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Los riesgos de una posible crisis financiera mundial

Los riesgos de una posible crisis financiera mundial

Hace unos días The Economist publicó un interesante artículo que describe los riesgos de crisis financiera a los cuales se encuentran inmersos bancos, fondos de inversión, inversionistas institucionales y hogares tenedores de activos, entre otros agentes económicos que integran los mercados financieros en EEUU. Ello a propósito del notable desplome que sufrió Wall Street el presente mes, una caída de tal magnitud que no ocurría desde la crisis financiera pasada, en 2009.

Si bien el popular medio británico no presenta un escenario tan dramático de posible  crisis global debido a la evolución que ha tenido el sector financiero respecto al 2008-2009, como su creciente desconcentración de los grandes bancos de inversión – ahora hay una importante presencia de inversores minoristas – sí destaca que el contexto de altos valores históricos de los activos, con políticas monetarias cada más restrictivas por parte de los bancos centrales para combatir la inflación, podría generar turbulencias y crisis de liquidez en caso hayan caídas en los precios de las acciones.

Al respecto, debemos destacar que en el Perú contamos con un banco central virtuoso que siempre está haciendo seguimiento a las fluctuaciones financieras mundiales y al comportamiento de las economías más importantes del mundo y de la región, que – aunado a que cuenta con reservas internacionales nada despreciables – lo posicionan en un excelente lugar para acometer política monetaria expansiva en caso de crisis internacionales que puedan afectar a nuestro país desde el lado financiero. Así lo demostró en el 2020 con el programa Reactiva, el cual, permitió la supervivencia del tejido productivo constituido por miles de empresas de todo tamaño, que, sin dicho salvavidas crediticio, hubieran dejado de existir.

Asimismo, por el lado fiscal, la reciente designación de Oscar Graham como ministro de Economía auguraría también una respuesta oportuna ante una posible crisis financiera mundial; sin embargo, dicha cartera ministerial lamentablemente se encuentra maniatada por los desmadres del presidente y su Premier, los cuales insisten cada cierto tiempo en la refundación del país mediante la convocatoria de una Asamblea Constituyente fuera de los cauces legales. Esperamos que las reflexiones producidas por la prensa internacional como la de The Economist los haga entrar en razón y descarten dicha propuesta de una vez por todas. Lampadia

La próxima crisis
¿Qué pasaría si los mercados financieros colapsaran?

Busque una guía en la historia, pero sepa que la próxima vez será diferente

The Economist
12 de febrero de 2022
Traducida y comentada por Lampadia

“Para los historiadores cada evento es único”, escribió Charles Kindleberger en su estudio sobre las crisis financieras. Pero mientras que “la historia es particular; la economía es general”, implica buscar patrones que indiquen si un ciclo está cambiando. Hoy, el sistema financiero de EEUU no se parece en nada a lo que era antes de las crisis de 2001 y 2008, pero últimamente ha habido algunos signos familiares de espuma y miedo en Wall Street: días de negociación salvaje sin noticias reales, cambios repentinos de precios y una sensación de malestar entre muchos inversores que han tomado una sobredosis de tecno-optimismo. Habiéndose disparado en 2021, las acciones de Wall Street tuvieron su peor enero desde 2009, cayendo un 5,3%. Los precios de los activos favorecidos por los inversores minoristas, como las acciones tecnológicas, las criptomonedas y las acciones de los fabricantes de automóviles eléctricos, se han desplomado. El estado de ánimo que alguna vez fue vertiginoso en r/WallStreetBets, un foro para comerciantes digitales diarios, ahora es triste.

Es tentador pensar que la venta masiva de enero fue exactamente lo que se necesitaba, purgando el mercado de valores de sus excesos especulativos. Pero el nuevo sistema financiero de EEUU todavía está cargado de riesgos. Los precios de los activos son altos: la última vez que las acciones fueron tan caras en relación con las ganancias a largo plazo fue antes de las caídas de 1929 y 2001, y el rendimiento adicional por poseer bonos de riesgo está cerca de su nivel más bajo en un cuarto de siglo. Muchas carteras se han cargado con activos de “larga duración” que generan ganancias solo en un futuro lejano. Y los bancos centrales están elevando las tasas de interés para controlar la inflación. Se espera que la Reserva Federal de EEUU haga aumentos de cinco cuartos de punto este año. Los rendimientos del Bund alemán a dos años subieron 0,33 puntos la semana pasada, su mayor salto desde 2008.

La combinación de valoraciones altísimas y tasas de interés en aumento podría generar fácilmente grandes pérdidas, ya que la tasa utilizada para descontar los ingresos futuros aumenta. Si se materializan grandes pérdidas, la cuestión importante para los inversores, los banqueros centrales y la economía mundial es si el sistema financiero las absorberá o las ampliará de manera segura. La respuesta no es obvia, ya que ese sistema ha sido transformado en los últimos 15 años por las fuerzas gemelas de la regulación y la innovación tecnológica.

Las nuevas reglas de capital han empujado a muchos bancos a tomar riesgos. La digitalización le ha dado a las computadoras más poder de decisión, ha creado nuevas plataformas para poseer activos y ha reducido el costo del comercio casi a cero. El resultado es un sistema de mercado de alta frecuencia con un nuevo elenco de jugadores. El comercio de acciones ya no está dominado por los fondos de pensiones, sino por los fondos cotizados en bolsa (ETF) automatizados y enjambres de inversores minoristas que utilizan nuevas aplicaciones ingeniosas. Los prestatarios pueden aprovechar los fondos de deuda, así como los bancos. El crédito fluye a través de las fronteras gracias a administradores de activos como BlackRock, que compran bonos extranjeros, no solo a prestamistas globales como Citigroup. Los mercados operan a una velocidad vertiginosa: el volumen de acciones negociadas en EEUU es 3,8 veces mayor que hace una década.

Muchos de estos cambios han sido para mejor. Han hecho que sea más barato y más fácil para todo tipo de inversores negociar con una gama más amplia de activos. El crack del 2008-09 mostró lo peligroso que era tener bancos que aceptaban depósitos del público expuestos a pérdidas catastróficas, lo que obligó a los gobiernos a rescatarlos. Hoy en día, los bancos son menos centrales para el sistema financiero, están mejor capitalizados y tienen menos activos de alto riesgo. Los fondos respaldados por accionistas o ahorradores a largo plazo que, en el papel, están mejor equipados para absorber pérdidas, toman más riesgos.

Sin embargo, la reinvención de las finanzas no ha eliminado la arrogancia. Destacan dos peligros. Primero, algo de apalancamiento está oculto en los bancos en la sombra y los fondos de inversión. Por ejemplo, los préstamos totales y los pasivos similares a depósitos de los fondos de cobertura, los fideicomisos inmobiliarios y los fondos del mercado monetario han aumentado al 43 % del PBI, desde el 32 % de hace una década. Las empresas pueden acumular enormes deudas sin que nadie se dé cuenta. Archegos, una oscura oficina de inversión familiar, incumplió el año pasado, imponiendo US$ 10,000 millones en pérdidas a sus prestamistas. Si los precios de los activos caen, podrían seguir otras explosiones, lo que aceleraría la corrección.

El segundo peligro es que, aunque el nuevo sistema está más descentralizado, todavía depende de que las transacciones se canalicen a través de unos pocos nodos que podrían verse abrumados por la volatilidad. Los ETF, con US$ 10 trillones en activos, dependen de unas pocas empresas pequeñas de creación de mercado para garantizar que el precio de los fondos siga con precisión los activos subyacentes que poseen. Trillones de dólares de contratos de derivados se enrutan a través de cinco cámaras de compensación estadounidenses. Muchas transacciones son ejecutadas por una nueva generación de intermediarios, como Citadel Securities. El mercado del Tesoro ahora depende de firmas comerciales automatizadas de alta frecuencia para funcionar.

Todas estas empresas o instituciones tienen colchones de seguridad y la mayoría puede exigir más garantías o “margen” para protegerse de las pérdidas de sus usuarios. Sin embargo, la experiencia reciente sugiere motivos de preocupación. En enero de 2021, el comercio frenético en una sola acción, GameStop, condujo al caos, lo que provocó grandes llamadas de margen del sistema de liquidación, que una nueva generación de firmas de corretaje basadas en aplicaciones, incluida Robinhood, tuvo problemas para pagar. Mientras tanto, el Tesoro y los mercados monetarios se paralizaron en 2014, 2019 y 2020. El sistema financiero basado en el mercado es hiperactivo la mayor parte del tiempo; en tiempos de estrés, áreas enteras de actividad comercial pueden secarse. Eso puede alimentar el pánico.

Los ciudadanos comunes pueden pensar que no importa mucho si un grupo de comerciantes diarios y administradores de fondos se queman. Pero tal incendio podría dañar el resto de la economía. El 53% de los hogares estadounidenses poseen acciones (frente al 37% en 1992) y hay más de 100 millones de cuentas de corretaje en línea. Si los mercados crediticios se estancan, los hogares y las empresas tendrán dificultades para obtener préstamos. Es por eso que, al comienzo de la pandemia, la FED actuó como un “creador de mercado de último recurso”, prometiendo hasta US$ 3 trillones para respaldar una variedad de mercados de deuda y respaldar a los distribuidores y algunos fondos mutuos.

