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Seguimos sin dar pie con bola

Seguimos sin dar pie con bola

El Ministerio de Economía y Finanzas publicó recientemente una proyección del crecimiento del PBI peruano que está entre 3.5% a 4.5% para este año, y el Banco Central de Reserva acaba de reducir la suya a 3.9%. Estas estimaciones, sin embargo, son todavía optimistas comparadas a las del FMI de 3.8%, Citibank de 2.8%, Apoyo Consultoría de 2.4%, y el Bank of America-Merryll Lynch de 2.1%.

Según el Marco Macroeconómico Multianual (MMM), la aceleración del crecimiento de la economía respecto del 2014 “se evidenciará de forma más clara en la segunda parte del año en función a la recuperación de los sectores pesquero y minero, así como a la estacionalidad del impulso fiscal, principalmente de la inversión pública, en un escenario de proceso de aprendizaje de las nuevas autoridades de los Gobiernos Regionales y Locales”.

Veamos las cifras:

Si miramos atrás al 2014, la tasa de crecimiento del Perú se desaceleró fuertemente, llegando a un crecimiento detan solo 2.35%, principalmente debido a la caída dela inversión privada y pública, así como por las menores exportaciones.

El BCR espera un repunte en la actividad minera (¿?) para este año,ajustando sus estimaciones de enero de un 6.3%a un 6.8%. En marzo de este año, la economía peruana se  expandió en 2.68% impulsada principalmente por un mayor dinamismo de la minería, los sectores del comercio y de las telecomunicaciones.

Sin embargo, existen muchas razones que nos llevan a avizorar un panorama más sombrío. Por ejemplo, es probable que el sector construcción sólo logre crecer 1.9 %, a pesar de una previsión anterior de 5.7 %, en parte debido al estancamiento de las obras públicas en provincias después de las elecciones locales a finales del año pasado.

También se ha reducido la previsión de las inversiones públicas, que probablemente crezcan sólo 4 % este año, en lugar del 12 % proyectado, mientras que la inversión privada aumentaría solo en un 1 % en lugar de 3 % (ya suena a ciencia ficción el ritmo de crecimiento de dos dígitos que teníamos hasta hace un par de años).

La actividad de hidrocarburos, es el sector con mayor reducción,- 9.6%, debido a la menor explotación de líquidos de gas natural porlos trabajos de mantenimiento en la planta de Las Malvinas (Camisea). Además, la producción de petróleo crudo se redujo en 5.2%.

Por lo tanto, ésta optimista proyección del MMM para el periodo 2016 – 2018 (que contempla un crecimiento del PBI en torno a 5.5%), sería solo justificable por una mayor inversión en infraestructuras y mayor producción minera. 

Si queremos llegar, o al menos acercarnos, a estas metas, debemos cambiar la situación actual: estamos estancados por unos pocos radicales ‘anti-inversión’, ´anti-progreso´ y ‘anti-extractivismo’, que han secuestrado el desarrollo del país, ahuyentado miles de millones en inversiones y evitado la creación de empleo de calidad.

La minería peruana tiene un potencial para multiplicarse por 5; igual o más en energía; en forestería podemos multiplicarnos por 30; podemos desarrollar acuicultura en nuestros ríos, cochas y mares; etc. El Perú es infinito en comparación al tamaño de nuestra población. Solo necesitamos un gobierno que entienda esa realidad y permita que nuestra capacidad creativa se encargue del resto. Ver en Lampadia: Nuestro potencial productivo supera las limitaciones coyunturales.

Si embargo, la situación ya está en un punto de quiebre: como vamos, para el 2018 no habría inversión minera. Y sin Tía María, las cifras del 2017 se reducirían sustancialmente. Así habríamos perdido el motor más grande de nuestra economía. Ver en Lampadia: Hay que prender el motor de la inversión privada.

El gobierno sigue con su fútil intento de vender sebo de culebra, pero parece repetirse la situación del año pasado en que hubo que corregir todas los pronósticos de crecimiento, mes a mes. En Lampadia venimos advirtiendo esto desde hace más de un año. Ver: Otra vez La Parada (esta vez en la inversión).

