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Agua para Ica… y pago por servicios eco-sistémicos para Huancavelica

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 13 de abril de 2018
Para Correo Ica y Lampadia

Para la costa desértica de Ica, el agua – per se – es una bendición. Sin embargo, el agua en exceso puede generar muchos estragos, tales como inundaciones, huaycos, roturas de puentes, etc.

Ahora bien, el término “exceso” es relativo. Para una región desértica como la nuestra, una lluvia o avenida inesperada puede devenir en un desastre. En cambio, para una región ubicada en una zona lluviosa – como es el caso de nuestros pueblos amazónicos – las lluvias torrenciales constituyen eventos rutinarios, que no causan ningún estrago a la población.

Entonces, de lo que se trata es de estar siempre preparados para afrontar con seguridad y eficiencia, fenómenos como El Niño – o temporadas muy lluviosas – que suelen traer mucha agua para nuestras costas.

El espacio de intervención preventiva debe ser la cuenca hidrográfica en su integridad; no sólo el centro poblado o camino que se pretende proteger. Hay que intervenir todo el territorio en cuestión. De arriba abajo. Todas las quebradas. Ambas márgenes del río. Todo.

A ese respecto, lo ideal es contar con la mayor capacidad de regulación posible en las partes altas; es decir, reservorios. Así, cuando se presentan lluvias extraordinarias, se puede almacenar dichas aguas – o parte de ellas – y evitar daños en las partes bajas.

Los huaycos que suelen presentarse en las quebradas ubicadas en las partes medias, deben prevenirse con bosques y diques de contención, o andenes. Lamentablemente, los peruanos hemos sido muy irresponsables al deforestar gran parte de nuestra cordillera. Y peor aún, al abandonar – y por ende, destruir – la prodigiosa andenería que nos legaron nuestros antepasados prehispánicos.

En las partes bajas – donde se abren los fértiles valles iqueños – la prevención consiste en la descolmatación recurrente de todos los cauces, y en el reforzamiento de los puntos críticos, por donde los ríos pueden desbordarse.

La idea es dispersar el agua a lo largo de todos los canales, acequias, ductos y parcelas por donde el agua pueda discurrir sin hacer daño. Inclusive, se deben identificar zonas inundables que permitan sacar la mayor cantidad de agua de los ríos, y así salvar a las ciudades de inundaciones.

Dicho esto, habría que aclarar que en la costa iqueña el agua vale más que en cualquier otra parte del mundo. Efectivamente, gracias al extraordinario clima y suelo de nuestra región, la producción agrícola – expresada en US Dólares por litro de agua – alcanza su máximo valor. Entonces, parafraseando al viejo Arquímedes – autor de la célebre expresión: “Dame un punto de apoyo y moveré el mundo” – en el caso de Ica se podría decir: “Dame un poco de agua y alimentaré al mundo”.

Por todo ello, Ica y Huancavelica estamos de acuerdo en la propuesta del Ministerio del Ambiente de establecer un pago por servicios eco-sistémicos. Un aporte a perpetuidad – a cargo de los usuarios rurales, urbanos, e industriales – exclusivamente para construir reservorios y plantar bosques en las partes altas y medias de nuestras cuencas. O sea, en Huancavelica.

Respeto, equidad, justicia, y sostenibilidad. He ahí las 4 armas secretas de la “Hermandad del Agua” que Ica y Huancavelica estamos construyendo con excelentes resultados. El pago por servicios eco-sistémicos es un elemento muy importante del hermanamiento “huancaveliqueño”.

¡Estamos haciendo historia! Lampadia




“Agua Grande”, carreteras, puertos, ferrovías…

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 9 de marzo de 2018
Para Correo Ica y Lampadia

El VII GORE EJECUTIVO quedará grabado por siempre en mi corazón. El evento que reúne – cada dos meses – a Gobernadores Regionales, Ministros y Presidente de la República, sirve para monitorear el quehacer de las regiones.

El broche de oro del evento fue la firma del acuerdo entre los Gobiernos Regionales de Ica y Huancavelica, y el Ministerio de Agricultura para llevar a cabo la “La Hermandad del Agua”.  

