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Muy bueno para los que tuvieron agua todo el año…

Muy bueno para los que tuvieron agua todo el año…

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 31 de diciembre de 2021
Para Lampadia

El año 2021 que acaba de terminar, fue un buen año de agua. Efectivamente, hubo agua en abundancia. Me refiero a la temporada de lluvias de principios de año, entre enero y abril, y al final del estiaje, desde mediados de noviembre en adelante, cuando empezó a llover nuevamente. 

La gente se olvida, pero durante el verano pasado – como siempre – botamos cualquier cantidad de agua dulce al mar. Y por si fuera poco, tuvimos desbordes e inundaciones por la gran cantidad de agua que tuvimos en nuestros ríos y canales. Incluso, producto de las lluvias, hubo huaicos de lodo y piedras que cortaron carreteras y caminos, y arrasaron con todo lo que encontraron en su camino.

Por otro lado – como era de esperar – no llovió entre mayo y octubre, tal como ocurre todos los años, desde toda la vida. El estiaje es así… no llueve. Siempre ha sido así. Eso lo sabemos los agricultores de Costa, Sierra y Selva; y del Norte, Centro y Sur. Todos.

Ahora bien, quienes estamos involucrados en el quehacer agrícola, también sabemos que las plantas producen más – y mejor – cuando tienen agua todo el año, no sólo cuando llueve. 

Para ello, algunos hemos construido reservorios donde guardamos aguas sobrantes de la temporada de lluvias. Otros han perforado pozos para extraer agua del subsuelo. Así – con reservorios y / o pozos – los agricultores modernos y eficientes tenemos agua todo el año.

He ahí la principal diferencia entre la agricultura altamente productiva y la agricultura precaria: el agua. Y si el agua se maneja a través de sistemas de riego tecnificado, mejor aún. Entonces, la disyuntiva es: ¿agua todo el año, o agua solamente cuando llueve? 

Esa es la diferencia entre la agricultura empresarial, que emplea formalmente a un millón de trabajadores, y que en el 2021 batió todos los récords de exportaciones de uvas de mesa, arándanos, paltas, cítricos, y demás; y la pequeña agricultura tradicional, que emplea informalmente a cinco millones de peruanos, y que la está pasando mal… muy mal.

Pregunta del millón: 

  • ¿Tan difícil es entender la problemática del agua para la agricultura? 

  • ¿Acaso, tener o no tener agua todo el año – más el riego tecnificado – no hace la diferencia entre una agricultura próspera y una agricultura pobre? 

  • ¿Por qué no priorizar la construcción de reservorios – y pozos – en todo el país, para que los pequeños agricultores produzcan más, y dejen de ser pobres?

Pues bien, eso que es tan sencillo de explicar, y de sentido común, aparentemente no lo es para nuestras autoridades políticas. Sobre todo, para las del Ministerio de Agricultura. Porque si así fuera, la conclusión sería aún peor: a nuestros políticos les importa un bledo que los pequeños agricultores se mueran de hambre. 

¿Ignorancia o indolencia? ¡Esa es la cuestión! ¿Qué tienen nuestros políticos que no ven la solución a la problemática del agua para la agricultura? De repente, son ambas cosas a la vez: ignorantes e indolentes.

Si no cómo explicar que se vayan tanto por las ramas con la cantaleta de la 2ª. Reforma Agraria. ¿A quién se le puede ocurrir que una planta de fertilizantes en Bayóvar va a resolver la problemática de la pequeña agricultura ¡si no tienen agua! 

¿Qué efecto podrá tener – más allá de la pose y la demagogia política – que el presidente Castillo regale tractores a agricultores que no tienen agua? O que el Gobierno ofrezca financiamiento, o comprar su producción ¡si no producen… porque no tienen agua!

No priorizar el agua y el riego tecnificado, es como poner la carreta delante de los burros. Todo lo demás – mecanización, financiamiento, industrialización, compras estatales, reorganización del Ministerio de Agricultura, Servicio Civil de Graduados, etc. – es secundario. Repito. La carreta delante de los burros: esa es la imagen que mejor caracteriza al Ministerio de Agricultura de cara a la pequeña agricultura, o agricultura familiar.

Conclusión: la máxima prioridad para la agricultura debe ser el agua. Abramos los ojos a la realidad. El 2021 que acaba de terminar fue muy bueno para los agricultores que tuvieron agua todo el año… pero pésimo para los demás. Lampadia




Mucho floro y ni una gota de agua almacenada

Mucho floro y ni una gota de agua almacenada

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 3 de diciembre de 2021
Para
Lampadia

Empezó la temporada de lluvias. El estiaje terminó. Hace poco estuve en la Sierra y llovió todos los días. Una vez más, como todos los años entre los meses de diciembre y abril, los ríos del Perú – todos – se cargarán con aguas de lluvias. Mucha agua dulce se perderá en el mar, sin ser aprovechada. Peor aún, muchos ríos – el río Ica, por ejemplo – estarán al límite de su capacidad. Incluso, algunos se desbordarán e inundarán cultivos y centros poblados. También habrá huaicos de lodo y piedras que interrumpirán carreteras y arrasarán con todo lo que encuentren a su paso. Es decir, agua como cancha.

La pregunta es ¿por qué algunos políticos, periodistas, académicos, y demás, dicen – y repiten – que no tenemos agua? Que las empresas agrícolas se la llevan toda. Que regiones como Ica – por ejemplo – no tienen agua. ¿Acaso no ven los ríos y acequias de los valles de la Costa? ¿No ven las aguas de nuestros ríos llegando al mar sin ser aprovechadas?

Todos los años es la misma historia. Todos los años, los agricultores aguardamos con impaciencia el inicio de la temporada de lluvias, y la llegada del agua nueva; la cual, semanas más semanas menos, siempre llega por esta época del año. Siempre.

La pregunta – entonces – no es si tenemos agua, o no. Porque está claro que tenemos agua, y abundante. El problema es que el agua que tenemos es estacional. Entonces, el desafío es ¿qué hacer para tener agua todo el año? No sólo en la temporada de lluvias… como ahora, que tenemos agua de sobra. Incluso ¿qué hacer para tener control de la situación durante las avenidas? ¿Cómo hacer para evitar los desbordes e inundaciones propias de esta época del año?

Pues bien, la respuesta es muy sencilla, aunque – por lo visto – no lo es para el Estado. Al menos, para el Ministerio de Agricultura, que no entiende la problemática del agua en nuestro país. Efectivamente, no entiende que la solución al problema del agua en los estiajes pasa indefectiblemente por la construcción de reservorios. Reservorios en la Sierra, allá arriba donde llueve. Incluso abajo, en los valles costeros para guardar parte de las abundantes aguas de avenida.

Dicho sea de paso, nada sería más beneficioso para la pequeña agricultura – o agricultura familiar, como quieran llamarle – que la construcción de muchos reservorios… grandes, medianos y pequeños. Por otro lado, la vegetación también es muy efectiva para retener aguas de lluvias, así que la plantación de árboles y pasturas en la Sierra ayudaría mucho a la solución del problema del agua. A esto se le conoce como Siembra y Cosecha de Agua. Así – y sólo así – los pequeños productores del campo tendrían agua todo el año, sin desbordes e inundaciones.

Eso es precisamente lo que hicimos bajo el liderazgo de la Dirección Agraria del Gobierno Regional de Ica, durante el período 2015 – 2018. Para ello, establecimos lo que denominamos “La Hermandad del Agua” entre Ica, Huancavelica y Ayacucho. Es decir, 

  1. dialogamos con respeto y cordialidad con nuestros pares andinos. 

  2. Creamos los Consejos de Cuenca de manera equitativa con nuestros vecinos de la Sierra. 

  3. Compartimos las aguas almacenadas con las comunidades altoandinas. Y 

  4. mantuvimos los ecosistemas a lo largo y ancho de todas nuestras cuencas; desde las nacientes hasta las desembocaduras.

