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¡Campesino, Perú Libre comerá de tu pobreza!

¡Campesino, Perú Libre comerá de tu pobreza!

Alejandra Benavides
Para Lampadia

Este 3 de octubre, Pedro Castillo anunció el lanzamiento de una Segunda Reforma Agraria, conmemorando la fecha del golpe de Estado del dictador Juan Velasco Alvarado y su infame reforma agraria. Con un simbolismo barato, enalteció una fecha nefasta para el país. Si bien Castillo dijo que esta reforma no involucraría expropiaciones, su discurso estuvo lleno de confusos mensajes y de frases incendiarias, instigando la lucha de clases.

La reforma agraria, impulsada por Velasco Alvarado, resultó en la expropiación de más de 9 millones de hectáreas (alrededor de 16 mil fundos), que fueron adjudicadas a alrededor de 400 mil campesinos. Resultó en el empobrecimiento del campo, con un PBI agrícola que pasó de crecer de 2%-3% anual hasta 1970, a crecer menos de 1% en la década siguiente.

  • El sector agrícola hasta 1980 representaba entre 15%-20% del PBI, para luego caer a 10%, sin mayor incremento del PBI total en ese período.
  • El empobrecimiento del agro contribuyó a que entre 1976 y 1981, más de 1 millón de personas tuvieran que dejar sus pueblos, principalmente de zonas rurales hacia las ciudades.
  • Además, resultó en la descapitalización del sector, la destrucción de un banco genético importante, del retraso tecnológico y de la indolente gestión de los fundos, que resultó en su posterior abandono.
  • Luego de ser exportadores netos de alimentos, perdimos la famosa “soberanía alimentaria”, para en 1979 volvernos importadores netos de alimentos.

Gracias a la constitución de 1993, se sentaron las bases para una economía social de mercado abierta al mundo y una base legal sólida. Con eso se pudo negociar la deuda externa y volver a ser un país “elegible”, nos volvimos un país con ambiente propicio para las inversiones y abierto al mundo. Y, uno de los sectores que más ha impulsado el desarrollo del país es la agroexportación. Intensiva en mano de obra, maquinaria, insumos, herramientas, empaques, servicios logísticos, entre otros, genera una cadena de valor inmensa. Además, el régimen especial agrario establecido en 2000 y derogado a fines de 2020, sirvió para impulsar las inversiones en el sector y permitir un régimen ad hoc a su naturaleza.

  • A la fecha, tenemos 21 acuerdos comerciales/TLCs, que permiten que el 96% de nuestras exportaciones lleguen a los mercados más competitivos del mundo y acceder a mercados con poblaciones de cientos de millones dispuestos a comprar nuestros productos. Esto ha contribuido a que entre julio 2020 y julio 2021, se haya acumulado un superávit comercial de US$ 12,517 millones.
  • Nuestras agroexportaciones llegaron en 2020 a US$7,500 millones (13 veces las agroexportaciones en el año 2000), representando 4% del PBI y una recaudación tributaria de más de US$200 millones.
  • Nos ha permitido atraer inversiones locales y extranjeras, y alcanzar posiciones de líder en ranking de exportación: Nº1 en exportación de Arándanos, Nº2 en exportación de Palta, Espárragos y Uvas y Nº3 en exportación de Mangos y Mandarinas, logros que llenan de orgullo.
  • El área correspondiente a agroexportación alcanza a sólo 200,000 hectáreas, y se tiene una cartera de inversión pública para irrigación de nuevas tierras y mejoras, que incrementarían la frontera agrícola en 400 mil hectáreas (Majes Siguas II, Chavimochic III, entre otras). Gracias al valor que generan las hectáreas de agroexportación, la mayor demanda genera un incremento en el valor de la tierra, de la que muchos propietarios de pequeños terrenos y parcelas se han beneficiado – ya sea de su venta o alquiler.
  • La agroexportación en 2018 generó 418 mil puestos de trabajo formales directos, y se estima 900 mil puestos de trabajo indirectos.
  • La formalidad del sector agroexportador pasó de 16% a 25% entre el 2004 y 2017
  • El sueldo promedio en la agroexportación (formal), al 2019, era de s/.1,400 mensual, 50% por encima de la renta mínima vital de s/.930.
  • La tasa de pobreza en las regiones de mayor desarrollo agroexportador, entre 2008 y 2018, cayó más aceleradamente que el promedio nacional (20.5% en 2018, -44% vs 2008) y muy sobre otras regiones: Ica (3% en 2018, -82% vs 2008), Piura (23% en 2018, -53% vs 2008) y Lambayeque (12% en 2018, -68% vs 2008).

A pesar de los logros notables, el gobierno quiere regresar a los tiempos oscuros. Buscan destruir la economía y utilizar la lucha de clases para generar más caos. No hay una propuesta real para que más agricultores puedan incorporarse a la agricultura moderna y la agroexportación, que sólo sucedería con: la construcción de caminos rurales y carreteras, creación de banco de semillas, maquinaria agrícola, riego tecnificado, acceso a fertilizantes e insumos de buena calidad y precios competitivos, entre otros. Pedro Francke ha anunciado que impulsará una banca de fomento agrario, mientras que el actual Agrobanco tiene pérdidas acumuladas desde 2002 de s/.726 millones de soles, con una cartera de créditos al 2020 de s/.144 millones, y una pérdida por castigo de créditos riesgosos por s/.44 millones, un pasivo similar a su cartera de créditos (s/.136 millones). Al 2020, su flujo de caja fue negativo de s/.47 millones, que fue contrapesado con aporte de capital por s/.70 millones.

La historia se repite, con algunas variaciones, para mantener a los agricultores pequeños en la miseria y un aparato estatal grande y corrupto. Finalmente, mientras más miseria, más poder. Lampadia

Referencias

https://www.agrobanco.com.pe/wp-content/uploads/2017/09/ESTADOS-FINANCIEROS-AUDITADOS-2020.pdf

https://www.comexperu.org.pe/articulo/la-fuerza-del-agro-para-enfrentar-la-crisis

https://elcomercio.pe/economia/peru/midagri-sector-agropecuario-anoto-crecimiento-de-13-durante-el-2020-nndc-noticia/#:~:text=El%20sector%20agropecuario%20cerr%C3%B3%20el,Agrario%20y%20Riego%20(Midagri).

https://gestion.pe/economia/agroexportacion-exportacion-empleo-agroindustria-lidera-creacion-de-empleo-vinculado-a-exportaciones-y-supera-nivel-precovid-noticia/

https://agraria.pe/noticias/peru-es-lider-mundial-en-envios-de-arandanos-y-quinua-y-segu-23974#:~:text=Mincetur%2C%20Claudia%20Cornejo-,Per%C3%BA%20es%20l%C3%ADder%20mundial%20en%20env%C3%ADos%20de%20ar%C3%A1ndanos%20y%20quinua,en%20palta%20y%20esp%C3%A1rragos%20frescos&text=Las%20exportaciones%20agroindustriales%20en%202020,%25%2C%20respecto%20al%202019).

