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Singapur piensa y planea su futuro

Singapur piensa y planea su futuro

Comentario de Lampadia

Probablemente Singapur ha sido el país más exitoso del mundo durante los últimos 50 años. Hace pocos meses ha celebrado su cincuentenario, solo meses después del fallecimiento de su fundador y líder, Lee Kuan Yew.

Como hemos difundido en publicaciones anteriores, Lee Kuan Yew (maestro de Deng Xiaoping de China) dirigió un Estado bastante autoritario, pero además de alcanzar un éxito económico y social espectacular, Singapur logró ser uno de los países más ordenado y con menos corrupción del mundo. Uno de sus desarrollos más importantes ha sido el establecimiento de la meritocracia entre los funcionarios públicos. Ver en Lampadia: 10 razones que explican el éxito de Singapur e Instalemos un Estado Meritocrático en el Perú.

Conferencia “The Future of us” en Singapur, mostrando el futuro del horizonte de  la ciudad en hologramas.

El ejemplo de Singapur es muy importante para el Perú, especialmente en medio de un proceso electoral. Por ello, compartimos un artículo de Peter Schwartz sobre los retos de los próximos 50 años de Singapur. Interesante ver como un país tan exitoso se avoca a pensar en su futuro. (Schwartz es un líder global en pensamiento futurista y estrategia de negocios. Su libro “The Art of the Long View” fue pionero en la planificación por escenarios. Ha sido jefe de planeamiento de Royal Dutch/Shell).

¿Ciudad del mundo o del olvido?

Escrito por Peter Schwartz

Publicado en el libro: SG100? [100 años de Singapur]

Editado por Chua Mui Hoong.

Traducido y glosado por Lampadia

 

El Singapur de 2065 podría ser una capital mundial de torres relucientes, talento creativo, mucho poder, influencia y riqueza; el centro más importante de una región de paz y prosperidad; y una inspiración para aquellos que sueñan con lo que se necesita para construir una mejor sociedad.

O, contrariamente, al 2065, Singapur podría ser una gloria ya desvanecida, no un mal lugar para vivir, pero con mejor pasado que futuro.

Hay una tercera posibilidad, la de una ciudad desarrollada con un crecimiento lento, pero eso  llevaría a la ciudad-estado hacia un declive lento pero inexorable.

¿Hacia dónde va Singapur? ¿Cuáles son las tendencias que marcarán sus posibilidades? ¿A qué debe aspirar en los próximos 50 años?

Como futurista, asociado por más de tres décadas con Singapur, he tenido el privilegio de mantener conversaciones periódicas con su primer Primer Ministro, Lee Kuan Yew, e intercambiar puntos de vista sobre hacia dónde se dirige el mundo. El éxito de Singapur se debe en gran medida a su liderazgo, convirtiéndose en uno de los más grandes líderes políticos y económicos del siglo 20. Murió en marzo del año pasado y el reto será sostener su legado.

Yo diría que Singapur se ha estado moviendo en la dirección correcta, manteniéndose abierto al talento e incentivando la innovación. La pregunta es si es que eso se puede sostener.

Desde su independencia en 1965, sus principales aspiraciones fueron la seguridad, estabilidad y prosperidad. Para el futuro, Singapur necesita tener sueños que continúen atrayendo al talento. Para que esos sueños se vuelvan realidad, tienen que unirse con las fuerzas motrices y el espíritu que dan forma a los nuevos tiempos, como lo hicieron durante su independencia.

¿Qué determinará si Singapur se convierte en una ciudad de nivel global o cae en el olvido? ¿Qué fuerzas moldearán su futuro? Algunas están fuera del control de su, como el equilibrio de poderes global y la estabilidad regional. Otros – como la calidad de la gobernanza o la capacidad para explotar nuevos conocimientos – están bajo el control de Singapur.