Además, tecnificamos el riego, instalando aspersores en las partes altas y quebradas; y en las partes medias y bajas contamos con pozos electrificados con sistemas de riego por goteo. 

Asimismo, infiltramos mucha agua durante las avenidas. Dimos tomas libres – levantar todas las compuertas – para que los agricultores regaran sin ninguna limitación. Y así rellenamos los acuíferos de Ica y guardamos agua para el estiaje. Estado, comunidades, juntas de usuarios, empresas privadas… todos nos dimos la mano en Ica, y la cosa funcionó.

He ahí una propuesta de política agraria con énfasis en la problemática del agua. En mi opinión, esa debería ser la máxima prioridad de la llamada 2ª. Reforma Agraria del actual Gobierno. El problema es que – contrario a la propuesta – la corrupción, la politiquería, y el desgobierno nos están llevando al clásico: mucho floro y ni una gota de agua almacenada. Lampadia




Tenemos agua (…) pero no tenemos agua (…)

Tenemos agua (…) pero no tenemos agua (…)

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 9 de abril de 2021
Para Lampadia

Tener agua, pero no tener agua… es un sinsentido. ¿Tienes o no tienes agua? Sanseacabó. Así decían los maestros de mi tiempo en el colegio cuando querían dar por terminado algunos asuntos.

A propósito de colegios, no sé por qué me ha venido a la memoria aquellos exámenes donde debíamos completar ciertas frases con palabras faltantes, las cuales debían consignarse en espacios marcados con puntos suspensivos. Tal como se muestra en el título de este artículo.

Bueno pues, el sinsentido en cuestión podría dejar de serlo – al menos, lingüísticamente – si completáramos la frase de la siguiente manera: Tenemos agua (en nuestros ríos) pero no tenemos agua (en nuestras viviendas). Así, la frase adquiere sentido.

Ahora bien, si fuéramos a Ica en estos días – por sólo citar mi destino más frecuentado – notaríamos que efectivamente tenemos cualquier cantidad de agua en nuestros ríos, pero no tenemos agua en nuestras viviendas. ¡Y eso que estamos en abril! El hecho es que desde diciembre pasado hemos botado cualquier cantidad de agua dulce al mar. ¡Decenas de millones de metros cúbicos!

La pregunta – al margen de lo lingüístico – debería ser: ¿tiene lógica que tengamos agua en nuestros ríos, pero que no tengamos agua en nuestras viviendas? Y la respuesta es NO… NO con mayúsculas. No tiene ninguna lógica que los iqueños – chinchanos, pisqueños, iqueños, palpeños y nasqueños – tengamos cualquier cantidad de agua en nuestros ríos – y en nuestros acuíferos – pero que no tengamos agua en nuestras viviendas.

Pues bien, eso que pasa en Ica, pasa en todo el Perú. Incluso, en ciudades como Iquitos, Pucallpa, Puerto Maldonado, Puno, y otras donde al agua dulce abunda en los ríos y lagos circundantes. Más aún, Lima Metropolitana – nuestra Ciudad Capital – también está metida en la colada. ¡Millones de peruanos – incluso limeños – no tienen agua en sus viviendas! Esa es la realidad… pura y dura.

Evidentemente, “algo” ha fallado en el tema del agua potable en nuestro país. Y ese “algo” tiene nombre y apellido. Su nombre es Empresas Prestadoras de Servicios de Saneamiento (EPS). Y se apellida Juntas Administradoras de Servicios de Saneamiento (JASS).

Ambas – EPS´s y JASS´s – son empresas municipales. Las EPS´s son empresas municipales provinciales, mientras que las JASS´s son empresas municipales distritales. El problema es que TODAS han resultado empresas fallidas. Ineficientes, inoperantes, obsoletas, insolventes, indolentes, clientelistas, corruptas… ¡qué más quieren que les diga!

De allí que resulte inexplicable cómo nuestro Estado no haya sido capaz de corregir un problema tan importante como el del agua potable para nuestra población. Agua potable universal y continua. Es decir, agua para todos… 24 horas al día… todos los días del año… agua potabilizada que se pueda beber sin problema… proveniente de la gran cantidad de agua dulce que tenemos a nuestro alrededor. ¿Qué Estado tan inoperante tenemos que no haya sido capaz de implementar una solución – técnicamente – tan sencilla?

CONCLUSIÓN: La politiquería es la madre del cordero. Las EPS´s y las JASS´s han devenido TODAS en antros de politiquería e inoperancia. Empresas especializadas en la materia deben asumir – previos concursos de méritos – la gestión de dichas empresas. Antes, hay que fusionar a muchas de ellas para lograr economías de escala y eficiencias operativas. Las tarifas de agua no tienen por qué subir. Al contrario, deberían bajar. Sobre todo, para la pobre gente que no tiene redes de agua en sus viviendas, y tiene que comprarla en cilindros.

Los candidatos no hablan del tema. La gestión del agua potable – y alcantarillado – se ha vuelto un tema tabú. Casi toda la prensa iqueña – y peruana – está a favor de mantener el Statu Quo. Es decir, que todo siga tal cual. No quieren tomar al toro por las astas. Siguen diciendo – y ofreciendo – que el Estado va a resolver el problema del agua potable. ¡Corrupción… pura corrupción! Eso es lo que hay detrás de todo este desmadre. ¡Oh diosa coima… cuánta gente ha enfermado – y muerto – por falta de agua potable en nuestro país!

Tenemos agua (en nuestros ríos), pero no tenemos agua (en nuestras viviendas). ¡Esa es la patética realidad! Lampadia




La verdad sobre el Puerto de Pisco

La verdad sobre el Puerto de Pisco

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 19 de junio de 2020
Para Lampadia

El Puerto General San Martín de Pisco tiene detractores. ¡Qué duda cabe! Además, qué – o quién – no tiene detractores en esta vida. Sin embargo, lo que algunos no quieren reconocer es que hay gente que está a favor de la modernización y ampliación del puerto. En realidad, somos más los peruanos que respaldamos el Puerto de Pisco, que aquellos que se oponen a él.

La razón es muy sencilla. Desde el punto de vista logístico – aparte de ahorrar costos, tiempo, y riesgos de accidentes – el Puerto de Pisco descongestiona el Puerto del Callao. Descongestiona el tráfico infernal de Lima y El Callao. Y descongestiona la Carretera Panamericana… en el tramo Pisco – Lima. ¿Cuántos accidentes – y cuántas horas perdidas – se evitan? ¿Y la huella de carbono que ello conlleva? ¡Cómo que el Puerto de Pisco no tiene impacto vial y ambiental positivos!

Hace poco el tema en debate fue el dragado del puerto. Los mismos detractores de hoy, anunciaron – entonces – el apocalipsis de la Bahía de Paracas. Pues bien. El dragado se hizo correctamente. Y el tiempo le dio la razón al concesionario. Ahora el puerto es más profundo y puede atender a barcos de mayor calado que antes. Y – lo más importante – no ha habido ninguna afectación al ambiente, ni a la fauna y flora marina y costera.

Ahora, el tema en debate es el almacén de concentrados de minerales que el concesionario pretende construir para ampliar las operaciones del puerto. A ese respecto – al igual que en el tema del dragado – la prensa viene siendo utilizada para propalar un cúmulo de falsedades que – en aras de la verdad – merecen ser aclaradas.

Dicen – estos detractores del puerto – que los concentrados van a estar expuestos al viento de Paracas. Falso. El almacén será un recinto cerrado, con presión interior negativa. Es decir, las partículas de minerales no podrán salir del almacén a la intemperie. Más aún. Los camiones que transportarán los concentrados – aparte de estar dotados de tolvas herméticamente cerradas – serán aspirados y lavados dentro del almacén. El circuito del agua para el lavado de camiones será cerrado. O sea, cero vertimientos.

