1

La última línea no miente

La última línea no miente

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Si nos llevamos por la narrativa del gobierno y de la prensa adicta al mismo, la gran mayoría de periódicos radios y canales de televisión, el Perú debería estar superando con éxito la doble crisis de la pandemia, la sanitaria y la económica.

Lamentablemente, la realidad nos muestra todo lo contrario.

En cuanto a la crisis sanitaria, el Perú es el octavo país con peores resultados en el mundo. Ver los datos de Worldometer:

Fuente: Worldometer

En términos del impacto económico de la cuarentena, decretada a raíz de la pandemia, los resultados no pueden ser peores. Según el Banco Mundial, el PBI peruano caería en el 2020 12%, solo después de Belice (-13.5%) y de Maldivas (-13%). En Latino América tendríamos largamente el peor resultado, detrás nuestro estarían Brasil cayendo 8%; México, 7.5%; Ecuador, 7.4%; y Argentina, 7.3%. Nuestros otros socios de la Alianza del Pacífico caerían solo 4.9% Colombia y 4.3% Chile. Ver tabla del Banco Mundial:

Fuente: Banco Mundial

Estas cifras muestran una muy cruda realidad, tenemos los peores resultados imaginables, tanto en lo sanitario como en lo económico.

Por su lado el Consejo Fiscal ha producido un análisis de escenarios que confirman esta triste realidad.

A nivel global ve un rango de caída del PBI de 3.8 a 6.2%.

Para nuestros socios comerciales se ve una caída entre 3.5 y 6%.

Pero en cuanto a nuestro PBI, coincidiendo con previsiones del IPE, Macroconsult y Apoyo, el Consejo Fiscal muestra escenarios de caída que van de 10 a 20% para el 2020.

Los resultados fiscales se ven cayendo entre 5.4 y 9.9%.

Y nuestra deuda pública no financiera crecería el 2020 a 35.1 o hasta 41.8% del PBI, desde un 27% para el 2019.

Fuente: Consejo Fiscal – Informe N° 004-2020-CF
Análisis de escenarios macroeconómicos y sus efectos en las cuentas fiscales ante el COVID-19

Estos resultados no son casuales. Son producto de decisiones de gobierno, tanto en lo sanitario como en lo económico.

Para empezar, el gobierno rechazó el apoyo del sector privado, de las iglesias y de las Fuerzas Armadas, en diferentes instancias. Los problemas se trataron a puerta cerrada con un complejo de Superman, como dice Fernando Cillóniz.

En lo sanitario no se tomaron previsiones oportunas para el abastecimiento de pruebas moleculares, las únicas efectivas. No se entendió la naturaleza de las condiciones de vida de buena parte de la población que se gana el pan día a día, y se abastece de comida dos o tres veces por semana.

Además, se restringieron horarios de atención y se establecieron paralizaciones que generaron congestiones y, por lo tanto, se multiplicaron los contagios.

En lo económico se tomaron decisiones planas cerrando todas las regiones, incluso las que no tenían amenaza de contagios; y se cerraron todos los sectores, incluso los que podían operar con controles adecuados. Por ejemplo, los países que compiten con nosotros en minería, Australia, Canadá y Chile, no cerraron el sector y mantuvieron un mayor crecimiento económico.

En la fase de reactivación económica se siguieron cometiendo errores, estableciéndose protocolos equivocados, imposibles de cumplirse que sabotean la posibilidad de reiniciar operaciones. Los errores se corrigen tarde mal y nunca, y se pierde tiempo.

La caída de la economía será dramática y profunda. La recuperación tardará mucho tiempo y, mientras tanto, la pérdida de empleos y la quiebra de empresas se multiplicará sin límites. Hoy se habla de la pérdida de dos millones de empleos.

Ayer el presidente del Consejo de ministros convocó mesas con el sector privado para recibir sugerencias. En nuestra opinión, como en la gran mayoría se casos, las mesas son un saludo a la bandera. De lo que se trata es de transferir responsabilidades a verdaderos expertos, a los representantes del sector privado. También se trata de promover el apoyo de las iglesias y de convocar a las Fuerzas Armadas para asuntos logísticos y otros.

Esto no puede seguir así. El país no es propiedad del gobierno, es propiedad de todos los peruanos. Se debe convocar a todos los estamentos que tienen capacidades naturales para diseñar y ejecutar planes de acción adecuados, como lo han hecho, cerca de nosotros, en Medellín y Guayaquil. Lampadia




¿El subsidio de 380 soles alcanzará para atender a los que viven día a día?

¿El subsidio de 380 soles alcanzará para atender a los que viven día a día?

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Desde el comienzo la pregunta fue como sobrevivirían los informales urbanos, la mayor parte de los cuales depende de ingresos diarios para sus necesidades básicas. La respuesta del gobierno ha sido el bono de 380 soles para 2.7 millones de familias pobres y pobreza extremas urbanas, que comenzó a repartirse el lunes 23, una semana después de decretada la cuarentena. Luego se agregó a 500 mil independientes.

Una primera observación es que no queda clara la lógica de agregar 500 mil independientes. Es obvio que esos 2.7 millones de hogares, si son pobres y pobres extremos, serán en su mayor parte precisamente “independientes”. Notemos, además, que 2.7 millones de hogares sobrepasan ampliamente el número de hogares pobres y pobres extremos urbanos, que son algo más de un millón (el 2018 había 6.6 millones de pobres de los cuales casi la mitad está en el sector rural, y hay algo más de 3 personas por hogar).

Es probable, sin embargo, que la mayor parte de independientes urbanos, aunque no sean pobres, tengan una economía relativamente precaria. ¿Cuántos hay? Según el estudio “Producción y empleo informal en el Perú, 2007-2018” del INEI, hay 3’649,000 trabajadores independientes informales no agropecuarios y 202,000 patronos informales no agropecuarios (ver cuadro). Es decir, un total de 3´851,000 unidades económicas, aunque en el capítulo sobre unidades productivas de ese mismo informe, se registra 4’928,000 unidades productivas informales no agropecuarias. No sabemos cómo se realiza la consistencia entre ambos datos.

Si estamos hablando de cerca de 3.7 millones de independientes informales urbanos, es claro que la mayor parte de ellos no serían pobres ni pobres extremos (considerando que el número de hogares urbanos pobres está algo por encima del millón). Menos aún las casi 5 millones de unidades productivas informales no agropecuarias. Pero en la medida en que la mayor parte de ellas dependen de un ingreso diario de alguna naturaleza, y que ese ingreso no podrá darse, tarde o temprano esas familias tendrán necesidad de una ayuda. Más aún si a esos 3.7 millones de independientes sumamos los patronos, empleados y obreros del sector informal no agropecuario, que suman casi 1.4 millones de personas (alrededor de 400 mil hogares).

Desde ese punto de vista, 3.2 millones de hogares asistidos (sumando los 500 mil independientes) podría quedar algo corto, sobre todo si la cuarentena se prolonga.

Préstamos

A esa ayuda, sin embargo, debe sumarse el fondo de 300 millones de soles que se agrega al Fondo Crecer de 700 millones, ambos administrados por COFIDE, como garantía de préstamos que debiera dar la banca comercial a la micro y pequeña empresa.

Presumimos, sin embargo, que allí estamos hablando principalmente de mypes formales. Según el informe del INEI “Perú: estructura empresarial 2018”, hay 2’270,423 microempresas formales y 100,443 pequeñas empresas también formales.

Coincidentemente, según estadísticas de la SBS, a diciembre del 2019 había 2’290,000 microempresas deudoras en el sistema financiero. Donde no hay coincidencia es en lo relativo a pequeñas empresas formales: hay 545,680 de ellas deudoras.