Márgenes finos

¿Ese rescate fue un evento excepcional causado por una sola vez o una señal de lo que vendrá? Desde 2008-09, los bancos centrales y los reguladores han tenido dos objetivos tácitos: normalizar las tasas de interés y dejar de usar dinero público para respaldar la toma de riesgos privados. Parece que esos objetivos están en tensión: la FED debe subir tipos, pero eso podría desencadenar inestabilidad. El sistema financiero está en mejor forma que en 2008, cuando los jugadores imprudentes de Bear Stearns y Lehman Brothers paralizaron el mundo. Sin embargo, no se equivoque: se enfrenta a una dura prueba. 




“En el plan de PL no hay propuestas sino amenazas”

“En el plan de PL no hay propuestas sino amenazas”

El Tiempo, El Diario de Piura
Redacción El Tiempo
20 de mayo 2021

El expresidente de IPAE Pablo Bustamante, sostiene que el plan de gobierno de Perú Libre solo generará mayor pobreza en el país y que nos alejaría del mercado global.

Para el economista, el mayor problema del plan de Gobierno de Perú Libre es que no hay propuestas por debatir sino solo amenazas a las cuales enfrentar. La paralización de las importaciones y el no pago de la deuda externa, son ideas, agrega que nos alejarían de la comunidad internacional.

¿Cuál es el peligro en el plan de gobierno de Pedro Castillo?

Lo peor de la izquierda es que ellos no tienen propuestas, lo que tienen son amenazas de que van a imponer sus ideas de la Asamblea Constituyente, de una u otra forma, van a imponer cambios en el régimen económico como les dé la gana. Por supuesto van a imponer su filosofía marxista en la educación, el manejo de la salud y la economía. El mayor peligro de estos es que ellos no proponen, sino que amenazan con imponer.

¿Cuál es el riesgo de cerrar las puertas a las importaciones?

Necesitamos una economía abierta. Si se prohíben las importaciones, nos van a prohibir exportar a otros países o nos van a poner aranceles. El mejor ejemplo de lo que necesitamos hacer es de la agroexportación. En la agricultura peruana hay 3 millones de campesinos y si ellos produjeran solo para el mercado interno, como proponen las izquierdas con estas teorías del post extractivismo, que esos tres millones de agricultores tendrían que producir para 27 millones de consumidores que hay en el Perú. Es decir, nueve estómagos por cada campesino por cada día. Eso es insuficiente para salir de la pobreza.

¿Entonces qué es lo mejor?

En cambio, con los Tratados de Libres Comercio (TLC) podemos ir accediendo a mercados de 2 mil 700 millones de personas con lo cual nuestros campesinos pueden pasar paulatinamente a ser prósperos como los campesinos franceses. El Perú como país chico solo puede traer y crear riqueza desde el exterior ya sea exportando nuestros productos o trayendo turistas. Esa es la principal fuente para el crecimiento del Perú y por lo tanto para la reducción de la pobreza y desigualdad. Prohibir o limitar las exportaciones es entrar en el camino de retirarnos del mundo global. Esa autarquía propuesta por esta gente es absolutamente destructiva y empobrecedora.

¿Cuáles son las cifras de pobreza en Venezuela?

En Venezuela el 96% son pobres y el 79% son pobres extremos. Esto quiere decir que ha desaparecido la clase media y solo hay pobres y 4% de ricos. Los ricos son el comando del gobierno, los militares y los narcotraficantes. Todos los demás son miserables. Acaban de poner a Venezuela en un ranking como uno de los países más miserables del mundo.

¿El equipo técnico es una garantía de moderación al discurso radical?

No para nada. En el Perú no hay izquierdas modernas como las hay en Europa o en Nueva Zelanda que transformó un país pobre en un país rico. Este equipo es una comparsa solamente. Modesto Montoya de forma constante pide un ministerio de Ciencia y Tecnología, lo cual sería un gran error porque los ministerios tienen una tremenda inestabilidad política y se cambia de ministros a cada rato y entonces no se puede hacer una labor de largo plazo.

¿Por qué no es viable el dejar de pagar la deuda externa?

Tenemos poca deuda externa y somos un país solvente gracias a la labor del sector privado desde hace 30 años. Lamentablemente, el Estado ha sido muy insuficiente para manejar la educación, la salud y la infraestructura, pero empezar a hacer estas distinciones entre deuda externa e interna es llevarnos al ostracismo y alejarnos de todo el mundo para convertirnos en lo que es Venezuela, un país de pobres. Si saliera Castillo, van a destruir a la clase media y van a empobrecer más a los pobres y solo quedarán unos cuantos ricos, ellos y sus amigos.

¿Cuál es el riesgo de revisar los contratos mineros?

Exportar un polo de algodón que se vende en 80 dólares, genera que se quede en el país unos 8 dólares, es decir el 10%. Si exportamos una palta de las agroexportaciones, que es un desarrollo maravilloso y nuevo, se vende en un supermercado inglés a 2.5 libras esterlinas. En el país queda el 60%, pero si exportamos concentrados de cobre a la China en el país se queda el 86%. Esto quiere decir que la minería tiene alto valor agregado y es el sector que más rápido puede producir riqueza para el país y además se multiplica con su desarrollo en otros sectores. Ya estamos exportando maquinaria minera, pesquera y agrícola, gracias al desarrollo de estos tres sectores.

¿Es viable el rol de Estado empresario para el sector extractivo?

Todas son experiencias negativas y no solo en el sector extractivo sino también en la industria y el turismo. Hay que recordar que Velasco prohibió la inversión privada en la agricultura, la minería y en la pesca. Todas esas empresas estaban quebradas y fueron un desastre, y originaron la hiperinflación en buena medida, lo cual mató de pobreza a los servidores públicos. El Estado no puede siquiera cumplir con sus obligaciones principales en Educación, Salud, Infraestructura y Seguridad. Ni siquiera con eso pueden y ¿quieren asumir otras funciones?

¿Qué piensa de la propuesta de Castillo de asignar el 10% del PBI para el sector educación?
En Educación se viene repitiendo que invertimos poco. En países que tienen un buen nivel de inversión, tienen más o menos el 6% de PBI, mientras que en el país se dice que solo tiene 3%. Esto no es verdad. En el país, el sector privado invierte otro 3 o 4% en educación. Entonces en el país se invierte más del 7% del PBI en Educación. Eso gracias a que el sector privado ha entrado a suplir lo que el Estado no podía cubrir. En la última medición de la prueba PISA, separaron la medición de los colegios públicos de los colegios privados. El resultado: que los colegios públicos tienen muy mala calidad y los privados en conjunto tiene una mejor calidad que nos ponía en la mejor parte del ranking de América Latina en calidad.

¿Qué reflexión haría para el electorado con miras a los comicios del mes de junio, en segunda vuelta?

Solo les diría una cosa. Todos estamos muy afectados por la pandemia de la COVID-19 y la crisis económica, social, pérdida de empleo y política. Estamos muy turbados y el corto plazo nos hace ver todo negativo. Hemos perdido la esperanza y la confianza en el futuro. Lo único que pediría es que piensen que el Perú es mucho más que su coyuntura actual. Estamos en una trampa, pero vamos a salir. Pensemos en función de la visión de largo plazo que tenemos para el país. No vayamos a votar embargados por esta situación de crisis que nubla nuestro criterio. Lampadia




Elijamos al equipo más capacitado

El Perú atraviesa uno de sus peores momentos históricos con cuatro crisis simultáneas: sanitaria, económica, social y política. En estas dramáticas condiciones entramos a un proceso electoral que lógicamente, encuentra a la población muy afectada, decepcionada de sus líderes y sin sensación de futuro.

Como producto de la pandemia del Covid-19, en los últimos doce meses han muerto más de 100,000 peruanos, ubicándonos entre los países más impactados del mundo. Buena parte de los fallecidos se deben a la torpeza criminal del gobierno de Vizcarra que:

  • insistió en el uso de pruebas rápidas, desoyendo todos los consejos para usar las pruebas moleculares
  • rechazó la donación de un software especializado para el rastreo del virus
  • no se rastreó y aisló el virus para limitar su expansión
  • rechazó el apoyo del sector privado y de las iglesias
  • rechazó las ofertas de vacunas de Astra Zeneca (9/20) y Pfizer (10/20)
  • demoró la aceptación de donaciones de plantas de oxígeno
  • ocultó la información sobre el número de fallecidos

Todo esto se agravó debido a la pésima selección de ministros y colaboradores, más comprometidos con la destructiva ideología de una izquierda retrógrada, que con la lucha contra la pandemia.

Además, se destrozó la economía del país y el empleo de millones de peruanos con cuarentenas mal hechas, en contra de los consejos de los peruanos más capacitados, pero con el aplauso inconsciente de buena parte de los medios de comunicación. En este aspecto, el Perú también fue uno de los peores países en la caída del PBI, empobreciendo a un 10% de la población.

A estas crisis, la sanitaria, la económica y la social, se sumó la crisis política promovida por el gobierno de Vizcarra para tomar control de todos los estamentos del Estado.