Para el embarque de concentrados se utilizarán contenedores – también cerrados – que descargarán el material dentro de las bodegas de los barcos, las cuales contarán con un sistema de nebulización para que ninguna partícula de mineral salga al medio ambiente.

Sigamos el ejemplo de muchos puertos impecables que hay en el mundo. Me vienen a la memoria dos que conozco personalmente: el de San Francisco en Estados Unidos, y el de Ciudad del Cabo en Sudáfrica. Puertos que además de terminales logísticos – limpios y seguros – son destinos turísticos y recreacionales. Puertos donde conviven en perfecta armonía barcos, astilleros, grúas y contenedores, restaurantes y hoteles, parques, teatros, campos deportivos, y tiendas de todo tipo.

Puertos donde la gente va a pasear y a recrearse… sobre todo niños. Puertos donde – por encima de todo – se respecta la naturaleza: aves, animales, peces, y plantas. ¡Impecables!

Vamos. El Puerto de Pisco va a generar mucho progreso y bienestar a la población de Paracas, San Andrés y Pisco. El fondo social comprometido redundará en la mejora significativa de la salud y educación de los pisqueños. Incluso, en la mejora de los servicios de limpieza pública y agua potable que hoy por hoy está en estado ruinoso. En realidad, medio Perú se beneficiará con el Puerto de Pisco. Lampadia




Sin agua para lavarnos las manos

Sin agua para lavarnos las manos

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 10 de abril de 2020
Para Lampadia

Aparte de provocar fiebre, tos seca, pérdida de olfato y gusto, dificultad para respirar, y – en algunos casos – hasta la muerte, el Coronavirus ha resultado ser un gran encubridor. Muchos problemas que venían ocupando la atención de la gente han quedado en el olvido. La corrupción… por ejemplo. Como que el virus – pareciera – ha eliminado la palabra “corrupción” de nuestro diccionario.

Asimismo, la pandemia ha encubierto completamente la discusión de algunos otros temas candentes, como la desaceleración económica de los últimos años en nuestro país. Pero no sólo eso. La pésima gestión gubernamental en materia de porcentaje de ejecución presupuestal, la pusilanimidad presidencial frente a los movimientos anti mineros, el incremento desmedido de la burocracia estatal inútil y corrupta, las pintorescas puyas entre el Congreso y el Ejecutivo, y muchos otros temas más… todo quedó traspapelado en algún lugar remoto de nuestras memorias. Podría ser que – aparte de los síntomas antes mencionados – el Coronavirus también provoque la pérdida de la memoria. ¿Cómo será?

Sin embargo – contrario a lo anterior – el Coronavirus también resultó ser un gran descubridor. Como que descubrió algunas falencias que estaban pasando un tanto inadvertidas frente a la ciudadanía. El agua potable y alcantarillado… por ejemplo. Mejor dicho, el fracaso estrepitoso – a nivel nacional – del suministro de agua potable para la población.

¡Qué mala suerte! Resulta que la recomendación más importante para combatir al Coronavirus es – precisamente – lavarse las manos frecuentemente. Lavarse las manos con agua y jabón. Ahora bien… jabón tenemos. Pero ¿cómo lavarse las manos… sin agua? ¡He ahí el problema!

El hecho es que el suministro de agua potable en nuestro país está a cargo de las Entidades Prestadoras de Servicios de Saneamiento (EPS). SEDAPAL es una de ellas… y ciertamente la más grande, y la más conocida. Pero hay alrededor de 50 EPS más. La mayoría son empresas de propiedad de las municipalidades provinciales. Es decir, de los municipios de las principales ciudades del interior del país.

A nivel rural, el agua potable está a cargo de las Juntas Administradoras de Servicios de Saneamiento (JASS). Hay alrededor de 6,000 JASS a nivel nacional. Y la mayoría son manejadas por los municipios distritales.

A lo que quiero llegar, es que ese esquema – el de las empresas municipales de agua potable – fracasó. La mayoría de EPS y JASS están quebradas financieramente. La corrupción y el clientelismo político las quebró. Yo puedo dar fe de ello. Las EPS y JASS de la Región Ica son – casi todas – antros de corrupción e inoperancia. Por eso los iqueños no tienen agua en sus casas. Por eso mismo, la mayoría de peruanos tampoco tiene agua potable… 24 horas al día.

Dejémonos de hipocresías. La institucionalidad del agua tiene que cambiar. La salud de millones de peruanos está en juego. Una entidad pública autónoma, especializada, y meritocrática – tipo Banco Central de Reserva (BCR) – que no dependa de los ministros o alcaldes de turno. Eso es lo que se necesita. Los ministros y alcaldes cambian a cada rato. Y con ellos cambia – también – gran parte del personal de las EPS y JASS. Clientelismo político en su máxima expresión.

¡Qué se puede esperar de ello! Pues lo que tenemos ahora. ¡Millones de peruanos sin agua! O sea, millones de peruanos sin poder lavarse las manos. Lampadia




Soluciones sencillas para que todos tengamos agua

Soluciones sencillas para que todos tengamos agua

Carlos Paredes Gonzales
Coordinador Nacional
Sierra Productiva
Para Lampadia

La pandemia del coronavirus que azota a 183 países del mundo, ha puesto el tema del agua en un lugar de extrema prioridad. Transcribo de La Gaceta de Salamanca, “Un grupo de expertos de Naciones Unidas ha avisado este lunes (23 marzo) de que la pandemia global del coronavirus no podrá pararse si no se proporciona agua a las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Dado que lavarse las manos con jabón y agua limpia es vital en la lucha contra el Covid-19, los gobiernos de todo el mundo deben proporcionar un acceso continuo y suficiente agua a las poblaciones que viven en las condiciones más vulnerables, han solicitado los expertos de la ONU. La lucha mundial contra la pandemia tiene pocas posibilidades de éxito si la higiene personal, la principal medida para prevenir el contagio, no está al alcance de los 2 mil 200 millones de personas que no tienen acceso a servicios de agua potable”, han agregado.

Naciones Unidas realiza una medición que le denomina Índice de Pobreza Multidimensional (IPM). Los datos del 2018 ubican al Perú como el sexto peor país de América Latina, detrás de Nicaragua, Honduras, Bolivia, Guatemala y Haití. Andamos muy mal calificados en la combinación de factores como son dotación de alimentos, calidad nutricional, ingresos, agua y saneamiento, calidad de vivienda, educación, salud y conectividad.

En Lima más de un millón de personas no tiene conexiones de agua de flujo continuo. El agua que poseen les es distribuida mediante camiones cisternas llamados aguateros que almacenan en bidones y cilindros. Esta carencia se mantiene así por décadas. Candidatos y toda nueva autoridad promete resolver y nadie cumple. Este sistema se extiende a gran parte de las zonas marginales de las grandes ciudades del país.

En zonas rurales del Perú, no existe agua potable. Donde hay red de conexión domiciliaria, esencialmente capitales de distritos y centros poblados (alrededor de 2 mil), es solamente agua entubada, de dudosa calidad. No hay plantas potabilizadoras. En los tanques donde se almacena agua para ser distribuida, le ponen, irregularmente, dosis de cloro. Esta agua, de mala calidad, abastece hogares e instituciones educativas.

El Perú rural tiene 2 millones 300 mil unidades productivas cuyo 97% son de agricultura familiar. Cada unidad productiva es un hogar que es distante el uno del otro. El Perú tiene 126 mil centros poblados. El 55% se encuentra entre los 3,500 y 5,000 metros de altitud. Una minoría de hogares tiene instalaciones de agua corriente, que es agua entubada de dudosa calidad, sin tratamiento alguno. La inmensa mayoría acarrea agua día a día de algún manantial u otra fuente.

Alternativas de solución.