No sabemos si hay un porcentaje de micro y pequeñas empresas informales entre las que reciben crédito del sistema financiero. Parte del microcrédito (de las cajas municipales en particular) puede estar atendiendo a informales. En todo caso, que haya casi 2.8 millones de mypes que reciben crédito del sistema, significa que hay una base consistente para atender un segmento relativamente vinculado a la informalidad o en todo caso a la actividad empresarial familiar, que necesitará apoyo estas semanas. Hasta el cierre de este artículo, aun no se había publicado la manera como se canalizarían esos fondos para que realmente lleguen a los interesados en condiciones relativamente favorables.

Bancarizar y formalizar

Sería importante aprovechar la emergencia para bancarizar y formalizar. Hemos sugerido que, para recibir el subsidio de 380 soles, las familias tuvieran que abrir la billetera móvil (BIM) en su celular. No se ha hecho. Hernán Garrido Lecca propuso inscribir en bloque a todos los celulares prepago en las plataformas de las empresas de dinero electrónico, y la gente recogía cash en los más de 10 mil agentes que tienen esas empresas en el Perú. Habría que ver la factibilidad de esto si hubiera una siguiente entrega.

Una alternativa podría ser que en que en la medida en que el bono se reparte por medio de los bancos, se condicione la entrega del subsidio a que los beneficiarios abran una cuenta bancaria. Lo que ayudaría, de paso, a la bancarización y formalización.

Agua potable gratuita en los cerros    

Otra ayuda fundamental para los pobladores que no tienen acceso a una red de agua potable en su domicilio, ha sido la decisión de abastecerlos de agua gratuita. El presidente de Sedapal Francisco Dumler me informa que Sedapal ha contratado a los 260 camiones “aguateros” para que distribuyan gratuitamente el agua, y la empresa ha puesto 50 cisternas más. Para verificar que cada camión privado está cumpliendo con llevar el agua a las viviendas, cada alcalde pone un inspector municipal por cisterna. No cabe duda que este es un apoyo importante para unos 800,000 pobladores, alrededor de 250,000 hogares, que son los que no están conectados. Y para aquellos que tienen agua potable por red, Sedapal no cobrará este mes.

Conclusión

En suma, el gobierno ha diseñado unos mecanismos de apoyo que atienden a una proporción de la población bastante más amplia que la propiamente pobre, pero deja sin cubrir entre el 35% y el 21% de las unidades productivas del sector informal no agropecuario, según qué dato se tome como base, aunque los fondos de garantía puedan ayudar a paliar en alguna medida, pequeña quizá, ese déficit. Debería aprovecharse para avanzar en transferencias digitales y bancarización. Lampadia




La batalla de las ideas

La batalla de las ideas

Líneas abajo reproducimos el pedido del Instituto Mises de apoyo financiero para poder mantenerse en el campo de batalla de las ideas en Estados Unidos.

Mises es una institución que se sustenta con el apoyo de personas independientes, y que comulgan con sus ideales.

Guardando las distancias, Lampadia, en pequeño, tiene objetivos similares:

Igual que en el caso del Instituto Mises, nosotros también nos financiamos con aportes individuales, no gubernamentales. Pero cada día es más difícil conseguir apoyo. Por ello aprovechamos la publicación de Mises Wire, para reiterar nuestro pedido de apoyo.

Las personas interesadas en apoyar, por favor, lo podrán hacer con depósito en el Banco de Crédito, a nombre de Lampadia, 

Cta. Cte.US$ #: 194-2030166-1-36 (CCI N° 00219400203016613697)

Cta. Cte. S/.  #: 194-2027845-0-81 (CCI N° 00219400202784508190)

Enviar copia del voucher de depósito y número de DNI a: lampadia@lampadia.com para poder emitir el “Comprobante de Recepción de Donaciones” respectivo.

 

La batalla en la guerra de ideas

MISES WIRE

26 de diciembre, 2019
Jeff Deist

El año 2020 está a la vuelta de la esquina y promete ser un año brutal de política y propuestas económicas enloquecidas. Los candidatos prometerán las estrellas y la luna, todo con su dinero. Varios se autodenominan abiertamente socialistas. No hablarán de la Reserva Federal, ni de guerras interminables, ni de deudas y derechos. Pero sugerirán más impuestos sobre sus ingresos y su riqueza. Y sugerirán más y más control estatal sobre la economía, y sobre usted.

Todos podemos luchar en la guerra de ideas, y debemos hacerlo. Un siglo después de que Mises derribara los argumentos a favor del socialismo, todavía no podemos descansar. Por eso necesitamos su apoyo.

El Día de Acción de Gracias y la Navidad nos recuerdan lo que tenemos – familia, sustento material y esperanza de un mundo mejor. Es un momento para la gratitud y la reflexión. Todos heredamos una sociedad construida por las generaciones anteriores, una sociedad moldeada por la receta de Mises para el liberalismo real. El Instituto Mises existe para promover su visión de la civilización misma: propiedad, dinero sano, mercados, economía real, libertad política y paz.

La batalla en la guerra de ideas

Pero corremos el riesgo de perder terreno en 2020. Por eso necesitamos su ayuda para seguir luchando contra las malas ideas del estatismo y la pseudo-economía. Por favor, tómese el tiempo hoy, si no lo ha hecho ya, para hacer una donación de fin de año.

¿Posees las acciones, bienes raíces, criptodivisas, metales preciosos u otros activos que se han revalorizado desde que los compró? Por favor, considera la posibilidad de donar dichos activos al Instituto. Las reglas de impuestos generalmente te permiten deducir el valor actual de mercado de su donación, y no pagará impuestos de ganancias de capital al Tío Sam o a ¡las arcas de su estado! ¡Esta es una gran manera de apoyar al Instituto y frustrar al hombre de los impuestos al mismo tiempo!

Apreciamos profundamente tu apoyo. Nuestra misión está financiada en su totalidad por personas como tú, no por subvenciones del Estado ni por multimillonarios o fundaciones con su propia agenda.

Si aún no has tenido la oportunidad de donar, por favor haz tu más generosa contribución hoy. Vaya a mises.org/2019give, o puedes donar enviando un cheque (a nombre del Instituto Mises) a: Mises Institute Matching, 518 West Magnolia Ave, Auburn, AL 36832. O, siempre puede llamarnos para donar al 1-800-OF-MISES. Nuestros amigos internacionales deben usar el 1-334-321-2100.

En nombre de todos en el Instituto Mises, Lew Rockwell y yo queremos agradecerte por tu apoyo. Les deseamos a ti y a tus familias la buena nueva, Feliz Navidad, Feliz Jánuca y los mejores deseos de salud y prosperidad para el año 2020.

Lampadia




¿Afán por la educación o afán de figuración?

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 18 de agosto de 2017
Para Correo Ica y
Lampadia

Los maestros de Ica quieren el respaldo del Gobierno Regional… pues lo tienen. Y no solo tienen nuestro respaldo… también tienen nuestra gratitud y reconocimiento. ¡Cómo no agradecer y reconocer la fuerza educadora de más de 15,000 maestros que – con gran esmero y paciencia – vienen educando a cerca de 250,000 estudiantes en 2,400 escuelas ubicadas a lo largo y ancho de Ica!  

Fuente:  americatv.com.pe

La mayoría de nuestros educandos son niños y jóvenes que reciben Educación Básica Regular… Inicial, Primaria y Secundaria. Pero también tenemos jóvenes y adultos que reciben Educación Básica Alternativa, Básica Especial, y Técnico – Productiva. Inclusive, tenemos Educación Superior No Universitaria… tanto Pedagógica, como Tecnológica, y Artística. Ese es el ámbito de acción del magisterio iqueño, con resultados – todos – positivos.

