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El Estado del Siglo XXI: La Gran Reforma Institucional

El Estado del Siglo XXI: La Gran Reforma Institucional

Ad portas del proceso electoral para elegir a un nuevo presidente del Perú, Lampadia decide abrir esta sección destinada a debatir y proponer las reformas que se requieren para construir el Estado del Siglo XXI que necesitamos, una tarea impostergable si queremos recuperar la gobernabilidad que nos permita seguir creciendo y reduciendo la pobreza.

Pues no cabe duda que además de recuperar el ritmo de crecimiento de la economía,  esa tendrá que ser la principal labor del próximo gobierno. En los últimos 15 años hemos tenido desarrollo económico pero no desarrollo institucional. No tenemos todavía un Estado fuerte, moderno, profesional, meritocrático y eficiente. En algunos temas hemos retrocedido.

Por un lado, el Estado ha perdido control. El Estado logró reconstruirse parcialmente luego del colapso de fines de los ochenta, pero luego ha perdido control, autoridad y capacidad de gobierno. Ha crecido la economía pero también la inseguridad, el crimen organizado, las mafias y los poderes locales anti inversión. Hay zonas liberadas en el territorio y también en algunas empresas estatales. La descentralización ha alimentado el proceso de fragmentación partidaria y política, jaqueando el gobierno unitario. [sin que las propias autoridades regionales asuman sus nuevas responsabilidades y dejen de ¡reclamar la presencia del Estado’]

Por otro lado, gracias al crecimiento de la economía, hemos avanzado en inclusión social -reducido la pobreza y la desigualdad-, pero no hemos avanzado en inclusión legal, ciudadana. La informalidad es altísima. No tenemos una República de ciudadanos. Pues tenemos un Estado y una legalidad excluyentes.

Parafraseando a Madelaine Albright se puede decir que: Tenemos un sector privado que habla el lenguaje del Siglo XXI, un Estado que escucha con los oídos del Siglo XX y políticos que proponen las ideas del Siglo XIX.

Necesitamos, en ese sentido, dos grandes tipos de reformas. Unas destinadas a construir un Estado fuerte, moderno, meritocrático, capaz de garantizar el imperio de la ley en todo el territorio y brindar servicios eficientes.

Y otras destinadas a crear una república de ciudadanos, a incorporar al Estado legal, a la formalidad, a la mayor parte de peruanos, mediante una legalidad más inclusiva, flexible y consultada.

  1. Reformas fortalecedoras del Estado (imperio de la ley, meritocracia y mejores servicios públicos)
  • Reforma política para reconstruir sistema de partidos y canales de representación
  • Reforma del sistema policial-fiscal-judicial-penal
    • Reforma del Ministerio Público y del Poder Judicial
    • Reforma de la Policía
    • Mejora de la implementación del nuevo código procesal
      • Atención primaria de la justicia penal y juicios en flagrancia
      • Concesionar penales
  • Profesionalizar y meritocratizar el Estado
    • Reforma del Servicio Civil (reingeniería de entidades públicas, simplificación)
    • Presupuesto por resultados
  • Reforma de la descentralización: redistribución racional de competencias y fortalecimiento de la autoridad central (capacidad de control, monitoreo e intervención en casos de falencia de algún servicio)
    • Servicio civil
    • Recaudación del predial y arbitrios
  • Educación
    • Carrera magisterial meritocrática
    • Gestión: empoderamiento de directores
    • Aprendizajes en tablets con tecnologías de la información
    • Ley universitaria y Ponteencarrera.pe
    • Liberalizar Institutos y educación dual           
  • Salud y Essalud: separar financiación de prestación           
  • Reforma de las Empresas Públicas de Saneamiento
    • Rellenos sanitarios y plantas de tratamiento de aguas residuales                       
  • Planificación urbana

 

  1. Reformas flexibilizadoras para la inclusión ciudadana:
  • Tributaria: bajar las tasas nominales y modernizar la SUNAT (simplificar y facilitar los procesos)
  • Laboral: flexibilizar la extrema rigidez laboral y bajar los costos de la formalidad
  • Regulatoria: disminuir requisitos y exigencias en todos los sectores. Prepublicación y estudio de impacto regulatorio
    • Simplificación administrativa
    • Fortalecer capacidad derogatoria de barreras burocráticas de   Indecopi
    • Gobierno electrónico
    • Gobierno Abierto
    • Hacer evaluaciones costo-beneficio rigurosas de las normas
  • Programa de titulación individual al interior de comunidades campesinas
  • Formalización de la minería informal
  • Reorientación de los programas sociales hacia productivos: Sierra Productiva

