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Algo que no hay que dejar a la suerte

Nuestra selección de futbol, que ha despertado las mejores reacciones de todos los peruanos, lamentablemente, no podrá seguir a la siguiente fase del mundial, en gran medida debido al penal fallado por Christian Cueva contra Dinamarca.

The Economist, acaba de publicar un análisis sobre como prepararse para los penales, ilustrándolo con el tiro de Cueva, que no podemos dejar de compartir con nuestros seguidores futboleros. Lampadia

Los penales en el fútbol
Una guía práctica sobre lo más infartante

Hay una estrategia óptima: prepárese

Cueva a punto de fallar su penal contra el arquero danés. The Economist

The Economist
21 de junio, 2018
Traducido y Glosado por Lampadia

Cuando la Copa del Mundo avanza a las fases eliminatorias de la competencia en Rusia, la atención se centrará en la temida definición por penales. Hace cuarenta años, si un juego estaba nivelado después de 120 minutos, el ganador se decidía por suerte: un simple tiro de moneda. Pero en 1978 las reglas se cambiaron para crear resultados que, al menos en cierto sentido, dependen de la habilidad. La pregunta es, ¿cuánta habilidad? Desde 1982, la primera competencia en la que se dieron las definiciones por penales, ha habido 26 de ellas, con siete de los 18 equipos que, en las nueve finales pertinentes, que llegaron allí gracias al éxito en los penales, y dos de las finales han sido decidido por ellos.

El formato de una definición por penales es simple. Los equipos se turnan para patear cinco penales que pasen al arquero del equipo contrario. Si el puntaje se iguala después de cinco penales por lado, se pasa a la ‘muerte súbita’: se gana mediante el primer penal que la otra parte no pueda igualar. Si esto es realmente menos dependiente de la suerte es discutible. El análisis sugiere que no existe relación entre la calidad general de un equipo y su éxito en tales definiciones. Sin embargo, lo que el análisis sugiere es formas de mejorar las probabilidades de éxito.

Lo importante es ir primero, si se da la opción. Esa opción es, sin duda, dependiente del lanzamiento de una moneda. Pero si ganas el lanzamiento de la moneda deberías tomarlo, según Ignacio Palacios-Huerta de la London School of Economics. Después de analizar los datos de 1,000 definiciones por penales en la Copa del Mundo y otras competiciones, el Dr. Palacios-Huerta descubrió que los equipos que patean primero ganan el 60% de las veces. Además, los capitanes ganadores suelen tomar esta opción, por lo que la FIFA, el organismo rector del fútbol mundial, está probando un sistema similar al tiebreak en tenis, en el que los equipos A y B se turnan para patear primero: AB, luego BA, luego AB y así sucesivamente. Sin embargo, la actual Copa del Mundo, mantendrá el formato AB y AB.

Habiendo ganado o perdido el sorteo por moneda, los equipos deciden el orden en el que los jugadores tomarán su turno para patear. Los entrenadores típicamente seleccionan a los mejores jugadores para patear primero, dejando los peores para el final. Los ejecutores de los penales tienen éxito, en promedio, en tres cuartas partes de las veces, de acuerdo con un análisis de las penalizaciones de The Economist. Sin embargo, la tasa de éxito se reduce en 12% para cuatro de cinco tiros de penales en los casos de la fase de ‘muerte súbita’. Aquí es donde la ventaja del primer jugador parece importar. La tasa de éxito en la cuarta penalización, para el equipo que dispara primero es del 70%, mientras que para el equipo que tira segundo es solo del 56%. Un análisis exhaustivo de la secuenciación de jugadores por parte del Dr. Palacios-Huerta sugiere que la importancia de las cinco penalizaciones es en forma de U: el primero y el quinto son los más importantes; el tercero, menos. Por lo tanto, los mejores tiradores de penales, ya sea por la técnica o aquellos que manejan mejor el estrés, deben ser seleccionados con eso en mente.

Una vez que se establece la secuencia de pateadores, la pelota se coloca en el punto de penal, a 11 metros (36 pies) de la portería, que tiene 7.3 metros de ancho y 2.4 metros de alto. Una pelota bien pateada llega a la línea de gol en solo medio segundo, lo que significa que el arquero debe lanzarse de manera preventiva en la dirección que espera que el pateador dispare. Los porteros encuentran que las bolas altas son las más difíciles de manejar: solo el 3% de los tiros penales que apuntan de la mitad del arco hacia más alto, se tapan. Sin embargo, estos tiros tienden a fallar el objetivo: el 18% de los tiros altos fallan, en comparación con el 5% de los tiros bajos. Sin embargo, en general, tomando en cuenta errores y aciertos, los tiros altos son exitosos en el 79% de los casos, en comparación con el 72% de los tiros bajos (ver el gráfico).