Todo esto ha terminado en la absoluta pérdida de confianza en las élites, políticas y empresariales, y en la pérdida de confianza en el futuro del país y de los propios ciudadanos.

No es posible imaginar peores condiciones para atravesar un proceso electoral. No puede pues llamarnos la atención el poco entusiasmo de la población con las elecciones del bicentenario.

Se ha configurado una penosa oportunidad para la aparición de los aventureros de la política, de la demagogia y del populismo; e incluso de propuestas, como la de Castillo-Cerrón de Perú Libre, que basa su predicamento político en la agudización de las contradicciones, en la siembra de resentimientos y en enfrentamiento entre ricos y pobres.

Una propuesta que está dividiendo a los peruanos, y que más allá de la pésima calidad de sus propuestas de gobierno, está dañando la necesaria cohesión social para poder aspirar a recuperar la senda del desarrollo sostenido.

No es fácil salir de esta gravísima situación.

La pregunta más importante de estos días es ¿cómo hacemos para salir de estas crisis?

Y la respuesta obvia es que necesitamos convocar a los mejores peruanos en todos los campos de gobierno, con prescindencia de sus opciones políticas.

En Lampadia, consecuentes con nuestra misión de defender la economía de mercado, la inversión privada, la modernidad, el Estado de Derecho y la meritocracia en el Estado, queremos compartir con nuestros seguidores, el testimonio de una enfermera que nos dice: elijamos al equipo más capacitado.

Ver el video:

Lampadia




La ayuda internacional en la pandemia

La ayuda internacional en la pandemia

Conforme los países desarrollados avanzan apresuradamente en la vacunación de sus poblaciones y sus economías empiezan a mostrar mejores perspectivas de crecimiento en el corto y mediano plazo, el mundo emergente no va al mismo ritmo en su recuperación. Si bien la oferta global de vacunas sigue expandiéndose y estos países siguen cerrando contratos de adquisición, la precariedad institucional de sus sistemas sanitarios, así como el feroz avance de nuevas cepas más contagiosas – como en el caso de la India – inhiben una rápida inmunización de sus ciudadanos – y en consecuencia poca liberalización de sus actividades – limitando el impulso del empleo y la reducción de sus tasas de pobreza que han escalado a niveles alarmantes.

Sin vacunas no se puede superar la crisis económica.

Es en este contexto que la cooperación internacional tiene mucho que aportar. Un reciente artículo publicado por el reconocido economista Kenneth Rogoff de la Universidad de Harvard titulado “Ayudando al otro 66%” (ver artículo de Project Syndicate a continuación) apuesta por mayores iniciativas de apoyo de vacunas gratis hacia países de menores ingresos desde los países desarrollados, que en su visión, son costo-efectivas en tanto representan montos ínfimos en relación a los trillones de dólares que están destinando las economías avanzadas para sus vacunas, así como también las externalidades positivas que experimentaría el mundo una vez que el covid sea superado en estos países. Al respecto, propone potenciar la iniciativa COVAX, que ya viene aportando vacunas gratis en nuestro país, pero también extrapola esta propuesta para la creación de un banco de carbono de manera que los países en desarrollo cuenten con un fondo para luchar contra otra problemática importante, tan dejada a menos por la misma coyuntura: el cambio climático.

Hacemos un llamado a no desfallecer en la búsqueda de la cooperación internacional y a fortalecer el multilateralismo. No es posible salir de la tremenda crisis que nos vemos inmersos por la pandemia del covid, si no es con todo el apoyo posible que se pueda desde los países más desarrollados a los de tercer mundo. Lampadia

Ayudando al otro 66%

Abordar la desigualdad dentro de un país puede ser el imperativo político del momento. Pero abordar las disparidades mucho mayores entre países, especialmente las que afectan a las dos terceras partes de la humanidad que viven fuera de las economías avanzadas y China, es la verdadera clave para mantener la estabilidad geopolítica en el siglo XXI

Kenneth Rogoff
Project Syndicate
4 de mayo, 2021
traducido y comentada por Lampadia

Lo que es notable sobre el aumento del sentimiento nacionalista en el mundo desarrollado en los últimos años es que está ocurriendo en un momento en que muchos de los desafíos más urgentes de la actualidad, incluido el cambio climático y la pandemia de COVID-19, demandan fundamentalmente soluciones globales. Y la ira que se está gestando entre los ciudadanos de los países pobres en vacunas – básicamente, las dos terceras partes de la humanidad que vive fuera de las economías avanzadas y China – podría volver a perseguir al mundo rico demasiado pronto.

Los ambiciosos planes del presidente estadounidense Joe Biden para abordar la desigualdad en EEUU son bienvenidos, siempre que la administración logre cubrir los costos a largo plazo mediante impuestos más altos o un crecimiento más fuerte, sin duda dos grandes condicionantes. También lo es el esquema de la UE de próxima generación, más pequeño pero aún significativo, para ayudar a miembros de la Unión Europea como Italia y España que se han visto desproporcionadamente afectados por la pandemia.

El 16% de la población mundial que vive en economías avanzadas ha tenido una pandemia difícil, pero ahora espera una recuperación. China, que representa otro 18% de la población mundial, fue la primera gran economía en recuperarse, principalmente gracias a su mejor preparación para epidemias y una mayor capacidad estatal para contener el coronavirus.

Pero, ¿qué pasa con los demás? Como destaca el Fondo Monetario Internacional en sus Perspectivas de la Economía Mundial de abril, existe una peligrosa divergencia mundial. La horrenda ola de COVID-19 en India es probablemente un anticipo de lo que todavía está por llegar en gran parte del mundo en desarrollo, donde la pobreza se ha disparado. Es poco probable que la mayoría de los países regresen a sus niveles de producción antes de la pandemia hasta al menos finales de 2022.

Hasta ahora, el siglo XXI había sido una historia de puesta al día para el mundo en desarrollo, mucho más de lo que parecía probable en los años ochenta y noventa. Pero la crisis del COVID-19 ha golpeado a los países más pobres justo cuando el mundo rico está despertando al hecho de que contener tanto la pandemia como la inminente catástrofe climática depende enormemente de los esfuerzos de las economías en desarrollo. Eso sin mencionar la cooperación que probablemente se necesitará para contener a los grupos terroristas y los actores estatales rebeldes en un mundo que hierve por las desigualdades globales que la pandemia ha dejado al descubierto.

Para empeorar las cosas, gran parte del mundo en desarrollo, incluidos los mercados emergentes, entró en la pandemia con una deuda externa muy elevada. Las tasas overnight de política monetaria pueden ser cero o negativas en las economías avanzadas, pero promedian más del 4% en los mercados emergentes y las economías en desarrollo, y los préstamos a más largo plazo, del tipo necesario para el desarrollo, son mucho más costosos. Varios países, incluidos Argentina, Zambia y Líbano, ya han incurrido en incumplimiento. Muchos más podrían seguir cuando la recuperación desigual empuje al alza las tasas de interés globales.

Entonces, ¿cómo pueden los países más pobres pagar las vacunas COVID-19 y el alivio, y mucho menos la transición a una economía verde? El Banco Mundial y el FMI están bajo una enorme presión para encontrar soluciones y han estado haciendo un buen trabajo al menos al explicar el problema. Pero estas organizaciones carecen de la estructura financiera necesaria para hacer frente a desafíos de esta escala. A corto plazo, una nueva asignación de derechos especiales de giro (el activo de reserva del FMI) puede ayudar, pero este instrumento es demasiado tosco y está mal diseñado para usarse de manera rutinaria.

Las instituciones de Bretton Woods establecidas al final de la Segunda Guerra Mundial fueron diseñadas para actuar principalmente como prestamistas. Pero así como los países ricos dieron transferencias directas a sus propios ciudadanos durante la pandemia, se debe hacer lo mismo con las economías en desarrollo. Las deudas más altas solo agravarán los probables incumplimientos después de la pandemia, particularmente dadas las dificultades que implica determinar la antigüedad entre varios prestamistas públicos y privados. Jeremy Bulow de la Universidad de Stanford y yo hemos sostenido durante mucho tiempo que las subvenciones directas son más limpias que los instrumentos crediticios y, por lo tanto, preferibles.

¿Así que, qué debe hacerse? Para empezar, el mundo rico debe eliminar el costo de las vacunas para las economías en desarrollo, en parte mediante la financiación total de la iniciativa multilateral COVID-19 Vaccine Global Access (COVAX). El costo, en miles de millones de dólares, es insignificante en comparación con los trillones que los países más ricos están gastando para mitigar el impacto de la pandemia en sus propias economías.

Las economías avanzadas no solo deben pagar por las vacunas, sino también proporcionar amplios subsidios y asistencia técnica para administrarlas. Por muchas razones, entre las que se incluye el hecho de que habrá otra pandemia, esta es una solución más eficaz que apoderarse de la propiedad intelectual de los desarrolladores de vacunas.

Al mismo tiempo, las economías avanzadas que están preparadas para gastar trillones de dólares en el desarrollo de energía verde nacional deberían poder encontrar un par de cientos de miles de millones por año para respaldar la misma transición en los mercados emergentes. Esta asistencia podría ser financiada por impuestos al carbono, que idealmente serían intermediados por un Banco Mundial del Carbono, una nueva institución global enfocada en ayudar a los países en desarrollo a descarbonizarse.

