1

El cinismo como política de Estado

El cinismo como política de Estado

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 26 de noviembre de 2021
Para
Lampadia

El cinismo presidencial viene de tiempo atrás. Parafraseando un viejo refrán, podría decirse que – en vez de pan – el Presidente Castillo vino con su cinismo bajo el brazo. Efectivamente, ¿acaso no fue recontra cínica la finta de tirarse al suelo para simular una agresión policial inexistente? Recordemos. El hecho ocurrió durante la huelga magisterial del 2017, que el entonces dirigente Pedro Castillo encabezó, logrando que un millón y medio de niños y jóvenes peruanos perdieran el año escolar.

Igualmente cínica fue la motivación de la huelga en cuestión. De la boca para afuera, Castillo coreaba que la huelga se justificaba por la precariedad de la educación estatal. – La protesta busca mejorar la educación escolar en nuestro país – decía Castillo a voz en cuello. ¡Falso!  

Lo que motivó la huelga del 2017, fue la reticencia de Castillo – y su pandilla – de rendir las pruebas de conocimientos y capacidades, que el Ministerio de Educación – con buen criterio – iba a realizar. Exactamente igual a los exámenes de conocimientos que todos los estudiantes del mundo – de ahora y siempre – dan para demostrar sus aprendizajes.

El caso es que todos los maestros del Estado iban a ser evaluados. Y los que salieran desaprobados pasarían por un proceso de capacitación. Pero eso sí, si después de tres intentos, los maestros no aprobaban las pruebas de evaluación, o sea, si claramente no estaban aptos para la docencia escolar, perderían su título de maestro, por lo que tendrían que dedicarse a otra. El que no aprobaba, no pasaba, y a otra cosa mariposa… sanseacabó. Repito. Tal cual ocurre con los estudiantes escolares y universitarios de todo el mundo.

Con esos antecedentes de cinismo a cuestas, analicemos ahora la supuesta integridad moral del Presidente Castillo. – ¡No le daremos ni un milímetro a la corrupción! – grita el Jefe de Estado, cada vez que está frente a un micrófono. El problema es que a su lado siempre suelen estar personajes de la más baja calaña moral.

¡Cómo calificar – si no – que el hombre de mayor confianza del Presidente, su Secretario personal, tuviera escondidos US$ 20 mil en efectivo, en uno de los baños de Palacio de Gobierno! Y que cuando fuera requerido por la Fiscalía para que justifique el hallazgo de los billetes verdes declarara – así guardo mis ahorros personales –. Es decir, cinismo a tope. Tanto del Presidente, como de su Secretario.

Pasemos ahora a analizar el cinismo de la Primera Ministra Mirtha Vásquez. Recordemos… más claro no lo pudo decir – las minas ayacuchanas Inmaculada, Pallancata, Breapampa, y Apumayo no van más… las vamos a cerrar –. Palabras más, palabras menos, eso fue lo que dijo. Luego siguieron los aplausos, sonrisas y puños en alto. Todos los peruanos fuimos testigos de ello.

El problema fue que cuando regresó a la Capital, luego de su baño de popularidad en Ayacucho, y tuvo que enfrentar a la prensa y a los representantes de las empresas mineras en cuestión, lo negó todo. Otra vez… cinismo descarado, puro y duro. 

Efectivamente, en vez de reconocer su dislate, la Primera Ministra dijo que jamás había dicho lo que dijo, y que las puertas del diálogo estaban abiertas, y que el Gobierno respetaba la inversión privada, y que bienvenida la minería, y… bla, bla, bla.   

Bueno pues… así estamos. El problema es que – como todo en la vida – el cinismo percola hacia abajo. Si el Presidente es cínico ¿por qué no la Primera Ministra? Y si la Primera Ministra también es cínica ¿por qué no los de más abajo? Eso es precisamente lo que estamos viendo en cuanto a Ministros, vice Ministros, Asesores, Secretarios, Directores Generales, Gobernadores Regionales, Alcaldes, y demás. ¿Si el Número Uno es cínico, y la Número Dos también, qué problema habría que el Número Tres también lo sea?… y así sucesivamente, hasta todo el aparato Estatal. ¡Ese es el problema!

Así las cosas, nos hemos atiborrados de autoridades cínicas. Autoridades que no tienen sangre en la cara. Autoridades que actúan con desvergüenza en el mentir, o defienden y realizan acciones que causan afrenta o deshonra. 

