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¿Y si empezamos por la pesca?

¿Y si empezamos por la pesca?

Cayetana Aljovín
Presidente de la Sociedad Nacional de Pesquería
Para Lampadia

Han transcurrido más de 120 días desde que la pandemia generada por el COVID-19 llegó al país y los resultados son conocidos por todos: por un lado, la ansiada meseta nunca llegó y nuestro sistema de salud sigue aún sin poder atender a los miles de peruanos enfermos por este virus, produciendo diariamente muertes que nos duelen a todos; y por otro, una  economía que algunos consideran decrecerá entre 10 y 15%.

Sin embargo, en esta columna no nos quedaremos en el diagnóstico. Superada finalmente la dicotomía absurda entre salud y economía, es momento que los principales sectores de la economía sigamos trabajando sin desmayo en lograr que la caída de la economía sea de un dígito y no dos. Ello, a fin de poder brindar los recursos necesarios para que el sector salud pueda hacer frente a las necesidades de los peruanos que lo requieren, pero además, para que no se sigan perdiendo más puestos de trabajo. Preservar el empleo debe ser una meta en la que todos debemos contribuir.

Por ello, desde el sector pesca planteamos una serie de medidas que permitirían lograr este doble objetivo.

En primer lugar, urge un shock de confianza que impulse la inversión privada. En ese sentido, la designación del Gabinete Cateriano parecería brindar la tranquilidad que se respetará por lo menos los requisitos mínimos para promover la inversión: estabilidad, predictibilidad y seguridad jurídica.

Pero ello no es suficiente. Para hacer competitiva la industria pesquera y así preservar los más de 112, 000 empleos que ésta genera, a los cuales se deben sumar los empleos indirectos que según el Instituto Peruano de Economía se debe multiplicar por 3; resulta necesario eliminar los sobrecostos en la actividad pesquera, los cuales en los últimos años se incrementaron en casi un 400%. Para ello, debería empezarse por la reducción del costo del programa de control y vigilancia, el cual pasó de costar US$ 1 dólar por TM descargada cuando se instauró a US$ 4.2 dólares por TM descargada en el 2020.  Ello, se lograría si se realizase un plan de automatización, empleando la tecnología disponible, con lo que podría reducirse el costo del mismo en casi un 30%.

Asimismo, resulta necesario dictar políticas que permitan volver a capturar la anchoveta en el sur en lugar de que esta sea captada por el vecino país del Sur. Para darnos una idea, en el año 2019 mientras que Perú capturó 209 mil toneladas métricas (TM), Chile pescó 553 mil TM, cuando hacía 10 años atrás las capturas peruanas superaban de forma importante las del país sureño. Ello permitiría que regrese la inversión al sur y se genere más de 6,000 puestos de trabajo, que son los que se perdieron por la variación del régimen del Sur.

Pero la agenda pesquera no se limita a la anchoveta. Perú podría ser también muy competitivo en jurel, caballa y atún.

Así, en el caso del jurel, es importante anotar que esta especie ha regresado a nuestro mar y tenemos que hacer los esfuerzos para asegurar su sostenibilidad, pero también acceder a este recurso cuando las condiciones están dadas, como sucede en la actualidad. En tal sentido, es necesario que se amplíe la cuota de jurel este año. Con ello, se podría contribuir a elevar las cifras de exportaciones y la de las divisas que ésta pesquería genera, así como dotar a las mesas peruanas de un recurso altamente nutritivo y de precio accesible.

De otro lado, si tuviésemos la capacidad de dejar atrás dogmas que no conducen a nada, se podría impulsar la industria atunera nacional, estableciendo un sistema de reintegro del ISC al combustible que utilizan los barcos, a fin de ser competitivos frente a la flota atunera ecuatoriana, que paga tres veces menos por el combustible que consume. Ello, además en un contexto donde los costos de operación de la industria conservera se han incrementado en un 25%, como producto de la pandemia. De darse esta modificación podríamos generar más de 70,000 empleos en la zona norte del Perú en los próximos años y exportar más de 1 millón de conservas, generando importantes divisas para el país; y promoviendo el consumo de atún peruano en lugar de importar atún tailandés para los programas sociales como Qali Warma.

Finalmente, tenemos un potencial enorme en la Acuicultura. Es momento de promover esa industria en lugar de seguir obstaculizándola con trámites innecesarios que impiden su desarrollo.
Arranquemos de una vez. Lampadia




El aporte social minero energético en fotografías

El aporte social minero energético en fotografías

En el marco de promoción, aprovechamiento sostenible de nuestros recursos naturales, con responsabilidad social y ambiental, presentamos un extracto de la muestra fotográfica “Gestión socio ambiental en el sector minero energético” publicada por la Sociedad Nacional de Minería Petróleo y Energía hace algunas semanas, en víspera al inicio de la Convención Minera PERUMIN33, de esta semana.

Según la SNMPE, “El sector minero energético tiene la mayor regulación ambiental en el país y sus estándares de gestión se encuentran entre los más altos a nivel internacional. Las empresas mineras, de hidrocarburos y eléctricas, desarrollan una gestión empresarial en armonía con el ambiente y su entorno. Asimismo, realizan en coordinación con las comunidades vecinas, proyectos productivos, de infraestructura, educación, salud y otras líneas de intervención que contribuyen a mejorar la calidad de vida de la población”.

En el caso de Perú, la minería moderna es uno de esos factores que pueden dinamizar la productividad de las economías regionales. La alta productividad de la minería moderna es clave para superar la pobreza porque esa productividad se propaga en la economía regional. La alta productividad de la minería permite pagar sueldos mucho más altos y genera demandas para que se constituyan cientos de empresas modernas que comercializan productos, realizan obras y prestan servicios a la minería y al personal que trabaja en ella. Esas empresas locales, a su vez, contratan a miles de trabajadores locales, y generan demanda para empresas menores, motorizando varios niveles de las economías regionales.

Como afirmó Sebastiao Mendonca Ferreira del Centro Wiñaq en La Minería puede modernizar las regiones (escrito para Lampadia), “la diferencia de productividad por trabajador entre la agricultura nacional y la minería es de 88 veces. Ello significa que 12 trabajadores en una mina moderna producen más riqueza que 1,000 agricultores tradicionales, trabajando en una cantidad similar de hectáreas. Esa superioridad productiva de la minería puede ser bien o mal aprovechada. Hoy día en Perú, tenemos las dos modalidades, la productiva y la destructiva o conflictiva. (…) En las zonas mineras, los destinos económicos de la gran mayoría de las familias dependen de su grado de articulación con ese segmento de economía moderna creada por la minería en su entorno. Estar ligado a la minería resulta siendo, en la mayoría de los casos, la mejor ruta de capitalización de los productores y empresarios en las economías regionales, y en muchos casos, resulta siendo la única ruta realista de capitalización.”

