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Gamarra

La Cuadratura del Círculo es un espacio producido por IIG – Infraestructura institucionalidad y Gestión, con la colaboración de Lampadia como media partner.

Presentamos el siguiente video sobre Gamarra: el problema y la solución. Participan Diógenes Alva, líder empresarial de Gamarra y Juan Infante, ex-director ejecutivo de Prompyme como invitados, y Jaime de Althaus, Fernando Cillóniz y Gonzalo Prialé.

Las opiniones vertidas por los participantes no necesariamente representan la opinión institucional de IIG sobre los temas tratados.

Lampadia




Llenos de disgustos, rencores, y rabias

Llenos de disgustos, rencores, y rabias

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 25 de agosto de 2017
Para Correo Ica y
Lampadia

“¡Oh envidia, raíz de infinitos males y carcoma de virtudes! Todos los vicios, Sancho, traen un no sé qué de deleite consigo, pero el de la envidia no trae sino disgustos, rencores y rabias”. En mi opinión… no hay descripción más sabia y acertada de la envidia que la del genial Don Miguel de Cervantes.

 

Si bien las aventuras del ingenioso hidalgo ocurrieron en un lugar de la Mancha de cuyo nombre – el autor – no quiso acordarse, las connotaciones morales de Don Quijote – la colosal novela cervantina – tienen alcance universal. Y – con mayor razón – alcanza también a la moral colectiva en nuestro país.

A ese respecto, jamás – como en estos días – había visto tanta gente disgustada, tantos políticos rencorosos, y tantos periodistas rabiosos. Hoy – más que nunca – la calle está plagada de gente iracunda. Las redes sociales vomitan agresividad. Y los periódicos, radios y TV – salvo honrosas excepciones – calumnian, insultan, y mienten con total desparpajo. Entonces… atando cabos – y basándome en la célebre tertulia entre Don Quijote y Sancho – habría que concluir que la envidia – cual peste bubónica – se ha enquistado en las almas de muchos compatriotas.

Pesimismo… he ahí el principal problema de nuestro país, actualmente. Y la corrupción está a la par… codo a codo con el desánimo colectivo. La negatividad domina muchísimas opiniones emitidas por políticos, periodistas, académicos, dirigentes, y ciudadanos en general.

Resulta frustrante ver cómo – para estos pesimistas recalcitrantes – nada está bien en nuestro país. Y si se tratara del Gobierno… peor aún. Todo está mal. Nada bueno cabe en las conciencias acomplejadas de estos personajes perturbados.

Sin embargo, yo tengo otra impresión de la coyuntura. El país no está parado. Los precios de los metales han vuelto a subir. Y ya sabemos cómo responde nuestra economía – sobre todo la Sierra – cuando la minería agarra viada. Este año, el café volverá a ser el principal cultivo de exportación… superando a la uva y al espárrago. Y eso es bienestar – a la vena – para nuestra Amazonía. Por último – como hacía tiempo que no ocurría – el año viene buenísimo para la pesca. Y así por el estilo; la agroindustria, el turismo, la energía… ¡no estamos parados!

Inclusive… en el ámbito gubernamental – aunque los pesimistas no lo quieran reconocer – la educación pública también ha mejorado. Las pruebas PISA (Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes) y ECE (Evaluación Censal de Estudiantes) son contundentes a ese respecto. Pero nadie habla de tales logros. El tema dominante – y abrumador – de debate público es la huelga magisterial, la cual – como ha quedado demostrada – tiene mucho de política, y poco – o muy poco – de reivindicativa.

En el ámbito iqueño, la salud pública ha mejorado en nuestra región. ¡No hay colas! ¡El abastecimiento de medicamentos es adecuado! ¡Nuestra infraestructura hospitalaria es buena! Claro que tenemos deficiencias y cosas que mejorar. Pero – para nada – estamos frente al caos que pregonan ciertos congresistas y periodistas pesimistas, que hablan por la herida.

Ahora bien – para estos menesteres – había que poner orden en nuestros hospitales. Y ¡vaya que lo estamos logrando! aunque – es verdad – con algunos heridos y contusos de por medio. Pero ¿qué esperaban los médicos corruptos que abandonaban sus guardias, y cobraban como si hubieran laborado normalmente? ¿Y los que sustentaban viáticos con facturas falsas? ¿Qué creyeron los congresistas y consejeros que pretendieron imponernos la contratación de sus allegados? ¿Qué – mansamente – les íbamos a hacer caso? ¡Qué ingenuos!