Cinismo como política de Estado, desde la cabeza hasta los pies. Eso es lo que tenemos. ¡Patético! Lampadia

 

 



Hasta que la verdad sea la principal herramienta de la política

Hasta que la verdad sea la principal herramienta de la política

Fausto Salinas Lovon
Desde Cusco
Para Lampadia

¿Hasta cuándo los peruanos seguirán creyendo al señor Vizcarra y sus ministros?

¿Hasta cuándo la verdad no será una herramienta de la política y los políticos seguirán apelando al embuste, la vaguedad, la hipérbole, la mentira abierta, la amnesia del pueblo o al cinismo en sus actos políticos?

Aquí algunos datos en materia de salud que silencian cualquier aplauso impertinente frente a una gestión que en varios aspectos y en particular en el combate contra el Covid no resiste más y debe cambiar.

CRONOLOGIA PREVIA

  • El 30.12.2018 en Supe, el presidente Vizcarra anunció que se iban a entregar entre 60 y 80 hospitales o centros de salud el 2019.  Lo ratificó en TV y ofreció además 1,000 centros educativos.[i]
  • En el mensaje del 28.07.2019, anunció la ampliación de la universalización de la salud, subió a 85 el número de establecimientos de salud ofrecidos y mencionó tres hospitales en particular: Puno, Espinar y Huancavelica, así como ofreció implementar el Hospital Lorena del Cusco.[ii]
  • El 30.09.2019 disolvió el Congreso y se hizo de todos los poderes.
  • El 30.10.2019 anunció las medidas post cierre del Congreso. Ni una coma referida a la infraestructura de salud ofrecida, ni señal de avance o propósito de enmienda.[iii]
  • El 31.12.2019 fecha en que cerró la ejecución presupuestal de ese año y pese a que el presupuesto general se había incrementado en 6.9% por mayores gastos en Salud y Educación, no se vieron ni los 85 hospitales y centros de salud, ni los 1000 centros educativos ofrecidos. Al contrario. En Piura, por ejemplo, según Ojo Público[iv], al 21 de noviembre de 2019, sólo uno de los tres hospitales, el de Huancabamba, se hallaba con obras a tiempo, mientras que los de Huarmaca y Ayabaca estaban sumamente retrasados. En Puno y Espinar, donde se anunciaron nuevos hospitales, no se ha iniciado obra alguna y en el Cusco, el Hospital Lorena, monumento a la corrupta alianza entre el humalismo y las constructoras brasileras que apadrinó Luis Ignacio Lula Da Silva, sigue como un cadáver urbano, sin funcionar.
  • El 01.01.2020, para tener clara la situación de la infraestructura en Salud de nuestro país, se supo que el Ministerio de Salud sólo había ejecutado el 41.2% de su presupuesto destinado a obras de construcción y equipamiento de hospitales. Ese era el escenario con el cual el gobierno esperaba al corona virus, el día en que se supo que la China notificó a la OMS de la aparición del brote.
  • Entre el 01.01.2020 que comienzan las informaciones sobre este virus y el 30.01.20 en que la OMS declara que el corona virus es una ESPII ( emergencia de salud pública de importancia internacional), la propia OMS fue haciendo públicas advertencias, reuniones, notas e informes previos que daban cuenta de la gravedad de la crisis, sin embargo, la agenda política del gobierno y particularmente la del Presidente Vizcarra se hallaba ocupada en las elecciones parlamentarias (fue procesado por el jurado de elecciones por su intromisión “leve” el 07 de enero), la instalación de la Junta Nacional de Justicia, la reforma del Poder Judicial, la decisión del TC sobre el cierre del Congreso, la violencia de género y el onomástico de Javier Pérez de Cuellar. Sobre salud pública una mención de ironía el día 09: “el año 2020 sería el año de la Universalización de la Salud”.  Sobre el Covid, ninguna mención en su activa cuenta de twitter.
  • En febrero de este año, la agenda del gobierno siguió en temas políticos ajenos a sus competencias constitucionales. Basta ver el twitter del presidente Vizcarra que no se ocupa del tema corona virus hasta el 06 de marzo, cuando tenía el virus en casa.  Estas eran algunas de sus preocupaciones según la prensa nacional:
    • Los primeros días de febrero estuvo ocupado reuniéndose con congresistas electos.
    • El 21 de febrero estuvo inmiscuyendo al Poder Ejecutivo en las investigaciones de la JNJ contra los Fiscales Supremos Chavarry y Gálvez
    • El 28 de febrero estuvo en la entrega de credenciales a congresistas, para demostrar que estaban allí por su decisión
  • 6.03.2020 de marzo se anuncia la llegada del COVID 19 al país y se afirma:
    • Que “desde el momento en que se conoció la aparición del coronavirus en China, adoptamos un conjunto de acciones inmediatas para prevenir, detectar y tratar posibles casos de coronavirus en nuestro país.”[v]
    • Que debemos confiar en las capacidades de nuestro sistema de salud.

