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El regreso a la presencialidad puede concretarse en días

El regreso a la presencialidad puede concretarse en días

Vacunatón de maestros ya, el gran valor de los héroes voluntarios y el inmenso deseo de miles de estudiantes por regresar a las aulas.

Daniela M. Delgado Ehni
Licenciada en Psicología Clinica.
MSC en Psicoanálisis y Desarrollo Humano (UCL)
Diplomada en Trabajo terapéutico con niños y adolescentes (Tavistock and Portman Clinic)
Trabajo en situaciones de crisis con adolescentes y adultos jóvenes (Tavistock and Portman Clinic)
Para Lampadia

Durante el fin de semana que pasó se llevaron a cabo dos eventos que pintan de cuerpo entero la sociedad que somos: una que tiene serias dificultades para dialogar, poder reconocer sus problemas, resolverlos y salir adelante en beneficio de sí misma. Mientras que el sábado en la mañana, niños y universitarios acompañados de sus padres y maestros marchaban por un retorno seguro a clases, los diferentes centros de vacunación en los que se llevaba a cabo la quinta vacunatón organizada por el MINSA lucían relativamente vacíos.  La ansiada meta de inocular a 600,000 personas no se cumplió quedando 115,355 dosis sin ser aplicadas.

En reiteradas ocasiones las autoridades consultadas (ministro Cadillo-Educación, ministro Cevallos-Salud y el Premier Bellido) han mencionado que el retorno a clases aún no sucederá. Uno de los motivos que mencionan es que esto solo será posible cuando los docentes sean vacunados en su totalidad dependiendo esto a su vez de la disponibilidad de vacunas.  Si es así pues la pregunta que sigue, cae de madura… si el domingo sobraron más de 100,000 vacunas… ¿Porque no se organiza ya una vacunatón de maestros y tema resuelto? ¿Faltan muchos?

Para responder esta interrogante vayamos entonces a las cifras que el mismo ministro Cadillo ha usado en su presentación frente al pleno del congreso. Actualmente en el Perú hay un total de 675,022 maestros.  De este universo, el 64.45% ya ha recibido al menos 1 dosis (el 50.25% 2 dosis) y solo queda un 35.55% por ser vacunados con al menos 1 dosis. Si es así, con 239,988 dosis se lograría inmunizar con al menos una dosis a los maestros faltantes. Reitero entonces, con el buen ritmo con el que recibimos vacunas y además con la organización que se tiene para vacunar a la población resulta obvio que este punto se puede resolver a la brevedad.  ¡Vamos señores! Excusas ya no quedan… ¡a vacunar se ha dicho!

El valioso rol de los voluntarios

Una vez resuelto el entrampamiento de las vacunas y pasados ya 530 días desde que los estudiantes se despidieron de sus carpetas somos testigos de la existencia de un número significativo de familias y escuelas que están dispuestas a dar marcha a un plan de retorno basado en la evidencia científica de lo que ha funcionado en casi todos los países.  Para todos ellos la experiencia y el beneficio de volver a clases sin duda lo ameritan. Lo triste es que la expresión de sus deseos por regresar a lo presencial y las implementaciones que han venido haciendo se enfrentan día a día con adjetivos duros de quienes no comulgan con esta iniciativa.  Más terrible aun cuando en el camino para lograr su objetivo se enfrenta a senderos sinuosos y enredados producto de la poca claridad y consistencia por parte de las autoridades competentes. Para esto basta ver la cantidad de RSM que se han emitido, las contradicciones que tienen entre sí y la imposibilidad de llegar a puerto porque las instituciones y sus funcionarios no actúan de manera coordinada.  A estas alturas, con la evidencia científica que existe en el mundo y con los voluntarios que están dispuestos a poner en marcha un plan, resulta incomprensible, nefasto y terriblemente perjudicial la parálisis en la que se encuentra el sector. No detallaré las consecuencias porque estas han sido abordadas en un sin número de artículos y publicaciones.   

