1

Reforzando el multilateralismo

Reforzando el multilateralismo

La pandemia ha destacado como muy pocos eventos en la historia – el otro probablemente sería la Segunda Guerra Mundial – la necesidad de fortalecer los organismos multilaterales y la cooperación mutua entre los países, para derrotar a un único enemigo común – el covid 19 – cuyas repercuciones globales – ya sea a través del movimiento migratorio, la importación de medicamentos o la difusión de tratamientos eficaces a la enfermedad – hacen imposible un trabajo aislado y desarticulado. Máxime, si la solución permanente a la crisis depende de la unificación de esfuerzos de más de 200 laboratorios que se encuentran analizando vacunas en diferentes fases clínicas, las cuales están desperdigadas en el mundo tanto occidental como oriental.

Al respecto, compartimos a continuación un llamado publicado en el portal Project Syndicate que hace el ex-secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hacia los líderes políticos de los países más importantes del globo en el que les insiste defender frontalmente el mutilateralismo en los próximos años a través de 5 acciones concretas. De aquí queremos destacar una en particular referida a renovar sus votos a la carta de la ONU, la cual sienta las bases de una organización que ha permitido, como bien enfatiza Ki-moon, “…durante más de siete décadas, [apoyar] de manera decisiva la búsqueda de la paz, la seguridad, los derechos humanos y las mejoras económicas y sociales en todo el mundo.”

Como hemos comentado en Lampadia: Urge reformar la OMS, países como el Perú, que tienen sistemas de salud públicos precarios por como ha dejado entrever la terrible performance que ha tenido en el ámbito sanitario durante la crisis, requieren del mayor apoyo posible de organizaciones como la OMS – uno de los brazos de la ONU – y por ende urge reformarla con mayor financiamiento y corrigiendo sus cuellos de botella observados en la pandemia. Consideramos lo mismo para la ONU en su principal ámbito de acción que es el de preservar la paz global e incentivar la cooperación internacional en problemáticas importantes que además del tema sanitario, involucran el cambio climático y la seguridad.  Ello se torna aún más apremiante hoy en día dado el proceso de desglobalizacion en el cual ha entrado el mundo desde la última década, lo cual ha sucitado una mayor animosidad entre países afines a ciertas ideologías políticas (ver Lampadia: La globalización sigue perdiendo fuerza).

Veamos el llamado de Ki-Moon denominado “Volviendo al multilaretalismo”. Lampadia

Volviendo al multilateralismo

Ban Ki-Moon
Project Syndicate
23 de septiembre, 2020
Traducida y glosada por Lampadia

Durante 75 años, las Naciones Unidas han proporcionado un foro mundial imperfecto pero incomparable para promover la paz, la prosperidad y los derechos humanos, como un baluarte contra otra guerra mundial. Pero la pandemia del COVID-19 presenta al principal organismo multilateral del mundo su mayor desafío hasta el momento.

NUEVA YORK – El COVID-19 ha arrojado luz sobre las graves vulnerabilidades de un mundo profundamente interconectado. Ningún país, independientemente de su tamaño, riqueza o sofisticación tecnológica, puede abordar esta crisis solo.

Debido a la pandemia, la Asamblea General de las Naciones Unidas de este mes se celebra en circunstancias excepcionales, y los jefes de estado participan “virtualmente” en lugar de viajar a la ciudad de Nueva York. La naturaleza única de la reunión de este año debería servir como recordatorio de que la única forma de superar la amenaza del COVID-19 es a través de la cooperación internacional, la transparencia y el cumplimiento de reglas y regulaciones compartidas.

Es una conmovedora ironía que la pandemia haya golpeado en el 75 aniversario de la ONU. Nacido de los escombros de la Segunda Guerra Mundial, una calamidad totalmente provocada por el hombre, el principal foro internacional del mundo encarnó la determinación de los líderes de la posguerra de que las generaciones futuras deben salvarse del tipo de sufrimiento que habían presenciado.

En Medio Oriente y otras regiones asoladas por conflictos, la ONU y sus principios de cooperación multilateral siguen siendo indispensables para encontrar soluciones sostenibles a largo plazo que garanticen la paz, la estabilidad y la prosperidad. Los principios del derecho internacional son la base de nuestro orden global y proporcionan un marco crucial para defender los derechos y ejercer el poder frente a los desafíos globales.

Podemos ver esto claramente en el conflicto israelí-palestino, que ha durado casi tanto como la propia ONU. La mejor solución serán dos estados, Israel y Palestina, para los dos pueblos, sobre la base de las fronteras anteriores a 1967 reconocidas internacionalmente y de acuerdo con las Resoluciones 242 y 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU, entre otras.

El reciente establecimiento de relaciones diplomáticas entre Israel y dos países del Golfo, los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein, es un acontecimiento político significativo que espero pueda ayudar a superar décadas de distanciamiento y desconfianza. Pero sigo creyendo que la única forma de lograr una verdadera “normalización” entre Israel y el mundo árabe es que todas las partes trabajen hacia una solución duradera de dos Estados que brinde paz, justicia, dignidad y seguridad a palestinos e israelíes por igual. Los derechos inalienables de las personas nunca deben ser cambiados por otros.

En 1945, muchos esperaban que el mundo finalmente hubiera aprendido las lecciones de dos guerras mundiales desastrosas. En palabras de la Carta de la ONU, el organismo fue creado para “salvar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra” y para seguir caminos pacíficos e inclusivos hacia la prosperidad y la democracia globales. La red de convenios e instituciones internacionales centrados en la ONU que se han establecido desde entonces está lejos de ser perfecta. Sin embargo, durante más de siete décadas, ha apoyado de manera decisiva la búsqueda de la paz, la seguridad, los derechos humanos y las mejoras económicas y sociales en todo el mundo.

Para resaltar este legado, The Elders, un grupo de líderes mundiales independientes fundado por Nelson Mandela, del cual tengo el honor de servir como vicepresidente, publicó recientemente un informe sobre la defensa del multilateralismo. En él, emitimos cinco llamados a la acción para los líderes de hoy:

  • Volver a comprometerse con los valores de la Carta de la ONU;
  • Empoderar a la ONU para que cumpla su mandato de acción colectiva sobre la paz y la seguridad;
  • Fortalecer los sistemas de salud para hacer frente al COVID-19 y prepararse para futuras pandemias;
  • Demostrar una mayor ambición sobre el cambio climático para cumplir con los objetivos del acuerdo de París;
  • Movilizar el apoyo para todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Todos los países deben reconocer que la única forma de lograr estos objetivos es mediante un multilateralismo eficaz, que en última instancia redunda en interés de todos. La mayoría de las veces, el fracaso de la ONU para cumplir sus objetivos declarados ha sido el resultado de los estados miembros, en particular, pero no exclusivamente, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EEUU, Reino Unido, Francia, Rusia, China), no cumpliendo con sus responsabilidades. Cuando los países ponen los intereses nacionales estrechos por encima de las prioridades comunes, todos salen perdiendo.

Sin duda, en julio pasado, acogí con beneplácito la adopción unánime de la Resolución 2532 por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, que pedía un alto al fuego mundial para evitar más catástrofes humanitarias en el contexto de la pandemia. También apoyé firmemente esta iniciativa cuando el Secretario General de la ONU, António Guterres, la propuso por primera vez en marzo. Sin embargo, me decepcionó ver tantos meses valiosos desperdiciados en discusiones sobre los detalles del texto.

Las disputas sobre semántica frente a sangrientos conflictos y una pandemia sin precedentes enviaron un mensaje terrible al público mundial. Más allá de los efectos directos en la salud, las consecuencias económicas de la crisis serán duraderas y graves, creando efectos dominó que se sentirán en muchas partes del mundo frágiles y afectadas por conflictos durante algún tiempo. No era el momento de jugar duro diplomáticamente.

Desde entonces, el Programa Mundial de Alimentos advirtió que podríamos encaminarnos hacia la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial, con hasta 600,000 niños con probabilidades de morir de hambre y desnutrición en países muy afectados como Yemen, Somalia, Nigeria y Sudán del Sur.

La crisis del COVID-19 es un sombrío recordatorio de nuestros vínculos humanos y vulnerabilidades comunes. Si no respondemos a la pandemia y otras amenazas compartidas con un renovado sentido de solidaridad y acción colectiva, habremos deshonrado a las víctimas del virus y traicionado las esperanzas que la generación fundadora de la ONU tenía para nosotros. Lampadia

Ban Ki-moon, vicepresidente de The Elders, fue Secretario General de las Naciones Unidas de 2007 a 2016, antes de lo cual fue ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Sur. Diplomático de carrera, anteriormente se desempeñó como Director de la Oficina de Tratados y Organizaciones Internacionales de la ONU, Vicepresidente de la Comisión Conjunta de Control Nuclear Sur-Norte y Asesor de Seguridad Nacional de Corea del Sur.




No perdamos de vista al enemigo común

No perdamos de vista al enemigo común

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Exclusivo para Lampadia

Hace pocos días, a iniciativa de Ricardo Ruiz Caro, participé en un encuentro virtual sobre el panorama mundial, las políticas públicas y los retos para la economía en medio de la crisis del Covid -19.  El anfitrión abrió la charla destacando que, en medio de lo negativo de estas circunstancias globales, ella misma se ha convertido en una suerte de meta supra ordenada para el mundo y para el Perú en particular.

Siempre se escuchan cosas interesantes de los hermanos Ruiz Caro, sin embargo, nunca una tan oportuna.

En efecto. Esta crisis nos ha puesto una meta largamente superior a cualquier otra. Una meta común. Un propósito común por encima, muy de lejos, de cualquier otro. Un propósito indiscutible: Enfrentar LA PANDEMIA DEL CORONA VIRUS.