Efectivamente, la educación en Ica denota orden, progreso, y entusiasmo. A este respecto, es menester destacar el liderazgo de nuestra Directora Regional de Educación – Lic. María Victoria Madrid Mendoza – y su equipo directivo, quienes conjuntamente con nuestros directores, docentes, personal administrativo, y padres de familia están logrando mejoras significativas en todos los niveles de aprendizaje de nuestros estudiantes. Está comprobado… la Evaluación Censal de Estudiantes (ECE), denota una mejora sostenida de los aprendizajes de nuestros niños y jóvenes escolares, tanto en Comprensión Lectora, como en Razonamiento Matemático.

Y para complementar la función educativa, hay que destacar el notable trabajo que viene realizando nuestro magisterio en programas como el Plan de Estímulos a Deportistas Escolares, que premia a nuestros campeones nacionales con viajes a ciudades como Río de Janeiro, Buenos Aires, y Miami; el Coro SINFÓNICA, dirigido por Sinfonía por el Perú de Juan Diego Flórez; el Taller de Hip Hop dirigido por la Asociación Cultural D1 de Vania Masías; el Proyecto Atlético “En Busca de la Bala Chinchana” dirigido por el Instituto Peruano del Deporte; el Centro de Alto Rendimiento de Fútbol Escolar, dirigido por la Federación Peruana de Fútbol; y el Proyecto TECNOLÓGICA que hemos puesto en funcionamiento con Fundación Telefónica y el BID para fomentar la innovación y emprendimiento de nuestros jóvenes.

El programa de educación intergeneracional El Gran Amauta, que todas las tardes reúne – con todo respeto – a viejos y viejas, con niños y jóvenes escolares para intercambiar experiencias y saberes, es un éxito del magisterio regional. Y la educación “sobre ruedas” es otro exitazo. Me refiero a la Biblioteca Escolar Itinerante, la Escuela de Padres y Familias Prosperas, el Escarabajo de Orientación Vocacional y el Bus ACADÉMICA que recorren la región de arriba abajo llevando ciencia, cultura y arte a todas las plazas públicas.  

¡Cómo no reconocer a Fundación Telefónica por las 15,000 tablets donadas para que nuestros docentes y estudiantes crezcan de la mano de la tecnología, y nuestros escolares hospitalizados no pierdan clases, gracias al Aula Hospitalaria – High Tech – implementada en el Hospital del Socorro! Y qué decir del programa “Aprender para Crecer” y “Comunidad Digital” de Empresarios por la Educación… el mejor socio educacional del Gobierno regional.

Pues bien… todo lo anterior se ha vista interrumpido – abruptamente – a partir del 9 de agosto pasado. Es verdad que la huelga magisterial en las demás regiones lleva mucho más tiempo que en Ica. Pero mal de muchos… consuelo de tontos. La reciente huelga magisterial de Ica es una lástima. No porque nuestros maestros no tengan motivos para protestar, porque ciertamente los tienen. Sus remuneraciones son paupérrimas; la deuda social se paga… tarde, mal y nunca; y la capacitación de docentes deja mucho que desear. En ese sentido, la protesta magisterial tiene fundamento, y por ello tienen nuestro respaldo. Pero lo que no respalda el Gobierno Regional es la huelga. Sencillamente, porque los paganos son los – indefensos – estudiantes.

Mucho afán de figuración… y muy poco afán por la educación. Eso es lo que veo detrás de la huelga magisterial. Lampadia

 

 




Ica… 10 años después

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 11 de agosto de 2017
Para Correo Ica y Lampadia

Este 15 de agosto es el décimo aniversario del terremoto de 7.9 grados, que a las 6:40 de la tarde de aquel fatídico día del 2007, devastó las provincias de Pisco, Chincha e Ica; al igual que Cañete y Yauyos en la Región Lima; y Castrovirreyna y Huaytará en la Región Huancavelica.

Las cifras de daños fueron de horror… 600 muertos, 1,300 heridos, 400 mil damnificados, y 90 mil viviendas inhabitables. Hospitales, escuelas, cárceles, fábricas, redes de agua, líneas de trasmisión de energía, canales de riego, iglesias, municipios, estadios, mercados, carreteras y puentes, muelles y puertos… todo quedó destruido en cuestión de segundos. ¡Una catástrofe!

La noche aquella fue eterna. Cuando recién empezaba – de buenas a primera – todo se transformó en ruinas. Se cortaron los servicios de agua y luz. La telefonía se saturó… y colapsó en cuestión de minutos. El transporte vehicular – tanto para carga como para pasajeros – se hizo imposible. Personas muertas y heridas yacían bajo los escombros. Todo era destrucción, oscuridad, frío, alaridos… y muerte. 

En ese estado de devastación, la ayuda demoró días enteros en llegar a las zonas afectadas, lo cual – para los damnificados – resultó una eternidad. Y cuando empezó a llegar – simplemente – era insuficiente para atender tamaño desastre. Por ello, el aeropuerto de Pisco resultó providencial para los fines del caso, y la Fuerza Aérea del Perú fue la gran protagonista de los primeros auxilios.

Ahora bien, como suele ocurrir en ese tipo de ocasiones – apenas ocurrió el desastre – salieron del submundo los buitres y carroñeros de siempre. Saqueadores, asaltantes, estafadores… hubo de todo en medio de la tragedia. También aparecieron – ¿cuándo no? – los periodistas y políticos que no hacían nada… excepto criticar al Estado y alarmar a la población. Inclusive estuvieron los que le aumentaron grados de intensidad al terremoto, como si ellos fueran el Servicio Sismológico Nacional.

Para reconstruir las zonas afectadas se creó el FORSUR – el Fondo de Reconstrucción de las Zonas Afectadas por el Sismo – el cual dejó mucho que desear. Al final, 140 autoridades fueron denunciadas por irregularidades en el manejo de los fondos, entre los cuales había funcionarios de la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI), del Instituto de Defensa Civil (INDECI), y – por supuesto – alcaldes y funcionarios corruptos que se apropiaron de parte de las donaciones y fondos para la reconstrucción. Además, 400 personas fueron denunciadas por simular ser damnificados, y cobrar ayuda humanitaria del Estado… sin merecerla. Todo eso pasó. Corrupción por aquí, indolencia por allá, e ineficiencia por todos lados. Como diría el gran Basadre… ¡Podridos!

Pero – como en todos los ámbitos del quehacer nacional – así como hubo bajezas, también hubo grandezas… y de las inmensas. Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional fueron determinantes en la remoción de escombros y en la rehabilitación del tránsito vehicular. La Iglesia fue un complemento perfecto para la distribución de la ayuda humanitaria. Las empresas iqueñas – y peruanas en general – cargaron sobre sus hombros gran parte de la tarea de reconstrucción.

El voluntariado nacional e internacional fue súper generoso y efectivo. Recuerdo a un grupo de jóvenes que se instaló en Pisco – mejor dicho… en los escombros de Pisco – para dar clases de danza al aire libre y distraer así a la pobre gente que lo había perdido todo. ¡Maravilloso!

En fin… hubo muchas acciones de grandeza que permitieron que hoy – 10 años después – Ica sea la gran región que somos. En el balance, la década post terremoto ha sido un período extraordinario en materia de reconstrucción y progreso para la región. Y el proceso de inversión y desarrollo continúa a ritmo acelerado.

Ahora nuestra mayor carencia es el agua. Entonces digo… si nos pudimos recuperar del terrible terremoto del 2007 ¿cómo no vamos a lograr el desafío de tener agua todo el año? Obviamente… ¡lo vamos a lograr! Lampadia




Encontrando solidaridad en un desastre

Nuestro país está pasando por momentos críticos y necesita la ayuda de todos. Las inusuales lluvias a causa del Niño Costero han golpeado fuertemente la costa norte del Perú, inundando hospitales y dejando aisladas a algunas ciudades. Las tormentas están siendo causadas por un calentamiento de las aguas superficiales en el Océano Pacífico y se espera que continúen por otras dos semanas, afectando a más de la mitad de la nación. Sin embargo, a pesar de tantos destrozos, es encomiable como los peruanos estamos siendo tan solidarios con nuestros compatriotas.