Personalmente hallo admirable y noble que existan voluntarios dispuestos a ejecutar un plan. Sin esa actitud hoy por hoy no estaríamos donde estamos parados frente a esta pandemia ya que las vacunas no existirían.  Reconozcamos pues que los voluntarios son héroes que nos permiten ver que funciona y que no; que será lo seguro y que es lo que será la futura nueva normalidad. Gracias a ellos el mundo seguirá andado a pesar de la pandemia.

Las familias que no estén listas para volver se respeta que no quieran volver… pero las que sí se sientan lista a estas alturas, tienen el exacto mismo derecho y por ende el estado tiene que garantizar que los planes de retorno a clases sucedan ya. ¡Vamos señores! ¡A alinearse, poner fechas concretas y a destrabar ya los planes de retorno a clases!

Reconociendo el deseo imperativo de los niños y adolescentes por ser educados

Durante la marcha del sábado 21 resultó conmovedor ver la gran afluencia de niños y adolescentes que asistieron enérgicamente con carteles hechos por ellos mismo.  Los carteles, junto a las declaraciones que ellos daban a los medios nacionales e internacionales, tenían mensajes crudos y poderosos lo cuales dejaban entrever cómo estaban viviendo el cierre de sus centros educativos y su incomprensión por las medidas tomadas. “La educación es un derecho, ¡Respétenlo!”, “En el cine y tiendas no aprendo. Primero educación.” “No necesito diversión, necesito educación.” “No puedo estudiar en la universidad pero si tomar en un bar”, “Mi colegio no entra en una pantalla”, Después de la marcha nos vemos en el Coney Park que eso si está abierto”

Podrá haber quienes de manera tendenciosa digan que esta marcha no representa la realidad… a quienes piensen así, los invito a mirar los parques, semáforos, puestos de mercados y calles donde niños de toda condición buscan tener espacios de aprendizajes.  Los invito también a escuchar los espacios de diálogo con niños y adolescentes de todo el Perú, como los generados por la congresista Flor Pablo.  Ahí, al unísono, todos expresan no sólo su deseo de volver a clases y los continuos esfuerzos que hacen para sostener su educación; sino también su incomprensión por no poder estar físicamente acompañados de maestros y amigos para aprender más.  Alguien se refirió a la marcha como una golondrina que no hará el ansiado verano.  Mi respuesta entonces fue que quien así lo entiende, claramente no está viendo el actual cielo cubierto de cientos de ellas que dan señal de que es imperativo hacer cambios en nuestras políticas educativas.

Basta ya de afrentas, escuchemos a los niños y adolescentes, apostemos por la educación, valoremos la presencia de aquellos que están dispuestos a mojarse desde ya para que este barco no naufrague y porque nuestro país no se hunda más…  Señores les digo, sin educación no hay desarrollo y de nada sirve tener salud en una sociedad deshumanizada que solo vela por lo que cree que le conviene. Lampadia




El proyecto impide que se abran nuevas escuelas

El proyecto impide que se abran nuevas escuelas

 

Después de más de siete meses de vencido el plazo para regular el D.U. N° 002 – 2020, plazo que por cierto se otorgó la burocracia a sí misma, finalmente parece ser que en marzo se promulgaría el reglamento correspondiente, el cual regulará las condiciones básicas para abrir una escuela.

Según el proyecto de reglamento, que ya tiene más de cien páginas con los anexos, son seis condiciones. En principio parece razonable que sean pocas condiciones básicas, pero cuando uno lee con cuidado se percata que no tienen nada de básicas ni son seis. En verdad son centenares, ya que, con el pueril recurso de reunir la multitud de exigencias en seis grupos, exigen todo lo contenido en la normatividad existente y por existir. Es decir, en lugar de aportar a eliminar el híper controlismo, que no solo empuja a la informalidad y la reafirma, van a hacer imposible una escuela libre, innovadora y variada en su oferta. En pocas palabras, la realidad presente será aun peor.

Seguramente la burocracia del MINEDU afirmará que no les queda otra alternativa ya que tienen que cumplir y hacer cumplir las leyes vigentes, pero eso no es cierto. Está en su poder modificar y derogar la multitud de ataduras administrativas existentes y llevar la simplificación al Congreso cuando estas residan en leyes, pudieron además aprovechar con el D.U. N° 002-2020 y el DL N° 1476 para simplificar las cosas, en lugar de eso modificaron lo que les pareció necesario para controlar más a la escuela privada.

