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Ciudadanos unidos defendiendo su libertad frente a una autocracia sin fin

Ciudadanos unidos defendiendo su libertad frente a una autocracia sin fin

Fausto Salinas Lovón
Exclusivo para Lampadia

La disputa por la sucesión de Evo Morales no había logrado unir a los políticos bolivianos que se presentaron divididos a las elecciones del 20 de octubre pasado. Las visiones limitadas, los apetitos personales y los intereses de grupo impidieron en Bolivia (como sucede en otras partes del continente), que la oposición sea una alternativa política unitaria y contundente frente al autoritarismo marxista. Sin embargo, el espanto frente a una autocracia sin fin (que se quitó la careta con el escandaloso fraude electoral perpetrado por Evo Morales y orquestado por sus patrones de La Habana, Caracas y potencias injerencistas), si logro hacer lo que sus políticos no hicieron: unir a los ciudadanos bolivianos.  (Boliviano: si no los une el amor que los una el espanto frente a una autocracia sin fin. Lampadia 18.10.2019)

Los políticos que eran funcionales a Morales con su espíritu de facción y su afán de figuración se unieron para pedir primero la segunda vuelta y luego, nuevas elecciones y la renuncia de Evo. Las clases medias que toleraban la aventura indigenista en la medida en que la macroeconomía no fue destruida como si sucedió en Venezuela, despertaron. Los jóvenes, a quienes adormecía el encanto del relato indigenista y la gesta antiimperialista, también salieron del letargo.  Los ciudadanos bolivianos en esta primavera de octubre demuestran que saben hacer lo más importante en la vida: luchar por su libertad.

  • Primero fueron los potosinos que hicieron huir en moto y luego en helicóptero al entonces candidato reeleccionista Evo Morales Ayma.
  • Luego, tras el fraude, los ciudadanos de Oruro y Sucre fueron los primeros en alzar su voz, a los que se sumó su policía, que no ha estado dispuesta en esa última región boliviana a reprimir a sus hermanos que piden algo elemental: elecciones limpias y trasparentes.
  • Luego fueron Santa Cruz, Tarija, Cochabamba, La Paz, entre otras zonas del país.
  • Finalmente 8 de 9 regiones se pusieron de pie y mediante marchas, protestas y el grito unánime de que “No nos da la gana de vivir en dictadura como la venezolana”, exigieron primero la segunda vuelta electoral que la patética presidenta del organismo electoral boliviano negó al pueblo de ese país. Luego el reclamo ha ido tomando un calibre mayor y frente a las evidencias de fraude, se exige la renuncia misma de Evo Morales y su camarilla. Sendos Cabildos abiertos así lo exigen.

La prensa boliviana ha jugado el papel que le corresponde a la prensa seria. Ha puesto en titulares el fraude y la represión del Mas (la organización político social de Morales para conquistar y no dejar el poder). El diario Potosi de la ciudad de ese mismo nombre, El País de Tarija, Los Tiempos de Cochabamba, El Diario, el Deber de Santa Cruz, entre otros, no han ocultado esa verdad a cambio de jugosos contratos publicitarios como sucede en nuestro país.

El ejército boliviano, dando muestras de que no todo esta podrido en América Latina (por ahora), hasta el momento no se ha prestado al fraude. No se sabe si es por un genuino afán institucionalista o si es simplemente porque su precio aún no ha sido alcanzado o existe la amenaza a que sus altos jefes militares pierdan los visados norteamericanos, país donde viven sus familias. A diferencia de sus pares venezolanos que enjugados en millonarios sobornos y negocios sostienen al régimen de Maduro o de sus pares peruanos, que no dudaron en sonreír en la foto para la aventura autoritaria que disolvió el Congreso, los militares bolivianos se han quedado por el momento en sus cuarteles, en espera de un desenlace democrático o que su precio, seguramente más elevado, sea amortizado con petrodólares caribeños. Creamos y esperemos que sea lo primero.

En estas dos semanas, jóvenes, profesionales, trabajadores, obreros, frentes cívicos, partidos de oposición, indígenas, mujeres, millones de bolivianos marchan en las calles de las ciudades bolivianas con las únicas armas que la libertad concede: el raciocino y la voz. El dictador los enfrenta con hordas de asalariados militantes de su partido transportados en buses por el gobierno y provistos de palos, púas, municiones y armas entregadas por las propias autoridades gubernamentales. Morales está dispuesto a llevar a su país a la guerra civil o la secesión si es necesario, con tal de no desoír el mandato de sus patrones: debe cuidar la finca si es necesario con el precio de su vida y la vida de miles de bolivianos.

Pero, Bolivia resiste. Está dando una demostración de fuerza y dignidad que hay que tomar muy en cuenta y de la cual hay mucho que aprender.

Pero, Bolivia no puede resistir sola. Necesita del resto de América. Por ello, no es casual que previamente se haya alborotado Ecuador, se haya neutralizado al Grupo de Lima dinamitando desde dentro la estabilidad política peruana, ni es casual que se incendie Santiago con aceleradores químicos y con sincronización talibana. Los orquestadores saben que para defender los enclaves hay que llevar el fuego, el conflicto y el ruido lejos, mejor si es donde están los que más critican. Por ello, también preocupa el silencio de Guaidó y la oposición venezolana, que resulta útil en estos momentos a los fines intervencionistas en Bolivia y Chile.

Los ciudadanos libres de América Latina tenemos el deber de contribuir a que la resistencia boliviana no sea efímera, vana, pasajera. Nuestra voz es muestra primera arma. Nuestras ideas son nuestros fusiles y las podemos disparar en las redes sociales para contrarrestar el fuego sostenido del relato que se nos impone desde La Habana y se financia desde Caracas. Tenemos los 120 caracteres para librar batalla. Tenemos el voto para sacar de la vida política a los primos, hermanos, socios o lacayos de Maduro, Castro, Chávez o Morales que vendrán en el Perú y en otros países en las siguientes elecciones. Tenemos el poder de nuestra elección de compra, dejando de comprar los diarios y revistas que le hacen el juego a la brisa bolivariana o glorifican autócratas. Tenemos el poder de apagar nuestros televisores cuando las guaripoleras de los autócratas y del relato izquierdista pontifican desde los altares de su medianía. Tenemos la opción de no quedarnos callados en la charla familiar o la reunión de promoción donde unos cuantos repiten lugares comunes y balbuceos antiimperialistas desde sus polos Tomy o sus zapatillas Nike. Tenemos el poder de elegir por ejemplo a quienes acaben el nexo entre gobierno y prensa, con el cual se adormece al pueblo y se consigue la hegemonía. Tenemos el poder de dejar de comprar los productos que auspician a la prensa funcional al relato.

Los latinoamericanos libres tenemos muchas armas ciudadanas para defender nuestro continente y nuestra libertad. Tenemos muchas armas para apoyar la resistencia boliviana y no seguir siendo funcionales al relato marxista con nuestro silencio o nuestra indiferencia. Podemos seguir siendo tontos útiles o despertar. Bolivia nos esta demostrando, por ahora con más fuerza que el sufrido pueblo venezolano, que se puede despertar y levantar la voz.

Bolivia Resiste. Estamos contigo. Lampadia




BOLIVIANO: Si no los une el amor, que los una el espanto

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia

Bolivia y el Perú son dos países medianos de América Latina que ocupan el 8° y 6° lugar, respectivamente, en cuanto a superficie y el 8° y 4° lugar, en población.

Según los datos comparativos de ambos países (https://datosmacro.expansion.com/paises/comparar/peru/bolivia) existen diferencias sustanciales entre ambos países en indicadores de desempeño económico y social que podrían llevarnos a pensar que el Perú le lleva ventaja a Bolivia:

  • PBI PERU  6 veces el PBI Bolivia (190 MM Euros vs 34 MM Euros).
  • PBI per cápita PERU es el doble del boliviano (5,965 Euros versus 3,000 Euros)
  • DEUDA EXTERNA per cápita PERU similar al boliviano pese a que tenemos una deuda externa 3 veces más grande.
  • PERU EXPORTA 6 veces lo que exporta BOLIVIA (40 MM Euros vs 6 MM Euros)
  • En PERU el GASTO PUBLICO solo es el 21% de un PBI más grande. En BOLIVIA es el 38.60 % de un PBI MENOR. Producen menos y gastan más.
  • EL PERU ha avanzado y tiene 20.5% de pobres. BOLIVIA tiene 35.2%, según datos de CEPAL.
Existen por cierto algunos indicadores en los que el desempeño boliviano es mejor: desempleo y homicidios, sin embargo, la superioridad de las cifras del Perú es nítida.

Podemos decir entonces que se trata de dos países medianos, uno de los cuales ha tenido un mejor desempeño económico que el otro. Sin embargo, esta superioridad es relativa si nos comparamos con Brasil, México, Colombia o Argentina que tienen extensiones mayores a las nuestras o con Chile, Uruguay o Panamá, que, siendo países más pequeños, tienen un mejor desempeño que nuestros dos países.