¿Se podría emitir semejante afirmación cuando el Ministerio de Salud no había entregado los hospitales ofrecidos?, ¿cuándo el gasto del sector no llegó al 42%? ¿Cuándo el tema no había estado en la agenda presidencial hasta ese día?[vi]

Seriamente no. Era solo una media verdad, sino una falsedad muy grave.

CRONOLOGIA DE LA CUARENTENA

  • 15.03.2020: Presidente Vizcarra anuncia: “Hoy existen 71. La adopción de estas medidas no signi­fica que dejarán de aumentar el número de afectados, pero tenemos que tomar la decisión para que, en este periodo de 15 días, comiencen a disminuir los casos. Si no tomamos estas medidas, el ascenso sería constante y permanente
  • 20.03.2020. Cesan a la Ministra de Salud. ¿No se dijo días atrás que se habían adoptado las acciones inmediatas para prevenir, detectar y tratar los casos y que debíamos confiar en nuestro sistema de salud?  ¿No es esta la evidencia de que el sector salud no se preparó para la crisis y que el presidente no estuvo gobernando, sino buscando controlar las otras instancias de poder? Es una ironía o una muestra de cinismo decirle al país, en estas circunstancias que “confie en las capacidades del sistema de salud” cuando se cambia a la jefa de ese sistema a los 5 días de iniciada la cuarentena.
  • 22.03.2020. Ministerio de Salud calcula en 2,996 casos de contagios para el 31.03.20. Sin embargo, por deficiencias y limitaciones en las muestras, solo se registraron 950 casos. Se embalsó la cifra. La proyección sin cuarentena era de 6,058 casos. A esta cifra se llegó, muy rápidamente, pese a la cuarentena, el 11 de abril, lo que demuestra que la efectividad de la medida sólo fue demorar los contagios estimados en 11 días. ¿Una hazaña para aplaudir?
  • 04.04.2020 El ministro de Salud, Víctor Zamora, afirmó que la curva de población contagiada por el coronavirus (COVID-19) alcanzará su punto máximo hacia el lunes 13 de abril aproximadamente.[vii]  Estamos a 46 días de la cuarentena y no hemos llegado a ningún punto máximo. Vamos en crecimiento libre, exponencial y descontrolado, sin que los “martillazos” anunciados por el presidente Vizcarra para justificar las prórrogas a la cuarentena hayan dado resultado alguno. Obviamente, el discurso oficial no se atribuye la responsabilidad, la traslada al peruano común y corriente que por carecer de refrigeradora y recursos sale cada día a procurar el pan para sus familias.
  • 24.04.2020 renuncia el poderoso Ministro del Interior, aliado en la guerra contra los opositores y la persecución política de los últimos años y caen los altos mandos policiales afines, en medio de denuncias graves de casos de corrupción policial en las adquisiciones de insumos, equipos y servicios para la emergencia.
  • 28.04.2020. IDL, ONG aliada del gobierno toma distancia y revela que el número de muertos en Lima es el triple de lo anunciado por el gobierno. Ministro de Salud señala que la diferencia se debe a diferencias en las estadísticas, pero no desmiente datos del medio denunciante y anuncia sanciones a funerarias.
  • 30.04.2020. La cifra oficial de contagios llega a 36,976 y la cifra oficial  de muertos a 1,051. El Perú ocupa hoy el puesto 15 a nivel mundial y es el segundo con más contagios y muertes en América Latina. ¿Algo que aplaudir?

GOBERNAR TIENE QUE SER DECIR LA VERDAD

Los hechos, aunque algunos seas reacios, inmunes o cínicos frente a ellos, nos dejan conclusiones.

