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El avance de las izquierdas en América Latina

El avance de las izquierdas en América Latina

El prestigioso profesor de la Universidad de Harvard y ex economista jefe del FMI, Kenneth Rogoff, advirtió recientemente sobre los riesgos económicos a largo plazo de nuestra región, a propósito de los avances de las izquierdas en Colombia, con las persistentes marchas en contra de la reforma tributaria, Chile, con la ya convocada Asamblea Constituyente y más recientemente nuestro país, con la inminente proclamación del candidato de izquierda radical, Pedro Castillo.

Y es que dar por sentada una recuperación económica de América Latina y el Caribe en los próximos años, a pesar de la relativa estabilidad de los mercados de deuda y el súper boom de commodities, no tiene asidero con el peligro que supone retornar a las trasnochadas políticas que han sumido a la pobreza a países como Cuba, Venezuela y Nicaragua.

En todo caso y como hemos mencionado anteriormente, la clase política en nuestro país debe procurar no torcer su senda de crecimiento protegiendo el capítulo económico de la Constitución de 1993, que otorga límites al acrecentamiento del Estado y permite al sector privado, a través de la inversión en sectores estratégicos como la minería y la agro exportación, seguir reduciendo sostenidamente la pobreza desde un 60 al 20% en el tiempo en el que ha tenido vigencia dicha Carta Magna.

Como menciona Rogoff, sostener un crecimiento basado en ciclos alcistas de la economía mundial y no en la productividad tiene sus límites, lo cual debe volcarnos a retomar la atracción e impulso de la inversión privada, de manera que podamos propender mayor desarrollo real a nuestros pobres a través del empleo de calidad como ya lo hicimos en la década pasada del 2000.

Veamos el análisis de Rogoff. Lampadia

Bajo el Volcán Latinoamericano

Project Syndicate
Kenneth Rogoff
1 de julio, 2021
Traducida y comentada por Lampadia

La mayor parte de América Latina todavía está lejos de las horribles condiciones que prevalecen en Venezuela, donde la producción ha caído en un asombroso 75% desde 2013. Pero, dada la catástrofe humanitaria en curso allí y el espectro de inestabilidad política en otros lugares, los inversores no deberían tomar una recuperación económica sostenida por sentada.

La desconexión actual entre la calma del mercado y las tensiones sociales subyacentes es quizás en ningún lugar más aguda que en América Latina. La pregunta es cuánto tiempo más puede continuar esta flagrante disonancia.

Por ahora, los datos económicos de la región siguen mejorando y los mercados de deuda permanecen inquietantemente imperturbables. Pero una furia hirviente se está derramando en las calles, particularmente (pero no solo) en Colombia. Y con la tasa de nuevos casos diarios de COVID-19 en América Latina ya cuatro veces más alta que la mediana de los mercados emergentes, incluso cuando se inicia una tercera ola de la pandemia, los 650 millones de personas de la región enfrentan un desastre humanitario en desarrollo.

A medida que aumenta la incertidumbre política, la inversión de capital se ha estancado en una región ya acosada por un bajo crecimiento de la productividad. Peor aún, una generación de niños de América Latina ha perdido casi un año y medio de escolaridad, lo que socava aún más las esperanzas de alcanzar el nivel educativo de Asia, y mucho menos de EEUU.

Para Cuba, Rusia y China, que ya tienen una cabeza de playa en Venezuela, la pandemia presenta una oportunidad para avanzar más. Los mercados parecen aliviados de que el aparente ganador de las elecciones presidenciales de Perú, Pedro Castillo, un marxista, parece tener al menos un par de asesores económicos del mainstream, pero queda por ver qué influencia real tendrán.

Además, los datos económicos de América Latina en lo que va de año son buenos solo en el sentido de que no son tan horribles como en 2020, cuando la producción cayó un 7%. En abril, el FMI pronosticó que el PBI de la región crecería un 4.6% en 2021; estimaciones más recientes se acercan al 6%. Pero en términos per cápita, ahora entendido como una mejor manera de medir la recuperación de crisis económicas profundas, la mayoría de las economías latinoamericanas no volverán a los niveles prepandémicos hasta bien entrado el 2022 o más allá.

Es preocupante que gran parte del crecimiento real de la región este año se deba al aumento de los precios de los commodities impulsado por la recuperación en otros lugares, no a mejoras genuinas de la productividad que sostendrán los ingresos a lo largo del ciclo de los productos básicos. Para empeorar las cosas, los hogares de bajos ingresos se han visto especialmente afectados por la pandemia y la recesión económica asociada.

Para comprender los desafíos de las políticas de América Latina, solo necesitamos mirar a sus dos economías más grandes, Brasil y México, que juntas representan más de la mitad de la producción de la región. Superficialmente, están gobernados por polos opuestos: Brasil por el presidente de derecha Jair Bolsonaro y México por el presidente de izquierda Andrés Manuel López Obrador (ampliamente conocido como AMLO). Pero los dos hombres son similares en aspectos importantes.

Si bien los instintos políticos de AMLO están arraigados en la cosmovisión radical de la década de 1970, y Bolsonaro parece nostálgico por la era de gobierno militar de Brasil, ambos son autócratas erráticos. Además, ambos siguen siendo razonablemente populares a pesar de su catastrófico mal manejo de la pandemia y una serie de otras decisiones económicas desacertadas. AMLO canceló el nuevo y necesario proyecto del aeropuerto de la Ciudad de México poco después de asumir el cargo a fines de 2018, a pesar de que estaba en marcha. Y aunque hizo campaña con la promesa de un rápido crecimiento económico, el PBI de México se estaba reduciendo incluso antes de la pandemia, en un 0.1% en 2019.

Bolsonaro, cuando no amenaza con arrasar el Amazonas, ha seguido teniendo éxito en culpar de los problemas de Brasil al opositor Partido de los Trabajadores (PT) que gobernó el país hasta 2016. Varios de los líderes del PT, incluido el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, fueron encarcelados por corrupción.

Sin embargo, es muy posible que, dentro de unos años, Brasil vuelva a tener un presidente de izquierda -quizá Lula, cuyas convicciones fueron revocadas en marzo- mientras que México vuelva a estar en manos de un centrista. Por tanto, es difícil predecir el rumbo futuro de las políticas de los dos países.

¿Por qué los mercados de deuda no están asustados por toda esta incertidumbre? En parte, se debe a que ambos países se han mantenido bastante conservadores en la gestión de su deuda. Es cierto que se prevé que la deuda del gobierno de Brasil alcance casi el 100% del PBI este año. Pero en su mayoría está denominado en moneda local, y los residentes nacionales poseen hasta el 90% del total, frente al 80% hace cinco años. Incluso se ha contenido el endeudamiento externo de las empresas, con la deuda externa del país todavía alrededor del 40% del PBI.

La deuda pública de México es más baja que la de Brasil, al 60% del PBI. A pesar de todo su radicalismo, AMLO ha sido hasta ahora un conservador fiscal, al igual que Lula en Brasil. La lección de que las crisis de la deuda pueden descarrilar una revolución populista ha sido bien aprendida.