También es importante que las economías desarrolladas permanezcan abiertas al comercio mundial, el principal factor que explica la menor desigualdad entre países. Los gobiernos deberían abordar la desigualdad en el país ampliando las transferencias y la red de seguridad social, no erigiendo barreras comerciales que perjudiquen a miles de millones de personas en África y Asia. Y esas personas también se beneficiarían de una expansión significativa del brazo de ayuda del Banco Mundial, la Asociación Internacional de Fomento.

Abordar la desigualdad dentro del país puede ser el imperativo político del momento. Pero abordar las disparidades mucho mayores entre países es la clave real para mantener la estabilidad geopolítica en el siglo XXI. Lampadia

Kenneth Rogoff, profesor de Economía y Políticas Públicas en la Universidad de Harvard y ganador del Premio Deutsche Bank en Economía Financiera 2011, fue el economista jefe del Fondo Monetario Internacional de 2001 a 2003




La repotenciación y mejora del modelo

La repotenciación y mejora del modelo

Jaime de Althaus
Para Lampadia

El crecimiento económico que hemos tenido en el Perú en los últimos 30 años logró muchos avances, pero ha encontrado también limitaciones y ha empezado a debilitarse. Por eso, como veremos, el modelo económico debe ser repotenciado y mejorado.  

Luego de la profunda crisis económica en la que nos sumió el estatismo proteccionista de los 70 y 80, la apertura de la economía y la privatización de la mayor parte de las empresas previamente estatizadas a partir de los 90, le permitió al Perú crecer de manera sostenida y a tasas relativamente altas, con estabilidad macroeconómica.

  • Por primera vez en la historia, gracias a los fondos privados de pensiones, el Perú logró acumular un ahorro nacional sustantivo que permitió y permite financiar la inversión pública y privada.
  • Y se avanzó hacia una estructura tributaria progresiva y redistributiva, en la que la participación de los impuestos directos ha sido y es bastante mayor a la que existía en la época del estatismo proteccionista, supuestamente redistributivo.
  • Al mismo tiempo, el modelo regeneró también la estructura productiva reorientándola en cierta medida hacia el interior.
  • Los campesinos recuperaron su mercado interno y apareció una nueva industria mucho más competitiva y exportadora, más articulada a nuestros recursos.
  • Las exportaciones no tradicionales crecieron más en volumen que las tradicionales.

Como consecuencia de estos cambios, la pobreza se redujo extraordinariamente de un 60% a un 20% -aunque haya aumentado el 2020 a un 27% a consecuencia de la pandemia-, el ingreso del interior del país y del sector rural creció proporcionalmente más que el ingreso de Lima y se redujo también la desigualdad social medida por el índice de Gini. Surgió una nueva clase media emergente que debería ser el fundamento de una democracia de ciudadanos plenos. 

Sin embargo, el crecimiento económico que hemos tenido no ha logrado reducir la informalidad de manera apreciable. El empleo adecuado se más que dobló, pero esto no se tradujo en la formalización de esos empleos. La informalidad laboral, que expresa una exclusión de beneficios y palancas para el crecimiento, solo se redujo de un 79% a un 72%.

De otro lado, el propio crecimiento se ha ralentizado en los últimos 8 o 9 años, y se observa que sectores industriales y algunas exportaciones no tradicionales han empezado a perder competitividad y terreno en ese mismo periodo.

Esos dos fenómenos tienen una causa común: el peso regulatorio del Estado. No es la única causa, por supuesto, pero es la más importante. Según el índice de competitividad del Foro Económico Global, el Perú está en el puesto 128 entre 141 países en peso de la regulación gubernamental. Los emprendimientos –sobre todo los pequeños y medianos- no pueden soportar el peso de las excesivas regulaciones, y por eso operan en la informalidad o contratan personal informalmente. Y eso les resta competitividad a sectores sensibles a la competencia externa. Por eso han dejado de crecer.

La causa última es el Estado patrimonialista, capturado por grupos o gremios que lo usan para poner peajes a la producción y a los servicios y beneficiarse con poder y con pagos necesarios para acelerar los trámites. Y justificado con la ideología de la protección de los trabajadores, que encubre privilegios e impide una gestión basada en el mérito, y que sirve también de justificación a las leyes de corte clientelista que aprueban los políticos en el Congreso.

Esta es también la causa de otra debilidad estructural que nuestro crecimiento no ha logrado resolver: la mala calidad de los servicios públicos. No ha habido un problema de falta de recursos. El presupuesto del sector salud, por ejemplo, se multiplicó por 7 en términos reales –en soles constantes- en los últimos 20 años, pero el servicio mejoró relativamente poco. Con frecuencia los recursos fueron desviados a bolsillos particulares por una gestión patrimonialista organizada en redes de corrupción.

En todo esto, el empresariado no ha jugado tampoco el rol fiscalizador y propositivo que debió jugar. Al fin y al cabo, el sector privado transfiere al Estado todos los años un capital muy grande que es malgastado. Es responsabilidad del sector privado exigir resultados y formular propuestas de reforma a partir de su propia experiencia empresarial.

La conclusión es que el modelo necesita ser repotenciado y mejorado. Para ello se requiere adoptar las siguientes medidas:

  • Podar la maraña normativa mediante un programa intensivo a Análisis de Impacto Regulatorio de las normas existentes y de las que vayan a salir.
  • Digitalización del Estado
  • “Combo formalizador”: reemplazar los regímenes especiales tributarios y laborales por una escala gradual y progresiva en cada caso.
  • Formalización perfeccionada de la propiedad, catastro y reforma del saneamiento legal.
  • Restablecer la indemnización como compensación a la desvinculación laboral.
  • Colaboración público-privada en Mesas Ejecutivas para relanzar sectores estancados y sacar adelante nuevos motores de la economía, y para profundizar un cluster minero-industrial potente.
  • Empoderamiento tecnológico de las mypes y difusión masiva de las tecnologías de Sierra productiva en la economía campesina
  • Implantar la meritocracia en el Estado: servicio civil. Reforma meritocrática y de gestión de rendimiento en Salud y Educación.  APPs en la gestión de servicios públicos.
  • Impulso a la ciencia y tecnología
  • Reforma de la ley de contrataciones y de la gestión en infraestructura
  • Reforma de la descentralización
  • Gobernanza minera

El Plan de Gobierno de Fuerza Popular contiene un diagnóstico que coincide en términos generales con el que hemos formulado en este artículo, y plantea como eje central facilitar la recuperación y formalización de los pequeños simplificando regulaciones, titulando y concentrando la acción de apoyo al desarrollo de las mypes e introduciendo APP en la gestión de algunos servicios públicos. Se plantea una reforma tributaria para formalizar, pero no una reforma laboral.

Si Keiko Fujimori llega a la presidencia, necesitará una coalición parlamentaria que respalde estas y otras medidas, lo que supone convicción y decisión política de las bancadas.

Y para que este camino sea sostenible, se requerirá una reforma política que le de gobernabilidad a la democracia peruana. Y una reforma Judicial y policial que instale el imperio de la ley.

Un eventual gobierno de Castillo, en cambio, iría en muchos casos en el sentido contrario de las medidas enumeradas, agravando los problemas y terminando de destruir la capacidad de crecimiento del país. Lampadia




Un gabinete para otro tiempo

Un gabinete para otro tiempo

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El tiempo presente mandaba un gabinete de guerra para derrotar la angustia de la población, la pandemia y la crisis económica y social que ha destruido el empleo, la salud de las empresas y la caja fiscal.

Así lo esperábamos después de escuchar el discurso de investidura de Francisco Sagasti, que ofreció un gabinete pluralista.

Pero en lugar de un gabinete pluralista con capacidades ejecutivas tenemos uno de habilidades discursivas, orientado a los derechos humanos y la igualdad de género, formado por ONGs y reductos universitarios de izquierda como la PUCP y la Universidad del Pacífico.

Para la lucha contra la pandemia necesitábamos un gabinete que recogiera las experiencias internacionales exitosas para el control sanitario, y supiera enmendar los errores del gobierno de Vizcarra, empezando por adoptar el uso de las pruebas moleculares y comprometerse con la estrategia de identificación y seguimiento de los infectados. Pero el gobierno de Sagasti ha preferido mantener en el ministerio de salud a Pilar Mazzeti, que no supo contrarrestar la inclinación política del manejo de la pandemia del gobierno de Vizcarra.

El otro difícil frente que tenemos que enfrentar es el de la crisis económica y de empleo. Para hacerlo se necesitaba una orientación estratégica dirigida a reconstruir la economía. Algo que solo se podía hacer privilegiando el crecimiento del empleo y de la inversión, especialmente la inversión privada. Teníamos que flexibilizar, como mínimo, el empleo temporal, corregir los protocolos obstruccionistas, eliminar los excesos regulatorios e impulsar los grandes proyectos en irrigaciones, minería y comunicaciones.

¿Permite el perfil del gabinete prever un buen manejo de los conflictos sociales vinculados a los proyectos de inversión? ¿O un manejo equilibrado de las protestas, sin validarlas y haciendo uso legítimo de la fuerza pública?