 

Lampadia se propone desarrollar y recoger propuestas acerca de cada una de estas reformas como una contribución al desarrollo integral del Perú, al debate electoral y a la agenda del próximo gobierno. Para ello contará con el aporte especial de Jaime de Althaus y de aquellos especialistas que invite a colaborar en el debate sobre el diseño del Estado del Siglo XXI que debemos construir

Invitamos a nuestros lectores y a especialistas en los temas del Estado a hacernos llegar sus contribuciones, las que difundiremos fomentando un necesario debate nacional. (contacto@lampadia.com.pe). Lampadia

 

 

 

 




La minería peruana tiene el potencial para llevarnos al desarrollo

La 32 Convención Minera dejó en claro que el sector es fundamental para la salud económica del país y para su crecimiento y desarrollo integral. A pesar de ello, muy lamentablemente, se pudo constatar que todavía subsiste la creencia de que el Perú puede prescindir de la minería para alcanzar el progreso. De una u otra manera, la poca atención que recibió este importante evento de las autoridades gubernamentales es una muestra de cómo esta errada concepción viene ganando adeptos. Es como si quisiera negarse todos los logros que se han obtenido en los últimos años, o como si se quisiera desconocer que el crecimiento económico es el que ha reducido la pobreza en el país.

No se entiende como los embajadores de casi todos nuestros socios comerciales asistieron al evento, que incluso la propia ministra de minas de Chile, Aurora Williams, haya estado presente, mientras que los ministros del gobierno de Ollanta Humala hayan brillando por su ausencia. Las severas críticas por la inasistencia de la ministra de energía y minas, Rosa María Ortiz, la obligó a tomar un avión a Arequipa para participar del evento casi a último minuto. Un desatino.

Semejante desinterés también fue compartido por la prensa nacional que le dio un despliegue muy pobre a una Convención que se producía en un momento en que la economía nacional se ha ralentizado. ¿No era el momento, justamente, de enfocar todos los reflectores en escuchar a un sector que ha contribuido al crecimiento del país? Realmente, llamativa la escasa cobertura de los llamados medios serios.

Lamentable, pero cierto. Como demostró durante su exposición el director de Lampadia, Pablo Bustamante, se viene desatando una campaña en contra de las actividades económicas del país. El Post extractivismo difundido por la izquierda peruana, quiere impedir que el Perú crezca, desea sumirlo en la pobreza impidiendo que se desarrollen sectores como la minería, la agroexportación y otros que son los que han generado el bienestar del que goza la gran mayoría de peruanos. Tal y como señaló en su ponencia estas ideas deben ser enfrentadas.

Importantes expositores como el ex ministro de Economía, Luis Carranza y el actual presidente del Banco Central de Reserva del Perú, Julio Velarde coincidieron en destacar la importancia de la minería en el crecimiento del Perú. Sin la minería no se explica el llamado milagro peruano. Y, aunque en Lampadia se ha señalado reiteradamente, no solo debe a los precios internacionales. Sino a que se hicieron las cosas bien. Como indicó Velarde, el Perú no es el país que más se benefició con el ciclo de los súper precios, sin embargo es el que más creció y uno de los pocos que obtuvo superávits fiscales. Es decir, hizo ahorros. Por otra parte, en esta coyuntura se efectuaron una serie de encadenamientos productivos que nos han permitido diversificar nuestra cartera exportadora y por ejemplo desarrollar un importante sector metalmecánico.

Basta decir que en los últimos 10 años, el PBI minero ha contribuido en promedio 13.5%  al PBI nacional y las exportaciones mineras representaron el 58´5% del total. Es además el principal contribuyente en Impuesto a la Rente (IR) y uno de los principales en recaudación fiscal.

Por cada dólar invertido en capital inicial, se puede esperar 4 dólares adicionales invertidos durante toda la vida de la mina. Lo que demuestra que el factor multiplicar es de 4 a 1.

