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A propósito del niño. ¿por qué se caen los puentes y el SNIP?

Raul Delgado Sayán
Para Lampadia

Cada vez que tenemos un Fenómeno de El Niño; lluvias inusuales con los cambios climáticos producto del calentamiento global que además las harán más frecuentes, en el Perú se generan huaicos; se cortan las vías de comunicación; ocurren inundaciones y desbordes de ríos; y lo más grave es que cobran vidas. Los bloqueos de carreteras pueden solucionarse en corto tiempo con equipamiento, pero el reemplazo de puentes toma bastante más tiempo en reconstruirlo a su plena capacidad y aísla a las poblaciones.

Cada vez que ocurren estos fenómenos se pierden centenares de puentes. Todos esos puentes o su gran mayoría, son diseñados y construidos cumpliendo con las normas de diseño y construcción y sin embargo se caen. ¿Por qué se caen? Si uno observa los puentes colapsados no se caen generalmente por la súper estructura (la parte horizontal por donde transita el tráfico), mayormente colapsan los apoyos y por eso en las fotos uno observa que los puentes se caen completos. Otra de las razones es que la altura libre entre el nivel del cauce del río y el piso del puente es sobrepasada y el agua llega a la superficie del puente con mucha fuerza y lo arrasa.

¿Por qué fallan los apoyos?

El Perú tiene como característica ríos de excesivo caudal; velocidad, y por consiguiente energía cinética, que hace que cuando llueve con más intensidad los ríos se cargan exponencialmente y bajan con mucha fuerza llevando todo tipo de rocas, que en su discurrir erosionan las bases de los apoyos hasta quitarles todo soporte. En apenas 70 a 80 kilómetros de recorrido, las aguas del río bajan desde 4,800 metros sobre el nivel del mar hasta el nivel del mar, con lo cual la fuerza erosiva es muy alta. Hace pocos días el presidente de la República, en una de sus visitas a Moquegua con ocasión de la caída del Puente Montalvo, mencionó que los puentes fallaban porque antes no se utilizaban pilotes para la cimentación de los apoyos, y por eso se erosionaban y caían. En lugar de cimentarlos sobre pilotes de acero o de concreto que llevan a 15 o 20 metros de profundidad la cimentación, simplemente se apoya sobre zapatas y a no más de 3 a 3.50 metros de profundidad.

¿Por qué el río crece, sobrepasa y arrasa el puente?

La estimación del caudal de agua que lleva consigo el río a extrema velocidad sobrepasa las estimaciones previstas, ya sea porque éstas no fueron suficientes o porque no se hizo mantenimiento al fondo del cauce del río con lo cual disminuye su capacidad. Esto último tenemos que aceptar que es una realidad porque para los centenares de puentes que hay en el Perú no se va a disponer de recursos para limpiar los cauces de todos cada año previo a las lluvias. Por consiguiente, lo que debiera hacerse, sobre todo considerando ya estas avenidas extremas de los Fenómenos del Niño, es elevar los apoyos del puente por lo menos 1 metro o algo más, sobre aquello que determine el cálculo de avenidas probables, de modo de tener un factor extra de seguridad frente a estas avenidas extremas del Niño que irán agravándose por causa del calentamiento global.

¿Por qué se ha construido así en el Perú?

La respuesta tiene que ver con el famoso SNIP. La definición del SNIP, que es la etapa de pre-inversión (estudios a nivel de Factibilidad donde se analizan varias alternativas); obliga a que se decida como alternativa elegida: “Aquella que cumple el objetivo al menor costo”. El objetivo es cruzar de un lado a otro del río con tráfico vehicular, entonces si se coloca pilotes a los apoyos del puente para preservar y asegurar su no colapso ante fenómenos de crecidas de los ríos, o se decide elevar los apoyos 1m más como una medida de factor extra de seguridad, el costo del puente aumentará en aproximadamente un 15% a 17%, con lo cual no pasa el SNIP y le dicen al diseñador: “disminuye los costos”. Pero se quita los pilotes y baja la altura de los apoyos, con ello el riesgo es muy alto que colapse el puente y se pierde el 100% de la inversión, genera un pasivo adicional por todo el costo de no tener el puente durante un buen tiempo y finalmente lo tienen que volver a construir y ojalá en el evento no se produzca el colapso con tráfico encima que conllevaría tener también pérdida de vidas.

Ahora si el buen ingeniero supervisor dice: un momento, esto no es seguro y hay que cambiar la cimentación para poner pilotes y elevar la altura de los apoyos, con lo cual se genera un Adicional, después va a venir alguien de los organismos de control o del Congreso, o de donde fuera, y va a denunciar que ha habido sobrecosto en el puente y por consiguiente hay que denunciar a quién decidió implementar estas mayores medidas de seguridad.

Así como este caso y en diferentes tipos de edificaciones e infraestructuras hay muchísimos ejemplos similares, y el gravísimo problema es que todavía no cambiamos la mentalidad de creer que la mejor solución de un proyecto de ingeniería es aquella del menor costo, en lugar de tomar todos los factores de riego en consideración durante la vida útil de la infraestructura y después decir la solución a escoger es aquella que resulta siendo la óptima. Lampadia