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Promesas electorales podrían perjudicar la recuperación de la economía

Promesas electorales podrían perjudicar la recuperación de la economía

ComexPerú
Febrero 18, 2021

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la producción nacional creció en diciembre apenas un 0.5%, tras haber registrado resultados negativos durante nueve meses consecutivos. Esto ocasionó que la economía peruana acumulara un retroceso del 11.1% el año pasado, una caída mayor a la esperada para la región, que según el Fondo Monetario Internacional (FMI) sería del 7.4%. De esta manera, nuestro país se posicionó como uno de los más afectados en América Latina tras contraerse más que México (-8.5%), Colombia (-6.8%), Chile (-6%) y Brasil (-4.4%).

En particular, el desempeño peruano se explicó por la severidad de las restricciones implementadas para la contención de la COVID-19, las cuales también sobresalieron en la región (ver Semanario 1052). Esto afectó a sectores importantes para el país, como el de minería e hidrocarburos, que al tercer trimestre del año pasado contribuyó con el 12.6% del PBI nacional, según cifras del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), pero acumuló una contracción del 13.6% con respecto a 2019, explicada por la paralización de actividades, aunque también por la menor disponibilidad de fuerza laboral por contagios o restricciones de movilización, según el INEI. Por su parte, la manufactura y el comercio decrecieron un 13.4% y un 11.8%, con lo que acumulan una participación del 11.8% y el 10.1%, respectivamente, que se explica por la menor demanda interna debido a los perjuicios de la crisis económica.

AMENAZANDO LA RECUPERACIÓN

Desafortunadamente, si bien la influencia de la pandemia en los sectores económicos comenzará a disiparse conforme se restablezcan las actividades y progrese el proceso de vacunación, asegurar el crecimiento estimado en enero por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para este año del 10% dependerá de la calidad de las políticas por implementarse. Por ello, resultan preocupantes ciertas propuestas electorales que, contrariamente a sus promesas, únicamente perjudicarían el desarrollo. En particular, tanto el BCRP como el MEF enfatizan en el riesgo que supone una mayor inestabilidad política y la necesidad de mayor inversión privada, pues esta representó un 14.7% del PBI el año pasado, en contraste con la pública, que apenas ascendió al 4.2%, según estimaciones del BCRP.

No obstante, la propuesta de cambiar la Constitución ha sido planteada por varios candidatos a la presidencia, apelando a que ello permitirá incrementar el desarrollo, entre otros aspectos. Lamentablemente, varios de los cambios que se aspira a realizar omiten sus consecuencias, pues la carta magna determina las normas del país y la falta de consistencia de estas amenaza la confianza de los inversionistas privados. Peor aún, inclusive algunos planes de Gobierno recogen propuestas que con certeza atentarían contra ella, como la eliminación de contratos ley que en la práctica operan como garantías de que el Estado no modificará de manera arbitraria los acuerdos establecidos, lo cual también fue propuesto recientemente por el actual Congreso (ver Semanario 1058).

Otra de las propuestas que genera mucha preocupación es la de establecer restricciones al comercio internacional en busca de favorecer a determinados sectores. En particular, el proteccionismo en nuestro país ha demostrado ser inservible, como se aprecia en la industria de calzados que desde hace más de 25 años goza de impuestos a las importaciones provenientes de China, el principal país de origen de dichos productos, y, a pesar de ello, el valor de la producción nacional se mantuvo prácticamente constante entre 2007 y 2018 (ver Semanario 1045), con excepción de la contracción de los dos últimos años, según el INEI. Asimismo, también se considera extender las medidas de protección a sectores como el agrícola o el textil, cuando en realidad estas únicamente se encuentran permitidas por la Organización Mundial del Comercio en caso se determine al menos una amenaza de daño sustancial a las industrias, pero para el primero se registran intenciones de favorecerlo desde hace varios años (ver Semanario 1054) y el segundo no es ajeno a investigaciones para imponer medidas de protección comercial (ver Semanario 1059), ambas sin sustento técnico alguno. 

