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¿Segunda entrega del bono 380 por medio de cuentas en los bancos?

¿Segunda entrega del bono 380 por medio de cuentas en los bancos?

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Estamos en la quinta semana de la cuarentena y aun no se ha podido iniciar la distribución de la segunda tanda del bono 380 correspondiente a las semanas 3 y 4, porque ni siquiera se ha podido culminar la entrega de la primera tanda, que solo ha llegado a alrededor de las 3/4 partes de los 3.5 millones de hogares beneficiarios. Con el agravante de que ello ha ocurrido generando aglomeraciones y colas en los bancos.

Es indispensable pasar a un mecanismo de repartición moderno basado en la apertura de cuentas básicas o billeteras electrónicas en los bancos, lo que de paso entrañaría un salto gigantesco en inclusión financiera, una de las brechas que ha mostrado su gravedad en esta coyuntura. ¿Es posible para la segunda entrega que se viene?

Un adelanto de esto, aunque muy primitivo todavía, se dio con los algo más de 700 mil independientes receptores del bono. Se dispuso que se les pagaría vía sus celulares. ¿Cómo? El Tesoro les enviaba a esos beneficiarios un giro al celular de cada uno y una clave, con la cual podían retirar el monto en un cajero automático del Banco de la Nación (BN). Un avance. El martes 14 el presidente del BN, Luis Alberto Arias, tuiteaba informado que 238 mil beneficiaros del bono independiente ya habían cobrado, la mayor parte en cajeros o agentes Multired. Mucho menos congestión.

Este procedimiento supone que los beneficiarios se registren entrando a la web y dando su número de celular, para que se les pueda abonar. Aparentemente más de la mitad no lo están haciendo.

El salto que debería darse ahora, para la segunda entrega, es que se haga vía cuentas individuales básicas abiertas en los bancos, o, alternativamente, disponiendo que los beneficiarios abran la billetera Móvil (BIM) en sus celulares.

Para ello se necesitaba que la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) diera una norma que facilitara abrir cuentas de manera masiva. Y la SBS la publicó ayer miércoles 15 (Resolución SBS n° 1287-2020). Según Carolina Trivelli, esta resolución simplifica las exigencias y amplía los montos para cuentas básicas, de modo que se podrán abrir masivamente. Martín Naranjo, presidente de Asbanc, opina lo mismo: “Cambia el producto al cambiar los montos de referencia, y abarca un universo más amplio de transacciones”.

Naranjo nos explica que las “cuentas básicas” las pueden abrir los beneficiarios gratuitamente desde su propio celular, sin necesidad de ir al banco. Se abren poniendo los números de DNI y del celular, y se escoge un password. Nada más. Trivelli explica que esa cuenta serviría para recibir transferencias, que el usuario podrá retirar (con una clave, vía su teléfono) de un cajero automático o de un a agente, y luego podrá transferir a su vez a otra cuenta del sistema o a BIM u otra billetera en el teléfono. “Esta sería como la base común y sobre ella montamos opciones para que el usuario opte de modo que a partir de una cuenta básica se pueda articular transferencias a otras cuentas o a BIM”.

Naranjo advierte, sin embargo, que todavía el “ecosistema” (cajeros, agentes) no está suficientemente expandido. Dependerá del uso. Si estas cuentas que se abran masivamente se usan para transar, no habrá problema, pero si se usan para retirar efectivo, “nos va a agarrar con la red de cajeros probablemente sobrecargada y con los agentes muy reducidos en número y en disponibilidad de efectivo”.

Patricia Balbuena, viceministra del MIDIS, nos indica que están evaluando aun la posibilidad de hacer la segunda entrega de bonos por medio de esta modalidad.

BIM

Una alternativa es masificar la BIM (billetera Móvil). Se baja la aplicación de la billetera BIM en el celular y se abre una cuenta. Se la puede cargar con dinero, puede retirar dinero, y puede pagar sin efectivo, de teléfono a teléfono, sin tarjeta ni nada. Como en la China. El gobierno depositaría en la BIM el bono.