Ahondado en la idea, ubiqué que esta noción tiene su origen en los experimentos que condujo el psicólogo turco y profesor de Harvard y Columbia, MUZAFER SHERIF, junto a su esposa CAROLYN, en la llamada Cueva de los Ladrones[i], donde comprobó que los grupos humanos tienen en una primera etapa, una tendencia natural a la hostilidad, la fricción y el conflicto, pero que, ante dificultades, desafíos o problemas que los superan y que no son posibles resolver de manera individual por cada grupo, requiriéndose de esfuerzos conjuntos, pasan del conflicto a la cooperación. Esos desafíos, retos o problemas que están por encima de la capacidad grupal, individual o sectorial son las llamadas “metas súper ordinarias”, posteriormente conocidas como METAS SUPRA ORDENADAS en el lenguaje psicológico y político contemporáneo.

Ni la invasión española por Pizarro y sus huestes, ni la independencia de España siglos después, ni la misma Guerra con Chile y por supuesto mucho menos el terrorismo genocida de Sendero Luminoso y el MRT estuvieron en la categoría de metas supra ordenadas porque siempre hubo, a diferencia del Corona Virus, contrarios, interesados, indiferentes, justificadores o cómplices, lo cual no ocurre hoy frente a la PANDEMIA DEL CORONA VIRUS.

Cuando los españoles llegaron, el Tahuantinsuyo no se unió para enfrentarlos, al contrario, varios pueblos acompañaron al invasor para capturar a Atahualpa y luego a terminar la hegemonía del Cusco. Frente a la independencia, hubo élites criollas muy conectadas con la metrópoli que la resistieron y miles de tropas que siguieron luchando por el ejército realista, mucho después de la proclamación de 1821. En la Guerra con Chile hubo quienes le hicieron el juego al enemigo, dejaron sin refuerzos a nuestros batallones más gloriosos como el de Arica y llegaron a decir, en otro momento del conflicto: “antes los chilenos que Piérola”, poniendo en evidencia que el Perú de 1880 no superó la fase del conflicto para pasar a la cooperación frente a un enemigo común. Frente al terrorismo, estuvimos muy cerca de tener una meta de este tipo, común, superior e indiscutible, sin embargo, la izquierda, por complicidad o remordimiento, con sus interpretaciones y justificaciones, convirtió al enemigo común en el enemigo de algunos solamente y ahora, décadas después, lo ha desdibujado a tal punto, que quienes lo derrotaron son los malos en la historia que ellos cuentan a través de los libros escolares que editan y controlan. En tiempos actuales, el manoseo político, electoral, mediático de la lucha contra la corrupción ha convertido esta batalla, que pudo tener esa dimensión, en una caricatura.

Enfrentar la PANDEMIA del Corona Virus tiene entonces la virtud (si cabe el término frente a un virus tan letal como este) de ser esa meta supra ordenada que nos puede y debe unir. Ante la cual no caben resistencias, complicidades, interpretaciones, justificaciones o manoseos políticos. Debería ser, aunque deje en el camino a muchos peruanos, el factor que nos una y despierte nuestro espíritu de cooperación, como nunca se ha visto en nuestra historia.

Esto, no quiere decir abandonar la reflexión y pasar al vacuo aplauso o la inerte reproducción de post laudatorios elaborados por una maquinaria de propaganda. Pasar a la cooperación significa tener como prioridad el enemigo, convertir la reflexión en aporte, disentir, pero no condenar, advertir sin ofender, clarificar antes que ensombrecer.

Superar nuestra fase de conflicto, tan natural pero primaria, pasa también por advertir que el enemigo es uno solo y darse cuenta de quienes, en este contexto, buscan crearnos otros enemigos: la globalización, el turismo, el capitalismo, las AFPs, los bancos, las empresas, Vizcarra o el fujimorismo. La necesidad de la hora presente es superar esa fase primaria del conflicto, la fricción y la desconfianza, para pasar a la etapa de la cooperación contra nuestro enemigo común. No perdamos esta oportunidad dejando que los enemigos de algunos impidan ver el único enemigo que importa. Lampadia




Cambio estructural en las relaciones entre Ejecutivo y Congreso

Cambio estructural en las relaciones entre Ejecutivo y Congreso

Jaime de Althaus
Para Lampadia

En las últimas semanas se ha producido un cambio estructural en la relación entre el Ejecutivo y el Congreso: Fuerza Popular ha desaparecido como fuerza beligerante y opositora, ha declarado su voluntad de concertar una agenda de reformas, y, por lo tanto, ha abierto la posibilidad de iniciar una era de colaboración con el Ejecutivo. Se ha pasado de la confrontación a la cooperación.

Para que dicha agenda de reformas pueda concretarse, sin embargo, el Ejecutivo tiene que resolver sus contradicciones internas y el Presidente tiene que aprender a pasar de la confrontación a los acuerdos y la gestión como estrategia de gobierno.

Este cambio estructural en las relaciones entre ambos Poderes, de la mayor importancia, no ha sido registrado cabalmente por la opinión pública, que no está debidamente informada por los medios nacionales, y que en los ambientes más politizados permanece incrédula. Pero es real.

El miércoles pasado la bancada de Fuerza Popular junto con todas las bancadas menos las de izquierda, presentó una moción de orden del día para conformar una “Comisión especial de reformas de interés nacional, diálogo y consenso parlamentario” (ver recuadro). Dichas reformas, de acuerdo a la información que tenemos, incluyen la reforma laboral, algo que hasta hace poco era un tema tabú no solo para Fuerza Popular sino para todas las bancadas y para el propio gobierno. De hecho, un par de semanas atrás el congresista Miguel Torres declaró a El Comercio: “buscaremos una reforma laboral para reducir las exigencias de hoy e involucrar a trabajadores informales dentro de la formalidad”.

Es claro, entonces, que el tono del Congreso ha cambiado notoriamente, lo que significa que están dadas las condiciones para un conjunto de acuerdos que permitan:

  • Resolver el problema creado por el posible NO a la cuarta pregunta del referéndum (sobre la bicameralidad), sea llegando a un acuerdo para que el Congreso modifique los cambios introducidos en la cuestión de confianza a cambio de que el presidente restablezca su apoyo a la bicameralidad antes del referéndum o, en su defecto, se pueda, luego del referéndum, llevar a cabo la reforma constitucional vía dos legislaturas ordinarias, con el apoyo político del Presidente, siempre y cuando se explique antes que el NO que promueve no es a la bicameralidad sino a las modificaciones introducidas a la cuestión de confianza.
  • Conformar una comisión de expertos para recomendar el conjunto de reformas políticas necesarias a fin de mejorar la gobernabilidad y reconstruir el sistema de partidos y los canales de representación.
  • Aprobar los proyectos de ley enviados por el Ejecutivo que reforman el sistema judicial y profundizar dicha reforma con la redefinición del rol de la Corte Suprema y otras normas.
  • Que el Ejecutivo observe la ley de negociaciones colectivas en el Estado, que es una verdadera bomba de tiempo fiscal, y el Congreso no insista. Y contener, en general, otras iniciativas populistas.
  • Elaborar una agenda de leyes y reformas indispensables para mejorar la competitividad y la productividad del país y reanimar la inversión privada en todos los sectores de la economía. Entre ellas, tendríamos, entre otras:
    • Las reformas laborales, que se verían facilitadas, además, por la renovación del Tribunal Constitucional en junio del 2019, que puede permitir el cambio de la sentencia del 2001 sobre la reposición obligatoria en el puesto de trabajo
    • La reforma tributaria: simplificación de regímenes y reducción de exoneraciones
    • Ley para darle carácter permanente a los regímenes agrario, forestal y acuícola y extenderlos a otros sectores manufactureros exportadores sujetos a demanda cambiante e intensivos en mano de obra
    • La ley de hidrocarburos.
    • Ley para profundizar la eliminación de regulaciones contraproducentes
    • Ley que permita resolver las trabas, dificultades y cuellos de botella en la ejecución de infraestructura estratégica para el desarrollo del comercio exterior e interior. 
    • Incentivar la innovación en las empresas y favorecer la inmigración de científicos extranjeros.
  • En esa línea, derogar los excesos cometidos en los decretos legislativos tributarios en los temas de anti elusión y responsabilidad penal de los directores.

La contradicción interna del Ejecutivo

El Ejecutivo tiene que aprovechar el cambio en la actitud del Congreso para proponer dicha agenda de reformas a favor de la competitividad del país. Para eso, sin embargo, tendrá que resolver la contradicción interna que lo inmoviliza:

  • La que se da entre los ministros vinculados a la economía y la producción de un lado, y el ministro de Trabajo del otro, y que se manifiesta claramente en las diferencias existentes entre los lineamientos del Plan Nacional de Competitividad publicado hace unos meses
  • Las declaraciones y regulaciones que emanan del ministerio de Trabajo
  • Las expresiones del ministro de Justicia en el sentido de revisar integralmente la Constitución incluyendo el capítulo económico, para hacer posible una mayor presencia del sector público.

Esas contradicciones deberán resolverse en el Plan Nacional de Competitividad propiamente dicho que se publique en los próximos días. De lo contrario, no será posible avanzar, por ejemplo, en las reformas laborales, salvo que el Congreso las apruebe por su cuenta.

Si el Plan Nacional de Competitividad contiene un programa de reformas claro que le permita a nuestra economía recuperar tasas altas de crecimiento y volver a reducir los niveles de pobreza –para lo cual debería incorporar las propuestas del Consejo Privado de Competitividad-, debería ser el propio presidente de la República quien presida el Consejo Nacional de Competitividad y lidere personalmente la ejecución de ese plan.  