Lo que ocurre es que no quieren escuchar, siguen demostrando que no son alternativas lo que les falta sino vocación por destrabar, alentar la formalización y colaborar realmente con un buen proyecto pedagógico. Se necesita libertad de gestión para la escuela privada, menos consultorías y más fondos para la escuela pública que debe, además, recuperar su autonomía para poder ser una eficaz empresa pública de servicios.

Si la normatividad vigente es tan buena y las condiciones que exige el proyecto de reglamento son tan básicas, no se entiende por qué se otorga un plazo de tres años para adecuarse, con posibilidades incluso de extenderlo a cinco. Lo que va a suceder es que los colegios, mayoritariamente, no se van a acoger a esta intrincada normatividad porque es inútil para mejorar el servicio que brindan a sus estudiantes y además extremadamente onerosa. Es imposible asumir todos los costos que implica. El día que ya no se les permita funcionar más, cerrarán y veremos cómo ese estado ineficiente no podrá atender esa demanda con sus colegios que, abandonados cómo lo están ahora, por cierto, no cumplen con las condiciones mínimas para brindar un servicio educativo decente.

Este reglamento hace tan complicado abrir una nueva escuela que pareciera querer favorecer a los colegios existentes, aunque en verdad el sueño de la burocracia y sus asesores de ONGs ideologizados es desaparecer a los privados y que, así, todos nuestros chicos reciban la misma mala educación, nada de “privilegios”, todos deben ir a colegios que no tienen agua potable ni desagüe en muchos casos, menos rampas o ascensores. 

Ignora olímpicamente a la Ley de Centros Educativos Privados (Ley 26549), a la que ni siquiera menciona, salvo en el apéndice de las multas. Además, desprecia la Constitución, al pasar por alto los preceptos constitucionales que le dan autonomía y libertad de organización a la escuela privada, para terminar en son de burla, sin duda, hablando en un capítulo de las escuelas innovadoras, como si esto fuera posible con todos los parámetros existentes santificados y potenciados en este reglamento.

No contentos con exigir una gran cantidad de requisitos para cualquier trámite se premia el incumplimiento de la burocracia con el silencio negativo en contra del solicitante. El privado debe invertir en un trámite o proyecto educativo, pero si la UGEL no mueve un dedo para aprobarlo, en un plazo determinado se deberá asumir que ha sido rechazado, esto va a generar abusos y corrupción por supuesto.

Este reglamento no va a aportar nada, va a continuar la misma informalidad o será mayor aún, la burocracia tendrá más armas para fiscalizar a los colegios en lugar de apoyarlos. Fomentará que el MINEDU, a través de sus UGEL, en lugar de abocarse a lo que es su razón de existir, la escuela pública, la que pagamos todos los contribuyentes, asuma un rol policial y acosador sobre quien lo libera de un tercio de su labor. Si la educación pública fuera buena como el MINEDU sostiene, los padres no recurrirían a la oferta privada. Lampadia




Gobierno cizañero

Gobierno cizañero

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 15 de mayo de 2020
Para Lampadia

No me refiero a la connotación literal de la palabra cizañero. El Gobierno no produce ni vende cizaña. Me refiero más bien a la connotación instigadora del término. Cizañero – en el caso del presente artículo –se refiere a quien siembre discordia. El típico carbonero del barrio. El instigador… pero en el mal sentido de la palabra.

Sí pues. Aparte de propiciar enfrentamientos entre empresas y trabajadores, el Gobierno se ha dedicado a meter cizaña entre colegios privados y padres de familia. ¡Una bajeza!

Las empresas tienen que poner todo de su parte para pagar a sus trabajadores lo que les corresponda… y más. Eso está fuera de toda discusión. Pero ¿acaso no hay miles de pequeñas y microempresas que no podrán hacerlo? Incluso ¿cuántas medianas y grandes empresas han quebrado – o quebrarán pronto – a consecuencia de la cuarentena?

