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Una reforma hacia sistemas individuales de capitalización

Mientras el mundo real produce cambios que inviabilizan los sistemas de pensiones de reparto y piden más años de aportes pensionarios, dado el aumento de la esperanza de vida, nuestros políticos siguen organizando falsos regalitos populacheros como jubilaciones a menores edades.

Esperamos que las reflexiones siguientes les ayuden a reflexionar, o por lo menos a darles vergüenza cuando hacen propuestas contraproducentes. 

El envejecimiento de la población y la baja tasa de natalidad causarán problemas en el sistema de pensiones de jubilación. El desafío principal es que las personas viven más tiempo y, mientras que es un gran logro que el Perú tenga una mejor expectativa de vida, podría generar una situación inviable para los sistemas de jubilación de reparto en el país, ONP y Pensión 65.

¿Cuál es el problema a nivel global? Si bien la dramática expansión de las expectativas de vida es uno de los logros de la humanidad, lo que una vez fue solo una década de subsistencia en los planes de ahorro y pensión, a menudo se ha convertido en dos o más décadas. Al mismo tiempo, el número de trabajadores jóvenes que los reemplazaron se ha reducido, poniendo en duda el sostenimiento de los modelos de los sistemas de pensiones de reparto.

Rafael Puyol, el Director del Observatorio de Demografía del Instituto de Empresa Business School, realizó una presentación titulada El envejecimiento de la población y el futuro de las pensiones, en un evento organizado por la Asociación de AFP y la Universidad Privada de Ciencias Aplicadas.

En el evento, el experto explicó que el bono demográfico se inicia en América Latina en la década del 70 y prevé que puede durar 50 años, lo que significa que ya se estaría acabando en aproximadamente una década. Por lo tanto, el sistema de jubilación de reparto (establecido en Alemania en el siglo XIX por Otto von Bismarck) ya no es viable porque fue pensado para una población cuyas expectativas de vida activa no superaban los 40 años y debían jubilarse a los 70 años. 

¿Y en Perú? Nuestro país refleja las mismas tendencias generales. Su tasa de fecundidad es de 2.4 hijos por mujer, una reducción muy marcada desde los años 70 cuando el promedio era de 6 hijos, y, según el INEI, en los últimos 14 años, la población mayor a los 65 años pasó de 7% a 12%, mientras que la participación de los menores de 15 años bajó de 37% a 26%.

“La tasa de fecundidad en el Perú está en declive. Según el World Population Prospects del 2017, esta será de 2.12 hijos por mujer entre el 2025 y 2030, y de 1.84 entre el 2045 y 2050, con lo cual el Perú estará por debajo de la tasa de reemplazo; es decir, que el número de los nacidos será menor a de los fallecidos”, afirmó Puyol.

De hecho, Puyol inició su conferencia haciéndose la pregunta más básica: ¿cómo definimos el envejecimiento? Mientras que durante mucho tiempo se definía el envejecimiento de la población cuando cruzaban el umbral de los 65 años, eso está cambiando. Dado el exponencial crecimiento de la esperanza de vida de la población en el mundo, el porcentaje de personas que supera ese umbral crece continuamente. Así que el experto propone que esta definición es obsoleta y que, más bien deberían usarse un umbral móvil en vez de uno fijo, basado en la esperanza de vida al nacer.

Según Puyol, estas tendencias hacen inviable mantener mucho tiempo o volver al sistema de reparto (la Oficina de Normalización Previsional se rige bajo este sistema). Los instrumentos de capitalización, con una pensión básica para las personas sin recursos, es mucho mejor procedimiento. Al menos, el modelo europeo puede servir de ejemplo de lo que es necesario evitar. Esto significa que, en el 2050, el Perú no tendrá la cantidad suficiente de trabajadores en actividad para cubrir las pensiones de los jubilados, cuyo número seguirá subiendo por el aumento en las expectativas de vida.

Entonces, ¿qué debemos hacer?

Lo que propone Puyol es que abandonemos el sistema de reparto y que sigamos la tendencia de los sistemas individuales de capitalización “porque van a ser los únicos [sistemas] que permitirán que un trabajador (con la ayuda del Estado mediante bonificaciones y otros instrumentos fiscales) pueda planificar su futuro”.