Y es que en el Perú se ha desarrollado una campaña para difamar a la minería y llevarnos a rechazar el desarrollo del sector minero. A diferencia de lo que sucede en Canadá y Australia, seguimos hablado de primarización de la economía, de exportación de “piedras sin procesar” y de que la inversión minera no tiene futuro por las condiciones de los precios de los commodities (que siguen siendo buenos) y por la desaceleración de la China.

La minería moderna no genera ya pasivos ambientales. Más bien genera activos ambientales, como los bosques desarrollados por Antamina, los reservorios de agua de Yanacocha, o el paradero de aves en la bahía de Ite, limpiada por Southern. Como dijimos en Carta del Cobre a los peruanos:

  • Solo hay actividades mineras en menos del 2% del territorio nacional.
  • Consumimos el 2% del agua que se aprovecha en el Perú, que es una fracción de la que tenemos y desperdiciamos en los mares, Pacífico y Atlántico.
  • Los estándares ambientales de la minería moderna, son iguales o mejores que los de la industria en los países más desarrollados y sofisticados.
  • Buena parte de la producción está vinculada con grandes empresas internacionales, o empresas locales vinculadas a los mercados financieros internacionales, ambas sujetas a controles globales sumamente rigurosos.

Esperamos que estas imágenes que compartimos líneas abajo incentiven al gobierno a superar sus limitaciones en el manejo de conflictos, y esté a la altura de sus responsabilidades, permitiendo que los peruanos nos beneficiemos de los recursos que disponemos. Para ello, debe empezar por comunicar los beneficios de la minería, reenfocar el llamado ‘Adelanto Social’, y aplicando la ley en nombre de los millones de peruanos que podemos sacar de la pobreza con la minería. Lampadia

 

 

 

 

 

 

 

 




Una Conferencia en nombre del Océano

El océano representa una riqueza incalculable para todo el planeta. Sin embargo, nuestras acciones están lo poniendo cada vez en mayor peligro. Los océanos y los mares representan el 71% de la superficie terrestre. Son verdaderos reguladores climáticos, ya que produce alrededor de 70% del oxígeno que respiramos y absorben un tercio del dióxido de carbono que producimos.

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Fuente:  theguardian.com

El campeón mundial de buceo libre Umberto Pelizzari levanta una bandera para representar el Objetivo 14: ‘Conservar y utilizar de manera sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible’ en la costa de Formentera, España.

Campaña de los Objetivos Globales / Enric Sala

Aunque su riqueza representa un enorme activo económico, su declive tiene un impacto negativo en la vida de millones de personas que dependen directamente de las actividades marítimas para vivir y prosperar. Debido a su gran extensión, a veces es difícil comprender el efecto negativo de la actividad humana sobre los océanos y sus frágiles ecosistemas. Cada año, más de 8 millones de toneladas de plástico son liberadas al océano. Esto amenaza a numerosas especies de peces.

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La semana pasada la ONU llevó acabo su primera conferencia oceánica internacional, en la que representantes de diversos sectores marítimos de todo el mundo se reunieron en Nueva York del 5 al 9 de junio con un único objetivo: preservar nuestros mares y océanos.

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Fuente:   verema.com

Esto también lo recogió el Economist Espresso, afirmando que:

La Reunión Marítima de la ONU

El océano toma protagonismo hoy en Nueva York mientras científicos, funcionarios, ejecutivos y expertos discuten cómo salvarlo. La pesca excesiva (casi el 90% de las poblaciones marinas han sido pescadas más allá de los límites sostenibles), la contaminación plástica (a mediados del siglo, el océano podría contener más plástico que peces) y la difícil situación de los arrecifes de coral (la mayoría de los cuales lucharán para sobrevivir las próximas tres décadas). El aumento de las emisiones de dióxido de carbono está cambiando la química del océano y la temperatura. El mar tiene una temperatura alrededor de 0.7 °C más cálida en promedio de lo que era en el siglo XIX. El mayor intento de reducir los cambios climáticos, el acuerdo de París sobre el clima, se verá debilitado por la retirada de Estados Unidos, anunciada la semana pasada por Donald Trump. Se espera que ninguno de los funcionarios de alto rango de su administración asista a la Conferencia Oceánica.

Reconociendo que el bienestar de las generaciones presentes y futuras está inextricablemente ligado a la salud y a la productividad del océano, los países que asistieron han acordado colectivamente en el llamado a la acción (Call to Action) a “actuar de manera decisiva y urgente, convencidos de que nuestra acción colectiva hará una diferencia significativa a nuestro pueblo, a nuestro planeta y a nuestra prosperidad”.

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Si bien los diálogos se centraron en los múltiples problemas y desafíos que enfrenta el océano, todos los participantes ofrecieron soluciones y compromisos para revertir estos desafíos. En este ‘Llamado a la Acción’, los países acordaron implementar estrategias sólidas y duraderas para reducir el uso de plásticos y microplásticos, como bolsas de plástico y productos de un solo uso. Los países acordaron también desarrollar e implementar medidas efectivas de adaptación y mitigación que aborden la acidificación oceánica y costera, el aumento del nivel del mar y el aumento de la temperatura de los océanos, y que apunten a otros impactos perjudiciales del cambio climático en el océano.

El llamado a la acción también incluye medidas para proteger los ecosistemas de carbono costero, como manglares, praderas marinas y arrecifes de coral y ecosistemas interconectados, así como mejorar la gestión sostenible de las pesquerías, incluyendo el restablecimiento de las poblaciones de peces en el menor tiempo posible (al menos a niveles que puedan producir un rendimiento máximo sostenible). Se pide a los países que prohíban de manera decisiva ciertas formas de subvenciones a la pesca que contribuyan al exceso de capacidad y a la sobrepesca y eliminen los subsidios que contribuyen a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.