1. Area rural

a. Reservorio unifamiliar con 3 conexiones

En Sierra Productiva existe propuesta y experiencia de manejo integral del agua. Consiste en captar agua de una fuente permanente, principalmente manantiales, para almacenarla en un reservorio unifamiliar. Se colocan 3 conexiones:

  • La primera conduce el agua a un tanque elevado cercano a la vivienda, y de allí se hace una línea de distribución para cocina, baño y lavabo. Se instala un nano filtro que permite purificar el agua al 100% de pureza.
  • La segunda conexión es para riego tecnificado por aspersión y goteo, con lo cual la unidad productiva familiar asegura dar un salto al progreso porque podrá cultivar los 365 días del año, ampliar diversidad de cultivos y tener crianzas tecnificadas, lo cual asegura buena alimentación, elevación de la productividad, mejora sustantiva de los ingresos y abastecimiento de mercados locales y regionales.
  • La tercera conexión sirve para conducir agua a bebederos de crianzas mayores y menores.

Destaquemos que la innovación productiva en base al riego tecnificado de pequeña envergadura, hará que la chacra provea ingresos no monetarios expresados en alimentos abundantes y diversificados a todos los integrantes de cada familia, equivalente a 500 soles por mes, e ingresos monetarios de mil soles al mes por venta de excedentes, durante el primer año, lo que se incrementará en años siguientes.

Cuán desamparados estamos que ante la pandemia del coronavirus que el Estado hace ingentes esfuerzos financieros para dar 380 soles por familia por una sola vez, cuando con opciones innovadoras podemos lograr una solución integral, sostenible y generadora de nuevo valor para beneficio de los consumidores del Perú y el mundo.

b. Eco-baño

Al mismo tiempo, la totalidad de hogares de las 2 millones 300 mil unidades productivas deberán tener un desagüe óptimo a través de instalación de eco-baño que permite que la habitación de baño se ubique dentro de la vivienda y que desde una taza de baño, con arrastre hidráulico conduzca esas y las otras aguas de uso doméstico a un tanque donde se realiza una purificación anaeróbica y esas aguas ya tratadas van a un campo secundario para segunda purificación esta vez aeróbica y de allí se recogen aguas cristalinas que permiten ser utilizadas en el riego. No se contaminan aguas superficiales ni del subsuelo.

El eco baño tiene dos opciones. Por vivienda individual o por grupo de viviendas.

A lo anterior hay que agregar la dotación de agua de calidad y baño ecológico en instituciones educativas que en Perú rural son 51,594.

2. Centros poblados, capitales de distritos y capitales de consejos menores:

Si ya se cuenta con agua domiciliaria entubada, colocar en cada hogar el dispositivo de nano filtro para permitir que el agua de dudosa calidad pueda pasar a tener 100% de pureza. Es tecnología no convencional muy sencilla de instalar. Si acaso el agua tuviese contaminación de metales pesados, se agrega en cada hogar la instalación de filtros que eliminan esos agentes dañinos y garantizan agua purificada.

3. Perú urbano

En Lima principalmente y en todas las grandes ciudades que están en la costa, la situación es compleja, pero todo tiene solución.

Casi todas las viviendas sin agua fluida se ubican en zonas altas de la periferia de los distritos. Se requiere ubicar un punto donde se pueda captar agua. Hacer reservorios tipo los que tienen los edificios. Bombear hasta las partes altas. Así ocurre con edificios modernos de hasta 20 pisos o más. ¿Acaso esa tecnología no puede ser replicada para atender la urgencia de agua domiciliaria para familias pobres? Imaginemos centros de bombeo ubicados en batería cada 1,000 metros, para elevar el agua hasta la cumbre de los cerros. Colocar tanques elevados de gran capacidad en 3 ó 4 andenes de modo que sirvan para distribuir agua a todas las viviendas que estén debajo de cada andén y a su vez, desde allí re bombear para seguir elevando el agua hasta llegar a la cumbre de todos los cerros.

En Sierra Productiva, con innovación artesanal, en distritos como Huáncano y Humay en Pisco, en Carabamba en Julcán y en Tayacaja, hemos bombeado agua a 300 y 600 metros de altitud, con varios re bombeos, con una bomba eléctrica de medio caballo de fuerza. La bombita costó 150 soles y en Juliaca las fabrican por 50 soles. Esa experiencia, con mejor tecnología es perfectamente aplicable.

En el mismo ámbito, es perfectamente posible implementar la solución tecnológica denominada “desaladora de agua de mar”.[1] En el mundo existen 15 mil de estas plantas. Los países que más las utilizan son Emiratos Árabes, España y EEUU. Israel, en Ashkelon, tiene la planta más grande del mundo que produce 165 mil m3 por día.

En Perú tenemos una extraordinaria experiencia. Está cerca de Lima. En Chincha. La implementó la minera Milpo hoy llamada Nexa.[2] Transporta el agua de mar luego de que un proceso de ósmosis inversa la convierte en agua dulce, a una distancia de 60 Km que no son llanos porque se elevan hasta 3 mil metros de altitud para llegar al asiento minero Cerro Lindo. Nexa no capta ni un solo litro de las escasas aguas del distrito Chavín y por tanto no perjudica a hogares comuneros ni al uso agropecuario.

En Chile existe una planta en Atacama, en una zona llamada Caldera.[3] Capta agua del mar, le quita la sal por ósmosis inversa y distribuye agua dulce a tres destinos. A Caldera, que se ubica a 93.7 Km de distancia. Luego a Copiapó que está a 76.8 Km y finalmente a Tierra Amarilla que dista 90.3 Km. En suma, distribuye a una red cuya distancia suma 260.8 Km.

El mar en Perú está a muy poca distancia de las grandes ciudades que carecen de agua potable de alta calidad y la cumbre de los cerros donde existen viviendas es máximo la tercera parte de la que Nexa tiene en la mina Cerro Lindo.

¿Qué se requiere para concretar las soluciones planteadas?

  • Voluntad política firme.
  • Reingeniería de normativas tecnocráticas y burocráticas.
  • Reflexión profunda de las lecciones que nos plantea la terrible pandemia que el mundo padece estas semanas que tiene en el agua y el aseo frecuente lavándose las manos con jabón, la principal medida para romper la cadena de contagio del coronavirus.

Si se hiciera lo que aquí se plantea, resolveríamos de paso la anemia y la desnutrición, que tienen en el agua de pésima calidad el principal agente que causa infecciones estomacales agudas provocando entre 2 y 6 diarreas por año, con lo cual se pierden bruscamente micronutrientes que toma largo tiempo recuperarlos y a cada episodio se va mellando la capacidad inmunológica, debilitando a los seres humanos ante epidemias o pandemias como las que ahora ataca a la humanidad entera.

Estas soluciones debieran también ser puestas en prioridad para reactivar la economía, que sufrirá un bajón considerable.

Aunque somos muy escépticos por cómo el Gobierno y el Estado cierran puertas a Sierra Productiva, sería deseable que recojan experiencias validadas y abran las puertas a quienes tienen experiencia por haberlo hecho y saber hacerlo, que son los Yachachiq de Sierra Productiva, que pueden ser protagonistas de este cambio sustancial. El Estado, sus autoridades, sus tecnócratas y burócratas ¿tendrán altura de miras para disponerse a aprender de los que ya demuestran? Gigante reto en tiempos de coronavirus. Lampadia

[1] Desalación de agua de mar: así es como lo hacemos
https://www.youtube.com/watch?v=n8t9nU7wzLw

[2] Planta Desalinizadora de Cerro Lindo
https://www.youtube.com/watch?v=qH_MIPid33w

[3] Planta desalinizadora de agua de mar Atacama
https://www.youtube.com/watch?v=NrEbJqPOAk8




El Coronavirus obliga a acelerar reformas clave

El Coronavirus obliga a acelerar reformas clave

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Los retos que impone al Estado y a la sociedad la contención del coronavirus podrían ayudarnos a convertir esta crisis en oportunidad si aceleramos los cambios necesarios e incluso damos respuestas creativas y lanzamos cruzadas que rompan los moldes tradicionales.