Es decir, una serie de proyectos de afianzamiento hídrico en: (1) la cuenca del Río San Juan en Castrovirreyna y Chincha, (2) la cuenca del Río Pisco en Huaytará y Pisco, (3) la cuenca del Río Ica en Huaytará e Ica, y (4) la cuenca del Río Grande en Huaytará, Palpa, y Nasca.

“Agua Grande” – nuestro proyecto estrella – ya tiene licencia social. A partir de ahora – y por siempre – ¡Ica y Huancavelica somos Hermanos de Agua!

En realidad, este hermanamiento empezó hace 3 años cuando ambos Gobernadores asumimos funciones. El contacto inicial fue tenso por la larguísima historia de luchas y desencuentros por el agua. Pero las tensiones se disiparon rápidamente cuando establecimos las pautas para nuestro hermanamiento:

  1. Respeto mutuo. Nadie es más que el otro.
  2. Equidad. En los Consejos de Cuencas. En la Mancomunidad Birregional Huancavelica – Ica. Etc.
  3. Justicia. En el uso compartido de las aguas. En el pago por servicios eco-sistémicos. Entre otros.
  4. Sostenibilidad ambiental. Los bofedales no se tocan… por ejemplo. Y así sucedió.

Ahora… bienvenidos los reservorios y bosques para almacenar aguas de lluvias. Bienvenidos los canales y pozas de infiltración para recargar acuíferos. Bienvenidas todas las fuentes de financiamiento para la Siembra y Cosecha de Agua: fondos públicos, iniciativas privadas, cooperación internacional, pagos por servicios eco-sistémicos, etc.

Pero hay más. En estos días se abrirá el tramo Pisco – San Andrés de la autopista Chincha – Ica. Al evitamiento de Chincha, se suma ahora el evitamiento del semáforo de Pisco. Gracias a esta obra, medio Perú es más moderno y seguro, más rápido y fluido, más eficiente y competitivo. ¡Eso es progresar!

La concesionaria a cargo de la modernización del Puerto General San Martín de Pisco acaba de iniciar obras. Para tales efectos invertirá US$ 260 millones durante los próximo 30 meses. Similar al caso anterior, medio país contará – en breve – con un modernísimo puerto multipropósito en Pisco. ¡Chau Puerto del Callao! Queremos mucho a los limeños y chalacos, pero detestamos su tráfico infernal.

Más al Sur está diseñándose el Mega Puerto San Juan de Marcona. Una inversión privada de US$ 600 millones permitirá la construcción de un puerto que embarcará más de 30 millones de toneladas de minerales por año. Si le sumamos la carga de importación, Marcona será el puerto más grande del país. ¡Más grande que El Callao! ¿Año de inicio de operaciones? 2021.

Pero lo más-más viene por el lado ferroviario. Además del Tren de Cercanías Barranca – Ica, viene el Tren Cotabambas (Apurímac) – Marcona (Ica). Ambos proyectos están en fase de diseño, así que paciencia y buen humor. ¿Habrá que esperar 4, 6, 8 años? No sé. La cosa es avanzar… no parar. Respaldemos al Gobierno Central y – como Gobierno Regional y Municipios – demos todas las facilidades para que los inversionistas hagan su trabajo sin demoras.

Entre paréntesis, me parece estar escuchando las críticas berrinchudas de mis adversarios. Mentiroso, inepto, corrupto, abusivo. Todo eso – y mucho más – dicen de mí mis detractores. Ante ello ¡sólo queda ponerle luto a la bacinica!

El hecho real y concreto es que Ica avanza a lo grande. Porque detrás del “Agua Grande” y detrás de esta infraestructura logística de primer mundo viene más minería, más agricultura, más pesca, más industria, más turismo, y – sobre todo – más pisco del bueno. En síntesis… más trabajo y bienestar. Por todo ello ¡salud! Lampadia




El Perú tiene agua… los peruanos no

El Perú tiene agua… los peruanos no

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 27 de setiembre de 2017
Para Correo Ica y
Lampadia

Todos los años – de enero a marzo – los peruanos botamos una enorme cantidad de agua dulce al mar. Me refiero a las abundantes aguas de avenida que discurren por nuestros ríos, a vista y paciencia de toda la población. Todos los peruanos – año tras año… letrados y no letrados – somos testigos impávidos del paso de las aguas de avenida, y su inexorable pérdida en el mar.