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Fuente:  broadwayworld.com

Los compromisos, a su vez, abordan todas las cuestiones necesarias para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de ‘Conservar y utilizar de manera sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos’. Según la ONU, los resultados de la conferencia fueron los siguientes:

  • Los compromisos asumidos en la Conferencia indican que el mundo está bien encaminado a proteger más del 10% de las áreas marinas del planeta para 2020. Los compromisos asumidos durante la conferencia añaden el 4.4% de las áreas marinas al número existente.
  • Muchos países anunciaron medidas para reducir o eliminar varios plásticos de un solo uso, como bolsas de plástico, que en última instancia, encuentran su camino hacia el océano.
  • Numerosos países anunciaron que estaban intensificando sus esfuerzos para reducir la cantidad de aguas residuales y la contaminación que entraba en el océano de actividades terrestres.
  • Muchos compromisos se centraron en ampliar el conocimiento científico sobre el océano y desarrollar y compartir tecnologías innovadoras para enfrentar los desafíos oceánicos.
  • Hubo nuevos compromisos para proteger y gestionar la pesca. Algunos países anunciaron “zonas de prohibición de pesca” para cierta pesca.
  • Se hicieron compromisos para establecer sistemas que permitan a los consumidores obtener pescado sostenible.
  • También se adoptaron nuevos compromisos para combatir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, y para reducir los subsidios a la pesca que están trabajando para agotar las poblaciones de peces.
La conferencia terminó con una gran frase del Presidente de la Asamblea General de la ONU, Peter Thomson, quien afirmó que “Cuando se trata del océano, es la herencia común de la humanidad. No hay Norte-Sur o Este-Oeste cuando se trata del océano. Si el océano se está muriendo, se está muriendo para todos nosotros”.

Los problemas en los océanos significan problemas para la población en todo el mundo. El bienestar humano y la salud, la prosperidad económica y un clima estable dependen de océanos sanos. Esperamos que estas medidas ayuden en la promoción del desarrollo sostenible, lo cual es crítico para un mundo de mayor bienestar y desarrollo. Lampadia




Debate Electoral: Recursos Naturales y Conflictividad

Debate Electoral: Recursos Naturales y Conflictividad

En nuestra biblioteca virtual sobre Recursos Naturales y Desarrollo hemos depositado múltiples informes, incidiendo de manera importante en los aspectos vinculados a la conflictividad social. Esta, aunada al débil liderazgo gubernamental, ha logrado parar varios proyectos mineros, operativos como la ampliación de Yanacocha en el Cerro Quilish de Cajamarca y la mina Santa Ana de Bear Creek en Puno y; entre otros, dos proyectos que estaban a punto de caramelo como Conga en Cajamarca y Tía María en Arequipa.

Como hemos publicado en varias ocasiones, esto nos ha hecho perder hasta tres puntos de crecimiento del PBI en 2014 y 2015 según el IPE[1], nos llevó a desaprovechar la cola de los buenos precios para terminar inversiones que hoy estarían produciendo, con la consiguiente frenada de la reducción de la pobreza y la desigualdad.

Después de las divagaciones sobre las propuestas de diversificación productiva, hoy ha quedado muy claro que nuestros principales motores de crecimiento son la minería, la agroexportación, el desarrollo forestal, la acuicultura y el turismo. De ellos, la minería es el más importante y el próximo gobierno tendrá que hacer aproximaciones inteligentes y serias para que nuestra población pueda tener una correcta apreciación de sus impactos positivos, así como de los requisitos sociales y ambientales que deben velarse. En este proceso habrá que evidenciar la naturaleza de los conflictos impulsados por los anti mineros, que muchas veces obedecen a objetivos subalternos a los de la creación del bienestar general.

Con mucho sentido de importancia, el último debate electoral incluyó una sección sobre los recursos naturales y la conflictividad. Con el apoyo de nuestros colaboradores del Centro Wiñaq, hemos preparado el siguiente análisis de los comentarios de los candidatos.

La cobertura periodística respecto al reciente debate presidencial se ha focalizado en los ataques y críticas mutuas entre los candidatos. A pesar de ello, a través de las propuestas brindadas, ha servido para tener una buena impresión respecto a los consensos y disensos sobre cómo enfrentar varios de los más agudos problemas del país.

La viabilidad de las propuestas sobre el aprovechamiento de los Recursos Naturales  dependerá, en gran medida, de la efectividad con que se reduzca la Conflictividad Social. Por lo tanto, no podemos tratar estos dos temas de forma separada. En este artículo trataremos los consensos y discrepancias entre los candidatos en estos dos aspectos, y evaluaremos el impacto esperado de las medidas propuestas sobre la conflictividad social.

Los Consensos y sus Limitaciones.

Ambos candidatos se refirieron a la consulta previa como un mecanismo efectivo de reducción de la conflictividad social. A primera vista, esto es bastante obvio. Si las comunidades, tras un proceso de negociación e información aprueban un proyecto, el mismo podrá llevarse a cabo sin que exista un proceso de resistencia social.

El problema estriba en que no existe una definición inequívoca respecto a quienes son y quienes no son “la comunidad,” donde están sus límites geográficos  y en qué consiste la “consulta previa”. Si consideramos como “la comunidad” a la población del entorno directo de un proyecto minero, de haberse realizado la consulta previa sobre el proyecto Conga en Cajamarca o Santa Ana en Puno, se hubieran viabilizado. En ambos casos las comunidades del área de influencia directa de estos proyectos eran claramente favorables a los mismos. Fue la movilización de la resistencia de comunidades más alejadas, que no se beneficiaban tanto de su implementación, la que inviabilizó los proyectos.

Si se expande el ámbito de la consulta, se generaría un nuevo espacio de disputa que debe ser evaluado con cuidado. Tanto los grupos interesados en beneficiarse con la minería como los grupos interesados en promover la conflictividad van buscar estar incluidos en “la comunidad” que apruebe la consulta previa. Los criterios técnicos no son suficientes, pues todos los grupos de interés utilizarán criterios “técnicos” en su discurso, se requiere entender los intereses en purga detrás de los argumentos técnicos.

Los anti-mineros pretenderán dar representatividad a aquel grupo que se movilice contra algún proyecto y dirán que el mismo representa a las “comunidades afectadas” independientemente de su cercanía al proyecto y o del real involucramiento en las consecuencias del mismo. Lo único que les importará será que la movilización de los insatisfechos tenga relevancia política y mediática. Mientras existan condiciones para generar conflictividad social en alguna zona la aplicación de la consulta previa, su realización no será un mecanismo efectivo para evidenciar la aceptación social de los proyectos.

