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Crimen y Castigo… a la iqueña

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 28 de julio de 2017
Para Correo Ica y
Lampadia

Fedor Dostoiewski… el genial novelista ruso – autor de la inmortal obra Crimen y Castigo – describió a Raskólnikof – el personaje principal de la novela – como esas personas que se creen superiores, y que consideran que hay dos tipos de seres humanos… los que tienen derecho a cometer crímenes por el bien de ellos mismos, y los seres inferiores que tenemos que acatar las leyes, a pie juntillas.


Fuente: demo.d6

No es la idea analizar a los demás personajes de la extraordinaria novela de Dostoiewski, que ciertamente recomiendo – a mis paisanos – leer con detenimiento. Pero sí quisiera basarme en la genialidad del autor ruso para hacer una analogía entre el Raskólnikof de la novela, y los “Raskólnikof´s” que tenemos en nuestra región.

Efectivamente… en Ica tenemos ciertos personajes que se juran seres superiores, que creen que pueden delinquir de acuerdo a su regalada gana. ¡Qué se han creído! Pues ya perdieron. Acabamos de destituir a una ginecóloga del Hospital del Socorro que abandonó subrepticiamente su guardia – precisamente – la noche en que una gestante llegó al hospital a dar a luz, y perdió a su bebé por falta de atención. ¡Una tragedia… sin nombre! Peor aún, la ginecóloga en cuestión había abandonado el hospital para atender un parto en una clínica privada.

Pero ahí no quedó la cosa. En su afán por evitar la sanción, urdió un robo en su domicilio para justificar su falta, para lo cual involucró hasta a la propia Policía, de la que obtuvo un atestado policial FALSO. Involucró también a la clínica, la cual – cobardemente – negó la intervención de la ginecóloga de aquella noche. Y para colmo de vergüenza y – mal ejercido – espíritu de cuerpo, obtuvo el respaldo del propio Decano del Colegio Médico para que dejemos sin efecto el proceso sancionador. ¡Una “Raskólnikof” de carne y hueso!

Pero también teníamos “Raskólnikof´s” en otras dependencias del Gobierno Regional. Un funcionario de la Dirección de Comercio Exterior fue destituido hace poco por sustentar viáticos con facturas falsas. Pero, oh sorpresa. ¡No era el único! Robarle al Estado mediante reembolsos de viáticos sustentados con facturas falsas era – al parecer – pan de cada día. ¡Ladrones!

Teníamos “Raskólnikof´s” para todos los gustos. Funcionarios que traficaban con terrenos del Estado. Servidores que cobraban cupos a subordinados para mantenerlos en sus puestos. Trabajadores que agredían y amenazaban – de muerte – a quienes ponían orden en la institución. Funcionarios que sobrevaloraban obras y adquisiciones a cambio de grasosas coimas. Trabajadores que se emborrachaban en sus centros de trabajo. Gente corrupta, aquejada de “Complejo de Superioridad”, que creían tener licencia para delinquir impunemente.

Pues bien, eso se acabó en el Gobierno Regional. Es verdad que lo nuestro es – tan solo – el comienzo… pero ahí vamos. El Tribunal del Servicio Civil (SERVIR) está ratificando la mayoría de nuestras resoluciones sancionadoras. De eso se trataba… de poner orden y disciplina en el Gobierno Regional.

No obstante, hay “Raskólnikof´s” en otras instituciones también. Me refiero – por ejemplo – a un congresista que armó un tremendo alboroto al pretender un duplicado de brevete FRAUDULENTO… para su hija. Pero eso no fue todo… por no haber sido atendido – en el acto – se ha convertido en el más implacable “fiscalizador” de nuestra Directora Regional de Transportes. ¡Un “Raskólnikof” con caparazón y todo! Hubo también congresistas que pretendieron destituir a nuestros Directores de Salud y de Trabajo, sin tener ninguna autoridad para ello. En fin… “Raskólnikof´s” también tiene el Congreso – y otras instituciones del Estado – ante lo cual sólo queda desenmascarar a estos confusos que se creen la mamá de Tarzán.