Seamos sinceros… ¡qué poco hacemos por retener – aunque sea – una parte de esas aguas cuando están a nuestro alcance! Y luego… cuando los ríos se secan – todos los años, en los estiajes – ¡con qué desparpajo nos quejamos por la falta de agua!

No pues… es hora de actuar. ¡Basta de quejas y soluciones de escritorio! Tenemos agua en abundancia… en los veranos. Es cuestión de retenerla, guardarla, infiltrarla en los acuíferos… cualquier cosa que evite que se pierda en el mar, para disponer de ella en los estiajes.

Obviamente, hay que construir muchos reservorios… pequeños, medianos y grandes. Todos los que se puedan para guardar la mayor cantidad de agua posible. Sin embargo – a este respecto – los peruanos hemos vivido equivocados… toda la vida. Siempre dijimos que sólo el Estado debía construir los reservorios, y que estos tenían que ser inmensos.

Sólo los grandes reservorios estatales – tipo Poechos en Piura – solucionarían el problema de escasez de agua en el país. Aquellos que cuestan miles de millones de dólares y – por ende – tardan una eternidad en construirse. Y – mientras tanto – nada de nada. ¡Craso error!

Más vale un pequeño reservorio… que nada. Inclusive, como los pequeños reservorios son baratos y rápidos de hacer – a la larga – es más fácil construir muchos pequeños reservorios – que sumados almacenan una gran cantidad de agua – que invertir en pocos mega reservorios que – en la práctica – nunca se construyen.


Reservorios de agua de Sierra Productiva

Segundo craso error. El agua sólo se puede almacenar en reservorios superficiales. Falso. Los acuíferos – o sea, los estratos del subsuelo que contienen agua – suelen ser muy grandes y pueden hacer las veces de enormes reservorios de agua subterránea. Inclusive, pueden rellenarse artificialmente mediante técnicas de infiltración inducida. En síntesis, las aguas de avenida se pueden almacenar (1) en reservorios superficiales tradicionales, y (2) en reservorios subterráneos… o acuíferos.

Luego tenemos el poder retentivo de los bosques y praderas… los cuales hacen las veces de esponjas – enormes – capaces de retener humedad en grandes cantidades. Bueno pues… lejos de preservar los bosques y praderas como hubiera correspondido, los peruanos los hemos depredado – a más no poder – sin ninguna consideración ambiental. Terrible. La demanda de leña y carbón de palo – literalmente – ha acabado con nuestros bosques naturales.

¿Qué hacer al respecto? Muy sencillo. Replantar bosques… plantar millones de árboles para reforestar todo lo que hemos depredado a lo largo de los últimos 100 años… o más.


Fuente: Sierra Productiva

Y cuanto al uso del agua – como diría el poeta – hay hermanos, muchísimo que hacer. En el agro… la clave para evitar el desperdicio del agua está en el Riego Tecnificado. En los centros poblados… redes en buen estado y micro medición. Y en las casas… “cierra el caño”. Para todo ello la fórmula secreta se llama “Tarifas de Agua”. Sí – aunque muchos se quieran pasar de vivos – hay que pagar por el agua. El que consume más, paga más. El que consume menos, paga menos.

Menos egoísmos regionales. Más “hermandad del agua” entre cuencas vecinas. Menos floro. Menos teoría. Más manos a la obra. Dejemos de lado la ignorancia y démosle paso a la sapiencia. Y – por supuesto – más liderazgo político. Me refiero a liderazgo político… del bueno. Así podemos resolver la paradoja del agua en nuestro país. Puro sentido común.

Los peruanos tenemos que aspirar a tener – todos – agua todo el año. Pues bien… en eso estamos Ica y Huancavelica. Lampadia

 




Sostenibilidad, seguridad y bienestar para los iqueños

En Ica, con su Gobernador a la cabeza, se siguen dando las pinceladas de un Perú que suma esfuerzos para el bien común de varias regiones, se piensa en el futuro y se diseñan nuevas infraestructuras para el manejo del agua, se hace seguimiento a su ejecución y se terminan a tiempo y según previsiones de costo.

