucionales, porque a diferencia de lo que sucede en el cuento, en este caso no hay un maestro brujo que regrese para solucionar el desmadre del aprendiz.

¿La convocatoria a elecciones con inusual antelación será la forma en que Vizcarra pide auxilio al pueblo, como el joven aprendiz clamaba auxilio al verse impotente de resolver aquello que el mismo había ocasionado?

Tal vez.

Sin embargo, si el pueblo sigue eligiendo con la misma irresponsabilidad que vimos en enero pasado, lo más probable es que no resolvemos el problema, sino que tengamos a muchos otros aprendices de brujo creando desmadres políticos y constitucionales. Lampadia

[i] El aprendiz de brujo, cuento de responsabilidad. www.fundaciontelevisa.org.