Advirtió que dichos sistemas de capitalización requieren la ayuda del Estado mediante bonificaciones u otros instrumentos fiscales que permitan incrementar el fondo de capitalización del trabajador y así financiar su jubilación. Lampadia




África: El león sigue en movimiento

África está sigue creciendo, más que el resto del mundo pero menos que en los años del boom de commodities. Buena parte del África sigue progresando y su crecimiento económico se debe en gran medida a su bono demográfico, al ritmo de urbanización y a la aplicación de tecnologías (de telecomunicaciones por ejemplo), así como al crecimiento de la inversión. Entre sus reformas se encuentra la creciente adopción del libre mercado, una mayor industrialización y a la mejora en infraestructuras.

 Según un informe de McKinsey Global Institute: ‘Leones en movimiento: el progreso y potencial de las economías africanas’ el PBI total de África será de US$ 2.6 millones de millones al 2020. El informe también dice que el “consumo se proyecta en alrededor de US$ 2 millones de millones al 2025”.

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De acuerdo con el McKinsey Global Institute, durante los últimos veinte años, el centro de la economía mundial se ha ido desplazando desde los países desarrollados a los países en desarrollo. África subsahariana, en particular, es un caso notable de ello. En el año 2015 el PBI del África subsahariana creció en 4.5%, lo que la vuelve la zona de mayor crecimiento económico en el mundo, superando el crecimiento anual promedio de la región de Asia de 4.3%.

África es la fuente más grande de materias primas del mundo. Eso por sí solo pone a África a la vanguardia en términos de perspectivas de crecimiento futuro. Sin embargo, también depende de varias variantes como el avance tecnológico, la burocracia, la corrupción, la falta de cualificación y la seguridad y el entorno normativo.

A pesar de los desafíos que enfrentan los países africanos (entre ellos la pobreza generalizada, las altas tasas de enfermedades infecciosas y la brecha de infraestructuras básicas  como carreteras, servicio eléctrico fiable y agua potable) las tendencias económicas y demográficas apuntan al continente como un mercado potencial lucrativo.

La tendencia de adopción de tecnología más importante en África actualmente (y la que está teniendo el mayor impacto en la vida cotidiana de las personas) es el aumento de los Smartphone. África ha tenido la acogida más rápida de móviles en el mundo. En los próximos 5 años, más de 900 millones de personas tendrán un teléfono móvil, y algunos estiman que la penetración podría alcanzar al 80% de la población, según la GSMA (La Asociación GSM es una organización de operadores móviles y compañías relacionadas, dedicada al apoyo de la normalización, la implementación y promoción del sistema de telefonía móvil GSM). Si consideramos que sólo el 1% poseía un móvil en el año 2000, la tasa de crecimiento es más que sorprendente.

En África, más que en ninguna otra parte del mundo, la tecnología está mejorando la vida de las personas, especialmente mediante los servicios y las aplicaciones móviles. Con infraestructuras de telefonía de línea fija mínimas (casi imposibles por sus costos de inversión), el continente le ha dado la bienvenida a la oportunidad de saltar de ‘cero comunicaciones’ a ser un líder mundial en el desarrollo y la prestación de servicios móviles. Ver en Lampadia: El desarrollo y la revolución tecnológica en África.

Sin embargo el África sigue concentrando la mayor parte de la pobreza, solo el 25% de la población tiene acceso a la electricidad, la tecnología que marca la frontera entre la Edad Media y la modernidad. Ver en Lampadia: La dignidad de la humanidad se juega en el África.

Para superar esta reducción de la pobreza y desarrollar el potencial de África, se necesitan mantener las políticas de libre comercio, los flujos de inversión internacionales, recuperar un mejor ritmo de crecimiento económico y seguir llevando las nuevas tecnologías a los países más pobres. 

Lampadia

3 razones por las que las cosas se ven mejor para las economías africanas

Dominic Barton

Global Managing Director, McKinsey

Acha Leke, Director, McKinsey

5 de mayo, 2016

Traducido y glosado por Lampadia

En 2010, el McKinsey Global Institute (MGI) describió el progreso y potencial de las economías africanas como ‘leones en movimiento’. Hoy en día, a pesar de la caída de los precios de las materias primas a nivel mundial y las crisis políticas que han frenado el crecimiento en el norte de África, los ‘leones económicos’ de África se siguen moviendo hacia adelante.