Entonces, meter cizaña desde el Ministerio de Trabajo amenazando con suculentas multas a las empresas que no paguen a sus trabajadores, es – efectivamente – una bajeza. Como también lo es instigar a los trabajadores a denunciar a sus empleadores en caso de no pago, o – incluso – en caso de retraso en los pagos de sus remuneraciones. Eso es echar más leña al fuego.

Pero eso no es todo. El Ministerio de Educación – y el propio presidente de la República y su Primer Ministro – no se cansan de exigir la rebaja de las pensiones escolares de parte de los colegios. ¿Por qué no bajan ellos los impuestos que nos cobran? Es evidente que tendrá que haber un ajuste en las tarifas de los colegios. Y para ello – al igual que en el caso de las empresas – las partes tendrán que analizar objetivamente la situación y llegar a acuerdos justos y consensuados. Pero meter cizaña para provocar la confrontación entre colegios y padres de familia, es – repito – una bajeza.

Es evidente que muchos funcionarios del Ministerio de Educación detestan tener que competir con la educación privada. La aborrecen. Y por eso… la quieren destruir.

En general, muchos funcionarios del Gobierno tienen fobia a todo lo privado. Me refiero a los más más del escalafón institucional del Estado… presidente de la República, ministros, Congresistas, Gobernadores Regionales, alcaldes, etc. Su accionar – y sus declaraciones – los delata. Todo lo privado está mal para estos personajes que no pueden disimular sus resentimientos y enconos contra el sector empresarial y contra los colegios privados. Ellos quieren más impuestos, más controles y licencias, más protocolos, más burocracia… y muchos otros “mases”.

En vez de reconocer sus errores e ineptitudes, recurren malamente a la cizaña. Si yo estoy mal… nadie puede estar bien. Así de mediocres pueden llegar a ser estos personajes.

Cómo explicar si no la actitud del Gobierno de rechazar los diversos ofrecimientos de apoyo para confrontar la pandemia de múltiples instituciones privadas… empresas, instituciones religiosas, asociaciones de ciudadanos, etc. Incluso, cómo explicar el rechazo del ofrecimiento de apoyo de los Hospitales de la Solidaridad de la Municipalidad Metropolitana de Lima. Eso no es otra cosa que afán de protagonismo… ¡a tope!

El caso es que las estadísticas de muertos e infectados de Coronavirus no dejan de crecer. ¿No será eso lo que los esté sacando de quicio? Es probable. Pero el hecho es que soterradamente – y aprovechándose del pánico pandémico – el estatismo retrógrado y el populismo politiquero están ganando terreno poco a poco. Y el Congreso – el nuevo Congreso que debía corregir los vicios de su antecesor – está resultando más de lo mismo. ¡Una lástima! Hemos cambiado moco por baba.

El momento exige comprensión y solidaridad. No es momento de meter cizaña. Y menos, si proviene del Gobierno. Lampadia




Aprendizaje cooperativo de docentes

Aprendizaje cooperativo de docentes

La educación en el Perú, sigue atrapada entre la conciencia de su inadecuación y nuestra incapacidad para transformarla. Desde la clamorosa huelga del año pasado, ha caído en un marasmo en el que ya no tenemos la energía para insistir en su transformación.

En Lampadia hemos compartido experiencias innovadoras de distintos países, y hemos alentado reiteradamente, la necesidad de una verdadera revolución educativa. Hemos propuesto un ‘Pacto Social por la Educación’, que aún esperamos se pueda llevar a cabo, cuando mejoren los tiempos.

Lamentablemente, las crisis múltiples que nos lastran a la frustración y a la inercia, casi no dejan espacio para escapar de la coyuntura y hablar y actuar en la dirección del diseño de nuestro futuro. Uno de los costos más grandes del gobierno de PPK es habernos incapacitado para pensar en el futuro.

En las siguientes líneas compartimos un artículo de Ana Torres, de El País, posteado por León Trahtemberg en su Facebook, sobre el aprendizaje cooperativo de los docentes. El área de mayor dificultad para el cambio de los paradigmas educativos, pues el magisterio sigue capturado por las dirigencias de los grupos ideologizados.