La BIM tiene alrededor de 700 mil usuarios en este momento. Incorporar a los beneficiarios del bono implicaría un salto extraordinario. Naranjo opina que sería difícil que se produzca de golpe. “El crecimiento puede ser muy rápido cuando agarras crecimientos exponenciales hacia arriba. Ya casi estamos entrando a esa etapa. Pero sin ecosistema (bodegueros que actúan como agentes) que acompañe, puede desinflarse también muy rápidamente, porque la persona tiene que poder sacar plata cuando quiera. Si no puede sacar plata, no funcionará. Pero es un súper producto para acompañar la reactivación”.

Hay alrededor de 40 mil bodegueros agentes. Pero, sea o no agente, el bodeguero podría simplemente aceptar el pago con BIM en su propio celular. Obviando el efectivo. Solo tiene que bajar la BIM en su teléfono. Y pagarles a sus proveedores también con BIM. No tiene que ser agente. Se interesará en la medida en que sepa que muchos querrán pagarle con BIM, por más que prefiera el efectivo que “no deja huella”. Se puede comenzar entonces con el bono, y poco a poco ir expandiendo el “ecosistema”, es decir, ampliando el número de bodegas agentes, para que luego de usado el bono la gente continúe usando la BIM para sus propias transacciones.    

Esperemos que el MIDIS se decida por una de estas alternativas o por una combinación de ambas para hacer la segunda entrega del bono. Habrá alguna espera en los cajeros o en los agentes, pero hay que dar el salto. Lampadia




La Billetera Electrónica es claramente insuficiente

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Quizá el problema estructural más serio del Perú es su altísima informalidad. Esta se expresa, entre otras cosas, en la baja tasa de inclusión financiera. Contrario sensu, si fuera posible acelerar la inclusión financiera o la profundización bancaria en el país, los sectores populares e informales crecerían más rápidamente y podrían aspirar a formalizarse. Eso beneficiaría al país de distintas maneras. En ese sentido, la billetera electrónica (BIM) puede convertirse en un instrumento eficaz de inclusión financiera y formalización. ¿Cuánto ha avanzado? ¿Funciona?

Impacto y necesidad

Comencemos reconociendo la realidad que mencionábamos: solo el 42% de los peruanos tiene cuenta bancaria, y solo el 30% usa tarjetas de crédito. La bancarización ha venido subiendo, como podemos ver en el siguiente gráfico, pero es todavía reducida.

Fuente: INCLUSIÓN FINANCIERA EN EL PERÚ: Carolina Trivelli, Instituto de Estudios Peruanos

Pero esta penetración es engañosa porque una parte apreciable de quienes tienen cuenta, no la usan, con el agravante de que esa parte ha aumentado, como podemos ver en el siguiente gráfico: aquellos que hicieron cuando menos un depósito en su cuenta, por ejemplo, en los últimos 12 meses, bajaron del 83% al 70%, entre el 2014 y el 2017. 

Fuente: INCLUSIÓN FINANCIERA EN EL PERÚ: Carolina Trivelli, Instituto de Estudios Peruanos

¿Qué es la billetera electrónica?

La billetera electrónica (BIM) fue parte de un compromiso adoptado por el sector privado financiero en el CADE 2014, presidido por Ricardo Briceño. Prácticamente todas las instituciones financieras peruanas (bancos, cajas municipales, cajas rurales, financieras, Edpymes y empresas emisoras de dinero electrónico) conformaron una empresa, Pagos Digitales Peruanos, para sacar adelante esta iniciativa. Es un caso único en el mundo.

La BIM se abre en el celular, en cualquier celular. No necesita ser un Smart Phone ni tener internet. Se puede cargar dinero en la BIM en cualquier agente bancario, en una bodega que sea agente bancario, por ejemplo. Y se puede retirar dinero también allí. Con la BIM se puede pagar o transferir dinero de celular a celular. La puedo usar para transferirle dinero a un familiar o a cualquier persona o para pagar algún servicio o una compra. Por ejemplo, para comprar minutos de teléfono prepago para mi celular. También hay una aplicación, llamada BIM, que se puede usar.