¿Que puede explicar entonces la diferencia sustancial en el desempeño de estos dos países medianos de América Latina?

El Perú, desde 1993, optó por una economía social de mercado sin intervencionismos estatales, de deshizo de empresas públicas que en el quinquenio 85-89 le habían generado un déficit que, a valor presente representaría 3,500 millones de dólares (Lampadia Justicia en déficit), se abrió al mundo, atrajo inversión privada externa y nacional y movilizó al sector privado para empujar la economía. Este modelo, algunos de cuyos datos hemos reseñado en esta comparación, se mantiene ralentizado y mediatizado pero vigente.

En Bolivia, al mismo tiempo, entre 1993 y 1997, Gonzalo Sánchez de Lozada dio un paso similar y llevó a cabo unas reformas económicas y un ajuste estructural que le hubieran permitido avanzar sin contratiempos a una economía de libre mercado y abierta al mundo.

En el Perú, el modelo no cambio pese a los intentos denodados de la izquierda de torcerlo hacia un modelo boliviano.  En Bolivia, en cambio, el modelo sólo duró unos años y aunque Sánchez de Lozada volvió al poder el 2002, tuvo que renunciar sitiado por el autoritarismo callejero de Evo Morales que elaboró un explosivo cocktail social compuesto de cocaleros, campesinos, sindicatos, asesores cubanos y petro dólares enviados por su mentor Hugo Chávez. A causa de esto, Morales tomó el poder tiempo después y estatizó los recursos naturales, las  idroeléctricas, las pensiones y aunque no fue tan estúpido como Maduro de destruir la macroeconomía, ahuyentó la inversión privada y convirtió al Estado en nuevo protagonista de la economía boliviana.

La respuesta es muy sencilla. El mejor desempeño económico peruano tiene que ver con la funcionalidad de nuestro modelo económico y su carácter pro pobre (redujo en 30% pobreza), que las cifras confirman, pero que el relato izquierdista quiere desconocer. Ese mismo relato, azuzado desde La Habana y financiado desde Caracas, exporta la idea del milagro económico boliviano a pesar de que las cifras comparativas (que son las que importan) nos muestran un pobre desempeño del modelo boliviano. Lo grave es que ese modelo, pese a ser dispendioso en recurso públicos, no ha reducido la pobreza, sino que la ha incrementado. Todo un espanto.

¿Como se explica entonces que Evo Morales pueda ser reelecto este 20 de octubre, si ni las cifras, ni la voluntad ciudadana lo acompaña, ya que el 51.3% de la población le dijo no a la Reelección?

Aquí algunas razones:

  • La voluntad del pueblo solo sirve cuando es favorable al autócrata. Cuando le es esquiva buscan la ley, o su interpretación forzada como ocurrió en este caso a través de una cuestionable sentencia del Tribunal Constitucional Boliviano que habilita la cuarta postulación del autócrata boliviano.
  • Los relatos pueden construir realidades paralelas. Pueden convertir un desempeño económico pobre en un milagro, si sirve para mantener la “moral revolucionaria”. Además de los cuentistas que inventan relatos interesados, las sociedades (y Bolivia no es la excepción) requieren “clases medias” y “políticos funcionales” que no advierten el peligro y sea con su indiferencia o su egoísmo, permiten que las cosas sucedan. Finalmente, esto es posible porque hay mayorías que pierden la capacidad de tal y dejan que su voluntad sea desconocida.

Los BOLIVIANOS están más cerca que nunca de cambiar su destino. Pueden seguir creyendo en su relato y despertar algunas décadas después, tan medianos como hoy, cuando al autócrata le hayan salido barbas y algunos jóvenes ingenuos lo lleven estampado en el pecho en las calles de Bruselas o Madrid sin saber a que revolución o genocidio pertenecen.

También pueden despertar hoy y darse cuenta en bien despiertos, mirando el mundo de al Lado, en vigilia, que su relato no los ha hecho mejores y cambiar su destino.

Ojalá que (como dijo Borges), si no los une el amor, los una el espanto por una autocracia sin fin que quiere Evo Morales y sus aliados extranjeros y se unan para derrotarlo en las ánforas. Lampadia




Entre la República o la Autocracia

Entre la República o la Autocracia

Fausto Salinas Lovón
Exclusivo para Lampadia

La amenaza del presidente del Consejo de Ministros Salvador del Solar de que el gobierno “no se quedará con los brazos cruzados” frente a la decisión de la Comisión de Constitución del Parlamento de archivar el inconstitucional proyecto de adelanto de elecciones y su llamado, (pálidamente correspondido la noche ayer), a que se movilicen los ciudadanos en contra de la decisión del Congreso de la República, abre nuevamente las puertas a la inestabilidad y  la confrontación política en el mejor de los casos, si es que no es la antesala misma de una maniobra en ciernes de ruptura del orden constitucional y las reglas de juego democráticas.

Esta situación, genera un inevitable parte aguas en la coyuntura política nacional.

Los aliados del presidente Vizcarra no se han hecho esperar y aparecieron en primera plana en los medios aliados al gobierno, arengando a la movilización callejera y exigiéndole que patee el tablero democrático y altere el mandato popular de las urnas de abril de 2016. Para ello, Mendoza, Arana, Guzmán y Lescano, la falange roja del presidente, le abre el terreno político por el extremo izquierdo exigiéndole no sólo la disolución del Congreso, sino el cambio de Constitución. Los aliados menores, esos que consigue con favores presupuestales, apoyan desde sus regiones, en tono un poco más moderado.

Del otro lado el presidente del Congreso Pedro Olaechea se ha convertido en la figura que encarna la resistencia republicana, democrática y constitucional, haciendo respetar la Constitución y la voluntad soberana de las urnas del 2016 que Vizcarra traiciona y desoye. Olaechea, sin provenir de canteras políticas ni tener oficio partidario, ha sacado a relucir una estirpe constitucionalista encomiable, que lo lleva a defender mejor que muchos fujimoristas el orden Constitucional vigente, sin por ello dejar de tender puentes al Gobierno para voltear la página y construir una agenda común. “Presidente le sigo extendiendo la mano”, ha dicho el jefe del Parlamento, por tercera vez y en un reiterado gesto dialogante que sólo la necedad, el odio o los intereses de seguir acaparando el poder y sus granjerías pueden dejar de ver.

Ha llegado entonces la hora de optar.

Cuando las aguas se dividen, cuando de un lado queda la República y del otro lado su negación, y su desmontaje, hay que tomar partido. Hay quienes lo hemos hecho hace mucho tiempo: Una reflexión necesaria antes del Referendum (Lampadia 07 de diciembre de 2018) y El presidente va por más. (Lampadia 03 de enero de 2019), para citar las columnas más remotas. Sin embargo, hay quienes no lo han hecho aún, por su aversión al fujimorismo, por su afán de ser políticamente correctos o por muchas otras razones que les impiden ver lo que hay detrás del supuesto afán moralizador del gobierno y sus aliados. Para estos últimos, unas citas muy pertinentes, que les harán ver los riesgos del cambio de las reglas de juego democráticas, extraídas de un libro cuyo título no necesita explicaciones: Como mueren las democracias. Steven Levitsky y Daniel Ziblatt:

Las democracias pueden fracasar a manos no ya de generales, sino de líderes electos, de presidentes, de primeros ministros que subvierten el proceso mismo que los condujo al poder. Algunos de esos dirigentes desmantelan la democracia a toda prisa, como lo hizo Hitler… Pero, más a menudo, las democracias se erosionan lentamente, a pasos apenas apreciables[i]

“En Venezuela, por ejemplo, Hugo Chávez era un político marginal que clamó contra lo que describía como una élite gobernante corrupta y prometió construir una democracia más auténtica (…) Empatizó hábilmente con la ira de los venezolanos de a pie…”

“La senda electoral hacia la desarticulación es peligrosamente engañosa. Con un golpe de estado clásico como ocurrió en el Chile de Pinochet, la muerte de la democracia es inmediata y resulta evidente para todo el mundo. (…) Por la vía electoral en cambio… la Constitución y otras instituciones nominalmente democráticas continúan vigentes. La población sigue votando. Los autócratas electos mantienen la apariencia de democracia, a la que van destripando hasta despojarla de contenido”.

 “… un conjunto de cuatro señales conductuales que pueden ayudarnos a identificar a una persona autoritaria cuando la tenemos delante. Deberíamos preocuparnos en serio cuando un político: 1) rechaza, ya sea de palabra o mediante acciones, las reglas democráticas del juego, 2) niega la legitimidad de sus oponentes, 3) tolera o alienta la violencia o 4) indica su voluntad de restringir las libertades civiles de sus opositores”.

