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Los fariseos

Los fariseos

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

En mayo de 2008 se creó en el Perú el Ministerio del Ambiente, para supervisar, desarrollar, dirigir y ejecutar la política ambiental nacional, en el ámbito de la conservación y uso sostenible de los recursos naturales, la diversidad biológica, las áreas naturales protegidas y el desarrollo sostenible de la Amazonía. Para esto, el ministerio debe promover la participación ciudadana y contribuir a la competitividad del país, mediante un desempeño ambiental eficiente.

Ciertamente, la mejor forma de honrar esa misión, consiste en:

  • Proteger nuestros bosques, flora y fauna, evitando el uso indebido e impactos negativos.
  • Proteger los recursos hídricos, el uso adecuado y más eficiente, cuidando y controlando su calidad.
  • Cuidar y proteger la limpieza del aire, regulando y controlando la emisión de gases de efecto invernadero, minimizando el uso de combustibles contaminantes, induciendo al uso de equipos de mínima emisión e impidiendo prácticas de ”la quema” en el campo.
  • Control, manejo y disposición de residuos sólidos en todo el territorio nacional, particularmente en las ciudades.
  • Planear y promover el desarrollo de ciudades saludables.
  • Evitar la contaminación de los mares, para un aprovechamiento óptimo.
  • Algunos dirán que se debe incorporar “los principios de desarrollo sostenible”.

Todo lo dicho, en realidad se resume en lo que se enseña a los niños en los colegios: Reducir, Reusar y Reciclar. Las famosas RRR.

Como siempre, a la burocracia le encanta llenarse de reglamentos, exigiendo a las empresas (no más de 30% de los actores, que son formales); permisos, estudios y evaluaciones previas al desarrollo de cualquier proyecto. Hacer inspecciones e iniciar procesos sancionadores por “quítame allá esta paja”. Por supuesto, es cierto que los estudios ambientales se deben hacer, que los planes de remediación se deben preparar y que el manejo cotidiano debe ser el fiel reflejo de lo comprometido y autorizado. Pero pareciera que hay fijación con algunas actividades y actores (los formales), mientras se aprecia una actitud laxa e indiferente con otras, que contaminan y destruyen como nadie.

Cuando vemos la extracción ilegal de minerales en los ríos de nuestra selva, actividad que se hace sin permisos, estudios, ni control y destruyendo no sólo los bosques y la fauna, sino, incluso áreas naturales protegidas, nadie hace nada, más allá de destruir algunos equipos.

Cuando los alcaldes de 1,870 distritos no recogen la basura y no establecen un manejo y disposición adecuada de residuos sólidos, ni hacen un tratamiento adecuado de las aguas servidas, ahí nadie dice nada.

Cuando tenemos un parque automotor destartalado, que usa el combustible más tóxico y circula campante y humeante por las ciudades, nadie dice nada.

Obviamente, cuando se producen invasiones, como la ocurrida recientemente en La Chira, de donde felizmente fueron retirados, pero donde dejaron toneladas de plásticos azules y maderas, entre otros residuos sólidos que han colmado desde la bahía de Chorrillos hasta el Callao, impactando nuestro mar, pesca y turismo, nadie dice ni hace nada.

Más aún, impresiona que, en todo el Perú, con la única excepción de la planta de tratamiento de agua residual (PTAR) de La Enlozada en Arequipa, no tengamos plantas de tratamiento de agua residual, que permitan que las aguas residuales tratadas, sirvan para riego y uso agrícola. Las PTAR de La Chira y Taboada, no cumplen su función y son las fuentes principales de contaminación del mar. Ni qué decir de la forma como las EPS (empresas prestadoras de servicio de saneamiento) de todo el país manejan las aguas residuales y contaminan. Y digo manejan, por la mínima cobertura de tratamiento de las aguas residuales a lo largo y ancho del país.

Obviamente, son los ríos y quebradas las receptoras de todo ese volumen de aguas negras, llenas de “coliformes fecales”, cosa de la que nadie se ocupa.

La tala ilegal y deforestación, es otra actividad destructiva de la Amazonía, que se reporta eventualmente en artículos periodísticos, con fotografías aéreas que muestran el imparable avance de la destrucción de nuestra Amazonía, pero, que de ahí no pasa y por supuesto, nadie se ocupa de frenar y controlar.

¿Quién sanciona “la quema” de plantaciones y los grandes incendios producidos en los campos?

No pues, más “fashion” era organizar y “florear” en el COP 20, donde el Perú se comprometió a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 40%, junto con países que sí habían hecho su tarea ambiental en términos de; tratamiento de aguas residuales y residuos sólidos, y que ya habían eliminado por décadas el uso de plomo en combustibles y reducido el contenido de azufre en los mismos. Pero se prefirió que, en el COP 21 en Paris, se pueda internacionalizar la imagen personal del ministro, sabiendo que el Perú “aportaba” sólo el 0.4% de GEI del mundo y postergando nuestro problema ambiental, que estaba centrado en las otras dimensiones del cuidado ambiental enumeradas. Pero evitan comprometerse a metas, tales como; tratamiento de aguas residuales, disposición de residuos sólidos y control de la deforestación, porque son metas muy visibles, mientras que las emisiones de GEI, son invisibles y “pasan piola”.

Hay pues mucho fariseo hablando de contaminación ambiental, pero sin atender el elefante que tenemos sobre la mesa; los residuos sólidos, las aguas residuales por incumplimiento municipal de su manejo, así como la permisividad para la extracción ilegal de minerales, tala ilegal y uso de las riveras de los ríos como botaderos.

¡Después nos quejamos! Lampadia




El turismo: otra industria desaprovechada

El Perú viene desaprovechando su potencial productivo, tanto por el paralizante crecimiento de las regulaciones del Estado (nacional y regional), como por la invasión de personajes contrarios a la economía de mercado en todas las reparticiones públicas, y en los espacios de noticias y análisis político de los medios de comunicación más influyentes.

Esto es responsabilidad de la debilidad conceptual de la gran mayoría de nuestros políticos, y de la suicida ausencia de liderazgos valientes en el debate nacional, de representantes del mundo empresarial, académico e intelectual, que quieran ver al Perú como una nación próspera y moderna, con democracia, en la economía global.

Hoy día queremos aprovechar una publicación de The Economist sobre la nueva ola de turistas chinos, para llamar la atención a la forma en que estamos desaprovechando el inmenso potencial del turismo para nuestro país.