https://www.ipe.org.pe/portal/candados-para-los-acuerdos-comerciales/

https://gestion.pe/economia/balanza-comercial-registro-en-julio-su-superavit-mas-alto-desde-que-se-tiene-registro-segun-el-bcr-exportaciones-peruanas-nndc-noticia/?ref=gesr

https://gestion.pe/economia/balanza-comercial-registro-en-julio-su-superavit-mas-alto-desde-que-se-tiene-registro-segun-el-bcr-exportaciones-peruanas-nndc-noticia/#:~:text=Entre%20enero%20y%20julio%2C%20el,registrado%20en%20los%20a%C3%B1os%20previos.&text=Hasta%20julio%20de%202021%2C%20las,al%20mismo%20periodo%20de%202020).

https://elcomercio.pe/economia/peru/ipe-que-impacto-produjo-la-reforma-agraria-iniciada-en-el-peru-hace-medio-siglo-noticia/?ref=ecr

https://www.ipe.org.pe/portal/consecuencias-economicas-de-la-revolucion-de-velasco/#:~:text=Se%20analizan%20las%20acciones%20econ%C3%B3micas,debido%20a%20la%20Reforma%20Agraria.

https://ourworldindata.org/employment-in-agriculture

https://www.comexperu.org.pe/articulo/agroexportacion




Revoluciones productivas en el campo

Revoluciones productivas en el campo

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Desde la reforma agraria de 69, se dejó de invertir en el campo y se condenó a la pobreza más abyecta a los campesinos, un inmenso sector de la población del país.

Con el transcurso de los años se dejó el colectivismo impuesto por la dictadura militar y los campesinos pasaron a ser posesionarios de sus tierras a través de minifundios. Pero ellos no pudieron superar la pobreza, pues no tenían capacidad de invertir, no tenían acceso a buenas tecnologías productivas, sembraban mayormente productos de panllevar de poco valor agregado, y no tenían acceso a los mercados. Se mantenían en buena medida en una economía de subsistencia.

Desde el año 2000, se produjeron dos fenómenos muy importantes para el sector agrícola:

  • El establecimiento del régimen de promoción agraria que permitió el desarrollo de la agricultura moderna, inicialmente en terrenos eriazos de la costa peruana, permitiendo el regreso de la inversión privada al campo. El uso de tecnologías modernas, el desarrollo de cultivos de alto valor agregado. Y el acceso a los mercados globales, donde el Perú se enseñoreó mostrando las bondades de nuestras frutas y hortalizas.
    Este régimen no solo ha permitido un crecimiento muy importante de la exportación de frutas y hortalizas frescas a los mercados más exigentes del mundo, también ha permitido que, por primera vez en el Perú, se genere empleo formal con beneficios sociales, en el sector rural.
  • El desarrollo del proyecto de ‘Sierra Productiva’ en los minifundios altoandinos, donde los Yachachiq difundieron tecnologías básicas, pero de alto impacto social y económico.
    Este proyecto fue liderado por Carlos Paredes Gonzales desde la Federación de Campesinos del Cusco, y hoy día, a pesar de la oposición a apoyarlo de todos los gobiernos desde el año 2000, el proyecto llega a unas 60,000 familias.
    Sierra Productiva permite aumentos exponenciales de productividad, multiplicar la variedad de cosechas y producciones, acceso a los mercados regionales y aumento de ingresos y disminución sustancial de la pobreza.

Es muy importante destacar que el crecimiento de las agroexportaciones ha potenciado nuestras capacidades, tanto de climas de contra-estación, como del desarrollo tecnológico que permitió adaptar a nuestras tierras cultivos no tradicionales, y por supuesto, la rápida capacitación de una población previamente desempleada, que se empoderó en trabajadores eficientes.

Este sector encierra un potencial único para el crecimiento de la producción y el empleo. Veamos el siguiente gráfico que muestra la productividad relativa de nuestros productos de exportación:

Este cuadro, desarrollado por Carlos Amat y León, explica como en el Perú, en tan solo 180,000 hectáreas, podemos generar el mismo valor que otros países, con cultivos intensivos, en 2’500,000 hectáreas, unos US$ 2,500 millones en cada caso.

La maravilla del Perú, es que nosotros podemos multiplicar estos sembríos, digamos por dos, en mucho menos tierras, menos uso de agua, agroquímicos y otros, que los que necesitarían los países productores de soya, trigo y maíz amarillo duro.

Como vamos a desperdiciar semejante oportunidad, sobre todo habida cuenta de su gran potencial de desarrollo social a través de la generación de empleo masivo en el campo. Parar el desarrollo agrario sería una traición a todos los peruanos, pero especialmente a los más pobres.

Igual es una traición a los más pobres de los pobres, los pobladores de los minifundios altoandinos, no apoyar la multiplicación de Sierra Productiva, y hasta sabotearla, teniendo los recursos económicos para hacerlo, prefiriendo mantener programas sociales mendicantes, en vez de programas sociales productivos y dignificantes.

Aprovechemos pues esta oportunidad para hacer la verdadera reforma agraria en el Perú, la multiplicación de los esfuerzos productivos agrícolas modernos y en paralelo, incorporemos la sierra alto-andina rural a la economía moderna y sostenible. Lampadia




Transformar JUNTOS en “JUNTOS PRODUCTIVO”

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Hemos señalado en colaboraciones anteriores que la mejor manera de prevenir los conflictos en las zonas mineras es que los campesinos se conecten beneficiosamente al mercado aumentando la productividad de sus actividades productivas. Es decir, que se conviertan en empresarios, emancipados de la pobreza.

Para ello, el Estado cuenta con un instrumento que no usa: el programa JUNTOS que, tal como está ahora, no sirve; se limita a distribuir 100 soles al mes a las familias pobres a cambio de que los hijos vayan a la posta y al colegio, pero, como veremos, sin ningún impacto en la reducción de la pobreza ni de la desnutrición. Para que sea eficaz, JUNTOS debe convertirse en “JUNTOS PRODUCTIVO”. Preguntándole, por ejemplo, a la familia beneficiaria si en lugar de recibir los 100 soles le interesaría recibir 50 soles y destinar los otros 50 a amortizar el adelanto necesario para instalar un micro reservorio familiar, riego por aspersión, pastos cultivados y un huerto de hortalizas en su chacra. Estoy seguro que la gran mayor parte de familias, que quieren progresar y no depender de regalos, aceptarán la propuesta.

De esa manera, en lugar de esperar a la siguiente generación, tendríamos a una proporción importante de familias campesinas andinas saliendo de la pobreza en muy poco tiempo, en uno o dos años, pues esas tecnologías, ya conocidas y probadas, son de resultado inmediato.