Es hora de tomar partido entre la República o la autocracia en ciernes. La República, democrática, imperfecta, incompleta y mal representada es preferible, sin ninguna duda a la autocracia del señor Vizcarra y sus aliados. Lampadia

[i] Como mueren las democracias. Steven Levitsky y Daniel Ziblat. Barcelona: Planeta, Primera edición 2018. Pp 11 y siguientes..




Las democracias están en peligro en América Latina

Las democracias están en peligro en América Latina

El contexto político, económico y social reciente de América Latina sin duda es una historia que da para muchas páginas. Víctima de gobernantes corruptos, el creciente descontento de su ciudadanía hace latente cada vez más su desarraigo de los sistemas democráticos y su apego a los populismos, que sientan las bases de autocracias y dictaduras terribles.

Y como si este adverso escenario fuera poco, EEUU, en lugar de brindarnos ayuda para fortalecer nuestras democracias, hace apología – a través del asesor de seguridad del presidente Trump – de una doctrina (Monroe) de principios del siglo XIX bajo la cual reclama sobre sí el derecho a ser el “guardaespaldas” de América Latina. Declaraciones realmente lamentables que no entrañan el camino más sensato para lidiar con este problema que acontece en la región.

Compartimos a continuación un reciente artículo de The Economist que desarrolla una serie de propuestas hacia los votantes y políticos de la región, así como al mismo gobierno de los EEUU para lidiar con esta crisis democrática, que esperamos pueda ser abordada en los grandes foros y espacios de discusión globales, con ayuda de la cooperación internacional. Lampadia

América Latina
John Bolton y la Doctrina Monroe

La democracia está en riesgo en América Latina. El peligro va mucho más allá de Cuba, Nicaragua y Venezuela

The Economist
9 de mayo, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

La administración de Donald Trump no es famosa por su adhesión a los principios políticos, por lo que John Bolton, el asesor de seguridad nacional de los EEUU, emitió una nota inusual cuando afirmó en un discurso en Miami el mes pasado que “la doctrina Monroe está viva”. La referencia al principio del siglo XIX, según el cual EEUU se arrogó a sí mismo el derecho de vigilar a América Latina, fue tomada como una advertencia a Rusia y China para que no se entrometan en lo que solía llamarse “el patio trasero de EEUU”. Bolton dio nueva vida a la doctrina al anunciar nuevas sanciones económicas contra Cuba, Nicaragua y Venezuela, a los que le gusta llamar la “troika de la tiranía”.

Pero el tono de su discurso fue optimista y amenazador. Una vez que la troika fuera derribada, explicó Bolton, existía la posibilidad de que “el primer hemisferio libre en la historia de la humanidad” se extendiera desde “las rocosas canadienses cubiertas de nieve hasta el brillante Estrecho de Magallanes”.

El problema con la retórica creciente de Bolton no es solo que el Estrecho de Magallanes se enrede más de lo que reluce. También es que tanto su análisis como su prescripción están equivocados. Las debilidades en la democracia latinoamericana se extienden mucho más allá del trío que Bolton señaló, y EEUU no ayudará a fortalecerlo acosando a sus vecinos del sur.

En la década de 1980, América Latina se convirtió de una tierra de dictadores y juntas en la tercera gran región de la democracia del mundo, junto con Europa y América del Norte. Desde entonces la democracia ha echado raíces. La mayoría de los latinoamericanos de hoy disfrutan de más derechos y libertades que nunca.

Sin embargo, muchos latinoamericanos se han desencantado con sus democracias. La economía de la región está estancada. La pobreza está más extendida de lo necesario debido a la extrema desigualdad. Los gobiernos no están brindando seguridad a sus ciudadanos frente al aumento de los delitos violentos. La corrupción está muy extendida. El descontento de los votantes, expresado en las redes sociales, ha ayudado a promover a los líderes con una tendencia malsana a socavar las instituciones democráticas.

La caída en desgracia de América Latina es más obvia en Venezuela y Nicaragua, que se deslizan hacia la dictadura; en la Cuba comunista, que está detrás de estos dos regímenes, las esperanzas de reforma se han visto frustradas. Pero en todo el continente, las amenazas a la democracia están creciendo.

Muchos votantes latinoamericanos han abandonado a los moderados en favor de los populistas. El brasileño Jair Bolsonaro y el mexicano Andrés Manuel López Obrador (conocido como AMLO) comparten una ambivalencia ante la dispersión del poder y la tolerancia de los opositores que son la esencia de la democracia. Bolsonaro, quien ha hablado de su nostalgia por el gobierno militar, tiene ocho generales en su gabinete de 22; AMLO está debilitando los centros de poder en competencia, como los gobernadores estatales electos. El “triángulo norte” de América Central, mientras tanto, está dominado por gobiernos débiles y corruptos. En Honduras, un presidente conservador y aliado estadounidense, Juan Orlando Hernández, gobierna gracias a una elección marcada por el fraude. El presidente de Guatemala puso en orden a un organismo de las Naciones Unidas que estaba investigando la corrupción que había ayudado a encarcelar a dos de sus predecesores.

Los votantes eligen a populistas como Bolsonaro y AMLO, y pueden elegir a Cristina Kirchner, que está en camino de regresar en las elecciones de Argentina en octubre, no para reemplazar la democracia con la dictadura, sino porque quieren que sus políticos hagan un mejor trabajo. Sin embargo, en el siglo XXI, no son los tanques en las calles los que aplastan la democracia. Más bien, los autócratas electos hierven a la rana, capturan los tribunales, acobardan a los medios de comunicación y debilitan a las partes de la sociedad civil que los responsabilizan. Para cuando los ciudadanos chillan, ya es demasiado tarde. Eso es lo que sucedió en Venezuela con Hugo Chávez, y lo que está sucediendo ahora en Turquía.

La tarea principal de evitar el peligro recae en los latinoamericanos. Necesitan librar a la política de la corrupción y del amiguismo. Los políticos deben mantener su distancia de las fuerzas armadas y sus manos de las instituciones que controlan al gobierno. Sobre todo, los políticos necesitan reconectarse con los ciudadanos comunes. Hay algunos signos esperanzadores. Los nuevos partidos y las ONG están capacitando a jóvenes activistas sobre cómo ser reformadores eficaces.

EEUU necesita ayudar en lugar de obstaculizar la tarea de fortalecer la democracia. Hablar de la doctrina Monroe puede hacer que algunos latinoamericanos vean a su vecino del norte más como un agresor que como un aliado. En lugar de amenazar con complementar las sanciones a Venezuela con una acción militar, debería trabajar más duro para combinar las sanciones con las negociaciones, especialmente con las fuerzas armadas. Y Donald Trump debería restaurar el programa de ayuda de US$ 500 millones para el triángulo norte que canceló abruptamente este año, ya que había señales de que estaba ayudando a reducir el crimen violento y la inmigración.

Si bien América Latina generalmente recibe poca atención en la política exterior de los EEUU, pocas otras partes del mundo tienen una mayor influencia, a través de la inmigración, las drogas, el comercio y la cultura, en la vida cotidiana de los EEUU. Una América latina democrática y próspera importa a ambos lados del Río Grande. Trump tiene que pensar más en cómo ayudar a que eso suceda. Lampadia




Los albores de un nuevo mundo signado por divergencias

Los albores de un nuevo mundo signado por divergencias

La semana pasada publicamos, China abandona la posibilidad de vivir en democracia –Xi Jinping transita hacia el poder eterno, análisis en el que describimos la evolución del gobierno chino y los riesgos que ahora presenta para la humanidad. Después de nuestra publicación, dimos con el análisis de The Economist, que encontramos particularmente asertivo y profundo.

The Economist dice sin rodeos ni palabras edulcoradas, que: El pasado fin de semana China pasó de la autocracia a la dictadura”, y que occidente (incluido The Economist) fracasamos en nuestra esperanza de que China pasara, desde su integración a la economía global, a la democracia. Ver artículo líneas abajo.

De ello, solo podemos concluir, que el escenario geopolítico global ha cambiado para peor, sin aparentes posibilidades de corrección. Si sumamos el nuevo liderazgo chino, la cada vez más amenazante conducción de Rusia por Putin, y el estilo y acciones de Trump, desde EEUU, tenemos que entender que estamos en los albores de un mundo nuevo, con grandes incertidumbres sobre su evolución, un siglo XXI que nadie esperaba.

Poco a poco nos acercamos a un escenario que apuntaría a un ‘Segunda Guerra Fría’, agravada por la ausencia de los protocolos que permitieron que, durante la Primera Guerra Fría, que acabó con el colapso del imperio soviético, se pudiera evitar el estallido de un conflicto entre las grandes potencias. Lamentablemente, hoy todo está cambiando muy rápido, hace tres semanas, publicamos en Lampadia un análisis de The Economist, que destacaba ‘El peligro de una guerra entre grandes potencias’.

