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CUBA: ¿MITO O REALIDAD?

CUBA: ¿MITO O REALIDAD?

Revista Vivir Bien
Luis F. Popa
Ex diplomático cubano, profesor de UNMSM, PUCP y CAEN
Lima, agosto 2021

Nadie discute que el triunfo de la Revolución Cubana, cuando a través de la lucha armada llevada a cabo por el pueblo y en especial por la juventud, marcó un hito para América Latina y también para el mundo. Derrotar a una dictadura, de las tantas que han gobernado en Latinoamérica y en los países del llamado Tercer Mundo, fue un acto heroico y ejemplar.

Surgieron nombres como Fidel Castro, Ernesto “Che” Guevara, Camilo Cienfuegos y otros, que emulaban a héroes románticos de las novelas y el cine.

Cuando Castro entró triunfante a La Habana, el 8 de enero de 1959, luego de hacer una marcha popular desde la Sierra Maestra a través de toda la Isla, la alegría del pueblo cubano fue inmensa. Salvo las personas vinculadas al antiguo régimen del General Fulgencio Batista, todos los cubanos estaban con Fidel. La alta clase burguesa cubana, igual que las demás clases sociales, ponían en sus puertas pequeños letreros que decían: “Esta es tu casa Fidel”. Algo que, con el curso de los meses y los años por venir, él se lo creyó, expropiando las casas, palacetes, fincas (chacras), casas de playa y todas las propiedades privadas. Hubo un primer momento, que se intervino todas las propiedades de las compañías extranjeras, desde la electricidad, el teléfono, los centrales azucareros, minas, bancos, entidades de seguros, etc.

Después vendrían las propiedades de los capitalistas y empresarios nacionales, incluyendo los colegios y universidades privadas laicas y religiosas (incluyendo los dos colegios católicos en donde estudió Castro, los hermanos La Salle y el colegio Belén).  Este período fue entre 1960 a 1965.

Incluyendo dos leyes de Reforma Agraria, siendo la segunda, la más radical que se había realizado en América Latina hasta esta fecha. La primera en julio de 1959, fue de 400 hectáreas máximo que podría tener una persona jurídica o natural; la cual benefició a unas 100 mil familias campesinas (para ese entonces   Cuba contaba con una población de 6 millones de habitantes).

No obstante, esto no eliminó lo que el Gobierno Revolucionario denominaba una burguesía rural. Es por eso, que, en el año 1963, se   proclama una segunda ley agraria, limitando   la propiedad rural a 67 hectáreas. Una medida para eliminar privilegios y cubanos ricos.  Con el tiempo, y muy a pesar de Castro, la clase campesina cubana, fue de los primeras en alzarse en armas   contra su régimen, y a pesar de ser derrotados, en lo que el régimen denominó “Lucha Contra Bandidos” (LCB), y que no fue otra cosa que una guerra civil, entre 1961 a 1971, más o menos.

Fue un alzamiento campesino y de otras clases sociales, en especial pequeños grupos de jóvenes (en su mayoría católicos) y de ex combatientes de las guerrillas castristas y de otras agrupaciones que ayudaron a derrotar a Batista. Se infiltraban en la Isla procedentes de Miami, ayudados y financiados por la CIA.

Ellos, los campesinos, se convirtieron en nuevos ricos con el pasar del tiempo, a través de la especulación y el mercado negro, producto de la escasez de alimentos que históricamente, ha acompañado los 62 años de castro-comunismo en la Isla; con alzas y bajas.

Los primeros tiempos implementaron la famosa “Libreta de Racionamiento”, que con el tiempo fue mermando el número de alimentos que adjudicaban a cada cubano, hasta hoy día, que prácticamente no es nada de la canasta familiar. Si no tienes FE (familia en exterior que te envíes dólares o euros, no comes).

Las expropiaciones del régimen comunista continuaron; estableció una ley de reforma urbana, para que cada cubana tuviera un hogar, cosa que no pudo conseguir. Nadie podía tener dos viviendas, es decir, ni casa de playa o campo, en el caso que vivieras en una ciudad.