Crecimiento

Carolina Trivelli nos explica que la billetera electrónica se lanzó el 2016 pero se demoró en adquirir velocidad. Esto porque requiere de una red de agentes bancarios lo suficientemente tupida donde se pueda cargar la billetera y retirar dinero (cash in y cash out). La idea original era que el bodeguero prestara su teléfono para la operación, pero los bodegueros se resistían. La solución fue introducir la función BIM en el POS del bodeguero. Hoy existen 14 mil puntos de “cash in” y “cash Out”.

El hecho es que en los últimos meses el monto total de transacciones con la BIM, sin representar aún una porción importante del mercado, ha crecido aceleradamente. Lo podemos ver en el siguiente gráfico:

Fuente: Pagos Digitales Peruanos

No obstante, el número de personas con BIM está alrededor de las 500,000. Trivelli calcula que en dos años debería haber 2 millones de personas cuando menos. Pero 2 millones sigue siendo muy poco. El número de personas mayores de 15 años suma casi 24 millones de personas, de los cuales 16 millones carecen de ningún medio de pago digital, y 14 millones no tiene ninguna relación con el sistema financiero: ni cuenta, ni tarjeta ni dinero electrónico. Cuando se lanzó el BIM, Trivelli estimó 5 millones de usuarios, una muestra de la debilidad del producto.  

Es obvio, entonces, que el esfuerzo de Pagos Digitales Peruanos es claramente insuficiente. En la actualidad realiza pilotos en San Juan de Lurigancho para estudiar las maneras de escalar el número de usuarios y de encontrar nuevos usos. Fuera de las transferencias de persona a persona, un pago frecuente es la recarga del celular. También se puede pagar el RUS a la Sunat. Las caseras podrían pagar con la BIM sus compras en el mercado. Se ha tratado de que los bodegueros paguen con la BIM a las empresas proveedoras, pero aún no se ha logrado debido a usos y costumbres y a procedimientos internos de las propias empresas de distribución. Pero se está haciendo nuevos pilotos para ver cómo viabilizar esta alternativa. Si se unificara el sistema de recaudación del transporte público en Lima, se podría pagar los pasajes con BIM, por ejemplo.

Pero una de las limitaciones del sistema es que el costo de menor transacción era de 0.50 soles (equivalente al precio de dos panes), en vez de como en el África, tener costo cero para promover la inclusión de los más pobres. Ver en Lampadia: La billetera digital llega al Perú – buena iniciativa.

Otra importante observación a la BIM es que al ser un producto del conjunto del sistema financiero, dificultó que los agentes no bancarios, como en otros mercados, tuvieran iniciativas más audaces.

Como fuere. El ritmo es muy lento. Quizá Pagos Digitales Peruanos deba revisar su estrategia, redoblar su inversión, incorporar otra clase de actores y empresas al esfuerzo, y posiblemente se necesite que el Estado se interese y se convierta esto en un gran proyecto público privado. Porque tener a más de la mitad de la población fuera de la formalidad más elemental –como es alguna conexión con el sistema financiero- es un lastre muy pesado para la competitividad del país y una manera de condenar a las mayorías a no salir de niveles de subsistencia. 

El dilema de los bancos: entre la ganancia inmediata y el largo plazo

En este tema las entidades del sistema financiero se enfrentan, en alguna medida, a un dilema: privilegiar las ganancias de corto plazo o destinar recursos a una ampliación del mercado en el largo plazo. Las tarjetas de crédito, por ejemplo, son una fuente de ingreso importante para los bancos, pero no son aceptadas por las bodegas y otros pequeños negocios –que son la gran mayoría en el Perú- debido no solo a la mayor complicación en el pago sino sobre todo a las elevadas comisiones que tienen que pagar, que pueden llegar al 4 o 5%. Por eso, y por la publicidad negativa de los medios, la penetración de las tarjetas de crédito es muy baja.