El turismo global

En 2017, la industria del turismo marcó una verdadera diferencia en la vida de millones de personas impulsando el crecimiento, creando empleos, reduciendo la pobreza y fomentando el desarrollo. Con una proyección de 1,800 millones de turistas internacionales para 2030, el Foro Económico Mundial afirma que la industria tiene el potencial de “desempeñar un papel clave en la creación de oportunidades de empleo de alta calidad, actuar como un vehículo para proteger y restaurar la biodiversidad de nuestro planeta y ayudar a construir puentes entre las personas y las culturas”.

El turismo es una de las industrias más grandes del mundo. “Supera la de las exportaciones de petróleo, productos alimenticios o automóviles”, según la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas. El turismo receptivo impulsa el crecimiento económico de la economía de una región al mismo tiempo que proporciona un alto potencial para apoyar la creación de empleo. El turismo emisor promueve la comprensión intercultural y el intercambio de ideas.

La creación de empleo es primordial para cualquier discusión sobre los efectos económicos positivos del turismo. El Informe de Impacto Económico 2017 del Consejo Mundial de Viajes y Turismo indica que la industria genera uno de cada 10 puestos de trabajo en todo el mundo, creciendo a un ritmo que supera el empleo en la economía mundial por sexto año consecutivo. El informe también indica que, entre los nuevos empleos, el sector representa uno de cada cinco.

No desaprovechemos el turismo

El desafío ahora es que el Perú aproveche el crecimiento del turismo y su importante fuente de empleo e ingreso de divisas, además de los beneficios generados por el encadenamiento con el resto de la economía. Según el CEPLAN (2015), el Perú tiene el potencial de captar entre 10 a 15 millones de turistas al año. Actualmente recibimos 3.7 millones de turistas extranjeros, menos del 2% del turismo global.

Esta ínfima participación en la industria del turismo, no refleja en absoluto nuestro potencial, que cubre todas las demandas del turismo global en áreas como naturaleza, aire libre y cultura. Nuestros atractivos incluyen lo arqueológico, cultural, gastronómico, de aventura, vivencial y ecoturismo, entre otros. Ver en Lampadia: El Turismo: Otro potencial desaprovechado.

Pero en los últimos años, no hemos podido siquiera evitar que los aeropuertos de Lima y Cusco se conviertan en cuellos de botella que afectan la calidad de la visita y pueden tener un efecto negativo que deteriore las posibilidades de los destinos turísticos del Peru y lo frenan, haciendo casi insoportable pasar por ellos.

Hoy tenemos nuestro gran atractivo, Machu Picchu, capturado por las mafias del transporte entre el santuario y Aguas Calientes, y a su población de comerciantes evitado el desarrollo del llamado ‘Gran Machu Picchu’ (ver en Lampadia: El Gran Machupicchu). Además, la población de la ciudad del Cusco, sigue siendo rehén de los politicastros que un día y otro organizan turbamultas por quítame estas pajas, y malogran uno de los mejores atractivos turísticos del mundo. Pero, ojo, no es el único, como parecen pensar los políticos cusqueños con ese ‘puputismo’ perdedor, tan contrario a la vocación de expansión del Incanato, que descontando las llanuras amazónicas abarcó casi toda Sudamérica.

Nuestra oferta potencial de turismo se ha multiplicado por todo el Perú. Además de los atractivos culturales tradicionales, también nos destacamos en lo vivencial, ecológico, aventuras y gastronomía entre otros. Pero no logramos superar la visión estatista que evita la participación del sector privado en la operación de atractivos turísticos.

Afortunadamente, hoy tenemos en el Ministerio de Comercio y Turismo, a un cusqueño de visión global, Roger Valencia, que puede ayudarnos a entender los retos que debemos superar para contribuir, desde el turismo, al bienestar de millones de peruanos. Lampadia

Abriendo las compuertas

Los viajeros chinos de todo tipo se han vuelto omnipresentes

La decisión de China de permitir que su gente viaje libremente al exterior está cambiando el mundo. James Miles argumenta que también está cambiando a China.

The Economist
17 de mayo, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

“Este compañero es políticamente confiable y no tiene antecedentes penales”. Los solicitantes de un pasaporte chino esperaban ansiosamente estas palabras. La firma de un burócrata en un formulario significaba el final a la vista, tras semanas o meses de tormento, que incluían hacer cola durante la noche, y ser enviados de un lado a otro en busca de documentos, verificando su lealtad al Partido Comunista, ser interrogados sobre su propósito y fuentes de financiación, y tener que coimear con cigarrillos a funcionarios malhumorados. No mucha gente llegó a ver esas preciosas palabras, o los cuatro caracteres chinos que les siguen: tongyi chuguo (permitido de ir al extranjero).

Los aspirantes a viajeros en la China gobernada por los comunistas tuvieron que llevar a cabo esta carrera de obstáculos kafkianos hasta principios de los años noventa. Pero en el último cuarto de siglo, un país casi tan paranoico como Corea del Norte en mantener a su gente dentro de sus fronteras ha cambiado drásticamente. El número de viajes al exterior realizados por ciudadanos chinos supera ampliamente los 130 millones, para 2020, el total podría llegar a 200 millones por año.

Mucho se ha escrito sobre cómo el ascenso de China como potencia mundial económica, política y militar, está cambiando el mundo. Este informe especial trata de otra faceta de la historia: la extraordinaria cantidad y variedad de chinos que viajan al extranjero y, en su mayoría, regresan.

Desde la década de 1980, la gente se ha estado moviendo alrededor del mundo en números cada vez mayores. Pero la contribución de China a este movimiento de masas ha eclipsado a todos los demás.

Su gente está marcando una gran diferencia en todo el mundo. En Sydney, Silicon Valley,  en la ciudad italiana medieval de Prato, en Namibia, unos estudiando, otros trabajando. Grandes gastadores, turistas de China, compiten ahora por marcas de lujo en Mayfair en Londres y los Campos Elíseos en París.

Hace cuarenta años, cuando Deng Xiaoping “abrió la gran puerta de la reforma y la apertura”, como lo expresaron a menudo los funcionarios, no estaba claro que esto pudiera ocurrir alguna vez.

Deng también vio algunos beneficios en el envío de más estudiantes chinos a las universidades del extranjero para adquirir conocimientos técnicos a expensas del estado, pero nunca previó una salida en la escala vista desde entonces. “Hay quienes dicen que no debemos abrir nuestras ventanas, porque las ventanas abiertas permiten la entrada de moscas y otros insectos”, dijo Deng en 1985. “Pero decimos: ‘Abre las ventanas, respira el aire fresco y al mismo tiempo lucha con las moscas”. Resultó que luchar contra los insectos ocupó gran parte de su tiempo.

Afortunadamente para China, a veces el Partido Comunista estaba preparado para asumir riesgos. Esto fue evidente en tres aspectos principales.