De la confrontación a los acuerdos y la gestión

Una segunda pregunta, en ese sentido, es si el Presidente Vizcarra está preparado para adaptar su estrategia política a la nueva situación, es decir, pasar de la confrontación a los acuerdos y la gestión. Como sabemos, el Presidente ha conseguido un incremento notorio de su popularidad enfrentando al Congreso, e implícitamente a Fuerza Popular. Pero Fuerza Popular ya ha sido completamente anulada como oposición belicosa, de modo que el Presidente ya no tiene, en ese terreno, con quién confrontar. Su triunfo, en ese sentido, ha sido absoluto. Tiene ahora que pasar de la confrontación a los acuerdos y a la gestión eficiente de los servicios públicos, lo que es más laborioso y menos rentable políticamente si no se hace bien.

Para mantener los niveles de aprobación que ha conseguido, entonces, tendría que buscar, por así decirlo, nuevos “enemigos”, con la diferencia que esos enemigos son menos visibles y personalizados que el Congreso o los congresistas. Esos enemigos son los problemas del país. Podría enfrentarlos con el formato de una cruzada, para darle a la gesta un tono populista, pero al servicio de la reforma y la eficiencia. Esos enemigos podrían ser:

  • La corrupción, por supuesto
    • Destapando casos en los gobiernos regionales o locales o en entidades del gobierno central, y dándoles publicidad.    
    • Promoviendo una campaña de denuncias de los usuarios del Estado, pero para ello se necesitaría que el sistema de denuncias estuviera organizado, y aun no lo está.
  • La inseguridad, supervisando en el terreno el funcionamiento de Barrio Seguro, Vecindario Seguro y los Comités de Seguridad Ciudadana presididos por los alcaldes, llamando la atención a los alcaldes que no los convoquen, por ejemplo, y a los comisarios que no se integren con la comunidad.
  • La anemia, viajando al interior para constatar los esfuerzos y llamar la atención al funcionario que no esté cumpliendo su tarea en la estrategia contra ese mal.
  • La mala atención y corrupción en servicios de salud, retomando la reingeniería del SIS que comenzó a aplicarse el 2017 y fue luego abandonada, y supervisando que se ejecute adecuadamente, y denunciando casos de corrupción en el sector.

De lo que se trata es que el Presidente aproveche sus viajes al interior no para inaugurar obras sino para liderar y supervisar la transformación de los servicios básicos del Estado en servicios eficientes, acompañado de un aparato de comunicación que le permita crear una mística de cambio.

Fuera de eso, el Presidente debe conducir personalmente dos grandes procesos estratégicos. Uno es el que ya hemos mencionado: la ejecución del Plan Nacional de Competitividad, si es que este realmente contiene las reformas que hay que hacer para mejorar la productividad de la economía peruana. Como parte de esta labor, resulta fundamental devolverle eficiencia a la inversión pública y público privada, es decir, al desarrollo de la infraestructura, hoy muy afectada por diversos problemas y por el temor de los funcionarios a tomar decisiones derivado de la persecución arbitraria e injusta que en muchos casos han sido objeto por parte de la Contraloría y de comisiones investigadoras del Congreso. 

Y el segundo es la gran reforma del sistema judicial, presidiendo el Consejo Nacional para la Reforma del Sistema de Justicia, que será aprobado por ley próximamente. Para que la promesa de alcanzar un sistema de justicia moderno, eficiente y limpio se haga realidad –lo que sería un cambio extraordinario- se requiere que el Presidente asuma con la mejor asesoría posible el liderazgo de ese proceso.

Más allá del ruido judicial existente, que afecta la credibilidad de la clase política, lo cierto es que están dadas las condiciones para alcanzar acuerdos fundamentales que conduzcan a un Estado de Derecho en el que impere la ley y a recuperar tasas altas de crecimiento y reducir apreciablemente la pobreza. El Ejecutivo ya no tiene obstáculos en el Congreso para este fin. Lampadia




“De la lógica de la confrontación a la cooperación”

Así opina el gerente general de uno de los grupos empresariales más importantes de Chile, sobre el cambio de gobierno chileno, desde el izquierdismo regresivo de Michelle Bachelet, al segundo gobierno de Sebastián Piñera.

Chile tuvo cuatro años en los que se instaló el gobierno de las izquierdas chilenas, incluyendo al Partido Comunista, que, aprovechando ciertas fracturas sociales, pretendió hacer un cambio regresivo de las políticas públicas que permitieron que Chile se destaque en la región como el país más moderno y con menor pobreza, logrando solamente interrumpir el crecimiento de la economía y polarizar la política y la sociedad. Evidentemente, Piñera tiene que parar la confrontación y buscar la armonía y la recuperación del crecimiento.

Un sorprendente paralelismo con el cometido del gobierno de Martín Vizcarra en el Perú, que se comprometió a “poner punto final a la política de odio y confrontación”, y a recuperar el crecimiento económico.

En el Perú, sin embargo, erramos el camino durante siete años, desde el 2011 con la elección del gobierno nacionalista de Ollanta Humala y el ominoso continuismo de PPK, que mantuvo la ocupación del Estado por operadores con una visión confrontacional y anti mercado, que han desarticulado nuestra economía de mercado. Ver en Lampadia: Punto de Inflexión.

La recuperación de la sensatez en el Perú, es un camino arduo y requerirá del apoyo de muchos ciudadanos. Entre ellos, de los miembros de nuestras clases dirigentes que, a diferencia de Chile, prefieren la observación antes que la acción.

Por esa razón, compartimos hoy día la entrevista de La Tercera de Chile a Francisco Pérez Mackenna, gerente del holding del Grupo Luksic, que declara con mucha apertura sobre los temas más sensibles de su sociedad. Un ejemplo a seguir. Lampadia

Francisco Pérez Mackenna, gerente general de Quiñenco

“El país se dio cuenta de que teníamos que movernos de la lógica de la confrontación a la cooperación”

Entrevista de Sandra Burgos A.
La Tercera de Chile
7 de enero, 2018
Glosado por Lampadia

 

 

 

 

 

 

 

 

“Lo primero que debe hacer el nuevo gobierno es crear un clima de cooperación, de que estamos todos invitados, y a través de ese camino echar a andar con vigor la economía”. Creo que había un pequeño sector del país que gritaba mucho y que tenía una representatividad mayor en el ruido que hacía que a través de los votos de la democracia”.

El año que se acaba de cerrar fue bueno para Quiñenco, el holding de empresas del grupo Luksic. Se concretó la fusión entre Hapag-Lloyd y United Arab Shipping Company, y CCU Argentina se anotó un punto al vender la marca Budweiser a su dueña, AB Inbev, y conseguir la propiedad de otras marcas que no hacen bajar su posición de mercado en ese país.

“Fue un año muy movido, con mucho viaje”, comenta Francisco Pérez Mackenna, gerente general de Quiñenco, quien en esta entrevista no sólo habla sobre los últimos negocios del grupo, sino también se da el tiempo para reflexionar sobre la nueva etapa que inicia el país tras la elección presidencial y que implicará el retorno de Sebastián Piñera a La Moneda.

Cree que los resultados electorales mostraron que Chile es un país moderado, que quiere acuerdos y poner fin a la lógica de la retroexcavadora.

¿Cuál es su interpretación de los resultados de la elección presidencial?

Lo que pasó es que el país se dio cuenta de que teníamos que movernos de la lógica de la confrontación a la cooperación. Es un llamado fuerte a buscar acuerdos, a retomar la senda del desarrollo con la política de los acuerdos, y que esta lógica de la retroexcavadora, de destruir lo que venía antes para hacer tabla rasa y construir un Chile desde cero, la verdad es que la gente no la quiso. Y se dio cuenta de que este es un proceso en el que todos participamos, generación tras generación, por un Chile mejor, y en ese sentido tenemos que construir una lógica de cooperación, de acuerdos, de ayudarnos entre nosotros más que descalificarnos.

En ese sentido, el voto en la dirección de Piñera es un reconocimiento de lo que se ha hecho desde el retorno a la democracia, que hemos construido un país, que no necesitamos destruir lo que hemos construido para lanzarnos a una aventura que nadie sabe lo que significa.

Cree que el país está preparado para sentarse a negociar, a buscar consensos, porque precisamente estos cuatro años se agudizó la crítica a los acuerdos y las “cocinas” …

Yo creo que lo que hay es un pequeño sector del país que gritaba mucho y que tenía una representatividad mayor en el ruido que hacía que a través de los votos de la democracia. Y lo que quedó demostrado es que la gente es más moderada que lo que pensábamos y estaba más jugada por retomar la senda de los acuerdos. Habrá gente que tiene lecturas distintas y que ha calificado de idiotas a los que votaron por Piñera, y yo no estoy de acuerdo. Quien cree en la democracia tiene que pensar que la mayoría que votó por Piñera es un grupo de gente sensata.

Es un reconocimiento a lo que se ha hecho en los últimos 30 años, no por nada hemos llegado a tener el país con mejor desarrollo humano en Latinoamérica, un país que crecía más que el promedio del mundo, con el ingreso per cápita más alto de Latinoamérica, Chile no era así. Cuando yo nací, este era un país pobre y la gente iba a buscar oportunidades a otros países, a Venezuela, Argentina, Ecuador; hoy Chile les saca tremenda ventaja y eso ha sido gracias a los últimos 30 años, desde el gobierno de Aylwin al primer gobierno de Piñera, Chile fue un país ejemplar. A veces la gente tiene mala memoria, pero yo lo valoro.

Usted señala que el resultado de la elección muestra que la gente es moderada, pero es precisamente el centro político el que está desarticulado.