No parece ser el caso. Por ejemplo, el flamante gobierno no ha dado ningún mensaje en cuanto las indebidas presiones contra periodistas, académicos y empresas que no se acomodan a la voluntad de los activistas políticos. Es el caso de los ataques y amenazas a Beto Ortiz, a los auspiciadores de Willax, como Blanca Chávez del Rocoto, a Juan Sheput para que se le corte la cátedra en San Marcos, las críticas absurdas contra Diego Macera, etc. etc.  

La caída de nuestra economía ha sido muy abrupta y profunda. Para recuperarnos tenemos que tratar de hacerlo muy rápido, de lo contrario, la crisis nos puede acompañar por muchos años. La pobreza está creciendo de 20 a 30% de la población. El Perú tiene suficientes recursos y capacidades para volver a crecer rápido y sostenidamente, pero eso requiere una agenda asertiva y enfocarnos en movilizar las inversiones con claridad, liderazgo y comunicaciones inteligentes a la población.

No aprovechar nuestras capacidades es condenar a muchísimos peruanos a una innecesaria pobreza y postración. Repito lo dicho en otras ocasiones, pudiendo hacer las cosas bien y pudiendo superar la pobreza aceleradamente, no hacerlo, es profundamente inmoral. Lampadia




¿Protestar como león y votar como burro?

¿Protestar como león y votar como burro?

Opinión libre de Rafael Venegas
Para Lampadia

No hay duda que todos tenemos motivos mas que suficientes para protestar y de manera muy enérgica. La ciudadanía esta harta, indignada, frustrada y muy enojada. La desbordante corrupción a todo nivel, la vergonzosa impunidad, la creciente crisis moral, la pandemia mal manejada, la crisis económica debido a la ignorancia y populismo de un infame congreso y la peor de todas, la nefasta crisis de gobernabilidad generada por una desgastada, corrupta e irresponsable clase política.

Un verdadero festival de caprichosas interpretaciones constitucionales, abuso del poder para uso propio, clientelismo a diestra y siniestra, populismo barato, inmunidad descarada, blindajes vergonzosos, cierre del parlamento, renuncias y vacancias presidenciales. Es decir, un escenario de una pobreza política sin precedentes que ya tocó fondo. Nuestra democracia está en la UCI y el oxigeno está en manos de incapaces, corruptos e irresponsables.

Por supuesto que dan muchas ganas de protestar, de salir a las calles, de gritar y de hacer mucho ruido, aunque sea como desahogo. Sin embargo, hay que tener en cuenta tres riesgos que pueden jugar muy en contra de estas manifestaciones pacíficas: La proliferación de contagios del Coronavirus, la suspensión de garantías que dan a la policía facilidades para reprimir y el aprovechamiento de la situación por una minoría de malos peruanos.

Estoy seguro de que la enorme mayoría de los peruanos que están protestando en las calles o ¨caceroleando¨ desde sus ventanas, están genuinamente hartos y preocupados por todos estos motivos. Sin embargo, hay una minoría infiltrada que es profesional en estas lides y que sus motivaciones son muy diferentes a las de la mayoría. Hay que identificarlos, repudiarlos y entregarlos a las autoridades.

En esta minoría imprudente se destacan tres grupos: Los irresponsables y trasnochados políticos que quieren aprovecharse de la situación para ganar adeptos para la próxima elección. Dan lástima y vergüenza ajena. Luego están los vándalos que provocan a la policía e incitan al resto para generar caos y vandalismo para luego saquear y robar.

Y la peor de todas, los profesionales del caos, digitados desde el foro de Sao Paulo. Esta mafia que acaba de hacer lo mismo en Chile y Colombia, tienen la rojísima consigna de generar el caos generando vandalismo y hasta muertes, en busca de introducir su trasnochada ideología vía una nueva constitución. Esto lo acaban de conseguir Chile.

Solo basta escuchar las declaraciones de algunos jóvenes que protestan, para darnos cuenta de que ya están haciendo su trabajo aquí también. A todo esto, se suma un sector de la prensa sospechosamente activa en crear y publicar dramáticamente el caos.

En esta protesta hay diferentes motivaciones válidas, pero parece no haber un propósito único y claro, aunque todo apunta a la imperiosa necesidad de renovar totalmente a la desgastada y corrupta clase política.

¡No me siento representado por un desconocido usurpador! ¡No me siento representado por un presidente corrupto y mentiroso! ¡No me siento representado por un congreso incapaz y populista, con mas de la mitad de sus miembros denunciados ante la justicia! ¡Me siento inseguro e indefenso ante una justicia corrupta y una creciente delincuencia!

¿Botamos al usurpador? ¿Regresamos al felón? ¿Qué se vayan todos? ¿Cerramos el irresponsable y populista congreso? ¿Qué es lo que queremos? ¿Qué se vayan todos y se convoque a elecciones generales?

La buena noticia es que esto ya está en camino, ya que las elecciones están programadas para abril. Estamos a solo cinco meses, tiempo ajustado para desplegar un proceso transparente y eficiente que permita a los partidos hacer sus elecciones internas y a los votantes de estar bien informados.

Estoy escribiendo esto el lunes 16 y se acaba de elegir al tercer presidente de la república, en solo una semana. Lo cuestionable es que se ha elegido entre los miembros del impresentable congreso, que es repudiado por la ciudadanía. Esta claro que este presidente tampoco será la solución para el problema de fondo y poco podrá hacer para controlar las crisis que nos agobian.

Sin embargo, debemos exigirle al menos estas cuatro cosas: Calmar a la ciudadanía, encarar adecuadamente la pandemia, controlar la economía para que no siga deteriorándose y garantizar elecciones justas y transparentes en la fecha programada.

Los ciudadanos tenemos el derecho (y el deber) de protestar pacíficamente, ¨cacerolear¨ y gritar cuando sintamos que los que nos representan no están haciendo bien su trabajo y más aún cuando están abusando del poder que les hemos confiado. Para eso tenemos VOZ y debemos alzarla cuando esto sucede. Sin embargo, para que el esfuerzo valga la pena y sea eficaz, tenemos que complementarlo con nuestro VOTO responsable y muy bien informado. La VOZ y el VOTO son nuestras únicas armas y debemos usarlas eficazmente.

¨De nada sirve protestar como un león, si vas a votar como un burro¨
(Verdad Anónima).

Para que no suceda esto debemos utilizar la misma fuerza de la indignación que usamos en las protestas, para exigir que el proceso electoral se respete y cumpla de la manera mas transparente para que así podamos elegir a quienes verdaderamente nos representen.

¨Protestemos como leones, pero también votemos como leones¨

Lamentablemente las reglas ya están dadas y favorecen a los irresponsables y corruptos que las establecieron y no habrá tiempo para reformarlas, por lo que tendremos que acatarlas. Dado esto, tenemos que actuar como leones exigiendo, vigilando y controlando a la autoridad desde hoy, hasta que se proclame al nuevo presidente de la república.

Empecemos por exigirle información detallada y transparente vía medios masivos y especialmente por vía virtual. Aquí la prensa puede convertirse en un jugador relevante, informando veraz y transparentemente a la ciudadanía. ¡Debemos estar informados en exceso!

También debemos demandar que el proceso de revisión y ¨filtrado¨ de los candidatos sea muy riguroso, transparente y enfocada mas en el fondo que en la forma. Las hojas de vida deben revisarse exhaustivamente y publicarse para que la ciudadanía tenga la posibilidad de presentar tachas sin miedo. Aquí la tolerancia debe ser cero. Si lo consignado no es veraz, debe eliminarse al candidato sin miramientos.

No podemos permitir que participen personas con pasados turbios, felones, corruptos, sentenciados, denunciados consuetudinarios, ¨caseritos¨ del poder judicial y de la policía. Tampoco queremos a personas que han demostrado que privilegian sus motivaciones individuales envés de las colectivas, personas sin la debida experiencia, que no han hecho nada relevante en su carrera, o que no tienen la preparación adecuada. Menos aún los que mienten en sus hojas de vida. Escojamos a personas nuevas, pruebas, preparadas, con comprobada experiencia profesional y con vocación de servicio. Tenemos que ser muy críticos y selectivos con los que nos quieren representar. ¡No nos quedemos callados, actuemos como leones!

En el frente de los candidatos presidenciales aparte de lo anterior, tenemos que exigirles que presenten y publiquen sus planes de gobierno y que nos expliquen cuales son sus planes para solucionar las cuatro crisis (de salud, económica, política y moral). Además, deben presentar a las personas que conformaran su equipo de gobierno. Esta información debe ser presentada oportunamente, al menos tres meses antes de la elección, para que toda la ciudadanía pueda revisarla y así votar muy bien informada.

Es importante también influir y educar a nuestro entorno para que se informen bien antes de votar. El voto responsable y bien informado junto con nuestra voz de protesta, es la combinación perfecta para deshacernos de una vez por todas, de esta trasnochada, corrupta e irresponsable clase política y salvar a la verdadera democracia que hoy agoniza.