Fuente: COEN, Semana Económica

El Perú ha respondido con una enorme campaña en favor de nuestros compatriotas. Mucha gente se unió donando ropa, agua, alimentos, tiempo y manos para recibir, seleccionar y empacar lo recolectado. No solo en organizaciones establecidas como la Cruz Roja, sino en pequeños grupos de personas, que ayudaron como pudieron: en Lima, limpiando las playas de Punta Hermosa, llevando comida y abrigo a ciudades afectas y mediante donaciones en todo el país.

Se crearon distintas campañas como #NuestroPerúunido, #FuerzaPerú, #juntosporpiura, #juntosporPH, #unasolafuerza y #AyudemonosEntrePeruanos. Todas con el mismo objetivo: apoyarnos entre hermanos para salir adelante tras este terrible desastre. Inclusive algunos locales apoyaron:

¿Qué más podemos hacer?
El Perú nos necesita y llegó la hora de actuar. Donar o ser voluntario son algunas opciones. La Cruz Roja activó un sistema de donación online para peruanos y extranjeros: Ingresa aquí. También puedes llevar agua embotellada, comida enlatada, ropa en buen estado, artículos de aseo y mucho más a los puntos de acopio establecidos: los centros comerciales Plaza San Miguel, Jockey Plaza y Mega Plaza, en Lima, así como las instalaciones del Real Plaza en Sullana, Piura, Chimbote, Chiclayo y Trujillo. Otra alternativa es inscribirte como voluntario en #UnaSolaFuerza, el portal del gobierno que reúne información oficial sobre la situación del fenómeno. 

Fuente: Radio Vaticano

Tales respuestas a los desastres revelan una visión alternativa de cómo organizar la sociedad: con la gente común que se unen para ayudar a rescatar y reconstruir sus comunidades. Los desastres sirven como recordatorios de que todo el mundo depende de sus amigos y vecinos. Desastres como el Niño Costero demuestran que otro mundo es posible. La respuesta inmediata al desastre no es individualista ni dirigida por el Estado, sino más bien creada por la gente local ayudándose mutuamente. La cooperación y la solidaridad, visibles después de los desastres, también pueden hacer la vida ordinaria más rica y más resistente. ¡Bravo Perú! 

Lampadia




¿Minería: Bendición o Maldición?

¿Minería: Bendición o Maldición?

En pocos meses tendremos una nueva administración pública y uno de los temas de mayor atención será la recuperación de un mejor nivel de crecimiento económico. Más allá de la situación de hibernación en que ha entrado el sector minero, está claro que sigue siendo el sector que puede generar mayor impacto de corto y mediano plazo en el nivel de inversión privada y en el crecimiento.

Sin embargo, después de haber permitido que los anti mineros sabotearan el desarrollo de varios proyectos y de haber malogrado el sentido común de la sociedad sobre la importancia e impactos de la minería, los peruanos tenemos por delante la necesidad de reevaluar el sector, de hacer un balance integral y serio de sus aportes al desarrollo económico y social, y desarrollar propuestas viables para su reactivación y desarrollo.

Con ese fin y, empezando por una mirada amplia, en la siguiente nota volvemos a visitar con nuevos elementos de análisis, esa maliciosa pregunta sobre la minería: ¿Bendición o Maldición?. Ver en Lampadia nuestras publicaciones anteriores al respecto: 

Recursos naturales: Bendición, no maldición

Perú destaca entre los que mejor gestionan sus recursos naturales

Para el Perú, los recursos naturales son una bendición

Una nueva visita a ¿Minería: Bendición o Maldición?

Existen corrientes de pensamiento Europeas y Americanas, con influencia en el Perú, que son contrarias al aprovechamiento de los recursos naturales. Esas corrientes afirman que la existencia de recursos naturales es una maldición para los países emergentes, y que deberíamos evitar su aprovechamiento. Dicen que la exportación de metales, gas o petróleo, inevitablemente, genera la enfermedad Holandesa y crea condiciones macro económicas que bloquean la diversificación productiva y el desarrollo económico. El canal de trasmisión argüido pasa por un boom exportador de materias primas que aprecia la moneda y resta con ello competitividad a los exportadores de productos con valor agregado. Sus estudios son incompletos, pero su retórica es insistente.

La relación entre minería y desarrollo es una cuestión importante para la calidad de vida de 3,500 millones de personas que viven en países emergentes exportadores de materias primas. Ello significa que el impacto económico de la minería puede ser importante para dos tercios de la humanidad que viven en el subdesarrollo.

Como la minería explota recursos no-renovables su actividad, para legitimarse plenamente, debe generar beneficios presentes y futuros; por lo  que los países deben ser capaces de dar continuidad a su desarrollo cuando sus reservas minerales vayan disminuyendo. En función de esa idea, el Banco Mundial hizo un estudio extensivo sobre los impactos de la actividad minera sobre 51 países mineros emergentes.[i]

El estudio clasificó como países mineros a aquellos en que la minería representa 6% o más de las exportaciones, e hizo los análisis comparativos al interior de grandes regiones geográficas: África Sub-Sahara, América Latina, Europa y Asia Central, etc. Esa selección ha sido hecha para identificar a los países en que la minería fuera importante para la economía local. En base a esa comparación el estudio identificó a los mejores y a los peores países en base a sus tasas de crecimiento entre 1990 y 2000.

Hallazgos

  1. Los países Africanos están entre los mejores y entre los peores, sin que la localización geográfica tenga un rol significativo. 
  2. En América Latina, Chile está entre los mejores, hay varios países en los niveles intermedios (Perú, Guyana, etc.), pero no hay ninguno entre los peores
  3. Los países de Europa del Este están en los dos grupos: peores (Ucrania) y mejores (Polonia). 
  4. Entre los peores han estado países que demoraron mucho para hacer sus reformas institucionales (Ucrania) o que han tenido problema de guerra civil (Congo). 
  5. Los mejores están construyendo su desarrollo con los recursos de la minería, y los peores los están despilfarrando o guerreando por ellos, 
  6. En los mejores países, las empresas mineras son generalmente privadas y los gobiernos usan bien los recursos generados por la actividad minera, y 
  7. China e India no son grandes exportadores de minerales, pero los minerales son importantes para dinamismo de sus economías. Ellos también deben ser considerados como casos de éxito de la minería.

El estudio sustenta que las “estructuras de gobernanza, en términos de calidad de la gestión económica y competencia de las instituciones, determina en gran medida si esos países [mineros] serán capaces de usar sus sectores mineros para generar activos para el futuro, y en qué grado lo hacen” (p.12).

El estudio ha relacionado la calidad de las instituciones y los niveles de riesgo para la minería, y encontró una gran capacidad explicativa en la calidad institucional para entender el rol positivo o negativo de la minería en el desarrollo (ver cuadro abajo).

Conclusiones 

  1. En una misma región, los países mineros, en promedio, han tenido mejor desempeño económico que los países no-mineros, en especial en América Latina.
  2. La contribución de la minería al desarrollo de los países ha dependido mucho de la calidad de las instituciones relacionadas a la minería y de las políticas económicas respecto los ingresos generados por la minería.
  3. El mejoramiento institucional es más importante e urgente en donde la minería es la actividad económica dominante, 40% o más de las exportaciones.

El desafío de los países emergentes en relación a la minería está en cómo transformar el flujo de investimentos externos y los recursos generados por la actividad minera en activos sostenibles en el largo plazo. Considerando que las reservas minerales se agotarán algún día, hay que lograr que la minería genere activos que sigan creando riqueza en el largo plazo: infraestructura, educación, agricultura, industria, salud, servicios, etc. Ello significa que la búsqueda de rentas económicas o políticas alrededor de la minería debe dar paso al buen manejo de los excedentes generados por la minería para la creación de dinámicas regionales y nacionales de desarrollo.

