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Más sobre el círculo virtuoso del capitalismo

Más sobre el círculo virtuoso del capitalismo

Como hemos reportado en otras ocasiones, los grandes millonarios globales encabezados por Bill Gates y Warren Buffett vienen promoviendo con su ejemplo el que los ciudadanos globales más ricos del planeta donen partes importantes de sus fortunas para actuar directamente a favor de los más pobres del mundo, especialmente en el África.

Bill Gates y su esposa Melinda, no solo han donado lo más importante de su fortuna para combatir la malaria y el Sida, también comprometen su tiempo personal para luchar contra los grandes flagelos que todavía afectan a millones de personas en el mundo. Con Buffett, además de donar sus fortunas, han creado la fundación Giving Pledge o Pledge to Give (La Promesa de Dar), con la que invitan a otros multimillonarios ha hacer lo mismo. Como se indica en el artículo que adjuntamos más abajo, a la fecha otros 137 súper ricos, han comprometido por lo menos la mitad de sus fortunas para obras de caridad. Ver nuestras publicaciones anteriores en Lampadia: Las buenas noticias de Bill Gates, Bill Gates y Hans Rosling debaten el fin de la pobreza extrema, Tres mitos que bloquean el progreso de los pobres.

En esta ocasión republicamos el artículo de Stephen Foley sobre lo que se llama ‘Inversiones de Impacto’:

Gates está cauteloso con respecto a la “inversión de impacto”

Por Stephen Foley, publicado en el Financial Times el 30 de octubre de 2015.

Traducido y glosado por Lampadia

 

Bill Gates mostró una nota de cautela sobre la “inversión de impacto”, el relativamente nuevo movimiento que promueve inversiones que tienen tanto un beneficio financiero como uno social.

El fundador de Microsoft, convertido en filántropo, reveló que la inversión de impacto fue una de las sesiones más populares cuando los firmantes multimillonarios de su “Giving Pledge” se reunieron para su evento anual de este año.

Predijo que las donaciones caritativas seguirían siendo la forma dominante para que los ciudadanos ricos hagan frente a algunas de las necesidades sociales más apremiantes del mundo.

“Hay tantas cosas que tienen un retorno social, pero no necesariamente un retorno financiero”, dijo al Financial Times, en el último video de la serie ‘Ambitious Wealthy’.

“Hay algunas cosas, como la nueva tecnología en la educación o la mejora de los medicamentos o ampliar las nuevas escuelas charter; donde se llega a algo que tiene un retorno distinto de cero si las cosas van bien. Realmente se tiene que tener cuidado en pensar que si tienes tu pastel y también te lo comes”.

Las ‘inversiones de impacto’, cuyo objetivo es producir un beneficio social o ambiental medible y también un retorno financiero, han sido un área de enfoque para las fundaciones filantrópicas durante casi una década.

La Fundación Bill y Melinda Gates ha sido una de las pioneras de la idea, a través de lo que llama “inversiones relacionadas con el programa”, que proporcionan financiación asequible para empresas de cuidados de salud en expansión en el mundo en desarrollo, entre otras empresas relacionadas con la misión principal de la fundación.

Esta “segunda edad de oro” se define no sólo por la magnitud de la riqueza privada, sino por la ambición de los que la sostienen.

Más recientemente, las empresas de gestión de activos tales como BlackRock y Apolo han intensificado sus esfuerzos para desarrollar productos de inversión de impacto, con el objetivo de conseguir seguidores entre los minoristas tradicionales y los inversores institucionales.

Un monto estimado de US$ 60 mil millones ya ha sido dirigido a inversiones de impacto, según el Global Impact Investing Network.

En el siguiente video, Melinda Gates describe cómo es que las donaciones de la pareja son motivadas por un entusiasmo por la innovación y los nuevos avances científicos, mientras que Gates describe las similitudes y diferencias entre dirigir la mayor fundación de caridad del mundo y Microsoft. Ver video y su transcripción líneas abajo.

La pareja, junto con Warren Buffett, crearon el Giving Pledge hace cinco años como un desafío a las personas más ricas del mundo. Hasta la fecha, 137 firmantes se han comprometido a donar al menos la mitad de sus fortunas a la caridad. L

Transcripción del video:

Entrevista a Bill y Melinda Gates para el Financial Times

Traducción libre de Lampadia

A Bill Gates y Warren Buffet se les ocurrió la idea de crear el programa de “La Promesa de Dar”, pidiéndole a otros multimillonarios que prometan donar por lo menos la mitad de sus fortunas a la caridad.