Por eso no debemos olvidarnos que:

¨De nada sirve protestar como un león, si vas a votar como un burro¨ Lampadia




El Perú post-crisis política

El Perú post-crisis política

Tras haber sido víctimas de una terrible crisis política, que amenazaba con vacar al presidente y, como consecuencia, sufrir un probable cambio total del gabinete en plena crisis sanitaria y recesión económica, The Economist nos presenta sus principales reflexiones en torno a la situación de nuestro país de cara al desempeño en el futuro inmediato del gobierno, así como los retos que le depararían al próximo a elegirse las elecciones del 2021.

El balance que hace el popular medio británico es sombrío. En primer lugar porque, como bien destaca, Vizcarra no solo ya arrastra desastrosos resultados en materia económica y sanitaria a nivel mundial – ver Lampadia: El Perú lidera crisis económica mundial, Perú entre los peores países frente al covid 19– sino porque ha agudizado la confrontación con el Congreso y su vinculación en supuestos delitos de encubrimiento y obstrucción a la justicia por el caso Richard Swing, lo ha debilitado aún más lo cual inhibe tener buenos prospectos en los próximos meses en todos los frentes.

Este escenario descrito refuerza nuestra tesis de que la única manera que tiene Vizcarra y el Ejecutivo de poder salir de este entrampamiento político es gestar una agenda conjunta de propuestas audaces con el Legislativo que apuntalen las libertades económicas en el corto plazo, permitiendo la recuperación que necesitamos (ver Lampadia: Un populismo de las libertades económicas). Aquí caben resaltar medidas que apunten a eximir temporalmente a las pymes – que son las más afectadas por la crisis – de cargas tributarias, laborales y municipales a fin de que puedan recuperarse y contratar personal rápidamente. Acomodar a un buen premier que represente los mejores valores de los peruanos y tenga capacidad política para mejorar las relaciones con el Legislativo también ayudaría a este cometido de construcción de propuestas (ver Lampadia: Pero esta crisis requiere equilibrios).

Por otra parte, cabe también mencionar las preocupaciones de The Economist respecto a lo que pasará el próximo año en 2021, con las elecciones presidenciales y congresales. Releva el hecho que a la fecha tengamos pocos partidos fuertes – que si quiera hayan determinado sus candidatos presidenciales – además de un prácticamente nulo atractivo por parte de la población hacia líderes concretos con las capacidades que necesita nuestro país para relanzarlo en el período de reconstrucción post-pandemia.

A este problema queremos agregar otro que es que no existe un mecanismo que permita que el Congreso se elija con el presidente, con lo cual se sientan las bases para no lograr una gobernabilidad adecuada y persistir en estos conflictos entre Ejecutivo-Legislativo que tanto nos han golpeado en los últimos 2-3 años. En ese sentido, reafirmamos nuestra propuesta de aprobación de la elección del Congreso junto con la segunda vuelta. Asimismo, el canje del voto preferencial por un sistema de elección basado en distritos electorales pequeños, uni o binominales (ver Lampadia: Elegir el Congreso junto con la segunda vuelta), lo cual puede ayudar a minimizar la multiplicidad de propuestas al interior de los partidos, fortaleciéndolos e incentivando a una mejor deliberación por parte de la población sobre los planes de gobierno.

Que las reflexiones que hacen los buenos medios internacionales en el plano político y económico acerca de nuestro país nos ayuden a darnos cuenta de qué es lo que hay que hacer en el plazo inmediato. A continuación, presentamos el análisis de The Economist. Lampadia

Cojeando en Lima
Martín Vizcarra sobrevive a una votación de juicio político

Pero la política de Perú seguirá siendo caótica

The Economist
24 de setiembre, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

LIMA. A primera vista, la votación de juicio político del 18 de septiembre parecía una gran victoria para el presidente de Perú, Martín Vizcarra. Solo 32 de 130 congresistas votaron a favor de removerlo bajo sospecha de que había obstruido una investigación de corrupción. Pero el presidente debe su supervivencia a la incompetencia de sus enemigos más que a la fuerza o el entusiasmo de sus partidarios. Un congresista, Daniel Urresti, lo describió como el “muerto viviente” antes de abstenerse.

Perú necesita un presidente vigoroso más de lo habitual. El país tiene el mayor número de muertes registradas por covid-19 como porcentaje de su población. El gobierno espera que la economía se contraiga un 12% este año, lo que sería la contracción más severa en América Latina. Pero los peruanos tendrán que esperar meses para un gobierno en pleno funcionamiento y es posible que ni siquiera entonces lo consigan. El país debe celebrar elecciones generales en abril y tomar posesión de un nuevo presidente en julio. La saga de la acusación sugiere que el sistema político bien puede fallar en producir estabilidad.

Hasta hace poco, el país ha prosperado a pesar de su política caótica. El crecimiento anual del PBI promedió el 4.5% en la década a partir de 2009, entre los más rápidos de la región. El Banco Central ha mantenido baja la inflación y el Ministerio de Economía y Finanzas ha controlado los déficits presupuestarios. La tasa oficial de pobreza se redujo del 42% en 2007 al 20% el año pasado.

Pero la pandemia está demostrando que la política importa. Una de las razones del alto número de casos es que muchos peruanos tienen trabajos informales mal remunerados; si no trabajan, no comen. Muchos también viven apiñados. Muchos desconfían de los políticos que les dicen que cierren y, por lo tanto, ignoran las reglas. Alonso Segura, exministro de Economía, duda de la predicción del gobierno de que la economía crecerá un 10% el próximo año, recuperando gran parte de sus pérdidas. “No solo faltan las condiciones para las reformas favorables al crecimiento, sino que el sistema político se ha convertido en una fuente de perturbaciones y contrarreformas”, dice Segura.

El inesperado ascenso de Vizcarra a la presidencia en marzo de 2018 fue consecuencia de una crisis que comenzó hace 30 años, con el ascenso al poder de Alberto Fujimori. Era un líder eficaz, pero despótico y corrupto. Está cumpliendo una sentencia de prisión por abuso de derechos humanos y corrupción. Dos de sus sucesores están bajo arresto domiciliario. Otro pronto será juzgado. Un cuarto, Alan García, se suicidó el año pasado para evitar ser arrestado. Vizcarra reemplazó a Pedro Pablo Kuczynski, uno de los ex presidentes confinados en casa, que renunció para evitar un juicio político por acusaciones de corrupción, perjurio y compra de votos en el Congreso.

Vizcarra prometió limpiar la corrupción, por ejemplo, eliminando la inmunidad de los legisladores frente al enjuiciamiento. Pero su mandato ha sido más notable por su grandilocuencia que por su reforma. Al principio se enfrentó con el Congreso, que estaba dominado por el partido Fuerza Popular, dirigido por la hija de Fujimori, Keiko. Intentó sacar a Vizcarra. Contraatacó proponiendo celebrar unas elecciones generales un año antes, en abril de 2020, en las que no se presentaría. Cuando el Congreso lo rechazó, lo cerró y convocó una nueva elección solo para la legislatura, que se celebró en enero de este año.

La pandemia golpeó poco después de que el nuevo Congreso asumiera el cargo. Al principio, Vizcarra ganó elogios y popularidad al imponer un bloqueo rápido y estricto y al brindar apoyo a los ingresos de las personas por valor del 12% del PBI. Pero el gobierno tuvo problemas para entregar efectivo a las personas que lo necesitaban (en parte porque carece de información sobre ellos) y perjudicó la economía al cerrar las minas. Los índices de aprobación de Vizcarra siguen siendo altos. Pero chocó con el nuevo Congreso, a pesar de que la molesta Fuerza Popular es una presencia muy disminuida.

Ahora está envuelto en un escándalo. En mayo surgió la noticia de que el Ministerio de Cultura había pagado desde 2018 US$ 51,000 a un extravagante cantante de folk que se hace llamar Richard Swing para dar charlas motivacionales a los trabajadores del gobierno. Swing había hecho campaña a favor de Vizcarra cuando era candidato a vicepresidente en 2016. Los enemigos congresistas de Vizcarra sugirieron que el presidente o sus principales asesores habían iniciado los pagos a Swing como una recompensa tardía. El 10 de septiembre de este año, el congresista que lidera la investigación dijo que tenía una grabación de Vizcarra planeando estrategias con sus ayudantes sobre cómo manejarlo. Luego, el Congreso programó una votación de acusación.

Vizcarra admitió que la grabación, hecha en secreto por una secretaria, era genuina y se disculpó, pero dijo que no había cometido ningún delito. Las torpezas de los líderes del Congreso lo ayudaron. El portavoz, Manuel Merino, llamó a los principales generales de las fuerzas armadas sobre el juicio político, para “tranquilizarlos”, dijo. La administración afirmó que estaba tramando un golpe. El 12 de septiembre apareció el primer ministro, flanqueado por los generales, para denunciar a Merino. Muchos legisladores decidieron que deshacerse del presidente en un momento de crisis haría al país más daño que bien.