En general, el continente alcanzó un crecimiento promedio anual del PBI real de 5.4% entre 2000 y 2010, aumentando US$ 78 mil millones anuales al PBI (en precios de 2015). Pero el crecimiento se redujo a 3.3%, o US$ 69 mil millones al año entre 2010 y 2015. ¿Se le ha acabado el brillo a la historia de crecimiento de África? Una nueva investigación de MGI (que será publicada en su totalidad en octubre) llega a la conclusión de que la respuesta es no, pero está claro que la historia del crecimiento del continente se ha convertido en una más matizada

Condiciones exigentes

Desde 2010, la desaceleración del crecimiento de África se ha concentrado en dos grupos de economías: exportadoras de petróleo y los países del norte, que continúan con la reconstrucción después de las convulsiones políticas de la Primavera Árabe. Las economías de Egipto, Libia y Túnez no crecieron en lo absoluto entre 2010 y 2015, un marcado contraste con su crecimiento anual promedio de 4.8% en la década anterior. La tasa de crecimiento entre los países exportadores de petróleo como Argelia, Angola, Nigeria y Sudán cayó bruscamente a 4% del 7.1%. El crecimiento de la productividad también se redujo en estos dos grupos de economías. La tasa anual de crecimiento de la productividad en los países de la primavera árabe se redujo de 1.7% a 0.6%; y en los países exportadores de petróleo de África de 2.6% a 0.4%.

A pesar de este deterioro en el desempeño de las principales economías, el resto de África fue capaz de mantener tasas estables de crecimiento del PBI y productividad en los últimos cinco años. El PBI real creció a una tasa anual del 4.4% al año, prácticamente el mismo que durante los años 2005 a 2010. La productividad creció a una tasa anual compuesta de 1.7% en el mismo período, parecido al 1.6% entre 2000 y 2010. 

La capacidad de recuperación de gran parte de África a pesar de las desafiantes condiciones refleja la continua diversificación en muchas de las economías del continente. Entre 2010 y 2014, los servicios generaron el 48% del crecimiento del PBI de África, por encima del 44% en la década anterior. El crecimiento en el sector manufacturero de África ha sido bajo en un 4.3% al año entre 2010 y 2014, pero los servicios públicos y la construcción han logrado una expansión significativa para asegurar que la industria genere alrededor del 23% del crecimiento de África, por encima del 17% en la década anterior. Los recursos, por su lado, hicieron una contribución negativa al crecimiento, de tan solo 4% entre 2010 y 2014, en comparación con una contribución directa positiva de 12% en la década anterior.

Tres tendencias para el futuro de África

A largo plazo, es probable que estas tres poderosas tendencias positivas sostengan el crecimiento de África.

En primer lugar, el continente tiene una población joven con una creciente fuerza de trabajo – un activo muy valioso en un mundo que envejece.

En segundo lugar, África se sigue urbanizando y gran parte del beneficio económico queda por delante. La productividad en las ciudades es tres veces más alta que en las zonas rurales y, durante la próxima década, un adicional de 187 millones de africanos vivirán en ciudades, según las Naciones Unidas.

En tercer lugar, las economías africanas también están bien posicionadas para beneficiarse de la rápida aceleración de los cambios tecnológicos que podrán desbloquear el crecimiento y dejar atrás las limitaciones y los costos de la infraestructura física en áreas importantes de la vida económica. África del Este ya es un líder mundial en pagos móviles.

Un continuo aumento de la inversión en infraestructura es reforzar las perspectivas positivas de crecimiento. El gasto en infraestructura se ha duplicado en los últimos diez años, y ahora se sitúa en el 3.5% del PBI.

No todo va ‘viento en popa’

Los inversores extranjeros se han percatado de estos fundamentos positivos. La inversión extranjera directa alcanzó los US$ 73,000 millones en 2014, frente a los US$ 14,000 millones en 2004. África es hoy el hogar de 700 grandes – y cada vez más panafricanas – empresas que obtienen unos ingresos de más de US$ 500 millones.

A pesar del continuo potencial de las economías africanas, los responsables políticos, sin duda, tendrán que afrontar retos importantes. A medida que el precio del petróleo y otras materias primas continúan cayendo, las finanzas de África se deterioran: el continente tuvo un déficit presupuestario promedio de más de 6.9% del PBI en 2015, comparado con el 3.3% del PBI cinco años antes. La inestabilidad política también es más frecuente. El número de incidentes violentos contabilizados por el Programa de Datos sobre Conflictos de Uppsala ha pasado de 858 en 2010 a 2022 en 2014.