  • La salud, como muchos otros temas del gobierno, han sido mero relleno en los discursos y acciones del gobierno y del presidente Vizcarra. “Universalizar la salud” es una broma de mal gusto cuando sólo se ejecuta el 41% del presupuesto, cuando no se ejecutan las obras y cuando los hospitales publicitados no han comenzado a construirse.
  • El coronavirus que ocupa el 100 % de la agenda del gobierno desde el 15 de marzo fue un tema sino ajeno, por lo menos irrelevante en la misma durante los dos primeros meses del año. Por eso, el “sistema de salud” lo recibe en condiciones precarias, sin planeamiento, sin estrategia y pedirles a los peruanos que “confíen en el sistema de salud” es una muestra de estupidez o de cinismo.
  • El control del Parlamento, el control de Tribunal Constitucional, el manejo de la Junta Nacional de Justicia, el control de la reforma judicial, la supuesta lucha contra la corrupción, la destrucción de la oposición política y la reforma político electoral, fueron los ejes de la política del señor Vizcarra desde el referéndum de 2018. No fueron la salud, la educación, la infraestructura o el funcionamiento eficiente del Estado. Estamos pagando las consecuencias de haber aplaudido (me excluyo) tremenda irresponsabilidad. Asuman su culpa quienes aplauden. También tienen que asumirla. La complicidad del elogio fácil no se esconde detrás del teclado del móvil o la pc.
  • Llenar la pantalla de la televisión pauteada con recursos públicos, el twitter, las redes sociales y todos los medios con una hiperactividad fatalmente ineficaz en la pandemia no borra años de inacción y meses de falta de atención a esta crisis
  • La cuarentena solo ha conseguido, en el mejor de los casos, demorar 10 u 11 días lo que hubiera llegado sin cuarentena, 10 días en los cuales un Estado elefantiásico como el nuestro y un gobierno con otras prioridades no pudieron cambiar el curso de las cosas. Se advirtió desde este y otros medios que podía ser necesaria pero no era suficiente.
  • El remedio (que no ha llegado) ha sido peor que la enfermedad. La economía del país está parada, el desempleo se ha disparado, las quiebras empresariales vienen en progresión geométrica pese a las medidas de reactivación, hay desesperanza de los jefes de familia frente al futuro. Hemos destruido al país, sin contener la pandemia. El peor escenario esperado.
  • Temas centrales como el destino del empleo y la necesidad de la suspensión perfecta de labores para salvar a algunas empresas viables, el retiro de los fondos de las Afps y la necesidad de no parar sectores económicos y reactivar otros, exigían decisiones y tomas de posición. Lavarse las manos puede ser un estilo de conducta, pero no es lo que el Perú necesita.
  • Lo peor no ha llegado aún. Los aliados y sostenedores del gobierno y hasta las guaripolas más conocidas toman distancia del desastre. Los contagios son más de los que se registran, los muertos (ya hay cifras y evidencias) son muchos más de los que se dicen y la crisis social y económica será mayor de lo que se imaginó. Los miles de peruanos que han sido empujados a la miseria claman por volver a sus comunidades y pueblos para sobrevivir allí con los productos del campo y bajo el refugio de sus ancestros: la fatal arrogancia de quienes se convirtieron de la noche a la mañana en nuestro padres y jefes de nuestro destino les ofrecen palo, vara y represión. Solo construyen la antesala del caos social.

¿Hasta cuándo Señor Vizcarra?

Deje de mandar elaborar encuestas para creer en ellas. Deje de adormecerse en el aplauso fácil. Deje de atribuir la responsabilidad a ministros, funcionarios y autoridades cuando el que gobierna es usted. Hágale caso a su conciencia. Hoy tiene 1051 muertos en sus espaldas según sus cifras oficiales y el triple según los estimados de sus aliados. No espere más. Tal vez ha llegado la hora de que vuelva al twitter y escriba sólo 8 caracteres: renuncio. También hay dignidad en asumir la responsabilidad por lo que no se pudo hacer o lo que se hizo mal por asumir, con fatal arrogancia, que desde el poder se puede planificar todo, hasta la voluntad de los ciudadanos. Será más indigno engañarse y engañarnos. La verdad puede ser su único y principal legado:  enseñarles a los políticos que al final usted le abrió paso a la verdad, aunque le cueste el poder y que ella si puede ser un instrumento de la nueva política, aunque no sea popular. Lampadia