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La Reforma Policial (V)

La Reforma Policial (V)

Construir una meritocracia

Con el siguiente ensayo terminamos el quinto componente de nuestro análisis de la Reforma Policial que incluyen nuestras propuestas de ajustes y mejoras a los avances actuales. Ver los despachos anteriores en nuestra biblioteca virtual: Estado del Siglo XXI.

Algo fundamental para la construcción de un Estado moderno y efectivo es instalar la meritocracia en el ADN de los procesos estatales. Como hemos informado en Lampadia, el país que incorporó la meritocracia con gran éxito fue Singapur, uno de los países más exitosos de la tierra. Esta fue implantada por su fundador, Lee Kuan Yew, que además fue una suerte de maestro de Deng Xiaoping, el gran reformador que sacó a la China del comunismo.

Curiosamente, el ex Presidente García, que en sus presentaciones internacionales alaba a ambos líderes, en su propio segundo gobierno,  cometió el error de ir contra la meritocracia bajando el sueldo a los funcionarios públicos. Peor aun, ahora, en medio de la campaña electoral, ha vuelvo a girar la tuerca en el sentido contrario de la historia proponiendo adherir nuevamente las recetas del populismo, absolutamente contrarias a la prédica y praxis de los líderes que no deja de exaltar.  

Resumen ejecutivo

Si bien la ley de Carrera Policial establece la evaluación de desempeño, esta no ha sido reglamentada aun y apenas tiene un coeficiente de 2 en un total de 10 puntos, para el ascenso. Los exámenes de rendimiento físico se acaban de instaurar pero no los hay de tiro al blanco porque no había balas ni pistolas. Y para el ascenso a general el peso de la amistad o el compadrazgo, cuando no la complicidad, sigue siendo muy elevado.

Introducción

Hemos visto, en el informe anterior, que la adopción del presupuesto por resultados en el sector Interior está permitiendo empezar a introducir racionalidad, planificación y metas en el gasto y la labor policial, particularmente en lo que se refiere a seguridad ciudadana. Pero, como es obvio,  quien aplica las políticas de seguridad contenidas en los presupuestos por resultados y en la matriz de compromisos, son los oficiales y subalternos de la policía. Se necesita, por lo tanto, que ese personal sea idóneo profesional y éticamente. En “La Reforma Policial (II)” hemos dado cuenta del proyecto de ley de depuración de la policía que tendría que ser aprobado por el próximo Congreso y ejecutado por el siguiente gobierno. Pero, mientras tanto, es indispensable avanzar en la organización de una carrera policial meritocrática, que aún no existe plenamente pese a la promulgación, en diciembre del 2012, del Decreto Legislativo Nº 1149, Ley de la carrera y situación del Personal de la Policía Nacional del Perú.

No hay evaluación de desempeño

La mencionada ley de la carrera policial afirma el “principio de meritocracia”, en el sentido de que “el ingreso, la permanencia y los ascensos en la carrera, se fundamentan en los méritos y en las capacidades personales, profesionales y técnicas”. El artículo 36° de la ley establece  la “evaluación de desempeño” con la finalidad de “ubicar al personal en el nivel que le corresponda en las Listas de Rendimiento Profesional y Técnico”, “aportar indicadores objetivos para los procesos de ascensos, asignación de cargo, otorgamiento de incentivos y evaluación para la permanencia en la institución; y garantizar el cumplimiento de las funciones asignadas, mediante indicadores de desempeño”.

Concluye el artículo 36° diciendo: “Las fases, juntas de evaluación y procedimientos para la evaluación del desempeño, se regulan en el reglamento respectivo”. Pues bien, ocurre que el reglamento todavía no había sido publicado en febrero del 2015, pese a que la ley se dio a finales del 2012. En suma, no hay evaluación de desempeño.  

Por lo demás, la propia ley le asigna a la evaluación de desempeño sólo un coeficiente de 2 de un total de 10, para los ascensos. Los otros criterios son “formación académica” (2 puntos), “experiencia para el servicio policial” (¿?) (2 puntos), “moral y disciplina” (3 puntos) y “antigüedad” (1 punto).