Pero la era dura de las restricciones de la vida se endurecieron, cuando, el 13 de marzo de 1968, en un discurso de Castro por el aniversario XI del asalto a Palacio de Gobierno por parte de los estudiantes universitarios con el fin de ajusticiar a Batista (el ataque fracaso).

Qué decretó Castro, ese día, que nadie debería tener propiedad privada, solamente propiedad personal, es decir, la casa y el auto (si tenías). Intervinieron todas las pequeñas y medianas empresas, hasta las bodegas, carnicerías, verdulerías, peluquerías, kioscos y hasta los lustrabotas.

Todo pasó a manos del Estado. Los dueños y empleados de estas propiedades, se convirtieron de la noche a la mañana en trabajadores del Estado.

Es el inicio de la llamada “Ofensiva Revolucionaria”, construir el socialismo paralelamente con el comunismo. Ni Marx, ni Lenin, ni los burócratas soviéticos plantearon esta locura.

Claro, está política solo trajo como consecuencia, lo siguiente: Más especulación y mayor mercado negro, pues se agudizó la escasez y la creación de un Estado elefantiásico. Aumentó el número de enemigos del gobierno, un gran golpe para lo poco que quedaba de mediana y pequeña burguesía.

Cuba de ser exportador de azúcar, luego de instaurado el régimen comunista de los Castro, no volvió a exportar más…

Camilo Cienfuegos, el mítico guerrillero…

Ernesto “Che” Guevara, acabó sus trajines revolucionarios en las selvas de Bolivia

Los estudios de abogados, consultas médicas, dentistas, psicólogos, etc., se convirtieron también en trabajadores del Estado. Todos los abogados y notarios fueron a trabajar en los llamados bufetes colectivos. ¿Qué defensa ibas a tener frente al Estado?

Los night – club y cabarets, que daban tanta vida a La Habana nocturna, también pasaron a manos del Estado. Aquí se decidía que artista trabajaba o no al igual que la TV y la radio. Los actores, actrices, cantantes, músicos, fueron categorizados según una escala de evaluadores, en la mayoría de los casos estos evaluadores, tenían como mérito ser militantes del Partido Comunista, pero no eran profesionales del arte.

Se tomaban en consideración su compromiso con el régimen. En otras palabras, toda la vida del cubano estaba organizado, ya que también habían surgido los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), en cada cuadra, en cada caserío campesino, allí donde hubiera un núcleo poblacional pequeño.

Los CDR se convirtieron en los ojos y oídos del sistema socialista, del Estado. Si aspirabas a un puesto de trabajo o simplemente entrar a la universidad, la policía o la seguridad del Estado, iba a tu cuadra a verificar tu compromiso con la Revolución.

Los buenos trabajos y la universidad solamente eran para los revolucionarios, pero sobre todo tenían que estar comprometidos, pues, aunque no estuvieras en contra del régimen, la pasividad era mal vista, había que ser combativo y comprometido.

En este devenir, pasaron 62 años, con salidas clandestinas por mar, con deserciones de funcionarios públicos y altos dirigentes civiles y militares. Éxodos masivos, balseros, secuestro de aviones y pequeñas embarcaciones marítimas, los “vuelos de la libertad” con el presidente Johnson, las salidas autorizadas por Camariocas, puerto cerca de Varadero, el famoso Mariel, las entradas masivas de personas a la Embajada del Perú, la crisis de los balseros en 1994 con Clinton.

Barack Obama el presidente de EE. UU que distendió las relaciones con, la isla.

El llamado “maleconazo” del 94, dónde miles de personas salieron a protestar contra el gobierno fidelista. El propio Fidel Castro fue a encarar aquellas protestas, en las que sintió por primera vez los gritos de enardecidos ciudadanos contra él. ¡Abajo Fidel ¡En aquella ocasión la policía pudo controlarlo y solamente se registró el hecho en el famoso Malecón de La Habana!

Lo ocurrido este 11 de julio del 2021, pasará a la historia, como el inicio del fin del comunismo en Cuba, y ejemplo para los pueblos de América Latina. Esperemos que la izquierda latinoamericana no se cierre y entienda bien la lectura. El pueblo cubano se hartó de pasar hambre y falta de libertad, de no tener voz y de pasar día tras día en largas colas para ver si puede conseguir algo de alimento para su familia. No saber si hoy come, y mañana tampoco.