En síntesis, la gestión pública iqueña era mucho crimen y – cero – castigo. Entonces, era cuestión de castigar a los “Raskólnikof´s” como corresponde, y trabajar con la gente íntegra, capaz, y servicial que ciertamente tenemos. Pues bien… eso es lo que estamos haciendo. Por ello, Ica está progresando. Lampadia

 

 

 




EEUU se encierra y China se postula al libre comercio

Hasta hace pocos meses, cuando se hablaba de la relación del Asia con occidente, o de China con EEUU, ésta se refería al crecimiento de China y su eventual primer lugar en la economía global. A esos pensamientos y análisis, hay que sumarle hoy día la evolución política, que lleva a EEUU a alejarse del libre comercia, y a China, a pretender liderarlo.

Este proceso ya no se puede entender desde el punto de vista de la retórica occidental. Si el liderazgo económico y político se mueve al Asia, debemos escuchar a los líderes intelectuales del Este.

¿Quién mejor para ilustrarnos sobre esta (nueva) realidad que nuestro conocido intelectual de Singapur, Kishore Mahbubani?

Recordemos que Mahbubani estuvo en Lima el 2009, ver su presentación en Lampadia. El escribió en “The New Asian Hemisphere” (El Nuevo Hemisferio Asiático) y en The Great Convergence (La Gran Convergencia), su tratado sobre la necesidad de que la geopolítica global vaya tendiendo hacia la convergencia entre occidente y oriente. Lamentablemente, lo que está sucediendo es todo lo contrario. Líneas abajo compartimos el artículo que Mahbubani preparó para la actual edición del World Economic  Forum.

Fuente: www.world-governance.org

Mahbubani, propone actualizar las instituciones mundiales —Naciones Unidas, las instituciones de Bretton Woods, la OMC— adaptándolas a la ascensión del resto e, igualmente, actualizar el pensamiento de Occidente, “En lugar de tratar constantemente de retener el control del mundo, Occidente debe aprender a compartir el poder. A los asiáticos se les debe permitir dirigir el FMI y el Banco Mundial. Igualmente importante, los expertos occidentales deben abandonar su condescendencia tradicional al hablar del resto. Las entidades asiáticas emergentes, como China, la India y la ASEAN, deben ser tratadas con más respeto. La India debería ocupar inmediatamente un lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU, con el Reino Unido y Francia a un lado.”

“Todo esto suena inconcebible para muchas mentes occidentales. Pero hasta hace poco, era también inconcebible que el resto pudiera ser más optimista que Occidente. Occidente debe ahora hacer lo inconcebible para prepararse para el inevitable mundo inconcebible.”

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Fuente: www.theamericanconservative.com

Lo que defiende Mahbubani no es crear nuevas instituciones que consagren el traslado mundial de poder, sino remediar el “déficit democrático” del sistema antiguo. Mientras que el populismo aumenta en Occidente, (dando como resultado situaciones como Trump y el Brexit), no ha surgido en las regiones más pobladas de Asia y África. Y, como resalta Mahbubani, “Occidente sólo representa el 12% de la población mundial. El 88% restante vive fuera de Occidente. Y sus condiciones de vida (con excepción de algunos países árabes y Corea del Norte) nunca han sido mejores.”

De esta manera, Mahbubani propone una convergencia y una mayor democracia global, al igual que Niall Ferguson en ‘Civilización: Occidente y el resto’ donde propone la idea de que el formidable progreso económico de China irá abriendo el camino a la democracia política. Mahbubani aboga por un proceso de convergencia. Ver sus ideas al respecto en Lampadia: WEF: ¿Se detendrá la gobernanza global en un mundo multipolar? y Mahbubani: “No nos equivoquemos con China”

Lo que se necesita es un verdadero compromiso global. Esto implica que ningún país establezca la agenda mundial y que la gobernabilidad se vuelva más difusa. Esto crea un “orden” mundial multipolar, donde el control de los recursos se concentra en diferentes centros de poder, cuyo peso económico se ve reforzado por los acuerdos comerciales intra-regionales.