Evaluación de impacto

Hay que tomar en cuenta que el programa JUNTOS no produce desarrollo ni saca a los pobres de la pobreza. La última evaluación de impacto[1] de dicho programa, realizada el 2017, arrojó las siguientes conclusiones:

  1. la asignación del subsidio genera un aumento en el consumo per cápita de los hogares,
  2. no obstante, la tasa de pobreza y pobreza extrema permanecieron inalterables[2]
  3. el programa ha logrado incrementar la asistencia a la escuela y disminuir la deserción escolar y
  4. no se muestran impactos en términos del parto institucional, incremento de la talla al nacer y el peso al nacer o reducción del bajo peso al nacer.

JUNTOS no solo no reduce la pobreza, sino que la condicionalidad de asistir a los controles de la posta no tiene, como vemos, el efecto de producir un incremento de talla y peso al nacer. Tampoco Juntos sirve para reducir la desnutrición:

“…Juntos habría logrado incrementar el cumplimiento adecuado de los controles CRED en alrededor de 17-19pp adicionales al valor de línea de base del grupo de control (20%). No obstante, no hay evidencia… de que los impactos se hayan materializado en términos de la reducción de la desnutrición” (loc.cit. p. 7).

Gastan menos de la mitad

El Estado invierte cerca de 1,000 millones de soles al año en un programa que no está ayudando a reducir la pobreza ni la desnutrición. Es hora de reconvertirlo de modo tal que logre esos resultados de manera casi inmediata. Hablábamos de destinar la mitad de lo que recibe la familia a amortizar un adelanto que permita instalar tecnologías productivas, comenzando con el riego por aspersión. Pues bien, eso es lo que de alguna manera ya está ocurriendo, pues la evaluación encuentra que los beneficiarios gastan menos de la mitad de lo que reciben. En efecto, la evaluación señala lo siguiente:

“Resulta interesante observar que el impacto de Juntos en el gasto (5.7% – 9.0%) es inferior a la magnitud de la transferencia (alrededor de 16% del gasto). La literatura parece sugerir que ello se debería a que los hogares realizan inversiones productivas o ahorran”. (p. 6)

Si las familias usan para su gasto de consumo menos de la mitad del dinero mensual que reciben, y el resto lo ahorran o realizan inversiones productivas, pues queda claro que es muy probable que la mayor parte acepte la propuesta que se les haría, de destinar la mitad al pago de las tecnologías que se instalarían. Por lo demás, quien les haría la propuesta y les explicaría qué tecnologías y cómo se adoptarían, serían los yachachik, campesinos como ellos que conocen las mencionadas técnicas productivas y que no generan resistencia.

Hay que tomar en cuenta, de otro lado, que el universo JUNTOS, si está bien focalizado, coincide aproximadamente con el de la pobreza rural. Hay alrededor de 700,000 hogares afiliados a JUNTOS, y el número de hogares rurales en situación de pobreza es de 723,743. Si todos los hogares JUNTOS aceptaran la propuesta de pasar a un JUNTOS PRODUCTIVO, la mayor parte de la pobreza rural desaparecería en un año o dos. Sería un avance histórico.

Piloto en Cotabambas y Apurímac

En la provincia de Cotabambas, asolada por el conflicto con Las Bambas, pasaría lo mismo. En el siguiente cuadro podemos ver el porcentaje de hogares que recibe dinero de JUNTOS en cada distrito:

Exceptuando el caso especial de Chalhuahuacho, en todos los demás dicho porcentaje oscila entre el 52% y el 60%. Pasar a un JUNTOS PRODUCTIVO supondría un programa masivo de desarrollo productivo en esos distritos. Cambiaría por completo el ethos campesino. Se podría comenzar con esa y algunas otras provincias de Apurímac como piloto.

Las tecnologías (micro reservorios familiares, riego por aspersión, pastos cultivados, huerto de hortalizas, cuyes, etc.) son conocidas y están probadas: las difunde Sierra Productiva y el propio Haku Wiñay, que es un programa de Foncodes que está en el propio MIDIS. De modo que los instrumentos están a la mano para dar este salto cualitativo. No hay complicaciones. Es cuestión de decidirse. Lampadia

JUNTOS PRODUCTIVO

6’593,200 pobres, 313,000 menos
900,500 pobres extremos, 308,800 menos

 

[1] “Servicio de Consultoría para el Análisis de Resultados para Estimar los Efectos Directamente Atribuibles del Programa Nacional de Apoyo Directo a los Más Pobres JUNTOS” Equipo Consultor: Alvaro Monge Zegarra Janice Seinfeld Yohnny Campana. Entrar a: http://evidencia.midis.gob.pe/evaluacion-de-impacto-del-programa-juntos-resultados-finales/

[2] La evaluación constata que “el consumo per cápita de los hogares se ha incrementado y se observa una recomposición hacia el gasto en alimentos. Así, con respecto a los valores pre-tratamiento, Juntos habría impactado en 5.7% – 9.0% en el gasto per cápita, 9% – 12% en el gasto en alimentos, 7-10% en el gasto básico (que incluye alimentos, salud y educación) y habría incrementado la proporción del gasto realizado en alimentos en alrededor 2pp. Todo esto habría permitido 6 que la severidad de la pobreza se reduzca en alrededor de 2.7% – 3.7% con respecto a la línea de base. No obstante ello, la tasa de pobreza y pobreza extrema permanecieron inalterables” (Op. cit. pp 5-6).




El Arzobispo de Lima nos quiere devolver a la Edad Media

Jaime de Althaus
Para Lampadia

El arzobispo de Lima, Carlos Castillo, ha resultado un anti-minero y anticapitalista mucho más radical que el pos-extractivista Marco Arana, o que el ex Patria Roja Gregorio Santos, o incluso que el InkarrIslamista y anti “colonialista” Edwar Quiroga, que ya es mucho decir. Podría formar un frente con ellos, y liderarlo.

Ha declarado la semana pasada en el Canal N que “estamos en un problema de absorción minera del país, y podríamos decir, de destartalamiento humano por obra de la ambición financiera y la combinación entre ambas”. Lo que quiere decir, aparentemente, es que, entre la minería, que se está ¿tragando? al país, y la ambición financiera (¿de los capitalistas?), se está destruyendo o descomponiendo la humanidad de los peruanos.

Su visión es apocalíptica, catastrófica. Dice: “somos un país que todos ambicionan en este momento porque tenemos casi todo el mineral del mundo…, el asunto es que vamos acabar triturados ¿no?, porque nos van a saquear de mil formas y lo peor es que saquean toda nuestra naturaleza y a todas nuestras personas”.

La minería es el mal. Es un monstruo destructor, triturador. También “saquea”, usando la clásica expresión anti colonialista o anti imperialista de los años 70. Nuestro arzobispo se ha quedado en la era colonial, cuando la Cruz acompañaba y santificaba a la espada para saquear precisamente. Estaríamos ante un arrepentimiento secular demasiado tardío y equivocado en su objeto, porque la minería actual no es la de la Colonia ni la de los años 50, ni los campesinos andinos son arrastrados a la mita minera con la Biblia por delante.