Éramos tan pobres, teníamos tanta hambre, que nos comimos el miedo. Gritaban los cubanos en todas las ciudades a lo largo y ancho de la Isla.

Con los cuentos que los yanquis nos invadirán e implementarán de nuevo los prostíbulos y los casinos; que nos tienen con un bloqueo económico que es el culpable de la escasez y la falta de recursos, etc.

  • Primero, Cuba tenía corrupción, prostíbulos y casinos como lo tienen casi, por no decir todos, los países de América Latina. No era el burdel de América Latina como sostienen algunos desinformados. De izquierda, somos todos. Pero, junto a Uruguay y Argentina, era de los países más desarrollados de nuestra región; ahí están los números, que personalmente he verificado a través de distintas ponencias y escritos en mi vida académica.

Hugo Chávez fiel discípulo de Fidel llevó a la miseria al país más rico de América del Sur…

  • Segundo, ¿existe un bloqueo? Vamos por partes, el tema es que bloqueo es un término bélico. El único bloqueo yanqui a Cuba fue cuando la Crisis de los Misiles Cubanos, que duró 13 días en octubre de 1962. Lo que existe por parte de Estados Unidos es un férreo embargo económico, y que es bilateral.

Que ha pasado por periodos de endurecimiento, como la estranguladora Ley Helms-Burton de los años 90, las medidas extremas del ex presidente Donald Trump, después de las medidas suavizantes del ex presidente Barack Obama.

El embargo fue dispuesto en 1962 por el extinto presidente John Kennedy, quién antes de firmar la ley, mandó a comprar todos los puros cubanos que había en las tiendas de Washington DC, era su vicio fumar estos habanos.

Cuba puede negociar con todos los países del mundo, el problema es que le debe a todos los países financistas. Le debe desde Rusia (Putin le condonó la deuda, que tenían con la extinta URSS), hasta los argentinos. Pues si no lo sabías la Cuba socialista hacía negocios con créditos con la dictadura fascista del General Videla.

Los soviéticos enviaban un barco diario lleno de petróleo para que esa nación funcione. La suerte acompañó a Castro con la llegada de Chávez al poder y la influencia de los cubanos en Venezuela, que pasó a ser un país satélite de Cuba.

Se queja, la potencia médica, que no tiene medicina. ¿Y los chinos? Pueden abastecerles. Ahora los castristas son amigos de los chinos. Se olvidaron, cuando Fidel le llamó “viejo chocho” a Mao, y traidor a Deng Xiao Ping.

Cuba le debe a medio mundo; el Club de Paris, le ha dado nuevas facilidades de pago, de las tantas facilidades que le ha permitido.

Salvo Israel, que es el único país que apoya a Estados Unidos, en las votaciones de las ONU, para el levantamiento del embargo; el resto de todos los países del planeta está a favor de levantar este embargo.

Pero, hay que aclarar, que esto es un asunto bilateral. Que compren medicinas y alimentos en otros lugares. Pero, es más, a pesar del embargo, Cuba puede y lo hace, comprar alimentos y medicinas a Estados Unidos, si paga cash.

Por ejemplo, el pollo que comen los cubanos es norteamericano. El gobierno se lo vende a la población, siete veces más caro. El único bloqueo que existe es el que le ha impuesto a su población con todas las restricciones que existen en Cuba. Los DDHH de primera generación son violados diariamente en la Isla. Los cubanos sólo son un número para las autoridades; mientras una élite vive mucho mejor que los esbirros de Batista y que muchos millonarios latinoamericanos. Con varios autos, yates, cotos de caza, casas y residencias y varias provincias. Alimentación especial y suntuosa.

Este 11 de julio del 2021, pasó a la historia como un ejemplo, que el socialismo como lo hemos conocido hasta ahora es un fiasco. Los gobernantes cubanos, ni siquiera tomaron los ejemplos chino y vietnamita, que, aunque cortan las libertades públicas, tienen economías que son funcionales y prósperas.

Que es posible darles mejor nivel de bienestar a sus pueblos. Que es posible también una economía de libre mercado, incluso que existe divisiones de clase social.