Inclusive, algunos partidos políticos proponen revisar y modificar todos los tratados de libre comercio de acuerdo con los intereses nacionales para el término de sus mandatos. Ello omitiría que estos se caracterizan por resultar de una negociación entre países o agrupaciones de estos, donde se busca favorecer el desarrollo del comercio de los bienes con mayor potencial de desarrollo en los nuevos socios comerciales y que, además, han permitido un desarrollo considerable de nuestras exportaciones durante la última década, las cuales pasaron de los US$ 35,849 millones a US$ 46,446 millones entre 2010 y 2019, un crecimiento del 29.6% durante dicho periodo. Además, estos beneficios contribuyeron también al progreso de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que incrementaron sus exportaciones en un 14.8%, 14.1% y 42.5% durante el mismo periodo, un desempeño considerable que, si bien podría mejorarse mediante políticas que faciliten el acceso al comercio internacional y cuyo dinamismo resultó perjudicado el año pasado por la presente pandemia, facilitaron su crecimiento y una mayor generación de empleo.

Evidentemente, ningún plan de gobierno será perfecto, pero no por ello deben omitir un análisis técnico en las propuestas que incluyen, sobre todo en un contexto que requiere una gestión ejemplar para recuperarnos de una de las crisis más severas de los últimos años. Por ello, desde ComexPerú, reiteramos nuestra preocupación por la insistencia en políticas que ya han demostrado en el pasado perjudicar el desarrollo de la economía y, con ello, el progreso de la sociedad.




Pobreza multidimensional bajo la lupa

ComexPerú
Julio 19, 2019

En nuestro país, en el periodo 2004-2018, la pobreza se redujo sostenidamente (a excepción de 2017), al pasar del 58.7% al 20.5% en 2018, según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Es decir, a 2018, solo un 20.5% de la población contaba con un nivel de gasto inferior al costo de la canasta básica de consumo (S/ 344), lo que comúnmente se conoce como pobreza monetaria. No obstante, existe un grupo de personas que pueden no ser consideradas como pobres, de acuerdo con la definición antes señalada, pero que no acceden a determinados servicios, como salud y educación, por ejemplo.

En su último informe Global Multidimensional Poverty Index 2019, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford (OPHI) comparan la pobreza multidimensional en más de 100 países y 5,700 millones de personas, a través del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), el cual calcula cómo las personas experimentan la pobreza en su salud, educación y nivel de vida. Este índice identifica como pobres multidimensionales a personas con carencias no monetarias que tengan por los menos un tercio de los 10 indicadores que evalúa el IPM: nutrición, mortalidad infantil, años de escolarización, asistencia escolar, agua potable, saneamiento, combustible de cocina, electricidad, vivienda y bienes.

De acuerdo con los resultados de dicho informe, el Perú pasó de tener un 20% de pobres en 2006 a un 12.7% en 2019, convirtiéndose en uno de los países que más ha reducido la pobreza multidimensional en la última década, junto con Etiopía, que en el mismo periodo pasó de un 88% a un 83.5%, e India, de un 55% a un 27.9%. A su vez, destaca que el Perú desarrolló avances significativos en los indicadores de bienes, vivienda, combustible de cocina y electricidad; mas no así en el resto, dado que se encuentran por debajo de los 7 puntos porcentuales (pp). Sin embargo, esto no significa que no estemos avanzando. Por ejemplo, en mortalidad infantil se registró una disminución a la mitad.

SANEAMIENTO Y AGUA POTABLE

En cuanto al indicador de saneamiento, los peruanos que son multidimensionalmente pobres han pasado de un 17.2% en 2006 a un 11.2% en 2019; mientras que, en lo que respecta a agua potable, pasaron de un 11.9% a un 6%, lo que refleja en ambos una disminución de 6 pp. Por otro lado, de acuerdo con el INEI, durante el periodo febrero 2018-enero 2019, el 90.8% de la población nacional contó con acceso a agua por red pública y el 68.5% consume agua potable, lo que representa aproximadamente 21 millones de personas.

Ante las cifras mostradas, se esperaría que más de la mitad de los peruanos tenga acceso a este servicio y, con ello, una reducción del indicador de pobreza. Sin embargo, persiste la mala gestión de las entidades prestadoras de servicios de saneamiento, principalmente por problemas de solvencia y de gestión administrativa. Ante ello, nuevamente los más castigados son aquellos en situación de vulnerabilidad, que no pueden acceder a la red pública y que tienen que comprar el agua a camiones cisterna por S/ 15 el m3.