La mediana y gran minería actual es ambiental y socialmente responsable. No genera pasivos ambientales sino activos ambientales. Por ejemplo: convierte los tajos vacíos en lagunas que dan agua a la agricultura, construye reservorios, siembra bosques, devuelve la naturaleza en el cierre de minas. Necesitamos que haya mucha más minería para sembrar y cosechar agua en toda la Sierra, forestar y luchar así, con recursos, contra el cambio climático.

Incluso para prevenir los huaycos e inundaciones que arrecian cada vez más. Como escribió Carlos Gálvez, ex presidente de la Sociedad Nacional de Minería: “Paradójicamente, ya desde hace algunos años observo las discusiones sobre la disponibilidad de agua para nuestros poblados y la actitud de rechazo a la propuesta del sector minero de:

  • construir reservorios de agua en las alturas,
  • sembrar Queñuales en la ribera de los ríos para rellenar el acuífero a lo largo de estos,
  • canalizar o construir túneles que eviten que el agua de los ríos, aquella que muchas veces ha sido previamente turbinada por centrales hidroeléctricas, se vea impactada por todo el desmonte (basura, cascajo, árboles y ramas) arrojado por los pobladores ribereños antes de llegar a las plantas de tratamiento de agua como La Atarjea y Huachipa.  
  • Y, lo más importante, regular las avenidas en época de lluvia y soltarla de manera regulada y limpia en el estío, convirtiéndose en un aliado estratégico del país”.

Las minas pueden ayudar a las familias campesinas a salir de la pobreza no dándoles dinero –que no es digno- sino tecnología de riego por aspersión para aumentar su productividad. Es decir, integrándolas al mercado productivamente. Algunas lo hacen. Otras menos. Otras caen en el círculo vicioso de las donaciones para aplacar pedidos en lugar de avanzar hacia el desarrollo compartido para generar economías locales auto sostenibles más allá de la existencia de la mina. Las tecnologías de Sierra Productiva son ideales para esto. Convierten a campesinos muy pobres en empresarios vibrantes en uno o dos años. En ciudadanos del Perú.

Eso es lo que la Iglesia debería promover: una relación virtuosa y no viciosa entre minería y comunidad, en lugar de fomentar el enfrentamiento o el rechazo de las poblaciones a las operaciones mineras. Pero quizá nuestro colonial arzobispo piensa que es malo que los campesinos salgan de la pobreza, que se conviertan en empresarios pujantes. Es decir, en capitalistas. El demonio. 

Países avanzados se desarrollaron con la minería o el petróleo, y siguen siendo mineros y sus principales exportaciones siguen siendo las mineras. Estamos hablando de Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Noruega, Chile. Ese es nuestro camino. Para eso necesitamos una institucionalidad estatal presente en el territorio, es cierto. Un alto representante del Premier en las zonas mineras que articule al Estado y lleve adelante un plan de desarrollo en esas zonas. Y prevenga así los conflictos. Y necesitamos reformar el canon para que no sea fuente de corrupción sino de desarrollo integral.

Necesitamos aprovechar el recurso que Dios nos ha dado –señor arzobispo- para redimir de la pobreza a nuestros campesinos y para tener el presupuesto necesario para mejorar sustancialmente la salud y la educación en nuestro país, y prepararnos para la cuarta revolución industrial.

Sería bueno que colabore en esta ruta al futuro en lugar de regresarnos a la Edad Media. 

Video de la entrevista al arzobispo:

Lampadia




Siembra y Cosecha de Agua

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 5 de mayo de 2017
Para Lampadia

Muchos iqueños no saben – y algunos ni siquiera quieren saber – lo que estamos haciendo en la Sierra de nuestra región. La verdad… no tengo palabras para describir la belleza de los reservorios – llenos de aguas preciosas y cristalinas, captadas durante la última temporada de lluvias – y las primeras plantaciones de pinos en lo alto de nuestra cordillera. Ya tenemos cerca de 13 reservorios y 250 mil pinitos plantados. Y antes de finalizar nuestra gestión – en diciembre del 2018 – debemos llegar a unos 107 reservorios y más de dos mil hectáreas de bosques de pinos. A la larga, vamos a dejar trazado el camino para construir miles de reservorios en las alturas de todas nuestras cuencas, y plantar cientos de miles de hectáreas de bosques de pinos y otras especies forestales.

Los constructores de esta gran obra son muchos. Sin embargo, el artífice indiscutible del proyecto es el Ing. Néstor Mendoza Arroyo; nuestro Director Regional de Agricultura. Un cajamarquino – de quitarse el sombrero – que tiene un ángel especialísimo en su trato con la gente sencilla del campo. Él personifica a la perfección aquel dicho que dice… “el que sabe, sabe”. Efectivamente, nadie – mejor que él – conoce al más mínimo detalle los conceptos y técnicas de la “Siembra y Cosecha de Agua”, la cual incluye conocimientos de viveros, genética vegetal, reservorios, forestación, riego tecnificado, etc. Ciertamente, el equipo que lo acompaña tiene también muchos méritos.

Luego están los valiosísimos aportes de las Comunidades Campesinas de las cabezadas de nuestras cuatro cuencas regionales; como son (1) Río San Juan o Chincha, (2) Río Pisco, (3) Río Ica, y (4) Río Grande, que cubre los valles de Palpa y Nasca. En síntesis, todos los ríos de Ica van a tener agua en los estiajes, gracias a los reservorios y bosques que estamos construyendo arriba en la cordillera.

Ahora bien, esta gran obra no se puede ver desde la Costa. Para verla y gozarla, hay que ir a la Sierra – mejor dicho, al “cielo” – a las comunidades de San Juan de Yanac, Huañupiza, Chavín, Liscay, San Pedro de Huacarpana, Bellavista, Pauranga, Curis, San José de Curis, San Andrés de Quilcanto, Santa Ana de Tibillos, etc. a las que hay que sumar las comunidades de las provincias hermanas de Castrovirreyna y Huaytará en Huancavelica, y Lucanas en Ayacucho. Allá arriba está ocurriendo el milagro del agua y – su derivada – la vida. Desde la madrugada, hasta el atardecer… inclusive de noche, estos paisanos estupendos están llevando a cabo – silenciosamente – una verdadera revolución ambiental y social, que beneficiará – de arriba abajo – a toda la región.

Sí… la Sierra de Ica es preciosa y majestuosa, y tiene los nombres que acabo de mencionar. Más bien, aprovecho la ocasión para recomendarle a todos los iqueños que suban a nuestro “cielo” para valorar el esfuerzo de todos los que están ejecutando la “Siembra y Cosecha de Agua”. Aparte de la indescriptible belleza del paisaje, conocer a tanta gente buena y encantadora resulta una experiencia gratísima.

Ese es – pues – el mundo del agua, con el cual nos comprometimos cuando asumimos el Gobierno de la región. Y estoy convencido de que estamos haciendo lo correcto. En todo caso, nuestros hermanos de la Sierra están encantados, y en todo momento exteriorizan su compromiso y convicción respecto a las bondades del proyecto. De nuestra parte, nos sentimos también encantados por lo que estamos haciendo, porque – más temprano que tarde – vamos a tener el “Agua Grande” que tanto requerimos para el progreso de nuestra pujante agricultura.