Raúl Castro hace poco tiempo atrás dijo que había que hacer cambios, sin prisa, pero sin pausa. Pero es que ya se les acabo el tiempo. Además, que en los males de Cuba y América Latina, (también), la culpa no es sólo del imperio, de los Estados Unidos.

Hay una gran sobrevaloración por parte de los gobernantes cubanos y de la izquierda latinoamericana sobre el papel de la CIA, el Departamento de Estado y la Casa Blanca. El Estado socialista de la Isla acusa a la CIA de estar detrás de las manifestaciones populares que se dieron en Cuba.

Que los manifestantes son asalariados de la CIA. Qué equivocados y/o mentirosos. ¿Acaso las manifestaciones de Chile y Colombia, fueron sufragadas por el comunismo internacional? NO. ¿La CIA les pago a los miles y miles de manifestantes? NO.

Existe el mito de que todo aquel que critica al gobierno cubano es un agente de la CIA o del gobierno norteamericano. El mundo no es blanco y negro. En política hay que saber admitir las críticas. Si criticas a la derecha eres comunista, si criticas a la izquierda es proyanqui.

En este sentido, son los políticos corruptos, los que crean las grandes desigualdades y la pobreza. No hay diferencias entre un político de izquierda y uno de derecha, cuando viven y se apropian de los bienes y riquezas de sus pueblos. Son los mismos.

El pueblo cubano y los pueblos latinoamericanos deben saber que no hay salvadores supremos, ni líderes mesiánicos. Es el esfuerzo de la ciudadanía unida que hace grande a los países.

Ejemplos hay en otras latitudes, de pueblos que salieron de la oscuridad, después de conflictos bélicos y hambrunas. Sólo la verdadera libertad nos hará mejores hombres y mujeres, y darles un futuro de esplendor a nuestros descendientes.

¡VIVA CUBA LIBRE!

Lampadia




La gran farsa del comunismo cubano

La gran farsa del comunismo cubano

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El comunismo cubano ha sido, desde su nacimiento, con Fidel Castro, el Che Guevara y Camilo Cienfuegos, una satrapía genocida que ha empobrecido a todos los cubanos y enriquecido a los jerarcas de la revolución.

La santificada revolución ha sido un gran fracaso y un inmenso engaño. Ha sido deficitaria durante 62 años, y solo ha logrado sobrevivir, primero por su posicionamiento geopolítico como la punta de lanza de la Unión Soviética en las costas de EEUU, y luego capturando el alma de Venezuela, que les dio todo tipo de prebendas a cambio del soporte político del socialismo del siglo XXI de Chávez y Maduro.

Cuba solo exporta azúcar y habanos, más médicos por los que cobra bien a países amigos, entre ellos el Perú, pagando miserias a sus médicos, que además ejercen labores de penetración ideológica y espionaje. Además, hasta antes de la pandemia, recibían buenos ingresos por el turismo extranjero.

Con el apoyo de varias organizaciones internacionales, se han promovido como un país con buenos servicios médicos. Algo absolutamente falso. No tienen acceso a la medicina moderna. Recordemos la anécdota de Luis Castañeda Lossio, que fue a operarse en Cuba, pero tuvo que retirarse de la sala de operaciones, al comprobar la mugre de las instalaciones.

Con la pandemia, Cuba perdió los ingresos por turismo, y se exacerbaron las deficiencias de sus servicios públicos. En el tema de atenciones médicas, no solo tienen escasez de medicinas e instrumentos, también les faltan médicos, pues la mayoría está en el exterior para conseguir divisas. Muchas veces las atenciones tienen que hacerlas los estudiantes de medicina.

La pésima calidad de los servicios médicos, más la escasez de alimentos y el hambre que sufren, ha colmado la paciencia de su esclavizada población, que se ha volcado a las calles a exigir el fin del régimen comunista.

Lo que está sucediendo hoy en Cuba ha roto el mito de la gran revolución socialista.

Increíblemente, las izquierdas peruanas se resisten a reconocer el fracaso del régimen cubano, y además pretenden ocultar los ataques violentos a los manifestantes, ordenados por el propio presidente cubano.