El otro punto de consenso de los candidatos fue el énfasis que se dio en que las actividades extractivas generen desarrollo local. Sea mediante un mayor grado de inversión pública (Keiko Fujimori) o mediante un “adelanto social” (PPK). Este desarrollo local es un fin loable desde el punto de vista humano, económico y político. Si bien la minería debe servir al desarrollo de todos los peruanos, y no solo a quienes estén cerca de una mina, debemos estar claros que la persistencia de la pobreza adyacente a la enorme riqueza de las actividades extractivas genera condiciones óptimas para la conflictividad social.

Si bien el desarrollo local es condición necesaria, los estudios muestran que no suficiente para que las actividades extractivas sean viables. Una investigación del BID[2] respecto al impacto sobre el desarrollo local de las actividades mineras en el Perú encuentra que las zonas mineras manifiestan una reducción más rápida de la pobreza y de la desigualdad que zonas (comparables) sin actividad minera. Es decir, la minería en el Perú no solo reduce la pobreza en su entorno sino también la desigualdad, siendo estos hallazgos claramente opuestos a las creencias comunes brindadas respecto a las causas de la conflictividad en las zonas mineras. No hay que olvidar que las zonas mineras han recibido, vía canon, regalías y derechos de vigencia, más de 40 mil millones de soles, entre 2005 y 2014.[3]

Un problema objetivo es que los beneficios locales de los proyectos mineros, se dan con un importante desfase en el tiempo, pues estos se dan mayormente durante la etapa productiva de los mismos. El canon llega cuando las empresas producen utilidades y, eso ocurre algunos años después del inicio de operaciones, luego de absorber las pérdidas pre-operativas. En consecuencia, si el Estado no se las ingenia para acompañar el desarrollo de los proyectos (en su fase previa al canon) con inversiones sociales, productivas y de infraestructuras, la espera de los beneficios crea un espacio de vulnerabilidad hacia los conflictos.

A pesar de todos los beneficios generados por la operaciones mineras, los resultados electorales evidencian una fuerte presencia de la ideología de la conflictividad justo en las zonas más beneficiadas. Ello muestra que el beneficio económico no es suficiente para reducir la conflictividad. No hay que olvidar que algunos grupos promueven la conflictividad justamente porque es posible obtener rentas económicas y políticas por medio del conflicto.

Para ser efectivo, el desarrollo local debe aumentar la legitimidad del sector extractivo. La población necesita visualizar claramente que los beneficios obtenidos tienen su origen en la actividad minera. Es necesario que la población local atribuya el desarrollo traído por este sector a las operaciones extractivas y las empresas que las realizan. Sin ese entendimiento la narrativa anti-minera socava la legitimidad de la minería como motor del desarrollo, y vamos a escuchar consignas absurdas como “Canon sí, Mina no”.

Respecto a la minería informal ambos manifiestan una postura expectante a la misma, posiblemente dado el importante bolsón electoral que este sector representa. Sin embargo, hay que considerar que la fiscalización ambiental efectiva a miles de unidades económicas de pequeña minería resultara un esfuerzo mucho más complejo que la fiscalización a la gran inversión minera con procedimientos de control y reporte mucho más estandarizados. A su vez, la presión tributaria que se puede ejercer sobre la pequeña minería es claramente menor que la que se puede dar sobre las grandes empresas. En este aspecto hay que desarrollar nuevas estrategias para, por ejemplo, concentrar el procesamiento del mineral en instalaciones limpias y formales.

Las Diferencias.

Keiko Fujimori hizo hincapié en el rol de árbitro que debe jugar el Estado entre las comunidades y las empresas mineras. Por otro lado, considera que son las comunidades afectadas las que deben recibir las multas generadas por las infracciones ambientales. Ambas medidas tienen un potencial positivo en la medida que este rol de árbitro sea respetado y considerado como legitimo por parte de las poblaciones locales y supere la persistente campaña de desconfianza que promueven los anti mineros. Respecto a la entrega de las  multas a las comunidades afectadas, esto debe verse con mucho cuidado, esto puede responder a un principio de justicia, sin embargo el proceso de fiscalización ambiental tiene que obedecer a criterios puramente técnicos para evitar que las denuncias ambientales se vuelvan mecanismos de presión política de comunidades deseosas de fondos.

Pedro Pablo Kuczynski planteo un adelanto social como mecanismo de generación de confianza, esto permitirá mostrar realidades que faciliten socavar parte de la estrategia política anti-minera en los momentos previos a la implementación de un proyecto extractivo, el momento más vulnerable de un proyecto, tal como hemos planteado líneas arriba.

PPK propone un Banco de Fomento Minero con la idea de propiciar la formalización del pequeña minería, ello sin embargo implica poner en riesgo fondos públicos con fines que siempre terminan siendo sobrepasado por la política. Dada la nefasta experiencia del Estado con la banca de fomento sectorial, esta opción debe ser considerada como riesgosa.

En Conclusión.

Las propuestas evidencian intenciones positivas y avances sobre la situación actual, pero los planteamientos adelantados por ambos candidatos, evidencian una comprensión limitada respecto a la naturaleza de conflictividad social como fenómeno político. Las medidas en favor de minería informal parecen, por ahora, más impulsadas por criterios electorales que de formalización efectiva.

Ambos han presentado diversos mecanismos para amplificar los efectos de las actividades extractivas sobre el desarrollo en el entorno de los proyectos. Estas medidas, con un mejor entendimiento de las cuestiones políticas, tienen el potencial de reducir la conflictividad social y reabrir la puerta del desarrollo minero en Perú.

Algo que debió estar presente en el debate, es el inmenso impacto positivo de los grandes proyectos mineros, tanto los suspendidos, como los de desarrollo potencial, en el conjunto de la sociedad a través de sus encadenamientos productivos, la generación de empleo de calidad (directo e indirecto) y el aporte de divisas y recursos fiscales, que hacen posible una acción efectiva del Estado para derrotar la pobreza y superar las brechas sociales que nos aquejan. Lampadia

 

 


[1] Estudio disponible en: 

http://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/937ff-el-costo-economico-de-la-no-ejecucion-de-los-proyectos-mineros.pdf

[2] “Disponible en: http://www19.iadb.org/intal/intalcdi/PE/2014/14364.pdf

[3] Córdoba, H. (2015). Arequipa: Minería y Desarrollo Regional. Ponencia en el Forum: Arequipa: Minería y Desarrollo Regional.