Reforma del SIS y de la salud

Por supuesto, el virus nos coge con servicios de salud muy deficientes, sin que hayan sido reformados. Lo más importante, claro, son las políticas de distanciamiento social, pero estas se extreman, en parte, por la precariedad de nuestro sistema de salud. Acondicionar en la emergencia los hospitales supone, nos dicen los doctores Patricia García y Moisés Rosas, comprar urgentemente equipos respiradores y equipos de bioseguridad para la protección del personal, y capacitarlo para manejar los protocolos. También ventiladores mecánicos, sistemas de ventilación con extracción.  

Pero esta experiencia debería servir para reformar de una vez el sistema de salud, no solo para estar preparados siempre ante una emergencia, sino para atender a la población en sus problemas corrientes de salud, acaso más letales que el coronavirus. Se supone que el sector se encuentra justamente trabajando un nuevo modelo de gestión y de pago en el SIS no solo para poder atender a los 4 millones de peruanos adicionales que tienen ahora cobertura, sino para atender bien a los asegurados actuales, que en un porcentaje apreciable no se llevan sus medicamentos gratis ni se les resuelve el problema de salud. Es indispensable pasar a un modelo por el cual el SIS pague a los establecimientos no por número de atenciones como es ahora –incentivando el sobregasto y la corrupción- si no por el logro de metas relacionadas esos dos objetivos: porcentaje de pacientes que se llevan todos los medicamentos gratis y que resuelven su problema de salud.

Este es el momento para hacer esa reforma, así como otras vinculadas al intercambio prestacional con Essalud y a la integración de todos los prestadores –incluyendo los privados- en las redes sanitarias. Y concesionar hospitales.

Es el momento para establecer una estrecha colaboración público-privada no solo en la prestación, sino en el abastecimiento de medicamentos e insumos. La reforma de la Digemid, núcleo de trabas y demoras para el otorgamiento de registros sanitarios, cae de madura.

Agua potable, EPS y agua purificada

Otro tema que ha saltado a la vista es el hecho de que más de 7 millones de peruanos no pueden cumplir con la recomendación básica del frecuente lavado de manos con agua y jabón para prevenir el contagio, por la sencilla razón de que carecen de agua potable corriente en sus casas, a los que hay que agregar los millones que solo disponen de agua potable domiciliaria pocas horas al día. Son 2.5 millones en zonas urbanas y 4.8 millones en zonas rurales que consumen agua no potable proveniente de la red pública, según el Instituto de Economía de Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Lima.

Esto ocurre pese a que el Estado gasta 5 mil millones de soles al año en obras de agua y saneamiento, dinero que literalmente se echa al agua porque la mayor parte de las empresas municipales de saneamiento (EPS) están muy mal gestionadas o son corruptas y son incapaces de mantener las redes de agua y plantas de tratamiento. El resultado es que hay obras que no se terminan o se terminan y no se mantienen. Esto es un crimen en un país pobre como el nuestro. Es el momento, entonces, de tomar el toro por las astas y hacer lo que se debe que hay que hacer: intervenir esas empresas, agruparlas quizá por regiones y concesionar algunas de ellas cuando el Estado no tenga la capacidad de gerenciarlas. Lo que interesa es que la gente tenga agua de calidad.

También podría organizarse una cruzada de voluntarios para llevar agua limpia y purificada a las familias rurales y urbano marginales. Existen tecnologías bajo costo para purificar el agua e incluso para extraer agua de la niebla, que aparentemente están fuera del radar del ministerio de Vivienda. Por ejemplo, el nano filtro, que cuesta 300 soles y que se puede instalar a partir de un minireservorio familiar que de agua para la agricultura y también para consumo del hogar, tal como lo hace Sierra Productiva de Carlos Paredes. No se necesita grandes proyectos de plantas de agua potable que cuestan caro luego se abandonan.

Lo mismo se puede hacer en las escuelas rurales, la mayor parte de las cuales carecen de agua potable.

Habría que convocar a expertos para ver qué soluciones podrían aplicarse en los cerros de Lima, por ejemplo.

Por supuesto, la pandemia es la ocasión, también, para instaurar la cultura de la salubridad e higiene en todos los locales públicos y privados, y en las personas.

Teletrabajo y formalización laboral

El tema más inmediato es, como ya saltó, el teletrabajo. Pero, escribe el laboralista Germán Lora (El Comercio, 11-3-20), “nos damos con la ingrata realidad de la poca flexibilidad para la utilización de esta figura, pues además de exigir un acuerdo por escrito, se requiere una capacitación previa y el establecimiento de un monto de compensación económica, entre otros aspectos formales”. Podría darse un decreto de urgencia para facilitar esta figura que, luego, pasada la emergencia, permita acelerar la adopción de una modalidad que ya es tendencia mundial y puede tener impactos muy positivos en el rendimiento laboral y en la vida familiar.

Esto nos lleva al tema de la necesidad de retomar el objetivo de la formalización del trabajo. La informalidad sencillamente no puede practicar el teletrabajo, como es obvio. Un trabajo formal protege mucho más que uno informal, incluso y sobre todo frente a situaciones como la que vivimos. Como señala José Ignacio Beteta de Contribuyentes por Respeto, para eso se deberían reducir cargas a las planillas, que hay varias que son inútiles. “Quitando carga a la planilla, se alivia esta crisis”, escribió. Es hora de pensar en quienes no tienen derechos laborales.

Sistema de pensiones

Hugo Coya (El Comercio 14-3-20) hace notar cómo el avanzado sistema de protección social europeo a los adultos mayores o ancianos, que son las principales víctimas de esta pandemia, no alcanza para protegerlos, y sufren situaciones límite. Pues bien, en el Perú ni siquiera tenemos sistema de pensiones, y lo que tenemos lo estamos destruyendo con leyes como la del 95.5. Mejor dicho, menos de la tercera parte de la población accede o accederá a una pensión, y una parte de ese pequeño porcentaje ni siquiera la tendrá porque la habrá retirado íntegramente al cumplir 65 años o antes.

Urge aprobar una reforma integral del sistema de pensiones, que incluya la propuesta de Lampadia de que todo ciudadano a partir de los 18 años aporte automáticamente a su cuenta individual pensionaria un pequeño porcentaje del IGV que paga cuando compra algo. Esto no solo universalizaría el sistema, sino que llevaría a una mayor formalización porque todos demandarían facturas. Sería una innovación global.

Colaboración público-privada

Todo esto nos debería llevar a institucionalizar la colaboración público privada en general para facilitar la inversión privada en todos los sectores de la economía, como una manera de remontar el golpe que nuestra economía va a sufrir como consecuencia precisamente de las medidas de contención que se están adoptando. Es el momento de unir al país, y parte de la unión es también la que debe haber entre el sector público y el privado. Sería un cambio cultural. No podemos tener ministros o ministras enfrentados a sus sectores productivos. Las mesas ejecutivas son una buena experiencia. Deberían generalizarse.

La magnitud del desafío obliga a pensar fuera de la caja y de los moldes tradicionales de actuación.

Amen.
Lampadia




“No hay plata” … excepto para aumentar la burocracia estatal

“No hay plata” … excepto para aumentar la burocracia estatal

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 1 de noviembre de 2019
Para Lampadia

El Perú tiene mucha agua, pero los peruanos no. Millones de compatriotas carecen de agua potable y alcantarillado. ¿Por qué estamos así? “No hay plata” dicen los alcaldes. A pesar de ser ellos los responsables de brindar dichos servicios.

La infraestructura de transportes está muy mal. La Carretera Central es un desastre. Y la Panamericana está llena de baches. La congestión vehicular en ambas carreteras es tremenda. Hay hospitales recién construidos que no operan por falta de mobiliario. Y así por el estilo. ¿Por qué estamos así? “Porque no hay plata”. Al menos, eso dicen las autoridades.