El deterioro de la geopolítica global

En el caso de China, incluso antes del anuncio de que Xi para tomar el poder indefinidamente, indefinidamente, ya había ordenado al ejército chino que contrarrestara al Pentágono con su propia modernización aérea, marítima, espacial y de armas cibernéticas, en parte en respuesta a los planes de Trump para revitalizar las fuerzas nucleares estadounidenses.

Por su lado, este jueves pasado, el presidente ruso Vladimir Putin se ufanó de su nuevo arsenal de armas nucleares de última generación durante su discurso sobre el estado de Rusia. Las armas incluían drones subacuáticos y misiles de crucero con capacidad nuclear, ambos diseñados para evadir los sistemas de defensa de misiles de EEUU. Esto marca un avance tecnológico que aumentaría drásticamente la capacidad militar de Rusia e impulsaría la posición global del Kremlin. Ver nota informativa de El Comercio, líneas abajo.

En la Asamblea Federal de Rusia, Putin mostró el video de un hipotético ataque con ojivas nucleares a EEUU, al club privado de Trump en Palm Beach Florida. (Fuente: Matt Novak)

El discurso del mandatario ruso fue interpretado en Washington como una clara advertencia, sobre todo después de que el Pentágono presentara en enero su nueva Estrategia de Defensa Nacional (NDS), en la que señalaba a Rusia como una amenaza emergente.

En los últimos años, Rusia utilizó la fuerza armada para apoderarse, ocupar y anexar Crimea, en un proceso que viola el principio fundamental del derecho internacional que afirma que las fronteras no pueden ser cambiadas por la fuerza. Putin sigue utilizando medios militares o encubiertos contra Ucrania, Georgia y parte de los Balcanes. Además, emplea la fuerza militar de manera particularmente brutal en Siria, para apuntalar el régimen amigo de Bashar al-Assad.

En cuanto a EEUU, en varias declaraciones de política recientes: el discurso sobre el estado de la unión, la estrategia de defensa nacional, la estrategia de seguridad nacional y la revisión de la postura nuclear, el presidente de EEUU, Donald Trump, ha sugerido que China, junto con Rusia, son rivales importantes que, junto con regímenes rebeldes y órganos terroristas, “cuestionan la economía, los intereses y los valores de EEUU.”

Mucho para reflexionar y entender en qué mundo vivimos. Para ver qué estrategia desarrollamos en el Perú, para hacer lo mejor para nuestros ciudadanos, especialmente, para nuestros pobres.

Veamos la reflexión de The Economist y el reciente artículo de El Comercio sobre Rusia:

1.   Cómo Occidente malinterpretó a China

El Occidente apostó a que China se dirigiría hacia la democracia y la economía de mercado. La apuesta ha fallado.

The Economist
1 de marzo, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

El pasado fin de semana China pasó de la autocracia a la dictadura. Fue entonces cuando Xi Jinping, hizo saber que cambiará la constitución de China para que pueda gobernar todo el tiempo que elija y, concebiblemente, de por vida. Esto no es solo un gran cambio para China, sino también una fuerte evidencia de que la apuesta de 25 años de Occidente por China ha fracasado.

Después del colapso de la Unión Soviética, Occidente dio la bienvenida al siguiente gran país comunista en el orden económico global. Los líderes occidentales creían que darle a China un interés en instituciones como la Organización Mundial del Comercio (OMC) lo vincularía al sistema basado en las reglas establecidas después de la Segunda Guerra Mundial. Esperaban que la integración económica alentaría a China a evolucionar hacia una economía de mercado y que, a medida que se hicieran más ricos, su gente anhelaría libertades democráticas, derechos y el estado de derecho.

Fue una visión digna, que este periódico compartió, y era mejor que aislar a China. China se ha enriquecido más de lo que nadie imaginó. Xi ha orientado la política y la economía hacia la represión, el control estatal y la confrontación.

Xi ha utilizado su poder para reafirmar el dominio del Partido Comunista y de su propia posición dentro de él. Como parte de una campaña contra la corrupción, ha purgado potenciales rivales. Ha ejecutado una reorganización radical del Ejército de Liberación del Pueblo (ELP), en parte para asegurar su lealtad al partido, y a él personalmente.

China no solía manifestar ningún interés en cómo se manejan otros países, siempre y cuando la dejen en paz. Cada vez más, sin embargo, mantiene su sistema autoritario como rival de la democracia liberal. En el 19º congreso del partido el otoño pasado, Xi ofreció “una nueva opción para otros países” que involucraría “la sabiduría china y un enfoque chino para resolver los problemas que enfrenta la humanidad”. Más tarde, Xi dijo que China no exportaría su modelo, pero siente que Estados Unidos ahora no solo tiene un rival económico, sino también ideológico.

La apuesta para incrustar mercados ha sido más exitosa. China se ha integrado a la economía global. Sin embargo, China no es una economía de mercado y, en su curso actual, nunca lo será.

China adopta algunas reglas occidentales, pero también parece estar elaborando un sistema paralelo propio. Por ejemplo, la Iniciativa Belt and Road, que promete invertir más de $ 1,000 millones en los mercados en el extranjero, en última instancia, empequeñeciendo el plan Marshall.

Y China usa a las empresas para enfrentar a sus enemigos. Busca castigar a las empresas directamente y el comportamiento de los gobiernos que lo contraríen.

Este “poder agudo” en el comercio es un complemento al poder duro de la fuerza armada. Aquí, China se comporta como una superpotencia regional decidida a expulsar a EEUU del este de Asia.

¿Qué hacer? Occidente ha perdido su apuesta por China, justo cuando sus propias democracias están sufriendo una crisis de confianza. El presidente Donald Trump vio temprano la amenaza china, pero la concibe principalmente en términos del déficit comercial bilateral, que no es en sí mismo una amenaza. Por mucho que proteste Trump, su promesa de “Hacer que Estados Unidos sea grandioso otra vez” huele a una retirada al unilateralismo que solo puede fortalecer la mano de China.

Lo que Trump necesita es modificar el alcance de la política de China. China y Occidente tendrán que aprender a vivir con sus diferencias. Acomodarse con su la mala conducta, con la esperanza de que mañana el enganche de China haga que mejore no tiene sentido. Cuando por más tiempo se acomode Occidente (a regañadientes) a los abusos de China, más peligroso será desafiarlos más tarde. En todas las esferas, por lo tanto, las políticas deben ser más estrictas.

Para contrarrestar el poder de China, las sociedades occidentales deberían tratar de resaltar los vínculos entre fundaciones independientes, incluso grupos de estudiantes, y el estado chino. Para contrarrestar el uso indebido del poder económico de China, Occidente debería controlar las inversiones de las empresas estatales y, con tecnologías sensibles, de empresas chinas de cualquier tipo. Debe reforzar las instituciones que defienden el orden que intenta preservar. Durante meses, Estados Unidos ha bloqueado el nombramiento de funcionarios en la OMC. Trump debe demostrar su compromiso con los aliados de Estados Unidos al reconsiderar la membresía de la Alianza Transpacífico, como ha insinuado. Para contrarrestar el poder duro de China, Estados Unidos necesita invertir en nuevos sistemas de armas y, sobre todo, asegurarse de que se acerca a sus aliados, quienes, atestiguando la resolución de China, naturalmente buscarán a Estados Unidos.

La rivalidad entre las superpotencias reinantes y en ascenso no tiene por qué conducir a la guerra. Pero la sed de poder de Xi ha aumentado las posibilidades de una inestabilidad devastadora. Es posible que algún día intente reclamar la gloria al retomar Taiwán. Y recuerden que China limitó el mandato de sus líderes para que nunca más tuvieran que vivir el caos y los crímenes del ‘gobierno de un solo hombre’ de Mao. Una dictadura poderosa, pero frágil, no es donde se suponía que debía conducir la apuesta de China occidental. Pero ahí es donde terminó.

2Putin se jacta de una fuerza militar invencible

El Comercio, 02 de marzo de 2018
Redacción Mundo
Glosado por Lampadia

A poco más de dos semanas de unas elecciones presidenciales que está seguro de ganar, el mandatario Vladimir Putin prometió ayer a los rusos mejorar su nivel de vida y se jactó de las capacidades militares del país, mostrando una síntesis de imágenes de nuevas armas ‘high tech’.

El discurso anual del presidente ruso ante el Parlamento sentaría las bases de sus prioridades, sobre todo económicas y sociales, para su próximo mandato que llegaría hasta el 2024.

Pero luego de prometer medidas de lucha contra el cáncer y la pobreza, para mejorar la red de carreteras o la creación de más plazas en las guarderías, Putin pasó revista durante casi una hora –la mitad de su discurso– a las últimas “armas invencibles” desarrolladas por Rusia, apoyándose en imágenes de síntesis, infografías y videos.

Presentando en desorden nuevos tipos de misiles de crucero, mini submarinos a propulsión nuclear e inclusive un arma láser “sobre la cual es muy pronto para brindar sus detalles”, el jefe de Estado fustigó la actitud de los occidentales hacia Rusia.