Fernando Cillóniz, el Gobernador Regional de Ica, sigue acumulando experiencias exitosas que son un ejemplo de buena gobernanza. Experiencias que debemos difundir en todas las regiones del Perú. Veamos su último informe:

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 31 de marzo de 2017
Para Lampadia

Ya estamos en otoño. Las temperaturas empiezan a refrescar. Amanece más tarde y el ocaso se adelanta. Las lluvias en la Sierra disminuyen, y después de un verano inesperadamente lluvioso – y por momentos, incontrolable – las aguas vuelven a su nivel. Ya no nos amenazan los huaicos y las aguas de los ríos se aclaran – hasta secarse completamente – en espera de la próxima avenida, que – ojalá – traiga aguas tempranas, pero sin la ferocidad de la temporada que acabamos de pasar.

Otoño, invierno, primavera, verano. Cada estación tiene su hidrología, la cual varía de año en año. Nunca se sabe – exactamente – cuándo llegará el agua nueva, ni cuánta agua traerá el río. Asimismo, nunca se sabe – con absoluta certeza – cuándo caerán, ni cuán destructivos serán los huaicos.

Lo descrito líneas arriba constituye una verdad de Perogrullo. Es decir; una verdad que todo el mundo conoce… una simpleza. Sin embargo, la perogrullada en cuestión no debiera interpretarse como que frente a los huaicos y lluvias, no hay nada que hacer… aparte de rezarle al Señor de Luren.

No; en la región Ica – aparte de rezarles a nuestros santos, que siempre es bueno – estamos trabajando, junto con Huancavelica y Ayacucho, en el manejo seguro y sostenible de nuestras cuencas para (1) tener agua todo el año, (2) evitar huaicos e inundaciones, y (3) propiciar el bienestar de nuestra población.

Arriba – en las cabezadas – estamos construyendo reservorios para almacenar aguas de lluvias. Asimismo, estamos plantando bosques de pinos, los cuales al inicio – durante el estiaje – serán regados con las aguas de los reservorios. Luego, cuando los pinitos crezcan y enraícen, y alcancen la humedad del subsuelo, ambos – reservorios y bosques – retendrán el agua de lluvias, y evitarán la erosión de las laderas. Y los huaicos desaparecerán. En vez de lodo y piedras, aguas limpias bajarán por las quebradas. Y – lo que es mejor – habrá agua todo el año.

El Gobernador de Ica, Fernando Cillóniz, junto al Gobernador de Huancavelica, Glodoaldo Álvarez, acompañados de gerentes, sub gerentes, técnicos y expertos. Fuente: GORE ICA

Los trasvases de cuencas superavitarias hacia cuencas deficitarias nivelarán los desequilibrios hidrológicos de nuestra región. A ese le llamamos “La Hermandad del Agua”. Y con las infiltraciones inducidas y “Tomas Libres” en épocas de abundancia, rellenaremos los acuíferos y mitigaremos los riesgos de desastres por desbordes e inundaciones.

Entre tanto, estamos construyendo diques en las quebradas bajas. Este año, los diques de Cansas, La Yesera y Tortolitas evitaron un desastre mucho mayor en La Tinguiña y Los Molinos. Ahora, pasada la temporada de lluvias, estamos reforestando los diques, aprovechando – precisamente – la humedad de los sedimentos retenidos.

Está pendiente la revegetación de las riberas de nuestros ríos. Con el boom de las invasiones de tierras en Ica, la demanda de Carrizo para la fabricación de esteras es tal, que prácticamente no queda un cañaveral en pie. ¡Patético! Nuestros ríos han quedado desprotegidos… a merced de las avenidas. Eso lo vamos a corregir sancionando a los depredadores.

En el ámbito urbano – como diría el poeta – “hay hermanos muchísimo que hacer”. Desde la basura acumulada que resulta ser una causa más de desbordes de ríos y acequias, hasta la reubicación de poblaciones cuyos asentamientos fueron propiciados por traficantes de tierras y autoridades municipales – cada cual más corrupta e inescrupulosa que la otra – todo está por hacerse. A este respecto puedo afirmar que si los Municipios fallidos no toman cartas en el asunto, el Gobierno Regional hará lo que esté a su alcance para propiciar una solución radical; tal como hicimos – a través del OTASS – con las empresas municipales de agua potable.