Yo creo que el centro político de Chile es la clase media, estos nuevos profesionales que se educaron en las universidades a tasas que nunca había visto Chile, que quieren oportunidades de trabajo y quieren emprender. Ahora, puede que se hayan desarticulado los líderes que tienen que darles salida a esas inquietudes.

Obviamente que Chile tiene muchos problemas y por alguna razón en los últimos años algunos creyeron que aquellos que gritaban a los cuatro vientos los problemas con mucha fuerza eran los que tenían las soluciones. Ellos tienen el valor de poner el tema arriba de la mesa, pero de ahí a que ellos sean quienes tienen las soluciones es otra cosa.

Al final del día, la gente es realista y elige líderes con capacidad de resolver problemas. Hay excepciones, pero cuando uno mira para atrás se da cuenta de que los presidentes que fueron electos, aunque uno no haya votado por ellos, eran gente que en realidad tenían la estatura de primer mandatario y desde ese punto de vista Sebastián Piñera la tiene y en su primer gobierno lo hizo bien. Fue un periodo en que la economía estaba con harta presión en los neumáticos, estaban bien inflados, en los últimos cuatro años perdieron presión y cuando uno anda con los neumáticos desinflados, entendiendo que todavía nos quedan muchos caminos de tierra, los baches se notan mucho más. Lo que la gente quiere es que paremos en la estación de servicio (ojalá sea Shell, bromea) y que les pongamos un poquito de aire a los neumáticos para que pueda seguir andando este auto, porque no tenemos todo pavimentado.

Ese anhelo se refleja en la elección y por eso fue sorpresa lo que ocurrió después de ver los resultados de primera vuelta.

Dijo que los presidentes que hemos tenido en los últimos 30 años, hasta Sebastián Piñera -incluido-, han demostrado capacidad para sacar adelante al país, ¿cree que el segundo gobierno de la Presidenta Bachelet no estuvo a la altura de sus antecesores?

El segundo gobierno de la Presidenta Bachelet se resume en lo que representa la retroexcavadora, ese es su logo. En el legado probablemente tendrá muchas cosas, pero al Presidente Lagos se le recuerda por las obras públicas, la autopista Costanera Norte. El logo del Presidente Piñera será el rescate de los 33 mineros y la reconstrucción. El logo de la Presidenta Bachelet será la retroexcavadora y no será positivo. Yo hubiera preferido el logo de la sembradora, que deja un legado que germina.

¿Ve diferencias entre Piñera 1 y Piñera 2, cuáles?

Lo veo distinto por cuatro razones. Primero, no tiene el problema del terremoto, ojalá pueda desarrollar su programa. En segundo lugar, viene empoderado con un mandato fuerte, porque en la segunda vuelta la ciudadanía le dio un apoyo muy importante. En tercer lugar, ya fue presidente, así que tiene más experiencia, habrá cometido errores y se acordará de ellos y de sus aciertos y, obviamente, como es una persona muy inteligente, va a aprovechar eso para hacer un mejor gobierno. En cuarto lugar, va a contar con gente que también tiene más experiencia; cuando llegó la primera vez al gobierno no tenían la experiencia de gobernar, habían mirado el partido desde la gradería no más, nunca se habían metido a la cancha, y uno no se prepara mirando, tiene que ser con la guitarra en la mano; habían estudiado, pero no habían hecho nunca la práctica.

¿Este gobierno debería tender a ser más político que el anterior, que al inicio estuvo marcado por lo técnico?

Probablemente, la experiencia que adquirieron la primera vez les va a permitir buscar de mejor forma acuerdos, diálogos y ser capaces de sacar los proyectos en forma más eficiente.

En este segundo gobierno también le tocará enfrentar un movimiento que no existía hace ocho años, el Frente Amplio. El germen de este movimiento partió en su gobierno, pero está institucionalizado ahora y sacó un 20% de los votos.

Él entiende mejor que nadie la forma en que uno puede llegar a acuerdo y negociar distintas posturas, entendiendo que tiene un mandato bien claro y representa una línea de pensamiento diferente al FA. Ahí entra la política, en la capacidad de administrar y negociar.

Lo pregunto, porque al final lo que se dice es que la calle es el gran problema que enfrentan los gobiernos de derecha, y sabemos que la calle genera inestabilidad y mucha presión…

No creo que el gobierno de Piñera sea de derecha, es más bien de centroderecha. Por definición, cuando uno saca el 55% de los votos agarra una parte importante del centro. La derecha y la izquierda no son más que un 33% y para agarrar ese 55% hay que tener una postura de centro.

Entonces, ¿qué tiene que hacer este nuevo gobierno para no defraudar a esa gente que no es de partido, ni de derecha…?

Va a tener que manejar el país con eficiencia, responsabilidad fiscal, con cariño, respeto a todos los grupos, buscando el bien común y siempre anteponiendo el interés de Chile al interés particular de un grupo de presión específico.

¿Cuáles son los movimientos tácticos que debe hacer…?

Lo primero es crear un clima de cooperación, de que estamos todos invitados, que no hay chilenos de primera ni de segunda, y a través de ese camino echar a andar con vigor la economía a un ritmo mayor, necesitamos crecer más para que la gente tenga la esperanza de salir de la pobreza más rápido y el programa es bastante completo.

También está el tema tributario. Y es curioso, porque en los últimos tres o cuatro meses los economistas top en Estados Unidos le han dedicado una cantidad infernal de tiempo a analizar la reforma tributaria allí, a pesar de que el país está creciendo más que Chile, que la Bolsa americana está en récord.

O sea, ¿ve inevitable una reforma tributaria en Chile?

Aquí se hizo una reforma tributaria disparando desde la cintura, que fue tremendamente compleja, y creo que una de las cosas que hay que hacer es darle una mirada y tratar de simplificarla.

Entonces, ¿Sebastián Piñera debería abrir el tema?

Va a depender de cuáles sean sus prioridades políticas y lo que quiera conseguir. Algunos pensarán que es mejor que ni se meta en ese tema, otros dirán que es un tema que en todo el mundo se está discutiendo, pero los países están cambiando, están bajando sus impuestos y están simplificando su estructura tributaria y eliminando loopholes para recaudar lo mismo.

El problema que tiene la reforma tributaria es que cuando uno abre el tema sabe dónde empieza y no necesariamente dónde termina, y un gobierno no puede tener el tema tributario eternamente abierto. Pero yo encuentro nuestro actual sistema tributario extremadamente complejo.

Los ojos están puestos en quiénes liderarán el equipo económico del nuevo gobierno. El mundo económico y empresarial está dividido entre Felipe Larraín y Rodrigo Vergara, ¿cuáles son las cualidades que debe tener quien lidere el equipo económico?

El Presidente Piñera los conoce a todos muy bien, además es un tema que él domina, así que hay que tener confianza en que elegirá al mejor candidato. Los dos nombres son muy buenos. Con Felipe fuimos compañeros de curso, somos muy amigos y creo que es una persona extraordinariamente capaz, que combina dos habilidades muy bien, la gran capacidad académica que tiene con la capacidad política y la experiencia. Cuando estábamos en el colegio me ganó la elección del centro de alumnos, yo era liberal, él conservador. Ahora puede ser distinto.

En los próximos cuatro años, ¿cómo ve el panorama para el mundo empresarial?

El ciclo político de 4 años es mucho más corto que cualquier ciclo relevante que uno tenga que pensar para desarrollar un proyecto. La verdad es que lo que importa es retomar esta lógica de la cooperación. En ese sentido, si este gobierno que viene logra meternos en esa dinámica, aunque dure cuatro años, su legado durará más y desde ese punto de vista yo soy optimista que si la perspectiva de largo plazo se mejora en el sentido que sabemos para dónde va Chile, creo que tenemos todo para que nos vaya bien.

En esta nueva etapa que inicia el país, ¿cuál debiera ser el rol de los empresarios?

Emprender con entusiasmo, invertir, contratar, innovar.

Lampadia




La política británica al borde del abismo

El populismo ha sido una de las mayores plagas de la política latinoamericana durante casi cien años. En Lampadia lo hemos calificado como ‘una alianza entre la mentira y la esperanza’. La mentira, porque el político populista sabe que no va a cumplir con lo que ofrece, solo lo hace para conseguir votos de los más necesitados y carentes de alternativas. La esperanza, porque resulta ser como el último pedazo de madera del cual uno se puede agarrar en medio del mar, después de haber llegado a creer que ya nada puede darle algo que lo ayude a mejorar su situación.

Pero, lamentablemente, esta tendencia populista está propagándose por todo el mundo. En el Reino Unido, donde los populistas lograron el voto por el Brexit, el resultado marca un cambio dramático, que parece haberlos llevado a perder perspectiva y dejar que procesos como la migración y la pérdida de competitividad con EEUU y China los lleven a una crisis de identidad y a malograr sus políticas públicas con una retórica digna de falsos paradigmas políticos.

Las consecuencias a corto plazo ya se están viendo: La incertidumbre sobre los futuros acuerdos comerciales ya ha reducido la confianza en la libra esterlina, lo que vuelve menos atractivas las inversiones. El Banco de Inglaterra llamó al Brexit “el mayor riesgo para la estabilidad financiera nacional”.

Los efectos a largo plazo son más controvertidos, aunque la mayoría de los economistas consideran que también serán negativos. Económicamente es un problema grave que llega en un mal momento para Europa. Según Martin Wolf (compartimos su artículo líneas abajo) “Las ‘Perspectivas de la Economía Mundial del Fondo Monetario Internacional’ pronostican un crecimiento para la economía del Reino Unido este año y el próximo, de 1.7% y 1.5% respectivamente, lo que lo situaría cerca de la parte inferior del ranking de la UE. En 2018, solo Italia estaría (marginalmente) por debajo. Sin embargo, esta desaceleración no es tan preocupante como las deficiencias económicas a más largo plazo, como lo demuestra el informe provisional de la Comisión de Justicia Económica del Instituto para la Investigación de Políticas Públicas, con sede en Londres.”