Entrevistador: He hablado con algunos de los miembros de “La Promesa de Dar” sobre sus trabajos y sobre sus motivaciones y también conversé con Bill (BG) y Melinda Gates (MG) acerca de las suyas:

MG: Creo que la otra cosa que ha sido muy entretenida para nosotros es el lado de innovación en la filantropía, ya sabes, la increíble ciencia en la salud mundial que está detrás de las vacunas o la intención que tenemos de llevar una perspectiva más científica a los anticonceptivos para las mujeres. No hemos invertido en eso en, literalmente, décadas. Y así, una de las cosas que me divertían más cuando Bill y yo solíamos ir de vacaciones -las pocas vacaciones que tomó cuando dirigía Microsoft- era que él solía hablar de lo mucho que le gustaba estar alrededor de los científicos y en Microsoft ha pasado mucho tiempo alrededor de informáticos e ingenieros; pero a medida que nos adentramos en la filantropía, también estamos pasando mucho más tiempo involucrados en las ciencias biológicas y con muchos más científicos en diferentes campos e incluso en campos de diagnóstico y [Bill] creo que eso te ha entretenido aún más.

BG: Sí, la amplitud de las ciencias es aún mayor que en Microsoft.

¿Cómo encuentras grandes cienciasque apoyar?

BG: Hacemos un llamado general a cualquier persona, no importa dónde se encuentre o cómo esté posicionado en su carrera, para ayudar a resolver los problemas y desafíos. Por ejemplo, reinventar el inodoro o mejorar el condón, que tuvieron muchapopularidad. Hemos innovado en la forma en que publicamos esos desafíos y pedimos que la propuesta solo tenga una página de largo y en un primer momento damos una pequeña subvención, solo US$ 100,000  y vemos cómo va. Así, en el área de atraer científicos, comenzamos con un trabajo de un desafío y luego los vamos ampliando, es nuestra forma de crear asociaciones entre diversos científicos, de la misma forma en que creamos hitos. Hemos aprendido mucho acerca de la financiación investigaciones preliminares.

MG: Y ese es el principal método que utilizamos en la concesión de subvenciones hoy en día y siempre vamos a usar, pero otro método que utilizamos ahora son las inversiones. Se les llama ‘inversiones relacionadas a programas’, por ejemplo, una escuela charter que está teniendo problemas en conseguir el terreno para construir una nueva escuela relacionada con el programa, a menudo podemos darles un préstamo auna tasa de interés muy baja, es un préstamo con un mayor riesgo con el que los bancos otorgan créditos, por lo que podría convertirse en una estructura de préstamo. También podemos hacer eso,por ejemplo, con una empresa de vacunas si queremos asegurarnos de que una vacuna salgay podría no salir al mercado de otra manera, entonces invertiremos en esa compañía y, en realidad,eventualmente obtendremos una ganancia, potencialmente en la parte final.

Es interesante, ¿no? Hay una gran cantidad de innovación en la financiación de la filantropía y algunas de las barreras más obvias para dar una inversión parecen estar desapareciendo. ¿Es eso justo y hasta dónde va ese proceso, qué opinas?

BG: Bueno, lo dominante en la filantropía son las subvenciones. Esto se debe a que muchas de las cosas tienen un retorno social, pero no un retorno financiero. Hay algunas cosas, como la nueva tecnología educativa o la mejora de los medicamentos o nuevas escuelas charter, que tienen un retorno distinto de cero si las cosas van bien. Uno realmente tiene que tener cuidado de pensar que puede ‘tener su pastel y también comérselo’. Quiero decir, la medida social realmente significa tener que mirar a los concesionarios particulares. Pero es un área de crecimiento y fue una de las sesiones más populares en ‘La Promesa de Dar’, se habló de lo difícil que era y dónde hay oportunidades.

¿Hasta qué punto se parece gestionar una fundación y dirigir una empresa filantrópica con dirigir Microsoft?