  • El primero fue la reforma de la economía. En la década de 1990, los líderes ignoraron las quejas de los conservadores y siguieron adelante con el cierre o la venta de decenas de miles de empresas estatales.
  • El segundo gran riesgo lo tomó el sucesor de Deng, Jiang Zemin: aceptar el Internet.

  • La tercera apuesta fue abrir las puertas del país y permitir que la gente se fuera. El éxodo comenzó a paso vacilante pero constante.

¿Bonanza o exceso?

Para muchas personas en los países visitados, la creciente presencia de chinos es una bonanza. Pero también está alimentando el resentimiento, a veces teñido de racismo. Los residentes de las ciudades australianas se preocupan por el alza en los precios de las propiedades, que atribuyen a la demanda china. En algunas partes de África, la gente se queja de la competencia de los comerciantes chinos o las empresas de construcción. Los italianos hablan de una amenaza percibida para su industria textil por los inmigrantes chinos, muchos de ellos ilegales.

Los miedos políticos y de seguridad entran en escena, también. En febrero, el director del FBI de Estados Unidos, Christopher Wray, llamó a China “no solo una amenaza para todo el gobierno, sino una amenaza para toda la sociedad”. Al señalar las actividades de lo que llamó “coleccionistas” de inteligencia de China.

Los políticos occidentales podrían mostrar más entusiasmo sobre esta ola de visitantes chinos si pensaran que los viajeros, una vez que regresen a casa, transformarían su país con ideas liberales recogidas en el extranjero. Pero la evidencia de esto es escasa.

Es demasiado pronto para evaluar el impacto total de este movimiento de personas a gran escala en China. Se observará a decenas de millones de turistas chinos que acuden en masa a los países occidentales cada año, enviarán imágenes y relatos de sus impresiones a incontables millones de personas en sus países de origen; los cientos de miles de estudiantes que se dirigen anualmente a las universidades occidentales para probar por primera vez la libertad intelectual; las decenas de miles que se dirigen al extranjero para ganarse la vida en fábricas, tiendas y restaurantes (y sueñan con hacer una fortuna); y los cientos de miles de chinos ricos que viajan entre dos mundos ricos: los afluentes suburbios de las ciudades occidentales, donde compran propiedades caras, y las ciudades en auge de China, donde ocupan las salas de juntas.

Los viajeros que regresan del extranjero y las ideas que traen consigo han desempeñado un papel crucial en la tortuosa historia del país, especialmente desde el siglo XIX. El flujo reciente ha sido mayor que todo lo visto anteriormente. A la larga, Deng puede haber tenido razón en preocuparse por las moscas políticas. Lampadia




Greenpeace: Nació derecho y termina torcido

El jueves pasado, 109 premios Nobel han firmado una carta instando a Greenpeace (GP) a poner fin a su oposición a los organismos modificados genéticamente (OMG). Le exigen dejar de bloquear la introducción de una cepa genéticamente modificada de ‘arroz dorado’ que podría reducir las deficiencias de vitamina A, la cual es responsable de la ceguera y muerte de entre 250,000 y medio millón de niños cada año en el mundo en desarrollo.

Granos de arroz dorado comparados con arroz blanco  Fuente: www.allowgoldenricenow.org

¿Qué es el arroz dorado? A finales de los años 90, dos científicos, Ingo Potrykus y Peter Beyer, desarrollaron un tipo de arroz (alimento base en las comidas diarias en muchos países pobres) que incluía entre sus nutrientes el betacaroteno, un compuesto químico que nuestro cuerpo transforma en vitamina A. Lo llamaron ‘arroz dorado’ por su color. Aunque originalmente su creación contenía un porcentaje demasiado pequeño de provitamina, con el paso de los años se ha mejorado hasta conseguir que 144 gramos de este arroz basten para ingerir la dosis diaria necesaria en una dieta sana.

Sin embargo, Greenpeace promueve la abolición de este producto en el mercado solo por ser un transgénico. Sin más análisis al respecto. Sus palabras textuales son: “La realidad es que hoy por hoy los transgénicos sólo tienen dos propiedades, la insecticida o la tolerancia a herbicidas. Estos transgénicos han sido diseñados y se emplean para que las grandes compañías aseguren sus ventas de agroquímicos, controlen cada vez más la producción de alimentos y vendan sus semillas aunque con ello ataquen las miles de variedades que se emplean en muchos rincones del planeta.”

Detrás de la oposición de GP y de varios movimientos y países europeos a los transgénicos, está el combate al supuesto ‘monstruo’ del capitalismo estadounidense, Monsanto. Pero como el mundo global sigue dando vueltas, va a ser muy interesante ver los giros  y acomodos de los que en Europa critican a las grandes corporaciones americanas, cuando finalicen las negociaciones de Bayer, uno de los íconos empresariales de Alemania, para adquirir, nada menos que Monsanto, por la cual han ofrecido US$ 62,000 millones de dólares.

Activistas de Greenpeace en una de sus campañas en contra de los transgénicos

La firma de la carta fue organizada por Richard Roberts, director científico de New England Biolabs junto con Phillip Sharp, el ganador del Premio Nobel 1993 de Fisiología y Medicina por el descubrimiento de secuencias genéticas conocidas como intrones. La campaña tiene un sitio web, supportprecisionagriculture.org, que incluye una lista actualizada de los firmantes.

En esta carta se insta a GP a dejar esta visión retrograda y sin sentido de los transgénicos diciendo: “Instamos a Greenpeace y sus seguidores a volver a examinar la experiencia de los agricultores y los consumidores en todo el mundo con cultivos y alimentos mejorados mediante la biotecnología, a reconocer las conclusiones de los organismos científicos competentes y los organismos reguladores, y a abandonar su campaña contra los transgénicos en general y el arroz dorado en particular”.

Además afirman que los alimentos transgénicos son tan seguros “o incluso más que los que se obtienen mediante cualquier otro método de producción” e insisten en que “nunca ha habido un solo caso confirmado de una afección en seres humanos o animales debido a su consumo” y que “se ha demostrado en repetidas ocasiones que no son perjudiciales para el medio ambiente” y que suponen “una gran ayuda para la biodiversidad global”.

Los investigadores insisten en que la producción mundial de alimentos, piensos y fibra tendrá que duplicarse en el 2050 para satisfacer las demandas de la creciente población mundial y que los organismos mejorados genéticamente podrían ayudar en esta tarea. “Las organizaciones opuestas al fito-mejoramiento moderno, con Greenpeace a la cabeza, han negado en repetidas ocasiones estos hechos, rechazando las innovaciones biotecnológicas en la agricultura”. Esto también se indica en un reciente artículo de Lampadia: ¿Cómo alimentaremos a 10 mil millones de personas al 2050?.