Se acabó el mito. ¡Viva Cuba Libre!

Veamos la entrevista de la Fundación para el Progreso a un disidente cubano.

Ariel Ruiz Urquiola: activista, científico y disidente cubano

Entrevista de Sascha Hannig
Publicado el 12.07.2021
Fundación para el Progreso – Chile

Hace unos días rompieron en Cuba protestas en contra de un régimen dictatorial que lleva más de 60 años en el poder. Los manifestantes gritaban “Patria y Vida”, aludiendo al himno cultural que enfadó a la dictadura. En el intertanto, Miguel Díaz-Canel, líder comunista en ejercicio, mandó a sus seguidores a enfrentarse a los ciudadanos opositores en la calle.

Por supuesto, Chile no ha estado marginado de este fenómeno. En Santiago de Chile hubo demostraciones de apoyo frente a la embajada cubana, y diversas autoridades se han expresado al respecto. Por supuesto, el PC chileno ya salió a recriminarle lo ocurrido a Estados Unidos.

La siguiente entrevista, realizada por la investigadora FPP, Sascha Hannig, es parte del proyecto disidentes.org, y aunque aún no se estrena oficialmente, hemos decidido compartir esta historia con el público en el contexto de lo que puede ser un momento histórico para la isla:

Los novillos pastan libres por un campo inmenso. El cielo azul y un sombrero de vaquero sombrea el rostro de Ariel Ruiz Urquiola, el biólogo cubano asentado en Suiza y que ha aceptado esta entrevista telefónica en medio de sus labores en aquella granja. Ariel no ha migrado de Cuba, revela, y está en este país por mucho más que el contacto con la naturaleza. En su calidad de opositor al régimen castrista, acusa haber sido encarcelado sin debido proceso y luego haber sido torturado biológicamente por las autoridades cubanas. No solo él, sino también su familia.

En 2018, mientras Ariel realizaba una huelga de hambre y sed en busca de un juicio justo y en denuncia de las condiciones en la prisión Kilo 5, su salud empeoró y fue trasladado a Cuidados Especiales del Hospital Abel Santamaría, de Pinar del Río. Ahí -asegura- el régimen le habría inoculado el VIH, conocido en su etapa más oscura como SIDA. Es por lo anterior se está tratando fuera de su país, mientras está atento también a la salud de su hermana -quien sufre de cáncer de mama-, y busca justicia frente a organizaciones internacionales de derechos humanos.

El costo de disentir

  • Quiero empezar hablando de tu vida en Cuba. ¿Cuándo empezaste a cuestionar a tu gobierno y lo que había a tu alrededor?

Como a los 12 años empecé a cuestionarme. En Cuba mi padre, que era un teniente coronel del ministerio del interior, tenía mayores privilegios en relación con mi madre, que era profesora de la campaña de alfabetización de la revolución. Yo no podía entender que Cuba fuera un país para todos igual. No era cierto.

El padre de Ariel (de quien prefiere no hablar en esta entrevista), es Máximo Omar Ruiz Matoses, quien fue un alto oficial del ejército cubano. Ruiz Matoses estuvo 29 años en las Fuerzas Armadas (FAR) y el Ministerio del Interior (MININT) como especialista de contrainteligencia. En 1989, antes de la caída de la Unión Soviética, desertó y participó de una denuncia a Fidel y Raúl Castro por su incapacidad para conducir el destino del país. Fue condenado a 20 años de cárcel en el año 1991. Tuvo suerte, pues otros de los participantes de dicho confrontamiento como el General Arnaldo Ochoa y otros tres militares cubanos fueron fusilados en el verano de 1989.

Cuba, tortura y comunidad internacional

  • ¿Cómo se vive hoy en día la vigilancia y persecución a los disidentes en Cuba?

Lo que sucede en estos momentos es que hay internet, esto implica que toda la barbarie que ha ocurrido en Cuba salga a la luz pública. Pero es injusto decir que nosotros somos personas valientes de estos tiempos. No, Cuba tuvo una represión atroz en los dos primeros años de la revolución. De manera que, el índice de criminalidad, los abusos y sus efectos en Cuba fueron extremadamente duros, férreos y agresivos. Hasta que se instaló el internet, básico como era al principio. Ese fue un punto de inflexión, no sólo en la propia visión de mundo, sino también en cómo se veía a Cuba y al mundo, y cómo nos reconocíamos los cubanos mismos dentro y fuera de Cuba.