Es cierto que los gobiernos de la región han montado una respuesta macroeconómica sorprendentemente sólida a la pandemia. Pero tienen mucho menos margen que EEUU para seguir utilizando financiación deficitaria. Para aumentar el gasto y abordar la desigualdad de manera sostenible, los países latinoamericanos también deben encontrar una forma de aumentar los ingresos presupuestarios. Irónicamente, las protestas en Colombia no comenzaron como respuesta a recortes de beneficios, sino porque el gobierno trató de aumentar los impuestos a la clase media para brindar más y mejor alivio por la pandemia a los ciudadanos más pobres del país. Los gobiernos que buscan redistribuir los ingresos deben aumentar los impuestos a los ciudadanos más acomodados en lugar de ocultar temporalmente los problemas con la deuda adicional.

En las últimas décadas, EEUU se ha mostrado reacio a comprometerse profundamente en la resolución de los problemas de América Latina, pero tal vez esto cambie. Para empezar, la región necesita una asistencia masiva de vacunas para poder recuperarse. EEUU también puede ayudar fortaleciendo el comercio, especialmente abordando los cuellos de botella inducidos por la pandemia y eliminando las medidas proteccionistas persistentes de la era Trump.

La mayor parte de América Latina todavía está lejos de las horribles condiciones que prevalecen en Venezuela, donde la producción ha caído en un asombroso 75% desde 2013. Pero, dada la catástrofe humanitaria en curso allí y el espectro de inestabilidad política en otros lugares, los inversores no deberían tomar una recuperación económica sostenida por sentada. Lampadia

Kenneth Rogoff, profesor de Economía y Políticas Públicas en la Universidad de Harvard y ganador del Premio Deutsche Bank en Economía Financiera 2011, fue el economista jefe del Fondo Monetario Internacional de 2001 a 2003.




El centro va quedando vacío

El centro va quedando vacío

Jaime de Althaus
Para Lampadia

En un artículo publicado en El Comercio el 10 de octubre sostuve la tesis de que el centro quedaría vacío. Que la grave situación económica y social generada por la pandemia debía terminar generando una suerte de sinceramiento ideológico en las elecciones generales que se vienen, en detrimento de las posiciones de centro.

En la medida en que esta nueva cuarentena está golpeando aún más a amplios sectores que empezaban a recuperarse, y que la angustia y la desesperación crecen, las ofertas electorales tenderán a polarizarse, simplificando, en dos:

  • la que sostiene que la situación es consecuencia del modelo neoliberal y del abuso de las grandes empresas y que por lo tanto hay que redistribuir (y eventualmente expropiar) la riqueza y cambiar el capítulo económico del Constitución para ampliar el rol empresarial del Estado;
  • y la que sostiene que la causa son malas decisiones y un Estado incompetente y que la única manera de salir es facilitando la inversión, el crecimiento y la generación de empleo por medio de la eliminación de trabas y cargas de todo tipo, defendiendo la Constitución y la esencia del modelo, con un Estado eficiente y meritocrático que de un buen servicio de salud para todos.  

En suma: intervencionismo estatal versus libertad económica, o redistribución de la riqueza existente versus generación riqueza, las dos posiciones clásicas del siglo XX. La primera sucumbió aplastada en medio de los escombros del muro de Berlín en 1989, pero en el Perú nunca murió. La cuarentena le está dando nueva vida.  

Es lo que vemos con la emergencia de la candidatura de Yonhy Lescano, cuyo discurso contra la gran empresa y el mercado es aún más radical que el de Verónika Mendoza. Y también en el hecho de que esta última haya incrementado en un punto su intención pese a haber sido desplazada parcialmente en el sur por Lescano.  

Y precisamente la candidata Keiko Fujimori decidió centrar el eje de su campaña en la defensa de la Constitución del 93 y del modelo económico, atacando explícitamente las propuestas populistas y estatistas de Mendoza y Lescano. De Soto no ha estado activo, pero ha terminado de escribir un plan que ofrece la recuperación y el crecimiento económico de los sectores CDE incorporándolos a los mecanismos de un mercado más libre y más inclusivo que les permita capitalizar sus activos.

Lo que vemos es que el sinceramiento ideológico que pronostiqué en octubre, ya está capturando votos para ambas posiciones –aunque por el momento en mayor proporción para las dos candidaturas de izquierda-, en detrimento de las candidaturas más neutrales o de centro (en lo económico). La última encuesta de IPSOS confirma la caída de la intención de voto por George Forsyth y Julio Guzmán, que intentan combinar elementos de mercado con instrumentos relativamente intervencionistas.

Es posible que la percepción –agudizada por la justicia plebiscitaria de los últimos años- de una clase política y empresarial corrupta, se junte con la angustia económica derivada de la nueva cuarentena para producir un hartazgo que se transforma en una demanda de cambio que, hasta ahora, está siendo relativamente capitalizada por Lescano y Mendoza, y en alguna medida por López Aliaga.

El peligro es que esa demanda de cambio termine destruyendo lo bueno junto con lo malo. Da la impresión que por el momento la narrativa que va calando es que la situación actual es consecuencia del abuso de las empresas y el mercado y no tanto de las malas decisiones gubernamentales, de la ineptitud del Estado y las excesivas restricciones impuestas a la actividad económica. La primera tiene la ventaja de que juega con el facilismo populista del enemigo poderoso al que se puede culpar de todos los males. . 

Un asesor en estrategia política sostiene que la gente vota por esperanza, castigo o miedo. Si la desesperación es muy grande, quizá vote por el castigo a los grandes. Pero si se explica bien, quizá venza el sentido común. Lampadia




La mecedora, la mecedora…

La mecedora, la mecedora…

 

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Es increíble poder observar a nuestra impresentable “clase política”, cómo cada vez que se genera un conflicto en alguna población, apela a los eufemismos para ocultar la verdad, culpar a las empresas y convocar a “mesas de diálogo” o a “mesas de desarrollo”, para resolverlo.

Ya por años la Defensoría del Pueblo, lleva unas estadísticas, que reportan entre 180 y 190 conflictos a nivel nacional; a unos los llama “activos”, a otros los llama “latentes” y a los que se dan cerca de operaciones o proyectos mineros, les denomina “conflictos socio-ambientales”. Ahora que se presentan en lugares cercanos a operaciones agroexportadoras, ya no sabe cómo llamarlos y no se les ha ocurrido nada mejor que decir que son “conflictos laborales”. Es clarísimo que, astutamente, a quién apuntan es a responsabilizar a las empresas de cualquier conflicto real.

He aprendido a lo largo de mi vida y lo podemos leer en la historia, que quienes, siendo la autoridad formal, pero no son LIDERES auténticos, siempre e inequívocamente, culpan a cualquiera de sus propios errores, pero jamás asumirán sus responsabilidades y culpas. Ejemplo muy cercano es el de Vizcarra y la compra de vacunas, siendo capaz de culpar hasta al Congreso, pero no de asumir…

Otro tanto ocurre hoy, y ahora sí con el Congreso, que es incapaz de asumir responsabilidades por haber derogado la Ley de Promoción Agraria (LPA), sin tener un diagnóstico, sin identificar cuál es el problema en la ley, sin una propuesta sustitutoria y peor aún, sin haber analizado las consecuencias de lo que pretenden imponer. No, prefirieron, como siempre hacen, “a la bruta”, derogar o promulgar, sin analizar los efectos, leyes que generan caos y anomia, pero sin tomar conciencia de las consecuencias de sus acciones, que por ahora son varios muertos.

