1

Estado y capitalismo poco inclusivos impiden dar batalla al coronavirus

Estado y capitalismo poco inclusivos impiden dar batalla al coronavirus

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Es notorio como las debilidades que nos impiden dar respuestas más eficientes a la pandemia tienen todas que ver con la falta de inclusión social, legal y financiera de las mayorías. No tenemos un Estado ni un capitalismo inclusivos.

Los bonos no llegan a todos

Veamos, por ejemplo, el reparto de los bonos. Luego de más de tres semanas, solo se ha podido alcanzar a los 2/3 de los beneficiarios, provocando además aglomeraciones y colas inmensas en los bancos. Lo que se delata allí es la falta de inclusión financiera -no más de un 40% cuentas o tarjetas de crédito o débito- y de difusión de la billetera electrónica (BIM), para que los pagos se puedan hacer por celular.

Más profundamente aun, lo que se delata es la falta de inclusión económica, legal. Es decir, la informalidad. Hay mucha gente que no es detectada y queda fuera de los padrones de ayuda. La informalidad es exclusión de la legalidad, invisibilidad. Y esto se debe a una legalidad o formalidad demasiado onerosa y engorrosa que la baja productividad de los informales no puede solventar. Incluso formales mas productivos no pueden pagar la cantidad de gente y recursos que necesitan para cumplir con todas las regulaciones laborales, municipales y sectoriales. El sistema es excluyente.

Entonces tiene que colocarse en la agenda nacional la necesidad imperiosa de reducir el costo de la formalidad para hacerla incluyente. Eso significa aplicar Análisis de Impacto regulatorio (RIA) a todas las normas existentes y por venir de los sectores clave de la economía, y reducir los trámites de manera drástica mediante análisis de calidad regulatoria (ACR) efectivos y tupas estandarizados para las licencias de construcción y funcionamiento en los municipios. También para acelerar la recuperación pasada la cuarentena.

Cuarentena es inviable en sectores populares

La propia cuarentena es inviable cuando la mayoría vive en el día a día, un 35% carece de refrigeradora y muchos viven hacinados en viviendas de una sola habitación. Es indispensable, como diría Hernando de Soto, reconocer derechos económicos. Porque esas familias, pese a su precariedad, tienen capital, pero no está titulado o el título no se usa. Se necesita un movimiento de pinzas, que incluya el fortalecimiento de los derechos de propiedad y políticas de inclusión financiera, para impulsar esos sectores. La repartición del bono debería permitir abrir cuentas a todos en los bancos. 

Se requiere que las microempresas se puedan formalizar y crecer. Eso demanda también una reforma tributaria que elimine los regímenes especiales para ir a uno solo gradual y progresivo que elimine los saltos mortales que desalientan el crecimiento formal. Es decir, un sistema tributario inclusivo y promotor. Y lo mismo en el campo laboral.

Empresas no se pueden adaptar debido a reglas laborales

Pues para que las microempresas se puedan formalizar y crecer, y para que las formales puedan dar más empleo formal, necesitamos también reglas laborales mucho más flexibles. Y la gran limitación de la estrategia económica para enfrentar el coronavirus consiste en que las empresas formales no se pueden adaptar a la situación debido a la rigidez de las normas laborales. Corren el riesgo, entonces, de quebrar. La flexibilidad laboral es indispensable no para despedir, sino, al contrario, para no perder empleos. Si no la hay, mueren Sansón y los filisteos. Sin empresa, no hay empleo. Es algo que el gobierno no entiende. Y su falta de entendimiento está causando un daño irreparable a la economía y al empleo.

La débil salud Pública

Por supuesto, la salud Pública ha mostrado su gran falencia en esta batalla. Sin un buen servicio público de Salud, no hay inclusión social. Es mucho mejor que lo que teníamos hace 30 años, cuando colapsó por completo, pero es claramente insuficiente y corrupto. Se requiere poner en agenda el tema de la reforma de la salud, que no es sencillo porque implica un sistema de pagos por resultados, rendimientos y jornada laboral de los médicos que sin duda afectará el statu quo. El acuerdo no será fácil. 