“El optimista no es el que cree que Dios se encargará, el optimista es el ser dispuesto a la acción”. Podemos hacer todas las ofrendas y ofrecimientos, pero mientras el gobierno no tome medidas efectivas para impulsar la inversión privada, seguiremos cosechando las malas hierbas que se sembraron.

Después de haber labrado nuestra miseria a lo largo de 30 años (60s, 70s y 80s), tuvimos una recuperación espectacular de la economía y de los indicadores sociales más importantes, en la que lamentablemente, no nos acompañó el Estado ni una mejora equivalente de nuestro clima institucional.

Hacia abril del 2011 se generó una confusión general que nos llevó a elegir un gobierno que negaba nuestros logros y que por sus venas llevaba la grasa que terminaría de tapar las arterias de nuestro crecimiento y bienestar. Desafortunadamente las dosis de ‘Lipitor’ recetadas en la hoja de ruta, no fueron suficientes para corregir la dieta de malas ideas.Asimismo, fuimos tolerantes con los brujos que recetaban “ideas muertas” y dejamos que las prediquen sin contrastarlas, a lo largo y ancho del país. Perdimos el mejor momento de desarrollo integral de nuestra historia. Ahora solo nos queda la receta de Churchill: “Blood, sweat, toll and tears” (Sangre, sudor, esfuerzo y lágrimas).

Resiliencia, ¡a pararse y empezar de nuevo! Lampadia




Cajamarca destruyó su potencial de desarrollo

Cajamarca destruyó su potencial de desarrollo

Según en el último INCORE (Índice de Competitividad Regional) elaborado por el IPE, Cajamarca ha retrocedido nuevamente ubicándose en el penúltimo lugar de competitividad a nivel nacional. La región viene retrocediendo consistentemente los últimos años, lo que significa una caída total de siete puestos desde el INCORE 2012. Este es un retroceso que Cajamarca nunca debió tener, pues tenía el potencial para ser el departamento más rico y próspero del Perú.

El Director de Lampadia refiere que hace algunos años en Cajamarca (antes de Conga), al final de un debate con un connotado representante de la izquierda nacional, una señora le preguntó: “Dígame señor, Cajamarca ¿es mágico?”. La respuesta a la señora fue: “Fíjese señora, las mejores cosas del mundo se clasifican con tres A (AAA), Cajamarca tiene cuatro, CA-JA-MAR-CA. Tiene que ser mágico”. La pena es que los ‘Santos’, convirtieron la magia en brujería. Su mayor riqueza, sus proyectos mineros, se fueron cayendo uno a uno.

Cajamarca está en recesión hace varios años debido a la combinación de ‘ideas muertas’, violencia y a la pésima gestión de sus autoridades, lideradas por su ex presidente Regional (Gregorio Santos), en un desafinado concierto radical junto con el ex cura Marco Arana, Wifredo Saavedra y otros que generaron los conflictos político-sociales promovidos por el discurso anti minero (ahora anti extractivista).

El IPE explica la ubicación de Cajamarca entre los últimos departamentos, por sus debilidades en cinco de los seis pilares. Entre el 2012 y 2015, el pilar Infraestructuras, retrocedió cinco puestos (de 14 a 19) por la menor cobertura y continuidad en el servicio de agua a pesar de haber recibido importantes recursos del canon minero. En el pilar Laboral retrocedió seis puestos (de 17 a 23) debido principalmente a un mayor desempleo juvenil y al empleo informal, así como un caída del empleo adecuado. En el pilar Salud cayó cinco posiciones (de 15 a 20) por el segundo mayor incremento de la mortalidad infantil, solo por detrás de Tacna. En el pilar Instituciones, como se puede ver en el cuadro anterior, también se deterioró hasta el 2014, sin embargo, para el último año se muestra una mejora sustancial que es difícil de entender a no ser que se refiera al encarcelamiento del gran culpable de todo lo demás.

Además, según el INEI, Cajamarca lidera las cifras de pobreza con 53.7% y de desnutrición crónica en niños menores de 5 años. Existen unas 155,000 personas de 15 o más años que no saben ni leer ni escribir.