El gran potencial de la pesca acuícola

La pesca es una actividad productiva muy significativa para el Perú y un sector importante de exportación. Por el momento, sin embargo, no explotamos todo nuestro potencial. Mientras que en el mundo el 50% de la pesca es extractiva y el resto acuícola, en el Perú tenemos 98% de pesca extractiva y sólo 2% acuícola.

El clima estable durante la mayor parte del año y la diversidad de cuerpos de agua continentales proveen condiciones óptimas para el desarrollo de la actividad acuícola. Con cerca de 2,500 kilómetros de costa, la fría corriente de Humboldt es el hogar de una gran diversidad de especies de peces, moluscos, crustáceos, equinodermos y algas. Además de las aguas saladas, tenemos otro frente con importante potencial productivo en los ríos de la selva y las cochas de la sierra.

El Grupo Hochschild ya exporta paiche al mercado europeo

Fuente: Diario Gestión

Los mares del mundo ya están muy estresados por los volúmenes de pesca extractiva y se espera que la acuicultura pueda seguir creciendo en proporción del total de la pesca para que la humanidad aproveche la excelente calidad de la proteínas ictiológicas.

Acuicultura de Huaura (Acuahuaura), empresa del Grupo Redondos, que se dedica al cultivo Super intensivo de Tilapia

La acuicultura, después de estar décadas como entenada del sector pesquero proyecta convertirse en uno de los nuevos motores de nuestro crecimiento económico. Según el Viceministro de Pesca y Acuicultura, Juan Carlos Requejo, “con la reciente (fines del 2015) aprobación de inversiones acuícolas por más de S/. 92 millones y la ampliación de la frontera acuícola para nuevas inversiones en casi 25,000 hectáreas, en los próximos cinco años podríamos tener un crecimiento lo suficientemente importante como para aportar el 15% del PBI”.

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El Perú es el primer exportador de harina y aceite de pescado en el mundo. Se trata de productos que se distribuyen a más de 100 países en los cinco continentes, entre los que destacan China, Alemania, Japón y Chile. Uno de sus principales aplicaciones es justamente la base de alimentación en los desarrollos de acuicultura.

Entre los años 2003 y 2014 el valor de las exportaciones pesqueras se incrementó en 165%,  alcanzando los 2,724 millones de dólares; de los cuales el 62% correspondió a productos para el segmento de CHI (consumo humano indirecto) y el 38% restante al segmento de CHD (consumo humano directo). Ver en Lampadia: Sembrando peces para cultivar oportunidades.

El enfoque del gobierno actual para el manejo del sector pesquero no ha sido el más feliz. En Lampadia lo hemos criticado con mucha fuerza. Ver: Graves fallas del ordenamiento pesquero y Más sobre el ordenamiento pesquero.

El gran potencial de la pesca acuícola

Sin embargo, ahora, así como criticamos al Ministro de la Producción Piero Ghezzi por lo indicado líneas arriba, hoy debemos celebrar su compromiso con el desarrollo de la acuicultura. Con el fin de impulsarla, creó una Mesa Ejecutiva Sectorial Acuícola de la mano con el sector empresarial, la cual rápidamente identificó 24 barreras tales como el elevado riesgo sanitario, sistema de trazabilidad débil y poco confiable e informalidad, entre otros. Ver más información sobre las reformas y logros de esta mesa en la sección Documentos de Lampadia:  Mesa Ejecutiva Sectorial Acuícola.

Fuente: Ministerio de la Producción

Para abordar estas barreras, se organizaron reuniones descentralizadas y plenarias. Por ejemplo, en Piura, se ha conformado el grupo de trabajo de Sechura que viene abordando el ordenamiento, los problemas ambientales y sanitarios de la bahía, para temas de la concha de abanico.

Según Ghezzi, el SANIPES (Organismo Nacional de Sanidad Pesquera), creado en este gobierno, permitirá la apertura de mercados al sector pesquero. Esto se debe a que este realizará un trabajo similar al del SENASA  con las  agroexportaciones, que apoya en el ingreso de nuestros productos a diversos mercados globales. Confirmando el incipiente desarrollo de la acuicultura en el Perú, Piero Ghezzi afirmó: “Mientras que en el mundo el 50% de la exportación pesquera es por la actividad acuícola, en el Perú solo llegamos a 1.5%, el resto es por la actividad extractiva”.

La multiplicación de los peces puede haber sido un milagro hace dos mil años, pero hoy día sabemos que está a nuestro alcance cotidiano, se llama acuicultura. Por fin estamos empezando a aprovechar esta gran oportunidad que representa una magnífica contribución a las necesidades de alimentación de calidad de la humanidad. Lampadia




Nuestro potencial productivo supera las limitaciones coyunturales

Nuestro potencial productivo supera las limitaciones coyunturales

En el último informe semestral de América Latina del Banco Mundial (BM), llamado “América Latina recorre un estrecho camino al crecimiento: La desaceleración y sus retos macroeconómicos”, se pronostica un cuarto año de crecimiento lento para la región. Además, concluye que el fuerte crecimiento de la década del 2000 difícilmente volverá a la región a menos que se adopten enérgicas reformas a favor del crecimiento.

El informe revela que América Latina y el Caribe se han desacelerado más que las otras regiones emergentes. Esto refleja los efectos de amplificación de un descenso inusualmente fuerte en la inversión entre los países exportadores de materias primas de la región.

En este entorno externo menos favorable, los líderes de América Latina se enfrentan a diversas opciones de respuesta política para estimular sus economías. Importadores de productos básicos, como los países del Caribe Oriental, tendrán un camino más fácil dados los precios más bajos de las materias primas y la recuperación económica de Estados Unidos. En cambio, exportadores de productos básicos con poca flexibilidad del tipo de cambio probablemente se enfrentarán a una situación más difícil, ya que la transición a la “nueva normalidad” tendrá que depender de una reducción significativa en el gasto agregado.

“Mirando hacia el futuro, ahora está claro que la adopción de políticas para estimular el ahorro será importante para fortalecer las bases del crecimiento y la estabilidad macroeconómica. Esta es una tarea difícil que tomará tiempo, pero va a demostrar que hemos aprendido de nuestras experiencias”, aclara Augusto de la Torre, Economista Jefe del BM para América Latina y el Caribe.

Actualmente, las tasas de ahorro de América Latina se sitúan alrededor de 10 puntos porcentuales por debajo de Asia. Según el informe, el aumento de las tasas de ahorro proporcionaría más margen de maniobra para la política monetaria y fiscal. Además, cada vez hay más pruebas de que los ahorros pueden promover un mayor crecimiento sustentando un tipo de cambio real más depreciado y reduciendo de la dependencia del ahorro externo. Ambos, a su vez, podrían impulsar la competitividad externa, reducir el costo del capital, respectivamente y la mejora de la sostenibilidad del crecimiento.

