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Las señales están muy claras

Las señales están muy claras

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Muchos analistas y comentaristas siguen indicando que las señales del gobierno no están claras y siguen esperando que alguien las aclare sin hacer el necesario balance.

En mi opinión, ¡LAS SEÑALES ESTÁN MUY CLARAS! Y así han estado durante buena parte de la campaña electoral. Eso, por supuesto afecta la confianza en el gobierno y la disposición para dinamizar la inversión privada, motor esencial de la economía, máxime ante la imperiosa necesidad de recuperar el crecimiento y el empleo, muy afectados por el mal manejo de la pandemia. El BCR ya hizo el balance y ha anunciado que el próximo año, la inversión privada crecerá cero (0%).

Quién sabe si la única virtud de Perú Libre ha sido, sorprendentemente, la transparencia con la que se presentó, cosa que ha refrescado constantemente, tanto en palabras, juntas y actos.

  • Palabras: Perú Libre (PL) dijo desde el primer día que ellos estaban inspirados por el marxismo, leninismo, maoísmo y mariateguismo. Y que se basarían en la lucha de clases.
  • Juntas: PL no ocultó su cercanía con el Conare, con el Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso, con el régimen cubano, con el chavismo venezolano, con los países que profesan el socialismo del siglo xxi en América Latina, con Evo Morales, con el Foro de Sao Paulo y con el Grupo de Puebla.
  • Actos: La formación de su gabinete, ver en Lampadia: Mal desde el primer día – Castillo y su gabinete de guerra; los nombramientos de funcionarios públicos en ministerios, embajadas y agencias del Estado; los ataques permanentes a la prensa; el juego infantil sobre la designación del presidente y directores del BCR; las maniobras para fomentar la lucha de clases, acusando a la oposición y a las empresas de complotar contra los pobres subiendo el precio del dólar y de los bienes básicos; nos confirman que no pretenden gobernar para el bien común, sino para implantar su agenda política.

Todo esto se ratifica con la insistencia de PL por imponer una asamblea constitucional fuera del marco de la Constitución, y antidemocrática, pues quieren nombrar a dedo al 50% de sus miembros. PL ya presentó un proyecto de Ley con este propósito al Congreso, y están recogiendo firmas, haciendo uso de mecanismos ilegales desde el gobierno, como promoverlo en actos oficiales y vincularlo al reparto de bonos.

Todo apunta pues a la consolidación de un gobierno súper autoritario, que desprecia y amenaza a quienes no comparten sus ideas, y que está fundamentalmente dirigido a capturar el poder absoluto, inspirado en ideologías ajenas al Perú.

Además, similarmente a lo sucedido recientemente en Chile, PL, la expresión peruana del radicalismo político extremo, ha capturado y destruido al centro izquierda, que tenía enfoques más moderados y democráticos.

A estas alturas debería quedarnos claro a todos los que creemos en la democracia y la economía social de mercado, que Perú Libre tiene una agenda autoritaria, de orientación continental, que va más allá del período de gobierno de cinco años, que no está dirigida a mejorar la calidad de vida de los peruanos, que no pretende promover la inversión privada, y que no va a reparar en la Constitución y las leyes para enmarcar su acción política.

No puedo dejar de criticar a quienes, sabiendo lo que representaba PL, le facilitaron el acceso al poder, ya sea por odio al fujimorismo, por falsas ínfulas de dignidad, por pretender acercarse al gobierno para capturar espacios de poder, por malos cálculos políticos que los llevaban a asumir que era fácil controlar los eventuales actos de gobierno, y por pura y dura torpeza e irresponsabilidad.

Ahora tenemos que ponernos al frente, tenemos que frenar y diluir los impactos negativos del gobierno de PL en el corto y largo plazo.

A diferencia de muchos ciudadanos angustiados que van perdiendo la fe y critican a todos sin generar propuestas y sin actuar, creo que debemos asumir que, en el corto plazo, todo sirve para comunicar al conjunto de la población, los elementos que configuran la acción de un gobierno destructivo. Sirven las marchas, sirven los comunicados, los plantones, las encuestas y los intercambios en las redes.

Sin embargo, no es suficiente oponerse a la asamblea constituyente, a la segunda reforma agraria, al manoseo del comercio internacional, al debilitamiento de la lucha contra el narcotráfico y a los malos nombramientos, también se necesitan propuestas concretas sobre las políticas públicas necesarias para recuperar el crecimiento de la economía y bajar el nivel de pobreza, para promover las inversiones privadas, el empleo, las reformas de la salud y la educación públicas, y para recuperar nuestra fortaleza macroeconómica y fiscal, esenciales para dar tranquilidad a todos los peruanos.

Tenemos que rebelarnos ante un manejo de gobierno que nos está llevando a un miserable crecimiento de 3.4% del PBI para el próximo año (a pesar de contar con condiciones favorables), tal como ha debido anunciar el BCR. Con un buen gobierno, el Perú puede crecer entre 6% y 8% anual, y podemos transformar nuestras riquezas en bienestar general.

Pero al mismo tiempo, no debemos olvidarnos de cuidar el largo plazo. De la evolución política de Chile, y de la toma del poder de un partido marxista-leninista-maoísta-mariateguista en el Perú, tenemos que concluir que una sociedad civil responsable, no puede desentenderse de la cosa pública. Por ejemplo, no podemos dejar que el gobierno central y los gobiernos sub nacionales mantengan pésimos servicios públicos en educación y salud, máxime si el sector privado genera los recursos que han venido desperdiciándose con obras absurdas, con ineficiencias, corrupción y muchas veces, sin utilizarse.

La situación actual tiene que ser el acicate que nos lleve a un compromiso permanente con el bienestar de todos los peruanos. No dejemos que nuestros hijos y nietos cometan el mismo error de las generaciones mayores, de gozar del producto de su esfuerzo personal, sin ocuparse del conjunto de la sociedad.

Hoy no hay dudas sobre el gobierno de PL, solo hay certezas, así como las hay sobre la agenda que nos toca enfrentar. Lampadia