“Nadie quería hablarnos, nadie quería escucharnos. ¡Escúchennos ahora!”, lanzó, provocando una larga ovación de los cientos de altos funcionarios y parlamentarios reunidos en un edificio histórico cercano al Kremlin.

Afirmó que el misil crucero probado a fines del año pasado tiene un alcance “prácticamente ilimitado”, alcanza gran velocidad y puede penetrar en cualquier sistema antimisiles.

Aseguró que el dron submarino de alta velocidad también tiene un rango “intercontinental” y capacidad para transportar una cabeza nuclear que podría alcanzar tanto a portaaviones como instalaciones costeras. Dijo que su profundidad operativa y alta velocidad lo harían inmune a la interceptación enemiga.

 

Añadió que aún no han sido bautizados el misil crucero nuclear –“que atacaría como un meteorito o una bola de fuego”–y el dron submarino, pero sugirió al Ministerio de Defensa que convocase a un concurso nacional para elegir los mejores nombres.

Subrayó los progresos logrados a pesar de las sanciones occidentales impuestas a causa de la crisis ucraniana, sobre todo en el sector de la defensa: “Todo lo que ustedes han intentado para molestar, impedir, bloquear a Rusia no ha tenido éxito. Todos los trabajos de refuerzo de la capacidad defensiva de Rusia han sido realizados y lo siguen siendo”.

Negando alimentar cualquier carrera armamentista, el presidente presentó los esfuerzos de Moscú como una respuesta a la actividad militar estadounidense. Por lo tanto, Rusia “no amenaza a nadie”, no hay “ningún plan para utilizar este potencial de manera ofensiva”, indicó Putin.

Este discurso militarista tiene lugar en momentos en que las relaciones entre Rusia y los países occidentales están en su peor nivel desde la Guerra Fría, con los desacuerdos sobre Ucrania y Siria y la injerencia en los procesos electorales extranjeros como telón de fondo. Lampadia




Xi Jinping transita hacia el poder eterno

En una maniobra que tendrá importantes consecuencias para China y el resto del mundo, el Partido Comunista Chino ha propuesto una enmienda constitucional que pone a Xi Jinping a cargo indefinidamente.

¿Cómo funciona el gobierno chino?

Xi Jinping es la figura más poderosa del sistema político de China, su influencia proviene principalmente de su posición como secretario general del Partido Comunista de China y lider del comité permanente del Politburó de siete miembros. Mientras que en teoría se toman decisiones por consenso, Xi es el líder absoluto y con sus allegados manejan el comité permanente.

Cambios en el número de mandatos

Hasta ahora, el secretario general tenía derecho a servir un máximo de dos mandatos consecutivos. Una norma constitucional fijada por Deng Xiaoping, para evitar el gobierno de una sola persona y el endiosamiento de Mao Zedong. La eliminación de  esta disposición se considera como una medida para garantizar que el actual presidente, Xi Jinping, permanezca en el cargo más allá de 2023, sin límite alguno.

No se puede negar que, desde que asumió el primer puesto en la jerarquía política china en 2012-13, Xi ha consolidado el poder de manera constante. En los últimos cinco años, la purga masiva contra la corrupción de Xi capturó a más de un millón de funcionarios, militares y políticos. Convenientemente, la unidad de soborno también barrió a la mayoría de los rivales potenciales de Xi, dándole una mano libre para sellar su autoridad en el sistema de partido y estado. Puede haber dos razones para esta movida: o el mismo Xi tiene miedo de ser purgado o simplemente el sistema chino ha seguido su curso.

Consecuencias para el mundo

El Perú, y el mundo, solo pueden ver esto con una sensación de recelo. China se ha convertido en un referente de la globalización para el mundo. Durante tres décadas creció a un promedio de 10% anual. Cuando tuvo que reorientar su economía al consumo interno, desde las inversiones y exportaciones, sorprendió por su armonía. Ahora se consolida como la economía que pronto será la más grande del mundo. A medida que Xi consolida el poder en sus manos, puede que el liderazgo de China se torne más arbitrario y conflictivo.

Este peligroso proceso en China, se suma a la entronización de Putin en el poder absoluto en Rusia, configurándose una sustancial complicación de la geopolítica global de los próximos años.

En Lampadia consideramos que esta noticia es de mucha importancia, por lo que líneas abajo compartimos algunos elementos de tres artículos importantes.

I. China abre la ruta para “eternizar” a Xi Jinping y convertirlo en el Mao del siglo XXI

Alejandro Tapia
26 Feb 2018
La Tercera de Chile
Glosado

En octubre pasado, durante el XIX congreso quinquenal del Partido Comunista chino (PCch), Xi Jinping fue elevado a la altura de Mao Zedong después de que su nombre fuera incluido en los estatutos del partido por su “pensamiento para la nueva era del socialismo con características chinas”. Pero ahora, el PCch dio un paso más allá, al proponer eliminar el límite de dos mandatos consecutivos, lo que en estricto rigor, podría “eternizar” a Xi, quien tendría el camino despejado para extender su mandato mucho más allá del año 2023, cuando expira su gestión de 10 años.

Willy Lam, de la Universidad china de Hong Kong, citado por France Presse, habla de que Xi logró su propósito: “Creo que se va a convertir en emperador vitalicio y en el Mao Zedong del siglo XXI”.

En octubre pasado también quedó conformada la nueva estructura del Comité Permanente del Politburó, el organismo más importante después del Secretario General (Xi Xinping). Además de Xi, está compuesto por otros seis dirigentes chinos. A excepción del premier Li Keqiang y de Wang Yang, considerado uno de los principales reformadores en el liderazgo chino, que responden a la facción del ex Presidente Hu Jintao, el resto forma parte del círculo de Xi.

Según el diario The New York Times, en lo que podría ser otro quiebre de la tradición, Wang Qishan, quien ha encabezado la lucha contra la corrupción y las “deslealtades” partidistas, podría regresar en gloria y majestad como Vicepresidente.

“Desafortunadamente, esto significa que China, al igual que la Unión Soviética en su momento, no ha podido resolver el problema de la sucesión institucionalizada. Las posibles ramificaciones para el mundo son enormes”, advirtió el experto Jude Blanchette, citado por el diario The Washington Post.

II. Xi Jinping, Presidente de China, sorprende a sus rivales con un plan para eliminar el límite de términos

Por Tom Mitchell en Singapur y Charles Clover en Beijing
Financial Times
25 de febrero, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Cuatro meses después del histórico congreso del partido comunista chino, el presidente de China ha demostrado que aún puede “conmocionar y atemorizar” a sus rivales políticos.

Después del caos de la Revolución Cultural, el límite de dos mandatos para la presidencia y vicepresidencia fue escrito en la constitución estatal de China por Deng Xiaoping, quien quería evitar un retorno a los excesos del gobierno de un solo hombre, como el experimentado bajo Mao Zedong.

La voluntad de Xi de romper las normas establecidas también puede reflejarse en lo que le sucede a Wang en la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional la próxima semana, y lo que le sucede a Zhou como gobernador del banco central.

Wang, de 69 años, fue uno de los cinco miembros del organismo más poderoso del partido, el Comité Permanente del Politburó, en renunciar, siguiendo con la tradición del partido que indica que nadie de 68 años o más debería ser nombrado para un nuevo mandato de cinco años.

Sin embargo, en enero, Wang fue nombrado oficialmente delegado del NPC, lo que lo hizo elegible para un alto cargo en el gobierno. Las personas cercanas a los círculos políticos chinos dicen que lo más probable es que sea nombrado vicepresidente y se le otorgue una responsabilidad especial por la estrecha relación de China con Estados Unidos.

Xi también parece estar listo para entregar la responsabilidad diaria de asuntos económicos y financieros a uno de sus asesores más confiables, Liu He.

Liu ahora está en la línea para convertirse en viceprimer ministro y jefe de una comisión que supervisa los organismos reguladores financieros de China, incluido el banco central. Liu fue elevado al politburó en octubre, convirtiéndose en uno de los 25 funcionarios más poderosos del partido.

Ni el nuevo trabajo de Wang ni el de Liu serán confirmados oficialmente hasta que concluya el NPC a mediados de marzo.

III. El poder de Xi significa que China es vulnerable a los caprichos de un hombre

Por Martin Wolf
Financial Times
27 de febrero de 2018
Traducido y glosado por Lampadia

A veces, un anuncio tiene éxito en ser no sorprendente e impactante. Hacía mucho tiempo que era evidente que el chino Xi Jinping no abandonaría (de hecho, no podría) el poder. E incluso si quisiera irse, algo que parece poco probable, ha creado demasiados enemigos, especialmente a través de su campaña anticorrupción.

Sin embargo, el anuncio de que el límite de dos mandatos para la presidencia va a desaparecer, sigue siendo impactante. Lo que parecía probable ahora es un hecho. Xi descartó el intento de Deng Xiaoping de institucionalizar los controles sobre el poder de los líderes de China.