Según los científicos, desde la organización ecologista se “han tergiversado los riesgos, beneficios e impactos” de los transgénicos y “han apoyado la destrucción criminal de campos de investigación”.

Un primera, sorprendente y aleccionadora presentación a favor de los transgénicos, fue la de un científico que había iniciado los movimientos contra Monsanto y liderado la oposición a los OMGs desde los años 90. Ver en Lampadia: Transgénicos: Mea culpa – Mark Lynas sobre demonización de una importante opción tecnológica:

“Quiero empezar con algunas disculpas. Para que conste, aquí y por adelantado, me disculpo por haber pasado varios años destrozando cultivos transgénicos. También lamento que ayudé a comenzar el movimiento anti-transgénicos a mediados de los años 1990, y que con ello ayudé a demonizar a una importante opción tecnológica que puede utilizarse en beneficio del medio ambiente”.

“Como ecologista, y alguien que cree que todos en este mundo tenemos derecho a una alimentación sana y nutritiva de su elección, no podría haber elegido un camino más contraproducente. Ahora me arrepiento totalmente”.

“Así que supongo se estarán preguntando – ¿qué pasó entre 1995 y ahora que me hizo no sólo cambiar de opinión, sino venir aquí y admitirlo? Bueno, la respuesta es bastante simple: he descubierto la ciencia, y en el proceso, espero, me convertí en un mejor ambientalista”.

“Cuando escuché por primera vez acerca de la soya transgénica de Monsanto supe exactamente lo que pensaba. Aquí había una gran corporación americana con un historial desagradable, poniendo algo nuevo y experimental en nuestros alimentos sin decirnos. Mezclar genes entre especies parecía ser tan antinatural como ustedes se puedan imaginar – aquí estaba la humanidad adquiriendo demasiado poder tecnológico; algo estaba destinado a ir muy mal. Estos genes se extenderían como una especie de contaminación viva. Era material de pesadillas…”.

Mark Lynas, Universidad de Oxford, 3 de enero, 2013.

En el Perú no nos sorprenden las acciones de Greenpeace. Recordemos cómo a fines del 2014, Greenpeace (en teoría una asociación ambientalista internacional), cometió un grave delito contra uno de los patrimonios de la humanidad: nuestras Líneas de Nazca. Invadieron la reserva cultural y arqueológica para perpetrar un show mediático que no está a la altura de una supuesta ejemplificadora institución internacional. Ver en Lampadia: Greenpeace: Patético crimen contra cultura peruana.

Un año más tarde, la renuncia de Patrick Moore, fundador de Greenpeace, conmovió a la opinión pública internacional. En su renuncia, explicó cómo hasta la más noble de las causas pudo ser corrompida por agendas políticas, manipulando información por medio del sensacionalismo y la desinformación. Ver en Lampadia: Greenpeace: sobre como destiñó sus banderas.

Sin embargo, Greenpeace no da marcha atrás. Parece que ni 109 premios nobel pueden convencerlos (y al parecer sus ‘científicos’ son más hábiles, ¿tal vez los nominamos para el siguiente premio Nobel?). Wilhelmina Pelegrina, responsable de agricultura de Greenpeace para el Sudeste de Asia, respondió la carta diciendo: “Las acusaciones de que alguien está bloqueando el desarrollo del arroz genéticamente modificado, son falsas. El ‘arroz dorado’ ha fallado como una solución y actualmente no está disponible para la venta, incluso después de más de 20 años de investigación. Las empresas están promoviendo el ‘arroz dorado’ para allanar el camino hacia la aprobación mundial de otros cultivos de ingeniería genética más rentables. Este costoso experimento no ha logrado producir resultados en los últimos 20 años además y ha desviado la atención de métodos que sí funcionan. En lugar de invertir en este ejercicio sobrevaluado de relaciones públicas, tenemos que hacer frente a la desnutrición a través de una dieta más diversa, el acceso equitativo a la alimentación y la agricultura ecológica”.

Claramente, los premios Nobel no lo pudieron haber dicho mejor en su carta: “Se debe frenar la oposición basada en emociones y dogmas que van en contra de los datos. ¿Cuántos pobres deben morir en el mundo antes de que consideremos esto un ‘crimen contra la humanidad’?”

El Perú estableció una moratoria del uso de transgénicos digitada con el mismo nivel de ignorancia que reconoció Mark Lynas hace tres años y el que ahora denuncian los 109 Premios Nobel. Su norma fue manejada en los medios y en el Congreso, como se vienen manejando tantos otros temas de interés de largo plazo para los peruanos (la descentralización, las pensiones, el lote 109, la ley universitaria, entre otros), sin análisis serios, sin debates técnicos y sin la participación de los ciudadanos, solo en búsqueda de los titulares vendedores y los votos que se consiguen exacerbando angustias de corto plazo. La moratoria de los transgénicos es otro tema que un gobierno responsable deberá revisar

Lampadia




El Turismo: Otro potencial desaprovechado

El Turismo: Otro potencial desaprovechado

El turismo viene batiendo récords en el mundo. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), el año pasado 1,184 millones de personas viajaron por placer a otro país. Sin embargo, el Perú sólo atrae a 3.2 millones de visitantes, incluyendo el turismo de fronteras, viajes de negocios y otros. El número de visitantes por placer está más cerca de 2 millones, o sea el 0.17% del turismo global. Otro sector de la economía que está muy por debajo de nuestro potencial, al igual que el minero, energético, forestal y agro exportador

Fuente: CARTUC (Cámara Regional de Turismo del Cusco)

Con todo, en los últimos años hemos venido aumentando la captación de turistas. Entre el 2002 y el 2014 hemos triplicado las visitas internacionales llegando a 3.2 millones. En la misma línea, los ingresos por divisas del turismo también se triplicaron, pasando de US$ 1,270 millones en el 2002 a unos US$ 3,800 millones en el 2014. 

Fuente: CARTUC (Cámara Regional de Turismo del Cusco)

En el mundo, a pesar de los conflictos políticos, desastres naturales, ataques terroristas y crisis económica, el turismo ha crecido espectacularmente desde 1970. Solía ​​ser que sólo los países en desarrollo buscaban activamente las exportaciones (o divisas) del turismo como una estrategia para el desarrollo. Por ejemplo, Japón y Estados Unidos han mostrado históricamente poco interés en atraer turistas. Esto ya no es el caso. Recientemente, ambos han implementado cambios en sus políticas y regulaciones de visado para promover las visitas desde el exterior, crear empleos y estimular sus economías.