Ha quedado en evidencia, una vez más, que son las regiones en las que existe mayor actividad minera la que más desarrollo social e integral se ha producido. Las regiones del sur: Arequipa, Moquegua y Tacna, lideran los índices de desarrollo humano y los que mejor calidad educativa muestran, con lo que empiezan a diferenciarse del resto del país y ha crear una reserva productiva de primer nivel.

Además, los importes por canon han contribuido a cerrar una serie de brechas, en especial las de infraestructura. En los últimos diez años se transfirieron 34,828 millones de nuevos soles en concepto de canon minero.

Mención especial merece los efectos positivos que ha tenido en Apurímac el desarrollo de las Bambas. Si en el 2010 la pobreza extrema ascendía a 24%, el 2014, cayó a 9%. Una disminución del 61%. Algo similar ha ocurrido con la desnutrición que el 2010 rondaba el 39%, en cuatro años bajó a 29%, menos 25%. Los índices de habilidad lectora y en matemática, también se han incrementado.

Otra conclusión importante ha sido la demostración que el Perú sigue siendo sumamente atractivo par la actividad minera. La actividad minera sigue siendo vital. Primero por la inmensa capacidad productiva del país. Actualmente existe una cartera de 60 mil millones de dólares. Por si fuera poco, nuestros costos están muy por debajo de países competidores. El Perú está en condiciones de duplicar su producción y con eso compensaría la caída de los precios, que dicho sea de paso, no es que el superciclo de la minería haya terminado como se demostró.

Lo cierto es que si el Perú desarrolla todos los proyectos mineros, sigue explorando y potenciando su capacidad en este sector, pronto podríamos llegar al desarrollo. Como señaló Luis Carranza, si el Perú consigue establecer un cluster minero en el Sur (teniendo como eje a Arequipa) y otro en el Norte, nuestro potencial económico se incrementaría enormemente. Tenemos todas las capacidades para hacerlo. Energía, capacidad y sobre todo una demanda de servicios mineros, debido a que geográficamente existen muchos proyectos mineros en las cercanías de Arequipa.

No se resaltó tampoco que la convención se efectuó en una universidad pública: La Universidad Nacional de San Agustín. Una demostración que las entidades públicas y privadas pueden trabajar por objetivos comunes. Se tuvo que superar muchos obstáculos para que la UNAS se convirtiera en la casa de Perumin 32. Desde la desconfianza hasta los retos tecnológicos. Todos se superaron y la Convención se desarrolló en un ambiente adecuado. Una lección, sin duda.

Finalmente, habría que decir que los argumentos de los antimineros fueron puestos al descubierto. No existe una alternativa realista para que el Perú crezca. Solo demagogia y una oposición absurda repleta de prejuicios ideológicos. Es pues el momento de darle a la minería la oportunidad de llevarnos al desarrollo. Tenemos todo para hacerlo. No desperdiciemos la oportunidad. Lampadia




La exacerbación política está creando otra discontinuidad

La exacerbación política está creando otra discontinuidad

Hacia el 2011 habíamos superado en buena medida el empobrecimiento de las décadas perdidas de los años 60, 70 y 80. Habíamos superado la ruptura de la cadena de pagos y la recesión de 1998. Y también habíamos superado la crisis del 2008. Nuestra confianza en el futuro estaba a todo vapor, crecíamos alto reduciendo aceleradamente la pobreza, disminuyendo la desigualdad y mejorado la mayoría de los indicadores sociales.

Sin embargo, optamos por un gobierno que cuestionaba todas las realizaciones. Luego de un período extraordinario de inclusión, nos casamos con un movimiento que planteaba la buscarla con las políticas públicas que ya nos habían empobrecido y habían sido abandonadas por todos los países que estaban saliendo de la pobreza. Ver en Lampadia: En el 2011 se dio el Punto de Inflexión de nuestro Desarrollo.

Los resultados se hicieron esperar pocos años, pero indefectiblemente terminamos por desandar el camino de la prosperidad que el sector privado había forjado, a pesar de nuestras limitaciones institucionales, sociales (educación y salud) y de infraestructuras. Ver en Lampadia: ¡Qué “Calato”… ni que ocho cuartos!

¿Cómo fue que los peruanos, en vez de dar otro paso adelante, tomamos el camino de regreso a las épocas en que los empresarios y el sector privado eran mirados con desconfianza, en vez de ser vistos como la palanca para el desarrollo integral?