Ahora se parece un poco al “Putinismo con características chinas”.

¿Cómo se justifica este paso trascendental, el de colocar a un hombre en el control absoluto de una superpotencia en ascenso por un futuro indefinido? Curiosamente, no se justifica. El autoritario periódico People’s Daily declara: “La enmienda es un movimiento vital, hecho a partir de la experiencia a largo plazo del partido y el país, para mejorar las instituciones y los mecanismos mediante los cuales el partido y el país ejercen liderazgo”.

El retroceso de un liderazgo colectivo a la autocracia niega las esperanzas de todos aquellos que creían que una China en rápido desarrollo se movería hacia la democracia como, digamos, Corea del Sur en los años ochenta. Hoy, las únicas autocracias ricas son exportadores de petróleo. Singapur puede ser visto como una democracia “guiada”.

¿Podría el creciente poder de Xi amenazar ese aumento? Posiblemente. La autocracia expone a un país a los caprichos desenfrenados de una persona. A medida que los años se convierten en décadas, con demasiada frecuencia ese poder concentrado se ha agriado, a medida que la regla se aleja cada vez más de la realidad.

Putin comenzó como un reformador económico, pero ahora ha creado una cleptocracia estancada. El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente.

Esto también ignora las cualidades morales de la democracia como un sistema político que reconoce la dignidad de los individuos como ciudadanos con derecho a actuar en la esfera pública, así como en una capacidad privada.

Sin embargo, por mi parte, sigo apegado al dicho de Winston Churchill de que “Nadie pretende que la democracia sea perfecta o totalmente sabia. De hecho, se ha afirmado que la democracia es la peor forma de gobierno, con la excepción de todas aquellas otras formas que han sido intentadas alguna vez”. Al final, mientras una democracia siga siendo democrática, con elecciones libres y razonablemente justas, la mayoría los líderes mal equipados o desgastados pueden ser removidos pacíficamente. Eso es invaluable.

Este cambio hacia el gobierno de un solo hombre por tiempo indefinido en China, en el marco de un partido comunista omnipresente, significa que estamos, una vez más, en una era de competencia de sistemas, entre democráticos y, aunque parezca extraño (y, de hecho, lo es), capitalismo comunista.

Lampadia




Uno de los mejores ministros de economía de nuestra historia

Hace pocos días llegó a nuestras manos una entrevista icónica a Pedro Beltrán, el hombre que recuperó nuestra economía de una de sus peores crisis económicas, la que revirtió mediante la aplicación de un programa ortodoxo de liberalización económica. Beltrán fue un visionario que se adelantó a su tiempo, con las ideas que algunos años después, marcarían el marco de recuperación de muchos países en el mundo, desde el Reino Unido hasta Chile, desde Polonia y la República Checa hasta China, entre muchos otros.  

1978:  Segunda Fase de la Dictadura Militar
Bajo la presidencia del General Francisco Morales Bermúdez

César Hildebrandt, entonces de unos 30 años, entrevistó para la revista Caretas (Nº 538, 1978), a don Pedro Beltrán, ya de 80 años, ex Ministro de Economía en el gobierno de Manuel Prado, entre 1959 y 1961, y ex Director del Diario La Prensa. Beltrán acababa de volver al Perú luego de su destierro, la expropiación de sus bienes y la captura de La Prensa, por orden del dictador Velasco.

Cuando Manuel Prado llamó a Pedro Beltrán, su principal opositor desde el diario La Prensa, para ofrecerle el cargo de ministro, la economía peruana sufría de las típicas crisis creadas por desajustes acumulados por políticas populistas. Después de pensar sobre el encargo, Pedro Beltrán tras haber puesto por escrito sus condiciones para asumir el cargo, regresó a conversar con Prado. Prado, en un acto de brillantez política y gran sentido de la realidad, tomó el escrito de Beltrán, lo guardó en su bolsillo sin leerlo y le dijo al nuevo ministro de economía: “Aceptadas”.

Beltrán resolvió la crisis liberalizando la economía, suprimiendo el control de precios, el control de cambios, eliminando los subsidios, y parando la ‘maquinita’, la emisión inorgánica de billetes. Las medidas ortodoxas de Beltrán llevaron la economía a un crecimiento del PBI de 9.1% entre 1960 y 1962.

Lamentablemente, el Perú no aprendió de la visión de Pedro Beltrán y poco tiempo después iniciamos nuestros peores 30 años en términos de desarrollo económico y social, 30 años en los que en el Perú se apagaron las luces, nos alejamos de la historia global y solo a partir de 1990, ya como ‘Estado Fallido’, empezamos a ‘enmendar entuertos’. Para nuestros jóvenes, que no fueron testigos de aquellos tiempos, mostramos los hitos de gobierno hasta el inicio de la recuperación de nuestra economía:

  • 1962: Termina gobierno de Manual Prado. Elecciones y golpe de Estado
  • 1963: Elecciones y presidencia de Fernando Belaunde Terry
  • 1968: Golpe militar e inicio de dictadura bajo Juan Velasco Alvarado
  • 1975: Golpe militar e inicio de segunda fase de dictadura bajo Francisco Morales Bermúdez
  • 1978: Elecciones de Asamblea Constituyente
  • 1980: Elecciones y segunda presidencia de Fernando Belaunde Terry
  • 1985: Elecciones y presidencia de Alan García Pérez
  • 1990: Elecciones y presidencia de Alberto Fujimori Fujimori
  • 1993: Plebiscito aprueba Constitución de 1993, inicio de la recuperación

Veamos la entrevista:

Cuando Pedro Beltrán le respondió a Hildebrandt

Paul Laurent
Odiseo en Tierra
12 de setiembre del 2012

Usted se expresa como uno de los más nostálgicos defensores de la democracia en el Perú. Esto resulta extraño en alguien que, como usted, hizo todo lo posible por frustrar el experimento democrático de Bustamante. ¿No hay una contradicción entre el Beltrán de hoy y el de antes?

¡Nunca tuve nada que ver con una intentona de revolución! ¡Nada! Me han achacado eso toda la vida…

¿Y por qué se lo achacaron?

Usted es muy inocente si cree que los políticos son incapaces de achacar algo que no es exacto. Yo lo creía más experimentado… Usted es todavía joven…

Y usted se opuso a Bustamante…

Eso es otra cosa…

Y usted alentó el golpe de Odría…

¡Yo no he alentado nada! Yo en eso no transijo con nadie, oiga usted. Pero también tiene que ver lo que pasó con Odría. Nadie hizo tanto para que Odría no se quedara como los de La Prensa. Y digo «los de La Prensa» porque yo era director, pero todo el personal pensaba lo mismo.

Eso se le reconoce, pero eso fue después de que La Prensa alentara una subversión contra Bustamante.

¿Contra Bustamante? No. No.

¿No es cierto que el desabastecimiento que padeció Lima durante el régimen de Bustamante se debió también a que dueños de fundos, como usted, provocaron una escasez artificial?

¿Escasez de qué?

De productos de pan llevar, por ejemplo.

No era nada parecido a lo que está sucediendo ahora. Es lo que más me ha impresionado al llegar aquí. Las quejas de todo el mundo sobre los precios. Precios que están por las nubes, calculando con lo que han sido siempre. Yo recuerdo cuando, en tiempos de Odría creo que fue, las papas subieron a 4 soles. Y hoy alguien me dijo que las papas cuestan —espero que sea cierto, pues no he ido al mercado a cerciorarme— 16 y 18 soles. Cuatro veces y media más…

Lo que creo francamente es que usted representa una corriente política para la cual la democracia es buena hasta donde sirve a sus intereses. Pero cuando deja de servir para esos intereses esa democracia puede ser sustituida inclusive por una autocracia como la de Chile. ¿Estoy equivocado o no?

A usted se le pueden ocurrir muchas ideas que no tienen ninguna base, como esta. Toda mi vida he sido lo contrario. Pero si a usted se le ocurre eso, qué voy a hacer…

Usted plantea que los diarios están mal…

¿Que el diario está mal?

Que los diarios están mal, que la prensa diaria está mal. Que no hay pluralismo, que no hay libertad de expresión, lo que me parece correcto. Pero le pregunto a usted: En La Prensa, que usted dirigió, ¿hubo libertad de expresión para la gente de izquierda?

¡Cómo no la iba a haber! Había libertad de expresión para quien quería darse el trabajo de escribir algo para publicar. El que quería sacar una publicación la sacaba y no tenía ninguna dificultad. La Prensa no era yo. Yo era la cabeza de turco de La Prensa. Pero había muchos periodistas que tenían sus ideas y las sostenían muy bien…

Como Sebastián Salazar Bondy…

Y la primera, oiga usted, la primera cosa que hubo para la salida de Odría fue un famoso documento —quizás usted lo recuerde, con 111 firmas— que salió de La Prensa, pidiendo elecciones. Y al final se salió de Odría, sin dispararse un solo tiro.