Los desafíos en algunas partes de la región se han hecho sentir. Hace cinco años, la mayor parte de África estaba en auge – 25 de las 30 principales economías habían acelerado su crecimiento en comparación a la década anterior. En 2016, sin embargo, el número de países cuyo crecimiento fue similar o acelerado se ha reducido a la mitad.

Un panorama mixto

Este panorama mixto significa que las empresas y los inversionistas están evaluando la potencial necesidad de que África sea mucho más específica sobre el crecimiento y estabilidad de los países individuales. Hemos medido tres aspectos de la estabilidad macroeconómica: la estabilidad, la diversificación económica y la estabilidad política y social. De este análisis surgen tres grupos distintos de países.

Alrededor de una quinta parte del PBI de África proviene de un conjunto de países que llamamos estrellas de crecimiento, con altas tasas de crecimiento y una alta puntuación en la estabilidad. Estos países, entre ellos Costa de Marfil, Etiopía, Kenia, Marruecos y Ruanda, no dependen de los recursos para el crecimiento, están reformando activamente sus economías, y están aumentando la competitividad. Un segundo grupo de países, los crecientes inestables, representan el 43% del PBI de África, han experimentado altas tasas de crecimiento en los últimos cinco años pero menores puntajes en la estabilidad. Este grupo incluye países como Angola, la República Democrática del Congo, Nigeria y Zambia, todos los cuales tienen un claro potencial, pero necesitan diversificar sus economías lejos de los recursos, para mejorar su seguridad, o estabilizar sus macroeconomías. Por último, están los lentos productores que representan el 38% del PBI en 2015; este grupo incluye a Sudáfrica, Madagascar y los tres principales países del norte de África que participan en la Primavera Árabe – Egipto, Libia y Túnez. 

El camino adelante

El imperativo actual es para los políticos y las empresas trabajar en conjunto para acelerar las reformas económicas y fortalecer los fundamentos que sostienen el crecimiento. Una de las prioridades será la de diversificar las exportaciones y fuentes de ingresos nacionales para eliminar la volatilidad que surge cuando los precios de los recursos cambian dramáticamente.

Esto requerirá que los países aumenten las provisiones para las pensiones, amplíen el acceso a los servicios bancarios y financieros, y profundicen sus mercados de capitales. Las otras tres áreas vitales para el crecimiento que también merecen atención son la mejora de los sistemas educativos para desarrollar las habilidades necesarias ahora y en el futuro, los esfuerzos de integración regional para desbloquear la fabricación y el comercio regionales, y la mejora de la infraestructura física y digital de África.

La turbulencia – tanto económica como política – en algunas partes del continente en los últimos años ha sido, sin duda, un shock, pero no ha descarrilado la historia de crecimiento de África. El FMI todavía prevé que África será la región de segundo mayor crecimiento en el mundo entre 2016 y 2020 con un crecimiento anual del 4.3%. Lo que los últimos cinco años han demostrado, sin embargo, es que los leones económicos de África necesitan mejorar su condición física con el fin de aprovechar al máximo su potencial y continuar su marcha hacia la prosperidad.

Lampadia




Tenemos un Bono Demográfico que aportará crecimiento por décadas

Tenemos un Bono Demográfico que aportará crecimiento por décadas

El Perú es un país con enorme potencial que a pesar de la debilidad de la economía internacional puede seguir creciendo. Entre sus diversos atributos está su bono demográfico, que impactará positivamente en la creación y distribución de riqueza en el país. En cuanto a la clase media, se proyecta que incluya a más del 40% de la población, principalmente en los países emergentes.

En el Perú, del 2005 a la fecha, la clase media se ha incrementado del 25%  de la población a casi el 60%. Un logro evidente de la expansión económica que ha vivido el país en los últimos años. Por si fuera poco, el MEF, como en su momento lo indicaron el Banco Mundial y el BID, anunció a principios de este año que el ingreso promedio per cápita en el Perú se incrementó en un 36.7% entre el 2004 y el 2012, “lo que refleja la solidez de la economía del país en las últimas dos décadas”.