Como se ve; nadie puede estar al margen de esta enorme tarea. La inacción sería una puerta abierta para más desastres. Los únicos que no tienen cabida en este proyecto para la vida son los pesimistas y criticones de siempre. Ellos que se pudran en sus rabias. Nosotros – en cambio – ¡vamos… manos a la obra! Lampadia




Un sector forestal completamente renovado

(Nota: No deje de ver  el video de una moderna empresa forestal integrada verticalmente)

El Perú ha desaprovechado por décadas la inmensa riqueza de sus bosques. Basta ver el mapa del Perú con cierto detenimiento para descubrir que el 58% de nuestro territorio está cubierto de bosques naturales (69 millones de hectáreas), de las cuales 10 millones de hectáreas son de bosques primarios maderables: 8 millones pueden ser concesionados y 2 millones de hectáreas pueden ser reforestadas. Además, somos el segundo país a nivel mundial con bosques amazónicos, el cuarto con bosques tropicales y el noveno con bosques en general. El desarrollo del sector forestal en el país permitirá incrementar un mínimo de 1 a 1.5 el PBI nacional, lo que redundará en mayores divisas, encadenamientos productivos y generación de empleo de calidad y formal, como decía nuestro gran Antonio Brack Egg “para toda la población de la selva y de la vertiente oriental de los Andes”.

Nuestra selva, históricamente una de las zonas más pobres y menos productivas del país, tienen una extensión del 52% de sus tierras aptas para la producción forestal, de los cuales el 32% corresponden a áreas protegidas y el 16 % a predios privados y bosques no categorizados.  Ver en Lampadia: Madera: Fabulosa reserva productiva.

Sin embargo, la actividad forestal solo está siendo explotada en un nivel mínimo de su potencial. Alrededor de las 2,500 especies de madera que se encuentran en Perú, solo han sido clasificadas 600 y utilizadas 195. Esto se refleja en la pobre contribución del sector forestal a la actividad económica en el Perú, que alcanza sólo el 1.1% del PBI (al 2014), en comparación a lo registrado en Chile (2.6%), Bolivia (2.7%) o Ecuador (2.3%), que tienen una menor extensión de bosques. Chile cuenta con 16.1 millones hectáreas (menos de la cuarta parte de la superficie peruana de bosques naturales).  Actualmente, Chile, que desarrolló su sector forestal en las últimas tres décadas, exporta productos forestales por unos US$ 7,000 millones anuales. El potencial del Perú, como hemos mencionado anteriormente, es por lo menos cinco veces el de Chile. Por lo tanto, nuestro maravilloso país podría exportar productos forestales por unos US$ 40,000 millones por año.

Recursos forestales de Chile

Más sorprendente aún, a pesar del enorme potencial que tiene el Perú para la producción de madera en bosques naturales, en el 2013 pasado tuvimos que importar 47,566 toneladas de madera aserrada, de las cuales 40,202 toneladas fueron compradas a Chile.

El mayor obstáculo para el crecimiento del sector ha sido el absurdo marco normativo vigente hasta hace muy poco, la falta de información, supervisión y el escaso control debilitaron la seguridad sobre los derechos forestales, lo que ha impedido desarrollar una industria competitiva orientada al largo plazo y ha fomentado la informalidad y la tala ilegal. Se calcula que el 90% de la venta maderera de Iquitos proviene de transacciones ilegales, lo que habría reducido sustancialmente las exportaciones loretanas al no poderse demostrar el origen legal de la madera. Además, la informalidad ha generado altos niveles de deforestación, habiéndose acumulado al 2012 unos 8 millones de hectáreas deforestadas.

Hasta antes de la reciente reforma, los bosques eran considerados propiedad del Estado, una herencia del desastroso velasquismo. Para trabajar una hectárea había que llenar 600 hojas en trámites. Hoy día, los recursos forestales son considerados un cultivo, tal como es en Noruega, Finlandia, Nueva Zelanda, Canadá, Chile, Brasil y todos los países que han sabido aprovechar esta importante riqueza.