La pésima gestión del agua

La otra gran limitación para una lucha efectiva contra la propagación del virus, es que más de 6 millones de peruanos carecen de agua potable en sus casas y una cantidad aun mayor la tiene de manera intermitente. Entonces el lavado de manos con jabón, pieza vital, es impracticable o esporádico. Esto pone de relieve la necesidad de abordar de una vez por todas la reforma y concesión de las empresas municipales de saneamiento, que adolecen de una gestión paupérrima y son saco roto en el que se pierden los 5 mil millones anuales que gasta el Estado en programas de agua y desagüe. Aquí también se requiere tomar decisiones que pueden encontrar resistencia, pero hay que hacerlo.

Razón vs. populismo

Todas estas son decisiones lógicas, racionales, que deben ser gestionadas políticamente, acordadas, lo que se puede complicar en un año electoral. Pues mientras las soluciones técnicas para lograr un Estado y un capitalismo más inclusivos que nos permitan salir rápidamente de la crisis y estar preparados para eventos futuros apuntan en una dirección, las ofertas electorales en un contexto de angustia social pueden apuntar en el sentido contrario, agravando, mediante propuestas populistas o autoritarias, los males que queremos remediar.

Por eso es importante ir planteando los temas que deberían ocupar la agenda nacional ya desde este momento. Lampadia




La Billetera Electrónica es claramente insuficiente

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Quizá el problema estructural más serio del Perú es su altísima informalidad. Esta se expresa, entre otras cosas, en la baja tasa de inclusión financiera. Contrario sensu, si fuera posible acelerar la inclusión financiera o la profundización bancaria en el país, los sectores populares e informales crecerían más rápidamente y podrían aspirar a formalizarse. Eso beneficiaría al país de distintas maneras. En ese sentido, la billetera electrónica (BIM) puede convertirse en un instrumento eficaz de inclusión financiera y formalización. ¿Cuánto ha avanzado? ¿Funciona?

Impacto y necesidad

Comencemos reconociendo la realidad que mencionábamos: solo el 42% de los peruanos tiene cuenta bancaria, y solo el 30% usa tarjetas de crédito. La bancarización ha venido subiendo, como podemos ver en el siguiente gráfico, pero es todavía reducida.

Fuente: INCLUSIÓN FINANCIERA EN EL PERÚ: Carolina Trivelli, Instituto de Estudios Peruanos

Pero esta penetración es engañosa porque una parte apreciable de quienes tienen cuenta, no la usan, con el agravante de que esa parte ha aumentado, como podemos ver en el siguiente gráfico: aquellos que hicieron cuando menos un depósito en su cuenta, por ejemplo, en los últimos 12 meses, bajaron del 83% al 70%, entre el 2014 y el 2017. 

Fuente: INCLUSIÓN FINANCIERA EN EL PERÚ: Carolina Trivelli, Instituto de Estudios Peruanos

¿Qué es la billetera electrónica?

La billetera electrónica (BIM) fue parte de un compromiso adoptado por el sector privado financiero en el CADE 2014, presidido por Ricardo Briceño. Prácticamente todas las instituciones financieras peruanas (bancos, cajas municipales, cajas rurales, financieras, Edpymes y empresas emisoras de dinero electrónico) conformaron una empresa, Pagos Digitales Peruanos, para sacar adelante esta iniciativa. Es un caso único en el mundo.

La BIM se abre en el celular, en cualquier celular. No necesita ser un Smart Phone ni tener internet. Se puede cargar dinero en la BIM en cualquier agente bancario, en una bodega que sea agente bancario, por ejemplo. Y se puede retirar dinero también allí. Con la BIM se puede pagar o transferir dinero de celular a celular. La puedo usar para transferirle dinero a un familiar o a cualquier persona o para pagar algún servicio o una compra. Por ejemplo, para comprar minutos de teléfono prepago para mi celular. También hay una aplicación, llamada BIM, que se puede usar.

Crecimiento

Carolina Trivelli nos explica que la billetera electrónica se lanzó el 2016 pero se demoró en adquirir velocidad. Esto porque requiere de una red de agentes bancarios lo suficientemente tupida donde se pueda cargar la billetera y retirar dinero (cash in y cash out). La idea original era que el bodeguero prestara su teléfono para la operación, pero los bodegueros se resistían. La solución fue introducir la función BIM en el POS del bodeguero. Hoy existen 14 mil puntos de “cash in” y “cash Out”.