La ineficiencia del profesor solitario

El rol del equipo directivo es clave en la transformación de los colegios. La innovación es imposible sin la colaboración entre docentes

Ana Torres Menárguez 
Ganadora del Premio Nebrija de Periodismo Educativo, por el artículo ‘El cerebro necesita emocionarse para aprender’
El País, 12 de marzo de 2018
Posteado por León Trahtemberg (Facebook)
Glosado por Lampadia

Los directores de escuela trabajan bajo presión. Se espera que innoven sin molestar a nadie, que respondan a las demandas de las familias y, por encima de todo, que presenten resultados. El gran problema es que nadie ha definido con claridad cuál debe ser el rol del equipo directivo escolar, una figura clave en la transformación de los centros educativos. Ese es el planteamiento de Michael Fullan, asesor en Educación durante 10 años del primer ministro de Ontario, en su libro La dirección escolar, tres claves para maximizar su impacto (Morata).

Fullan, catedrático emérito de Educación de la Universidad de Toronto, critica que históricamente la enseñanza ha sido una profesión solitaria en la que la mayoría de profesores se han encerrado en su aula y no han recibido información sobre sus prácticas docentes, lo que les ha impedido mejorar. Para Fullan, la tarea central de los directores debe ser asegurarse de que todos los profesores aprenden de forma continua y programan sus clases de forma colaborativa. 

En España, la ola de innovación educativa ha traído consigo un replanteamiento de las funciones del director de escuela que, sobre todo en la pública, ha pasado de ser una figura burocrática que se elige cada cuatro años a un líder de grupo encargado de impulsar el cambio en las pedagogías. “Implantar el aprendizaje cooperativo genera conflictos, porque no todos los docentes están dispuestos a cambiar. Supone quitarse de la cabeza la idea del súper profe y entender que, en solitario, por muy bueno que sea, no nos vale”. La que habla es María del Mar Santos, directora del colegio público Manuel Bartolomé Cossío, en el barrio madrileño de Aluche, que en 2011 recibió el Premio Marta Mata del Ministerio de Educación por su proyecto de centro innovador.

Santos, que ocupa el cargo de directora desde 1998, cuenta cómo esta escuela ha pasado de ser un centro sin un proyecto pedagógico claro, a un colegio bilingüe, con talleres en lugar de asignaturas y en cuyas aulas ya no hay una mesa para el profesor, que se mueve libremente por la clase. “Uno de los cambios fundamentales es que los alumnos son de todos, ya no son de un tutor. Ya no existe el concepto mi clase. Todos nos responsabilizamos del progreso de los estudiantes”, explica. Implicar al conjunto de profesores en la modernización del colegio es a lo que más horas ha dedicado. “Animarles a compartir con los demás aquello en lo que son buenos, como el dominio de Internet, por ejemplo. No hay ningún maestro que pueda reconvertirse solo”, añade. 

Al hablar de su rol como directora lo compara con su hijo, que ahora tiene 17 años. “Requiere mucha dedicación. Nos planteamos qué nos pasaba y qué podíamos mejorar. La educación pública estaba denostada y nos sobrepasaba la oferta de la concertada”, explica. Preparó un proyecto y fijó como prioridad la formación de los docentes. Desde entonces, ha sido elegida cada cuatro años por la comisión de selección, integrada por miembros de la Administración (como inspectores) y parte del consejo escolar (formado por docentes y familiares de los alumnos). En 2013, el centro consiguió otro premio de la Comunidad de Madrid por su integración de las TIC en experiencias pedagógicas innovadoras. 

La única manera de convencer es, según Santos, por contagio. Las evidencias en el aula hacen que los profesores se interesen por lo que motiva a los a los niños. Quien no lo soporta, pide el cambio de centro. “El profesor solitario no transforma un colegio, el equipo directivo es el motor del cambio y lo importante es replicar el modelo año tras año independientemente del profesor que esté”. La interinidad de los docentes puede ser uno de los frenos, no todo el mundo encaja cuando llega y para ello han elaborado una guía docente.

El director de la Escuela Trilema El Pilar, Miguel García, con dos docentes. Kike Para

La financiación pública (unos 16,000 euros al año para 460 alumnos) no ha sido suficiente para cubrir las reformas. Sus clases son interactivas gracias a las tabletas que compraron con los 9,000 euros que obtuvieron con el premio del Ministerio. También les sirvió para renovar parte del mobiliario e incorporar mesas modulares. Ya no hay filas de pupitres. En cuanto a la formación, sus principales recursos son los cursos que organizan de forma voluntaria los maestros del colegio y los que ofrece el centro público de innovación y formación Las Acacias.