¿Cómo, entonces, se podría asegurar la gobernabilidad global en un mundo multipolar?  “A medida que el mundo se vuelve cada vez más pequeño, necesitamos una mejor gobernanza mundial”, afirma Kishore Mahbubani.

En Lampadia seguimos a Mahbubani desde hace varios años. Nuestro país no tiene una vocación internacionalista y estamos bastante lejos de seguir los acontecimientos globales, pero los movimientos tectónicos que pasan por nuestros ojos, deben llevarnos a desarrollar una mejor visión de los hechos y a estar preparados para participar en el diseño de las políticas globales, como pronto, seguramente, va a ser necesario. Lampadia

Sí, este es el siglo del Asia.

Pero todavía hay motivos para el optimismo de occidente

An illuminated cube bearing the Chinese flag is seen in the entrance foyer of the London Stock Exchange in London

La ascensión de Asia. Eso no significa que Occidente tenga que ser pesimista
Fuente: REUTERS / Peter Nicholls

Kishore Mahbubani, 
Decano de la Escuela Lee Kuan Yew de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Singapur
Foro Económico Mundial
13 de enero de 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

 

La gran cuestión de nuestro tiempo es simple: ¿debemos, todos los 7 mil millones de nosotros, sentirnos optimistas o pesimistas sobre el futuro de la humanidad?

La respuesta del mundo está dividida. Muchas sociedades occidentales se están ahogando en el pesimismo. Por el contrario, el resto nunca ha sido más optimista. Esto representa una inversión del patrón de los siglos anteriores, donde Occidente siempre fue más optimista. ¿Qué ocurrió? ¿Y qué nos dicen los hechos?

Los hechos son claros. La condición humana nunca ha estado mejor. La pobreza mundial está disminuyendo constantemente. En 2015, superamos ampliamente el Objetivo de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas de reducir a la mitad la pobreza mundial. Según la NIC, la pobreza extrema podría reducirse a la mitad para el año 2030.

Las clases medias globales están explotando: de 1,800 millones en 2010 a 3,200 millones en 2020 y 4,900 millones en 2030. La tasa de mortalidad infantil mundial ha disminuido de un estimado de 60 muertes por mil nacimientos en 1990 a 32 en 2015. Esto se traduce en más de 4 millones de muertes infantiles menos por año. Si fuéramos racionales y objetivos, estaríamos celebrando la condición humana actual.

La auto-contemplación de Occidente

¿Por qué no celebramos? Una respuesta simple es que los intelectuales occidentales que dominan el discurso intelectual global sólo son conscientes de los desafíos a corto plazo de sus sociedades, no de las promesas globales a largo plazo. Francis Fukuyama ilustra esto bien. En un ensayo escrito después de la elección de Donald Trump, dice: “La derrota electoral de Hillary Clinton ante Donald Trump marca un hito, no sólo para la política estadounidense, sino para todo el orden mundial. Parece que estamos entrando en una nueva era de nacionalismo populista, en la que el orden liberal dominante que se ha construido desde la década de 1950 ha sido atacado por las mayorías democráticas enojadas y energizadas. El riesgo de caer en un mundo de nacionalismos competitivos e igualmente enojados es enorme, y si esto sucede, marcaría una coyuntura tan trascendental como la caída del Muro de Berlín en 1989. “[Nota: énfasis añadido.]

Por favor, estudiemos cuidadosamente sus palabras. El está confundiendo la condición de Occidente con la condición del mundo. Es cierto que el populismo ha aumentado en Occidente. Eso explica a Trump y el Brexit (y posiblemente Le Pen). Pero no ha surgido en las regiones más pobladas de Asia y África.