AÑOS DE ESCOLARIZACIÓN Y ASISTENCIA ESCOLAR

Si bien en el indicador de años de escolarización se registró un avance de 2.5 pp, esto no habría sucedido en todos los departamentos del país. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) 2018, elaborada por el INEI, en dicho año, el promedio de años de educación de la población entre 20 y 65 años, en los departamentos de Amazonas, Cajamarca, Huancavelica, Huánuco, Loreto y San Martín, fue 9.4 años, lo que significa que la mayoría de los habitantes de estos departamentos solo alcanzaron el nivel de secundaria incompleta.

Por otro lado, en el indicador de asistencia escolar, se tuvo un avance de 0.8 pp. A su vez, el Índice de Competitividad Regional 2019 señala que la asistencia escolar básica [1] se incrementó de un 82.6% en 2010 a un 90.9% en 2018, debido a que se mejoraron las condiciones de educación, pero, de nuevo, esto no sucede en todos los departamentos. Por ejemplo, en Lima, el 92.8% de los colegios públicos y privados cuenta con acceso a los tres servicios básicos[2], mientras que, en contraste, en Ucayali y Loreto tan solo un 9.9% y un 8.5%, respectivamente, los tienen.

NUTRICIÓN Y MORTALIDAD INFANTIL

En cuanto a los indicadores de nutrición y mortalidad infantil, se tuvo un avance de 3.3 pp y 0.5 pp, respectivamente. Al respecto, la mayoría de los Gobiernos en los últimos años han desarrollado programas para combatirlos; sin embargo, no se obtiene el efecto esperado por una mala focalización y un gasto público ineficiente. Un ejemplo de ello es el Programa Vaso de Leche (PVL), donde el 60.2% de los hogares beneficiados no califica dentro de la categoría de pobreza. Ahora bien, esto también sucede en otros programas sociales. Así, un 35% de los hogares infiltrados recibió ayuda de un programa adicional al PVL y un 19.5% se benefició de más de dos. ¡Incluso un 0,9% de los hogares infiltrados participó de 4 programas adicionales!

En conclusión, tal como señala el Banco Mundial, un elemento fundamental para la reducción de la pobreza multidimensional es el crecimiento económico, que impulsa la mejora en las condiciones de vida de los habitantes de un país. El Gobierno actual se ha trazado la meta de reducir la pobreza monetaria a un 18% en 2021. Si se sigue teniendo como objetivo una reducción tomando en cuenta el nivel de gasto (pobreza monetaria) y no el nivel de vida (pobreza multidimensional), ¿mejorará nuestro bienestar? ¡Tracémonos metas más ambiciosas en beneficio de todos los peruanos!

[1] Porcentaje de la población entre 3 y 16 años que asiste a inicial, primaria y secundaria en la edad correspondiente.
[2] Electricidad, agua y desagüe.




Ranking de Competitividad Mundial 2014: Resultados

Ranking de Competitividad Mundial 2014: Resultados

La semana pasada, el Institute for Management Development (IMD) publicó el Ranking de Competitividad Mundial de 2014, en el que se analiza la facilidad para hacer negocios en 60 economías. A continuación, desarrollaremos los principales resultados del reporte.

El primer lugar fue ocupado por EE.UU., gracias al repunte en su economía, a partir de la mejora en el nivel de empleo y su dominio en temas de infraestructura y tecnología. Asimismo, Suiza, Singapur y Hong Kong continúan mostrando una alta competitividad a nivel internacional gracias al desempeño de sus exportaciones, la eficiencia en sus negocios y las cualidades para la innovación con las que cuentan.

Por otro lado, de acuerdo con el ranking, los países europeos se recuperaron gracias a la mejora de sus economías: la Unión Europea viene registrando tasas de crecimiento trimestrales positivas y crecientes desde el segundo trimestre de 2013, según cifras de Eurostat. Así, tenemos a países europeos como Dinamarca, que está entre los primeros diez este año, uniéndose así a Suiza, Suecia, Alemania y Noruega. Cabe resaltar que países como Irlanda, España y Portugal ascendieron en el ranking elaborado por el IMD. No obstante, Italia y Grecia cayeron.