BG: Bueno, es muy similar en el sentido que uno busca contratar a las mejores personas, construir equipos, tomar desafíos que son muy difíciles y se requiere corregir cosas en el camino, ya sabes, con los desafíos de largo plazo en décadas. En el mercado de software, se obtiene una respuesta muy rápida. Y así, la noción de cómo se mide, si se trata de vidas salvadas o mejorar la desnutrición, mejorar la condición humana, el reto de medición es mucho más difícil; y los países con los que se está trabajando tienen gobiernos con un mal funcionamiento y son a menudo los socios en algunas de las actividades. Por lo tanto, eso dificulta mucho más las cosas. Pero todo lo que aprendimos en Microsoft, creo, ha traídoun increíble valor. Cómo promocionar algo, cómo obtener equipos que estén motivados, cómo tratar con los obstáculos. Yo he tenido 40 años de entrenamiento que vienen de mi trabajo en Microsoft.




La caída de un gigante crea incertidumbre en la región

La caída de un gigante crea incertidumbre en la región

En una reciente entrevista concedida a El País de España, el ex presidente chileno, Ricardo Lagos, señaló que el Mercosur y la Alianza del Pacífico (AdP) “podían(…) avanzar a distintas velocidades”. Además, indicó que Brasil podía darse el lujo de tener una economía cerrada, porque era un país-continente. Una buena disculpa de Lagos, que no usan la China, India, México, EEUU, y tantos otros países grandes (continente) para justificar tremendo error. Mientras el Mercosur es proteccionista, la Alianza se orienta al libre comercio. Estas diferencias no parecen preocuparle al ex presidente quien estaría defendiendo la postura chilena que ahora quiere jugar varios partidos a la vez.

Las declaraciones de Lagos recogen las del actual canciller chileno, Heraldo Muñoz. Como revelara Andrés Oppenheimer, Muñoz le confesó que: “Chile quiere invitar a Brasil a participar de alguna forma en la AdP. Cuando le pregunté si esa no es una receta para enfriar o acabar con la AdP, el canciller chileno rechazó esa sugerencia. (…) Cuando le señalé que invitar a Brasil también podría tener el efecto de enfriar los planes de la AdP, porque un tren avanza a la velocidad de su vagón más lento, Muñoz respondió que no hay necesidad de desacelerar a la Alianza, porque el bloque comercial del Pacífico puede avanzar perfectamente ‘a dos velocidades’”, cosa imposible y absurda, como indicamos en la siguiente nota de Lampadia: El futuro de la Alianza del Pacífico).

El problema es que hoy Brasil, no solo avanza más lento, sino que está retrocediendo. Recientemente, en el ranking de deuda soberana, BlackRock calificó negativamente al Brasil debido al aumento en su deuda de corto plazo, mientras que el Perú recibió una buena calificación, ver en Lampadia: BlackRock Sovereign Risk Index.

Estas no son las únicas malas señales que llegan de Brasil. La incertidumbre sobre su rumbo económico se acrecienta debido al proceso electoral por el que atraviesa (las elecciones presidenciales están previstas para el 5 de octubre próximo).

Y es cierto, en estos momentos, la inflación pareciera empezar a descontrolarse. Los expertos del mercado financiero pronostican que la inflación llegará a 6.41 %, muy próxima al límite máximo establecido por el Gobierno. La presidenta y candidata a la reelección, Dilma Rousseff, días atrás se vio obligada a aclarar “[La inflación] está en el techo de la meta. Vamos a quedarnos en ese techo”, destacó la presidenta.

Asimismo, Rousseff ha tenido que dar explicaciones por el mal desempeño de la economía y, sobre todo por la decepción de los ciudadanos por la corrupción, ineficacia y deficiencias de su gobierno. “El mismo pesimismo (que hubo) en el Mundial se está dando ahora con la economía, pero es aún más grave porque la economía está hecha de expectativas”, ha señalado a manera de excusa.

Los problemas de Brasil, sin embargo, se inician con el quiebre de las políticas que dejó el  gobierno de Henrique Cardoso, que puso la casa en orden. Lula da Silva llevó al país hacia el proteccionismo y el asistencialismo. Cooptó a sus opositores y convivió con altísimos niveles de corrupción gubernamental. Dilma Rousseff exacerbó las políticas de Lula, manteniendo bajo el precio del petróleo y el diésel y subvencionando la electricidad. También, otorgó beneficios fiscales a varias industrias para intentar apuntalar el crecimiento. Lo que ha provocado esta política es crear incertidumbre, llevando la tasa de inversión a 18.3% del PBI, su mínimo en cuatro años, mientras que la tasa de ahorro se ubicó en 12.7%, la más baja en los últimos 15 años (en el Perú es de 23.8%).