Fuerzas a largo plazo

Hay algunas fuerzas a largo plazo que son predecibles. La población no puede crecer mucho más, podría añadir alrededor de otro millón de personas, en su mayoría inmigrantes y sobre todo jóvenes. La población actual será inevitablemente mayor. Incluso si la mayoría siguen siendo sanos, fuertes y permanecen en la fuerza laboral por más tiempo, muchos serán tan mayores a mediados de siglo que aumentará considerablemente el nivel de dependencia. Al 2065, Singapur tiene que estar preparado para gestionar una población muy mayor y enferma  e invitar a jóvenes inmigrantes para sostener una población que envejece.

Como parte de mi trabajo con el Centro para los Futuros Estratégicos de la Oficina del Primer Ministro, estudié el impacto del cambio climático. La necesidad de adaptarse también es predecible. El clima será muy variable y aumentará el nivel del mar.

En cuanto a la energía, espero que la era de los combustibles fósiles ya haya terminado para el 2065. A menos que haya un gran avance en la energía renovable, Singapur será un país totalmente eléctrico, incluyendo los autos eléctricos, generados por la energía nuclear.

Incertidumbres por delante

Mientras algunas tendencias son predecibles, la mayoría son inciertas. La primera pregunta es si la economía va a ser capaz de sostener el crecimiento económico y si ese crecimiento será equitativo.

50 años de crecimiento lento todavía dejarían a Singapur increíblemente rico. Pero la creación de una vasta riqueza en manos de sólo unos pocos no será considerada como éxito.

Para que el crecimiento sea equitativo, tendrán que salir adelante nuevas industrias que empleen a un gran número de personas en trabajos de alto valor. Las personas necesitan ser entrenadas para llenar esos puestos de trabajo. No hay ninguna garantía de éxito en ambos retos.

La vieja economía industrial dará paso, inevitablemente, a una nueva economía basada en  ideas y habilidades en alta tecnología, salud, finanzas y turismo. Singapur está bien posicionado para tomar ventaja en los cuatro escenarios.

La incertidumbre más importante, bajo control de Singapur, es la continuación del éxito del sistema político y la gobernanza. Después del nacimiento de la nación, se cumplió con la visión de la primera mitad del siglo. ¿Podrá continuar así durante los segundos 50 años?

El éxito es el peor enemigo del cambio. ¿Por qué molestarse en cambiar cuando las cosas  funcionan? Pero es justamente ahí dónde se tiene más margen de maniobra y recursos para actuar. ¿Cómo debe hacer Singapur para no convertirse en una burocracia sofocante casada con el status quo? ¿Hará la burocracia espacio para los jóvenes ambiciosos? ¿Cómo puede el gobierno moverse y adaptarse al ritmo del mundo moderno? ¿Las iniciativas como la ‘Smart Nation’ de Singapur, será un modelo permanente del futuro gobierno? ¿El alto rendimiento y la casi ausencia completa de corrupción, lograrán sostener la legitimidad del sistema con su  pueblo?

Las respuestas a todas estas preguntas no están determinadas y serán hechas por la gente, la calidad de liderazgo y por eventos más allá de su control.

Las fuerzas más vitales y fuera de control de Singapur son la política y la economía de la región. La mayoría de las tendencias regionales en los últimos años han sido bastante positivas económica y políticamente. ¿Seguirán sus vecinos y socios, mejorando o recaerán en la incompetencia, la corrupción, la pobreza y la conflictividad? En el primer caso se dan las condiciones propicias para el éxito. El último escenario haría que sea muy difícil tener éxito.

En el peor de los casos, un gran conflicto que involucre a grandes países como China, Japón, India o Estados Unidos dañaría enormemente las perspectivas de la región y de Singapur. Por otro lado, el aumento de la integración y la coherencia puede inducir a todos a acelerar el crecimiento y la prosperidad.

La incertidumbre final es qué papel va a jugar Singapur en el mundo. Ya es un ejemplo de éxito para el desarrollo de muchas otras ciudades. Pero si se estanca y es atrapada por su propio éxito, su ejemplo se desvanecerá.