Miles de jubilados viven pobremente. Sus pensiones son miserables. Y “no hay plata” para mejorarlas. Miles de pacientes pobres – todos los días – son cruelmente maltratados en los hospitales públicos. Colas de amanecida, cobros indebidos, escasez de medicamentos, equipos malogrados, médicos y enfermeras mal remuneradas… ¡crisis total! ¿Qué dice el Estado al respecto? “No hay plata”.

En el sector educación también hay problemas. Los sueldos de los maestros son muy bajos. El escaso presupuesto para la educación pública universitaria ha propiciado la proliferación de muchas “universidades” privadas. “Universidades” – entre comillas – que no tienen nada de instituciones académicas, y sí mucho de máquinas tragamonedas. ¿Por qué el Estado no invierte más en mejorar los institutos superiores tecnológicos y universidades públicas? “Porque no hay plata”.

La falta de policías en las calles juega a favor de la delincuencia. Por eso la inseguridad ciudadana está como está. Todos los diagnósticos especializados dan cuenta de la escasez de policías en nuestro país. ¿Por qué no se aumenta la dotación policial? “Porque no hay plata”.

El Ministerio Público y el Poder Judicial están atiborrados de denuncias y procesos judiciales. Muchos expedientes – yo puedo dar fe de ello – están en los pisos… y hasta en los baños. Los empleados del sector justicia ganan poquísimo y trabajan en condiciones infrahumanas. ¿Porqué? ¿Por qué tanta precariedad? “Porque no hay plata”.

Preguntó ¿acaso en el 2018 no batimos récord de recaudación tributaria? ¿Acaso la economía de nuestro país no viene creciendo desde hace 20 años o más? ¿Por qué nos dicen que no hay plata? ¿En qué se están gastando la plata de nuestros impuestos?

Ver en Lampadia: Una mirada al gasto burocrático en el Perú

La verdad, la verdad… sí hay plata. ¡Y mucha! El problema es que la burocracia estatal está creciendo descontroladamente. Y mucha plata se va en pagar dicha burocracia. Por eso no hay plata para agua, salud, educación y seguridad. Porque la burocracia – creciente – se la traga toda.

Y no me refiero a maestros, médicos, policías y jueces. No… me refiero a burócratas corruptos e indolentes que nos maltratan a más no poder. Burócratas que están donde están por puro clientelismo político. Burócratas cuyos únicos méritos son ser militantes de partidos de gobiernos de turno; amigos o familiares de congresistas, gobernadores o alcaldes; recomendados de consejeros o regidores, etc. O sea, ningún mérito académico o laboral.

¡No hay derecho! Gran parte del esfuerzo productivo – y tributario – de la población se está malgastando en incrementar la burocracia improductiva en el Estado. Detrás de la cual se esconde la corrupción y la inoperancia.

Por eso no hay plata para nada. Porque la burocracia estatal de la lleva toda. Lampadia




Pobreza multidimensional bajo la lupa

ComexPerú
Julio 19, 2019

En nuestro país, en el periodo 2004-2018, la pobreza se redujo sostenidamente (a excepción de 2017), al pasar del 58.7% al 20.5% en 2018, según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Es decir, a 2018, solo un 20.5% de la población contaba con un nivel de gasto inferior al costo de la canasta básica de consumo (S/ 344), lo que comúnmente se conoce como pobreza monetaria. No obstante, existe un grupo de personas que pueden no ser consideradas como pobres, de acuerdo con la definición antes señalada, pero que no acceden a determinados servicios, como salud y educación, por ejemplo.

En su último informe Global Multidimensional Poverty Index 2019, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford (OPHI) comparan la pobreza multidimensional en más de 100 países y 5,700 millones de personas, a través del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), el cual calcula cómo las personas experimentan la pobreza en su salud, educación y nivel de vida. Este índice identifica como pobres multidimensionales a personas con carencias no monetarias que tengan por los menos un tercio de los 10 indicadores que evalúa el IPM: nutrición, mortalidad infantil, años de escolarización, asistencia escolar, agua potable, saneamiento, combustible de cocina, electricidad, vivienda y bienes.

De acuerdo con los resultados de dicho informe, el Perú pasó de tener un 20% de pobres en 2006 a un 12.7% en 2019, convirtiéndose en uno de los países que más ha reducido la pobreza multidimensional en la última década, junto con Etiopía, que en el mismo periodo pasó de un 88% a un 83.5%, e India, de un 55% a un 27.9%. A su vez, destaca que el Perú desarrolló avances significativos en los indicadores de bienes, vivienda, combustible de cocina y electricidad; mas no así en el resto, dado que se encuentran por debajo de los 7 puntos porcentuales (pp). Sin embargo, esto no significa que no estemos avanzando. Por ejemplo, en mortalidad infantil se registró una disminución a la mitad.

SANEAMIENTO Y AGUA POTABLE

En cuanto al indicador de saneamiento, los peruanos que son multidimensionalmente pobres han pasado de un 17.2% en 2006 a un 11.2% en 2019; mientras que, en lo que respecta a agua potable, pasaron de un 11.9% a un 6%, lo que refleja en ambos una disminución de 6 pp. Por otro lado, de acuerdo con el INEI, durante el periodo febrero 2018-enero 2019, el 90.8% de la población nacional contó con acceso a agua por red pública y el 68.5% consume agua potable, lo que representa aproximadamente 21 millones de personas.

Ante las cifras mostradas, se esperaría que más de la mitad de los peruanos tenga acceso a este servicio y, con ello, una reducción del indicador de pobreza. Sin embargo, persiste la mala gestión de las entidades prestadoras de servicios de saneamiento, principalmente por problemas de solvencia y de gestión administrativa. Ante ello, nuevamente los más castigados son aquellos en situación de vulnerabilidad, que no pueden acceder a la red pública y que tienen que comprar el agua a camiones cisterna por S/ 15 el m3.

AÑOS DE ESCOLARIZACIÓN Y ASISTENCIA ESCOLAR

Si bien en el indicador de años de escolarización se registró un avance de 2.5 pp, esto no habría sucedido en todos los departamentos del país. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) 2018, elaborada por el INEI, en dicho año, el promedio de años de educación de la población entre 20 y 65 años, en los departamentos de Amazonas, Cajamarca, Huancavelica, Huánuco, Loreto y San Martín, fue 9.4 años, lo que significa que la mayoría de los habitantes de estos departamentos solo alcanzaron el nivel de secundaria incompleta.

Por otro lado, en el indicador de asistencia escolar, se tuvo un avance de 0.8 pp. A su vez, el Índice de Competitividad Regional 2019 señala que la asistencia escolar básica [1] se incrementó de un 82.6% en 2010 a un 90.9% en 2018, debido a que se mejoraron las condiciones de educación, pero, de nuevo, esto no sucede en todos los departamentos. Por ejemplo, en Lima, el 92.8% de los colegios públicos y privados cuenta con acceso a los tres servicios básicos[2], mientras que, en contraste, en Ucayali y Loreto tan solo un 9.9% y un 8.5%, respectivamente, los tienen.

NUTRICIÓN Y MORTALIDAD INFANTIL

En cuanto a los indicadores de nutrición y mortalidad infantil, se tuvo un avance de 3.3 pp y 0.5 pp, respectivamente. Al respecto, la mayoría de los Gobiernos en los últimos años han desarrollado programas para combatirlos; sin embargo, no se obtiene el efecto esperado por una mala focalización y un gasto público ineficiente. Un ejemplo de ello es el Programa Vaso de Leche (PVL), donde el 60.2% de los hogares beneficiados no califica dentro de la categoría de pobreza. Ahora bien, esto también sucede en otros programas sociales. Así, un 35% de los hogares infiltrados recibió ayuda de un programa adicional al PVL y un 19.5% se benefició de más de dos. ¡Incluso un 0,9% de los hogares infiltrados participó de 4 programas adicionales!