El Perú todavía es un país emergente. Nos encontramos en una etapa temprana de nuestro desarrollo. Como indicó un informe del banco HSBC: “A medida que sus trabajadores estén cada vez mejor equipados con más maquinaria y tecnología, y su nivel de habilidades se eleve, su productividad [en el Perú] aumentará, el PBI seguirá creciendo y junto a ello los ingresos reales de los trabajadores.” (Ver en Lampadia (L): ¿Cómo podemos aprovechar nuestro bono demográfico?)

Según este informe el Perú “puede ser pequeño, pero es la estrella en nuestras proyecciones de América Latina”.  También indica que el Perú puede ser uno de los países que más crezca durante los próximos cuarenta años, alcanzando el lugar 26 entre las economías más grandes del planeta si mantiene un crecimiento del PBI de 5.5% como promedio anual.  (L): 2050: ¿El Perú en el puesto 26?

Según las proyecciones, y como indica dicho informe, se espera que una parte relativamente grande de la población peruana se dirija al grupo de ingresos de la clase media en el 2030. Y para el 2050, habrá un aumento aún mayor de este sector, que seguirá aumentando durante las próximas décadas.

Esta revolución demográfica se debe principalmente a que países emergentes como el Perú tienen una población más joven que en el mundo desarrollado y por lo tanto, su edad promedio es menor. Significa que hay una alta cantidad de personas en el sector de la PEA (Población Económicamente Activa, entre 15 y 65 años), desenvolviéndose en el mundo laboral y generando ingresos. Además es en este sector donde se genera la mayor cantidad de gastos (bienes inmuebles, hogares, entretenimiento, etc.). Es la gente joven, con ingreso elevado, quien va a gastar, no las personas mayores.

Esto ya está sucediendo. La primera señal de una creciente clase media es el aumento del sector de servicios, algo que se puede apreciar con el mayor número de centros comerciales y lugares de entretenimiento y ocio por todo el Perú. La segunda, es que los consumidores empezarán buscando productos de bajo costo, por ejemplo el consumo de los productos chinos. Y tercero, países desarrollados ya vienen tomando interés en el Perú para aprovechar su creciente demanda, y están aumentando sus exportaciones a la región.

De acuerdo a las proyecciones del HSBC, al año 2030 el Perú contará con el 70% de su población ubicada en la clase media consolidada (con ingresos por persona y por día mayores a US$ 8.0), y un 10% en el grupo de altos ingresos, igualando a Chile y superando ampliamente a Colombia, que tendría solo al 50% de su población en los grupos de ingresos medios y altos. (L): Perú: Imparable crecimiento de la clase media.

El tener un bono demográfico alto en nuestro país nos da una gran ventaja competitiva y comparativa con respecto a otros países del mundo, especialmente con los más desarrollados. Mientras que ellos tienen que lidiar con más problemas de pensiones y de falta de mano de obra, nosotros tenemos a la mayor parte de nuestra población en la etapa productiva y de consumo de sus vidas.

Esta ventaja se ve alimentada también por una esperanza de vida que crece más cada día y, gracias al crecimiento económico a nivel mundial y a los saltos exorbitantes de la tecnología moderna, probablemente siga aumentando de la actual de 75 años (Perú, la era solamente 43 años en 1950) a una mayor. Esto alargará el rango de la PEA ya que poco a poco se tendrá que ir considerando a gente mayor a 65 años como población activa (se reconozca oficialmente o no), y un gran grupo de personas que, con el tiempo, serán altamente productivas por varios años más.

Estamos en una etapa crucial de la historia del Perú. Es el episodio con mayor posibilidad de expansión económica de nuestra historia antes de que nuestra población también envejezca. Si al impacto del bono demográfico le sumamos la futura demanda de commodities, como lo dice el mismo HSBC, (ver en (L): 2050: ¿El Perú en el puesto 26?), y si nos dedicamos a mejorar la educación, salud, instituciones, infraestructuras, los avances tecnológicos y una mejor y más eficiente gobernanza y un servicio civil meritocrático, nadie nos para. Es por eso que debemos estar preparados y capacitados para aprovechar esta oportunidad de la mejor manera posible. Debemos abordar nuestros retos sin remilgos y trampas ideológicas y lograr que el Perú crezca con todo el potencial que ya tiene. Como comentó Gastón Acurio (ver en (L): Gastón Acurio – Entrevista Iluminadora):

“El otro día estaba reunido en el Colegio Mayor Presidente de la República y los profesores me preguntaron lo siguiente: “¿Cómo has hecho para poner en valor la figura del cocinero como una actividad valiosa, respetable?”. Ellos se sentían frustrados porque la figura del maestro estaba venida a menos. Yo les conté, muy humildemente, lo que había visto desde chiquito en los años 80: un maestro que no hablaba de enseñar, sino de luchas sindicales, que alza el puño en señal de combate, ideologizado completamente”.