Hay pocas razones para esperar que la calidad del gobierno mejore después de las elecciones presidenciales y parlamentarias del próximo año. Ninguno de los 24 partidos registrados ha elegido candidato presidencial. (Los candidatos deben unirse a uno para fines de septiembre). El único candidato con un apoyo de dos dígitos hasta ahora es George Forsyth, un ex portero de fútbol que ahora es el alcalde de La Victoria, un distrito animoso de Lima. Su competidor más cercano es “ninguno de los anteriores”. Está coqueteando con Restauración Nacional, un partido evangélico que nunca ha gobernado.

En Perú eso no es obstáculo para ganar altos cargos. García es el único presidente desde 1990 que ganó como candidato de un partido que había gobernado antes. Sin el respaldo de partidos fuertes, los presidentes carecen de apoyo en el Congreso y de diputados talentosos para dirigir sus administraciones. Las elecciones de enero hicieron poco por fortalecer el sistema de partidos. Produjo un Congreso fragmentado, con nueve partidos, a pesar de un umbral de entrada del 5% de los votos. Aunque Acción Popular, un partido de centro derecha, es el más grande del Congreso, solo el 6% de los peruanos lo respalda, según una encuesta de Ipsos. Más del 60% de los votantes se autodenominan independientes. Restauración Nacional no se encontraba entre los 11 partidos por los que preguntó la encuestadora.

El próximo presidente de Perú tendrá escasos recursos para hacer frente a una economía aún herida por la pandemia y el aumento de la pobreza. Las reservas de divisas se han agotado por el costo de las medidas para limitar el declive de la economía. La deuda pública pasará del 27% del PBI el año pasado al 35% en 2020, según el Ministerio de Economía y Finanzas. Perú necesita reformas económicas, como reglas más claras para fomentar la inversión en obras públicas e industrias tan vitales como la minería. Es poco probable que Vizcarra avance mucho en el poco tiempo que le queda. La preocupación es que su sucesor no logre mucho más. Lampadia




Pero esta crisis requiere equilibrios

Pero esta crisis requiere equilibrios

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El presidente Vizcarra ha tenido que reconocer su participación en unos audios que comprometen seriamente su imagen y su posición en el gobierno. El Congreso de la República ha iniciado un proceso para evaluar la eventual vacancia del presidente de la República. El Ejecutivo está planteando una demanda competencial en el Tribunal Constitucional (TC) para suspender el proceso de vacancia.

Esto se da ad portas del proceso electoral, llevándonos a una crisis de gobierno que pone al país en una situación muy delicada, pues se suma a las crisis sanitaria y económica, muy mal manejadas por el gobierno, al punto de que los resultados en ambos frentes nos ha llevado a la peor ubicación en el mundo.

En estos momentos necesitamos el mejor gobierno posible para recuperarnos de la doble crisis sanitaria y económica, y manejar un difícil proceso electoral, pero tenemos un gobierno que ha terminado de devaluarse gravemente.

Lamentablemente la gestión de Vizcarra se ha caracterizado por un manejo más político que de gobierno, por buscar enfrentamientos agudos con el Congreso, al que terminó cerrando inconstitucionalmente (más allá de lo definido por el TC). Luego descuidó una relación con el nuevo Congreso que permitiera contener las iniciativas populistas y más bien entró en ocasiones a competir con él. Hoy la relación entre el Ejecutivo y el Parlamento está dañada sin remedio.

De remate, el presidente, que está asociado con personajes de pésimo nivel, como Richard Swing Cisneros, y rodeado de colaboradores muy mediocres, nos regala unos audios que lo muestran manipulando agendas y órdenes para esconder los hechos ante el Congreso de la República y la Fiscalía de la Nación.

El escándalo no se hizo esperar y hoy estamos ante la posibilidad de que el Congreso vaque a Vizcarra por incapacidad moral permanente. Una figura extrema contemplada en la Constitución, si bien ambigua y sujeta a interpretaciones subjetivas.

Un castigo a Vizcarra puede parecer merecido por su pésima gestión en todos los frentes de gobierno y por el affaire de los audios, pero la vacancia por incapacidad moral no es el camino y aplicarla sería inconveniente para la salud de la nación.

Además, un eventual gobierno del Congreso, con Merino de Lama a la cabeza, puede llevarnos a una situación de mayor debilidad y desorden. Como dice Mario Ghibellini, los antiguos romanos aprendieron de mala manera hacia el final del siglo V, que lo único peor a conservar un emperador venal o fatuo es que los bárbaros se apoderen de la ciudad.

En consecuencia, estamos entrampados. Por un lado, Vizcarra está muy debilitado para poder liderar el gobierno hasta julio próximo y, por el otro, sería muy peligroso hacernos de un ejecutivo manejado por el actual Congreso, que ha optado por las banderas del populismo y la precipitación en el manejo de la cosa pública.

Algo importante tiene que cambiar.

Una salida intermedia, puede ser ver que se forme un nuevo gabinete presidido por un Primer Ministro independiente que asuma la representación de los mejores valores de los peruanos, y que pueda conducir los destinos del país en la lucha contra la pandemia, la recuperación de la economía, y el proceso electoral; manteniendo a Vizcarra, des-empoderado, en la representación nacional.

Pero hay dos importantes dificultades para armar este esquema. La dificultad de conseguir ciudadanos que estén dispuestos a asumir el gobierno en estas circunstancias, y pasar por el trance de su nombramiento por parte de Vizcarra.

Sin embargo, como reza el dicho, la necesidad tiene cara de hereje. Asumir el gobierno en estos momentos es un acto patriótico que honrará a quienes lo hagan, más allá de los riesgos y dificultades.

Para lograr que Vizcarra asuma un rol secundario y nombre un Premier independiente, hay que hacerle ver que ésta es una alternativa menos violenta que la destitución o la vacancia; y tal vez debamos, desde la opinión pública, forzarlo a elegir entre tres opciones puestas encima de la mesa por alguien que esté más allá del bien y el mal. Alguien como el Patriarca de la política peruana, Don Luis Bedoya Reyes.

Una alternativa para manejar las aguas de la crisis, sin lugar a dudas difícil de lograr, pero cualquier cosa que se acerque a ella nos pone en mejor terreno que la vacancia o mantener al debilitado Vizcarra sin cambios reales en el gobierno. Lampadia




ACCIÓN POLULAR piedras sobre su tejado…

ACCIÓN POLULAR piedras sobre su tejado…

Jaime Lucioni Belaúnde
5 de agosto de 2020.
Para Lampadia

La actuación de los congresistas del partido político Acción Popular pasará a la historia, como una lamentable, triste, desilusionante, defraudante actuación contra los principios e ideología partidaria, contra sus correligionarios y los votantes que les depositaron su confianza.

Es muy decepcionante que, el partido más veterano del Congreso y el más votado en las últimas elecciones, por tanto, con la mayor representación parlamentaria, sea el ÚNICO partido político que ha emitido su voto en las tres opciones: 4 a favor, 7 en contra y 12 abstenciones en la moción de confianza al gabinete que preside el Premier Cateriano y sus ministros.

Han demostrando que es un partido político acéfalo, que carece de dirección, sin unidad, falto de concertación y diálogo, desprovisto de perspectiva y por lo visto, sin un futuro cierto para pretender gobernar el país.

Una bancada personalista, que se había reunido previamente con el Premier Cateriano, donde tuvieron oportunidad de seguir los protocolos en política, para plantearle las propuestas que consideraban; pudieron dialogar, negociar y consensuar lo que creían se debía incluir en el discurso y plan de gobierno, para emitir su voto a favor. Pero al tener tan dispares opiniones – que ni ellos mismos se ponen de acuerdo – mal podrían sentarse con terceros a consensuar con nadie.

Es muy triste ver que el Partido Acción Popular, fundado por Fernando Belaúnde Terry, dos veces presidente de gobierno y un gobierno de transición, va sin rumbo, no tiene organización, no tiene presidente… con unos congresistas sin el mínimo sentido de estado para actuar con coherencia y acepción de servicio.

Acción Popular ha firmado su acta de defunción, es imperiosamente necesario por la salud del país, que se renueve, se reestructure y que “limpie la casa” de los oportunistas, corruptos e improvisados.

Tenemos un Congreso oportunista que ha demostrado falta de madurez, dedicado a legislar para el corto plazo, con leyes apresuradas y mediáticas, con fines populistas, de protagonismo, creyendo que esas medidas les traerán más votos de cara a las inminentes elecciones generales.

Decepcionante este Congreso mediocre y aprovechado. Ha dejado al país a la deriva en plena pandemia, en momentos de la mayor crisis – Sanitaria y Económica – que nos haya tocado vivir. Esto no será olvidado; todo por defender algunos intereses particulares subalternos y por cálculos politiqueros, verdaderamente deleznables. Lampadia




Inversiones “4 x 4” para salir de la crisis

Inversiones “4 x 4” para salir de la crisis

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 24 de julio de 2020
Para Lampadia

Para salir de la brutal crisis económica en la que nos encontramos hay que pensar… para luego actuar. Bueno pues – pensándolo bien – un programa masivo de construcción de viviendas dignas podría ayudar a generar millones de puestos de trabajo – precisamente – para contrarrestar la desesperanza de igual número de compatriotas que han perdido sus empleos como consecuencia de la pandemia del COVID 19.