En cuanto a las economías asiáticas, Japón continúa un proceso ascendente en el ranking gracias a la devaluación de su moneda, política de Estado que viene elevando su competitividad en los últimos años, a costa de importaciones más caras y presiones inflacionarias. Asimismo, Malasia e Indonesia mejoraron sus indicadores, mientras que Tailandia retrocedió debido a la incertidumbre política que se vive en el país.

Finalmente, tenemos al bloque de países emergentes. En su mayoría, estos países cayeron en el ranking, debido a la desaceleración tanto del crecimiento como de los flujos de inversión en ellos. Por un lado, China retrocedió del puesto 21 al 23, por temas relacionados al ambiente de negocios que ofrece. Mientras que India y Brasil retrocedieron por ineficiencias en sus mercados laborales y en el manejo de sus negocios.
¿Y el Perú? Una evidencia más…

El informe elaborado por el IMD sostiene que el Perú ha retrocedido en materia de competitividad, al pasar de la posición 43 en 2013 a la 50 en 2014, ubicándonos así detrás de Chile y México en cuanto a los países de Latinoamérica. Este es el resultado de lo que no se viene haciendo en materia de políticas públicas para nuestra competitividad. Señores del Consejo de Ministros, ¿por qué hemos retrocedido?

Si bien es cierto que actualmente mantenemos, aunque sin profundizarla, una política comercial de apertura e integración al mundo que se forjó en décadas pasadas, la sola existencia de acuerdos de libre comercio no va a hacer que el país retome su crecimiento y tenga más competitividad. Recordemos que cada país cuenta con ventajas comparativas, las cuales son potenciadas gracias a instituciones modernas con poca carga burocrática; infraestructura (terrestre, aérea y portuaria) adecuada para facilitar el transporte de los productos; seguridad, tanto para el comercio como para el cumplimiento de contratos, entre otras variables.

Lamentablemente, el Perú no ha mejorado en prácticamente nada de esto. No ha avanzado como debe en integrarse con vías, en ampliar ni reformar fuertemente sus puertos ni aeropuertos, y mucho menos sus instituciones (en las que, día a día, retrocede con sobrerregulación inútil). Vivimos en un mundo dinámico, no estático. Si bien no hemos empeorado en materia económica, otros países continúan mejorando su ambiente de negocios e infraestructura para el comercio mucho más rápido que nosotros, y eso finalmente, en términos comparativos, nos rezaga frente al resto de países de la región y del mundo. El ejemplo más claro es el hecho de que la leve recuperación de países de la Unión Europea como España (39), Portugal (43) e Italia (46), les ha permitido avanzar en el ranking, a pesar de que muestran las tasas de desempleo más altas de Europa (26.5%, 17% y 12.4%, respectivamente, en 2013). Señor Ministro de Economía, ¿cómo es posible que el trabajo en competitividad no haya podido, en casi tres años de Gobierno, ponernos por sobre países que atraviesan crisis fiscales y económicas serias? ¿Cuál era su visión de futuro en 2011 y qué acciones tomó su sector al respecto?

No hace falta ser mago para saber que estamos perdiendo competitividad frente al resto del mundo. ¡Nos estamos quedando! Y esto no es una percepción, es una realidad. Esta señal nos llegó en abril de 2013, cuando el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) publicó el Índice de Competitividad Global 2013-2014, en el que nuestra economía registró caídas en diversos pilares fundamentales. Según el reporte, los principales problemas del Perú son la ineficiencia burocrática, la corrupción, las restrictivas regulaciones laborales y la inadecuada infraestructura. Esto es totalmente distinto a lo que ocurre en Chile, que se ubica en la primera posición tanto en el ranking del WEF como en el del IMD, a nivel de Latinoamérica. Según el WEF, los bajos niveles de corrupción, un sistema institucional desarrollado y un Gobierno eficiente son las variables que han influido en el desarrollo de su competitividad. Es más, últimamente nuestro vecino del sur está buscando cambiar radicalmente el sistema educativo (el cual ya era considerado el mejor de la región). ¿Seguiremos de brazos cruzados? ¿Seguirá el Congreso trabajando en leyes para ponerle nombre al cielo? ¿Seguirán los ministros teniendo miedo de enfrentar a quienes se oponen a la inversión por campañas políticas? Nunca es tarde para empezar. Al menos, eso dicen…

[Puede ver el detalle de los índices más importantes en http://www.lampadia.com/indices]