Ahora que todos estamos preocupados con el menor crecimiento de nuestra economía y que nuestras autoridades van reconociendo día a día, como declara hoy el ministro de economía, según la portada del diario El Comercio, vamos a tener que ser los ciudadanos los que vayamos viendo un poco más adelante, para proponer correcciones inmediatas. Ver en (L): La situación no está para tafetanes, se requieren acciones inmediatas. Lampadia




El Perú de espaldas a la minería

El Perú de espaldas a la minería

Durante el 11° Simposium Internacional del Oro y de la Plata, el capaz y valiente ex ministro de Economía, Luis Carranza se apartó del discurso de “tenemos una cartera de proyectos mineros” que nos garantizan se continúe con la inversión que necesitamos. Efectivamente, la realidad es que la inversión en el sector está sustancialmente parada.

A muchos les cuesta reconocer que el principal motor de nuestro crecimiento (pro-pobre, pro-clase media y pro-menor desigualdad) de los últimos 20 años, ha sido la inversión privada, y dentro de ella, la inversión de la minería moderna. Ya hemos mostrado en “Volvamos a prender el motor de la economía”, cómo el crecimiento de la inversión privada ha colapsado de dos firmes dígitos a cero y hemos alertado, que más allá de las alergias de nacimiento, o de los irresponsables intereses políticos de los anti-mineros, para arrancar de nuevo un crecimiento sólido, debemos empezar por la minería.

Como venimos machacando, una y otra vez, después de haber apagado las luces en el Perú, después de haber proscrito la inversión privada en la agricultura, la minería, la pesca y hasta el turismo (años 60,70 y 80), hemos emprendido la gran tarea de rehacer el país durante ya más de veinte años, pero no logramos aún, “recuperar el tiempo perdido”. Después de haber obtenido logros económicos y sociales extraordinarios (LAS CIFRAS DE LA PROSPERIDAD), estamos parando a mitad del camino con un discurso equivocado que tiene varios matices: “no a la minería”, “exportamos piedras”, “no tiene valor agregado”, “agua si, oro no”, “tenemos que diversificar la producción”, etc.

Todavía tenemos que poner en valor nuestros recursos naturales que son la mejor base de crecimiento inclusivo, para industrializarnos(no la única), y para obtener los recursos necesarios que cierren las brechas económicas y sociales que acumulamos en los tiempos de la oscuridad, tal como ha venido ocurriendo en los últimos 20 años.

El Perú tiene dos “GRANDES AGENDAS” pendientes, la de la educación-salud-instituciones-infraestructuras-ciencia y tecnología, y la de desarrollar nuestro potencial productivo.

Así lo ha hecho ver Carranza en su reciente presentación, como ha sido recogido por la prensa nacional: “El Perú tiene una ventana de oportunidad e 15 años para beneficiarse de su minería”, “Normas ambientales y tributarias afectan en 20% rentabilidad de la gran minería”, “Tenemos que aprovechar nuestro bono demográfico” (tres lustros según Carranza, hasta el 2050, según el HSBC  -sin tomar en cuenta el aumento de la esperanza de vida-, que pronto va a tener que ampliar la vida útil de los ciudadanos, más allá de los 65 años). “La cartera de proyectos está estancada”.

A continuación mencionamos los nombres de una serie de proyectos mineros que entendemos, están paralizados, o no logran echarse a andar, por diversas razones:

Conga, Quilich, Haquira, Tía María, Cañariaco, Caña Chacapaca, San Luis, Galeno, Río Blanco, Michiquillay, San Gregorio, Mar Cobre, Quellaveco, Santa Ana, y muchos otros proyectos de exploración.