No hay exámenes de rendimiento físico ni de tiro al blanco

Los únicos exámenes que se ha venido tomando en la PNP para los ascensos son los médicos y de conocimientos (en este último caso, por lo general sobre temas que muchas veces no son útiles para la labor policial), aunque efectivos u oficiales que están en zonas alejadas o de emergencia son exonerados de dichos exámenes dándoles el puntaje máximo. Como nos explicó el ministro del Interior José Luis Pérez Guadalupe, en los últimos 30 años ni siquiera se ha tomado exámenes de rendimiento físico o de tiro al blanco a los suboficiales porque no había recursos, ni pistolas, ni balas. Recién, hace pocos meses, se reinstauró el examen físico y, en cuanto a las prácticas y exámenes de tiro, se ha comprado alrededor de 3 millones de balas, que ya están en la Policía Nacional, pero todavía falta adquirir las pistolas, un proceso que se dejaría encaminado para que el próximo gobierno compre 90 mil de ellas.

La distribución del personal no es una pirámide

El resultado es que los ascensos en la policía no obedecen a razones de rendimiento, desempeño o capacidad, sino a otros motivos. Y esa es la explicación de los siguientes gráficos de distribución del personal policial. El primero se refiere a los subalternos, a los suboficiales. Allí donde debería haber una pirámide, lo que tenemos es una figura cóncava, una suerte de reloj de arena, donde vemos en los grados superiores más suboficiales que en los niveles intermedios. Es decir, más jefes que subordinados. Esto obedece sencillamente a que el ascenso a los niveles superiores es un medio para subir la remuneración y nada más. No refleja ni las necesidades de la operación policial ni evaluación meritocrática alguna.

El cuadro de los oficiales es distinto, un rombo, pero refleja lo mismo: la necesidad de engrosar las categorías de mayor y comandante como un medio para subir los sueldos, con el resultado, también, de que tenemos, desde allí para abajo, muchos más jefes que subordinados.

Se supone que en el caso de los oficiales hay un grado algo mayor de meritocracia, pues, para ascender, los oficiales –salvo los exonerados, que no son pocos- sí pasan examen físico, examen médico y examen de conocimientos (incluyendo formación académica), aunque no hay una verdadera evaluación de desempeño. Pero en cuanto a la evaluación de la formación académica, por ejemplo, resulta que los criterios para su valoración  son cuestionables. Pérez Guadalupe observa lo siguiente: “…. no termino de ver claramente si esos criterios son objetivos. Un grado académico, por ejemplo, tiene un puntaje, está bien, pero debería tenerlo sólo si es sobre algo que tiene que ver con tu carrera policial. En segundo lugar, cómo llegaste a ese grado académico, de qué universidad es, si fue a distancia…”, porque las tesis, por ejemplo, se pueden eventualmente comprar en algunas universidades.

Por lo demás, como dijimos, no hay una evaluación de desempeño en regla, pues aun no ha salido el reglamento. En la actualidad, en “evaluación de desempeño” todos reciben la calificación de 100. Es algo insólito pero así es. Esa evaluación mide en teoría el rendimiento profesional, la disciplina y la aptitud para el trabajo, pero en la práctica, repetimos, todos reciben la  máxima nota. El incentivo es muy malo porque para qué se va a esforzar un oficial o un subalterno si va a recibir la misma calificación que el que no hizo nada. No hay, en suma, meritocracia. Esta evaluación, por lo demás, debería tener un coeficiente mayor que el de formación académica. En el caso de los comisarios, por ejemplo, el ministro Pérez Guadalupe, nos decía “¿cuál es la diferencia entre una comisaría y otra? No es el número de patrulleros, no es el número de efectivos, no. Es gestión y liderazgo del comisario. Debe evaluarse cuántas armas ha recuperado, cuántos delincuentes capturados, cuántos autos robados, etc.”. Y esto no existe.

Amistad y compadrazgo para el ascenso a general

Pero donde se advierte claramente la ausencia flagrante de meritocracia es en el ascenso de coronel a general. Apunta Pérez Guadalupe: “en el Ejército, por ejemplo, tu meritocracia, tu puntaje te vale el 97% de tu nota final y la entrevista es un 3% nada más. En cambio en la policía puede llegar a 50-60%. Y no la entrevista, porque no hay entrevista, sino la calificación subjetiva que te pone la reunión de generales que elabora el orden de méritos de los coroneles postulantes. Puede ocurrir, entonces, que el coronel más conocido, el más amiguero, sea el que obtenga más votos”.