¿Puede cualquier profesor ser un buen director de centro? El filósofo José Antonio Marina, autor del Libro Blanco de la Profesión Docente por encargo del Ministerio de Educación, cree que hace falta formación específica porque mandar y organizar es complicado. En su opinión, habría que crear un MIR para directores, un tema que en España sienta mal a los docentes y a los sindicatos porque consideran que conlleva introducir clases dentro del profesorado y que no es democrático. “Se trata de ver si son eficaces o no. Los equipos directivos pueden modificar los programas académicos. El éxito, en parte, depende de ellos”, asegura. 

La Fundación Trilema, centrada en la difusión de nuevas pedagogías, ofrece un curso en liderazgo para equipos directivos, que han seguido más de 500 responsables de centros públicos en España. Esta fundación laica es además la impulsora de la red Escuelas que Aprenden, un proyecto del que forman parte 24 colegios, de ellos cuatro públicos de Andalucía. “Tienes que romper muchas reglas. Quitar las asignaturas provoca resistencia en el profesorado y discernir la velocidad de cambio es una responsabilidad del equipo directivo”, señala Carmen Pellicer, fundadora de Trilema. 

Hace cuatro meses una congregación religiosa les cedió un colegio en el barrio de Tetuán con 691 alumnos al que han llamado Colegio El Pilar. El director, Miguel García, ha acompañado a todos los docentes en su proceso de transformación. “No puedes quitar la seguridad que da el libro de texto de golpe; es un proceso lento”, apunta. Solo han mantenido las asignaturas de matemáticas y lengua por la “presión” de las pruebas PISA. El resto son talleres donde los alumnos trabajan por proyectos. También han reducido el número de exámenes y los alumnos se autoevalúan desde la etapa de Infantil. “Cuando tienes 50 años y quieres darle la vuelta a lo que has hecho durante toda tu vida, necesitas ver el nuevo modelo”, cuenta García. Por eso es tan importante la red de escuelas innovadoras, para ver el cambio in situ

“No creo en la dirección unipersonal, hace falta equipo. Es muy peligrosa y si no estás tú, se cae. Esa idea yanqui del director líder no funciona; nadie tiene todas las competencias y hace falta liderazgo compartido”, opina Pellicer. Los docentes de esa red de colegios reciben una media de 100 horas de formación al año. Lampadia




Tenemos que emprender una revolución educativa

Tenemos que emprender una revolución educativa

En el último CADE se hicieron dos magníficas presentaciones sobre el tema de educación, uno de los más importantes déficits de nuestro desarrollo social. Una fue hecha por el Ministro de Educación, Jaime Saavedra, y la otra a cargo Lant Pritchett, Presidente de la Maestría en Políticas Públicas del programa de la Escuela de Gobierno Kennedy de Harvard para el Desarrollo Internacional. Asimismo, la educación fue uno de los elementos más importantes en la propuesta de “Visión del Perú al Tercio de Siglo” de IPAE.

El Ministro nos explicó que su sector es responsable del futuro de 7.5 millones de estudiantes, 62,000 locales educativos y 320,000 docentes. Agregó que el 30% de escuelas no cuenta con electricidad, el 75% no tiene internet y el 40% carece de agua. En términos reales, el salario de los maestros es un tercio del que gozaban en los años 60. Calcula que el déficit de infraestructuras educativas llega a 63,000 millones de soles (10% del PBI).

Es muy claro que el ministro está haciendo un gran esfuerzo por administrar este tremendo reto. Ha logrado avanzar en la evaluación de 130,000 maestros, según los resultados ha ascendido 25% con un aumento que llega hasta el 40%, ha establecido un bono de desempeño, ha evaluado a directores de colegios, está estableciendo la jornada completa en 1,000 escuelas, desarrollando 13 colegios de alto rendimiento en diferentes zonas del país, e incluyendo el aprendizaje de inglés, entre otros procesos.