En lugar de entender esta alarmante realidad, el gobierno se ha dedicado a promover el ahora llamado Plan de Diversificación Productiva. Para ello hasta el propio ministro de Energía y Minas se ha dedicado a publicitarlo, tal y como hizo en el Simposium del Oro y la Plata. Al respecto, en el mismo evento, Roque Benavides, CEO de Compañía de Minas Buenaventura, dijo: “Para que el Plan de Diversificación Industrial propuesto por el Gobierno tenga éxito, primero se debe acabar con la permisología y destrabar las inversiones que necesita el país para asegurar su crecimiento sostenido”.

Recientemente, una joven profesional peruana, María Alejandra Zegarra Díaz, ha producido en Londres un estudio “The contribution of mining in Peru: 2013-2024“, que demuestra el impacto positivo de la inversión minera para el Perú. Lampadia publicó dicho estudio y su resumen como (“El impacto macroeconómico de la minería”). Por ejemplo, Zegarra muestra que si se ponen en marcha los proyectos de cobre, los aportes al fisco se incrementarían hasta en 143% al 2024. Lampadia




¿Cómo podemos aprovechar nuestro bono demográfico?

¿Cómo podemos aprovechar nuestro bono demográfico?

La organización de las Naciones Unidades (ONU) ha definido lo que se conoce como “bono demográfico” a  la situación en la que la población en edad de trabajar, entre 15 y 65 años, es mayor al 55% de la población total. ¿Cuál es la situación en el Perú? El ratio actual es de 60%, sin considerar los peruanos que viven en el exterior; esto determina que la economía disponga de una gran  oferta laboral para acelerar el crecimiento. El envejecimiento de la población seguirá siendo moderado hasta aproximadamente el año 2050, cuando el peso de los adultos mayores supere al de los jóvenes. Así, junto a Bolivia y Venezuela, Perúposee el bono demográfico más largo de Sudamérica. Este nuevo escenario, bajo el cual la mayor parte de la población se encuentra en su etapa productiva,  favorece el ahorro y la inversión y con ello el desarrollo duradero, pero también plantea algunos retos. 

Según las proyecciones del banco HSBC en su informe “El Consumidor en el 2050”, la PEA en el Perú crecerá 40% adicional entre el 2012 y el 2050.Ello representa un aumento de más de 6,4millonesde jóvenes que trabajarán o buscarán trabajo en estos 37 años. ¿Cómo será capaz nuestra economía de absorber toda esta mano de obra ávida de empleos de calidad? La respuesta está en lo que en Lampadia hemos denominado Los Triángulos del Futuro:

1.       El aprovechamiento de nuestro total potencial productivo, que es aún lejano por el abandono casi total del sector forestal, las trabas a los proyectos mineros en marcha, la nula capacidad para haber incrementado la cartera de nuevos proyectos mineros, las trabas en la inversión energética, entre otros.

2.       El desarrollo de capacidades en instituciones, infraestructuras y educación-salud. En este último punto, la política pública tiene amplio campo para adaptarse a las nuevas necesidades de la población joven que es parte de este bono demográfico. Una verdadera reforma educativa que apunte a lograr mejoras sustantivas en la competitividad de nuestro capital humano, tal como sucedió en economías que aprovecharon su bono demográfico como Corea y Taiwán, es de vital importancia. Asimismo, la educación superior debe adaptarse a las demandas futuras del mercado laboral, teniendo en cuenta los sectores donde se encuentra nuestro potencial productivo. 

3.       El perfeccionamiento del clima de inversión. De forma más específica, se requiere el diseño y aplicación de estrategias de capacitación laboral y desarrollo de habilidades  para la promoción del empleo, especialmente entre los jóvenes y adultos jóvenes. Con ello, se estará apuntando hacia un shock de productividad en este segmento que será el soporte de nuestro aparato productivo en los siguientes años.

4.       Finalmente, una juventud numerosa, con mayor educación y con altas expectativas sobre el futuro que no encuentre posibilidades de empleo puede constituirse en un factor de inestabilidad política y social. Por ello, se requiere una gobernanza que no pierda de vista, por la coyuntura política del día a día, los retos del mediano y largo plazo para aprovechar al máximo la oportunidad de nuestro bono demográfico.

El bono demográfico es otro de los aspectos favorables al crecimiento de nuestra economía, así lo destaca el HSBC en el documento mencionado. Como en todo lo demás, este factor, por sí mismo, no es suficiente para el logro del bienestar general, pero no se puede negar su aporte, sobre todo si es aprovechado con una buena gestión pública.