La propia ley de carrera policial promulgada a fines del 2012 establece como requisito para ascender hasta el grado de coronel “tener un promedio no menor de sesenta y cinco (65) puntos en el factor rendimiento profesional o técnico, correspondiente al grado que ostenta” (el único problema, como hemos señalado, es que la evaluación de desempeño que sirve para determinar tal factor de rendimiento, no ha sido reglamentada y no se aplica), pero no establece tal requisito para el ascenso a general. Los generales gozan entonces del privilegio de escoger a sus segundos o sucesores con criterios no meritocráticos que eventualmente pueden ser de amistad o compadrazgo o incluso complicidad en actos indebidos o en formas de enriquecimiento ilícito. Esto, evidentemente, favorece la conformación de redes de corrupción. Habría que comenzar por modificar la ley en ese punto.

En resumen, aún falta mucho para implantar una verdadera meritocracia en los ascensos, pues la ley de carrera policial no ha sido reglamentada.  

Recomendaciones

  1. Elaborar y publicar el reglamento de evaluación de desempeño y pasar a un sistema de ascensos claramente basado en los méritos y no en la amistad o la compadrería
  2. Aumentar el coeficiente destinado a la evaluación de desempeño
  3. Reducir sustancialmente el peso de la opinión del consejo de generales en los ascensos de coronel a general

Entrevistas

Perez Guadalupe, Jose Luis, Ministro del Interior, entrevista en la Hora N, 3 de diciembre 2015

Reyes, Jaime, Jefe de gabinete de asesores del Ministro del Interior, y Javier Llaque, asesor, 16 de octubre de 2015

Bibliografía

Decreto Legislativo N° 1148, Ley de la Policía Nacional del Perú.

Decreto Legislativo Nº 1149, Ley de la Carrera y situación del Personal de la Policía Nacional del Perú.

Decreto Supremo N°016-2013-IN, Reglamento de la Ley de Carrera y Situación del personal de la Policía Nacional del Perú.

Decreto Legislativo Nº 1150, que regula el Régimen Disciplinario de la Policía Nacional del Perú.

Lampadia, “La Reforma Policial (I)”, 14 de enero de 2018

Lampadia, “La Reforma Policial (II)”, 8 de febrero de 2016

Pérez Guadalupe, José Luis, Ministro del Interior: “Meritocracia en la Gestión Policial: al servicio del ciudadano”, Presentación en CADE 2015, Lima, 3 de diciembre 2015

Lampadia




¿Cómo nos ve el resto del mundo?

¿Cómo nos ve el resto del mundo?

La semana pasada se anunció la clasificación general de los 60 mejores países del mundo y la lista incluye al Perú en el puesto 34, delante de Chile, Colombia, Argentina y Bolivia. Esta lista se encuentra en la edición inaugural del ranking de “los mejores países” de US News & World Report, la Universidad de Wharton School de Pensilvania y la consultora de marca global BAV Consulting. El ranking fue presentado oficialmente en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, el miércoles pasado.

Estados Unidos ocupa el primer lugar en la categoría de poder e influencia. Suecia fue clasificada como el mejor país para la ciudadanía, criar a los niños y la vida “green”. Otras clasificaciones principales premiaron a Brasil para la aventura; Luxemburgo para la apertura de un negocio; Francia por la influencia cultural; Alemania por la iniciativa empresarial; Canadá, por la calidad de vida; Italia por herencia cultural; y la India por su crecimiento económico y prospectos futuros. En conjunto, Alemania obtuvo la mayor puntuación global.

La clasificación se basó en encuestas de 16,248 personas en países de América, Asia, Europa y África. De ellos, más de 8,000 fueron clasificados como miembros de las “élites” (individuos con educación universitaria, media o clase alta). Más de 4,500 eran líderes de negocios (se define como funcionarios de alto nivel en una organización o individuos que son dueños de pequeñas empresas). El resto correspondió al público en general.

Se le pidió a cada encuestado compartir sus percepciones en una selección aleatoria de 65 atributos de los países. Los atributos fueron rankeados individualmente y luego se agruparon en nueve categorías más amplias: aventura, ciudadanía, influencia cultural, espíritu empresarial, patrimonio, “movers” (de rápido crecimiento), facilidad para los negocios, potencial y calidad de vida. Las puntuaciones en cada categoría se ponderaron en correlación con la prosperidad generalizada, medida con el PBI per cápita del Fondo Monetario Internacional del 2014.

Un indicador común entre los países mejor posicionados es el rol del gobierno en la vida cotidiana de los ciudadanos. Los sistemas de protección social bien establecidos,como la provisión de la educación universitaria de bajo costo y atención de la salud en países como Alemania, Suecia y Austria, están correlacionados con un mejor desempeño de las empresas y del gobierno con respecto a la política económica.