Usted es extraordinariamente hábil e inteligente, y esa habilidad e inteligencia le permiten evadir olímpica- mente mis preguntas. Cosa a la que estoy acostumbrado, relativamente. Pero me parece realmente un abuso de parte suya que usted no me responda lo que le acabo de preguntar. Yo le estoy preguntando si en La Prensa que usted dirigió hubo o no libertad de prensa para la gente que pensaba distinto, la gente de izquierda…

La Prensa no era sino uno de los tantos periódicos. La libertad significa que un periódico pueda sostener lo que quiera. Eso es lo que es libertad de prensa. Y eso lo había entonces. Pero donde veo que usted no me conoce en lo menor es donde me dice que soy hábil, inteligente. Es todo lo contrario. Carezco de todas esas cualidades. El día que usted me conozca un poco más, con franqueza me va a decir: «Qué razón tenía usted cuando me dijo ese día que no era ni inteligente ni hábil».

¿Es que la política peruana está tan devaluada que las personas que no tienen nada de habilidad ni de inteligencia se pueden convertir en personajes?

Si yo fui personaje, debe ser así.

Usted fue un hombre poderoso, importante, símbolo de un sector de poder. Usted fue uno de los más notoriamente perjudicados con el proceso de reformas del general Velasco. ¿Eso no ha producido en usted una suerte de resentimiento?

Quizás usted será así. Yo no lo soy. Lo que me da mucha pena es ver que el pobre Perú, mi Perú, mi patria, no tenga siquiera libertad de prensa. Eso sí es algo que da pena. Porque hay que remontarse a tiempos de Luis XIV, que decía «El Estado soy yo»… entonces resulta que aquí también la prensa pertenece a los que están en el gobierno. Y eso hace perder toda credibilidad, porque, como muy bien dijo el señor Morales Bermúdez cuando, recién asumida la jefatura de la junta, habló de la transferencia de los diarios a esas llamadas comunidades, o asociaciones: «Con el estatismo los periódicos terminan en la adulación». Es verdad. El lo dijo y creo que esta vez tuvo razón.

¿No hay nada que usted haya hecho de lo cual esté arrepentido? ¿O cree que todo lo hizo bien?

Yo todo lo hice mal. Lo único que puedo decir es que lo hago con sana intención. Yo me he equivocado muchas veces en la vida. No soy tan tonto como para creer que nunca me equivoco.

Usted es un testigo viviente de un largo período en la historia del Perú. ¿Cuál cree que fue el período más importante para el país en los últimos 60 años?

A mí me parece que el período más importante es aquel al que todos deberíamos esperar regresar. Y fue cuando, al término de la Coalición, el año [18]95, en lugar de poner a un dictador, Piérola se lanzó y, naturalmente, fue elegido, porque era el hombre que había encabezado el levantamiento general contra los cuarteles. De ahí se siguió con elecciones, había libertad absoluta para todos. Esa fue una época dorada para el Perú. Lo principal es que haya libertad. Pero libertad efectiva. Es una lástima que desde entonces las cosas hayan caminado tan distintamente, con ciertas excepciones.

¿Qué es lo que más le reprocharía al régimen de Velasco?

Que fuera un dictador…

¿Y tuvo alguna virtud?

Es difícil encontrar una… Usted sí la habrá encontrado, por la pregunta que me hace.

Insisto: ¿Tuvo alguna virtud?

Y yo le contesto: ¿Y usted la ha encontrado?

Pero está evadiendo mi pregunta.

Pero yo también puedo preguntar.

Bueno, le contesto: Sí, tuvo la virtud de sacudir a este país de una casta de poder que había retrasado su avance social y económico. Ya le contesté, don Pedro. Ahora, dígame, ¿usted cree que eso constituyó una virtud de Velasco?

¿Y usted considera que es una buena cosa que el costo de vida esté como esté?

No, por supuesto.

¿Y entonces? ¿Por qué eso? ¿Quién lo hizo? Quien inició todo fue Velasco. Y eso es lo más serio. Porque encarecer el costo de vida es hacer caer el peso de la tributación sobre el que menos tiene. Eso hay que tenerlo en cuenta. Aquí consideran que eso no hay que tomarlo en consideración. ¡Cómo que no hay que tomarlo en cuenta! Hay gente que apenas tiene para comer. ¿Qué hace cuando suben los precios? Eso sí que es un crimen. Y, sin embargo, en eso estamos desde que entró Velasco.

Pero cuando usted fue ministro de Hacienda hubo alzas, dolorosas alzas, ¿verdad?

¡Mentira!

¿Me quiere decir que no hubo una sola alza?

No. Usted está en las nubes. ¿O usted pone preguntas porque cree que me va a impresionar? Yo respondo la verdad. Cuando Prado me llamó era precisamente porque estaba subiendo el costo de vida. Había malestar, incluso ya comenzaban a hablar de un golpe. Prado me llamó y me dijo: «Mira, tú estás contra la revolución. Yo te llamo porque lo que está ocurriendo es muy serio. Lo que está pasando es que el costo de vida está subiendo. Si esto sigue así, alguien va a dar un golpe. Tú entiendes de la cuestión económica… ». Yo lo pensé y la verdad que… Entonces él me decía: «Dime de otra persona que entienda de esto». Muy bien. Entonces regresé y acepté y me dediqué auna cosa: Que el costo de vida no siguiera subiendo. Yo creí que eso iba a demorar más de un año. En mi primera intervención en la Cámara dije que no llegaríamos a dos años antes de que el costo de vida ya se hubiese estabilizado. Me equivoqué. Fue a los nueve meses que cesó de seguir subiendo. Pero, eso sí: Se hizo con estrictez, sin consideraciones, sin favores, sin permitir que todo el mundo metiera la mano.

Es decir, que durante los primeros nueve meses de su gestión hubo alzas.

Sí, porque eso no se puede parar de golpe. Parece que usted no entiende de…

Usted sí entiende, ¿verdad?

Toda mi vida no he hecho sino estudiar estos asuntos.

Bueno, le pregunto entonces a un entendido: ¿Cómo ve la solución para la crisis económica actual [1978]?

A mi me parece que usted pone mal la pregunta. Lo que usted quiere decir es a qué se debe la inflaciónAsí entiendo yo su pregunta. Si usted sabe a qué se debe, entonces sabrá cómo se paraliza. La inflación es el resultado de imprimir billetes. Eso en una época se llamaba «la maquinita». No sé si usted se acuerda. Usted es muy joven. Ahora se llama «programa de los medios de pago». Ya no pronuncian la palabra billete. Bueno, es verdad que este es un fenómeno general. Aunque hay, por lo menos, una excepción. En Suiza —nadie habla de Suiza porque es un buen ejemplo—, el último índice de costo de vida, que creo que es de diciembre, había bajado de un décimo de uno por ciento. Y en cuanto a los desocupados, en lugar de ser 27,323 eran 22,432. ¡En todo el país! Entonces, usted ve que hay cómo impedir el alza del costo de vida. Eso que dicen que se debe a lo que pasa en el mundo, esun disparate. Lo que se debe al alza del costo de vida es la inflación que se da en tantos países, en unos más que en otros. Nosotros, desgraciadamente, estamos haciendo una inflación en gran escala. Y aquí no se sabe cuál es el monto real de las emisiones de billetes. Antiguamente, cuando había libertad de prensa en el Perú, en La Prensa publicábamos todos los meses un diagrama con la cantidad de billetes en circulación. De manera que ahí se veía inmediatamente cuándo aumentaban las emisiones. Ahora ni se informa, ni se opina, ni se critica. Imagínese que el último boletín del Banco de Reserva es de julio del año pasado. ¿Cómo quiere que el país sepa lo que está pasando? Que informen. Esta es nuestra tierra. Y el Banco Central de Reserva es de los peruanos.

¿Usted cree que sólo la emisión inorgánica de billetes sea la causa de todo?

Claro.

¿Sólo eso?

Claro. Lo hicimos cuando Prado.

O sea que la solución es parar la emisión de billetes.

Pero no así, pues. Para cortar la emisión de billetes es preciso también cortar el dispendio, el gasto innecesario, el gasto que es posible no hacer. En su casa, su señora se quejará cuando los precios suben. Y usted tiene que producir más dinero. Ella no puede emitir billetes y usted tampoco. Pero con el gobierno no pasa eso. El gobierno comienza por gastar más que las entradas. Y después viene el problema: ¿De dónde sacar la plata? ¿Poner impuestos?… (y creo que éstos han puesto ya bastantes). Pero eso trae el problema de que la gente se queja. Por el contrario, la maquinita es algo que se ha inventado y que la mayoría de la gente no lo sabe. Y termina por destruir al país.

Si usted fuera mañana [1978] ministro de Economía, ¿cuál sería la primera medida que tomaría?