Por todo lo expresado, vamos a seguir – sin cansancios, sin quejas, y sin hacerle caso a los criticones – con este proyecto que más parece una gran obra de arte… la cual se ve mejor desde el “cielo”. Lampadia




PRODUCE heredó un ‘campo minado’

Los CITE organizados durante el gobierno de Ollanta Humala, han sido evaluados por ONUDI y se han encontrado una serie de observaciones importantes, que consideramos necesario revisar.

En Lampadia hemos mantenido una serie de enfrentamientos conceptuales públicos con el anterior ministro de la Producción, Piero Ghezzi.

  • Esto empezó antes de que Ghezzi entrara al ministerio. Con su libro, ¿Qué se puede hacer con el Perú? (escrito con José Gallardo, eventualmente ministro de Transportes y Comunicaciones en el mismo gabinete), en el que comparaba absurdamente, el desarrollo de la minería peruana con las experiencias del guano y del caucho. Además, entre otras perlas, afirmaba que el Perú ya había agotado su ‘bono demográfico’. En su momento comentamos que el libro parecía una estrategia de marketing personal para hacerse visible como eventual ministro.
  • Posteriormente, ya como ministro, cuestionamos que mantuviera y fortaleciera el nefasto decreto DS-005-2012-PRODUCE de su antecesora, Gladys Triveño, que desestabilizó la industria pesquera. Ver en Lampadia: Graves fallas del ordenamiento pesquero, Más sobre el ordenamiento pesquero (incluye artículo, una carta del Ministerio de la Producción a Lampadia y nuestra respuesta).
  • Igualmente, tuvimos que enfrentarnos a su gestión cuando articuló el contenido del ‘Plan de Diversificación Productiva’ (PDP), el cual parte de algunas premisas incorrectas y diagnósticos sesgados de la economía peruana. 

En el documento se señaló que uno de los objetivos del PDP era “Generar entre los peruanos una visión de largo plazo sobre la necesidad de diversificar la economía. Los países que han logrado transitar de ingresos medios a ingresos medios-altos se han diversificado”. ¿Quién puede oponerse a que un país diversifique su economía? Evidentemente, nadie. El punto de discusión es cómo se pretende hacerlo.

En Lampadia tuvimos importantes objeciones al planteamiento de Ghezzi, ver: El diagnóstico equivocado del Plan de Diversificación Productiva y Plan de Diversificación Productiva y sus diagnósticos equivocados.

Además de las objeciones al plan, anotamos que el mismo, validó el abandono del sector minero como motor del crecimiento económico y, alentó el regreso a políticas industriales típicas de un Estado intervencionista, que se permite elegir a los ganadores y perdedores de la economía. 

A pesar de que el Ministerio luego reacomodó su plan, el daño ya estaba hecho, pues el Perú olvidó los beneficios de la minería.

Es en este momento que empiezan a multiplicarse los CITEs. Para nuestra sorpresa, ahora vemos que la estrategia de desarrollo de los mismos, reflejaba, en buena medida, la praxis política de Ghezzi, con la visión de un Estado intervencionista y un excesivo despliegue mediático, en el que priman las fotos más que el contenido.

Tras evaluar el informe de la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), en la que en referencia a los CITEs se afirma que se “Considera como una falla de Estado, a aquel acto de política pública que tiene un impacto neto negativo sobre el bienestar”, tenemos que volver a presentar nuestras diferencias conceptuales con la gestión del ministro Ghezzi.

Fiel a su estilo, ahora Ghezzi se dedica a criticar las afirmaciones de PRODUCE y de  ONUDI sobre la calidad del programa de los CITE. Sorprendentemente, el diario El Comercio en su publicación del domingo (23 de abril), respalda las críticas de Ghezzi y  rescata a su antecesora, Gladys Triveño para contrastar las conclusiones del estudio de ONUDI. Por su lado, Juan José Garrido, director de Perú21, afirma que en  “[Los CITES] No solo se ha gastado sin sentido, sino, además, de manera irresponsable (incluso transgrediendo la normativa nacional). Hay CITES que no cuentan ni con luz ni agua potable, otros que se encuentran sin infraestructura adecuada; la mayoría son solo ladrillos sin capital humano. ¿Eso era lo que entendían por innovación y desarrollo tecnológico?”.

En síntesis, ni la regulación pesquera, ni el PDP, ni los CITES, estuvieron bien enfocados y merecen que ampliemos nuestras críticas a la gestión de un ministro excesivamente mediático, y muy apurado en implantar reformas y programas que requerían mayores estudios y debates.

Compartimos con nuestros lectores los documentos preparados por ONUDI:

Análisis de los CITES por la ONUDI
Revisión de la Situación Actual de la Red de CITE en Perú
Resumen Ejecutivo de la Revisión de la Situación Actual de CITE en Perú

Además, líneas abajo, resumimos los comentarios más importantes de la ONUDI sobre su evaluación de los CITE en el Perú:

“Revisión de la Situación Actual de la Red de Centros de Innovación Tecnológicos (CITE) en Perú”

Elaborado por Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI)

“Consideramos como una falla de Estado, a aquel acto de política pública que tiene un impacto neto negativo sobre el bienestar”.

“Estudio en el que se ha buscado patrones transversales a los diversos CITEs en tres aspectos fundamentales. Alivio de Fallas de Mercado, Articulación con el Sistema Productivo y Calidad de Diseño e Implementación”.

“Se encontró que en múltiples ocasiones el accionar planificado de los CITEs no iba dirigido al alivio de fallas de mercado sino más bien a acciones de soporte productivo en las que el Estado pasaba a asumir una porción de una determinada cadena de valor. Es decir una versión bastante parcial del Estado Empresario en el que el Estado asume el rol de productor de bienes y donde no se generan externalidades positivas de ningún tipo de su accionar. Esta clase de acciones puede tener consecuencias nocivas como desplazar injustificadamente al sector privado de una porción de la cadena de valor y volverse una permanente fuente de destrucción de valor económico”.

Fuente: Perú21

Ejemplos de los comentarios del estudio sobre CITEs específicos:

  • CITE Forestal Pucallpa
    “Se presta a los empresarios del sector los servicios de afilado de cuchillas, carpintería básica y secado de maderas. Existe un sentimiento de inconformidad en los empresarios por las bajas tarifas que ofrece en estos servicios, generando una distorsión muy amplia entre el costo comercial y el precio CITE”.
  • CITE Pesquero Ahuashiyacu
    “El CITE todavía no cuenta con equipamiento. Una vez que esté en operación va contar con el siguiente equipo: Planta de procesamiento con una capacidad de 02 toneladas diarias, para eviscerado y 01 toneladas diarias para congelado. con una capacidad de almacenaje 40 toneladas de producto terminado, en dos cámaras de producto congelado, un túnel de congelamiento por aire forzado de 1 tonelada por hora en batch de ocho horas. Un productor de hielo en escamas con capacidad para dos toneladas de hielo en 24 horas. Planta para procesar productos curados, hasta dos toneladas diarias, que es la capacidad máxima de eviscerado: seco y salado, ahumado…..”.
  • CITE Agroindustrial – UT Ambo
    “Es extremadamente dificultoso transferir buenas prácticas agrícolas a los productores independientes, por su renuencia a modificar los procesos tradicionales”.