Uno de los grandes problemas es que, como afirmó Wolf la polarización entre ‘perdedores’ y élites, duró mucho tiempo,  “los proyectos de la elite de derecha han sido bajar las tasas marginales de impuestos, inmigración liberal, globalización, cortar costosos ‘programas de ayuda social’, mercados laborales desregulados y buscar la maximización del valor para el accionista. (…) En el proceso, las élites se han desprendido de las lealtades y preocupaciones nacionales, formando en su lugar una súper-elite global. No es difícil ver por qué la gente común, en particular hombres nativos, se sienten alienados. Son perdedores, al menos relativamente; no comparten por igual las ganancias. Se sienten usados y abusados. Después de la crisis financiera y la lenta recuperación en los niveles de vida, ven a las elites como incompetentes y depredadoras. La sorpresa no es que muchos estén enojados, sino que no lo estén todos.”

Y es que, efectivamente, en los países ricos, desde la crisis del 2008/9, se descuidó a los segmentos de población que vieron debilitada su situación económica. Esto originó que estos países importen el populismo como base del nuevo discurso político, ocultando que buena parte de los impactos en la desigualdad se debían a los impactos de la ‘Cuarta Revolución Industrial’, que ha generado una inmensa ola de automatización y debilitamiento de los empleos tradicionales. Ver en Lampadia: Porqué el populismo le está ganando a los liberales.

Tomemos lo que está sucediendo en el Reino Unido como una señal de alarma para nosotros. Ahora, más que nunca, es muy importante que los países emergentes como el Perú, tomen una posición anti populismo y reafirmen su opción por un mundo más globalizado y una economía abierta, destacando la importancia del comercio internacional para nuestro desarrollo económico y para beneficio e inclusión de nuestros pobres en la economía de mercado. Lampadia

Un Brexit herido podría naufragar la economía británica

Es absurdo sugerir que el RU podría soportar el impacto de menor acceso a los mercados

Martin Wolf
Financial Times
17 de noviembre, 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

 

Los compradores en Petticoat Lane de Londres buscan mejores ofertas. Inner London es la región más rica de Europa, sin embargo, la economía del Reino Unido es una de las más divididas regionalmente, con una desigualdad en aumento © Bloomberg

La política británica está cerca del abismo. El país se ha embarcado en la separación de la UE con una primer ministra sin autoridad, y un gobierno sin unidad. Sería bueno si la economía del Reino Unido estuviera saludable. Desafortunadamente, sufre de profundas debilidades. Es probable que el Brexit muestre estos problemas con mayor claridad.

El desempeño económico de corto plazo del RU es decepcionante. Las ‘Perspectivas de la Economía Mundial del Fondo Monetario Internacional’ pronostican un crecimiento para la economía del RU este año y el próximo de 1.7 % y 1.5 % respectivamente, lo que lo situaría cerca de la parte inferior del ranking de la UE. En 2018, solo Italia estaría (marginalmente) por debajo. Sin embargo, esta desaceleración no es tan preocupante como las deficiencias económicas a más largo plazo, como lo demuestra el informe provisional de la Comisión de Justicia Económica del Instituto para la Investigación de Políticas Públicas, con sede en Londres.

Entonces, ¿cuáles son las debilidades?

Las secuelas de la crisis financiera han sido devastadoras. A pesar de las ventajas de un tipo de cambio flexible y autonomía monetaria y fiscal, la recuperación ha sido la más débil desde la segunda guerra mundial. Los ingresos medios reales disponibles de los hogares son solo 5% más altos que en 2007. Nuevamente, entre 2007 y 2016, los salarios reales crecieron 10.6% en Alemania y 6.4% en promedio en los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Pero, en el Reino Unido, cayeron un 2.6%. Solo Grecia, México y Portugal tuvieron un peor desempeño en los salarios reales.

También se ha abierto una brecha generacional significativa. Quienes tenían entre 22 y 39 años experimentaron una caída del 10% en las ingresos reales entre 2007 y 2017. También fueron particularmente afectados por el aumento en los precios promedio de las viviendas de 3.6 veces el promedio anual de ingresos de hace 20 años a 7.6 veces en la actualidad. No es de sorprender que la proporción de personas de 25 a 34 años que obtuvieron una hipoteca haya caído bruscamente, del 53 % al 35 %.

La economía del Reino Unido sigue siendo la más dividida regionalmente, de Europa. Inner London es la región más rica de Europa. Las otras regiones (aparte del resto de Londres y el sureste) son mucho más pobres, sin embargo, cabe señalar que Francia, Italia y España tienen regiones más pobres que las más pobres del Reino Unido. Además, el PBI per cápita solo ha recuperado los niveles previos a la crisis en Londres y el sureste.                                                                         

Además, si bien el historial de empleo del Reino Unido ha sido bueno, el empleo a tiempo parcial es relativamente alto y varios empleos de categorías ‘inseguras’ han aumentado considerablemente. En 2016, por ejemplo, el 2.8 % de todas las personas en el empleo tenían contratos de cero horas, comparado con el 0.6 % en 2007. Debe ser difícil para las personas que trabajan bajo tales contratos tener mucho control sobre sus vidas.

El nivel de desigualdad del Reino Unido se encuentra entre los más altos de Europa. Si bien la desigualdad general no ha aumentado mucho en las últimas décadas (a diferencia de EEUU), los salarios máximos se dispararon al alza: hace 30 años, a los directores generales de la empresa se les pagaba unas 20 veces el salario del trabajador medio. Ahora es aproximadamente 150 veces. La gente podría preguntarse, dado el desempeño del Reino Unido, qué han hecho estos líderes empresariales para justificar esos enormes incrementos.

También podrían señalarse que la productividad promedio, por horas trabajadas, del Reino Unido, se encuentra entre las más bajas entre los países de altos ingresos y, lo que es peor, la productividad se ha estancado desde la crisis. En ambas medidas, el rendimiento es bastante similar al de Italia. Este rendimiento extremo de la productividad refleja en parte la cola enormemente larga (y creciente) de los de bajo rendimiento.

Por último, pero no menos importante, en esta lista de debilidades, la inversión en el Reino Unido es excepcionalmente débil según los estándares de países comparables y ha tendido a caer como una parte del PBI durante tres décadas. El gasto en investigación y desarrollo también es relativamente débil. Esto, según algunos, refleja incentivos perversos, que recompensan a la administración por la medida en que elevan los precios de las acciones en el corto plazo, en lugar de determinar si mejoran el desempeño a largo plazo de las empresas.

Esta no es una economía vigorosa y saludable que pueda soportar el impacto de un acceso sustancialmente menor a sus mercados más importantes. Es absurdo sugerir lo contrario. El desprecio que muchos políticos de la derecha parecen sentir por los pares europeos del Reino Unido es particularmente inapropiado. Las políticas destinadas a mejorar el desempeño económico en todos los ámbitos son esenciales, sobre todo porque la decepción económica debe haber sido uno de los motivos de la votación del Brexit. Sin embargo, es probable que el impacto del Brexit, combinado con las debilidades subyacentes del Reino Unido, provoque una decepción aún más grave.

El Reino Unido se ha embarcado en un viaje arriesgado en un barco con coladeras. Cuidado con el naufragioLampadia

 




Prédica de antimineros en CIDH (Buenos Aires)

Prédica de antimineros en CIDH (Buenos Aires)

Contra viento y marea, el Lampadia seguimos denunciando las acciones políticas de los grupos anti-mineros que también llevan su prédica manipuladora y mentirosa fuera del Perú. Así   siembran sus mensajes en los organismos internacionales, que luego les sirven para validar sus planteamientos en los medios locales y con las ONGs extranjeras que los financian.

Estos activistas, con la careta de los derechos humanos, se despachan con falacias como:

  • El Estado aplica un conjunto de medidas que propician la violación de los derechos humanos por parte de las fuerzas del orden
  • En el Perú se ha privatizado la función policial a través de convenios de cooperación entre la Policía Nacional y las Empresas Mineras
  • “Después de 23 años seguimos siendo el departamento [Cajamarca], más pobre, ese desarrollo nunca llegó, contaminación, enfermedades, nosotros venimos a advertir de lo que pueda ocurrir en nuestra provincia”

Fuente:  muqui.org

Se desprestigia al Estado; no se explica que la policía debe proteger la producción del país, en espacios donde los anti-mineros, atacan constante y violentamente las instalaciones productivas; y se oculta el origen del empobrecimiento de Cajamarca, que con el potencial de ser uno de los departamentos más ricos del Perú, ha transitado hacia la pobreza por las acciones políticas de los anti-mineros, con todo tipo de violencia: extorciones, amenazas, ataques, asesinatos, coerción y por supuesto campañas de medios para falsear la realidad. (Ver en Lampadia: Tía María, un paso hacia un ‘Estado Fallido’). Tampoco explican que otro departamento (Apurímac), que sí permitió el desarrollo de la mineria moderna, ha reducido la pobreza aceleradamente, desde el período de construción de una de las inversiones más importantes del país, como Las Bambas.

Pero, peor aún que las mentiras de los agentes del empobrecimiento del país, es la débil representación del Estado, con presentaciones débiles y reactivas, así como la ausencia en estos foros, del gremio minero, la Sociedad Nacional de Minería Petróleo y Energía (SNMPE), que está obligado a ejercer una representación proactiva y asertiva de la industria minera, una actividad fundamental para el futuro de los peruanos.

