1

La dictadura de Maduro lleva a Venezuela al borde del abismo

La oposición venezolana organizó una manifestación del 26 de octubre, en protesta por la suspensión del referéndum revocatorio del mandato del presidente Nicolás Maduro (algo establecido en la constitución), por lo que se le acusa de haber propiciado la ruptura del orden constitucional con un golpe a la voluntad popular.

A demonstration against the government is held last month in San Cristobal.

El líder opositor Henrique Capriles, principal impulsor del referéndum, señaló que “Tenemos que ser fuertes ante el Gobierno”. La denominada ‘Toma de Venezuela’ ha ocurrido en el que debía ser el primero de tres días para la recolección de cuatro millones de firmas (20% del padrón electoral), último paso antes del llamado a referendo. Al cumplir ese requisito, la oposición quería evidenciar el mayoritario rechazo al gobierno. Pero el proceso fue suspendido la semana pasada por tribunales penales regionales digitados por el gobierno cubano-chavista de Maduro, que acogieron denuncias de fraude del oficialismo en una primera etapa de recolección de firmas.

De todas las palabras críticas utilizadas para describir el estado del país que gobierna Nicolás Maduro, “desastre” es la más acertada. Bajo su mandato, la nación ha entrado en una fuerte caída. Enfrenta una crisis humanitaria con una profunda destrucción de la economía y de la calidad de vida de los venezolanos. Maduro ha restringido la publicación de cifras económicas oficiales.

http://www.lampadia.comhttps://www.lampadia.com/assets/uploads_images/images/Venezuela-una-nacion-y-un-estado002.jpg

El pueblo venezolano se encuentra en medio de una aguda crisis económica que ha llevado a una escasez de alimentos y medicinas y una inflación calculada por el FMI en 475% para este año. Como hemos publicado en varias ocasiones en Lampadia, la crisis humanitaria y política a la que se enfrenta Venezuela, ha sido labrada a pulso por los crímenes de ‘leso gobierno’ del chavismo. Además, de destrozar el país, Venezuela se dio el lujo de usar parte importante de sus recursos para mantener la caduca dictadura cubana (sus mentores y protectores), varios pequeños países de Centro América y el Caribe y, de financiar a partidos izquierdistas de la región con sus ínfulas del ‘socialismo del siglo XXI y el albismo. Ver: La intolerable agonía de Venezuela.

El gobierno culpa de la crisis económica a “empresarios de derecha” que buscan desestabilizarlo, pero la oposición responsabiliza al modelo socialista y sostiene que el revocatorio era la última “válvula de escape” de una población hastiada de hacer largas filas para conseguir los pocos productos disponibles a precios subsidiados.

La verdad es que las políticas y discursos populistas, arropadas en promesas redistributivas, más los circuitos de corrupción han llevando a Venezuela una crisis imposible de imaginar. No solo ha colapsado la economía, las condiciones sociales no pueden ser peor.

Todo esto empezó con una serie de medidas económicas heterodoxas que incluyen: la expansión del gasto del gobierno, el control de precios y medidas proteccionistas a la industria nacional, siempre y cuando fuera propiedad de los amigos del régimen. Estatizaciones, confiscaciones y regalos de petróleo y divisas a los países del circuito pro cubano, del llamado socialismo del siglo XXI. Basados en la proverbial riqueza de Venezuela, no midieron las consecuencias y generaron una inflación galopante, escasez de divisas y energía, déficit fiscal, el colapso de la industria petrolera, escasez de alimentos y divisas y, la entronización de las mafias del narcotráfico y la corrupción en el régimen. Además, el chavismo ha creado milicias armadas que recorren el país amenazando y asesinando a ciudadanos desesperados por la tragedia que atraviesan sus familias.

Ahora, la situación ya no da más. Es poco probable que la votación en contra de Maduro liderada por la oposición tenga algún efecto jurídico, ya que Maduro todavía controla otras ramas del gobierno, incluidos los militares y el Tribunal Supremo – que ya han declarado ilegítima la Asamblea Nacional. Pero las tensiones han aumentado a niveles ya insostenibles.

Los legisladores de la oposición argumentan que el líder de Venezuela ha abandonado efectivamente la presidencia al descuidar su trabajo, y varios legisladores cuestionaron si tenía una doble nacionalidad colombiana (y, por lo tanto, no sería elegible para el cargo más alto de Venezuela). No es el mejor de los argumentos, pero si demuestra la reacción y los sentimientos en contra del gobierno y la búsqueda de una solución ante la crisis política y económica de Venezuela.

Sin embargo, es importante notar que, a diferencia de otros países de América Latina como Brasil, (donde se retiró a Dilma Rousseff de la presidencia en agosto), la Asamblea Nacional de Venezuela no puede hacer un ‘impeachment’ al presidente. Esa decisión recae directamente en el Tribunal Supremo, que nunca ha votado en contra de Maduro.

Como dijo la señora Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, “ante una crisis humanitaria provocada por un régimen dictatorial, nadie debe ponerse de costado”. Es hora de presionar al gobierno venezolano con todo lo que esté a nuestro alcance para terminar esta tragedia que afecta a nuestros hermanos.

Millones de sufridos venezolanos todavía esperan el apoyo de sus hermanos latinoamericanos y de los gobiernos de la región. Con nuestra inacción, ¿queremos repetir el genocidio de Ruanda en nuestras tierras? #fueraMaduro. Lampadia