Más importante aún, Occidente sólo representa el 12% de la población mundial. 88% vive fuera de Occidente. Y sus condiciones de vida (con excepción de algunos países árabes y Corea del Norte) nunca han sido mejores.

Tomemos tres de los países más poblados de Asia: China, India e Indonesia. Las vidas de casi 3 mil millones de personas en estos países nunca han sido mejores. Y van a mejorar mucho en las próximas décadas, como muestra el gráfico.

La década de 2010 a 2020 es probablemente la mejor década que Asia haya experimentado. La población de clase media asiática va a pasar de 500 millones en 2010 a 1,750 millones en 2020. En resumen, Asia va a añadir 1.5 veces la población total de Occidente a la población de clase media mundial en una década.

¿Por qué está pasando esto? Una respuesta simple es el triunfo de la razón. La difusión de la ciencia y la tecnología occidentales lo demuestra más claramente. En el nivel más básico, los seres humanos en todo el mundo pueden ver los beneficios de la medicina occidental moderna. Como resultado, la razón está reemplazando a la superstición. En todas las esferas de la vida humana, desde las políticas económicas hasta la gestión ambiental, desde la educación hasta la planificación urbana, las prácticas óptimas occidentales están siendo adoptadas casi universalmente por todas las sociedades.

Entonces, ¿por qué todo el pesimismo?

Si el mundo está mejorando, ¿por qué el Oeste se vuelve más pesimista? La respuesta simple es que Occidente ha seguido una estrategia profundamente defectuosa desde el colapso de la Unión Soviética en 1991. Al igual que los defensores británicos de Singapur en la Segunda Guerra Mundial, apuntaron sus armas al mar en el Sur cuando los japoneses vinieron por tierra desde el Norte.

Para dejar este punto aún más claro, Occidente pensó que había ganado una colosal y épica lucha con su dramática victoria en la Guerra Fría. Como resultado, no se dio cuenta de que, al mismo tiempo, una lucha aún mayor había comenzado con el “retorno” de Asia. China decidió volver a unirse a la economía mundial en los años ochenta. La India lo hizo en los años noventa. El regreso de 3 mil millones de asiáticos, obviamente, iba a sacudir la economía global. Occidente no se dio cuenta.

No se dio cuenta porque las mentes occidentales estaban intoxicadas con un opiáceo insalubre de triunfalismo. El famoso ensayo de Francis Fukuyama “El Fin de la Historia” capturó este error. Como resultado, Occidente desarrolló una estrategia intervencionista defectuosa hacia el resto. Muchas de las intervenciones llevaron al desastre. Michael Mandelbaum señala que “el historial de la administración Clinton no fue alentador: prometió el orden en Somalia y lo dejó en caos. Fue a Haití para restaurar la democracia y la dejó en anarquía. Bombardeó Bosnia por el bien de la unidad nacional, pero presidió una partición de facto”.

Y el 11 de septiembre empeoró las cosas. Sedujo a los asesores neoconservadores de George W. Bush para invadir Irak, después de invadir Afganistán. Una década más tarde, los europeos vieron a dos tercios de sus refugiados proceder de tres países: Irak, Afganistán y Siria.

Pero ese no era el verdadero desastre. Mientras que los pensadores estratégicos occidentales estaban distraídos, no vieron que el acontecimiento más importante en 2001 no fue 9/11. Fue la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio. La entrada de casi mil millones de trabajadores al sistema comercial mundial obviamente daría como resultado una masiva “destrucción creativa” y la pérdida de muchos puestos de trabajo.

Trump y Brexit son, por lo tanto, los resultados naturales y lógicos de una estrategia occidental defectuosa de no tratar con los desafíos económicos reales a Occidente. Mientras Occidente estaba distraído, China emergió. Según las estadísticas del FMI, en 1980, en términos de PPP, la participación de EEUU en el PBI mundial era del 25%, mientras que la de China era del 2.2%. En 2016, la participación de Estados Unidos se ha reducido a 15.5%, mientras que la de China ha aumentado a 17.9%.