En las últimas décadas, el número de turistas ha crecido mucho, más aún en los países en desarrollo. La OMT prevé que el turismo internacional crecerá un 3.3 por ciento por año hasta el 2030 y que el número de llegadas totales llegará a 1,800 millones. Se espera que el crecimiento en los países emergentes sea el doble de rápido que en los más avanzados. 

El desafío ahora es que el Perú aproveche el crecimiento del turismo y su importante fuente de empleo e ingreso de divisas, además de los beneficios  por el encadenamiento con el resto de la economía que brinda, como la creación de infraestructuras. Según el CEPLAN (2015), el Perú tiene el potencial de captar entre 10 a 15 millones de turistas al año.

Para aprovechar esas potencialidades, tenemos que asegurarnos de no seguir con el monoproducto turístico en que se ha convertido Machu Picchu. Nuestro potencial cubre todas las demandas del turismo global en áreas como naturaleza, aire libre y cultura. Nuestros atractivos incluyen lo arqueológico, cultural, gastronómico, de aventura, vivencial y ecoturismo, entre otros.

Fuente: CARTUC (Cámara Regional de Turismo del Cusco)

Solo en lo arqueológico, el Perú tiene una amplia gama de destinos que muestran el impresionante patrimonio heredado de civilizaciones más antiguas que nos dan testimonios de su cultura, arte, costumbres y ritos, así como expresiones del desarrollo de civilizaciones de hace 5,000 años, como Caral y de sofisticadas culturas precolombinas como Chavín, Chimú, Mochica, Paracas, etc., hasta el desarrollo más integral y reciente del Imperio de los Incas y la simbiosis cultural europeo-americana del virreinato.

Geográficamente, existen tres grandes espacios que acogieron a las culturas prehispánicas: el norte fértil, el sur árido y una región intermedia dominada por la costa central del Perú.

En el norte se encuentran los restos Chavín; que tuvieron grandes avances en arquitectura e ingeniería; la civilización Moche, reconocida por su cerámica realista y sus templos piramidales; y la Chimú, cuyo legado más conocido es la ciudadela de Chan Chan. Luego en el centro del país tenemos las líneas de Nazca y a nuestra hermosa capital virreinal, una de las pocas capitales del mundo de cara al mar. Finalmente, en el sur, está Cusco, con el inolvidable Machu Picchu y los impresionantes Sacsayhuaman, Písac y el Koricancha, así como el fabuloso despliegue de Choquequirao. Además, por supuesto, de la fabulosa ciudad del Cusco.

Fuente: CARTUC (Cámara Regional de Turismo del Cusco)

Más allá de nuestro legado histórico, tenemos también un potencial único en ecoturismo. La asombrosa biodiversidad del Perú es razón suficiente para atraer a los amantes de la naturaleza a explorar el interior del país. Los visitantes pueden pasar semanas recorriendo el fascinante desierto costero, la sierra o la selva tropical, todas ellas con una asombrosa diversidad de especies animales y vegetales.

Explorando la reserva Pacaya Samiria

Y no debemos olvidar la gastronomía. Actualmente el turismo gastronómico está en auge y el Perú, como una de las capitales gastronómicas del mundo, tiene mucho que ofrecer. Más de 40,000 restaurantes en todo el país reflejan la diversidad de una nación que ha mezclado sus tradiciones nativas con la culinaria europea, árabe, china, africana y japonesa. El resultado: sabores únicos que convierten a la cocina peruana una de las mejores y más variadas del mundo.

Platos peruanos

También se viene desarrollando el turismo de aventura, ya que nuestra topografía natural la hace muy atractiva. Los picos de las montañas heladas de los Andes atraen excursionistas y escaladores, la costa salvaje del desierto está llena de excelentes olas para los surfistas y, para los más exploradores, tenemos el Amazonas: un vasto bosque tropical y selva llena de monos, guacamayos, peces y muchos otros animales exóticos. También se puede hacer sandboard en un oasis en medio del desierto (Huacachina) y observar cóndores y hasta descender a uno de los cañones más profundos del mundo, en el Cañón del Colca de Arequipa.

Sandboarding en Huacachina

Como en tantas otras actividades productivas y desarollos sociales, de infraestructuras e instituciones, “El Perú es un ‘underperformer'” (un país que todo lo hace por debajo de su potencial). El turismo es una de las actividades económicas más atractivas para el desarrollo de los pueblos. Genera mucho empleo directo e indirecto, es fundamentalmente una actividad limpia y ayuda a generar mejores condiciones de vida. Esto se puede apreciar en nuestro destino icónico, el Cusco, el departamento que durante los últimos 15 años es el que más ha crecido, incluso por encima del crecimiento de la China. Hoy el 50% de la población del Cusco es de clase media. Este desarrollo tiene solo dos explicaciones, el turismo y el gas de Camisea.

Para salir de la pobreza necesitamos poner en valor nuestro potencial productivo. Para ello es indispensable que logremos una mejor gobernanza, mayor sentido de pertenencia y comopromiso de la población y que recuperemos el crecimiento económico (Ver: Tres Caminos al Bienestar General). Lampadia

 




Un viaje siempre es un comienzo

Un viaje siempre es un comienzo

Por Gastón Acurio

(Perú 21 – Cheka, 19 de Febrero de 2015)

Nunca olvidaré aquella cena de otoño del año 2002. Junto al gran fotógrafo Renzo Uccelli, había partido en un largo viaje que nos llevaría por todos los rincones del Perú a los que nuestra vieja camioneta nos pudiera llevar.