Veamos la nota de nuestros colaboradores del Centro Wiñaq:

Camilo Ferreira y Rómulo Villegas
Centro Wiñaq
Para
Lampadia

El 25 de Mayo en Buenos Aires se dio la 162 sesión de Audiencias de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el tema tratado fue “Derechos Humanos e Industrias Extractivas en el Perú”.  En él se presentaron exposiciones de representantes de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CCNNDDHH), Plataforma Interinstitucional Celendina (PIC) e Instituto de Defensa Legal.

Fuente:  muqui.org

Exposiciones de las ONG’s

1. Ana María Vidal de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH).

Para ella el Estado aplica un conjunto de medidas que propician la violación de los derechos humanos por parte de las fuerzas del orden. Entre los hechos denunciados se encuentran la aludida  existencia de Estados de Emergencia preventivos, el decreto 1095 que facilita el despliegue de Fuerzas Armadas fuera del Estado de Emergencia e impunidad de las fuerzas del orden frente a potenciales violaciones de derechos humanos (habiéndose dado tan solo una sentencia |por excesos policiales en conflictos sociales).

2. Maritza Quispe del Instituto de Defensa Legal.

Para ella, en el Perú se ha privatizado la función policial a través de convenios de cooperación entre la Policía Nacional y las Empresas Mineras. Afirmó que en dichos convenios se establece la forma de proceder frente a los conflictos sociales. En estos convenios se establecen pagos a los policías y la misma institución. Se proclamó la existencia de 112 convenios entre empresas mineras y la PNP. Para Quispe estos acuerdos fomentan un accionar violador de los derechos humanos por parte de la policía en el contexto de los conflictos ligados al sector extractivo.

3. Milton Sánchez de la PIC

El último en declarar por parte de las ONGs fue Milton Sánchez que representa a una organización protagónica de las movilizaciones contra el proyecto de Conga. Sánchez afirmo:

“Ellos plantean construir reservorios como alternativa, pero esta tecnología no ha funcionado. Hemos recibido a cambio difamación en los medios de comunicación como Perú21. Han planteado construir centrales hidroeléctricas por la energía. Nosotros estamos en una situación muy vulnerable y hemos sido víctimas de la entrada del ejército y la policía. Los casos han sido archivados, pero a nosotros los procesos judiciales avanzan. Tenemos 23 años de extracción minera, y no hay desarrollo. Después de 23 años seguimos siendo el departamento más pobre, ese desarrollo nunca llegó, contaminación, enfermedades, nosotros venimos a advertir de lo que pueda ocurrir en nuestra provincia.”

Estas son las tecnologías que Sánchez afirman “no han funcionado”. (Foto: Yanacocha.com)

En síntesis, la CIDH recibió por parte de los expositores peruanos elementos de la narrativa antiminera plenamente identificables, muchos de ellos con poca conexión con la realidad. Las afirmaciones de Milton Sánchez han sido bastante llamativas al respecto. ¿En base a qué pruebas Milton Sánchez afirma que lo reservorios son una tecnología que no ha funcionado? En Cajamarca, los reservorios Chailhuagón y San José son claras muestras de como la minería tiene el potencial de incrementar la disponibilidad de agua para la población. Por otro lado los efectos reductores de la pobreza de la minería han sido identificados en múltiples estudios estadísticos.[1]

Sánchez invisibiliza los temas de corrupción como obstáculo al desarrollo y asigna la responsabilidad exclusivamente al sector extractivo. Los gobiernos locales y regionales perciben un canon minero como parte de las rentas e ingresos para el Estado. Según CPI (2017) la población asigna a los Gobiernos Regionales un 7.4 entre 10 en temas de corrupción, siendo 10 lo más corrupto. Cabe resaltar que la corrupción implica un serio obstáculo para el desarrollo (en ámbito económico y social) y que no solo compete de las “actividades extractivas”. Además, debilita estructuras institucionales (incluyendo la policía), la gobernanza y los Derechos Humanos que a su vez debilitan las instituciones públicas. No se trata entonces de desligar responsabilidades en temas de corrupción, sino ver lo que realmente está fallando.

Se ha retratado al sector extractivo como propiciador de la violación de derechos humanos de la población local y degradadora del medio ambiente. Según estas versiones, se coopta a los organismos de seguridad del Estado mediante los Convenios de Cooperación poniendo a la policía a las órdenes de las mineras y dirigiéndolas hacia la represión violenta de la población.

Esta narrativa de la “Policía Mercenaria al Servicio de la Empresas Mineras”[2] tiene un conjunto de condiciones de las que depende su veracidad. Se asume que, al brindar las mineras soporte logístico y económico a la policía que protege sus instalaciones, los efectivos policiales se supeditarán a las órdenes de la Empresa. Parece obvio asumir que quien paga a alguien lo controla. Sin embargo lo que genera el control no es pagarle a alguien, es la capacidad de disponer del pago a libre voluntad. La Policía Nacional depende del Ministerio del Interior, y actúa en el marco de la ley. Empresa minera no puede amenazar a la policía con no renovar el contrato si no obedece sus órdenes puesto que no estaría dispuesta a amenazar sus propias condiciones de seguridad; ni puede decidir quién será el beneficiario de los pagos.

Macintosh HD:Users:pablobustamante:Desktop:Captura de pantalla 2017-06-02 a la(s) 11.20.00.png

Macintosh HD:Users:pablobustamante:Desktop:Captura de pantalla 2017-06-02 a la(s) 11.20.33.png

Se asume que este “control” de la policía por parte de la Empresa propiciaría la realización de abusos de derechos humanos. Según IDL, CNDH y la PIC las Empresas mineras usarían este control para fomentar que conductas abusivas hacia la población por parte de la población. Para que esta versión fuera cierta, las empresas mineras deberían considerar que la represión violenta de los manifestantes les es beneficiosa. La verdad es que si algo preocupa a las grandes trasnacionales mineras es verse involucradas en conflictos mineros con violaciones de derechos humanos y fatalidades. Las fatalidades en muchos casos anteceden a la paralización de proyectos, escalan los conflictos a mayores niveles de movilización, producen demandas judiciales o a la emisión de regulaciones más estrictas.  Es decir según los antimineros las empresas extractivas ejercerían el control -que no tienen- sobre la policía hacia un mayor abuso de la población –que les perjudica financieramente. Esta acusación tiene poco fundamento, pero forma parte del credo de gran parte de los antimineros y de múltiples líderes de opinión.

Exposición del Estado Peruano

El primero en exponer por el Estado Peruano fue Iván Bazán, Procurador Adjunto Supranacional. Él se dedicó a describir la institucionalidad ligada al mantenimiento del orden público y al cumplimiento formal de un conjunto de procedimientos legales. Afirmó que al Estado le preocupa la conflictividad social, que mantiene espacios de diálogo, y que toma medidas –que no fueron descritas–  para prevenir los abusos de derechos humanos. Afirmó que no existen 112 sino 10 convenios vigentes entre la policía y las empresas mineras.

También expuso la Fiscal Superior Luz del Carmen Ibáñez ella describió el Estado actual de varios de los casos judicializados que fueron mencionados en las exposiciones de las ONGs y afirmó que el Estado persigue los ilícitos vengan de donde vengan.

Las intervenciones del Estado Peruano tuvieron como componente principal el negar las acusaciones realizadas por las ONGs con baja solidez argumentativa, en ningún momento se denunció que la seguridad brindada a las empresas mineras obedece a los reiterados saqueos y acciones vandálicas que han sufrido las operaciones mineras, afectando gravemente la producción nacional. Los casos de Tambo Grande, Hudbay y Conga nos muestran claramente que gran parte de las manifestaciones antimineras distan de ser manifestaciones pacíficas por lo que cierto grado de control policiaco es necesaria para evitar que la violencia se desborde.

Implicancias

¿Cuál es el interés de las ONG´s frente a la Comisión? En primer lugar la participación de estas organizaciones en estas audiencias deviene en un “entregable” frente a sus donantes, estas presentaciones facilitan la obtención de fondos por parte de estas organizaciones, fondos que en parte serán dedicados a debilitar la legitimidad del sector extractivo.

Por otro lado las declaraciones, medidas cautelares, peticiones y fallos de la CIDH terminan ejerciendo presión sobre el Estado, por un lado golpeando su reputación y en el caso más extremo mediante litigios estratégicos. Recordemos que la visita la ministra Marisol Pérez Tello a Máxima Acuña se justificó en medidas cautelares solicitadas por la CIDH.

Las acciones de la CIDH terminan sirviendo de recurso discursivo a los antimineros, para darle mayor credibilidad a sus argumentos.  Luego pueden argüir que las acciones de las Empresas y del Estado Peruano están desafiando la institucionalidad internacional de derechos humanos.

Las acciones de incidencia de antimineros e indigenistas radicales frente a la CIDH no son gestos vacios, sirven para ir construyendo activos estratégicos de largo plazo en la disputa por la legitimidad del sector extractivo en el Perú. Lampadia

 

[1] Ver: Aragón, F. M., &Rud, J. P. (2009). The blessing of natural resources: Evidence from a Peruvian gold mine. Banco Central de PeruWorkingPaper Series, 15.

Zambrano, O., Robles, M., & Laos, D. (2014). Global boom, local impacts: Mining revenues and subnational outcomes in Peru 2007-2011 (No. IDB-WP-509). IDB WorkingPaper Series.

[2]Titulo de un documento de la elaborado por multiples organizaciones antimineras disponible en:  http://www.grufides.org/sites/default/files//documentos/documentos/Informe%2520de%2520Convenios%2520Esp.compressed.pdf




Exitoso modelo que aprovecha sus RRNN

Exitoso modelo que aprovecha sus RRNN

Los países nórdicos suelen estar entre los mejor gobernados, son menos desiguales y más competitivos. Su éxito se basa en su modelo político y económico, cimentado en el pragmatismo y en la falta de conflicto entre las retóricas habituales de izquierda y derecha que dominan la política de la mayoría de los países occidentales.