 

Veamos cual era el sentir de los peruanos hacia fines del año 2010 y hacia marzo del 2011, en que se diluyó nuestra confianza en el futuro y optamos por una discontinuidad:

1. Sensación de felicidad

Según Apoyo Opinión y Mercado, en mayo del 2010, el 70% de los peruanos decía que: “Casi siempre me siento feliz o me siento feliz la mayor parte del tiempo”. Ver la siguiente tabla:

 

 

2. Apreciaciones sobre la vida familiar: optimismo y regresión

En diciembre del 2010, Apoyo O y M, registró un cambio significativo estadísticamente en comparación con diciembre del año anterior. Los ciudadanos que decían que su situación familiar con respecto a ‘Hace 12 meses’ y ‘Dentro de 12 meses’, era ‘Peor o Mucho Peor’, había bajado notoriamente, corroborando la sensación de felicidad que mostraba el cuadro anterior.

Evidentemente, los peruanos se sentían mejor y expresaban una mucho mayor confianza en el futuro, sin embargo, solo tres meses después, en marzo del 2011, después de la terrible campaña política para las elecciones, no solo regresaron a los indicadores del 2009, acusaron una situación aun peor que entonces. Esto se aprecia en el siguiente cuadro para Lima. (Las cifras para el resto del Perú no eran tan pronunciadas, pero mantenían la misma tendencia).

 

 

El siguiente gráfico confirma esta información, pero además, muestra la evolución histórica de estos indicadores. La curva de los que acusaban una mejor situación superó a los que sentían lo contrario. El contraste es especialmente notorio en el gráfico inferior, en el que se realiza una proyección de los años siguientes:

 

 

Algo importante tenía que haber sucedido para que en marzo del 2011, se produjera una reversión tan dramática del sentir ciudadano.

 

 

3. De cómo el clima político trastocó nuestras sensaciones

En nuestra opinión, los siguientes tres cuadros muestran y nos recuerdan el clima político y mediático que vivimos en el verano del 2011. La guerra fue a muerte. Todos los candidatos se descalificaron mutuamente y el tono de sus críticas fue tal, que se creó la sensación de que: “Todos están mal” y que “Todo está mal”. Muy parecido a lo que está sucediendo estos días.

Esto fue aderezado y alimentado por los medios, incluso por el que debía ser el más serio de todos, el diario de especializado en negocios, Gestión, que llegó a mentir descaradamente sobre unas afirmaciones del Banco Mundial. Ojo que en los cuadros referidos no se puede apreciar lo que sucedió en provincias, especialmente en las radios, que nos brindaron una feria de falsas catarsis.

El tercer cuadro muestra que el triunfalismo del Presidente García (justificado o no). Este, solo agudizó las contradicciones y abonó el terreno de la híper-crítica que nos llevó a: ‘mueran Sansón y los filisteos’.

También hay que mencionar que durante esos meses, como sucede todos los veranos por las lluvias de la sierra, subieron algunos precios básicos y el petróleo, que no hacían sino darle una manito al falso diagnóstico de que ‘todo estaba mal’. Veamos:

 

 

 

 

4. El giro de 180 grados

En tan solo tres meses los peruanos nos pasamos del ‘Vaso Medio Lleno’ al ‘Vaso Medio Vacío’. Evidentemente, no se habían resuelto todos los problemas del país, ni mucho menos, especialmente los remanentes de pobreza y los temas institucionales, pero el proceso en marcha y su reconocimiento por la población, no dejaban dudas de que antes dela campaña electoral estábamos en el camino de la prosperidad. Ver en Lampadia: Las cifras de la Prosperidad.

 

 

¿Por qué queremos recordar ahora esta información?

Pues por algo que ya nos es evidente a todos: hoy día, lejos aún del próximo proceso electoral, la clase política está embarcada en el mismo proceso autodestructivo y descalificador. Peor aún, ahora se produce esta trampa, en medio del enfriamiento de la economía y, a diferencia del 2011, en medio de una objetiva crisis de corrupción.

Parece que la clase política y muchos otros personajes, que terminan siendo una suerte de ‘tontos útiles’ del ‘todos contra todos’ y, ‘contra todo’, no se dan cuenta que la sensación de ‘tierra arrasada’ a la que estamos conduciendo el Perú, está abriendo las puertas del ‘infierno’.