El hecho es que en los últimos meses el monto total de transacciones con la BIM, sin representar aún una porción importante del mercado, ha crecido aceleradamente. Lo podemos ver en el siguiente gráfico:

Fuente: Pagos Digitales Peruanos

No obstante, el número de personas con BIM está alrededor de las 500,000. Trivelli calcula que en dos años debería haber 2 millones de personas cuando menos. Pero 2 millones sigue siendo muy poco. El número de personas mayores de 15 años suma casi 24 millones de personas, de los cuales 16 millones carecen de ningún medio de pago digital, y 14 millones no tiene ninguna relación con el sistema financiero: ni cuenta, ni tarjeta ni dinero electrónico. Cuando se lanzó el BIM, Trivelli estimó 5 millones de usuarios, una muestra de la debilidad del producto.  

Es obvio, entonces, que el esfuerzo de Pagos Digitales Peruanos es claramente insuficiente. En la actualidad realiza pilotos en San Juan de Lurigancho para estudiar las maneras de escalar el número de usuarios y de encontrar nuevos usos. Fuera de las transferencias de persona a persona, un pago frecuente es la recarga del celular. También se puede pagar el RUS a la Sunat. Las caseras podrían pagar con la BIM sus compras en el mercado. Se ha tratado de que los bodegueros paguen con la BIM a las empresas proveedoras, pero aún no se ha logrado debido a usos y costumbres y a procedimientos internos de las propias empresas de distribución. Pero se está haciendo nuevos pilotos para ver cómo viabilizar esta alternativa. Si se unificara el sistema de recaudación del transporte público en Lima, se podría pagar los pasajes con BIM, por ejemplo.

Pero una de las limitaciones del sistema es que el costo de menor transacción era de 0.50 soles (equivalente al precio de dos panes), en vez de como en el África, tener costo cero para promover la inclusión de los más pobres. Ver en Lampadia: La billetera digital llega al Perú – buena iniciativa.

Otra importante observación a la BIM es que al ser un producto del conjunto del sistema financiero, dificultó que los agentes no bancarios, como en otros mercados, tuvieran iniciativas más audaces.

Como fuere. El ritmo es muy lento. Quizá Pagos Digitales Peruanos deba revisar su estrategia, redoblar su inversión, incorporar otra clase de actores y empresas al esfuerzo, y posiblemente se necesite que el Estado se interese y se convierta esto en un gran proyecto público privado. Porque tener a más de la mitad de la población fuera de la formalidad más elemental –como es alguna conexión con el sistema financiero- es un lastre muy pesado para la competitividad del país y una manera de condenar a las mayorías a no salir de niveles de subsistencia. 

El dilema de los bancos: entre la ganancia inmediata y el largo plazo

En este tema las entidades del sistema financiero se enfrentan, en alguna medida, a un dilema: privilegiar las ganancias de corto plazo o destinar recursos a una ampliación del mercado en el largo plazo. Las tarjetas de crédito, por ejemplo, son una fuente de ingreso importante para los bancos, pero no son aceptadas por las bodegas y otros pequeños negocios –que son la gran mayoría en el Perú- debido no solo a la mayor complicación en el pago sino sobre todo a las elevadas comisiones que tienen que pagar, que pueden llegar al 4 o 5%. Por eso, y por la publicidad negativa de los medios, la penetración de las tarjetas de crédito es muy baja.

De otro lado, en general las entidades y financieras tienden a priorizar los ingresos de corto plazo. Por eso, comprometerse a redoblar una inversión de este tipo exige una política de los directorios de postergar en alguna medida ganancias inmediatas en provecho de una decisión estratégica de largo plazo que apunte a profundizar el sistema financiero y que a la larga deberá beneficiar no solo a las empresas financieras sino al país entero.

Porque, por ejemplo, si bien inicialmente los negocios que reciben pagos con la BIM no pagan comisiones a Pagos Digitales Peruanos, aunque los usuarios si sufren algunos pequeños cargos la billetera electrónica le permite a las entidades financieras tener acceso a los teléfonos de los bodegueros o a los periodiqueros o los puestos de mercado o de los usuarios en general de las BIM, de modo que, vía inteligencia artificial, les será posible a las entidades financieras ir diseñando productos interesantes para convertir a esos usuarios en sujetos de crédito.   