En efecto, el Congreso derogó hace un mes la LPA y ahora, a las carreras y contra reloj, promulgó “una nueva ley”, que en esencia decretaba un aumento de remuneraciones. Quedamos notificados; ya no se necesita negociaciones colectivas entre empleados y empleadores, menos un ministerio de trabajo, tampoco el Consejo Nacional del Trabajo, ahora el Congreso puede fijar remuneraciones por ley, por sectores y cuando se le antoje. Ya sabemos, el que puede lo más, puede lo menos…

Pero claro, lo dispuesto por esa ley NO toca el fondo de los problemas y la conflictividad del sector agrario continúa, por eso, el ejecutivo se ha visto obligado a enviar a una “Comisión Técnica” constituida por tres ministros y a la cual se incorpora el gobernador regional. A no dudarlo, el “hallazgo” fue que en Chao y Virú se detectan importantes brechas sociales, como se ven en Ica, Puno, Apurímac, Cajamarca, Loreto, Amazonas, Tumbes, Piura, La Libertad, Lambayeque, Arequipa, Moquegua, Tacna, Cusco, Madre de Dios y todas las regiones del Perú, pero ahí donde no se ha hecho visible alguna actividad económica exitosa, no se ha hecho presente la izquierda revoltosa, para generar el conflicto y la protesta.

¿Debemos entender acaso, que en los lugares donde no hay actividad económica exitosa, no hay brechas sociales? Qué ocurrencia, todo lo contrario, lo que pasa es que en esos lugares no hay un potencial rehén a la mano. El pueblo ya sabe, que el Estado y sus sucesivos “gobiernos”, han sido históricamente inexistentes, sino altamente corruptos. Que el Estado los ha tenido en un abandono histórico y que, sólo cuando una empresa puede generar una actividad económica exitosa, cuya paralización puede impactar la fuente de recursos fiscales del Estado, el gobierno se va a interesar y comenzará la ya conocida rutina de establecer una de las llamadas “mesas de dialogo” o “mesas de desarrollo”, que identificarán las brechas sociales y escribirá un ”Plan para el cierre de las brechas sociales de la localidad de …”, plan que sería aprobado en un plazo perentorio, y a ser ejecutado prontamente, quizá antes… y ahí empieza nuevamente “la mecedora, la mecedora…” del Estado para con los ciudadanos de menores recursos, pero cómo no, señalando a los empresarios por insensibles y por no ejecutar intensamente sus actividades de Responsabilidad Social Empresarial.

Ese es el “momento glorioso” de los políticos de izquierda, los que más usufructúan de “las mieles del Estado” con sus contratitos y consultorías, con las que podemos llenar kilómetros de anaqueles, pero que no se ejecutan por incapacidad de la propia izquierda, enquistada por décadas en los sucesivos gobiernos. Estas consultoras de izquierda crean más trámites y permisos para, a su vez, tener más consultorías y fuentes de ingreso. Pero claro, ahí las ONGs y estos actores “no tienen conflicto de intereses”.  Ellos ciertamente, reclamarán insensibilidad de los empresarios, aunque jamás hayan creado valor, pagado una planilla y menos haber declarado y pagado impuesto a la renta.

Para concluir, hemos llegado al punto de haber tenido 24 agrupaciones candidateando a las elecciones de abril. En política nos hemos vuelto tan informales como en el mercado de Gamarra o en La Parada y si no nos ocupamos de remediar esto, no tendremos futuro.  Propongo que, luego de las elecciones, se impida la creación, dentro del Congreso, de bancadas más allá de aquellas que fueran elegidas al mismo. Nuestra obligación es crear bloques de consenso político, los planteamientos políticos no pueden tener más de seis variantes, el resto son matices que debemos llevarlos a dialogar y a alcanzar acuerdos de consenso. Si no empezamos por este punto fijo mínimo, nunca evolucionaremos políticamente. Lampadia




La Caída de Chile

Datos demasiado grandes para el formato del archivo




Vizcarra no da más

Vizcarra no da más

Editorial de Lampadia

El Perú no puede seguir desarmado para enfrentar las múltiples crisis que nos afectan, la sanitaria, social, económica y política. Para enfrentarlas necesitamos un liderazgo firme y autoridad moral para convocar a todos los peruanos a esa difícil tarea.

El presidente Vizcarra ya no representa un liderazgo adecuado y menos tiene autoridad moral para dirigir la recuperación del país. Los últimos acontecimientos y denuncias lo incapacitan para representarnos en una situación de tanta gravedad.

Sin embargo, no somos partícipes de ir hacia un apurado proceso de vacancia, como el que nuevamente se está empezando a gestar. En Lampadia insistimos en nuestro planteamiento del 14 de setiembre pasado: seguimos considerando que un eventual gobierno del Congreso, con Merino de Lama a la cabeza, puede llevarnos a una situación de mayor debilidad y desorden.

 

Pero algo importante tiene que cambiar. Una salida alternativa puede ser ver que se forme un nuevo gabinete presidido por un Primer Ministro independiente que asuma la representación de los mejores valores de los peruanos, y que pueda conducir los destinos del país en la lucha contra la pandemia, la recuperación de la economía, y el proceso electoral; manteniendo a Vizcarra, des-empoderado, en la representación nacional. Ver en Lampadia: Tras cuernos palosPero esta crisis requiere equilibrios.

Se trata de que un gabinete de salvación nacional asuma la conducción del país y convoque a la ciudadanía a un esfuerzo de armonía nacional. Evidentemente, la selección del nuevo Primer ministro debe ser conversada con el Parlamento y los principales partidos políticos. Sobre todo, hay que enfatizar la necesidad de contar con una figura reconocidamente independiente. No podemos caer en otro personaje del entorno de Vizcarra, que ha hecho una pésima gestión en lo sanitario, en lo social, en lo económico y en lo político, y que ha perdido su tarjeta de presentación, la lucha contra la corrupción.

Esta múltiple crisis no puede continuar agravándose, tenemos que pararla a la brevedad, y esa tarea tendrá que recaer en todos los peruanos.

Invocamos a la clase política y a los medios de comunicación a mantener la cabeza fría. No es momento para acciones disparatadas ni para exacerbar el escándalo.

La salud de la República llama a que pongamos por delante el sentido de responsabilidad para servir los mejores intereses nacionales. Lampadia




Preocupación y nostalgia

Preocupación y nostalgia

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para
Lampadia

Cada vez que se discute de política me viene a la memoria, con nostalgia, mis tiempos de adolescencia y juventud, cuando existían partidos políticos y parlamentarios formados doctrinariamente en sus partidos. Ciertamente, yo coincidía con algunos y disentía con otros, pero debo reconocer que, en todos los casos, uno encontraba; lógica, buena argumentación y conocimiento académico, pero sobre todas las cosas, propuestas inteligentes en busca de las mejores soluciones a los problemas del país, con una mirada de largo plazo.

Recuerdo que muchos estudiantes universitarios, asistían a las galerías del congreso o seguían por la televisión cuando ésta empezó a transmitirlos, para escuchar los debates y aprender de personajes, diputados y senadores, capaces de defender con pasión sus proyectos, pero con gran racionalidad y muy buenas formas, especialmente en la cámara de senadores. Entre diputados no faltó algunas disputas y ofensas, que se zanjaban mediante un duelo, como caballeros, incluyendo designación de padrinos y todos los formalismos del caso. Esto último, con el correr de los años, decayó en algunas grescas (como la de Popy Olivera con Rómulo León), para finalmente caer en una requintada de madre al Presidente de la República, al más propio estilo de las barras bravas del estadio.