The Economist (en su artículo publicado líneas abajo) se refirió a este estilo nórdico como el “supermodelo” del futuro y los indicadores sociales y económicos (desde el ranking de la felicidad, solidez económica e institucional, confianza, igualdad o movilidad social) muestran un envidiable desempeño. Por ello, consideramos importante darle una mirada al secreto del modelo nórdico.

Fuente: Bultimes

Sus políticas laborales flexibles, una legislación medioambiental amplia, buenos indicadores sociales y económicos muestran que entienden que los objetivos en pro de los intereses a largo plazo se logra mejor al no oponerse a los adversarios sino uniendo fuerzas, adaptándose y comprometiéndose con ellos. En un entorno global complejo y profundamente interconectado, es mejor buscar la cooperación para lograr objetivos comunes por el bien de una sociedad.

Fuente: Reisentilbake

The Economist afirma que la principal lección que se debe extraer del éxito nórdico no es ideológica, sino práctica. El Estado es popular no por ser grande, sino porque funciona, lo que hace que los ciudadanos sean más proclives a pagar impuestos. Los gobiernos han llevado a cabo reformas superando las presiones de sindicatos y gremios empresariales. Han introducido mecanismos de mercado en el Estado del Bienestar, logrando una mejor performance.

“Pero debes tener la voluntad de acabar con la corrupción y los intereses creados, y debes estar preparado para abandonar las ortodoxias agotadas de la derecha y la izquierda y buscar buenas ideas en todo el espectro político, destaca. “Los gobiernos se ven obligados a operar bajo la dura luz del día: Suecia da acceso a todos a los registros oficiales”.

Además, “son fuertes defensores del libre comercio, se resisten a la tentación de intervenir incluso para proteger a las compañías icónicas: Suecia dejó a Saab ir a la quiebra y Volvo ahora es propiedad de Geely, de China. Pero también se centran en el largo plazo -más obviamente a través del fondo soberano de riqueza de Noruega de US$ 600,000 millones, y buscan maneras de atemperar los efectos más duros del capitalismo”.

Fuente: White

Para el Perú, el caso de Noruega es especialmente aleccionador

El 67% de sus exportaciones y el 22% del PBI  son de productos primarios (petróleo), pero a nadie se le ocurre descalificar la economía noruega como ‘primaria exportadora’ o hablar del ‘pos-extractivismo’. La política se mueve alrededor de centros y convergencias, más que por propuestas extremistas y refundacionales, a pesar de haber reducido fuertemente el peso del Estado en la economía y reformado su extremo ‘estado del bienestar’. La sensatez de su clase dirigente les ha permitido transformar su gran riqueza de recursos naturales en bienestar; a través de educación, salud e infraestructuras de primer nivel y la armonía interna les ha permitido desarrollar buenas instituciones. En base a su sentido práctico y la desideologización de las políticas públicas (como los casos más exitosos del Asia), hoy tienen una economía competitiva, excelentes indicadores sociales, identidad nacional, seguridad interna y un Estado eficiente y efectivo. Lampadia

Los países nórdicos

El siguiente supermodelo

Los políticos, tanto de derecha como de izquierda, podrían aprender de los países nórdicos
Fuente: The Economist

The Economist
1 de febrero del 2013
Traducido y glosado por Lampadia

Los países pequeños a menudo están en la vanguardia cuando se trata de reformar el gobierno. En los años ochenta, Gran Bretaña quedó a la cabeza, gracias al thatcherismo y a la privatización. El pequeño Singapur ha sido, durante mucho tiempo, un modelo a seguir para muchos reformadores. Ahora es probable que los países nórdicos asuman un rol similar.

Esto se debe en parte a que los cuatro principales países nórdicos -Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia- están bastante bien. Si uno tuviera la opción de renacer en cualquier parte del mundo como una persona con talentos e ingresos promedio, uno querría ser un Vikingo. Los nórdicos se agrupan en la parte superior de los rankings de todo, desde la competitividad económica a la salud social a la felicidad. Han evitado tanto la esclerosis económica del sur de Europa como la desigualdad extrema de Estados Unidos. Los teóricos del desarrollo han llevado a llamar a la modernización exitosa “llegar a Dinamarca”. Mientras tanto, una región que alguna vez fue sinónimo de mobiliario de bricolaje y Abba se ha convertido en un paraíso cultural, hogar de “The Killing”, Noma y “Angry Birds”.

Como lo explica nuestro informe especial de esta semana, algo de esto se debe a un poco de suerte: los nórdicos, inteligentemente, lograron tener su crisis de deuda en los años noventa. Pero la segunda razón por la que el modelo nórdico está en boga es más interesante. Para los políticos de todo el mundo -especialmente en el oeste-, ofrecen un plan de cómo reformar el sector público, haciendo que el estado sea mucho más eficiente y responsivo.

De Pippi Longstocking a las escuelas privadas
La idea del gobierno nórdico resultará como un shock tanto para los izquierdistas franceses que sueñan con la Escandinavia socialista como para los conservadores estadounidenses que temen que Barack Obama esté empeñado en la “Sueciaización”. Son anticuados. En los años setenta y ochenta, los nórdicos eran países de impuestos y gastos. El gasto público de Suecia alcanzó el 67% del PBI en 1993. Astrid Lindgren, la inventora de Pippi Longstocking, se vio obligada a pagar más del 100% de sus ingresos en impuestos. Pero el impuesto y el gasto no funcionó: Suecia cayó de ser el cuarto país más rico del mundo en 1970 al 14 en 1993.

Desde entonces, los nórdicos han cambiado de rumbo, principalmente hacia la derecha. La participación del gobierno en el PBI de Suecia, que ha caído alrededor de 18 puntos porcentuales, es menor que la de Francia y pronto podría ser inferior a la británica. Los impuestos se han reducido: la tasa corporativa es de 22%, mucho más baja que la de los Estados Unidos. Los nórdicos se han centrado en equilibrar los libros. Mientras que Obama y el Congreso discuten, Suecia ha reformado su sistema de pensiones. Su déficit presupuestario es del 0.3% del PBI; el de EEUU es de 7%.

En los servicios públicos, los nórdicos han sido igualmente pragmáticos. Mientras funcionen los servicios públicos, no les importa quién los proporcione. Dinamarca y Noruega les permiten a las empresas privadas administrar hospitales públicos. Suecia tiene un sistema universal de ‘vouchers educativos’, escuelas privadas con fines de lucro que compiten con las escuelas públicas. Dinamarca tiene el mismo sistema de vouchers que además se pueden complementar con dinero de los padres de familia. Milton Friedman se sentiría más cómodo en Estocolmo que en Washington, DC.

Todos los políticos occidentales afirman promover la transparencia y la tecnología. Los nórdicos pueden hacerlo más que la mayoría. Miden el desempeño de todas las escuelas y hospitales. Los gobiernos se ven obligados a operar bajo la dura luz del día: Suecia da acceso a todos a los registros oficiales. Los políticos son descalificados si se bajan de sus bicicletas y usan las limusinas oficiales. La casa de Skype y Spotify es también un líder en el gobierno electrónico: pueden pagar sus impuestos con un mensaje SMS.

Esto puede sonar como un thatcherismo mejorado, pero los nórdicos también ofrecen algo para la izquierda progresista, demostrando que es posible combinar el capitalismo competitivo con un estado grande: el sector público emplea el 30% de la fuerza laboral (el promedio de la OCDE es de 15%). Son fuertes partidarios del libre comercio, se resisten a la tentación de intervenir incluso para proteger las compañías icónicas: Suecia dejó a Saab ir a la quiebra y ahora Volvo es propiedad de Geely, de China. Pero también se centran en el largo plazo -más obviamente a través del fondo soberano de riqueza de Noruega de US$ 600,000 millones, y buscan maneras de atemperar los efectos más duros del capitalismo. Dinamarca, por ejemplo, cuenta con un sistema de “flexiguridad” que facilita a los empleadores el despido de personas, pero proporciona apoyo y capacitación a los desempleados, y Finlandia organiza redes de capital riesgo.

La parte amarga del smorgasbord
El nuevo modelo nórdico no es perfecto. El gasto público como proporción del PBI en estos países es aún más alto de lo que esta revista quisiera o, de hecho, considera que es sostenible. Sus niveles de impuestos aún animan a los empresarios a mudarse al extranjero: Londres está lleno de jóvenes suecos inteligentes. Demasiadas personas -especialmente inmigrantes- viven de los beneficios. Las presiones, que han obligado a sus gobiernos a recortar el gasto (como la creciente competencia mundial), obligarán a realizar más cambios.

Sin embargo, cada vez más países deben mirar a los nórdicos. Los países occidentales llegarán a los límites del gobierno, como lo hizo Suecia. Cuando Angela Merkel se preocupa de que la Unión Europea tiene el 7% de la población mundial, pero la mitad de su gasto social, los nórdicos son parte de la respuesta. También muestran que los países de la UE pueden ser verdaderos éxitos económicos. Y mientras los asiáticos introducen estados de bienestar, ellos también mirarán a los nórdicos: Noruega es un foco particular para los chinos.