  • Existen hoy también grupos civiles que delatan a sus compatriotas cuando existen este tipo de prácticas. Te menciono, por ejemplo, los Consejo de Defensa de la Revolución, que están a disposición del régimen. ¿Cómo han ido evolucionando estos sistemas de vigilancia?

Esos no son grupos “civiles”, son grupos paramilitares. Todos los miembros del CDR y del partido comunista, la Federación de Mujeres Cubanas, instituciones que aparentemente son sociales, son absolutamente paramilitares. No es que hayan sido penetradas por fuerzas del gobierno, sino que son instituciones del gobierno que aparentan ser de la sociedad civil, para crear la ilusión, afuera y adentro, de un apoyo popular a la familia Castro, a su dictadura, y al monopolio socioeconómico que ha destruido a una nación.

Michelle Bachelet, y todos los que se han dejado encantar por el canto de sirena de la revolución, son cómplices activos de todo lo que se mató en Cuba, de todas las familias desaparecidas y destruidas. Es un error llamarlos grupos de la sociedad civil, sobre todo porque te obligan a entrar a estas instituciones, como a mí me pasó, hasta que se me abrieron los ojos, y me negué a participar y financiar. Tienen el objetivo sólo de amedrentar a la población.

Cuando una sociedad confunde luchar con robar, cuando un pueblo pierde esos valores, se convierte en bestias. Es lo que ha hecho la familia Castro, desmoralizando a la sociedad, destruyendo la familia y los valores, para implementar su sistema de terror. El que ha hecho, hasta la actualidad, que otros cubanos operen en contra de sus compatriotas por envidia y despecho, así como ocurrió en los países del oriente de Europa, no es una cosa particular de Cuba, es algo que ha pasado en todos los países comunistas.

  • Hay mucha gente que defiende a Cuba y acusa que nada de lo malo es culpa de ellos, sino que, por EEUU, por las restricciones, por el embargo, etc. ¿Qué les dirías a esas personas? ¿Crees que pecan de inocentes?

Indudablemente ahí hay mala intención. Todos ellos han sido cómplices de la dictadura cubana, saben perfectamente lo que ocurre ahí. Lo que pasa es que tienes a todos estos famosos, como Gabriel García Márquez, o Maradona, que disfrutaban de la corrupción y privilegios de la familia Castro, de los cuales solo disfrutaban los militares cerca de la cúpula del poder.

  • Tu hiciste huelga de hambre por 16 días por lo que tú considerabas que había sido un trato injusto, y las atrocidades más grandes perpetradas por el régimen cubano, algo que has denunciado internacionalmente, y es la razón de por qué tu testimonio es tan fuerte. ¿Qué lecciones se pueden sacar de tanto dolor, de la experiencia que has tenido, como un disidente tan atacado, y de forma tan brutal por el régimen?

En el 2013, aprendí en Alemania el método de la Meditación Vipassana, y eso me ayudó mucho a entender y comprender que lo único que era realmente objetivo e importante en la vida, es el presente, el momento que estás viviendo. Que no había derecho en mirar a un futuro incierto, o un pasado oscuro. Eso me ayudo a mitigar los dolores del cuerpo y del alma, que me ha ayudado a sobrevivir en el tiempo.

En segundo lugar, el Estado cubano ha ocupado la violencia, armas biológicas, la tortura médica e intento de violación contra mi familia. Yo estoy vivo, mi hermana, mi padre y mi madre también, pero yo te puedo decir que el estado cubano se ha dedicado a cercenar la vida de las personas. Yo me considero como una persona muy afortunada, y me considero muy dichoso, porque otros han sufrido lo mismo y sus voces intentaron ser acalladas con la tortura y la violación. Pero siguen hasta el día de hoy.

  • ¿Sientes que tienes que ser una voz para aquellos que no están aquí para contar su historia?

Claro que sí, siento que es mi responsabilidad.