Todo esto es digno de reconocimiento y del mayor apoyo de parte de la sociedad. La pregunta que todos tenemos que hacernos es: ¿si esto es suficiente para remontar los desastrosos niveles de calidad, expresados en los resultados de la prueba Pisa en comprensión lectora y en matemáticas?

Para ayudarnos a entender el problema es importante destacar los comentarios de Lant Pritchett. El experto nos comentó que hemos avanzado mucho en cobertura, pero esta sirve poco si no logramos que mejoren las competencias. Nos dijo que la meta inmediata debiera ser alcanzar 511 puntos en habilidades matemáticas de la prueba Pisa, el nivel actual de Vietnam. El Perú, que está en el último lugar de 66 países evaluados con solo 368 puntos. Agregó, que si mejoramos 4.4 puntos por año, nos tomaría 30 años llegar al nivel de Vietnam (una o dos generaciones adicionales perdidas).

Es fácil entender que esta perspectiva es inaceptable, sobre todo habida cuenta del avance tecnológico que se viene en el mundo en los próximos años.

Pritchett agregó que necesitamos un sistema de “estrella de mar” (organismo que no tiene cerebro, no tiene control central). Este sistema debe dar espacio para la novedad, su evaluación y legitimización. Debe ser un sistema abierto, funcional y debe mostrar resultados positivos. “Se debe evitar el control central del proceso educativo, debe ser lo más local posible, generar una gran presión por resultados, respaldarse en una red profesional, soporte técnico y un financiamiento flexible”. Comentó que la educación privada puede ser adecuada, pero no basta si no se arregla el conjunto del sistema educativo.

Finalmente, nos indicó que debiéramos empezar por tener una visión clara sobre adonde queremos llegar, que necesitamos una reforma del tipo “Big Bang” y que el gradualismo no nos llevará a ninguna parte.

El Big Bang de Pritchett nos recuerda que hace 19 años, en CADE 95 en Cusco, Juan Luis Londoño, economista y político colombiano, experto en el diseño e implementación de políticas sociales y en el análisis de políticas en los campos de seguridad social, salud, educación, pobreza y mercados de trabajo, Ministro de Protección Social, del gobierno de Uribe, QEPD, nos propuso que emprendiéramos un “Shock Educativo”. Por su lado IPAE, en su propuesta de visión de futuro nos planteó la necesidad de hacer una “Revolución Educativa, un Salto Cuántico”. Tres propuestas que nos dicen que una mejor realidad solo puede ser el resultado de una gran metamorfosis.

Para colmo de males, la educación peruana está controlada por dos “patrones”: la burocracia estatal y el sindicato monopólico del SUTEP, que hasta el día de hoy mantiene en su estatuto su compromiso con la LUCHA DE CLASES.

Algunas propuestas

1.  Apoyar al Ministro Saavedra en una de las tareas más difíciles que tenemos que resolver los peruanos.

2.  Concientizar a la opinión pública sobre la naturaleza del PROBLEMA, sobre el desenganche que amenaza a nuestros jóvenes del resto de la humanidad, si no logramos una mejora sustancial en el menor tiempo posible.

3.  Los líderes de opinión y los medios deben ayudar a crear las condiciones políticas que permitan que se tomen decisiones efectivas vis a vis al reto de la revolución que hay que emprender y no limitadas por el statu quo, que más bien sean asumidas con valor, firmeza y persistencia.

4.  Buscar mecanismos ingeniosos, que permitan romper el yugo del SUTEP sobre los maestros y descentralizar (abrir el sistema, como sugiere Pritchett), evitando que el cambio lleve al fortalecimiento de otras cúpulas como las APAFAS y el manejo político de los gobiernos regionales y locales.

5.   En esta línea podrían usarse, así sea temporalmente, los vouchers educativos que empoderan a los padres de familia en forma individual.  Esto permitiría crear unidades de presión sobre el sistema de múltiples elementos “alumno-padre-colegio”, que ayuden a consolidar el cambio con la mejor legitimidad posible.

¡No podemos esperar 30 años para alcanzar el nivel educativo actual de Vietnam, ni seguir condenando a nuestros jóvenes a la minusvalía! Lampadia