No sabíamos qué encontraríamos, no teníamos agendas ni contactos que nos esperaran en cada valle o pueblo al que llegaríamos. Solo la necesidad de recorrer el Perú, observarlo, vivirlo, comprenderlo y, a partir de allí, tratar de diseñar nuevos caminos y desafíos para nuestras vidas. Teníamos la certeza de que nuestra cocina era mucho más que un hermoso recetario heredado de nuestras abuelas; que, gracias a ella y sus maravillosos productos, era que nosotros existíamos como cocineros, y que, a través de ella, podríamos conectar a miles de peruanos con sentimientos y oportunidades que, en aquel momento, aún no teníamos claras cuáles podrían ser. Recuerdo con total nitidez aquella tarde de otoño cuando cruzábamos un hermoso valle arequipeño y nos topamos por primera vez con una conmovedora plantación de kiwicha. “¡Frena!”, exclamó Renzo. “Mira, qué hermoso. Bajemos a tomar unas fotos”. Detuve el auto y nos acercamos hacia aquellas hermosas plantas que mostraban sus granos de oro en todo su esplendor. De pronto, un señor surge desde los matorrales, y con voz pausada y serena nos dice: “Hace un mes que debía haberla cosechado, pero, como no hay compradores, una vez más ni siquiera podré cosechar. La dejo allí, con la esperanza de encontrar un comprador a último momento, pero no creo, la verdad”. Sus palabras fueron como un rayo que atravesó todos nuestros sentimientos, nuestras dudas, nuestras preguntas y respuestas. Estaba claro. A partir de allí, aquel viaje cobraría un sentido y un libreto que se repetiría por todo el Perú: miles de productos peruanos no valorados ni por el mundo ni por nosotros mismos, cientos de miles de peruanos cuidando los tesoros de nuestra biodiversidad esperando a que un día tengan el reconocimiento que tuvieron en tiempos de sus antepasados; la cocina peruana como una herramienta para unir un sentimiento de identidad y orgullo por lo nuestro, para promocionar las bondades de nuestros productos, de nuestra cultura y nuestros hermosos parajes, para promover la imagen del Perú ante el mundo, para generar oportunidades a muchos compatriotas. De pronto, nuestra historia finalmente tenía un sentido.

Han pasado tan solo 12 años de aquel viaje y muchas cosas han sucedido en ese sentido. Hoy la cocina peruana es una marca internacional que representa exitosamente al país ante el mundo y es una tendencia de consumo global que genera oportunidades a miles de compatriotas fuera y dentro del Perú en todos los campos con que la gastronomía se relaciona: la agricultura, la pesca, la industria, la empresa, la nutrición, el comercio, la educación, la manufactura, la artesanía. Sin embargo, sabemos que esto es solo el fin de una etapa y el comienzo de otra. Sabemos que hoy, en el Perú, nuevos retos, nuevos desafíos, nuevas oportunidades están allí esperando para conectarse con todo lo que, en este nuevo escenario, la gastronomía peruana les puede ofrecer. ¿Qué nuevas historias habrá por contar? ¿Qué nuevos héroes anónimos estarán allí esperando a ser reconocidos? ¿Qué nuevos productos, nuevos parajes, nuevas experiencias allí listas para ser puestas en valor? ¿Qué nuevos desafíos sociales, ambientales, económicos y educativos están allí esperando a ser enfrentados? Por ello es que un nuevo viaje se vuelve urgente. Por ello es que, una vez más, en las próximas semanas iniciaremos un nuevo recorrido por todos los rincones del Perú. Para una vez más, volver a observarlo, vivirlo, comprenderlo y así poder ayudar a ensamblar todo aquello que esté allí listo a ser conectado con una gastronomía peruana a la que el mundo hoy respeta y quiere disfrutar para siempre en la medida que siempre tengamos nuevas historias que compartir.

Algunas diferencias nos separan de aquel primer viaje. Hoy no viajamos dos aventureros en una camioneta vieja. Hoy lo hacemos con un grupo de peruanos de distintas generaciones y especialidades multidisciplinarias para registrar de la forma más profesional posible aquello que vayamos descubriendo en el mar, los Andes, el altiplano y el Amazonas. Hoy podremos, además, gracias a la tecnología, ir compartiendo lo vivido casi en tiempo real, conectando productos, personajes, historias día a día con la audiencia. También, hoy que el mundo nos observa y respeta, podremos ir mostrando lo mejor de lo nuestro a la comunidad global, a instituciones y a todo aquel que pueda ayudarnos a cumplir el objetivo de este nuevo viaje, que es, en realidad, el mismo de aquel primer viaje: conectar al Perú con las oportunidades que el mundo ofrece, solo que esta vez en un mundo distinto, expectante y con el corazón abierto a los tesoros del Perú.

Allá vamos, entonces, con la ilusión de empezar de nuevo una historia que parecía llegar a su fin, pero que día a día nos revela que la vida no es llegar a un destino o lograr un resultado, que la vida es el camino, el avanzar, el vivir.

Un comentario final. Si alguien por ahí les dice que este viaje es el inicio de una campaña presidencial, por favor díganle que no es cierto y que, si lo sigue diciendo, le caerá el embrujo gastronómico. Sus huancaínas se harán vinagre; sus cebiches, azúcar; sus tacu tacus, sopas.




Sobre Riesgos y Oportunidades

Sobre Riesgos y Oportunidades

“La necesidad es la madre de la invención” (Necessity is the mother of invention), dice un antiguo proverbio inglés.

“La necesidad tiene cara de hereje”,  dice un proverbio español.

The Economist – Intelligence Unit (EIU) acaba de publicar un reporte comisionado por el banco HSBC, “Harnessing Risk management in the Service of Innovation” (Haz uso del manejo de riesgos para servir a la innovación). 

Este reporte, referido al mundo empresarial, postula que si los riesgos y las oportunidades se pueden trabajar efectivamente en conjunto, ambos pueden ayudar a “crear organizaciones ágiles que sean capaces de explotar el dinámico clima de negocios de nuestros días”. El EIU agrega que “cuando se trabajan como si fueran partes diferentes de una empresa, los resultados pueden ser catastróficos”.

Efectivamente, en el mundo corporativo se siguen tratando los riesgos por sí mismos, y eso muchas veces paraliza la gestión empresarial y hace perder muchas oportunidades valiosas para los objetivos de los negocios. Se sigue viendo los riesgos como aspectos puramente negativos, oscureciendo la verdadera naturaleza de los mismos, que siempre están asociados a oportunidades y éstas a los procesos de innovación. El documento citado es una excelente reflexión para una gerencia moderna.  Recomendamos leerlo en su versión en inglés que hemos incorporado a la sección “Documentos y Presentaciones” de Lampadia (ver: RISK-INFORMED INNOVATION).

La misma filosofía y conceptos pueden ser usados en el manejo de un país.

Es muy común y muy fácil identificar riesgos, así como destacar permanentemente los aspectos negativos de la vida de una sociedad o una nación. El Perú está sujeto a muchísimos riesgos, tanto a los referidos a la economía y la política, como a los llamados riesgos de Dios, catástrofes naturales, el Niño, las sequías o las inundaciones.

Cotidianamente, el debate nacional está plagado de los problemas que nos acechan, las noticias se concentran fundamentalmente en las desgracias y carencias de la sociedad. Nos hemos acostumbrado a vivir a salto de mata sin dejar suficiente espacio para evaluar las oportunidades que tenemos para enfrentar casi todos los problemas que aún no logramos superar.

Pero el Perú es un país bendito, lleno de oportunidades. El potencial de desarrollo integral, duradero y sostenible que tenemos es casi infinito para el tamaño de nuestra población y la naturaleza de nuestras carencias.