Así como en su momento criticamos al Ministro de la Producción Piero Ghezzi por su gestión de la pesca y el enfoque anti minero e intervencionista del plan de diversificación productiva, hoy debemos celebrar su compromiso con el desarrollo del sector forestal que hemos destacado muchas veces como uno de los motores productivos más importantes de nuestro infinito país.

Efectivamente, uno de los mayores logros del Gobierno actual es haber promulgado los reglamentos que permiten la vigencia de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre N° 29763, que impulsará el sector forestal en los próximos años, acción política que celebramos por todo lo alto.

Vale la pena destacar los beneficios de esta normativa, que marca un hito histórico y nos impulsa hacia la multiplicación de nuestra riqueza. Lo más importante es notar que las nuevas normas permitirán impulsar la ‘activación’ del sector forestal que espera duplicar las exportaciones de productos maderables de US$150 millones a US$300 millones anuales en dos años. Además se espera reducir las importaciones en 50% al 2021. En 6 años se podrán cosechar los primeros cultivos. Asimismo, se espera que contribuyan a controlar la tala ilegal mediante el fomento del mercado de madera formal, así como el impulso a iniciativas como el Pacto Nacional por la Madera Legal. Ver en Lampadia: Una nueva gran riqueza productiva para los peruanos.

Además, el ministro de la Producción, Piero Ghezzi, desarrolló una Mesa Ejecutiva Forestal (en conjunto con el sector privado) con el fin de coordinar las acciones necesarias para impulsar los avances del sector mediante la simplificación de trámites. Estas mesas convocan a los representantes de todas las instituciones vinculadas al sector, lo cual permite acciones focalizadas y oportunas. Ver en la sección Documentos de Lampadia: Mesa Ejecutiva Forestal – Metodología y Logros:

De izquierda a derecha: Felipe Koechlin (CEO de Reforestadora Amazónica), Fabiola Muñoz (Directora Ejecutiva de Serfor), Piero Ghezzi (Ministro de la Producción), Carlos Paredes (Gerente de Negocios de COFIDE) y Enrique Díaz (presidente de Directorio de Agrobanco)

El Ministro Ghezzi informó que para el caso del sector forestal se identificaron 22 barreras con 35 problemas asociados a estas, de las cuales, a marzo de este año, se han solucionado 20 problemas y están en proceso de solución las otras 15. Afirmó que “las barreras están vinculadas a una regulación inadecuada, procesos engorrosos, difícil acceso a la titulación y registros de propiedad, escaso capital humano, limitado acceso al financiamiento, entre otros”.

Un ejemplo excelente del desarrollo de una empresa peruana que hace de reforestación sostenible es el de ‘Reforestadora Amazónica’, fundada en el 2007 con la finalidad de recuperar los bosques amazónicos. Ellos operan en Huánuco, Pasco, Ucayali y Madre de Dios, manejan 12,000 ha de tierras propias y administradas, ya tienen sembradas 4,000 hectáreas, mayormente de bolaina y capirona (variedades nativas de buena calidad) y han creado una integración vertical que, por ejemplo, ya les ha permitido ofrecer al mercado las maderas tratados con soluciones de cobre para la instalación de los sofisticados parronales usados en  los sembríos de uva, que antes teníamos que importar de Chile. Ver más información sobre su extraordinario desarrollo en el siguiente video:

Así como en los años 90, luego de la dación del nuevo código de minería atrajimos a los mayores y mejores operadores mineros globales y generamos un poderoso motor de desarrollo, en el tema forestal debemos invitar a las mejores empresas del mundo que hasta hoy no nos tienen en sus mapas. Debemos invitar a empresas de Finlandia, Noruega, Canadá, Brasil y Chile, haciéndoles conocer nuestro potencial. Por ejemplo: el Perú puede poner en el mercado madera de muy buena calidad en ocho años, mientras que a Chile le tomaría 23 años.