Tenemos que parar la mano. No podemos seguir como vamos. Si no paramos este festín, es fácil imaginar que para marzo del próximo año, llegaremos exhaustos, hartos y dispuestos a tirarnos por cualquier barranco.

En momentos como estos es que una nación necesita la voz y el golpe en la mesa de los viejos de la tribu. De los hombres y mujeres que están más allá del bien y del mal. Si no escuchamos sus voces, tendremos que afinar el oído para escuchar el reclamo de las mayorías silenciosas, que durante sus esforzadas jornadas siguen produciendo riqueza y reclamando en voz baja: ¡BASTA!  Lampadia

 




¡Qué “calato”… ni que ocho cuartos!

Datos demasiado grandes para el formato del archivo




Otra de las trampas en que cayó nuestro país

Otra de las trampas en que cayó nuestro país

Comentario de Lampadia

El pobre liderazgo de nuestro país nos hizo tropezar con todas las piedras que algunos políticos y economistas equivocados, o mal intencionados, sembraron en la segunda mitad del siglo XX en diversas partes del mundo. Entonces, abrazamos todas las ideas equivocadas y terminamos generando un “apagón de producción e inversión” (60s, 70s y 80s) que marcó el empobrecimiento generalizados de todo el Perú: ciudadanos, empresarios y Estado.

La promoción de ideas como el no alineamiento, la sustitución de importaciones, el crecimiento endógeno, el proteccionismo, la integración entre pobres e iguales, el Estado empresario, etc., crearon una suerte  de lluvia ácida que malogró buena parte de los cerebros de más de una generación. Fue así, como importamos estos conceptos  que Moisés Naim llama “ideas muertas”.

Por más increíble que pueda parecer, todavía tenemos en la política peruana gente que sigue anclada en estos paradigmas mentales. Desde los años 60, el mundo ha visto historias de éxito extraordinarias. Varias olas de países salieron de la pobreza, empezando por los tigres asiáticos y terminando con las repúblicas subyugadas por el  imperio soviético, como Polonia. En el camino, se dio la gran transformación económica de China hace 40 años. El liderazgo de Deng Xiaoping, inspirado por Lee Kuan Yew de Singapur, permitió el despegue chino que todos admiran. Lee instauró la meritocracia en el Estado (pagando los mejores sueldos a sus funcionarios), la tolerancia cero con la corrupción y un crecimiento económico que los llevó a superar la calidad de vida de los estadounidenses.

Los peruanos hemos vivido en carne propia el impacto de las ideas muertas y de las que nos llevaron de regreso a la racionalidad económica, la apertura comercial, la inversión privada y el fomento de las exportaciones.

Esperamos que el tropezón de los últimos años eligiendo a alguien que proponía y respiraba las mismas ideas equivocadas, que, ciertamente, no llegó a implantar en integridad, pero que rompió nuestro ciclo virtuoso de crecimiento, sea la última lección que nos permita tomar con seguridad y persistencia el camino del desarrollo integral, sostenible y duradero.

La siguiente nota del Economist Espresso, nos permite recordar y reaccionar…

 

El nuevo orden: África y Asia se unen

Publicado en The Economist Espresso

 

Hace sesenta años, los líderes de 25 países de Asia y África, la mayoría de ellos recientemente independizados, se reunieron en Bandung, capital de la provincia de Java Occidental de Indonesia. El Movimiento de Países No Alineados, una confederación de países que no manifestaron bandos durante la Guerra Fría, surgió de esa reunión. Hoy, los delegados de más de 80 países de los dos continentes, incluyendo 34 jefes de Estado, marcarán el aniversario de diamante de la conferencia. En 1955 Asia y África representaron menos de una cuarta parte del PBI mundial; hoy su participación es de alrededor de dos quintas partes. El comercio entre Asia y África creció de 13.9 mil millones dólares en 1990 a $ 276.6 mil millones en el 2014, impulsado por algunas de las economías nacionales de más rápido crecimiento en el mundo (Etiopía encabeza la tabla en 2014 con 10.3%). Y así como hace 60 años la conferencia produjo una fuerte denuncia del colonialismo, este miércoles el presidente de Indonesia inició el procedimiento pidiendo un “nuevo orden económico internacional…  abierto a nuevas potencias económicas emergentes.”