Recomendaciones

El estudio propone a los países mineros con instituciones deficientes, como el Perú, solicitar apoyo a los organismos internacionales para poner en marcha un programa de fortalecimiento de la institucionalidad ligada a la minería y desarrollar propuestas de mejoramiento de políticas económicas para el mejor aprovechamiento de los recursos generados por el sector, como el Canon.

Sugiere también que las empresas mineras, en alianza con la sociedad civil, tomen un papel activo en el fortalecimiento de dicha institucionalidad, y que den particular atención a los impactos ambientales que puedan afectar a las comunidades cercanas a sus actividades.

Lampadia


[i] World Bank. (2002). Treasure or Trouble? Mining in Developing Countries. Washington, DC: International Finance Corporation.

 

 




Las dificultades para el desarrollo de las infraestructuras

Las dificultades para el desarrollo de las infraestructuras

El Financial Times (FT) acaba de publicar un análisis integral sobre los problemas que inhiben la cobertura de las brechas de infraestructuras en todo el planeta, tanto en los países más desarrollados como en los emergentes. El déficit de infraestructuras es un problema global y las soluciones para enfrentarlos, como las que tenemos que superar los peruanos, deben hacer sentido para los actores globales como instituciones multilaterales, inversionistas y evaluadores de riesgos, tanto como para los actores locales, empezando por los ciudadanos, reguladores y políticos.

El informe del FT que presentamos líneas abajo, traducido y glosado por Lampadia, muestra los niveles de brechas no satisfechas en todo el mundo y hace una buena descripción de los principales problemas que hay que superar. De hecho establece que los gobiernos no tienen la capacidad financiera para superarlas y que es indispensable recurrir al sector privado. El mecanismo más adecuado resulta ser, como en el Perú, las APP (Asociaciones Público Privadas), pero este camino no está exento de dificultades.

De hecho subsisten limitaciones fiscales, dadas las necesidades de cofinanciamiento por el Estado, así como las dificultades de acceso a un financiamiento que tiene que comprometerse antes de que se genere ningún retorno, la fijación de los ingresos de los inversionistas, la fijación y aceptación de los pagos por servicios y/o peajes por parte de la población, la falta de estabilidad de reglas de juego (fundamental para inversiones de tan largo plazo) y la veleidad e irresponsabilidad de políticos populistas que pueden desequilibrar cualquier cometido de largo alcance.

Por estas dificultades es que en Lampadia, después de analizar un informe al respecto de The Economist: “The trillion dollar gap” (La brecha del trillón de dólares), de marzo del 2014, publicado en nuestro portal en abril 2014, propusimos una forma de enfrentar una buena parte de estos problemas, especialmente los de financiamiento, involucrando a las instituciones multilaterales para superar las limitaciones fiscales,  reducir los riesgos políticos y de imagen con la población. Ver: Sobre como financiar e invertir US$ 80,000 millones.  

En esta ocasión, después de haber reseñado hace pocos días, el importante Primer Congreso Internacional de Infraestructuras y Desarrollo, que recalculó nuestra brecha en US$ 160,000, es muy importante evaluar las experiencias internacionales y la identificación de las trabas más usuales (Ver en Lampadia: A ponernos al día en infraestructuras), presentamos el análisis del FT y nos comprometemos a convocar a un debate sobre las dificultades indicadas y sus eventuales soluciones, en el futuro inmediato para compartir sus conclusiones con nuestros lectores. Ver a continuación el análisis del FT:

 

Infraestructura: Cubriendo la brecha

Por John Authers, publicado en Financial Times el 9 de noviembre 2015.

Traducido y glosado por Lampadia

¿Por qué existe todavía un déficit anual de US$ 1 millón de millones de inversión en proyectos del sector público?

Los políticos y los inversionistas están de acuerdo: existe una “brecha de infraestructuras”, es global y es cerca de US$ 1 millón de millones por año. Desde los EEUU y Europa hasta el mundo emergente, hay una acumulación de proyectos atrasados que se necesitan para impulsar el crecimiento, mientras que los inversionistas institucionales están desesperados por encontrar inversiones (como por ejemplo en infraestructuras) que les ofrezca un retorno que no esté relacionado con la volatilidad del mercado y los mercados de bonos.

Sin embargo, el déficit se mantiene. El Foro Económico Mundial estima una necesidad global de US$ 3.7 millones de millones en inversión en infraestructuras cada año, mientras que sólo se invierte US$ 2.7 mil millones, en su mayoría por los gobiernos. Según el Banco Mundial, la inversión en 2015 se mantendrá igual o disminuirá en comparación con 2014. La consultora McKinsey estima que en los próximos 15 años, la necesidad de los países del G-20 para proyectos de infraestructuras (de alrededor de US$ 60 millones de millones), no será cubierta en aproximadamente US$ 20 millones de millones. 

“Los desafíos son tanto del lado de los proyectos como de la oferta de capital”, dijo Bertrand Badré, director gerente del Banco Mundial, en su reunión anual en Lima el mes pasado. “Simplemente no hay suficientes proyectos viables.”

Para cualquiera que haya sufrido con cortes de energía, haya comprado botellas de agua de los vendedores ambulantes o haya luchado el estancamiento en las ciudades de mercados emergentes, la idea de que hay muy pocos proyectos es increíble. En los EEUU, la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles estima que el envejecimiento y la infraestructura inadecuada (desde los problemas de energía hasta atascos en el tráfico) le costaría a cada familia americana US$ 28,000 en ingresos para el año 2020 si las tendencias de inversión permanecen iguales.

La infraestructura de Estados Unidos se remonta a los grandes programas de construcción de la década de 1930 y 1950 y muchos de ellos se encuentran en un estado vergonzosamente pobre. El año pasado, el vicepresidente estadounidense Joe Biden se quejó de que “si se le vendara los ojos a alguien caminando a través del aeropuerto de La Guardia en Nueva York, diría: ‘’Tengo que estar en algún país del tercer mundo. No estoy bromeando”. Las autoridades locales están tratando de recaudar dinero para una gran remodelación, incluyendo la demolición del edificio de la terminal central, a través de una asociación público-privada.

En el mundo emergente, el gasto en infraestructuras se ha convertido en una cuestión geopolítica, llevando a China a poner en marcha el Banco de Inversión en Infraestructura de Asia para competir en el financiamiento de proyectos. Para muchos países, los proyectos en materia de transporte, energía, agua, saneamiento y conectividad a Internet son vitales para el desarrollo. Incluso en Europa, donde la infraestructura pública tiende a estar en mejores condiciones, la inversión privada ha caído en los últimos 10 años, según Standard & Poors. La necesidad más obvia, sin embargo, no siempre se traduce en proyectos en los que el sector privado puede o va a invertir.

Incentivo a la inversión

“No hay absolutamente ninguna correlación entre la magnitud de las necesidades de infraestructuras y las oportunidades para el sector privado”, dice Jim Barry, director de infraestructuras de BlackRock, el administrador de activos más grande del mundo, que comenzó a invertir en infraestructuras en 2012 y ahora tiene US$ 8 mil millones en el sector.

Los críticos dicen que los gobiernos a menudo vienen con una lista de proyectos, pero no hacen un buen trabajo para convencer a los inversionistas adversos al riesgo que el proyecto es necesario, o que será suficientemente rentable. Por lo tanto, el dinero permanece embotellado en las instituciones, los proyectos siguen sin construir y la brecha de infraestructuras se ensancha.

“Es realmente un obstáculo de las políticas públicas. Tienen que ser pagados y los gobiernos tienen que encontrar una fuente de ingresos”, dice Cherian George de FitchRatings. “Si hubiera un marco financiero y fiscal sostenible, los fondos y la deuda estarían allí en un día.” [Ver nuestro análisis original sobre el tema en el que proponíamos una solución fiscal que permitiera facilitar el flujo de los proyectos: Sobre cómo financiar e invertir US$ 80,000 millones].