Es hora  que empecemos a desarrollar esta industria y que apuntemos a ser una potencia maderera. Como es el caso de la explotación de otros recursos naturales, este desarrollo permitiría múltiples encadenamientos con otros sectores, una gran demanda de empleo de calidad,  mayores exportaciones y recursos fiscales. Sigamos destrabando nuestro futuro con más medidas como esta. Lampadia




Madera: Fabulosa reserva productiva

Madera: Fabulosa reserva productiva

El Perú ha desaprovechado la riqueza potencial de sus bosques. Basta ver el mapa del Perú con cierto detenimiento para descubrir que el 50% de nuestro territorio está cubierto de bosques naturales (68 millones de hectáreas). Somos el segundo país Latinoamericano con esta riqueza y décimo primero a nivel mundial. A pesar de ello, hemos despreciado este inmenso potencial como se ve expresado en que nuestras exportaciones no llegan ni al uno por ciento de la demanda global por recursos forestales. Como hemos señalado en Lampadia, este es un desperdicio sin nombre que las regulaciones actuales no llegan a corregir y se ve agravado por la tala ilegal que sufre la selva amazónica al punto de poner en riesgo de extinción especies como la caoba.

Sin una clara visión que promueva una política adecuada para el desarrollo forestal, nuestros bosques vienen siendo desbrozados por mafias de taladores ilegales que incluso han llegado al asesinato de dirigentes nativos con el fin de perpetuar su comportamiento delictivo. Aunque no existen cifras precisas, se cree que por lo menos el 50% de la madera que se extrae en el país es de dudosa procedencia.

Mientras los taladores ilegales operan literalmente amparados en la Ley de la Selva, el Estado poco o nada hace para detener este tráfico y mucho menos para que se efectúe una explotación racional, técnica, eficiente y legal, que ponga en valor este magnífico recurso, hoy desperdiciado y saqueado. Desde el 2004, en que se dieron las últimas concesiones madereras  ya se mostraba la falta de efectividad de esta política, el sector ha estado en el abandono. Como recuerda el Comité de Madera e Industria de la Madera de Adex, “de los 17 millones de hectáreas con aptitud forestal que existen en el Perú, menos de 2 millones se encuentran en producción real”. De las 613 concesiones forestales que se otorgaron hasta el 2004, las cuales cuentan con 7’622,244 hectáreas, solo el 35% se halla en actividad, según Serfor. Las exportaciones peruanas de madera solo ascienden a 150 millones de dólares anuales.

¿La razón? El sistema de concesiones no crea las condiciones e incentivos suficientes. Un estudio de la Universidad del Pacífico concluyó que el periodo de concesión es muy breve, por lo que no creaba los alicientes necesarios para que el bosque se explote adecuadamente y al largo plazo, como exige la naturaleza del recurso.

Como señaló en Lampadia, antes de su sensible fallecimiento, Antonio Brack Egg, uno de los mayores problemas que impiden el desarrollo de la industria forestal es que “el estado no garantiza los derechos de los inversionistas y eso empezó antes del 2006, cuando un grupo de personas, cerca de Atalaya, invadió un campamento forestal con una inversión española calculada en 36 millones de dólares, quemó el campamento, se robó todo lo que podía llevarse, y gente política del gobierno de aquel entonces los apoyó. Eso paralizó enormemente. Tenemos que ser conscientes: El sector forestal en el Perú puede ser un sector económicamente poderoso, fuerte, pujante, pero tenemos que dar el marco y el control para que eso se verifique, y dar confianza al inversionista”.

Otra debilidad importante ha sido la limitación impuesta por la definición de los bosques como propiedad del Estado, así sean plantaciones industriales y de reforestación. Estas últimas debieran tener la “condición de cultivos forestales”, y por ende, el mismo tratamiento que los cultivos agrícolas. Mientras esta condición no se establezca con claridad, el manejo de las plantaciones estaría sujeto a regulaciones engorrosas y disuasivas de su desarrollo.  

Recientemente entró en funcionamiento el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor). Este organismo está diseñado para incentivar la actividad forestal del país. Como señala su directora Fabiola Muñoz, la idea es “crear una industria forestal fuerte y competitiva, por ello el Serfor antes que una institución controlista busca ser un ente promotor. Vamos a modernizarnos para desaparecer la lista interminable de trámites”. Espera en breve contar con una plataforma para trámites en línea y, especialmente de vigilancia satelital para un mayor control de los bosques. Un avance considerable.