En este contexto, el BM destacó la sólida posición fiscal que tienen Bolivia, Chile y Perú. En este momento, cuentan con un margen fiscal razonable, lo que se debe en gran medida al elevado ahorro de los últimos años, que a su vez redujo la deuda gubernamental y la acumulación de sus Reservas Internacionales Netas (RIN). Considera que estos países que cuentan con un mayor ahorro interno podrán fomentar el crecimiento.

Es por eso que ahora se necesita que organismos gubernamentales como el Ministerio de Economía y Finanzas tengan una mayor ejecución de proyectos para aprovechar el buen posicionamiento del Perú y adopten políticas que le permitan retomar tasas mayores de crecimiento.

Aún así, reiteramos nuestras atingencias a este tipo de análisis, pues asumen que el Perú es un país comparable a los demás de la región. Gracias a Dios, eso no es así, el Perú tiene condiciones únicas que no comparte ningún otro país de la región. Nosotros tenemos reservas productivas acumuladas y no explotadas en una serie de sectores, producto del “apagón productivo y de inversión” que nos “regalaron” nuestros gobiernos durante los años 60, 70 y 80. En esos años, mientras todos los demás seguían desarrollando sus capacidades, nosotros hicimos un receso. Es así, que hoy tenemos un potencial minero para multiplicarnos por 5; igual o más en energía; en forestería, podemos multiplicarnos por 30; podemos desarrollar acuicultura en nuestros ríos, cochas y mares; etc. El Perú es infinito en comparación al tamaño de nuestra población. Solo necesitamos un gobierno que entienda esa realidad y permita que nuestra capacidad creativa se encargue del restoLampadia




“Pensando en lo nuevo”¿Con ideas viejas?

“Pensando en lo nuevo”¿Con ideas viejas?

Humberto Campodónico, colega de la UNI y amigo del Director de Lampadia, ha publicado en La República (20 de abril, 2015): Pensando en lo nuevo. En él vuelve a tratar de descalificar la economía peruana por su “alto” contenido de exportaciones de los llamados productos primarios. Esta vez recurre a declaraciones genéricas de extranjeros y a debates desarrollados en otros países para extrapolar sus implicancias al Perú. Esta práctica no toma en cuenta nuestra realidad y lleva a conclusiones y recomendaciones equivocadas.

Veamos algunos de los comentarios de Campodónico y nuestras acotaciones:

“La pregunta que se hacen muchos países que dependen económicamente de la explotación de recursos naturales es: ¿qué hacemos ahora que han bajado los precios y nos encontramos con una enorme caída en los ingresos del sector exportador y, también, en la retracción de la recaudación tributaria?”.

“Según el FMI, un país es dependiente de los recursos naturales cuando más del 25% de sus exportaciones dependen de ella… 60 países en el mundo, de un total de 192 ‘cumplen’ con esa definición. En América del Sur, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela lo superan ampliamente (entre 50 % y 50 % [sic.]) con las actividades extractivas. Si añadimos las exportaciones agrícolas y pecuarias, entonces entran Argentina, Paraguay y Uruguay. Y también Brasil”.

“Hace dos semanas asistimos a una ‘Conferencia sobre el Comercio Exterior’, convocada por el gobierno de Argelia. (…) su dependencia es cerca del 97% [por sus exportaciones de petróleo y gas]”.

Campodónico cita al gobierno de Argelia: “Queremos (…) mejorar la oferta y el volumen  de las exportaciones no hidrocarburíferas”.

Luego afirma: “Un tema recurrente de la discusión fue la ‘ventana de oportunidad’. ¿Acaso no es positivo que –debido a la situación actual– todo el gobierno y el sector empresarial estén convencidos de que hay que avanzar hacia la diversificación de exportaciones?”En Lampadia no negamos la necesidad de diversificar las exportaciones, pero no, como producto de paralizar y desquiciar el sector primario, sino sumándose a el.

Sigue: (…) “El problema es que no le hemos dado la importancia necesaria a las actividades productivas e industriales. Fue un error creer que seguiríamos creciendo por 20 años más con impulsos externos que nos han hecho dependientes y vulnerables”

Pensamiento Campodónico. Nuestra política nunca se basó en sentarse a esperar que los impulsos externos nos hicieran crecer, un argumento que pretende manipular conciencias. Contrariamente a lo que dice Campodónico, de lo que se trata es de aprovechar nuestro potencial productivo. Solo en el caso de la minería, de haber continuado fomentando su desarrollo en vez de pararla, hubiéramos podido seguir creciendo a buen ritmo, compensandolos menores precios con mayores volúmenes de producción. Esto no lo puede hacer cualquier país. Solo lo puede hacer el Perú, pues  debido al apagón productivo de los años 60, 70 y 80, tenemos un stock de proyectos que nadie más tiene, y menos con la calidad de los nuestros. Ver en L: La minería tiene un alto valor agregado.

Sigue Campodónico: “(…) No podemos seguir confiando en que las actividades extractivas solucionarán los problemas, para lo cual, de un lado, es indispensable dejar de lado la permisología y la tramitología. La solución no va a venir por el lado de Energía y Minas”. (…) “El discurso preponderante es ‘destrabar’ las inversiones –léase Tía María–, para lo cual es indispensable ‘poner orden y tener mano dura’, como lo insinúa el Premier Cateriano”.

Sigue: “Todos los discursos actuales de los organismos multilaterales apuntan hacia reformas que permitan la diversificación de la actividad productiva”.En este caso, las declaraciones de las multilaterales no son aplicables al Perú, como podemos ver líneas arriba.

Continúa Campodónico: “Y que se incida en el avance hacia la sociedad de la información y del conocimiento”. Caray, ya se quedó desactualizado, ahora estamos en la sociedad de la digitalización, la robótica, la inteligencia artificial, las impresoras 3D y la biología sintética. En la Tercera Revolución Industrial’.

Remata su artículo: “Nos estamos quedando rezagados”.Ahí sí estamos de acuerdo, nos estamos quedando rezagados. Si no nos ponemos al día en educación, instituciones e infraestructuras, cuando la tercera revolución industrial agarre velocidad de crucero, los rezagados peruanos seremos una suerte de sub-humanos. Ver en L: Organizaciones Exponenciales (I).