Uno siempre tiene la ilusión de encontrar una “clase política” más educada, mejor formada, con recursos intelectuales y argumentos, capaces de presentar propuestas racionales, que denoten amor al Perú y deseos de impulsarnos a mejores niveles dentro del concierto de las naciones y por eso, esperamos demuestren algún nivel aprobatorio en su coeficiente intelectual. !Pero es como pedirle peras al olmo ¡Las propuestas legislativas recientes, demuestran que, estos congresistas, no serían capaces de aprobar la prueba PISA de comprensión lectora (veamos al congresista Arapa de Acción Popular afirmando que la avionetas están esparciendo el COVID-19 en Puno). El sólo hecho de proponer que se devuelva los aportes a la ONP, que es un impuesto para pagar a los jubilados cada mes que transcurre, con el argumento que hoy les falta plata a los aportantes, es absolutamente irracional. Si no, ya que estamos en eso, ¿por qué no proponen una ley para devolvernos el impuesto a la renta recientemente pagado, para compensar los menores ingresos que estamos teniendo por la pandemia? !Que buena idea! ¿No les parece?

Ya decían los antiguos profesores: la ignorancia es atrevida. Y hay que reconocer que estos han salido súper atrevidos, ¿serán súper ignorantes?

Pero no, no lo piensen ni por un minuto. Estos mañosos, saben que la población tiene grandes necesidades y que tienen una altísima propensión a pensar en las “soluciones” de corto plazo, sin considerar las consecuencias de largo plazo. Por eso, darles ahora un dinero que los retirará definitivamente de un sistema de pensiones para la vejez, vende, sin importar que después no tendrán una seguridad social que atienda su salud en el futuro, ni que puedan pasar a la mendicidad cuando viejos, ya que, salvo raras excepciones, ni sus hijos se ocuparán de ellos.

Soy un convencido de que, este “presente griego”, se lo debemos al Sr. Vizcarra y sus adláteres, a quienes hoy compensa con puestos en la burocracia dorada, por haberle allanado el camino a sus tropelías contra la constitución.

  • No fue capaz de mirar al Perú como a un pueblo que anhelaba desarrollo y bienestar y mejorarlo, en cambio, nos llevó a un “proyecto” destructivo.
  • Se peleó innecesariamente con el congreso, hasta disolverlo, con la consecuente elección de este impresentable grupo de individuos sin visión de país.
  • Como parte de su vendetta, propició la no reelección de congresistas, conduciéndonos a tener esta gente que quiere, en pocos meses, captar la atención popular, sin importar los costos para la nación.
  • De la mano de la fiscalía, contribuyó a la destrucción de los partidos políticos, que ahora son “organizaciones criminales”.
  • Anuló la posibilidad de regresar a la bicameralidad, lo que nos llevaría a contar con una cámara reflexiva, que evite la aprobación descontrolada de esos proyectos de ley que, ahora, se están convirtiendo en un problema, que sólo se pueden detener a nivel del Tribunal Constitucional (TC).

Pero no cantemos victoria, porque resulta que este congreso, tiene hoy la responsabilidad de reemplazar a seis de los miembros del TC y por más que haya nueve manadas diferentes, ya estas han demostrado que, cuando quieren imponer alguna barbaridad, siempre logran una súper mayoría de más de 100 votos, requiriéndose 87 votos para la designación de cada miembro de TC ¿que saldrá de ahí? Además, ya se ha demostrado en el pasado que el TC puede, por algún subterfugio, someter nuevamente a votación, temas que ya han sido resueltos, incluyendo para ello, la modificación del voto de algún ex miembro del TC…

Como vemos, no podemos pensar que las declaratorias de inconstitucionalidad a las leyes aprobadas por insistencia del Congreso, ni de aquellas que se irán aprobando en los próximos meses, contará con la “malla de contención” del TC. Recordemos que, “por fina cortesía” de Vizcarra, quien hizo cuestión de Estado y disolvió el congreso por la elección de los miembros del TC, ahora tendremos el peor de los escenarios; leyes absurdas aprobadas por insistencia del Congreso, en base a intereses subalternos que, aunque el ejecutivo demande la inconstitucionalidad de las mismas, muy probablemente tales demandas serán declaradas improcedentes y destruirán nuestro Estado.

Cada vez que veo a Vizcarra, no puedo dejar de ver en él, el reflejo de la imagen del expresidente de gobierno español Rodríguez Zapatero, tanto por su apariencia física, como por el rol que aquel jugó, debilitando las instituciones españolas, al punto que la entregó a los impresentables de la izquierda, cercana al Foro de São Paulo y al gobierno de Chávez, en su tiempo, y de Maduro de hoy.

Dios quiera que yo me esté equivocando, pero si no constituimos un frente de partidos con pensamiento racional y republicano, el populismo y sus waripoleras de la izquierda, tendrán el campo libre para destruir a nuestro país. Lampadia




El mensaje presidencial y el país en crisis

La Cuadratura del Círculo es un espacio producido por IIG – Infraestructura Institucionalidad y gestión, con la colaboración de Lampadia como media partner.

Presentamos el siguiente video sobre el mensaje presidencial y el país en crisis.

Participan Fernando Cillóniz, Jaime de Althaus y Gonzalo Prialé.

Las opiniones vertidas en este programa no necesariamente representan la opinión institucional de IIG sobre los temas tratados.




El poder de la buena voluntad

El poder de la buena voluntad

David Belaunde Matossian
Para Lampadia

El sector privado tendrá que ser mucho más proactivo socialmente si quiere recuperar influencia en las decisiones públicas.

Hace poco mencioné la importancia de que el Estado incluya, por el bien del país, al sector privado y asociativo en la elaboración de decisiones (sistema de advisory boards) y en su ejecución (estrategia de canales de ejecución). Mejorará así la calidad de la gestión pública. Para ello, afirmaba, es necesario un cambio de mentalidades en la clase política.

Algunos objetan que el empresariado también debe cambiar. No les falta razón. Lamentablemente, a lo que se refieren con esto es que los empresarios deberían apoyar las “buenas” causas, no oponerse a tratados internacionales (viene en mente el reciente acuerdo de Escazú) ni a regulaciones, donar generosamente a las ONG correctas, y realizar regularmente actos de contrición, estilo CADE 2019 – en suma, ser buenos niños.

En vez de eso, lo que el empresariado debe hacer es ganar el apoyo de la población a través de acciones de alto impacto. Las voces más liberales objetarán que las empresas, por el solo hecho de existir en su actividad lucrativa, tomando riesgos, invirtiendo, innovando, etc., ya le hacen bien al país. Aunque esto es cierto, ya no es suficiente.