De otro lado, en general las entidades y financieras tienden a priorizar los ingresos de corto plazo. Por eso, comprometerse a redoblar una inversión de este tipo exige una política de los directorios de postergar en alguna medida ganancias inmediatas en provecho de una decisión estratégica de largo plazo que apunte a profundizar el sistema financiero y que a la larga deberá beneficiar no solo a las empresas financieras sino al país entero.

Porque, por ejemplo, si bien inicialmente los negocios que reciben pagos con la BIM no pagan comisiones a Pagos Digitales Peruanos, aunque los usuarios si sufren algunos pequeños cargos la billetera electrónica le permite a las entidades financieras tener acceso a los teléfonos de los bodegueros o a los periodiqueros o los puestos de mercado o de los usuarios en general de las BIM, de modo que, vía inteligencia artificial, les será posible a las entidades financieras ir diseñando productos interesantes para convertir a esos usuarios en sujetos de crédito.   

Ahora, algunos bancos empiezan a diseñar aplicaciones nuevas como Tunki (Interbank) y Yape (BCP), que permiten pagar a los comercios sin que éstos tengan que pagar comisiones. Son formas de ampliar el mercado a la larga, aunque en el corto plazo quizá algunos ejecutivos perciban que esos productos compiten contra fuentes de ingreso tan rentables como las tarjetas de crédito. El problema es que las comisiones que cobran esas tarjetas son una barrera de entrada muy alta.

También es cierto que las regulaciones financieras son múltiples y muy pesadas, lo que de alguna manera actúa como un inhibidor de un sistema financiero más dinámico, especialmente para la oferta de productos en los sectores emergentes.

Según Trivelli, Pagos Digitales Peruanos ha invertido hasta la fecha alrededor de 40 millones de soles en el diseño y masificación de la BIM, y calcula que su punto de equilibrio lo alcanzaría el 2021, cuando se alcance unos 3 millones de transacciones al mes. A setiembre del 2018 estaban en 500,000. Pero, como hemos visto, el esfuerzo aun no da la talla.

Conclusión

Más allá del tema regulatorio, es muy importante entonces que las entidades financieras revisen su estrategia de inclusión financiera para darle un impulso mucho más fuerte y avancen en sus propios medios de pago electrónicos o telefónicos que impliquen un costo nulo o mínimo para los comercios pequeños en el país. Deberíamos pasar a una estrategia público-privada que abra el juego a todos los actores posibles y dé las facilidades para avanzar rápidamente en este tema. Pues la inclusión financiera será, a la larga, una de las vías a la formalización de la economía peruana y permitirá potenciar la capacidad de crecimiento de la gran base de micro y pequeñas empresas que tenemos en el Perú. No podemos seguir teniendo a más de la mitad de la población completamente fuera del sistema financiero porque eso la condena a no salir de niveles de subsistencia o a prosperar en la ilegalidad y anula la competitividad del país. Lampadia




La billetera digital llega al Perú – buena iniciativa

La billetera digital llega al Perú – buena iniciativa

Ayer publicamos un análisis sobre la importancia de que los reguladores financieros promuevan el desarrollo de la demanda para los servicios financieros digitales de y como esto llevaría una mayor inclusión social, en la medida que responda a las necesidades y capacidades de los pobladores. (Ver en Lampadia: Inclusión Financiera: Foco en la demanda (necesidades y limitaciones). Ahora queremos revisar el lanzamiento de la primera billetera digital.

Con más de 40,000 agentes bancarios y 10.6 millones de tarjetas de débito (según un informe de Inclusión Social del BID), el Perú tiene un sector financiero formal relativamente bien desarrollado. Sin embargo, más del 70% de los peruanos están excluidos financieramente. Esto se debe a una gran variedad de razones, como los costos de transacción, el analfabetismo financiero y la falta de accesibilidad en zonas remotas.