Luchando contra el cáncer, el SIDA y el régimen

Ariel asegura que, en medio de una huelga de hambre y sed, el gobierno cubano le inoculó el virus del VIH, conocido por su fase más oscura: el SIDA. Para el disidente esto es una forma de tortura biológica. Ruiz Urquiola tuvo que dejar su país para tratarse de esta enfermedad en Suiza, y ha presentado denuncias formales ante la ONU, mediadas por expertos y abogados, y con pruebas que descartarían cualquier otra posibilidad de contagio fuera de sus días en un hospital de Pinar del Río, donde le administraron cloruro de sodio y dextrosa por intravenosa. Puedes ver un video-entrevista donde Ariel muestra las pruebas de esta declaración aquí:

  • ¿Cuántas huelgas de hambre has hecho hasta ahora?

La primera que hice fue cuando en 2016 le negaron a mi hermana el tratamiento de inmunoterapia para su cáncer, porque el tratamiento no había sido comprado en octubre, y no volvería a ser traído a la isla hasta dentro de seis meses, para cuando mi hermana, y las otras mujeres que tenían su misma condición, ya habrían muerto. Entonces yo hice la huelga de hambre frente al Hospital e Instituto Nacional de Oncología.

La segunda huelga de hambre fue la segunda vez que me llevaron detenido, donde estuve 5 días sin comer en un calabozo policía del municipio de Viñales. Mi tercera huelga fue de 16 días cuando no teníamos copia de la sentencia y el juzgado provincial le había dado lugar, y me estaban condenando a ser enviado a un campamento de educación, rehabilitación y trabajo.

El único momento cuando dejaron a mi hermana verme, me pude dar cuenta de que las lesiones de mi hermana se habían agravado, lo cual no necesariamente causa la muerte, pero sí es una forma de tortura médica. No podría seguir con sus actividades de disidencia y activismo en pro de mi libertad. La huelga de hambre y sed la gané, la gané con mi propia libertad, y con la ayuda de todas las personas que se solidarizaron. Igual que la huelga frente al oncológico, donde logré que en 72 horas entrara el medicamento a Cuba, y que se le aplicara a mi hermana a los 5 días después de haber iniciado yo la huelga.

La última que hice fue frente al Palacio Wilson, la sede del alto comisionado de las Naciones Unidas, donde incluso la Bachelet, al salir del edifico camino a su casa, apenas me miró. Habían pasado 24 horas sin alimento ni agua, y siguió caminando a su casa apenas mirándome.

  • Te quería preguntar porque continuamente mencionas a tu madre y tu hermana. ¿Cómo se dio la tortura médica, y como fue tu interacción con que tu hermana este hasta el día de hoy defendiendo su propia vida, y el activismo por su país?

La tortura medica existe en Cuba arraigada al propio sistema. Los únicos que “merecen” medicina de primer mundo son la familia Castro, y la cúpula de militares y bufones civiles que conforman la élite de Cuba. Todos los demás somos como bestias que por influencia o amiguismos podemos tener acceso a ciertos tratamientos médicos.

(…) En 2005 tomé las riendas del tratamiento oncológico de mi hermana, y la saqué de ese hospital donde finalmente la iban a terminar de matar. El cáncer se había carcomido todo el pezón derecho, y se le veían las costillas cuatro y cinco. Todos los médicos de ese hospital y otros decían “ahí no hay nada que hacer”, esa es la realidad. Esta realidad es común al grueso de los cubanos. Es decir, no tienen acceso a tratamientos de primera línea, ni a la tecnología que existe en el mundo para tratar la oncología.

  • Esa calidad médica de la cual se jactan en el mundo.

En Cuba hay una crisis alimentaria y médica desde que tengo consciencia. Hay un atraso tecnológico inherente a todo el sistema socialista y comunista del mundo, ninguno escapó. Ni siquiera la alabada Alemania democrática. Mi hermana es la única sobreviviente de todas las mujeres que entraron al instituto ese año, todas las demás, que supuesta mente fueron tratadas con tratamientos primarios y de primera línea, todas murieron en un lapso de 1 a 5 años. Sólo mi hermana sobrevive, 15 años después. Lampadia