Ahora, algunos bancos empiezan a diseñar aplicaciones nuevas como Tunki (Interbank) y Yape (BCP), que permiten pagar a los comercios sin que éstos tengan que pagar comisiones. Son formas de ampliar el mercado a la larga, aunque en el corto plazo quizá algunos ejecutivos perciban que esos productos compiten contra fuentes de ingreso tan rentables como las tarjetas de crédito. El problema es que las comisiones que cobran esas tarjetas son una barrera de entrada muy alta.

También es cierto que las regulaciones financieras son múltiples y muy pesadas, lo que de alguna manera actúa como un inhibidor de un sistema financiero más dinámico, especialmente para la oferta de productos en los sectores emergentes.

Según Trivelli, Pagos Digitales Peruanos ha invertido hasta la fecha alrededor de 40 millones de soles en el diseño y masificación de la BIM, y calcula que su punto de equilibrio lo alcanzaría el 2021, cuando se alcance unos 3 millones de transacciones al mes. A setiembre del 2018 estaban en 500,000. Pero, como hemos visto, el esfuerzo aun no da la talla.

Conclusión

Más allá del tema regulatorio, es muy importante entonces que las entidades financieras revisen su estrategia de inclusión financiera para darle un impulso mucho más fuerte y avancen en sus propios medios de pago electrónicos o telefónicos que impliquen un costo nulo o mínimo para los comercios pequeños en el país. Deberíamos pasar a una estrategia público-privada que abra el juego a todos los actores posibles y dé las facilidades para avanzar rápidamente en este tema. Pues la inclusión financiera será, a la larga, una de las vías a la formalización de la economía peruana y permitirá potenciar la capacidad de crecimiento de la gran base de micro y pequeñas empresas que tenemos en el Perú. No podemos seguir teniendo a más de la mitad de la población completamente fuera del sistema financiero porque eso la condena a no salir de niveles de subsistencia o a prosperar en la ilegalidad y anula la competitividad del país. Lampadia




Inclusión Financiera: Foco en la demanda (necesidades y limitaciones)

Inclusión Financiera: Foco en la demanda (necesidades y limitaciones)

En el Perú se acaba de lanzar la billetera electrónica como un mecanismo de facilitación del acceso a los servicios financieros de las poblaciones no bancarizadas. A pesar de todos los avances del microcrédito en el Perú y de ser catalogado como uno de los países más avanzados en la calidad de la oferta de servicios financieros, desarrollados fundamentalmente por la iniciativa privada, aún estamos muy lejos de los estándares de acceso globales y regionales. Por ejemplo, según un análisis de inclusión financiera del BID, el índice de uso de tarjetas de crédito con respecto a la PEA muestra que el Perú tiene tan sólo 34% mientras que Chile llega a 172%.

La información que presentamos a continuación, sobre la base de una publicación de EY, ayuda a dar un marco técnico de enfoques y prioridades que deberían mejorar la implantación de soluciones tecnológicas para los servicios financieros.

Junta de gobernadores resalta avances de Perú en inclusión financiera (Andina)

Las soluciones digitales y las nuevas tecnologías ofrecen un gran potencial para superar los desafíos del desarrollo. Con 2,500 millones de personas en países emergentes privadas de acceso a los servicios financieros formales y más de 200 millones de pequeñas empresas sin acceso al crédito, ampliar la frontera de los servicios financieros sigue siendo un reto muy importante para consolidar un mundo de oportunidades para todos.

La prestación de servicios financieros a través de innovaciones tecnológicas, incluyendo el dinero móvil, puede ser un catalizador para el suministro y la masificación de un conjunto diverso de servicios financieros: incluyendo créditos, seguros, ahorros y educación financiera. Quienes ahora no tienen acceso a estas herramientas financieras podrían disfrutar de los servicios de transferencia de dinero, micro-préstamos y seguros.

El Centro Internacional de Finanzas y Regulación (CIFR), en una reciente conferencia en Australia, urgió a los reguladores a promover la demanda de un espacio digital de servicios financieros. Según CIFR, los esfuerzos para mejorar la inclusión financiera mediante servicios financieros digitales podrían ser desperdiciados si es que no se lllega a los consumidores. Se afirma que el problema es particularmente apremiante en los mercados emergentes, justamente en dónde los servicios financieros digitales tienen el mayor potencial para mejorar la inclusión financiera.