Justamente por eso, nuestro principal objetivo debe ser ponernos al día con los países más desarrollados. Para lograrlo tenemos que crear la mayor cantidad de riqueza, en el menor tiempo posible. Y eso solo podemos hacerlo aprovechando nuestras capacidades para crear riqueza: explotar nuestras reservas productivas en minería, energía, madera, acuicultura y agroexportaciones entre otras. Además, con ese enfoque podremos seguir fortaleciendo y haciendo crecer nuestro sector industrial y modernizando muchos otros.

Amigo Campodónico, hay que pensar en lo nuevo, con ideas nuevas. Lampadia

 




Sembrando peces para cultivar oportunidades

Sembrando peces para cultivar oportunidades

La multiplicación de los peces puede haber sonado milagrosa hace unas décadas, pero hoy en día sabemos que es posible. Se llama acuicultura y es una perfecta solución a muchos de los problemas a los que se enfrenta la sociedad hoy en día, si es que se tiene la voluntad para abordarla realmente. Lamentablemente poco o nada se ha hecho en el Perú para aprovechar esta brillante oportunidad que se nos presenta.

No olvidemos que la pesca tradicional se aplica a un recurso renovable, pero cuya tasa de extracción tiene un límite para asegurar que año tras año la biomasa no se reduzca. Es decir, cuánto pescamos depende en buena medida de las inversiones que hagamos en mejores equipos y en procesos más eficientes, pero al final tendrá siempre el límite que nos impone la naturaleza y el clima. Esto es algo que debe ser regulado y supervisado estrictamente a menos que queramos que se repita el descalabro de la producción pesquera de la década de los setenta, durante la dictadura militar.

La dependencia de la pesca tradicional de variables ambientales la hace relativamente difícil de predecir al largo plazo. Ni qué decir de los elementos políticos: recientemente hemos visto cómo el Ministerio de la Producción prefiere jugar a quedar políticamente bien con todos, en vez de ordenar el sector siguiendo las recomendaciones de técnicos y analistas, lo que agrega una mayor incertidumbre.

El pescado es un alimento privilegiado, es una proteína de buena calidad y se le considera el alimento más importante del futuro. Para el año 2050 vamos a tener que alimentar a 12 mil millones de personas en el mundo.Si no nos ponemos las pilas desde ahora para producir comida de nuevas y más eficientes maneras, tendremos un grave problema.  Según el artículo “Cómo criar mejores peces” de Joel K. Bourne Jr., publicado en National Geographic de junio del 2014, en la actualidad en el planeta se producen más peces de granja (acuicultura) que carne de res, que se reputa como una de las fuentes más importantes de desertificación y de emisión del gas metano (equivalente a 20 veces una parte de CO2), si no se procesan los desechos. En el Perú estamos muy lejos de alcanzar estas proporciones básicamente porque no reconocemos su potencial.

Para Bourne un detalle importante es que el cultivo de pescado es más eficiente, en el sentido en el que la res, el cerdo y el pollo requieren consumir más kilogramo de comida por kilogramo generado. Esto lo hace más conveniente en términos ambientales. De hecho, Eduardo Ponce comenta que un kilogramo de pescado requiere apenas un kilogramo de comida, mientras que uno de cerdo requiere 3 kilogramos de comida y uno de res requiere 7 kilogramos de comida. Por eso –además del dato adicional de que los alimentos marinos tienen una elevada concentración de Omega 3– no debe sorprender que en los 80 haya habido un boom de cultivo de langostinos, salmón y tilapia, lo que ha llevado a que la piscicultura haya crecido 15 veces. El resultado hoy en día es que ha superado a la carne de vacuno por más de 70 millones de toneladas anuales (Ver Gran desafío en el Pacífico Sur).

Por todo esto la importancia de la acuicultura a nivel mundial ha estado creciendo. En 1950, apenas 3% de la producción mundial pesquera era criada. Para el 2011, el 47% fue criado. Esto se debe básicamente a que a partir de 1970 la captura de peces se ha ido estancando, mientras que el volumen generado por acuicultura crece cada vez más.

Con toda esta información a la mano, cualquiera diría que se han tomado acciones concretas para promover la inversión en esta actividad. No obstante, en el Perú esto aún está en pañales. En las últimas décadas la tecnología ha avanzado mucho en solucionar los problemas que la acuicultura tenía. Desde la alimentación para los peces cultivados hasta la reducción de epidemias. Tal vez el desarrollo más notorio del país es el de la producción de paiche en Yurimaguas por parte del Grupo Hochschild.

 

 

Recién a inicios de este año (2014) el gobierno se ha comenzado a elaborar un programa de desarrollo de la actividad acuícola en el Perú. Hasta entonces existían esfuerzos poco integrados de distintas entidades. En ese sentido, el Ministerio de la Producción estima que el país necesita una inversión de US$118 millones para cerrar lo que denominan brecha en acuicultura, que incluye la investigación y el desarrollo para ponernos al nivel de Chile, un país que sobresale a nivel mundial por esta industria.

En el pasado más cercano ciertamente el Perú ha visto crecer su producción acuícola. En el 2013 produjo 105 toneladas, 45% más de lo producido en el 2012. De esta cifra, el 72% fue cultivado en el mar y el 28% en el continente. Es crucial que este crecimiento continúe.

Nuestro potencial para la producción acuícola se encuentra en el mar, en las cochas de la sierra y en los ríos de la selva. Además, tenemos los insumos principales, la harina y aceite de pescado, la demanda global no tiene límites, pero para que el sector privado desarrolle esta nueva industria se necesita un ambiente de inversión que, lamentablemente, le ha sido adverso, impredecible y hasta hostil en el ministerio que lo regula. Ninguna instancia gubernamental ha identificado o apoyado la incipiente producción de paiche, tilapia o lenguado. Ojalá Produce aprenda a balancear los intereses de la pesca artesanal con el desarrollo de una gran industria de producción acuícola sin cometer los mismos errores y daños que originó el cuestionado Decreto Supremo 005-2012-PRODUCE. Lampadia




Acuicultura: enfrentando el futuro

Acuicultura: enfrentando el futuro

Por: Tomás Unger

(El Comercio, 15 de Julio del 2014)

La agricultura, además de requerir áreas de cultivo, que hoy ya ocupan 40% de la tierra   disponible, supone la destrucción de bosques. Esta situación ha forzado a poner creciente énfasis en los alimentos de origen acuático, sobre todo marino. Por otra parte, la pesca ha alcanzado un crecimiento insostenible. Los avances tecnológicos, con sonar y embarcaciones refrigeradas, han llevado al límite la extracción, acabando en algunas partes con las especies. Esto ha llevado a una nueva forma de procurar alimentos del agua, que tiene ventajas determinantes.