Por ejemplo:

1.     Se viene la tercera revolución industrial con la robotización y digitalización, que tendrá efectos disruptivos muy importantes en la creación de empleos en todos los países de la tierra. Pero el Perú tiene inmensas reservas productivas por desarrollar para crear suficientes empleos en forestería, agroexportaciones, energía, minería, acuicultura, turismo y en negocios basados en la biodiversidad. (Ver en L: Apuntes para la creación de empleo al 2034 (II)).

2.     China reduce su ritmo de crecimiento, lo que se asume como una desgracia para el país. Pero, si analizamos un poco mejor la realidad, nos daremos cuenta que solo un 7% de crecimiento del PBI chino, equivale a 3.2 veces nuestro PBI total. Por lo tanto, si manejamos bien nuestras relaciones con la China, encontraremos, siendo un país pequeño,  que nuestras oportunidades para seguir ampliando las exportaciones o atrayendo inversión no deben afectarse por los necesarios ajustes de la economía china. (Ver en L: ¿Crisis china? ¡Miremos al monstruo sin soponcios!).

3.     Nuestra gente es industriosa, trabajadora y creativa. El que hasta ahora no hayamos podido dar educación de calidad a toda la población, no significa que nuestros ciudadanos no tienen capacidades naturales muy valiosas para la prosperidad. Hace unos meses publicamos un análisis que planteaba que la capacitación puede ayudarnos a nivelar el piso. Esto lo ilustramos con tres ejemplos: en educación con los colegios de Innova Schools, en salud con la calidad de servicio de la Clínica Good Hope, y en la derrota de la pobreza rural con el Programa de Sierra Productiva. (Ver en L: La Capacitación produce milagros).

Tenemos un país único (ver en L: El Perú no es igual a ningún otro país). Otro ejemplo de nuestras capacidades, el 93% de la élite universitaria del país (CADE Universitario 2014) aspira a ser empresario en no más de cinco años. Según el mismo HSBC, creciendo al 5.5% por año, podemos ser la economía número 26 el 2050, con 90% de la población con ingresos superiores a US$ 3,000 anuales por persona.

¡El Perú es infinito!

¡Veamos y aprovechemos nuestras oportunidades!

Nuestro bienestar general solo requiere que hagamos las cosas suficientemente bien. Para ello necesitamos una Visión Positiva de Futuro, buen liderazgo, sentido de pertenencia y buena gobernanza. Lampadia




Querido 2015

Querido 2015

Por Gastón Acurio
(Perú 21 – Cheka, 08 de Enero de 2015)

Querido 2015, cada año que termina, quienes creemos en Dios solemos pedirle que el año que viene traiga salud y alegrías a las vidas de quienes más queremos y también, por supuesto, le pedimos por nuestro Perú, aun sabiendo que esto es, en realidad, demasiado pedir. Porque, si hubo un lugar al que Dios eligió para darle privilegio en riquezas y abundancia, ese fue el Perú. Así es, querido 2015. Cómo pedirle a Dios por nuestro país si Dios ya le dio todo lo que un país necesita para ser un hermoso lugar para vivir. Llenó sus montañas de oro y plata, escondió bajo sus selvas enormes pozos de gas y, sobre ellas, exuberante belleza y abundancia. Dibujó ríos que atraviesan sus cordilleras cargados de energía y bajan exaltados a convertir sus desiertos en fértiles valles. Le dio un mar de riquezas incalculables con todas las especies imaginables y, no contento con ello, le dio la biodiversidad más grande de todas al colocar 85 de los 110 climas que hay en el mundo, de manera que en un solo territorio uno pueda encontrar todos los tesoros del orbe entero. Pero no fue suficiente. Durante miles de años forjó mujeres y hombres transformados en culturas que supieron aprovechar lo recogido con sabiduría y luego hizo venir a todas las razas del mundo para que se abracen con quienes habitaban esta tierra, lo que dio vida a una hermosa y envidiable diversidad cultural, única en el mundo. No. 

¿Cómo podríamos pedir más para el Perú si al Perú ya se le dio todo? ¿Cómo pedir más si, a pesar de todo lo que se nos dio, quienes lo habitamos hoy no solo no hemos sabido aprovechar ni darles el destino necesario a todos esos recursos de manera que les alegren la vida a todos los que habitan nuestro Perú sin distinción, sino que, por el contrario, últimamente nos dedicamos a pelear, enfrentarnos y dividirnos, dejando que el tiempo pase inmisericorde, mientras, frente a nosotros, miles de compatriotas, con todo derecho, se desesperan y reclaman lo más elemental que un ser humano puede reclamar: una oportunidad para salir adelante? Por ello, querido 2015, creo que en este año lo primero que debemos hacer es aceptar que ni es Dios ni es esta tierra la que nos ha fallado, sino que hemos sido nosotros los que hemos fallado y es justamente por eso que esta vez, en este año que nos ofreces, no pediremos por el Perú, sino por nosotros, los peruanos, para que se nos ilumine y empecemos de una vez por todas a hacer todo aquello que debimos hacer hace tiempo para que esta tierra rica llamada Perú sea el más envidiado lugar para vivir de la tierra.

Pediremos por quienes sí tuvimos una oportunidad en la vida de hacer nuestros sueños realidad, para que pongamos todo nuestro esfuerzo para ser ciudadanos ejemplares que aprendimos a vivir respetando la ley y respetándonos unos a otros: empresarios, intelectuales y profesionales que aspiremos a ser reconocidos no solo por lo que logramos, sino, sobre todo, por lo que construimos y compartimos a nuestro alrededor; padres que, con nuestro trabajo honrado y digno, y con el amor que prodigamos, damos el ejemplo diario a nuestros hijos; hijos que nos preparamos con ambición e idealismo para llevar nuestros sueños a lo más alto. Y, por supuesto, también pediremos por nuestras autoridades: alcaldes, jueces, congresistas, ministros, presidentes regionales, para que sepan darse cuenta de que tenemos una oportunidad única para aprovechar lo que se nos ha dado. Que hoy los peruanos finalmente sabemos que el mundo está allí esperándonos, que no solo no tenemos dudas de nuestra identidad, sino que nos sentimos orgullosos de ella, que es aquí y ahora que los peruanos queremos salir adelante por nuestro propio esfuerzo y hacerlo en nuestro país, sin tener que huir de él. Que por todo ello no solo hemos depositado nuestra confianza y nuestros impuestos en sus manos para que nos solucionen problemas básicos, sino para que se animen con valor y convicción de una vez por todas a hacer grandes cosas por el Perú. Que no tengan miedo de dar un paso atrás para poder unirse en torno a grandes objetivos comunes, dejando de lado al menos por un tiempo, por este tiempo, apetitos, revanchas, heridas y obsecuencias que para nada corresponden con lo que su pueblo espera de ellos, que no es más que un actuar honorable, visionario, idealista y pragmático que les permita poder lograr lo que hoy no parece alcanzable. Pero no. Sí que lo es. No solo porque se nos ha dado todo, sino porque, a lo largo de nuestra historia, hemos demostrado que como civilización hemos podido asombrar al mundo. Hoy les pedimos que aspiren a lo que parece imposible. No queremos una buena educación para nuestros hijos; queremos la mejor educación del mundo para ellos. No queremos un buen servicio de salud, una justicia bien administrada, un buen transporte público, buenas carreteras y buena seguridad ciudadana. No. Queremos la justicia más admirada, el transporte público más envidiado, las carreteras más imitadas, la seguridad ciudadana más reconocida. Y lo queremos porque sabemos que sí podemos.