El declive relativo de Occidente

Por lo tanto, hay razones estratégicas sólidas para el pesimismo occidental: de 1820 a aproximadamente 1980, el poder económico occidental creció de manera constante o mantuvo una enorme posición dominante a nivel mundial. En las últimas tres décadas, el PBI combinado de América del Norte y Europa Occidental se redujo de 51.5% en 1990 a 33.45% en 2014.

Un cambio estratégico aún más destructivo sucedió al mismo tiempo. Mientras que los trabajadores en Occidente sufrieron pérdidas de empleo y el deterioro de los ingresos, la élite occidental se convirtió en súper ricos de la globalización acelerada y el regreso de Asia.

RW Johnson describe bien cómo sufrieron los trabajadores estadounidenses: “Entre 1948 y 1973, la productividad aumentó un 96.7% y los salarios reales un 91.3%, casi exactamente al mismo paso. Eran los días de abundantes empleos en el acero y la industria automotriz cuando los trabajadores podían permitirse enviar a sus hijos a la universidad y verlos ascender a la clase media. Pero de 1973 a 2015 -la era de la globalización, cuando muchos de esos puestos de trabajo desaparecieron en el extranjero- la productividad aumentó un 73.4%, mientras que los salarios aumentaron sólo un 11.1%. Desde 2000, los salarios pagados a los graduados universitarios han caído. “

Una razón para ser optimista

Las preguntas existenciales que Occidente enfrenta hoy en día son bastante simples. ¿Está todo perdido? ¿Disminuirán constantemente el poder y la influencia occidental? ¿O hay esperanza para Occidente? ¿Puede beneficiarse también del resurgimiento del resto?

La respuesta simple es que Occidente puede beneficiarse de la oleada del resto. 12% de la población mundial puede ser arrastrada por el restante 88%. Para lograr esto, los líderes occidentales y expertos necesitan hacer muchos ajustes psicológicos significativos.

En lugar de tratar constantemente de retener el control del mundo, Occidente debe aprender a compartir el poder. A los asiáticos se les debe permitir dirigir el FMI y el Banco Mundial. Igualmente importante, los expertos occidentales deben abandonar su condescendencia tradicional al hablar del resto. Las entidades asiáticas emergentes, como China, la India y la ASEAN, deben ser tratadas con más respeto. La India debería ocupar inmediatamente un lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU, con el Reino Unido y Francia a un lado.

Todo esto suena inconcebible para muchas mentes occidentales. Pero hasta hace poco, era también inconcebible que el resto pudiera ser más optimista que Occidente. Occidente debe ahora hacer lo inconcebible para prepararse para el inevitable mundo inconcebible. Lampadia

 




“Pensando en lo nuevo”¿Con ideas viejas?

“Pensando en lo nuevo”¿Con ideas viejas?

Humberto Campodónico, colega de la UNI y amigo del Director de Lampadia, ha publicado en La República (20 de abril, 2015): Pensando en lo nuevo. En él vuelve a tratar de descalificar la economía peruana por su “alto” contenido de exportaciones de los llamados productos primarios. Esta vez recurre a declaraciones genéricas de extranjeros y a debates desarrollados en otros países para extrapolar sus implicancias al Perú. Esta práctica no toma en cuenta nuestra realidad y lleva a conclusiones y recomendaciones equivocadas.

Veamos algunos de los comentarios de Campodónico y nuestras acotaciones:

“La pregunta que se hacen muchos países que dependen económicamente de la explotación de recursos naturales es: ¿qué hacemos ahora que han bajado los precios y nos encontramos con una enorme caída en los ingresos del sector exportador y, también, en la retracción de la recaudación tributaria?”.

“Según el FMI, un país es dependiente de los recursos naturales cuando más del 25% de sus exportaciones dependen de ella… 60 países en el mundo, de un total de 192 ‘cumplen’ con esa definición. En América del Sur, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela lo superan ampliamente (entre 50 % y 50 % [sic.]) con las actividades extractivas. Si añadimos las exportaciones agrícolas y pecuarias, entonces entran Argentina, Paraguay y Uruguay. Y también Brasil”.