Las ventajas

Hace más de 2.000 años los chinos comenzaron a criar carpas cuando inundaban sus campos de arroz, creando ecosistemas que combinaban patos y cerdos usando los desperdicios para alimentar algas, que a su vez mantenían a las carpas. Este pez carnívoro además se alimentaba de los insectos que perjudican al arroz, microsistemas ecológicos de gran eficiencia. Hoy China produce 1,5 mlls. de toneladas de tilapia al año.

La ventaja básica del pez, o para el caso de todo alimento acuático, es su menor consumo de energía. Toma aproximadamente un kilo de alimento para producir un kilo de pescado, a diferencia de las cantidades que requieren los animales terrestres. En el caso del pollo se necesita casi dos kilos por cada kilo de animal, tres en el caso del cerdo y para producir un kilo de carne de res se necesitan siete kilos de comida.

Esto se debe principalmente a dos factores físicos: la sangre fría de los animales marinos y su falta de necesidad de combatir la gravedad, porque flotan. Un problema está en lo que comen. Los alimentos marinos más buscados son generalmente carnívoros y requieren ser alimentados si es que se cultivan. Otros, en cambio, aunque menos buscados en los mercados, se alimentan de productos vegetales. Esto ha dado lugar a una nueva industria que ha tenido un crecimiento explosivo: la acuicultura.

Crecimiento espectacular

Desde que comenzó a tener impacto, principalmente proporcionando langostinos, salmón y tilapia, envasados al vacío y congelados en los años 80, la acuicultura ha crecido más de 10% al año y hoy es 15 veces mayor que en los 80. Se cultiva toda clase de alimentos acuáticos, tanto marinos como de agua dulce. Por primera vez su producción ha excedido a la de carne de res.

Otro hito notable es que hoy, por primera vez, la acuicultura ha sobrepasado los 70 millones de toneladas y representa más de la mitad del consumo de productos acuáticos. Hay quienes aseguran que lo que ha contribuido al mayor consumo es el hecho de que los alimentos del agua, y en especial los marinos, han adquirido la reputación de ser más sanos. Esto se debe en parte a la presencia del tan buscado aceite omega 3.

La comida de los peces

A pesar de que los peces requieren menos calorías para crecer y producir carne comestible, requieren comida. Esto en el caso de los peces omnívoros presenta menos problema que en el caso de los carnívoros. Estos últimos son los principales consumidores de harina de pescado. Hoy el cultivo más grande de peces se encuentra en el Caribe frente a Panamá donde se cultiva un animal llamado bonito negro o pejepalo, que no existe en nuestras costas y que puede vivir 15 años, alcanzar dos metros y pesar más de 65 kilos. Su principal alimento son la harina y aceite de pescado, complementados con nutrientes a base de grano.

Como sabemos bien, la harina y el aceite de pescado vienen de anchovetas y sardinas; lo que sorprenderá a muchos es que hoy la acuicultura consume casi el 70% de la harina de pescado y casi el 90% del aceite de pescado que produce el mundo. Es más, ya se está explorando la obtención de krill de la Antártida para alimentar peces, en desmedro de las ballenas y pingüinos.

Esta es la razón por la cual es tan popular la tilapia que es omnívora y consume soya. Otro esfuerzo se está haciendo para reducir la cantidad de harina de pescado requerida para peces carnívoros como el salmón, reduciendo por consiguiente el número de peces que requiere su cultivo. El gran debate es sobre con qué tipos de nutrientes se puede mantener el cultivo de mariscos y peces.

Ostras, conchas y algas

Antiguo y menos problemático es el cultivo de moluscos, en especial el de ostras con una larga tradición. Estos cultivos incluyen desde choros y conchas hasta los llamados equinodermos pepinos de mar o cohombros, favoritos de chinos y japoneses. Ubicadas a diversas profundidades, las ostras filtran los desperdicios de otros cultivos, lo que también hacen las algas.

Consumidas casi exclusivamente en el este de Asia, las algas tienen un muy alto valor nutritivo, con algunas que incluyen el tan buscado omega 3. Por otra parte, lejos del problema del alimento, las algas tienen aparentemente un espectacular futuro como proveedores de biocombustible. Los resultados todavía no están, pero hay gran expectativa.

Y los problemas…

Como sucede con todas las actividades humanas que modifican los sistemas naturales, se crean problemas. Por lo pronto, los científicos norteamericanos que han estudiado la acuicultura, a pesar de miles de kilómetros de litoral, han prohibido el cultivo de granjas de peces en sus costas. No así en estanques y lagos. Esencialmente los problemas surgen por la alteración de ecosistemas.

La concentración de cierto tipo de peces, sus desperdicios y el cambio de la fauna, desde el fitoplancton hasta los depredadores, tienen consecuencias directas en los ecosistemas. Otro aspecto es la introducción de productos químicos en los criaderos de peces donde la densidad es alta. En más de un caso se han producido epidemias, que han requerido antibióticos para detener su expansión. Por otra parte, medios artificiales para acelerar el

crecimiento de los peces han tenido un impacto negativo en la fauna marina aledaña.

En el Perú tenemos una experiencia en el lago Titicaca, donde la introducción de especies foráneas carnívoras ha acabado con parte de la fauna original. En Chile hubo dramáticas extinciones en criaderos de salmón y se han requerido medidas drásticas para detenerlas. Estos son solo algunos ejemplos de una industria en rápida evolución, cuyos tropiezos no detienen su progreso. No cabe duda que, ante la dramática expansión de las áreas de cultivo y su contribución a la generación de CO2 , a la vez que la reducción de las selvas que lo reciclan, se requieren alternativas.

Sin lugar a dudas, la acuicultura presenta una solución real, con grandes proyecciones. Lo que nació hace unas décadas con la producción industrial de langostinos, hoy se ha vuelto una industria que supera en el suministro de proteínas a la de la ganadería, y sigue en aumento. Si bien la corvina y el lenguado se han vuelto un lujo limitado para los consumidores de alto poder adquisitivo, todo parece indicar que la solución más realista a la futura demanda de alimentos está en el agua, principalmente en el mar.