La lección principal a aprender de los nórdicos no es ideológica sino práctica. El estado es popular no porque es grande, sino porque funciona. Un sueco paga el impuesto más voluntariamente que un californiano porque consigue escuelas decentes y cuidado médico gratuito. Los nórdicos han llevado a cabo reformas de gran alcance a través de sindicatos y grupos de presión empresariales. La prueba está ahí. Puede inyectar mecanismos de mercado en el estado de bienestar para mejorar su desempeño. Uno puede poner programas asistencialistas sobre bases sólidas para evitar mendigar a las generaciones futuras. Pero para eso se necesita estar dispuesto a erradicar la corrupción y los intereses individuales. Y debe estar listo para abandonar las cansadas ortodoxias de la izquierda y la derecha y el forraje para las buenas ideas a través del espectro político. El mundo estudiará el modelo nórdico en los próximos años. Lampadia




China y EEUU están condenados a cooperar

La Casa Blanca anunció que el presidente Donald Trump recibirá en abril al presidente chino Xi Jinping,  para una cumbre de dos días en el complejo Mar-a-Lago de Florida. Esto podría ser un paso en la dirección correcta. Parece ser un intento de llegar a un acuerdo entre las dos naciones y se espera que logren superar los obstáculos que impiden la cooperación entre ambos.

Y es que, ambos países tienen que cooperar, como dice Martin Wolf en el artículo del Financial Times que glosamos líneas abajo: “Sin importar cuan diferentes parezcan los dos países, comparten intereses. El mantener la economía mundial abierta es uno de ellos. Es esencial que Trump esté convencido de que sus opiniones sobre el comercio son equivocadas. Es surrealista que dependamos de un comunista chino para persuadir a un presidente de los Estados Unidos de los méritos del comercio global liberal. Sin embargo, los actuales tiempos desesperados, requieren esas medidas desesperadas”.

Fuente: huffingtonpost

En la reunión de ministros de Finanzas del G20 que finalizó el sábado en Alemania, no pudieron ponerse de acuerdo sobre un compromiso contra el proteccionismo. Mientras tanto, los participantes del Foro de Desarrollo de China sí lo hicieron, y se enfocaron en la mejor manera de corregir los defectos de la globalización, buscando que las ganancias fueran compartidas más equitativamente.

La globalización y la integración económica mundial han sufrido retrocesos por una razón importante: la falta de beneficios compartidos y la polarización entre los que tienen y los que no tienen“, dijo Jin Liqun, presidente del Banco Asiático de Inversión de la Infraestructuras liderado por China. “Niego absolutamente que haya perdedores. Si hay perdedores, realmente no están haciendo algo bien en su política interna. Por favor, arréglenlo.”

Y no fue el único. El presidente ejecutivo de Apple, Tim Cook, expresó: “Creo que es importante que China continúe abriéndose”. Por su lado, el viceprimer ministro de China, Zhang Gaoli dijo: “China está dispuesta a trabajar con otros países para oponerse a las variadas formas del proteccionismo en el comercio y las inversiones. Deberíamos impulsar sin descanso la globalización económica (…) no podemos detener nuestros pasos por dificultades temporales“.

Parece increíble, pero es necesario que el líder chino le dé una lección de economía y libre comercio y los beneficios de la globalización al presidente del país que lideró la política del libre mercado en el mundo. Como afirmó Martin Wolf anteriormente (Ver en Lampadia: ¿El fin de la globalización?): “El impulso hacia una mayor integración económica se ha estancado y en algunos aspectos se ha revertido. La globalización ya no está impulsando el crecimiento mundial. Si se llega a producir un retroceso de la apertura comercial por parte de los países más ricos, sus efectos en los países emergentes serían dramáticos. Esta situación es casi el peor evento económico posible que se puede imaginar y golpearía muy duramente a los países y poblaciones más pobres del mundo”.

Así lo hemos explicado en nuestro artículo: The wind beneath our wings, en el que enfatizamos  que los países emergentes como el Perú, necesitan el libre comercio para su desarrollo.

Desde el Ásia, Kishore Mahbubani ha sido muy claro en plantear la necesidad de la convergencia entre occidente y el Ásia, para consolidar la prosperidad del conjunto de la humanidad. Ver en LampadiaEEUU se encierra y China se postula al libre comercioWEF: ¿Se detendrá la gobernanza global en un mundo multipolar? Mahbubani: “No nos equivoquemos con China”.

Las acusaciones de mayor desigualdad que sustentan la ola anti globalización, deben circunscribirse a los países más ricos. Los peruanos no podemos perder la oportunidad de defender el libre comercio y la globalización, y cuidar así el crecimiento económico y la superación de la pobreza en el Perú. Lampadia

China y Estados Unidos: una extraña pareja condenada a cooperar

Puede ser que un líder comunista convenza a Donald Trump de los méritos del libre comercio

Martin Wolf
Financial Times
21 de marzo de 2017
Traducido y glosado por Lampadia

El futuro de nuestro mundo depende en gran medida de las relaciones entre Estados Unidos, un país joven y superpotencia dominante, y China, un antiguo imperio y una superpotencia emergente. La elección de Donald Trump en EEUU, un xenófobo populista, y el ascenso de Xi Jinping, un autócrata centralizador en China, ha hecho que las relaciones entre ambos países sean particularmente desafiantes.

No menos contrastantes, sin embargo, son las perspectivas de estos dos países sobre la economía mundial. Hace 40 años, Mao Zedong gobernó China: su objetivo era la autarquía. Sin embargo, desde 1978, las palabras claves de la política económica de China han sido “reforma y apertura” propuestas por su sucesor, Deng Xiaoping. Mientras tanto, Estados Unidos, progenitor del internacionalismo liberal de la Pos Guerra, está consumido en dudar de sí mismo y, por lo tanto, ha elegido como líder a un hombre que considera que esta política excepcionalmente exitosa es hostil a los intereses de su país.

Una de las ironías de hoy es esta reversión de actitudes hacia la apertura de la economía mundial. Nada ilustra esto mejor que el contraste entre el fuerte apoyo a la globalización ofrecido por el Presidente Xi en la reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos en enero y la asombrosa afirmación de Trump de que “la protección llevará a una gran prosperidad y fortaleza“. Todavía se desconocen las implicancias del proteccionismo estadounidense. Pero son muy inquietantes. Lo último que necesita la frágil economía global es una guerra comercial entre EEUU y China.

Este año, la participación en el Foro de Desarrollo de China ha traído a casa algunas de las raíces más profundas del desencanto de hoy. Los participantes chinos me dijeron en privado que solían ver a EEUU como el modelo exitoso de capitalismo, democracia y apertura económica. La crisis financiera mundial, la elección de Trump y el proteccionismo estadounidense han devastado su prestigio en los tres aspectos.

Sin embargo, también es evidente que esta extraña pareja está condenada a cooperar si se van a garantizar los bienes públicos globales esenciales -la gestión de los bienes comunes mundiales, la seguridad internacional y la estabilidad de la prosperidad. Ninguno será capaz de entregar lo que quiere sin prestar atención a los intereses y puntos de vista de los demás. Es asombroso que hoy en día el liderazgo chino parece entender esto mejor que el de los EEUU.

Cuando los presidentes Xi y Trump se reúnan el próximo mes en Mar-a-Lago, la “Casa Blanca de invierno”, en la primera reunión entre los dos, es necesario que encuentren una base para cooperar. Los presagios no son buenos. Trump se ha centrado en las políticas comerciales y de divisas de China. Incluso ha coqueteado con desafiar la política de “Una China”.

Si nos limitamos a enfocarnos en la dimensión económica, ¿cómo podría salvarse este diálogo entre personas muy probablemente sordas?

Primero, los dos líderes necesitan convencerse mutuamente de que ninguno alcanzará sus metas si están en conflicto. Esto es evidentemente cierto para una guerra real. Pero también es cierto para una guerra comercial. Qué país perdería más es un ejercicio intelectual obsoleto. Sin duda, ambos perderían, directa e indirectamente.

En segundo lugar, Xi debe transmitirle a Trump que sus puntos de vista sobre las políticas de China están irremediablemente anticuados. China ha gastado mil millones de dólares de sus reservas de divisas para mantener el renminbi en alza desde junio de 2014. Entre 2006 y 2016, las exportaciones de China cayeron del 35% al ​​19% del producto bruto interno. La máquina de exportación que todo lo conquista es una vieja historia.

En tercer lugar, Trump debe decirle a Xi que las políticas industriales de China son un asunto legítimo que preocupa a otros países. China puede argumentar con razón que es un país en desarrollo. Pero también es un coloso económico. Sus políticas de desarrollo parecen a otros países, un mercantilismo depredador. China necesita reconocer que, en un mundo interdependiente, otros tienen un interés razonable en lo que hace. Esto se aplica también a la magnitud de sus superávit en cuenta corriente. Por supuesto, Trump tiene que entender puntos similares. Si no le importan las consecuencias globales de lo que hace, ¿por qué debería importarle a China? 

Cuarto, China puede ayudar a Trump a que consiga lo que quiere. El presidente de Estados Unidos quiere inversiones industriales en nuevas zonas de su país dañadas por la desindustrialización. Esto nunca puede ser revertido. Pero Xi seguramente puede encontrar negocios chinos felices de invertir en EEUU. A Trump le gustan esos anuncios. Xi debería ayudarlo.

Finalmente, Trump quiere un auge de infraestructuras en Estados Unidos. China es, lejos, el mayor exponente mundial de entrega rápida de infraestructuras. Debe ser posible unir las capacidades de China con los objetivos de Trump.

Sin importar cuan diferentes parezcan ambos países, comparten intereses. El mantener la economía mundial abierta es uno de ellos. Es esencial que Trump sea persuadido de que sus opiniones sobre el comercio son equivocadas. Es surrealista que dependamos de un comunista chino para convencer a un presidente de EEUU de los méritos de un comercio global liberal. Sin embargo, los actuales tiempos desesperados, requieren esas medidas desesperadas. Lampadia