La estrategia que proponemos tiene tres aristas principales:

1) Servicios sociales directamente financiados y manejados por el sector privado. Hay muchos campos en los cuales el empresariado puede intervenir. Citemos por lo menos uno, en el ámbito educativo. Cientos de miles de estudiantes deben trabajar para pagar sus estudios. Un alto porcentaje los abandona. En el contexto actual de alto desempleo, y de clases virtuales que exigen inversión en material informático, el problema se ha agudizado. Las becas de continuidad del Estado solo alcanzan a 10,000 estudiantes. Hace falta un programa privado hoy – ¡ayer! – que beneficie al 5to superior en sectores clave (computación, electromecánica, técnicos agrónomos, etc.), y sin mucho papeleo. Hacer esto realidad, como lo hacen las cámaras de comercio en Francia, tendría un impacto considerable, tanto real como perceptual.

2) Diseño de políticas públicas. Aunque el Gobierno en estas épocas no le pida mucho su opinión, nada impide al sector privado desarrollar propuestas. Mi recomendación aquí es que cada empresa y/o gremio elabore un programa detallado en las áreas que mejor conoce y las haga de conocimiento público – lo que nos lleva al tercer punto:

3) Comunicación agresiva. El discurso antiempresa funciona por saturación. Un cierto número de periodistas, consciente o inconscientemente, lo repiten día y noche en varios canales de televisión y en los periódicos. Las redes, a su vez, lo amplifican. En ese contexto, simplemente esperar que la contribución del sector privado se vea por sí sola es ingenuo. Hay que dar a las obras y a las ideas de nuestro empresariado amplia difusión. Tal vez se debería crear un nuevo canal televisivo. Como mínimo, se debería ejecutar una estrategia de redes agresiva.

Una mayor proactividad permitirá al sector privado adquirir – recuperar, en algunos casos – el grado de influencia que debería tener en los asuntos públicos. La indiferencia, la pasividad y el silencio de la sociedad civil son tan nocivas como el estatismo, y le dan pie. Lampadia




El cinismo del populismo

El cinismo del populismo

Los sucesos políticos que han acontecido en el primer mundo en los últimos años nos deben llevar a la reflexión de que las crisis de las democracias ya no son un problema exclusivo de América Latina (ver Lampadia: Las democracias están en peligro en América Latina).

El populismo, y el cinismo que entraña, es también un fenómeno que se encuentra muy presente en la clase política dominante de países con un mayor desarrollo institucional como EEUU o Gran Bretaña (ver Lampadia: El nuevo conservadurismo). Y como relevó recientemente The Economist en alusión a Viktor Orban – primer ministro de Hungría – un líder populista conservador como Donald Trump o Boris Johnson, [El cinismo del populismo] en lugar de apelar a la mejor naturaleza de sus compatriotas, siembra división, aviva el resentimiento y explota sus prejuicios, especialmente sobre la inmigración”.

Ello no debe sorprendernos. Los presidentes o altos cargos políticos siempre han llegado al poder, en base al desprecio de los avances de anteriores administraciones, que en la mayoría de las veces han salpicado en escándalos de corrupción.

Por el contrario, el foco de nuestra preocupación debe estar más centrado en que la democracia, como sistema político, está perdiendo fuerza notoriamente a nivel mundial. A pesar de que aún persiste cierta competencia de partidos políticos previo a las elecciones tanto parlamentarias como presidenciales en Occidente, como es el caso de la UE (ver Lampadia: ¿Fragmentación política en Europa?), la preferencia de los votantes hacia alas partidistas radicales – que sientan precedentes de dictaduras y autocracias terribles – se ha incrementado considerablemente.

Así, una vez que llegan al poder los líderes de tales partidos, se puede visualizar fácilmente cómo transgreden las instituciones vigentes, deteriorando los sistemas democráticos. Ejemplos de ello es Boris Johnson con la suspensión reciente del Parlamento en Gran Bretaña para despejar un Brexit sin acuerdo o el cierre de gobierno más largo en toda la historia de EEUU que acometió en su momento Trump a inicios de año por una controversia en torno a la asignación de presupuesto para levantar un muro en la frontera con México.

Como concluye The Economist a partir de un análisis extenso de esta problemática a nivel global en un artículo que compartimos líneas abajo: “La respuesta al cinismo [del populismo] comienza con políticos que abandonan la indignación por la esperanza”. Pero adicionalmente a ello, como escribimos en Lampadia: Democracia y capitalismo,  consideramos que es fundamental que las clases medias no caigan en los engaños de los políticos populistas, quienes atrapados en la miopía del cortoplacismo, no ven los sendos progresos que han generado la globalización y el libre comercio, fenómenos tan desdeñados en sus discursos. Tenemos esperanza que la evidencia del progreso mundial producto de tales procesos finalmente podrá abrir los ojos tanto de los actores políticos como de la sociedad civil en su conjunto, de manera que no se pierda fe en los sistemas democráticos ni en los mercados libres. Lampadia

Populismo
La corrupción de la democracia

El cinismo está corroyendo las democracias occidentales

The Economist
29 de agosto, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

Generalmente se cree que las democracias mueren a punta de pistola, en golpes de estado y revoluciones. En estos días, sin embargo, es más probable que sean estranguladas lentamente en nombre del pueblo.

Tomemos a Hungría, donde Fidesz, el partido gobernante, ha utilizado su mayoría parlamentaria para capturar a los reguladores, dominar los negocios, controlar los tribunales, comprar los medios y manipular las reglas para las elecciones. El primer ministro, Viktor Orban, no tiene que violar la ley, porque puede hacer que el parlamento la cambie. No necesita policía secreta para llevarse a sus enemigos en la noche. Pueden ser reducidos a medida sin violencia, por la prensa domesticada o el recaudador de impuestos. En forma, Hungría es una democracia próspera; en espíritu, es un estado de partido único.

Las fuerzas que trabajan en Hungría también están carcomiendo a otras políticas del siglo XXI. Esto está sucediendo no solo en las democracias jóvenes como Polonia, donde el partido Ley y Justicia se ha propuesto imitar a Fidesz, sino incluso en las más antiguas como Gran Bretaña y EEUU. Estos antiguos gobiernos no están a punto de convertirse en estados de un solo partido, pero ya están mostrando signos de descomposición. Una vez que la podredumbre se establece, es formidablemente difícil de detener.

En el corazón de la degradación de la democracia húngara está el cinismo. Después de que el jefe de un gobierno socialista popularmente visto como corrupto admitió que había mentido al electorado en 2006, los votantes aprendieron a asumir lo peor de sus políticos. Orban ha explotado con entusiasmo esta tendencia. En lugar de apelar a la mejor naturaleza de sus compatriotas, siembra división, aviva el resentimiento y explota sus prejuicios, especialmente sobre la inmigración. Este teatro político está diseñado para ser una distracción de su verdadero propósito, la manipulación ingeniosa de reglas e instituciones oscuras para garantizar su control del poder.

Durante la última década, aunque en menor grado, la misma historia se ha desarrollado en otros lugares. La crisis financiera persuadió a los votantes de que estaban gobernados por élites distantes, incompetentes y egoístas. Wall Street y la ciudad de Londres fueron rescatadas mientras la gente común perdió sus trabajos, sus casas y sus hijos e hijas en el campo de batalla en Irak y Afganistán. Gran Bretaña estalló en un escándalo sobre los gastos de los miembros parlamentarios. EEUU se atragantó con el cabildeo que canaliza el efectivo corporativo a la política.

En una encuesta realizada el año pasado, más de la mitad de los votantes de ocho países de Europa y América del Norte le dijeron al Pew Research Centre que no estaban satisfechos con el funcionamiento de la democracia. Casi el 70% de los estadounidenses y franceses dicen que sus políticos son corruptos.