“Los Fondos de Pensiones y de capital privado están diciendo ‘tenemos el dinero – dennos los proyectos”, dice Rohan Malik, director de Ernst & Young de mercados emergentes. “La pregunta es, ¿cómo podemos ayudar a que los gobiernos alisten los proyectos?”

Para los gobiernos, tratar con el sector privado presenta un dilema político fundamental – cobrarle al público por bienes que consideraban anteriormente como gratis es impopular.

La Costa de Marfil tomó la valiente decisión de elevar su gasto en infraestructuras de aproximadamente 2 a 6 % del PBI el año pasado. Esto vuelve más difícil pagar los programas redistributivos, pero en un país con una cobertura eléctrica de tan solo 43 % y donde sólo el 8 % de las carreteras están pavimentadas, el gobierno decidió que era esencial. Durante los próximos cuatro años, tiene el objetivo de poner en práctica 94 proyectos valorizados en US$ 25 mil millones, aunque sólo 14 de ellos son elegibles para APPs.

“Incluir al sector privado es importante, pero tenemos que ser capaces de cubrir el costo de estos proyectos con una buena estructura de precios”, dijo Nialé Kaba, la ministra de Economía y Finanzas de la Costa de Marfil. “En mi país, la infraestructura pública era gratuita. Hay muchos grupos de presión”.

Esto significa, dice, que el sector privado tiene que ser razonable en sus expectativas de ingresos y que los políticos tienen que vender sus proyectos a los votantes. “Si este diálogo no es lo suficientemente franco, el gobierno no va a ser capaz de establecer los precios adecuados. También tenemos que sensibilizar a la población local y decirle a la gente que estas APPs son necesarias”.

Ese peligro es más grave para los inversionistas en la era de las redes sociales como Twitter. “La presión transmitida a través de los medios sociales es la principal fuente de los gobiernos. . . [de] lo que la gente llama “riesgo político”, dijo Thierry Deau, de Meridiam Group, que maneja tres grandes fondos de infraestructuras para las instituciones. “La sociedad civil es activa y es importante que los gobiernos y el sector privado  participen.”

Hay muchos obstáculos potenciales. La manipulación de los precios de un proyecto puede dar lugar a un desastre financiero. Las autopistas construidas en México entre los años 1980 y 1990 con financiación privada terminaron quebrando ya que el público se resistió a los altos peajes y utilizó carreteras alternativas gratuitas que eran más lentas.

El sector público en general también tiene que recaudar algo de dinero antes de pedirle apoyo al sector privado, pero las necesidades de infraestructuras están aumentando al igual que el gasto público está frenado por la austeridad y los problemas de crédito. S&P, en un informe el mes pasado, encontró que entre 2003 y 2012, 16 países de la eurozona cortaron inversiones en transporte en medio de aumentos de la deuda del gobierno general y créditos del sector privado al gobierno como proporción del PBI. ‘Asequibilidad’ y ‘austeridad’ fueron las razones más citadas por el déficit de financiamiento. 

Luego está el problema político. Es probable que la vida útil de una pieza de infraestructura sea mucho más larga que la de un gobierno democrático. Así que para los funcionarios del Banco Mundial, puede ser más fácil vender la idea de proyectos de infraestructura cuando los inversores pueden estar seguros de que no va a haber un cambio de gobierno pronto.

Vientos en contra

Incluso sin obstáculos, existe el riesgo de que los políticos intenten reescribir los términos de un acuerdo. En Europa, España redujo de forma retroactiva los subsidios para los productores de energía solar, causando la ira de los fondos de pensiones, Francia trató de reducir los peajes de la Autoroute y Noruega cambió la normativa para el ingreso de oleoductos poco después de la recaudación de fondos de los inversionistas.

Pero los gobiernos tienen razón en temer los compromisos a largo plazo que exigen los inversionistas que vienen con grandes pagos a empresas privadas por muchos años después de que las instalaciones se hayan construido. La iniciativa de financiación privada del Reino Unido logro con éxito el financiamiento, pero afrontó un largo periodo de impopularidad política.

La demanda para invertir en las infraestructuras de instituciones es clara. Una encuesta realizada el mes pasado a grandes fondos de pensiones por la consultora Create en Londres encontró que el 38 % tenía la intención de aumentar su inversión en infraestructuras durante los siguientes tres años – volviéndolo más popular que el capital privado, fondos de cobertura o la mayoría de fondos. Las compañías de seguros por sí solas han dirigido una asignación de US$ 80 mil millones al año en infraestructuras.

Amin Rajan, quien elaboró el informe Create, dice que uno de los principales obstáculos para convertir la demanda en realidad es la tendencia de los gobiernos “de cambiar objetivos todo el tiempo”. Los fondos de pensiones no están preparados para asumir los complejos riesgos políticos involucrados, dice.

El riesgo no es tanto la agitación política sino la posibilidad de que los gobiernos tengan dudas sobre los contratos a largo plazo y traten de transferir los riesgos adicionales a los inversionistas que están interesados ​​principalmente en proyectos de infraestructuras de bajo riesgo.

“Las personas interesadas en las infraestructuras tienden a compararlo con la renta fija [tener un bajo riesgo y retorno], no con el capital privado”, dijo Gavin Wilson, jefe de la sección de gestión de activos de la Corporación Financiera Internacional. “Las personas no se impresionan por los altos retornos porque lo que realmente quieren es menor riesgo.”

Ese es un problema grave, especialmente en los mercados emergentes, donde un nuevo puerto o autopista es una oportunidad para conseguir un alto rendimiento, pero no es una inversión de bajo riesgo como un bono. Al mismo tiempo, las infraestructuras, con un ingreso que tiende a subir en línea con la actividad económica, es vista como una cobertura contra la inflación, lo que hace más difícil atraer a los inversionistas en situaciones que, como la de ahora, se avecina que los precios podrían permanecer bajos durante algún tiempo.

Otro problema es que los proyectos de infraestructuras necesitan prácticamente todos sus fondos por adelantado, mucho antes de cualquier pago de compensación, que puede tomar décadas. “Es una diferencia fundamental con otros negocios y servicios y completamente diferente a la salud o la educación. Todo el dinero tiene que llegar antes de que haya nada concreto”, dijo Wilson.

“Es menos sobre si hay financiamiento y más sobre la calidad de los proyectos”, dijo Dimitris Tsitsiragos, vice-presidente del IFC (el brazo financiero del Banco Mundial). “Hacer que el proyecto sea viable desde el inicio es fundamental, ya que es la condición que lo hará sostenible.”

Los bancos multilaterales de desarrollo desempeñan un papel clave en esta área. En lugar de ayudar con la estructuración de productos financieros, pueden asesorar sobre la creación de un “pipeline” de proyectos prioritarios, y asegurarse de que sea lo suficientemente fuerte como para ganar respaldo.

“Hay contratos [a menudo] muy complejos y se necesita una mayor estandarización”, dice Barry de BlackRock. “Eso no existe en los EE.UU. Hay cierto progreso, pero se necesita algún elemento de intervención federal para crear los elementos de estandarización y un marco legal”.

Ampliando

La estandarización es aún más importante en los mercados emergentes. Esto ha desatado una campaña para crear grandes fondos con suficientes proyectos para reducir el riesgo mediante la diversificación. Tanto el IFC como Meridiam están construyendo fondos que, eventualmente, podrían contener un máximo de 20 proyectos. Ellos ayudarán a diseñar los proyectos antes de buscar otros socios de inversión.

Una solución más radical está siendo fomentada por los fondos de pensiones canadienses, quienes están tratando de eliminar por completo al intermediario. Caisse de dépôt et placement du Québec, que administra más de US$ 250 mil millones en activos de fondos de pensiones, lanzó este año una filial para gestionar toda la preparación del proyecto en sí.