Pero uno de las grandes ventajas del Perú para superar estas limitaciones, es el crecimiento acelerado del alcance de los servicios móviles. Los niveles de uso de teléfonos móviles en todo el país, más del 87% de los hogares (según el INEI), muestran el alto potencial para la inclusión financiera a través de la innovación de servicios financieros, en particular con el dinero móvil. 

Probablemente este sea el motivo o la inspiración del proyecto Modelo Perú (una colaboración entre las instituciones financieras, el gobierno y las empresas de telecomunicaciones). Este proyecto acaba de ser lanzado el martes. Se llama Bim (apócope de Billetera Móvil), la billetera móvil de la Asociación de Bancos del Perú (Asbanc) que no requiere cuenta bancaria y busca sumar 3.5 millones de usuarios en cuatro años. La proyección, según explicó Carolina Trivelli Ávila, la responsable del sistema, es de contar con 5 millones de clientes en 5 años, lo cual contribuirá a incorporar ciudadanos al sistema financiero, que en la actualidad tiene entre 10 y 12 millones de excluidos. No queda claro que porcentaje de los clientes del sistema sería a personas no bancarizadas.

¿Cómo funciona? Abrir una BIM es fácil, sólo se necesita marcar el *838# desde el celular, llenar los datos del DNI y luego de unos simples pasos se tendrá el acceso al sistema. Para empezar a depositar y retirar dinero, sólo debes acercarse  a cualquiera de los 4 mil agentes corresponsales identificados como agentes BIM.  

Mibim.pe

Uno de los puntos más publicitados de este proyecto es que no está restringido a los bancos, más bien congrega a más de 30 emisores de dinero electrónico “en una plataforma tecnológica que permitirá la interoperabilidad entre emisores y entre empresas de telecomunicaciones, desarrollando un nuevo medio de pago de una manera más eficiente, rápida y segura” (afirma la página web de Bim).

Sin embargo, ese “beneficio” también trae consigo una falla muy importante: costos relativamente altos para los ciudadanos más pobres. Cada empresa asociada a este proyecto incluye un pequeño costo, el cual se ve reflejado en el costo final de cada transacción hecha. Esto es contraproducente con el fin del proyecto: la inclusión financiera. Dicho de otra manera, se busca aumentar la  incorporación de más peruanos (especialmente de las zonas de menores recursos) a los beneficios del sistema financiero formal, sin necesidad de utilizar dinero efectivo ni contar con la presencia física de las personas para hacer pagos y transacciones e incluso sin tener una cuenta en el banco. Por lo visto el desarrollo planteado sigue los procesos financieros tradicionales en que los costos de los servicios son absorbidos por los clientes, en vez de promover, para el segmento de clientes más pobres, cadenas de valor de bienes y servicios que permitan compartir beneficios marginales con los clientes finales, tal como indicamos se está haciendo en África. (Ver: Inclusión Financiera: Foco en la demanda (necesidades y limitaciones).

Con este esquema no se logrará la inclusión del segmento más necesitado. Mientras que afiliarse al sistema o recargar no tiene costo, sí habrá un costo cada vez que alguien envía o retira dinero. La persona que haga envíos de dinero pagará 0.50 soles por montos menores o iguales a 100 soles. Si el monto está entre 101 y 500 soles la operación cuesta 1.50 soles y transferir más de 500 soles costará dos soles. También se ha previsto un costo cuando se retira dinero en efectivo: Hasta 300 soles costará 1.50 soles y 2.50 soles para montos mayores. En tanto, las consultas de saldo no tienen costo. Ver tarifario:

Fuente: Perú21

Estos costos pueden no parecer altos, pero pueden llegar a sumar cargos onerosos en periodo el tiempo. Para una familia pobre, 50 céntimos significan 2 panes. Además, va en contra de la inclusión financiera, que busca la  incorporación de más peruanos (especialmente de las zonas de menores recursos) a los beneficios del sistema financiero formal, sin necesidad de utilizar dinero efectivo ni contar con la presencia física de las personas para hacer pagos y transacciones e incluso sin tener una cuenta en el banco.