En conclusión, tal como señala el Banco Mundial, un elemento fundamental para la reducción de la pobreza multidimensional es el crecimiento económico, que impulsa la mejora en las condiciones de vida de los habitantes de un país. El Gobierno actual se ha trazado la meta de reducir la pobreza monetaria a un 18% en 2021. Si se sigue teniendo como objetivo una reducción tomando en cuenta el nivel de gasto (pobreza monetaria) y no el nivel de vida (pobreza multidimensional), ¿mejorará nuestro bienestar? ¡Tracémonos metas más ambiciosas en beneficio de todos los peruanos!

[1] Porcentaje de la población entre 3 y 16 años que asiste a inicial, primaria y secundaria en la edad correspondiente.
[2] Electricidad, agua y desagüe.




Ideas… para acabar con el fracaso estrepitoso del Estado

Ideas… para acabar con el fracaso estrepitoso del Estado

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Lima, 14 de diciembre de 2018
Para Correo Ica y Lampadia

Hablemos a calzón quitado. Los sistemas de abastecimiento de agua potable – en todo el país – son un fracaso estrepitoso. Lo mismo sucede con los sistemas de tratamiento de aguas servidas.

Los sistemas de limpieza pública – o recojo de basura – también son un desastre. Los sistemas de tratamiento de residuos sólidos… peor. Por ello vivimos rodeados de moscas y ratas.

El tráfico vehicular es otro fracaso estrepitoso. Congestión vehicular, contaminación ambiental, ruidos molestos, inseguridad vial, rompe muelles por las puras, violación sistemática de las reglas de tránsito… no hay un solo indicador favorable a este respecto.

Y lo mismo se puede decir de los sistemas de planificación y desarrollo urbano. Invasiones de tierras promovidas por funcionarios corruptos. Autoconstrucción generalizada… sin ningún criterio urbanístico. Agua en cisternas. ¿Desagüe?… ¿qué es eso? Desorden total. El urbanismo en el Perú es otro fracaso estrepitoso.

Pero eso no es todo. La corrupción enquistada en casi todas las instituciones encargadas de emitir licencias o permisos se ha vuelto endémica. Me refiero a las licencias de construcción, licencias de funcionamiento, brevetes, licencias de circulación… y todas las demás. Gobiernos locales y regionales, y gobierno central… todos tenemos vela en este entierro. 

Los procesos de compras y contrataciones son más de lo mismo. Incluso las contrataciones de personal. Ese tango lo bailan empresarios privados – contratistas, consultores, proveedores, etc. – en pareja con funcionarios corruptos del Estado.

En materia laboral… aquel ominoso 70% de informalidad lo dice todo.

Seamos sinceros. La Legislación Laboral peruana es otro fracaso estrepitoso.

Y la lista continúa. La salud pública es un fracaso estrepitoso. El Congreso de la República… ¿qué quieren que les diga? Sobre todo, después del tremendo lapo que le acaba de meter el pueblo mediante el Referéndum del 9 de diciembre pasado.

Por otro lado, el Sistema Nacional de Justicia – después de los audios de la vergüenza – ha quedado reducido a escombros. Y ¿las universidades bamba? Aquellas que – en vez de instituciones académicas – más parecen impresoras de títulos en serie. He ahí más fracasos estrepitosos.

Oh dios soborno… ¡cuántos fracasos estrepitosos nos has dejado! Has malogrado municipalidades y gobiernos regionales. Has manchado ministerios y universidades. Has quebrado empresas de agua potable. Has ensuciado nuestras ciudades y medio ambiente. Has destruido el Congreso y el Poder Judicial. ¡Hasta presidentes has embarrado! Oh dios soborno… ¡cuánto daño nos has hecho a los peruanos!

Simplificar y digitalizar – al máximo – todos los trámites y procesos de emisión de licencias. Depurar y racionalizar – al máximo – la maraña burocrática del Estado. Eliminar instituciones públicas que no sirven para nada… sobre todo ministerios y municipios distritales. La meritocracia debe primar en todos los procesos de contratación de funcionarios públicos.

Centralizar y digitalizar todos los procesos de compras y contrataciones. Ninguna municipalidad, ningún gobierno regional, ninguna institución del Estado debe comprar ni contratar nada. Una Central Única de Compras y Contrataciones del Estado – 100% digital – se encargaría de ello. ¡Cero sobornos!

La Ley Laboral Agraria debe extenderse a todos los demás sectores de la economía. OTROSÍ: Ninguna ley generó tanto empleo formal – ni aumentó tanto las remuneraciones – como la Ley Laboral Agraria.

Hay que evaluar a los estudiantes graduados de todas las universidades del país. Así, la estafa de las universidades bamba quedaría desenmascarada en dicha evaluación.

Ideas… sólo ideas. Acabar con el fracaso estrepitoso del Estado. Acabar con la pleitesía al dios soborno. ¡Esa es la idea! Lampadia




La reforma del agua potable en peligro

Jaime de Althaus
Para Lampadia

El ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Javier Piqué, informó que el objetivo del Gobierno es cerrar al 100% la brecha en el suministro de agua en las áreas urbanas y al 85% en las zonas rurales del país para el 2021. Por supuesto, para eso se necesita, en primer término, recursos. Por eso agregó: “Esperamos que la inversión privada empiece a mejorar, de manera que el crecimiento del país se empiece a notar en el segundo semestre y tengamos los recursos para invertir y cerrar esa brecha”.

Pero resulta que pocos días antes de que el ministro formulara esas declaraciones, el Premier le había pinchado la llanta de ese objetivo por dos vías. Al ordenar a la Sunass que deje sin efecto el alza de la tarifa de agua en Moquegua, y aceptar luego revisar los peajes –que son contratos- con los transportistas, el Premier configuraba un escenario de ruptura de reglas básicas de la economía de mercado que, sin duda, como bien señaló Roberto Abusada, pueden afectar la confianza del sector privado y por ende la inversión. Y sin inversión, no habrá recursos presupuestales para alcanzar las metas de agua.

Pero, aun cuando los hubiera, de qué sirve invertir en agua potable y alcantarillado si después esas redes no se pueden mantener ni menos aún hay recursos para seguir invirtiendo. El 2016 el ex jefe de la Sunass, Fernando Momiy, nos decía que en los 10 años anteriores el Estado había invertido 20 mil millones de soles en obras de saneamiento y se preguntaba en qué se ha ido ese enorme monto. El Estado transfiere a las EPS, Gobiernos Regionales y Municipalidades alrededor de 3 mil millones de soles anuales para obras de saneamiento. El año pasado fueron 4 mil millones. Parte de eso son transfusiones de sangre del presupuesto nacional a las EPS incluso para subsistir y mantener las plantas y las redes. Por supuesto, las rehabilitaciones, ampliaciones o nuevas plantas se hacen siempre con dinero del gobierno central, no con fondos de las EPS.  

En muchos casos las EPS se han convertido en botín laboral de los alcaldes, que ponen en ellas a allegados a quienes quieren favorecer con un empleo, sin consideración de capacidad o necesidad. El siguiente alcalde los despide, pero regresan vía judicial, en virtud de la estabilidad laboral absoluta que impera en nuestro país. Sus directorios, presididos por el alcalde, se resisten a actualizar tarifas por razones políticas. Por eso, haberle dado al organismo regulador, la Sunass, autonomía para fijar las tarifas luego de estudios técnicos, fue un paso adelante muy importante para intentar la racionalización de estas entidades. Esos incrementos siempre venían con recomendaciones de gestión. Lamentablemente al Premier no se le ocurrió mejor idea que atacar ese instrumento clave, de modo que en adelante será muy difícil que la Sunass haga prevalecer los aumentos de tarifa que dispone. Es terrible.  

En el siguiente cuadro podemos ver que, al 2016, había 12 EPS cuyos “costos y gastos desembolsables” son superiores a sus ingresos operativos totales. Una de ellas, oh sorpresa, es la EPS Moquegua. Por eso, evidentemente, la Sunass dispuso el alza de la tarifa, cuestionada por el Premier. 