[Increíblemente, desde el año 2000, cinco gobiernos, incluido el actual, se resisten a apoyar la difusión del Programa de Mejoras Tecnológicas, Productividad y Calidad de Vida de Sierra Productiva (SP). 

En cuanto a la capacidad de “trasferir buenas prácticas agrícolas a los productores independientes”, la FAO, después de evaluar SP, afirmó que era el único programa a nivel mundial que no generaba resistencia al cambio, y que por lo tanto, su capacidad de ser exitoso era mucho mayor que cualquier otro programa. 

¿Cuál era la razón que origina esa efectividad? – La difusión del programa a través de los Yachachiq, campesinos iguales a los sujetos de cambio, que ya habían adoptado las técnicas de SP y las explicaban en el mismo idioma, con gran credibilidad. Algo muy diferente al uso de técnicos contratados, o personal externo a la realidad de los campesinos, que son percibidos como una suerte de ‘marcianos’. Error cometido por el Estado, cada vez que quiere apropiarse de SP, pero ‘a su estilo’. Algo, no solo inefectivo, sino también, oneroso. El Estado desconfiando de los campesinos como agentes de cambio, a pesar de las experiencias de SP con más de 60,000 familias].

  • CITE Agroindustrial Oxapampa​​​
    “El problema es la carencia de materia prima, por lo que para la obtención de néctares y concentrados de maracuyá, por ejemplo, tienen que recurrir a proveedores del norte del país”.
  • CITE Agroindustrial Majes
    “Diferencia entre la realidad productiva de la región y las CITE pone en duda los criterios mediante los cuales se ha determinado los productos a ser impulsados por los CITEs”.
  • CITE Agroindustrial – UT Ambo
    “No existe una caracterización de la situación de la cadena productiva, ni tampoco un análisis de la potencialidad exportadora de las tres cadenas seleccionadas.”
    “No se consideró previamente si es que existía en la zona de intervención del CITE el capital humano útil para la difusión del impacto de la CITE, y en todo caso tampoco se tomaron medidas para paliar estas deficiencias”.
  • CITE Agroindustrial Huallaga
    “La planta no dispone de agua potable (estaba previsto conectarse a la tubería de la red de agua potable que abastece a la población cercana de Aucayacu, pero se enfrenta la resistencia de los pobladores), no está previsto el saneamiento, y el punto de conexión de energía eléctrica trifásica más cercano está a 11 km de distancia.”

Conclusiones del estudio:

“Para ser efectivo un programa de innovación debe cumplir con un conjunto de requisitos”:

  • Fundamentar cual es la falla de mercado sobre la que se plantea intervenir
  • Responder por qué las herramientas de intervención elegidas son superiores a las alternativas
  • Se debe establecer protocolos de análisis de impacto
  • Cuidar la ubicación de los CITEs y las actividades a ser cumplidas por los mismos
  • Incrementar la articulación con el sector productivo local y la magnitud del impacto sobre el mismo 

“De los casos analizados parecería que no se establecieron los mencionados protocolos”.

“Por ello se requiere de una revisión a profundidad del despliegue de la red de CITEs tal como ha sido planteada, no hacerlo implicaría el dar mal uso a centenas de millones de soles y perder la oportunidad para, con estos recursos, impulsar de manera más efectiva la productividad e innovación nacional”. Lampadia




The wind beneath my wings

EDITORIAL DE LAMPADIA

La figura del viento se usa muchas veces para explicar los ciclos de la economía. El viento a favor impulsa el crecimiento y el viento en contra lo detiene. Pero hay otra forma de ver la figura del viento que, para un país pequeño como el Perú, es una figura más importante, una menos coyuntural: ‘el viento debajo de mis alas’1. En esta figura el viento se ve como el sustento en el que se despliegan las alas para volar. O crecer a buen ritmo, si hablamos de la economía.

¿Cuál es ese viento? – Pues el comercio internacional, los flujos de inversión extranjera, la globalización. Sin ellos, un país tan pequeño como el nuestro solo podría crecer lentamente, a un ritmo insuficiente para remontar las brechas sociales y económicas que nos lastran y lejos de poder dar el impulso que necesitamos para emparejarnos con los países más ricos y evitar así que nuestros pobres se alejen para siempre del nuevo mundo que trae la ‘cuarta revolución industrial’.

Fuente: www.meditaldia.com

Como hemos dicho mil veces en Lampadia, lamentablemente nuestras izquierdas siguen sin entender esas ecuaciones básicas y siempre se han opuesto al comercio internacional, la inversión extranjera y la globalización. Lo que es más, han llegado al extremo de ponerse una camisa de fuerza para que ninguno de ellos se escape del despropósito: todos ellos abogan oficialmente por el llamado pos-extractivismo. (Ver: Pos-Extractivismo: Autarquía y empobrecimiento).

Este postulado ideológico, formulado por un uruguayo, plantea que los peruanos optemos por una economía de sustento, de sobrevivencia, por producir lo mínimo posible de todo. Un crimen anti-pobre y anti-peruano, pues justamente nuestro país se caracteriza por tener todos los recursos posibles para que seamos un país rico, para no tener pobres. Ya hemos ejemplificado este crimen analizando la aplicación de este planteamiento en el sector agrícola, por el cual, increíblemente, todas las izquierdas, los supuestos luchadores por los pobres, pretenden ‘condenar a nuestros campesinos a la pobreza eterna’. Ver: Agroexportación: Una industria de clase mundial.

Hace algunos días hemos requerido a esas izquierdas que renuncien al pos-extractivismo, pero: no se oye padre. Mutis por  el foro. Todos ellos prefieren seguir agazapados detrás de esas murallas construidas con ‘las ideas muertas’, como las califica Moisés Naím.

Pero volvamos al ‘viento debajo de nuestras alas’. Para salir de la pobreza tenemos que crear riqueza. ¿De donde la sacamos? ¿Podemos inventarla solos? ¿Aislados del mundo? ¡Pues debemos decir categóricamente que no!

La riqueza nos está esperando en el crecimiento de la economía. Nos está esperando en los bolsillos de los que más tienen en el mundo. La integración de la economía peruana a los mercados globales es una suerte de sifón que extrae recursos de los más ricos para proveerlos a los pobres, nosotros, todos los peruanos. El crecimiento que solo puede acelerarse volcando nuestros recursos hacia el exterior, genera empleo y excedentes productivos en todos los sectores de la economía y para el Estado. Repetimos, sin ellos, sin esos recursos, estaríamos condenados a arrastrarnos en una pobreza innecesaria, injusta e inmoral. Pues teniendo todo para generar riqueza, no hacerlo es inmoral.