Los mayores obstáculos al desarrollo de esta región son la alta conflictividad política (en la última década, del 2005 al 2014, se registraron 977 conflictos) y la ineptitud del sector público local. Es lamentable que los pilares en los que se muestra mayor retroceso, infraestructuras y laboral, podrían haber tenido una realidad muy distinta de no ser por los pregoneros violentistas del “Conga no va”. Lo que han logrado ahora es “Cajamarca no va”. Ver en Lampadia: Stalinismo en Cajamarca.

La realidad es que la actividad minera es una de las principales fuentes de ingresos del país, aportando directamente al crecimiento económico y asegurando la estabilidad macroeconómica. Este sector representa más del 56 % del total de las exportaciones de todo el país y aporta casi 15 % del PBI. Conga habría invertido alrededor de US$ 5,500 millones. Además se suspendieron o debilitaron los proyectos de Quilish, Conga, Galeno, Michiquillay y Cerro Corona.

El canon minero aporta a la región donde opera el proyecto. El 50% del Impuesto a la Renta que pagan las empresas mineras solventa, en gran parte, el presupuesto de las regiones más pobres del país. Este debería usarse en la construcción de carreteras, colegios, centros de salud, y servicios sanitarios entre otros, mejorando así las condiciones de vida de sus pobladores. Estas mejoras generan efectos en cadena y vuelven a la región más atractiva para el turismo y el comercio, que también vitalizan su economía.

En el tema laboral, el proyecto Conga habría generado miles de puestos de trabajo. Según estudios del mismo IPE, por cada puesto minero se crean 9 en los demás sectores, entre directos, indirectos e inducidos. Sin embargo, actualmente en la región, la creación de empleo está de caída, -5.5% (puesto 23), el empleo informal en 90% (puesto 23) y la fuerza laboral capacitada en 16% (puesto 23).

Además, las empresas mineras construyen carreteras (una gran debilidad de Cajamarca), otras infraestructuras como acceso al agua, desagüe y electricidad, apoyo a colegios, hospitales y otros desarrollos sociales que son tan necesarios en regiones donde el Estado (gobiernos regionales y locales) muestran los máximos niveles de ineficiencia. Actualmente Cajamarca cuenta con una cobertura de electricidad de 75% (puesto 23), una cobertura de agua de 57.7% (puesto 22) y de desagüe de 43% (puesto 17). Peor aún, la cobertura del personal médico es de 4.8%, la peor del país.

Es por esto que no se debe permitir que sigan las protestas con violencia e impunidad como las de Tía María. Está sucediendo lo mismo que en Conga en el 2011. Nos quieren obligar a cancelar los proyectos mineros con mentiras, manipulaciones y piedras.

Hasta antes de la asonada del valle de Tambo en el sur, Cajamarca era el mal ejemplo de desarrollo, mientras Arequipa era uno de los mejores. Después de la penetración de los cajamarquinos como Arana en el sur, Arequipa parece encaminarse por la misma senda. El proyecto de Tía María representa una inversión de US$ 1,400 millones, pero en realidad es mucho más que eso, es una oportunidad para retomar la senda de crecimiento, promover la inversión, en armonía y con visión de futuro, pero tal vez, era la mejor ocasión, para demostrar que el Perú podía enmendar errores como la parálisis de Conga.

La creación de riqueza que aporta la minería, en la proporción y velocidad que no puede hacer ningún otro sector, le permitiría al Estado emprender la inmensa tarea de ponernos al nivel del resto del mundo y no seguir atrasados y ampliar las  brechas que mantenemos con los países más ricos, cuando termine de tomar cuerpo la ‘tercera revolución industrial’. Ver en Lampadia: La Tercera Revolución Industrial.

La situación ya está en un punto neurálgico: Como vamos, para el 2018 no habría inversión minera. Y sin Tía María, las cifras del 2017 se reducirían sustancialmente. Así habríamos perdido el motor más grande de nuestra economía. Ver en Lampadia: Hay que prender el motor de la inversión privada

No podemos consentir que unos pocos radicales ‘anti-inversión’, ´anti-progreso´ y ‘anti-extractivismo’, secuestren el desarrollo del país, ahuyenten miles de millones en inversiones y eviten la creación de empleo de calidad, en nombre de las ‘ideas muertas’ disfrazadas de un  falso ambientalismo. Lampadia