Según Muñoz, el potencial es inmenso. Solo para el mercado interno peruano se importa anualmente 1,000 millones de dólares en productos maderables y sus derivados. En los últimos diez años las importaciones de estos productos han crecido 281%, mientras que nuestras exportaciones solo se incrementaron en un 115%. (Ver cuadro)

Como se ha hecho en Chile y otros países que han sabido manejar este recurso, se debe desarrollar una industria poniendo en valor los recursos forestales. Chile cuenta con dos millones de hectáreas de bosques para explotación comercial lo que le permite exportar más de 6,000 millones de dólares anuales y emplear a 250 mil personas. Como hemos señalado en Lampadia, “el potencial de desarrollo del sector forestal en el Perú debería ser del orden de cinco veces el de Chile, y constituye un buen ejemplo de una magnífica oportunidad que se está desperdiciando para generar una producción forestal de más de US$ 25,000 millones anuales, dando empleo de calidad a toda la población de la selva y a buena parte de la de la sierra”.

Ese es el reto. “El Perú se ha trazado la meta de tener dos millones de hectáreas reforestadas y cero de deforestación al año 2030”, ha señalado Muñoz. Para ello Serfor “está trabajando en tres líneas: la primera es sobre el patrimonio forestal que ya tenemos para promover un manejo forestal sostenible. Sobre las áreas degradadas tenemos que plantar bosques que pueden ser con fines comerciales (…). Otro elemento fundamental es la lucha contra la deforestación, no perder más bosques naturales”, detalló la directora de Serfor.

Actualmente existen al menos 10 millones de hectáreas aptas para la reforestación. De ellas, 7 millones están en la sierra, 2.5 millones en la selva y 0.5 millones en la costa. La reciente promulgación del Régimen de Promoción de Plantaciones Forestales en tierras de propiedad privada permitirá que unas cuatro millones de hectáreas se siembren con recursos maderables de fines comerciales, lo que generaría que el Perú exporte unos 1,000 millones de dólares en el corto plazo. Hay que recordar que la madera es uno de los pocos commodities que incrementa su demanda anualmente. Para el 2050 se espera que esta llegue a los 4,500 millones de metros cúbicos de madera rolliza. El Perú no puede desaprovechar sus favorables condiciones naturales para crear una gran industria forestal.

Actualmente el sector forestal representa un irrisorio 0.1% del PBI, nuestras exportaciones son 40 veces menores que las de Chile, teniendo el potencial de ser cinco veces mayores. Es hora  que empecemos a desarrollar esta industria y que apuntemos a ser una potencia maderera. Como es el caso de la explotación de otros recursos naturales, este desarrollo permitiría múltiples encadenamientos con otros sectores, una gran demanda de empleo de calidad,  mayores exportaciones y recursos fiscales. Además, con buenas concesiones, se formalizaría todo el sector y se tendría una actividad legal que si podría competir con éxito con la tala ilegal y los sembríos de coca.

El desarrollo del sector forestal es clave para la generación del empleo a vistas de la tercera revolución industrial, ver en (L): Apuntes para la creación de empleo al 2034 (II). Lampadia




Reforestación vs. calentamiento

Reforestación vs. calentamiento

Comentario de Lampadia

Nos da mucho gusto que el artículo de New York Times que presentamos más abajo coincida con nuestras recomendaciones de política ambiental.

Ver artículo en Lampadia: Política ambiental para multiplicarnos por cinco

Los países emergentes con poblaciones crecientes y con la necesidad de incrementar su riqueza no pueden dejar de generar nuevas emisiones de carbono, pero muchos países, entre ellos especialmente el Perú por su gran riqueza natural, pueden compensar sus nueva emisiones con mecanismos de reducción de CO2 como la reforestación masiva de plantaciones industriales, que como explica el artículo del New York Times pueden absorber el CO2 de la atmosfera  y fijarlo como celulosa en los árboles.

Artículo completo del New York Times “Reforestación contra calentamiento