“El gobierno define la iniciativa de la política pública, como por ejemplo para algún tipo de infraestructura de transporte público”, dice Michael Sabia, presidente ejecutivo de CDPQ. “Luego escogemos uno y planificamos el proyecto y hacemos la ejecución. Financiamos el proyecto con los socios, somos propietarios y operamos la puesta en marcha”.

El objetivo, compartido por muchos, es que las infraestructuras evolucionen hacia una clase de activos reconocidos. “Si se reconoce como una inversión ajustada a un riesgo estable entonces el dinero fluirá en el tiempo”, dijo Badré, del Banco Mundial. “La falta de infraestructuras es aún más costosa. Solo hay que preguntarle a una familia sin agua potable o sin electricidad para iluminar su hogar.” L

 

 




Los Centros Comerciales: Una historia de inclusión y modernidad

Los Centros Comerciales: Una historia de inclusión y modernidad

Una de las muestras más palpables del desarrollo del país en las últimas décadas es la multiplicación de Centros Comerciales (CC) o “malls”. Demonizados y atacados por algunos trasnochados que los ven como una manifestación negativa del consumismo, en realidad los CC son una demostración del surgimiento y el éxito de una clase media cada día más grande y pujante.

En el 2000, apenas existían 8 centros comerciales en el Perú, todos concentrados en Lima. Hoy, superan los 70 y se ubican en 13 regiones del país (La Libertad, Ancash, Lambayeque, Piura, Cajamarca, Huánuco, Ucayali, Huancayo, Lima, Ica, Arequipa, Cusco y Puno). 

En este mismo periodo de tiempo, como hemos demostrado reiteradamente en Lampadia, la clase media peruana tuvo un vertiginoso crecimiento causado por la aplicación de políticas de mercado implantadas desde la década de los noventa (Ver en Lampadia (L): El libro blanco de la clase media).

Como ha señalado el Banco Mundial, la clase media (consolidada y emergente) en el Perú tuvo un crecimiento sorprendente en los últimos diez años y bordea el 67% de la población, muy superior al promedio de América Latina que llegó al 50%. Por su lado, el HSBC asegura que para el 2030, el 70% de la población nacional tendrá ingresos medios y altos (entre US$ 3,000 y US$ 15,000). Hace unos días, durante la presentación en el Congreso de Retail 2015, el jefe de análisis sectorial de Apoyo Consultoría, Víctor Albuquerque, aseguró que en el 2021 el 52% de hogares peruanos urbanos pertenecería a la clase media [consolidada]. Es precisamente el ensanchamiento de la base de este grupo, lo que a su vez genera el crecimiento del negocio del retail moderno y, por ende, de los malls. 

Como señala el historiador Juan Luis Orrego, “cuando nos referimos a un centro comercial, plaza comercial o mall, hablamos de uno o varios edificios, por lo general de gran tamaño, que alberga locales y oficinas comerciales, cuyo fin es aglutinarlos en un espacio determinado para así reducir espacio y tener mayor cantidad de clientes potenciales. Se diferencia de los hipermercados o tiendas por departamentos, porque está pensado como un espacio público con distintas tiendas, además de incluir lugares [de facilitación de gestiones], esparcimiento y diversión, como cines o ferias de comidas dentro del recinto”.

Eso son exactamente, un especio de esparcimiento para las familias, las que no solo van a comprar sino resolver sus trámites y a disfrutar de diversas actividades, muchas de ellas culturales como el cine, teatro, exposiciones, conciertos, ferias de libros y otras. No son, pues, simples templos del consumo, sino lugares de encuentro familar y de diversión dentro de espacios cómodos y seguros. Allí los padres pueden dejar circular libremente a adolescentes y jóvenes con tranquilidad. Los CC son, además, atractivos turísticos, algunos de ellos de gran significación, como Larcomar, que por ejemplo es el segundo destino turístico del Perú, después de Machu Picchu.

Los malls son parte del paisaje urbano desde los 60. Como señala Orrego, “la primera generación de centros comerciales en Lima apareció en 1960, con la apertura de Risso y “Todos” en San Isidro. La segunda generación, ya más modernos fueron Higuereta (1976), Plaza San Miguel (1976), Arenales (1979) y Camino Real (1980); los “epígonos” [representativos] de este segundo grupo fueron Plaza Camacho y Molicentro y, en cierta medida, Caminos del Inca y El Polo, imitadores del “modelo Camino Real”. Pero el impulso a esta nueva ola se produce con la construcción del Jockey Plaza en 1997, con Plaza San Miguel que llegó a tener un movimiento comercial impresionante y Mega Plaza, que abre la trocha en las zonas emergentes.

“El Jockey Plaza impuso un gran cambio, porque con ellos las tiendas del centro comercial ya no se vendían, solo se alquilaban”, señala Ernesto Aramburú, experto en el diseño de malls.

Larcomar, en Miraflores. Foto de Larcomar

 

Luego se construyó  Larcomar en Miraflores en medio de una gran y obtusa oposición de los vecinos del distrito. ¿Hoy, alguien puede concebir este distrito sin los atractivos de este mall levantado en uno de los lugares más bellos de la capital, la bahía de Lima? Fue un desarrollo de peruanos, hoy es propiedad de la compañía chilena Parque Arauco, pero llamativamente, esta es propiedad de un arequipeño, Don José Said.

Sin duda, el cambio más importante experimentado en esta industria fue el desarrollo del Megaplaza en Lima Norte, luego de un revolucionario estudio de Arellano que  determinó que los habitantes de los conos contaban con los recursos suficientes para hacer viable este tipo de inversiones (justamente, el éxito de Plaza San Miguel era por la afluencia de clientes desde Lima Norte). El éxito económico de esta apuesta, fue el disparador de la expansión a provincias, que empezó con la inauguración del Real Plaza en Huancayo el 2008 para que siete años después, 13 regiones cuenten con centros comerciales.

El nivel de ventas también se ha incrementado, de US$ 1,300 millones una década atrás a casi US$ 7,000 millones en la actualidad. La progresión es enorme, en los próximos años llegaremos a 100 malls y se calcula que para el 2018 se duplicarían las ventas.

Como vemos el desarrollo de esta industria es una verdadera historia de inclusión económica y social. Poco a poco, la oferta de los CC fue cubriendo buena parte del país. Hoy se han igualado los niveles de servicio entre la zonas tradicionales y las emergentes. Como en muchos otros aspectos, la geografía socio-económica del país es irreconocible con la que teníamos a principios de los 90. Hoy todos los peruanos aspiran al mismo nivel de servicio, seguridad y modernidad que las poblaciones de los países más desrrollados. Esta revolución de realizaciones y aspiraciones es el cambio más importante del Perú, y nuestra población no está dispuesta a retroceder. Lampadia




El 2021 está cerca

El 2021 está cerca

Por Gastón Acurio

(Perú 21 – Cheka, 15 de Enero de 2015)

Una de las grandes virtudes de las sociedades desarrolladas es su capacidad, a lo largo de la historia, para afrontar, sin temor ni vergüenza, los desafíos que la vida va colocándoles en el camino poniéndose de acuerdo en cómo enfrentarlos, resolviéndolos y, a partir de ahí, seguir para adelante. Son sociedades que están constantemente reinventándose, empujando sus talentos siempre hacia el límite, construyendo acción y conciencia cívica día tras día, avanzando y avanzando sin cesar.

Ojalá esta hubiera sido la actitud de nuestra sociedad durante el siglo XX. Todo un siglo entero en el que las idas y venidas políticas nos llevaron de forma incomprensible e inaceptable a ubicarnos a la zaga económica y social del planeta, a tal punto que, para muchos, el siglo XX para el Perú fue el siglo perdido. Sin embargo, el siglo XXI no lo hemos empezado mal.