Como afirmamos en el artículo de ayer, según el Centro Internacional de Finanzas y Regulación (CIFR): “los esfuerzos para mejorar la inclusión financiera mediante servicios financieros digitales podrían ser desperdiciados si es que no se llega a los consumidores en las condiciones adecuadas. Se afirma que el problema es particularmente apremiante en los mercados emergentes, justamente en dónde los servicios financieros digitales tienen el mayor potencial para mejorar la inclusión financiera.”

Lamentablemente, la mayoría de medios no se han percatado que estos costos son justamente la barrera que limitará la cantidad de usuarios de su billetera móvil. Y no son los únicos. Pronto saldrán al mercado dos competidores más: “Wanda” impulsado por Telefónica del Perú y asociado con MasterCard y “aPanda” del Grupo La República. Las 3 empresas ofrecen en esencia la misma idea, brindar al usuario una alternativa segura al dinero físico, que facilite los pagos y transferencias. Sin embargo, cada empresa tiene ciertos rasgos que las diferencian.

En el caso de Wanda, su principal debilidad se encuentra en su plataforma, la cual solo opera con usuarios del operador telefónico Movistar. Ello dificulta la conformación de un ecosistema natural de pago y transferencia, ya que existen usuarios que podrían tener celulares de empresas de otros operadores.

APanda, por su lado, tiene un costo variable para la transferencia de fondos de la billetera móvil. Cobrará una tarifa plana por cada envío de dinero, así sean 5 o 1,000 soles, pero Scotiabank ha optado por asumir el costo de las transacciones (Según La República). Esto cambiará eventualmente, ya que “se espera que con la reglamentación de la ley se apunte a regular los precios de uso de la infraestructura telefónica de manera justa, apuntando incluso a una ‘tarifa social’.”

Esperamos que estas empresas tomen algunas de las ideas matrices que hemos publicado y mejoren sus propuestas, una muy buena iniciativa, pero falta mejorarla para lograr efectivamente el objetivo final. Esto ya está implementando en otros lugares, como en el África, donde las dificultades para inclusión financiera son mucho mayores que en América Latina. Ya se están haciendo desarrollos muy importantes donde lo que buscan es crear cadenas de valor de bienes y servicios que permitan que los costos operativos de los servicios financieros no sean trasladados a las poblaciones pobres, sino mas bien absorbidos en dichas cadenas de valor.

Tampoco somos los únicos en América Latina. Paraguay fue el primer país de la región en lo que se refiere a una expansión de los servicios de dinero electrónico no bancario y un mayor acceso a la inclusión financiera digital. El veinte por ciento de la población de Paraguay está utilizando medios móviles para realizar sus operaciones y ahora hay más suscriptores de dinero electrónico para móviles que cuentas bancarias en el país.

Otros países de América Latina también están adaptándose rápidamente y creando leyes y regulaciones enfocadas a incrementar la inclusión financiera digital, como por ejemplo en Uruguay, Colombia y Bolivia. La reciente ley de inclusión financiera en Uruguay exige que en los próximos cuatro años todos los organismos de gobierno utilicen métodos de pago electrónico (una de las recomendaciones de EY en su informe “Building consumer demand for digital financial services – the new regulatory frontier”). Además, garantiza una mayor inclusión financiera, ya que la ley fuerza a que estos métodos de pagos electrónicos sean gratis para abrir una cuenta, no incluyan gastos de mantenimiento y no tengan requisitos de saldo mínimo.

En Lampadia celebramos la gran iniciativa inclusiva y tecnológica que se ha hecho, pero esperamos que tomen estas consideraciones para lograr una verdadera inclusión financiera, donde más se necesita. Lampadia