Los populistas han aprovechado este estanque de resentimiento. Se burlan de las élites, incluso si ellos mismos son ricos y poderosos; prosperan y alimentan, enojo y división. En EEUU, el presidente Donald Trump dijo a cuatro congresistas progresistas que “regresen … a los lugares rotos e infestados de delitos de donde vinieron”. En Israel, Binyamin Netanyahu, un experto consumado, retrata las investigaciones oficiales sobre su presunta corrupción como parte de una conspiración del establecimiento contra su cargo de primer ministro. En Gran Bretaña, Boris Johnson, que carece de apoyo entre los parlamentarios para un Brexit sin acuerdo, ha indignado a sus oponentes al manipular el procedimiento para suspender el Parlamento durante cinco semanas cruciales.

¿Cuál podría ser el daño de un poco de cinismo? La política siempre ha sido un negocio desagradable. Los ciudadanos de las vibrantes democracias siempre han tenido una sana falta de respeto por sus gobernantes.

Sin embargo, demasiado cinismo socava la legitimidad. Trump respalda el desprecio de sus votantes por Washington al tratar a los opositores como tontos o, si se atreven a defender su honor o principio, como hipócritas mentirosos, una actitud cada vez más reflejada en la izquierda. Los Brexiteers y Remainers de Gran Bretaña se denigran mutuamente como inmorales, llevando la política a los extremos porque comprometerse con el enemigo es una traición. Matteo Salvini, líder de la Liga Norte de Italia, responde a las quejas sobre inmigración cortando espacio en refugios, sabiendo que los inmigrantes que viven en las calles agravarán el descontento. Orban tiene menos de la mitad del voto pero tiene todo el poder, y se comporta de esa manera. Al asegurarse de que sus oponentes no tengan interés en la democracia, los alienta a expresar su enojo por medios no democráticos.

Los políticos cínicos denigran las instituciones y luego las banalizan. En EEUU, el sistema permite que una minoría de votantes tenga poder. En el Senado eso es por diseño, pero en la Cámara es promovido por el gerrymandering (la manipulación de circunscripciones electorales) de rutina y la supresión de votantes. Cuanto más politizados se vuelven los tribunales, más se disputa el nombramiento de jueces. En Gran Bretaña, la artimaña parlamentaria de Johnson está haciendo daño permanente a la constitución. Se está preparando para enmarcar las próximas elecciones como una lucha entre el Parlamento y el pueblo.

La política solía comportarse como un péndulo. Cuando la derecha cometió errores, la izquierda ganó su turno, antes de que el poder volviera a girar hacia la derecha nuevamente. Ahora se parece más a una montaña rusa. El cinismo arrastra la democracia hacia abajo. Las partes se fracturan y se dirigen a los extremos. Los populistas persuaden a los votantes de que el sistema les está sirviendo mal y lo socavan aún más. Lo malo se vuelve peor.

Afortunadamente, hay mucha ruina en una democracia. Ni Londres ni Washington están a punto de convertirse en Budapest. El poder es más difuso y las instituciones tienen una historia más larga, lo que las hará más difíciles de capturar que las nuevas en un país de 10 millones de personas. Además, las democracias pueden renovarse a sí mismas. La política estadounidense se estaba desmoronando en la era de Weathermen y Watergate, pero recuperó la salud en la década de 1980.

Raspando el barril de Diógenes

La respuesta al cinismo comienza con políticos que abandonan la indignación por la esperanza. El hombre fuerte de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, sufrió una derrota histórica en la carrera por la alcaldía en Estambul a una campaña incansablemente optimista de Ekrem Imamoglu. Los anti-populistas de todos los lados deberían unirse detrás de los encargados de hacer cumplir las reglas como Zuzana Caputova, el nuevo presidente de Eslovaquia. En Rumanía, Moldavia y la República Checa, los votantes se han alzado contra los líderes que han emprendido el camino de Orban.

La valentía de los jóvenes que han estado protestando en las calles de Hong Kong y Moscú es una poderosa demostración de lo que muchos en Occidente parecen haber olvidado. La democracia es preciosa, y aquellos que tienen la suerte de haber heredado una deben esforzarse por protegerla. Lampadia




¿Qué hacer para reconvertir en positiva la unicameralidad sin reelección?

¿Qué hacer para reconvertir en positiva la unicameralidad sin reelección?

Jaime de Althaus
Para Lampadia

El referéndum ha servido para consolidar la aprobación presidencial y para canalizar el rechazo de la población al Congreso y a la clase política. Pero, como sabemos, las soluciones respaldadas por el pueblo no son las mejores para consolidar una democracia funcional y eficiente. La unicameralidad sin reelección es un albur completo, y no sirve para consolidar una clase política capacitada ni para reconstruir un sistema de partidos. En ese marco, ¿qué podemos hacer?

La solución que había conversado en privado el presidente Martín Vizcarra con el presidente del Congreso, Daniel Salaverry, era que luego del referéndum, el Congreso aprobaría el establecimiento de la bicameralidad vía dos legislaturas ordinarias, lo que sería respaldado por el Presidente para darle respaldo político. Pero el resultado del referéndum ha sido abrumador en este punto: sólo un 9% del voto válido respaldó el SI a la bicameralidad. Más de un 90% lo ha hecho por el NO. ¿Es viable políticamente que el Congreso proceda a aprobar una reforma constitucional que el pueblo ha rechazado de manera tan contundente?

Muy difícil. Si, como parece, no queda más remedio que resignarse a mantener la unicameralidad, solo quedan tres medidas para controlar en alguna medida tanto la tentación del poder como la eventual mala calidad o el populismo de las normas que pueda dictar una cámara única:

  • La primera sería que la insistencia del Congreso ante una ley observada por el Ejecutivo, sólo pueda ser aprobada por los 2/3 del número legal de congresistas (como es en casi todas las democracias) y no solo por la mitad más uno, como es ahora, que limita severamente el poder de veto presidencial. La observación de leyes excesivas por parte del Ejecutivo cumpliría en alguna medida el papel del Senado.
  • La segunda es que las exoneraciones de segunda votación o del pase a comisiones, o sean prohibidas, o requieran también una votación bastante más alta que en la actualidad.
  • La tercera es aún más importante: crear en el Congreso una Oficina de Análisis de Impacto Regulatorio y Económico de los proyectos de ley, cuyos informes no tengan necesariamente poder vinculante pero sí sirvan como una referencia tanto para el legislador como para la opinión pública, que podrá juzgar si una ley tiene efectos contraproducentes o un costo mucho mayor que el beneficio que traería. El congresista Alberto de Belaunde planeó a inicios de este Congreso un proyecto de ley para crear dicha Oficina, pero no ha sido considerado hasta ahora. 