A pesar del nefasto ruido político que día a día contamina nuestro ánimo, lo cierto es que, como sociedad, hemos logrado algunas cosas muy importantes. Lo primero es que nos miramos al espejo con dignidad y orgullo de ser peruanos. Nos aceptamos como un país multicultural que finalmente encuentra en su mestizaje maravilloso su gran arma, y no, como antes, su gran defecto.

Lo segundo es que creemos en el futuro del Perú. Ya no soñamos con emigrar; nuestros hijos quieren hacer sus sueños realidad en su patria. Lo tercero es que creemos en nuestra capacidad individual para salir adelante. Ya no le creemos al Estado papá que, durante todo el siglo XX, nos engañó con el cuento de que él dirigiría y controlaría nuestro destino con generosidad y sabiduría.

Hoy los peruanos creemos en nuestro trabajo como la gran fuerza motora de nuestros sueños y es así que en este siglo hemos ido construyendo el camino ascendente de nuestra economía. Y, por último, gracias a este enorme esfuerzo de toda la sociedad, hemos logrado sentar las bases de aquello que distingue por encima de todo a las sociedades más estables y desarrolladas del mundo: las bases para la creación de una gran clase media peruana.

En efecto, al comienzo de este siglo, los peruanos emprendedores nos pusimos a trabajar mirando con optimismo el futuro mientras aceptamos que las políticas públicas estuvieran orientadas al desarrollo de las grandes inversiones privadas, de manera que le dieran un impulso poderoso a la economía peruana.

Luego los peruanos hemos seguido trabajando sin desmayo, sacando adelante nuestros sueños, convirtiendo nuestras pequeñitas empresas en medianas y grandes, y una vez más aceptando que con nuestros impuestos se diera un nuevo impulso económico, esta vez orientado a los más desfavorecidos de la sociedad, con programas sociales importantes dirigidos a nuestros ancianos desprotegidos, a nuestros niños en sus escuelas, a nuestros jóvenes talentosos en su formación.

Y es así como llegamos a este 2015 que parece ruidoso, alborotado y más propio del siglo XX que a un 2015 coherente con todo lo acontecido y logrado en este siglo, pero que nos encuentra a los ciudadanos sin la menor intención de renunciar a lo avanzado. Hemos trabajado muy duro para salir adelante, hemos apostado por desarrollar la gran industria y luego por la inclusión social. Ahora toca el gran paso final: el apoyo decidido a esa gran clase media, que será la base de un siglo XXI marcado por la prosperidad y grandeza definitiva del Perú.

Dejemos que las grandes inversiones sigan su rumbo, dejemos que los programas sociales sigan incluyendo a más peruanos, pero ahora enfrentemos con la misma decisión de las sociedades más desarrolladas el gran desafío: la creación de una gran clase media. Crear las condiciones para que los millones de micro y pequeños empresarios prosperen rápidamente; para que nuestros jóvenes puedan llevar su talento a lo más alto, sea estudiando, entrenando o emprendiendo; para que nuestros científicos tengan todos los recursos necesarios para el desarrollo de tecnologías de última generación; para que nuestros artistas, intelectuales y deportistas nos deslumbren con su arte, su sabiduría, sus victorias.

El año 2021 está cerca y de ninguna manera podemos ni debemos permitir llegar al bicentenario de nuestra independencia sin tener algo más que celebrar que nuestra independencia política. De ninguna manera debemos resignarnos a lo logrado y al ritmo de lo ya alcanzado.

Tenemos que soñar en grande y aspirar a más. Mucho más. Si queremos que el año 2021 sea de verdad el punto de quiebre definitivo de un Perú que avanzará inexorablemente hacia la victoria, tenemos que mirarnos al espejo ahora y enfrentar nuestros desafíos individuales y colectivos con más coraje y fuerza que nunca.

Somos la generación elegida para cambiar un siglo perdido por un siglo ganado. Asumamos que toca a nosotros sacrificarnos para lograrlo, que somos nosotros los que tenemos que dejar atrás egos, apetitos, rencores, heridas, egoísmos, miedos. Hemos logrado avanzar, claro que sí, pero debemos avanzar mucho más. El 2021 está cerca. Dejemos de pelear. Es hora de trabajar.




“Siempre pensé en devolver todo lo aprendido”

“Siempre pensé en devolver todo lo aprendido”

Por Ana Valenzuela

(El Comercio, 19 de Enero de 2015)

Un muchacho aprovecha el tiempo que dura la luz roja de un semáforo para demostrar su talento como bailarín sin imaginar que Vania Masías era una de las espectadoras, y menos aún que esta escena marcaría el origen de D1, asociación cultural que este año celebra su décimo aniversario.

“Me ganó el amor por hacer algo en el Perú. Descubrí a los chicos en mis vacaciones y ahora, después de 10 años, no me arrepiento en absoluto”, dice Vania, bailarina peruana que en el 2005 decidió cambiar Londres por Lima. “Luego de haber bailado todos los clásicos que quería aquí, me fui a Londres, allá descubrí el hip hop, popping, locking, breakdance, house y el jazz que me apasiona. Pero siempre pensaba en regresar para devolver todo lo aprendido”, cuenta Vania.

Ahora que recuerda los orígenes de su asociación cultural, Vania cuenta, orgullosa, sobre el camino que han emprendido los primeros jóvenes que pasaron por la escuela y que hasta hoy la llaman “madre”. “Esta semana iré a Nueva York y quien me recibirá será Luis Carrera. Él llegó a la escuela a los 13 años, venía de Pachacútec, ahora vive en Nueva York, es un bailarín consolidado”, expresa Vania. “Él ‘semaforeaba’ en la avenida Grau; cada vez que paso por ahí me emociono, me provoca llorar, qué loco todo lo que ha pasado”, añade Masías y sigue con la larga lista de exitosos pupilos.

Vania aclara que D1 no solo es una academia de baile, sino que se ha convertido en una asociación que mantiene vivo el proyecto social Ángeles D1, el cual permite que chicos de escasos recursos puedan seguir los talleres de baile. “La danza es una herramienta de  desarrollo muy potente”, señala una vehemente Vania.

Para poder hablar de los 10 años de D1, Vania ha tenido que buscar apoyo de la empresa privada, pero hoy puede decir que el proyecto es “autosostenible”. “Estoy muy agradecida a la empresa privada, sería genial tener el soporte del Estado pero ya no contemplo. Nos sostenemos gracias a producciones como ‘Blancanieves’ y el Pura Calle”, cuenta Vania. Añade que Ángeles D1 tiene espacios gratuitos ubicados en el Callao, la Victoria y San Juan de Lurigancho. “Son espacios de prevención; en lugar de que los chicos estén en la calle, van a bailar, es un espacio de prevención como hay en todo el mundo”, señala.

El camino por recorrer

En unos días Vania viajará a Nueva York para renovar el convenio que tiene con el Broadway Dance Center, el cual le permite que docentes y alumnos de D1 realicen una pasantía en esta escuela. “Viajan cuatro profesores cada año con una beca completa, y los alumnos tienen un descuento especial”, comenta Vania sobre este acuerdo.

Acerca de los distintos espectáculos que presentarán este año, la bailarina adelanta que en junio vuelve el Pura Calle y que también repondrán el musical “Mezcla”, en el teatro de la Universidad del Pacífico. “Será una especie de homenaje a la primera obra que presentamos”, añade Masías.

Emocionada, adelanta también que la gala principal por los 10 años de D1 será en setiembre, en el Gran Teatro Nacional. “Extraño bailar y me estoy preparando para esta presentación”, dice Vania, quien en enero del año pasado dio a luz a su segundo bebe. “Soy feliz, tengo un matrimonio maravilloso y estoy por retomar algo que amo: bailar”, comparte Vania.