Este análisis es incontrastable. No hay otro camino para el bienestar general. Por ello nos llama la atención la falta de ambición del gobierno de PPK, que no atina a llamarnos a desarrollar una gesta por el crecimiento, que no sale a las calles y plazas a explicar a los ciudadanos las ecuaciones de la creación de riqueza, que no alienta aún las grandes inversiones en todos los sectores.

Por ahora el gobierno plantea que nuestro PBI crezca 5% anual, cuando podemos desatar una revolución productiva que nos lleve a crecer 7 a 8% por año. Cuando podemos terminar de desarrollar nuestros proyectos mineros, energéticos y forestales además, por supuesto de las infraestructuras, las agro-exportaciones y el turismo, entre otros.

Por ejemplo, el ministro de Energía y Minas sigue disculpándose de tener una mayor pro actividad en los supuestamente bajos precios de los metales, pero la verdad es que el Perú es competitivo con los precios actuales y, solo el crecimiento de la China de 6% equivale a más de tres veces el PBI anual del Perú. ¿Por qué no atinamos a invitar a los mayores operadores globales del sector forestal de Finlandia, Noruega, Canadá y Nueva Zelanda a invertir en el país? Solo en la sierra tenemos 7´000,000 de hectáreas deforestadas. Solo en el sector forestal podríamos lograr algo parecido al boom de inversiones mineras que arrancó en los años 90 y movió las agujas de nuestro crecimiento de manera tan importante. Nuestro potencial forestal permite que lleguemos a exportar entre 30 y 40,000 millones de dólares anuales (cinco veces las de Chile).

¿Qué estamos esperando para emprender ‘la gesta del crecimiento y el bienestar general’?

Por supuesto, crecer no es lo único que debemos hacer. También debemos ver la mejor y más rápida manera de traer a nuestros pobres a la economía de mercado. También tenemos que hacer una revolución educativa y llevar los servicios del Estado a todos los peruanos. Para ello tenemos que hacer reformas y mejorar nuestras instituciones. Por ello, ante tan grande tarea y, después de haber prácticamente perdido cinco años, no tenemos tiempo que perder.

No podemos perder el período de gracia del nuevo gobierno sin movilizar las voluntades de todos los peruanos por la gran gesta del crecimiento, la madre de nuestra riqueza y la fuente del empleo digno para todos.

Pero ahora se cierne otro peligro sobre nosotros, la torpe ola anti-globalización y anti-comercio-internacional que se está desatando en el mundo de los países más ricos. El corte del ‘viento debajo de nuestras alas’ que es la base para crear riqueza en los países emergentes. Ver en LampadiaLa trampa anti globalización¿El fin de la globalización?El sándwich que amenaza a los países emergentes.

No nos dejemos engañar, la globalización, el comercio internacional y los flujos de inversión extranjera son los que permitieron la mayor disminución histórica de la pobreza y la desigualdad en los países emergentes durante las últimas décadas.

Conclusión y Propuestas

  • Exijamos a nuestras izquierdas que renuncien al pos-extractivismo y a las ‘ideas muertas’.
  • Apoyemos al gobierno para que sea más ambicioso y asuma un rol más pro activo por el crecimiento.
  • Enarbolemos la bandera del libre-comercio y la globalización y aprovechemos la próxima reunión de APEC en el Perú para generar una reacción global por mantener ‘el viento debajo de nuestras alas’, las de todos los países emergentes.

Lampadia 

1 El viento debajo de mis alas, “The wind beneath my wings”. Canción escrita en 1982 por Jeff Silbar y Larry Henley, popularizada por Bette Midler.




Las rondas se pasaron al ‘lado oscuro de la fuerza’

Las rondas se pasaron al ‘lado oscuro de la fuerza’

“El hombre es lobo para el hombre”, afirmaba Hobbes (autor del Leviatán) para destacar la importancia del Estado como organizador de la vida en sociedad, de la convivencia pacífica que atenúe o limite las acciones negativas y egoístas de los seres humanos y los lleve a colaborar y pensar en el bien común. Sin Estado, se impone la anarquía. Una de las principales funciones del Estado es la de proveer seguridad e impartir justicia. Así se evita que los hombres se hagan justicia por mano propia y que se imponga la ‘Ley del más fuerte’. Los espacios vacíos siempre se llenan, si el Estado no cumple con sus responsabilidades, los ciudadanos y las mafias adoptan otras modalidades de justicia, algunas de ellas violentas, como ‘juicios populares’, linchamientos y asesinatos.

 

 

Las rondas campesinas que surgieron en el Perú en la década de los 70 para combatir al abigeato y se propagaron por buena parte del país en los 80 para defenderse de la insania de Sendero Luminoso, fue una respuesta de las comunidades ante la ausencia e incapacidad del Estado para proveer seguridad. Hace 39 años consiguieron reconocimiento legal mediante la Ley 27908. En esa norma se les permite conciliar en conflictos y apoyar a la justicia

Las rondas y comités de autodefensa, que fueron claves en la derrota de Sendero, han ido pasándose al ‘lado oscuro de la fuerza’: Se han politizado,han sido capturadas  por movimientos anti sistema como Patria Roja, participando abiertamente en acciones anti-inversión, como en Cajamarca;algunas se han vinculado a mafias como las del narcotráfico y; otras, ante la ausencia y poca efectividad de la justicia formal, han  incrementado sus capacidades para ‘impartir justicia’, al punto que hoy la policía ha dejado de entregar a los delincuentes que captura al Ministerio Público (fiscalía), como ordena el Código Penal, para dejarlos en custodia de los ronderos. (Ver en Lampadia: La injusticia informal (paralela) no es la solución).

 

 

Esta situación ha llevado a que los ronderos se excedan en sus funciones. Se los ha visto flagelando a parroquianos de prostíbulos y bares, golpeando a infieles, secuestrando a estudiantes y profesores por problemas de límites entre comunidades rivales, participando en acciones violentas en marchas, protestas y huelgas, además de mantener un control territorial sobre zonas comunales donde impiden el paso y el libre tránsito (ver en Lampadia: Territorios liberados amenazan libertad, democracia y prosperidad).

A pesar de estos excesos,las rondas han sido legitimadas porel Poder Judicial (PJ) en el 2009,  cuando la Oficina Nacional de Justicia de Paz y Justicia Indígena (ONAJUP) adoptara un acuerdo de la Corte Suprema para reconocer la capacidad de las rondas campesinas para ‘impartir justicia’. Desde entonces, esta interpretación del artículo 149º de la Constitución, representa la posición formal del PJ con la que renuncia a sus obligaciones, dejándolas en manos de las rondas campesinas.

Cuando la Comisión de Justicia del Congreso, quiso limitar esta excesiva facultad, pues las rondas podrían detener, pero no juzgar, saltaron las ONG y otros socios de la creación de territorios libres. El Poder Judicial (que no deseaba que le enmendaran la plana) y los propios ronderos que hicieron huelgas, paros, marchas, tomas de carreteras y otras amenazas con la violencia. Los congresistas, como es su costumbre, retrocedieron y convalidaron las prerrogativas que detentan las rondas. De esta forma se volvió a legitimar una nueva instancia judicial paralela en el Perú.