Por su parte, la no reelección de congresistas, que dificulta la formación de una clase política y atenta contra la consolidación de los partidos políticos, obliga a aprobar una reforma política que ayude a consolidar unos pocos partidos serios y a que los congresistas que no pueden reelegirse de manera inmediata puedan reciclarse en un think tank partidario un su período sabático.  Las reformas serían las siguientes:

Para reducir el número de partidos:

  • Distritos electorales más pequeños, uni o binominales
  • Subir la valla a las alianzas, para que no sean una manera de saltar la valla del 5%
  • Obligación de participar en todas las elecciones generales y en todas las subnacionales con candidatos por lo menos en el 50% de las circunscripciones

Para fortalecer los partidos:

  • Eliminar el voto preferencial (reemplazándolo precisamente por distritos electorales más pequeños)
  • Elecciones internas, de preferencia primarias y abiertas, organizadas por la ONPE

Para que los congresistas que acaban su periodo puedan tener la opción de seguir en actividad política en el partido y contribuir así a firmar una clase política preparada:

  • Que las empresas puedan financiar con el pago de sus impuestos think tanks en los partidos. Es decir, Partidos por Impuestos (PxI), una muy buena propuesta de Carlos Meléndez.

Esta reforma como esta ayudaría de paso a fortalecer los partidos políticos, pues tendría el efecto importantísimo de permitir que las organizaciones partidarias se conviertan en centros de estudios y discusión de la realidad nacional e internacional de modo que puedan formular planes de gobierno serios que les sirvan para gobernar cuando llegan al poder. Esto redundaría, entonces, en la gobernabilidad del país, haciendo la democracia más eficiente y capaz de responder a los problemas del pueblo.  

El Congreso debería aprobar estas propuestas, a fin de sacar el mejor provecho posible del referéndum del 9 de diciembre del 2018. Lampadia




La forja del carácter de un gran hombre

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Transcurren tiempos difíciles, en los que en todo el mundo se manifiesta una grave crisis de liderazgo y el desprestigio generalizado de la clase política.

Curiosamente, esto se da justo cuando una nueva generación, inconforme y autosuficiente, como la de los millenial toma cuerpo, dejando a la humanidad ante un futuro incierto.

El Perú, no solo no escapa a esta realidad global, de alguna manera se distingue por representarla con inconsecuencia y agudeza. Inconsecuencia, porque la crisis de liderazgo y desprestigio políticos, no se condice con nuestras grandes necesidades de prosperidad, ni con nuestras inmensas capacidades de desarrollo. Y agudeza, porque en vez de recapacitar y enmendar, echamos más carbón a la hoguera y prolongamos nuestra pérdida sin que podamos ver la luz al final del túnel.

Todos hablamos de la crisis, pero no reparamos en la necesidad de forjar hombres de carácter, ni en buscar a aquellos que destacan por las virtudes cívicas, con las que puedan hacer un llamado a la cordura y la responsabilidad.

Con el afán de empoderarnos queremos compartir unos párrafos sobre ‘uno’ que encarnó ‘la razón frente a la fuerza’: Cicerón.

Marco Tulio Cicerón

(106 a.C. – 43 a.C.) Orador, político y filósofo latino. A los 24 años inició su carrera de abogado, para convertirse en uno de los más famosos de Roma.

Decidido partidario del republicanismo, pero admitía la necesidad de un hombre fuerte para dotar de estabilidad al Estado. Fue elegido edil, pretor y cónsul del Senado.

Llevó a cabo batallas dramáticas y peligrosas en oposición a la conspiración de Catilina que se disponía a instaurar una dictadura. Los cuatro discursos (Catilinarias) pronunciados ante el Senado constituyen la muestra más célebre de su brillante oratoria. (De Biografías y Vidas)

La Columna de Hierro
Cicerón y el esplendor del Imperio Romano
Taylor Caldwell
1965
Glosado por Lampadia

“Mi maestro, mi abuelo, mi padre y mi madre me dieron consejos muy diferentes. Sin embargo, al igual que los cuatro pétalos de una rosa silvestre de agradable aroma, formaron un solo conjunto, como si fuera una bella flor. En lo esencial estuvieron de acuerdo. ¡Bendito sea el hombre que ha tenido un sabio maestro, un abuelo austero, un padre espiritual y tierno y una madre prudente!”.

Veamos algunos de los consejos que ayudaron a forjar el carácter de un gran hombre:

El Maestro

El pensamiento es lo inmortal. Mira al hombre, y observa lo débil que es. No tiene escamas como los peces que le sirvan de armadura, ni alas con las que pueda volar huyendo del peligro, no tiene una piel tan gruesa como el elefante que le proteja de los aguijones y las espinas, ni garras ni colmillos como el tigre, ni es tan terrible como el león, tan ágil como el mono o tan astuto como la zorra. No puede vivir sin albergue ni sobrevivir mucho tiempo sin comer, como le pasa al oso y a los otros animales que invernan aletargados. En muchos sentidos es la más insignificante de las bestias si solo consideramos su cuerpo.

Pero a pesar de ser tan vulnerable y débil como la hierba y frágil como la caña, ¡qué grande es el hombre! Por que piensa. ¿Es que el lobo puede pensar? ¿Y el cuervo construir un Partenón? ¿Y la ballena comprender la idea de Dios? ¿No es Sócrates, aunque fuera tan feo, más poderoso que la más noble montaña? ¿No es Aristóteles más grande que el mundo físico y todas las criaturas que lo habitan? Todo ello se debe a que el hombre puede pensar”.

Hace tiempo que quería darte un consejo muy necesario para los jóvenes. El hombre, como sabes es un animal al que le gusta catalogar. Es una criatura de razón y racionalismo, si sabe cultivar tales dones. Ten cuidado con los hombres fervientes y entusiastas, porque han perdido su razón y su racionalismo. Son poco más que los perros exuberantes que se abalanzan y ladran al menor ruido y se excitan por todas las cosas. El hombre realmente civilizado es inmune a las aclamaciones pasajeras, las novedades y las modas del pensamiento, las hazañas, la palabra hablada o escrita o las tormentas emocionales. ¡No tengas demasiado celo! Sé temperado. Cultiva la contemplación. Sé reverente ante las creencias y tradiciones que se han ido acumulando a lo largo de los siglos tan penosamente como se almacena el grano en los graneros.

El Abuelo

Ya es hora de que te explique en pocas palabras cosas que todo joven debe saber.

A un hombre se le conoce por el carácter que es su esencia. Cuídate de los que tienen mentalidad de pordiosero y almas serviles.

En nuestra historia ha habido momentos de peligro en que hemos necesitado actuar rápidamente y tomar urgentes decisiones sin sentirnos maniatados por nuestras propias leyes en los instantes más graves. Así que nombrábamos dictadores. Pero entonces éramos muy juiciosos.

Cuando nombrábamos dictadores, apartábamos de su lado la tentación porque les negábamos los honores, los lujos y los placeres y aun ciertas cosas decorosas para la vida. Les prohibíamos montar a caballo y siquiera poseer uno. Necesitamos su voluntad superior para la acción, su rapidez, su mente, su indómito valor. Lo que necesitábamos era darles el poder que todos los hombres codician, el poder sobre las mentes y las vidas de otros hombres, exceptuando en aquel momento el peligro. Cuando habían hecho lo que debían, los desposeíamos de todo poder y volvíamos a convertirlos en hombres sencillos y corrientes.

Contempla los rostros y los monumentos de tu país y recordarás lo que significan. Contempla las inscripciones de los edificios nobles y de los arcos de nuestros templos. Nunca debes traicionar tu herencia, ni por temor, ni por mujer, ni por ganancias, honores o poder. Ésta es Roma. Recuerda que una vez bastaron tres valientes para salvarla. Quédate en el puente con los Horacios y jura por nuestros dioses y en el nombre de Roma que nadie alcanzará su corazón y detendrá sus latidos. Tú solo eres uno, pero eres uno. Cuando el poder reside en el pueblo y el gobierno tiene poderes restringidos, el pueblo florece y ningún hombre perverso puede dominarlo.