Fuente: Benchmarking regulatorio de las EPS, 2016, SUNASS

Y eso que este cálculo no considera los costos financieros de las EPS, las deudas impagas que tienen, por ejemplo, con el FONAVI. Hacia fines del 2016, la deuda de las EPS con el FONAVI sumaba más de 4,200 millones de soles.

Por eso, en el siguiente gráfico vemos cómo la cobertura de agua potable, lejos de aumentar, venía disminuyendo, al 2016, en las EPS grandes, medianas y pequeñas. En todas menos en Sedapal. La EPS carecen de capacidad de inversión porque sus tarifas son muy bajas.

Fuente: Benchmarking regulatorio de las EPS, 2016, SUNASS

No solo eso, la continuidad del servicio, es decir, el número de horas por día en que los que tienen conexión tienen agua, también ha caído en las grandes y pequeñas, como podemos ver en el siguiente gráfico:

.

Fuente: Benchmarking regulatorio de las EPS, 2016, SUNASS

Y como podemos ver en el siguiente cuadro, 10 EPS distribuyen agua 10 o menos horas al día, y 15 EPS 12 horas o menos. Carecen de capacidad de inversión.

Fuente: Benchmarking regulatorio de las EPS, 2016, SUNASS

Recaudan poco no sólo porque eventualmente la tarifa es baja, sino porque la micromedición está relativamente poco extendida. En el siguiente cuadro podemos ver que hay incluso 5 EPS que no tienen micromedición alguna y muchas tienen porcentajes bajísimos. La EPS Moquegua, objeto de la interferencia del Premier, la micromedición alcanza sólo al 41%.

Fuente: Benchmarking regulatorio de las EPS, 2016, SUNASS

El asunto es penoso cuando nos acercamos al tratamiento de las aguas residuales.

  • Sólo el 3.66% de las aguas residuales de las EPS pequeñas son tratadas
  • Solo el 31.88% de las aguas residuales de las EPS medianas se tratan.
  • Hay 23 EPS que simplemente no tienen ningún tratamiento. Una de ellas es justamente la EPS Moquegua.
Fuente: Benchmarking regulatorio de las EPS, 2016, SUNASS

Por todo lo anterior, la reforma de las EPS, es decir, la reforma del agua potable, es fundamental en nuestro país. De hecho, 12 EPS se encuentran bajo el Régimen de Apoyo Transitorio, mediante el cual del Organismo Técnico de la Administración de los Servicios de Saneamiento (OTASS) interviene EPS para establecer estrategias de corto, mediano y largo plazo a fin de mejorar su gestión y reflotarlas.

Pues resulta que una de esas 12 es nada menos que la EPS Moquegua. Por eso, en el comunicado que emite la Sunass para defender su autonomía y aclarar que no ha anulado el aumento de la tarifa en Moquegua, acepta sin embargo evaluar la propuesta de que el primer año el alza sea financiada por la OTASS, es decir, por todos los peruanos (ver punto 6 del comunicado). Es lamentable que se haya tenido que ceder, solo para postergar un año el problema. La población tiene que ser bien informada acerca de las razones que hacen necesaria el alza.

La reforma de las EPS no es un tema fácil. Necesita, por eso, claridad, firmeza y apoyo político de parte de las más altas autoridades. Lo que no puede hacer el gobierno es socavar la autoridad y la autonomía de los organismos reguladores, porque entonces será imposible actualizar tarifas y organizar bien las empresas de saneamiento, que por ahora son una tubería rota por la que se van los recursos que en ellas se pone. Lampadia




Año nuevo para los iqueños… año final para el Gobernador Regional

Año nuevo para los iqueños… año final para el Gobernador Regional

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 29 de diciembre de 2017
Para Correo Ica y Lampadia

Ya iniciamos el 2018. Un inicio adecuado para reflexionar acerca de nuestro compromiso de gobernar “en el nombre del agua… y la infraestructura”. La “primera persona” de nuestra señal de la cruz de gobierno. Además… se inicia nuestro último año de gestión, así que – con mayor razón – vale la pena hacer este paréntesis. 

Ciertamente, hubiéramos querido hacer más y mejores cosas. Pero… no es momento de quejarse. Además, este artículo NO está dirigido a los pesimistas y criticones… que nunca faltan.

Vamos con lo positivo y real. El avance más destacable – “en el nombre del agua” – está relacionado con el “Agua Grande”. Concretamente, con nuestra amistosa – y respetuosa – relación con Huancavelica. Aunque algunos no lo quieran reconocer, tenemos el acuerdo formal del Gobierno Regional de Huancavelica – refrendado por su Consejo Regional en pleno – para ejecutar la Iniciativa Privada Cofinanciada denominada “Sistema de Afianzamiento Hídrico en los Valles de Ica y Pisco y Áreas Irrigables de las Provincias de Huaytará y Castrovirreyna en Huancavelica”. O sea… la “Hermandad del Agua” en su máxima expresión.

Dicho proyecto está en su fase de diseño final. Y es cuestión de compartir esta visión de largo plazo con los Gobiernos Regionales del futuro para hacer realidad el sueño del “Agua Grande” para ambas regiones… luego de una espera de ¡más de 70 años!

Mientras tanto, seguimos avanzando en diversos proyectos de Siembra y Cosecha de Agua, incrementando así nuestra capacidad de afianzamiento hídrico en todas nuestras cuencas.

En el ámbito urbano, cerca de 175 mil iqueños tienen agua potable – 24 horas al día – cuando antes sólo tenían agua por horas. ¡Cómo que no hemos hecho nada!

En materia vial también tenemos logros y anuncios importantes. La Autopista Chincha – Ica está al 50%. El tramo Chincha – Pisco ya está en servicio. Y en el 2018 se construirá el tramo Pisco – Ica. Junto con el Ministerio de Transportes estamos trabajando la concesión de la “Vía de Evitamiento de Ica” y la “Autopista Ica – Palpa – Nasca – Desvío Quilca”.

La archi esperada “Doble Vía… Ica – Guadalupe” se construirá este 2018 bajo el mecanismo de Obras por Impuestos. Mil disculpas por la demora, pero así es la gestión pública. Lenta, engorrosa, trabada… Sin embargo, puedo asegurar que antes de fin de año habrá parido Paula.

Gracias al Plan de Reconstrucción con Cambios, todos los caminos transversales a la Carretera Panamericana están siendo intervenidos para que nuestros accesos a la Sierra – y a las playas – queden pavimentados. Y como se ha dicho recientemente, el Río Ica va a quedar ensanchado, reforzado, y los puentes de la ciudad renovados y alargados… ¡otra cosa!

Durante nuestra gestión se insertó el “chip ferroviario” en la mente de los iqueños. El “Tren de Cercanías” que en febrero de 2015 se presentó como una Iniciativa Privada para construir y operar un Tren Rápido entre Lima y Chincha, se convirtió – gracias al Gobierno Central – en un Tren de Cercanías entre Barranca e Ica. ¡Un milagro propio del Señor de Luren!

Y por si fuera poco, las principales empresas mineras de Apurímac e Ica se juntaron para propiciar la construcción de un Tren de Carga y Pasajeros que sirva a todos los yacimientos – y pueblos – que existen a lo largo de los 600 Km que median entre Cotabambas en Apurímac y el Puerto de Marcona en Ica.

En síntesis – además de la formidable red vial antes mencionada – la infraestructura logística regional estará complementada por: Tren de Cercanías Barranca – Ica. Tren Multipropósito Cotabambas – Marcona. Puerto y Aeropuerto de Pisco. Puerto y Aeropuerto de Marcona. Es decir… una infraestructura logística de primer mundo.

Ahí está la infraestructura básica que los iqueños debemos ambicionar – y concordar – para convertirnos en una región próspera, competitiva y justa. Una Ica realizada… y soñada en grande. ¡Una maravilla! Lampadia