Ciertamente, no se trata de la única salida. Las inversiones en minería y energía pueden – y deben – ayudar significativamente para retomar el dinamismo económico perdido. Las inversiones requeridas para el cierre de brechas en infraestructura – también – son vitales para los fines del caso. En realidad, todo lo que signifique inversión debe ser bienvenido para salir del hoyo en el que nos encontramos.

En el fondo – desde un punto de vista conceptual – nada ha cambiado con respecto a los tiempos anteriores a la pandemia. La única manera de generar empleo, riqueza, y bienestar – aquí y en la Conchinchina – es mediante inversiones. Inversiones públicas y privadas… pero sobre todo privadas.

Y en nuestro caso, los tres frentes antes mencionados – vivienda, minería, e infraestructura – no es que hayan aparecido de buenas a primeras a raíz de la pandemia. Nada que ver. En realidad, desde hace décadas que debimos haber promovido las inversiones en dichos sectores.

Pero ¿qué pasó? ¿Por qué no fuimos capaces de tener más viviendas dignas para más familias peruanas? O más minería como Conga, Tía María y otros grandes proyectos mineros. O más y mejores carreteras, ferrovías, puertos, hospitales, instituciones educativas, entre otras. ¿Por qué cayeron las inversiones privadas – repito, desde antes de la pandemia – propiciando así la informalidad y la falta de empleo en el país? ¿Por qué?

Las respuestas a esas interrogantes son harta conocidas. El brutal déficit de viviendas – o mejor dicho, la enorme cantidad de peruanos que viven peor que animales – se debe a la proliferación de mafias de traficantes de tierras, en las que están involucrados muchos alcaldes y regidores municipales distritales… también mafiosos. La falta de inversiones en minería se debe a la pusilanimidad gubernamental frente a los movimientos anti mineros que – a pesar de ser minoritarios – hacen bastante ruido. Recordemos la debilísima posición del presidente de la República – y su equipo ministerial – en el manejo del frustrado proyecto minero Tía María en Arequipa.

Y la falta de inversiones en infraestructura se debe a la inmensa y enrevesada institucionalidad burocrática que – como dice Roberto Abusada – ha hecho metástasis. Institucionalidad que – dicho sea de paso – es también la causante de la creciente informalidad y desempleo en nuestro país.

En conclusión, lo que hay que cambiar son las instituciones estatales y sus procedimientos administrativos. Las oportunidades de inversión son las mismas.

A continuación, suelto algunas propuestas al respecto.

  • Eliminar miles de burocracias municipales distritales corruptas y mafiosas, y concentrar las funciones de ordenamiento urbano en las municipalidades provinciales.
  • Imponer la ley y el orden en la explotación de nuestros recursos naturales.
  • Simplificar – al máximo – la institucionalidad y tramitología estatal a todo nivel.
  • Fusionar – o eliminar – instituciones públicas redundantes.
  • Digitalizar los servicios del Estado.
  • Incluso, eliminar cualquier cantidad de trámites innecesarios.
  • Y – lo más importante de todo – salir de los miles de Richard Swing´s que han atiborrado el aparato estatal. ¡No al clientelismo político en el Estado!

Invertir US$ 40,000 millones para construir 2´000,000 viviendas dignas para igual número de familias peruanas. Invertir US$ 40,000 millones en proyectos mineros que están a la espera de permisos burocráticos absurdos. Invertir US$ 40,000 millones en obras de infraestructura como carreteras, ferrovías, puertos, reservorios, etc. Y – como dirían los contadores – invertir US$ 40,000 millones en “otros sectores”, como industria, turismo, agricultura, forestería, pesca, innovación, servicios, etc.

Recapitulemos: (1) Vivienda, (2) Minería, (3) Infraestructura, y (4) Otros. Mucha inversión privada, complementada por inversión pública… allí donde lo privado no llegue. He ahí las inversiones “4 x 4” que – con tracción en las cuatro ruedas – podrían sacarnos de la crisis mucho antes de lo que muchos imaginan. Lampadia




Crisis y oportunidades

Crisis y oportunidades

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

No es un secreto que en el Perú estamos viviendo simultáneamente, una seria crisis sanitaria y una grave crisis económica, probablemente esta última sea la que nos ha impactado más gravemente que a ningún otro país del mundo.

Siempre que estas cosas ocurren, uno debe tener claro que no es el momento para deprimirse, ni para distraerse con temas menores. Un líder tiene la obligación de ver a su alrededor e identificar cuáles pueden ser las oportunidades que podrían contribuir a salir de la crisis. En esta línea, leía un informe de Andrés Oppenheimer, quien analizaba la situación mundial y en particular, la tensión y guerra comercial entre China y Estados Unidos (USA).

Hace notar el informe que la corriente de “off-shoring” puesta de moda hace algunas décadas,  había trasladado las fábricas de grandes empresas americanas de USA a China y que, producto de este conflicto comercial, cerca del 76% de las empresas americanas que habían trasladado sus fábricas a China, ahora están en una corriente de “re-shoring” (planteándose el retorno a USA) o incluso de “near-shoring”, que buscaría acercar sus plantas al mercado y a la fuente de materias primas.

En estas circunstancias, las compañías antes mencionadas deberán hacer un gran esfuerzo de inversión para trasladar sus fábricas y competir, sin la amenaza que, más adelante, medidas del gobierno chino puedan afectar sus operaciones.  Ciertamente, este proceso obliga a estas empresas a un serio análisis sobre los factores que puedan brindar; mejores condiciones de negocios, mayor rentabilidad y mayor estabilidad para su proyecto.

Creo que el Perú, que cuenta con una fuerza laboral joven, con salarios competitivos, una gran proximidad al mayor mercado (USA), es fuente de materias primas, cuenta con oferta suficiente de energía eléctrica y potencial de expansión, se encuentra en el mismo huso horario que USA y entre otras ventajas, cuenta con un tratado de libre comercio con este país, que contribuiría muchísimo en el análisis para la toma de decisiones de un “near-shoring”.

Lo más importante de este movimiento, sería traer al Perú una industria de transformación del siglo XXI, con alta tecnología, automatización y robótica. Con altos estándares ambientales y demandante de profesionales altamente calificados, en procesos e innovación permanente, especialistas en centros de control. Nuestros jóvenes técnicos y profesionales universitarios serían los grandes beneficiarios de este importante avance. Esto genera la ventaja colateral de introducir nuevas técnicas, prácticas y estándares en el resto de la industria peruana, lo que nos acerca mucho más a los mercados actuales y mejoraría la aceptación de estos en los mercados aún no conquistados, por el solo hecho de contar con la percepción de un mejor estándar de calidad.

A menos que este gobierno tenga asumido, que será uno intrascendente para la historia del Perú, es el momento de hacer un gran despliegue de nuestras fuerzas diplomáticas, comerciales y empresariales, para atraer esas posibles inversiones a nuestro país. Esa gran cantidad de empresas deben tomar una decisión trascendental y nosotros, que necesitamos un shock de inversiones, podríamos ofrecer condiciones estupendas, incluyendo estabilidad jurídica, para que opten por invertir aquí.

Si revisamos nuestro continente, pocos países tienen la posibilidad de armar un paquete competitivo y ganar la delantera. Entre los que podrían adelantarse están: Chile, con el inconveniente que tiene restricciones de energía eléctrica, tiene costos más altos, entre otros, de terrenos y hasta el año pasado, cuando la agitación política los frenó, nos hubiera podido sacar la delantera. Colombia, es otro de los países que podría apurar el paso y cuenta con condiciones legales, políticas y económicas semejantes a las nuestras, salvo la cercanía a la fuente de materias primas. Finalmente, México podría ser otro destino de estas inversiones y el gobierno americano probablemente quisiera usar este esfuerzo como un freno a las migraciones, en adición al tratado de libre comercio existente. Yo personalmente descartaría Argentina por su actual conducción política y tradicional inestabilidad en sus políticas económicas y falta de seriedad en sus compromisos comerciales. No veo a; Bolivia, Ecuador, Uruguay y Paraguay como posibles competidores. Mención aparte merece Brasil, pero las diferencias en su concepción de manejo económico, me parece neutralizarían, en parte, las condiciones naturales para competir.

Tal como sugiere el artículo de Oppenheimer, es el tiempo de organizar un equipo público-privado, económico, político, diplomático y empresarial, que se dedique a esta tarea con muy alta prioridad y sería, sinceramente, una tarea que podría revertir la inacción que nos está conduciendo a otro lustro perdido. Ciertamente, esta tarea requiere liderazgo y un renovado gabinete, que tenga una clara visión del mundo del siglo XXI y no le tenga miedo al mundo empresarial y de los negocios. Que no necesite limitarse a la dimensión de un pueblito para sentirse seguro y tenga capacidad de dar saltos grandes a nivel global.

Si tomamos la decisión de poner en valor nuestros proyectos mineros, atraer y conseguir la instalación en el Perú de las fábricas que requieren reubicarse y desarrollar la infraestructura requerida para toda esta fuerza productiva, esto implicaría un salto cualitativo y nos permitiría ofrecer un país de otra categoría para nuestra siguientes generaciones.

Ojalá nos escuchen y asuman el desafío, como un legado por el bicentenario de la independencia, porque “obras son amores y no buenas razones”. Lampadia