Bueno, felizmente puedo estar seguro de que nadie me va a pedir que ocupe ese cargo. Y lo digo porque debe ser un verdadero dolor de cabeza. Un país en crisis es como un enfermo grave. Al enfermo grave hay que empezar a tratarlo por lo más urgente, por lo más vital. Eso es cortar el dispendio, cortar el gasto innecesario.

¿Y si yo le pido que me dé dos ejemplos de dispendio?

Si le digo dos, no le digo nada. Tendría que darle doscientos y ponerme a escribir todo. Un gobierno no puede… Por eso yo siempre digo que las amas de casa son los verdaderos ministros de la economía familiar. Y si usted les pregunta qué cortarían, ellas sabrían qué contestar. Esto es lo mismo. No puede seguir gastándose más que las entradas. En Alemania, después de la Primera Guerra Mundial, se pusieron a gastar como aquí y llegó el momento en que se iba à la plaza del mercado con carretillas llenas de billetes para comprar lo del día, porque no había billetes de muy alta denominación.

Hay quienes sostienen que la inflación no se debe exclusivamente a lo que usted llama maquinita, sino que hay una raíz estructural en el asunto. Es decir, un proceso de redistribución del ingreso, que suma para el consumo a determinadas capas, y se enfrenta a una rigidez histórica en la oferta de la producción alimenticia, ya constituye un factor inflacionario. No sólo eso: Hay quienes sostienen que un país como el nuestro tendrá que asumir la inflación como doloroso ingrediente de su desarrollo. El equilibrio óptimo del que usted habla significa sencillamente la parálisis del país. Brasil vive con inflación y no ha enfrentado ningún proceso de reformas…

Parálisis es la que tenemos ahora aquí. Parálisis es que la producción de la agricultura ha bajado y sigue bajando.

¿No hay entonces sino una explicación —la suya— para la inflación? ¿No es posible hablar de un problema estructural, vinculado al desarrollo?

¡Eso de estructural! Yo quiero que me explique qué es un problema estructural. Lo que está pasando ahora, no sé si es estructural pero es un problema muy serio para las amas de casa.

En eso estamos de acuerdo. Pero lo que yo quiero es llegar à la esencia de su pensamiento.

Ya lo he dicho. ¿Usted quiere que los precios suban? Póngase a imprimir billetes. Eso ha pasado en el Perú y en todas partes donde se ha hecho lo mismo. Pero es eso, de manera que todas esas expresiones… Usted está como los economistas, que siempre hablan para que no los entiendan.

Pero usted es un entendido, un economista…

Pero no soy tan técnico ni soy tan buen economista que sepa usar palabras que nadie entiende. A mí me preocupa que la plaza no cueste más. Cuando otros imprimen billetes y llaman a eso medios de pago, yo lo llamo maquinita. Yo no entiendo ese vocabulario. Yo estoy bien abajo…

Ese arte de subestimarse para que otros lo sobreestimen es muy peruano, y muy inteligente, pero…

Yo no quiero que usted me sobreestime, porque cuando me conozca bien me va a estimar en lo que valgo, que es muy poco… Pero le diré que es muy grata una conversación con usted. Porque usted permite y busca que uno conteste las cosas como son. A mí no me gusta usar palabras raras porque creo que muchos las dicen para impresionar; como decía alguien, «para impresionar a los indígenas».

Imagino que usted ha tenido tiempo para meditar sobre los partidos políticos del Perú, y tal vez habrá hecho una elección íntima. ¿O sigue siendo de los independientes?

En realidad no he tenido tiempo. No se olvide que sólo hace muy poco que estoy aquí. Y la información que tengo es únicamente de las personas con quienes converso. No se puede decir que me informo de los periódicos, porque éstos no están hechos para informar. Están hechos para no informar. Están hechos para cojudear.

Ese es un término que a usted le gusta, ¿no? Porque también lo emplea en su libro…

Mi lenguaje es el lenguaje de la chacra. Yo me crié en Cañete. Y las palabras que uso son las que me parecen que expresan mejor lo que quiero decir…

No, si yo no tengo nada contra esa palabra. En este caso, me parece precisa…

¡Muy bien! ¡Así que a usted le parece precisa! ¡Eso sí no me voy a olvidar!

Usted es un criollazo, don Pedro, y como buen criollazo es muy astuto. Pero le sugiero que no sea tan astuto porque se va a notar. Y el arte de la astucia consiste en que nadie repare en ella.

Fíjese, pues, el juego de palabras que me hace…

¿Por quién votaría usted?

¿Sabe lo que pasa?

¿Por quién votaría usted?

¡Cómo le voy a contestar si todavía nadie empezó su campaña! Sólo Haya hizo un discurso en la Plaza de Armas. Y después otro en lca. Oiga usted, ¿y ya entrevistó a Haya?

Sí.

¿Ahora?

No, ahora no.

Hay que hacerlo, tiene usted que hacerlo. No es aburrido estar con él.

Cuénteme algo de usted. Le voy a decir con franqueza que para mi generación usted sólo era un símbolo, alguien despojado de espesor humano, una figura geométrica…

Me fregó, ah, ¡carajo!… Figura geométrica.

Lo que quiero decir es que usted era demasiado una figura pública. Quisiera saber algo de usted. ¿Lee usted? ¿Qué lee?

Leo sobre todo cuestiones que están relacionadas con la economía.

¿Cuál es su autor preferido en economía? ¿Marx?

Marx es como Adam Smith.

¿Y Milton Friedman?

Ese es el número uno. Porque piensa en el ser humano como es y en las acciones de los gobiernos como son. Hay economistas, en cambio, que piensan que la felicidad de los hombres se da por teorías. Bastantes teorías hemos tenido ya aquí. Había eso que se llamaban principios…

¿Las Bases Ideológicas de la Revolución?

Las Bases Ideológicas de la Revolución. Que tal resultado, ¡carajo! ¡Si no hay ni pa” comer! ¡Y todavía dicen que si la Constituyente pone de lado algo de eso, la anulan, la botan! Milton Friedman es otra cosa. El dice que las cosas hay que juzgarlas por su resultado. El pasó por Chile y ahí se encontró con una serie de gente que había estu- diado en la Universidad de Chicago, que habían sido sus alumnos. Entonces, el les dijo: lo que hay que hacer es que los hombres actúen por sí mismos, que los lleven sus deseos de beneficio personal… No como Zimmermann, que es un San Francisco moderno. No había que aspirar a… ¿cómo le llaman?, lucro. El lucro es un crimen. Friedman dijo: ¿Cómo quieren ustedes que un pobre hombre, que sacan del cuartel, pueda manejar la economía? Tienen que hacerlo ustedes. Y lo que él dijo se empezó a aplicar. ¿Cuál es el resultado? Hasta hace un año y medio todos hablaban pestes de Pinochet. Ahora, están hablando de cómo están mejorando las cosas en Chile. Eso lo oye usted no sólo en Chile sino en Estados Unidos.

Para mucha gente, usted es el representante más neto de la derecha, de la reacción en el Perú. ¿Qué piensa de eso?

Con mi vulgaridad de chacra ya le iba a decir una palabra que no debo…

Dígala, nomás, don Pedro, vamos…

No me interesan las derechas ni las izquierdas. Me importan un caracol. Y no se dedican a hacer el bien a nadie. Yo lo que quiero hacer es el bien a la mayoría. A mí que me llamen reaccionario, de derecha, no me importa. Para hablar de política hay que hablar del bienestar de la gente, que es la medida de todo.

¿Cree usted que el régimen de Prado buscó el bienestar de las mayorías?

Infinitamente más que éste [El gobierno militar]. Es decir, no se compara. Nunca hemos estado en una situación como la de ahora [1978].

¿Usted cree que el gobierno de Manuel Prado fue un gobierno para el pueblo?

Infinitamente. ¡Va usted a comparar!

Claro que eso no fue para alguna gente.

¿Para qué gente?

Para los campesinos de Rancas, por ejemplo.

Yo no sé qué hacían los campesinos de Rancas. Pero sí sé que ahora la producción está bajando en toda la agricultura. Y eso afecta a todo el mundo.

¿Usted cree que la reforma agraria no era necesaria para el país?

¿A qué se refiere? ¿Al disparate que han hecho? Vaya usted a Italia y va a ver lo que es reforma agraria. Pero lo que han hecho aquí es un crimen. Yo toda la vida he sido partidario de la reforma agraria, pero eso significa que la tierra produzca más, que haya más alimentos. Aquí se han atrevido a dar la medida que debe tener cada chacra, como si la tierra fuera igual en todas partes. Eso revela una ignorancia absoluta…

¿Usted cree que la «revolución verde» podría sustituir á la reforma agraria?

No le llame reforma agraria a esto. Esto es el disparate  agrario.  La «revolución verde»  es vital en todas partes. Cerca de Manila se ha arreglado un centro técnico para hacer la «revolución  verde».  Han aumentado diez veces el rendimiento de la tierra.  Eso sí es bueno para la pobre gente…

Lampadia