“Hace dos semanas asistimos a una ‘Conferencia sobre el Comercio Exterior’, convocada por el gobierno de Argelia. (…) su dependencia es cerca del 97% [por sus exportaciones de petróleo y gas]”.

Campodónico cita al gobierno de Argelia: “Queremos (…) mejorar la oferta y el volumen  de las exportaciones no hidrocarburíferas”.

Luego afirma: “Un tema recurrente de la discusión fue la ‘ventana de oportunidad’. ¿Acaso no es positivo que –debido a la situación actual– todo el gobierno y el sector empresarial estén convencidos de que hay que avanzar hacia la diversificación de exportaciones?”En Lampadia no negamos la necesidad de diversificar las exportaciones, pero no, como producto de paralizar y desquiciar el sector primario, sino sumándose a el.

Sigue: (…) “El problema es que no le hemos dado la importancia necesaria a las actividades productivas e industriales. Fue un error creer que seguiríamos creciendo por 20 años más con impulsos externos que nos han hecho dependientes y vulnerables”

Pensamiento Campodónico. Nuestra política nunca se basó en sentarse a esperar que los impulsos externos nos hicieran crecer, un argumento que pretende manipular conciencias. Contrariamente a lo que dice Campodónico, de lo que se trata es de aprovechar nuestro potencial productivo. Solo en el caso de la minería, de haber continuado fomentando su desarrollo en vez de pararla, hubiéramos podido seguir creciendo a buen ritmo, compensandolos menores precios con mayores volúmenes de producción. Esto no lo puede hacer cualquier país. Solo lo puede hacer el Perú, pues  debido al apagón productivo de los años 60, 70 y 80, tenemos un stock de proyectos que nadie más tiene, y menos con la calidad de los nuestros. Ver en L: La minería tiene un alto valor agregado.

Sigue Campodónico: “(…) No podemos seguir confiando en que las actividades extractivas solucionarán los problemas, para lo cual, de un lado, es indispensable dejar de lado la permisología y la tramitología. La solución no va a venir por el lado de Energía y Minas”. (…) “El discurso preponderante es ‘destrabar’ las inversiones –léase Tía María–, para lo cual es indispensable ‘poner orden y tener mano dura’, como lo insinúa el Premier Cateriano”.

Sigue: “Todos los discursos actuales de los organismos multilaterales apuntan hacia reformas que permitan la diversificación de la actividad productiva”.En este caso, las declaraciones de las multilaterales no son aplicables al Perú, como podemos ver líneas arriba.

Continúa Campodónico: “Y que se incida en el avance hacia la sociedad de la información y del conocimiento”. Caray, ya se quedó desactualizado, ahora estamos en la sociedad de la digitalización, la robótica, la inteligencia artificial, las impresoras 3D y la biología sintética. En la Tercera Revolución Industrial’.

Remata su artículo: “Nos estamos quedando rezagados”.Ahí sí estamos de acuerdo, nos estamos quedando rezagados. Si no nos ponemos al día en educación, instituciones e infraestructuras, cuando la tercera revolución industrial agarre velocidad de crucero, los rezagados peruanos seremos una suerte de sub-humanos. Ver en L: Organizaciones Exponenciales (I).

Justamente por eso, nuestro principal objetivo debe ser ponernos al día con los países más desarrollados. Para lograrlo tenemos que crear la mayor cantidad de riqueza, en el menor tiempo posible. Y eso solo podemos hacerlo aprovechando nuestras capacidades para crear riqueza: explotar nuestras reservas productivas en minería, energía, madera, acuicultura y agroexportaciones entre otras. Además, con ese enfoque podremos seguir fortaleciendo y haciendo crecer nuestro sector industrial y modernizando muchos otros.

Amigo Campodónico, hay que pensar en lo nuevo, con ideas nuevas. Lampadia