Ciudadanos y autoridades unidos este año que pudiera ser un año electoral lleno de pugnas para convertirte, querido 2015, en un año de progreso en el que todos juntos vamos construyendo ese gran sueño que está allí esperando hace tiempo, el de la grandeza del Perú.




Un nuevo impulso al sector forestal peruano

Un nuevo impulso al sector forestal peruano

Por Diego Díaz Pastor

(Gestión, 07 de Noviembre del 2014)

La devastación causada por la minería ilegal en zonas de la selva peruana como Madre de Dios, donde se deforestaron miles de hectáreas de bosques nativos y contaminaron gravemente los recursos hídricos y la deforestación asociada a la tala ilegal, son amenazas contra el medioambiente. Esto ya que los bosques cumplen un rol central en la conservación de la biodiversidad que alojan y en la captura de carbono, función relevante en el escenario actual de calentamiento global.

Esto ha implicado un mayor interés de parte del Estado por implementar políticas que promuevan el uso sostenible de los recursos naturales, una mayor fiscalización sobre las actividades ilegales que podrían poner en riesgo dichos recursos y la protección de áreas naturales. Al respecto, el sector forestal engloba a un conjunto de actividades con impacto directo en el uso sostenible de los bosques: la tala de árboles y la extracción de productos no maderables en bosques nativos y plantaciones forestales; por lo que la dirección que tome en los próximos años debe ser de especial interés.

A pesar de su gran potencial – contamos con la segunda mayor superficie de bosques naturales entre los países de América Latina y la número nueve a nivel mundial – este ha quedado relegado a la producción de bienes de bajo valor agregado y a un alto nivel de informalidad / ilegalidad en su cadena de valor. De acuerdo al Ministerio de Agricultura (Minagri), la producción maderable alcanzó los 7.9 millones de metros cúbicos en el 2012, de los cuales aproximadamente el 89% fueron destinados a leña.

Diversos factores han dificultado el desarrollo del sector forestal, entre ellos destacan la deficiente infraestructura de transporte entre los centros de producción maderera y los principales mercados, y las dificultades de financiamiento para los agentes del sector, lo cual permitiría realizar inversiones que otorguen valor agregado a su producción. Asimismo, el fraccionamiento de la política del Estado, que otorgó competencias a los gobiernos regionales en materia de planificación y promoción del uso sostenible de los bosques, lo cual, sumado al exceso de trámites burocráticos y la limitada capacidad de supervisión de los organismos nacionales, habría fomentado la expansión de actividades ilegales en el sector.

Afortunadamente, en los últimos meses el Minagri ha venido trabajando en el reglamento

de la Ley N° 29763 “Ley Forestal y de Fauna Silvestre”, la cual busca fortalecer la institucionalidad forestal y mitigar los cuellos de botella que dificultan el desarrollo del sector. Esto incluye, entre otros, otorgar un enfoque ecosistémico a las concesiones forestales, la creación del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) y la simplificación de los procesos administrativos.

Si bien la iniciativa es adecuada, esta no sería suficiente para otorgar el impulso que el sector necesita para alcanzar las optimistas metas planteadas por el Minagri hacia el 2021: US$ 1,500 millones de producción de madera de concesiones forestales, US$ 3,000 millones anuales de inversión privada en plantaciones forestales y 100 mil puestos de trabajo al año. La experiencia internacional ha mostrado que una política forestal coherente y estable y un buen clima para las inversiones no son suficientes para darle el impulso necesario a la inversión privada en plantaciones forestales comerciales. ¿Hay una falla de mercado?

Debido a los riesgos inherentes a la actividad –son inversiones de largo plazo con un período de maduración de mínimo cinco años para su aprovechamiento comercial– es necesario que el Estado diseñe intervenciones eficientes que permitan un mayor interés de los inversionistas por esta alternativa de desarrollo del sector. Diferentes regiones cuentan aún con importantes extensiones de tierras aptas para reforestación, de acuerdo al Minagri estas ascenderían a 9.5 millones de hectáreas. Si consideramos que actualmente sólo se han desarrollado aproximadamente 30,000 ha de plantaciones, es claro que el potencial de crecimiento en esta actividad es altísimo.

De acuerdo a la FAO (2004), existen incentivos directos e indirectos que pueden impulsar la inversión en plantaciones. Entre los directos se cuentan diversas formas de subsidios estatales a los insumos utilizados (semillas, fertilizantes, etc.), reposición de parte de la inversión inicial (Chile, Colombia y Ecuador reponen el 75% de los costos de plantación), facilidades para el financiamiento de largo plazo, entre otros. Los incentivos indirectos pasan por asegurar los derechos de propiedad de los inversionistas, promover la creación de clústeres industriales en los que se dé valor agregado a la producción forestal (maderas, pulpas, no maderables, etc.), mejoramiento de la infraestructura de transporte y fomento de la investigación.

En este sentido, el nuevo esfuerzo del Estado por modernizar la política forestal debe otorgar especial atención a la promoción de la inversión privada en plantaciones forestales, actividad en la que nuestro país tiene un gran potencial y que ha permitido un crecimiento exponencial del sector en países de Latinoamérica que ya han implementado intervenciones como las mencionadas previamente. El impulso de esta actividad es positivo a nivel económico y ambiental, entre los beneficios destacan: creación de empleo en zonas rurales, crecimiento de las exportaciones, mejoras en el bienestar de la población de las áreas de influencia de las plantaciones, protección y rehabilitación de suelos, incremento de la captura de carbono, reducción de las presiones sobre los bosques nativos y uso sostenible de los bosques.