El Padre

Lo que he de decirte es la única garantía y la única certidumbre que por siempre poseerás. Tendrás deberes para con el mundo, pero tu primer deber es para con Dios.

El mundo realmente es una ilusión, porque ningún hombre lo ve como lo ven los otros. Su realidad no es la nuestra, ni la nuestra es la suya.

  • Habrá algunos que te dirán: ‘La política es lo más importante, porque el hombre es un animal político’
  • Otros te asegurarán: ‘El poder es la fuerza que arrastra a todos los hombres; por lo tanto, si quieres ser importante, busca el poder’.
  • Aun habrá otros que te manifestarán: ‘El dinero es la mejor medida de la virilidad, porque bien poca cosa es el hombre que se contenta con ser pobre y desconocido’.
  • Incluso habrá quién te declare: ‘El amor de tus semejantes es lo más necesario; por lo tanto, busca la popularidad’.

El hombre ha de tener unos principios que sean su referencia. Antiguamente, Roma tenía unos firmes principios compuestos de Dios, patria y leyes justas. Poe eso llegó a ser fuerte y poderosa, sostenida por la fe, el patriotismo y la justicia.

En cada generación nacen hombres perversos y el poder de una nación es hacerlos impotentes. Cuando veas un hombre que ambiciona el poder, lleno de odio y desprecio hacia sus semejantes, destrúyelo. Si alguien pretende cargos porque secretamente ambiciona lo que denomina ‘las masas’ y desea controlarlas para esclavizarlas, prometiéndoles placeres que no han merecido, denúncialo.

La Madre

Ya sé que tu abuelo, tu padre y tu maestro te han hablado, pero ahora debes recibir los consejos sensatos de una mujer. Los hombres piensan en sueños, las mujeres, en realidades. Ambos son necesarios.

Somos criaturas de la tierra al igual que criaturas del pensamiento.

La sabiduría es patrimonio de las mujeres, como se ve en Minerva. El dominio de la voluntad también es atributo femenino, fíjate si no en Diana.

Los hombres se dejan llevar por la fantasía. Prefiero unos pequeños beneficios seguros que todas las promesas de los que están locos por el oro.

Al hombre verdadero se le conoce porque domina sus apetitos. Lampadia




Dentro del remolino, ya no vemos la realidad

Dentro del remolino, ya no vemos la realidad

Desde hace un año, momento en el cual el gobierno de PPK comete uno de los peores errores de su gobierno, la dación del DU 003, nuestra sociedad se viene hundiendo en un remolino de confusiones, desde el que hemos perdido la capacidad de distinguir qué es bueno y qué es malo para el bienestar nacional.

El DU 003 se dio para manejar el escándalo de corrupción desatado en el Perú por las maniobras intervencionistas del presidente de Brasil, el líder de la izquierda de la región, y sus brazos empresariales, encabezados por Odebrecht.

Como hemos informado anteriormente, la muy incapaz ex ministra de justicia, Marisol Pérez, mal-aconsejó al gobierno de PPK, diseñando un instrumento que no solo ha ido paralizando la economía del país, también ha envenenado el alma de los peruanos, pues con el DU 003 en la mano, estamos culpando a todos, sin respetar la presunción de inocencia, ni las garantías constitucionales.

Solo anoche, la ex procuradora y actual congresista, Yeni Vilcatoma, con Mávila Huertas en Canal N, nos alertaba en términos exaltados, diciendo que estábamos perdiendo la capacidad de cobrar resarcimientos de las empresas corruptas.

Nunca se entendió, que para poder cobrar lo que eventualmente se determine correcto, a las empresas que sean encontradas como culpables en los procesos judiciales, lo último que debemos hacer es destruir la capacidad de generar riqueza de esas empresas, y destruir sus activos. Además, por supuesto, que, para resarcir al Estado de los daños causados, no podíamos destruir la capacidad productiva de una buena parte de las empresas peruanas y dejar sin empleo a cientos de miles de peruanos.

Pero todos estamos dentro del remolino, ya no distinguimos lo correcto ni lo conveniente. Pero alguien que llegó del exterior, descontaminado nos ha hecho reflexionar con mucha sindéresis. Veamos:

El último domingo, el programa ‘Rey con Barba’ invitó al periodista y empresario español, Román Cendoya y a Francisco Tudela, a comentar sobre la situación política y económica que estamos viviendo en el Perú.

Cendoya nos visita después de unos meses, no está dentro del remolino en que estamos todos en el país, libre de ese proceso en el que todos estamos inmersos, y que ya nubla nuestra visión de las cosas, y que nos lleva, poco a poco, a aceptar como normales, anomalías que en otras circunstancias serían rechazadas por todos.

Empezando el programa le preguntan a Cendoya: ¿Cómo has encontrado nuestro país? – “Mal, preocupante”.

Veamos algunos de los comentarios de Cendoya el domingo pasado:

  • Se ha instalado de manera permanente la violación constante de los derechos constitucionales.
  • El DU 003, después de su fecha de caducidad, se va a resolver con un ‘decreto de más urgencia’.
  • El DU 003 ha llevado a la quiebra a 450 empresas que no tenían nada que ver. Se ha roto la cadena de pagos. Tiene unas deficiencias absolutas.
  • ¿La ‘presunción de inocencia’?
  • En el nuevo decreto se establece que [las empresas] tendrán que depositar un fideicomiso (voluntario), si quieren trabajar. Y ¿si son inocentes?
  • La prensa está haciendo una función acrítica.
  • La presunción de inocencia está siendo violentada, el falso ‘club de los constructores’ es peligrosísimo.
  • Un funcionario de Odebrecht, colaborador eficaz, hace una declaración que exime a Odebrecht. Acá hay un club que no se sabe cuál es, ni cómo funciona, ni cuáles son los miembros.
  • Da la lista de 30 socios de Capeco.
  • La Fiscalía convierte a todas [las empresas] en culpables.
  • Es punible que se junten.
  • Y además dictan prisiones preventivas.

Aconsejamos ver el video de Willax:

Esperamos que todavía estemos a tiempo para detener este ‘todos contra todos’, que además de haber malogrado nuestra salud mental, está destruyendo nuestra economía. El remolino en el que todos hemos caído, no nos permite distinguir el camino de la sensatez. Hay tiempo para investigar, y para castigar a quién corresponda, pero no podemos seguir destruyendo todo, como si estuviéramos en una trampa demoníaca.

El Ejecutivo ha diseñado una nueva norma, que es muy superior al DU 003. Pero todavía está imbuida de un espíritu de resarcimiento ciego. Más adelante debiéramos mejorarla, pero hoy día no podemos evitar su implantación, a riesgo de profundizar la quiebra de una buena parte de nuestro sector productivo y condenar al Perú a una absurda recesión. Esperamos de Fuerza Popular un gesto de grandeza que muchas veces les ha sido esquivo.

Reflexionemos sobre las palabras de Román Cendoya. Lampadia

Ver en Lampadia:

DS 003 y PL 1410, despropósitos y pasiones

Y nosotros disparamos fuera del objetivo