Los encuestados ven a Asia como una zona clave para el futuro. Los cinco países principales clasificados en el sub-ranking “Movers”son: India, Singapur, China, Tailandia y Japón. Singapur también es visto como el país con más visiónal futuro, seguido por Japón y Corea del Sur.

“La India (la democracia más grande del mundo), se ha convertido en un líder mundial”, afirma Dnyaneshwar Mulay, cónsul general de la India en Nueva York. “India alienta el pluralismo, la inclusión y la igualdad de oportunidades para todos sus ciudadanos. Tiene diversas formas de arte y cultura, y valores fuertes como el respeto para todos y la no violencia”.

Las clasificaciones muestran que la idea del poder está cambiando en todo el mundo. Vivimos en un mundo social, abierto e interdependiente. Y, en este mundo, las personas valoran más temas como la ciudadanía global, la calidad de vida y la innovación, lo que estaba creando una prosperidad inclusiva para más gente.

Brasil es considerado el mejor país de la región, con la posición número 20 en la lista general. En el ranking general de los mejores países, Perú aparece en el puesto número 34, seguido de Costa Rica, Panamá, Argentina, Chile, República Dominicana, Uruguay, Colombia, Guatemala y Bolivia.

El mejor ranking del Perú es en la categoría “movers”, en el puesto 17. Específicamente, esta categoría representa una versión de las perspectivas de crecimiento futuro de un país según el Banco Mundial en términos de PBI per cápita, pero teniendo en cuenta que un mundo en transición conlleva riesgos y la imprevisibilidad, por tanto, este indicador tiene en cuenta el nivel de resistencia y el impulso necesario para superar los desafíos del país. Las puntuaciones de los países en este indicador difieren (en promedio) en menos de tres puntos en una escala de 100 para los 20 primeros países, por lo que es uno de los indicadores más competidos.

En este indicador, estamos mejor calificados que Chile (33), Bolivia (50), México (18) y Colombia (47); el mejor rankeado de la región, con excepción de Brasil (6).

El siguiente indicador más importante es “Aventura”. Se relaciona con el atractivo universal del turismo. El número de turistas internacionales ha crecido de manera constante desde la crisis económica mundial de 2009, según las Naciones Unidas. Hoy en día, se estima que el sector contribuye aproximadamente el 10% del PBI mundial. Representa más de 280 millones de empleos en todo el mundo. El turismo de aventura es una pequeña pero significativa parte de la industria. Ver en Lampadia nuestro atractivo turístico: El Turismo: Otro potencial desaprovechado.

En este indicador, estamos mejor calificados que Chile (21), Bolivia (46) y Colombia (28).

Nuestros dos peores categorías son “Poder” y “Emprendimiento”. El sub-ranking de Poder se basa en cinco atributos: liderazgo, alianzas económicamente influyentes, influencia política, alianzas internacionales y militares fuertes. Acá claramente Estados Unidos se lleva el primer lugar, seguido de Rusia. El Perú, sin embargo, se encuentra en el puesto 53, muy por debajo de Chile (45), Bolivia (42), Colombia (37) y México (35). Esto muestra un gran trabajo que queda por hacer y principalmente en la tarea que tenemos a futuro de escoger a mejores líderes que gobiernen el país llevándolo a su verdadero potencial.

El indicador en el que calificamos más bajo es en Emprendimiento, que se basa en los atributos que se relacionan con la forma empresarial de un país: cuan conectado está con el resto del mundo, una población educada, emprendedora, innovadora que ofrece un fácil acceso al capital, mano de obra calificada, conocimientos tecnológicos, prácticas comerciales transparentes, infraestructura bien desarrollada y un marco legal bien desarrollado.

En Lampadia consideramos que en el Perú tenemos muchos ciudadanos emprendedores e innovadores, pero no todos tienen acceso a oportunidades. No hay fuerza social productiva mayor que la de los verdaderos emprendedores. En consecuencia este tema requiere de una especial atención por parte del gobierno y el mundo empresarial.

Esperamos que el Perú recupere la senda de crecimiento y mejora social que hemos tenido hasta hace pocos años. Ello nos llevó a ser considerados como el número 17 de los países con mejores prospectos de crecimiento. Durante los últimos años, hemos perdido muchas buenas oportnidades para seguir creando prosperidad, se vienen tiempod difíciles e inciertos con la cuarta revolución industrial (ver nuestro repositorio: Revolución Tecnológica) y tenemos que aprovechar nuestras capacidades y potenciarnos sobre ellas. Lampadia