EY publicó recientemente un documento titulado “Who will disrupt the disruptors?” en el que incluyen un muy buen análisis del tema financiero “Building consumer demand for digital financial services – the new regulatory frontier” (La construcción de la demanda de servicios financieros digitales – la nueva frontera de la regulación). En este informe, se afirma que: “Los servicios financieros digitales (DFS) son promocionados como soluciones financieras clave para mejorar la inclusión financiera. Sin embargo, a menudo los usuarios finales ofrecen pocas oportunidades rentables en el camino y las fuerzas del mercado por sí solas no son suficientes como para garantizar el suministro de servicios y productos finales que coincidan con el poder adquisitivo, necesidades o deseos de los usuarios finales. Como resultado, los DFS en mercados emergentes pueden sufrir de limitada incorporación y utilización, lo que traería como consecuencia un efecto muy pequeño en la inclusión financiera. En los mercados emergentes, los reguladores financieros se han centrado en apoyar el éxito de los DFS en gran medida a través de esfuerzos de marco institucional y normativo. En este artículo se argumenta que los reguladores financieros deben trabajar primero en entender y construir la demanda de DFS en lugar de centrarse puramente en el desarrollo. Esto requiere un cambio de mentalidad de los reguladores financieros, que están más familiarizados con la promoción de estabilidad financiera, seguridad y eficiencia. En este artículo se analiza la evolución del rol de los reguladores financieros. Recomendamos que los reguladores se centren particularmente en el aumento de la demanda del consumidor a través de la promoción de colaboración entre instituciones en los DFS como medio de promoción de inclusión financiera. Destacamos que estas colaboraciones introducen riesgos y aumentan los riesgos de consumo; por lo que requeriría que los reguladores ajusten los marcos reguladores para asegurar que estos riesgos sean identificados y mitigados”

Justamente por eso es que uno de los objetivos más importantes debe ser la construcción de la demanda en vez de sólo centrarse en apoyar el éxito de los servicios financieros digitales. Deben trabajar para entender y construir la demanda del consumidor.

Para destacar algunos hallazgos de este artículo publicado por EY, el investigador principal, el profesor Ross Buckley de University of New South Wales, dijo que los reguladores deben trabajar para minimizar la brecha entre los servicios digitales que están siendo proporcionados por las instituciones financieras y los presupuestos y necesidades de los usuarios finales. “La regulación de los servicios financieros digitales, y el dinero móvil en particular, ha sido un importante foco de discusión y de debate “, dijo.

En el África, donde las dificultades para inclusión financiera son mucho mayores que en América Latina, se están haciendo desarrollos muy importantes donde lo que buscan crear cadenas de valor de bienes y servicios que permiten que los costos operativos de los servicios financieros no sean trasladados a las poblaciones pobres, sino mas bien absorbidos en dichas cadenas de valor. En una próxima oportunidad vamos a compartir más información sobre los importantes desarrollos que se están dando en el continente africano.

El informe hace varias recomendaciones sugiriendo a los reguladores financieros cómo crear demanda e influir en el desarrollo de servicios financieros digitales exitosos. Éstas incluyen:

  • Desplazar los pagos por los servicios estatales a los canales electrónicos
  • Mejorar la educación y promover una mayor confianza en los servicios financieros y nuevos métodos de pago
  • Impulsar el desarrollo de sistemas abiertos, interoperables e interconectados

El documento también recomienda que los reguladores se centren en aumentar la demanda del consumidor a través de la promoción de asociaciones de servicios financieros digitales como medio de promoción de la inclusión financiera. 

Los colaboradores principales deben incluir a los bancos, instituciones de microfinanzas y a los operadores de redes móviles. La colaboración entre estas entidades puede fortalecer los productos y servicios disponibles y, a su vez, fortalecer los sistemas financieros en términos más generales. Sin embargo, los sistemas deben tener una clara gobernanza, .

Según el documento de EY, mientras que las recomendaciones del informe abogan por un rol más importante por parte de los reguladores financieros, en realidad lo que se busca es ayudarlos a mejorar la inclusión financiera, como el objetivo expreso del nuevo desarrollo. Esto es un medio importante para reducir la pobreza y promover un desarrollo económico de mayor alcance en la sociedad.

La inclusión financiera es un desafío enorme y requiere que los reguladores balanceen adecuadamente  la innovación y la estabilidad financiera, así como la protección de los consumidores. Al mismo tiempo, los reguladores deben adoptar nuevas tecnologías e innovaciones, para que lo cual se deben abrir las puertas a los aportes del sector privado. Lampadia