Como la propia Constitución reconoce, al igual que distintos convenios internacionales, las comunidades campesinas y nativas (cualquiera sea su origen), tienen el derecho a impartir justicia dentro de sus áreas de influencia, de acuerdo a sus costumbres, tradiciones y usos. Es decir, una tercera instancia de administración (paralela) de justicia.

La preservación de las facultades de las rondas son una contradicción con los principios más elementales de lo que es administrar justicia. Esta requiere de diversas instituciones, del derecho a la defensa y de la doble instancia. Las rondas (armadas) ejercen las funciones de la policía (capturan), de los fiscales (acusan), de los jueces (condenan) y del sistema carcelario (castigan con reclusiones abusivas y con castigos físicos como azotes, apedreamientos y hasta linchamientos que ‘no pueden controlar’.

El país necesita “Gobernanza”como hemos propuesto varias veces en Lampadia, según la definición del Diccionario de la Real Academia: “Arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía”.

Sistemas de justicia paralelos, sin controles de la sociedad, sin límites a sus acciones y sin que se respeten los principios básicos de la administración de justicia en las sociedades civilizadas, son la negación de la propia justicia y uno de los caminos para que en el Perú se consoliden los ‘territorios libres’ controlados por actividades ilegales y anti nacionales como el terrorismo, el narcotráfico, la tala ilegal, la minería ilegal y las culebras armadas del contrabando puneño. (Ver en Lampadia: Visión de Futuro antes que un Acuerdo Nacional).

Así no se hace País. Ya es hora de que las decisiones de gobierno, en cualquiera de sus instancias, se basen en los objetivos de largo plazo de la República y, no en la politiquería cortoplacista y cobarde que solo busca el voto y el aplauso del populismo y los medios.  Lampadia

 

 




Entre el amor y el deseo: De campesinos a productores

Entre el amor y el deseo: De campesinos a productores

Vidal Pino Zambrano, Especialista en desarrollo rural. Marzo del 2014.

Algunos pensadores o entusiastas del “mundo andino”, destacan como parte de su tradición tres valores fundamentales: el munay (amar o ternura), el llankay (trabajar) y el yachay (conocimiento) y adicionan el adjetivo calificativo allinta que significa hacerlo bien, con la finalidad de explicitarlo, realzarlo y darle una cualidad, lo que termina derivando en allinta munay (ama con pasión), allinta llankay (trabaja con ahincó) y allinta yachay (aprende y comunica con el mayor vigor), este último también hace evocación y enfatiza los aspectos espirituales e intelectuales, de los andinos.

Más allá, de la valides histórica de estos valores, lo cierto es que estos se vienen generalizando. Lo concreto es que se están asumiendo como valores históricos.

El objetivo de la presente nota, no es poner en discusión la validez de los mismos, sino mas bien hacer hincapié o insistencia, en la disquisición de dichos valores y particularmente en la noción o el principio del munay, que se interpreta, erróneamente, como únicamente amor, cariño o ternura y se soslaya o esquiva el énfasis de valores como desear, apetecer y anhelar.

Munay es también deseo. El deseo, entendido como anhelar, sentir ganas, aspirar a algo, es la movilidad entre el afecto y la esperanza, es el afán a tener una mejor condición de vida, mejorar su sistema de producción, mejorar el rendimiento de plantas y animales, es mejorar ingresos. Es el anhelo de un día poder ganar un concurso en una feria, a poder tener un establo con vacas mejoradas, a disfrutar más tiempo con su pareja, a que sus hijos se eduquen y tengan buena salud, etc.

Hace algunos años, en una comunidad campesina de Ayacucho, hicimos un ejercicio con mapas parlantes (dibujos hechos por los campesinos sobre papeles de un metro cuadrado) y la pregunta era ¿Cómo ven ellos su comunidad y su “chacra” dentro de 20 años), todos dibujaron los campos con arboles (lucha contra la erosión), animales mejorados (mayor producción de leche y carne), riego por aspersión (mejor uso del agua), un tractor (mecanización), las casas con agua, desagüe y luz, buena carretera para que vengan los comerciantes y los colegios amplios con aulas conectadas al internet y una plaza bonita. Evidentemente todo este deseo, apetencia y anhelo, no era para las calendas griegas, sino que querían cumplirlo en no más de 20 años. En tal sentido, eran deseos que tenían que ser realizables, no eran sueños ni utopías inalcanzables. Querían ahora, por lo tanto eran muy vivos y actuales y definitivamente contrarios a la pasividad y/o idealización bucólica de la vida campestre del “mundo andino”.

Entonces estos mapas parlantes, nos ayudaron a distinguir la complejidad de los deseos expresados en casi todo el sistema de vida familiar y colectivo de la comunidad, todas ellas como necesidades acuciantes y al mismo tiempo con la posibilidades de lograrse en un tiempo no muy extenso, es decir operable y a su vez que se pueda cumplir más de un deseo al mismo tiempo.

Hay una nueva realidad, incontestable e irrefutable, que remueven tanto teórica comoprácticamente, los conceptos tradicionales de desarrollo y particularmente de desarrollo rural y al interior de estos el desarrollo de las comunidades campesinas y los diferentes grupos étnicos que habitan particularmente en la amazonia. Todas estas poblaciones están reinventando sus sistemas de relaciones entre su cultura, la identidad y el patrimonio, contrariamente a las propuestas que vienen desde las “elites intelectuales” ellos las están dinamizando desde su visión y “recogen de la sociedad global” todo lo que puede ser útil y dinamizador.

En tal sentido, para ellos la cultura, no es un aspecto a considerar en el desarrollo, sino el referente que vertebra y le da unidad y dinamismo al resto de las dimensiones, en el continuo flujo con los diferentes factores externos. Así pues, son culturalmente, sociedades muy abiertas.

Contrariamente a quienes proclaman la pasividad, la idealización del mundo bucólico de la campiña y el ascetismo que no hace sino perpetuar la pobreza, para las poblaciones la esperanza es calmar sus deseos de felicidad y tratar de cumplirlos en los próximos años y no esperar como una utopía inalcanzable, o que solo será tarea de las generaciones futura, ellos quieren ya y ahora, cuanto antes mejor.

En ese sentido, el principio del deseo está también ligado al sueño, a la utopía realizable, ya que se trata de un estado complejo que dará el fruto basado en el esfuerzo y la entrega para generar riqueza, que es el primo hermano del bienestar.

Las políticas de desarrollo y, particularmente las políticas y, las intervenciones en el sector rural, lo que tienen que hacer es acompañar y elevar el nivel del deseo, elogiarlo en vez de ocultarlo predicando su virtud como creadora de riqueza y no quedarse en la ternura que inspira el paisaje andino y rural.

Ver ensayo completo en: http://www.lampadia.com/archivos/Articulo_Vidal_Pino_Z.pdf