Además, Brasil ha sido el padrino del ALBA y de Chávez, apoyando activamente  la formación de bloques sudamericanos que alejan de la región a EEUU, como son los casos de Unasur, Celac, y otros. Asimismo,ha patrocinado el Foro de Sao Paulo, fundado por Lula con el Partido de los Trabajadores (PT), un foro anti-globalización, desarrollado en paralelo y en oposición al Foro de  Davos (del World Economic Forum). La idea ha sido terciar en el debate sobre políticas de desarrollo reuniendo a las izquierdas más radicales de la región, con mucha influencia de Venezuela y especialmente de Cuba. Este foro ha incluido siempre a lo más connotado de nuestra izquierda tradicional.

Cabe recordar que en una visita de Lula al Perú, durante el segundo gobierno de García, el entonces presidente brasileño retó al peruano, declarando que era mejor distribuir que crecer. Lula presentó cifras para alardear de su supuesto éxito. En Lampadia comparamos sus cifras con las peruanas y mostramos que la performance del Perú era muy superior. (Ver Lampadia: Luces y Sombras de la visita de Lula al Perú). Posteriormente, Brasil empezó a deteriorarse, y hoy tiene peores indicadores. No cabe duda que el Perú también ha tenido un “traspié” al ningunear la importancia de la minería, pero Brasil ha llevado su modelo a límites insostenibles.

A pesar de estos esfuerzos y de sus masivos y millonarios programas asistenciales, su tasa de crecimiento y sus índices sociales no resisten comparación con los peruanos. Esto se puede observar en la tabla siguiente, una versión actualizada de la publicada por Lampadia anteriormente. Para ello, al incluir los datos del 2013, hemos tenido que homogenizar las fuentes, puesto que hasta ahora, el gobierno de Brasil no ha publicado los indicadores referidos a la pobreza, sospechosa falta de transparencia en un año electoral. 

Para el 2014, hay aun mucha incertidumbre sobre el crecimiento del Perú. El consenso apunta hacia un 5%, mientras que para Brasil se estima un magro 1.5%. En el caso del Perú, casi el 30% de nuestro PBI  es por inversión que luego genera producción; el brasileño no llega a la quinta parte. Con respecto al ratio inversión-producto, Brasil se ha mantenido alrededor del 18%, mientras que el Perú ha tenido un crecimiento sustancialllegando a casi 28% del PBI en el 2013, un récord histórico.

Ambos países han logrado reducir considerablemente sus indicadores de pobreza, Brasil por sus programas asistenciales, y el Perú por su crecimiento, que además, redujo la desigualdad. (Ver Lampadia: Al menos 80% de la reducción de la pobreza es por el crecimiento).

La situación de Brasil es mala para todos, pero estas realidades siempre encierran importantes lecciones que esperamos sean aprovechadas por ellos, pero también por toda la región sudamericana. A estas alturas de la historia tenemos demostraciones muy claras sobre que  políticas son exitosas y sostenibles.Los países que progresan se integran al mundo, promueven la inversión privada, tienen Estados efectivos y, primordialmente, nivelan las oportunidades de desarrollo de todos sus ciudadanos. Lampadia




Midiendo la solidez de la deuda del Estado peruano

Midiendo la solidez de la deuda del Estado peruano

Los sólidos resultados macroeconómicos del Perú siguen generando reconocimientos en los  mercados internacionales. Esta vez lo hace BlackRock, (el mayor inversionista institucional del planeta, que maneja fondos propios por más de US$ 4 millones de millones y US$ 11 millones de millones de terceros). Esta organización publica un Índice de Riesgo Soberano (BSRI – BlackRock Sovereign Risk Index), en el que ubica al Perú enel puesto 18 (de un total de 50 países analizados), alcanzando asíla segunda posición en Latinoamérica. Este índice mide la calidad de las deudas soberanas.

El índice está compuesto por cuatro variables: Holgura fiscal, Disposición de pago, Posición financiera externa y Salud del sistema financiero. Una buena posición en el ranking no solo es buena para las Finanzas Públicas, sino que además ayuda a las empresas privadas a obtener  mejores tasas de interés por sus emisiones. Por tanto, una gran noticia, que se une a la buena nota obtenida en el Índice de Bonos de Mercados Emergentes (EMBIG), el indicador de riesgo país elaborado por el banco de inversión J.P. Morgan.

Ver el detalle de este indicador y otros 25 índices y rankings en los que se evalúa al Perú, en nuestra sección Índices, Estadísticas y Rankings: http://www.lampadia.com/indices Lampadia