Está claro… muchos pesimistas no nos creyeron cuando advertimos que íbamos a luchar – de verdad – contra la corrupción y el clientelismo político. En el fondo, creyeron que íbamos a ser más de lo mismo. O sea, “no a la corrupción” pero de la boca para afuera. Pues bien… se equivocaron.

Para terminar. Un consejo… hasta de un conejo. Aléjense de los pesimistas. ¡Contagian! Lampadia

 




Debemos fortalecer la democracia y la gobernanza

Como dijimos el 11 de abril pasado, al día siguiente de la primera vuelta, los ciudadanos optaron por seguir ‘construyendo sobre lo avanzado’ (ver: en Lampadia: El 67% de los peruanos votaron por construir sobre lo avanzado).

Ese mandato implicaba que las fuerzas pro mercado (con un Estado sólido), pro crecimiento para el avance social y pro globalización con ciudadanos empoderados, debían entenderse para enfrentar los grandes retos que nos esperan. Como son el superar las brechas económicas y sociales que nos aquejan y enfrentar con éxito las oportunidades y riesgos de la ‘cuarta revolución industrial’ que asecha. Ver en Lampadia: Gobernabilidad con un gabinete multipartidario.

Lamentablemente, terminamos en un camino totalmente distinto: el de un enfrentamiento que estamos seguros, nadie podía haber imaginado. La batalla electoral ha sido innecesariamente sangrienta y de alguna manera anti democrática, pues socavó el respeto mutuo que se deben los contendores democráticos.

Normalmente, las heridas de las batallas políticas terminan con ella. Pero en esta ocasión parece que la campaña ha producido ‘spillovers’. Se ha derramado hacia las bases del nuevo gobierno.

Entre estos perniciosos procesos tenemos: la continuación del enfrentamiento entre los próximos ejecutivo y legislativo; la insistencia en descalificar moralmente a Fuerza Popular con acusaciones sin fundamento, y los ataques al futuro Ministro de Economía Alfredo Thorne, por parte de la izquierda tradicional, a la que se dio en la campaña, un espacio que los ciudadanos les habían negado.

Sobre estos temas, transcurrió la entrevista que hizo Alfonso Baella en Redes y Poder al Director de Lampadia el pasado 22 de junio, que reproducimos más abajo.

De estos temas, el más alarmante, y del cual no se han percatado los medios y los analistas políticos, es el de la acusación a Fuerza Popular de representar la posibilidad de un ‘Narco Estado’. Lo peor de esta indebida  imputación, es que ésta se sigue profiriendo todos los días en las redes sociales y, en los medios tradicionales por parte de muchos periodistas, especialmente en las radios y la televisión, que aparentemente siguen enganchados en la disputa electoral y, por parte de miembros de algunas cúpulas políticas opositoras de Fuerza Popular.

Lo dramático de esta acusación es que está corroyendo las bases de nuestra democracia. Se está pretendiendo quitar autoridad moral al partido político que controla el Parlamento y que representa al 50% de la votación popular y, que además, tiene una importante presencia en todas las regiones del país.

Esta injustificada acusación, no solo hace daño en el Perú. Tal vez lo peor es su impacto en el extranjero, donde este mensaje se ha difundido profusamente y donde no se tiene los elementos de juicio necesario para darle un contexto coyuntural. Este virus está asentándose en las estructuras de nuestra democracia y puede producir daños difíciles de estimar y de reparar.

Veamos la entrevista:

En nuestra opinión la acusación de ‘Narco Estado’ tiene que ser combatida y dejada de lado. Para ello se debe empezar por exigir a sus originadores, el Canal 4 y al propio Pedro Pablo Kuczynski, el próximo Presidente de la República, las disculpas del caso. PPK debe hacerlo antes de asumir su mandato popular, debe producir un mensaje que permita superar esta situación, que estamos seguros, que cuando ayudó a crearla, no salió de su alma.

Como ya pocas veces se dice: “NOBLEZA OBLIGA”.

 

Lampadia