Si utiliza la plataforma de su éxito para aspirar a un papel aún más importante, entonces seguirá siendo un ejemplo brillante de cómo construir el éxito y seguir atrayendo el talento que necesita para sobresalir.

5 maneras de ser una capital mundial

Al 2065, el 80 por ciento de la población mundial vivirá en las ciudades.

Las ciudades están donde nacen las ideas, donde ocurre el crecimiento y donde se abordan los problemas. Entre las muchas grandes ciudades del planeta, solo unas pocas se destacan como las más importantes, incluso si no son las capitales de sus países. Estas incluyen Nueva York, Los Ángeles, San Francisco, Shanghai, Bombay y Sao Paulo. A ellas va el talento más brillante y es dónde se está creando el futuro.

En esta competencia entre ciudades, una ciudad-estado en la que escasea la tierra y no hay recursos minerales, no está en desventaja. Singapur puede competir con las mejores ciudades. ¿Cómo?

Singapur puede aspirar a una combinación de cinco objetivos para los que está bien posicionado. La medida del éxito no es cuántos puestos de trabajo son creados directamente. Más bien se trata de atraer el talento necesario para crear un ecosistema económico de constante evolución de nuevos sectores.

El mejor ejemplo de esto es el Bay Area de San Francisco, en el que vivo. El talento fluye y atrae aún más talento, conduciendo a una de las tasas de crecimiento más altas del mundo. Esto es en lo que Singapur ya se está convirtiendo y lo que necesita para seguir creciendo.

Una población que envejece a nivel mundial va a querer el acceso a la mejor atención médica del planeta. Singapur ya es un centro de salud para la región con rápido crecimiento en investigación y desarrollo.

Singapur también ha realizado importantes inversiones para ampliar sus capacidades en  educación e investigación. En una economía mundial impulsada por el talento y nuevas ideas, Singapur tiene el potencial de ser otro Silicon Valley, generando tanto investigación básica como las ideas que crean valor económico, nueva riqueza y estatus. No es difícil imaginar el día en que los singapurenses – o las personas que trabajan en Singapur – ganen premios Nobel y creen el próxima Intel o Google.

Muchas de las grandes ciudades del mundo son el hogar de instituciones globales como las Naciones Unidas o la Organización Mundial de la Salud. El mundo necesita una Agencia de Protección Ambiental. Singapur podría ser su hogar.

Debido a su ubicación en el ecuador, Singapur es un lugar ideal para lanzar cohetes a órbitas terrestres. Al 2065, el costo de orbitar habrá caído drásticamente y más actividades económicas y turísticas se basarán en el lanzamiento orbital. Singapur podría ser un gran puerto espacial.

Finalmente, Singapur tiene una de las mejores organizaciones policiales, militares y de inteligencia de la región. Los problemas de seguridad seguirán siendo fundamentales para la estabilidad regional. El tamaño pequeño de Singapur le da la ventaja de ser considerado como ‘no amenazante’. Además, ya se le reconoce como especialmente competente.

Singapur podría dirigir nuevos esfuerzos de seguridad regional para hacer frente a la delincuencia y las tensiones interestatales. Lo peor que le puede pasar sería una guerra regional destructiva o un aumento dramático en el crimen. Su liderazgo en materia de seguridad podría ayudarlo a mitigar esos riesgos.

Al juntar todas estas fuerzas, es posible describir dos posibles futuros:

  • Si Singapur no logra convertirse en la potencia económica de las nuevas industrias, si su Gobierno se vuelve esclerótico y corrupto, si la región es caótica y violenta y si se aspira a mantener sólo el status quo – entonces, al 2065, Singapur será una ciudad olvidada e irrelevante de la que saldrá talento, una nación en decadencia, con un poco de gracia.
  • Si, por el contrario, tiene una transición exitosa a la economía de las ideas; si la vitalidad, la competencia y la legitimidad de su gobierno se mantienen; si la región es estable y próspera, entonces será una verdadera capital mundial, la ciudad del futuro en 2065.

La elección está en manos de la gente de Singapur. Lampadia