En cuanto a la dirección, izquierda, derecha o centro, tanto del lanzamiento del pateador como el salto preventivo del portero, lo mejor es ser lo más impredecible posible. Los datos sugieren que hay poca diferencia en las tasas de éxito entre los disparos dirigidos hacia la izquierda, derecha o hacia el centro. Sin embargo, es más fácil para un jugador diestro dar velocidad a la pelota apuntando hacia lo que es, desde su punto de vista, el lado izquierdo del objetivo (el derecho del arquero) y viceversa para los jugadores zurdos. En promedio, los pateadores patean la pelota en la dirección más natural, un 25% más frecuentemente que en la dirección contraria. Los porteros conocen estas preferencias y se tiran en esas direcciones en proporciones iguales, en un intento de explotar dicho sesgo.

La preparación también ayuda. Holanda puso a un especialista en penales, Tim Krul, justo antes de su definición con Costa Rica en el Mundial de 2014. Le funcionó. El arquero se tiró en la dirección correcta las cinco veces y salvó dos penales.

Pero no hay sustituto para patear con precisión. Alemania, con una tasa de éxito en las definiciones por penales del 86%, mantiene el mejor récord de cualquier equipo internacional de primer nivel. El récord de Inglaterra, por el contrario, es un lúgubre 66%. Lampadia




Los hinchas de Perú: los más queridos del Mundial

Después de 36 largos años, Perú vuelve a una Copa Mundial. La semana pasada nos enfrentamos a nuestro primer rival, Dinamarca, donde perdimos 1-0 pero nada nos quitó el entusiasmo. La selección nunca bajó los brazos, siempre fue al frente y mereció el empate, y el público, dentro y fuera de la cancha, no deja de alentar al “Lovable Perú”.

Veamos algunos despachos de extranjeros sobre el Perú:

Lovable Peru gain more admirers in face of defeat

Saturday’s 1-0 World Cup loss to Denmark in Group C was cruel, but epitomised why Peru are universally loved on and off the pitch.

FourFourTwo, 16 June 2018

If you weren’t a Peru fan before, you probably are now.

(…) Peru deserved more. Their travelling fans deserved it too. But Peru did not lose any support, if anything this courageous group of players and lovable nation gained even more admirers.

Traducción:
El adorable Perú ganó más admiradores a la luz de su derrota
La derrota fue cruel, pero epitomoza el porqué el Perú es amado universalmente, dentro y fuera de la cancha.

Si no eras un fan del Perú, probablemente lo seas ahora.

(…) si algo, este corajudo grupo de jugadores y su adorable nación, ganaron aun más admiradores.

Y es que la pasión de nuestros compatriotas en Rusia se hizo notar y se ganaron la simpatía de todo el mundo. Durante su primer partido contra Dinamarca, Perú jugó con un entusiasmo que muchos no habían visto y las redes lo comentaron rápidamente.

Peru May Have Lost the Match, But it Won the World’s Heart

REMEZCLA, june 16, 2018
By Wilson Liévano

Peru’s long and hard road to the World Cup, and the passion of its fans, gained the sympathy of soccer fans all over the world. But their exciting, full throttle, attacking style in their opener against Denmark has made fans of many neutrals that weren’t expecting such display.

From the first touch, Peru played like it had to catch up for all the World Cups it missed, running frantically to occupy spaces, shooting at the first sight of goal and disputing every ball with zeal.

Traducción:

El Perú puede haber perdido el partido, pero ganó el corazón del mundo

El largo y duro camino de Perú hacia la Copa del Mundo, y la pasión de sus fanáticos, ganaron la simpatía de los aficionados al fútbol de todo el mundo. Su estilo emocionante, de gran aceleración y ataque en su primer partido contra Dinamarca ha hecho que muchos que expectadores, que no esperaban esa exhibición, se vuelvan fanáticos de ellos.
 
Desde el primer momento, Perú jugó como si tuviera que ponerse al día con todas las copas del mundo que se perdió, corriendo frenéticamente para ocupar espacios, disparando a primera vista de gol y disputando cada pelota.

Veamos algunos mensajes:

También se multiplicaron las bromas:

Hasta Maradona nos defendió, afirmando: “Si se jugara de nuevo, elegiría a Perú como el ganador. Ricardo Gareca (entrenador de la selección nacional peruana) atacó muy bien el juego porque no dejó el balón a Dinamarca, mientras que Perú tenía el control. Es un resultado injusto”, declaró Maradona al periodista Svend Bertil Frandsen, elegido por la FIFA para seguir al seleccionado europeo.

Maradona con Ronaldo

Perú perdió el partido, pero capturó los corazones de los fanáticos, quienes lamentaron la mala suerte del equipo, y seguramente los estarán viendo contra Francia. Y es que nuestro entusiasmo y nuesto apoyo por la selección, además de un renovado sentido de unidad es increíble. Sin importar nuestras diferencias de opinión, todo el país se ha unido en un momento histórico que esperábamos con ansias hace 36 años.

Perú ha hecho esfuerzos extraordinarios para apoyar a su equipo, con fanáticos que han renunciado a sus trabajos, han viajado un largo trayecto y duermen en el piso para llegar a Rusia. Incluso, según varios medios de comunicación, un fanático subió de peso (24 kilogramos) para garantizar un asiento de fácil acceso para ver a su amado Perú.

Se estima que cerca de 45,000 peruanos han viajado a Rusia para alentar en el mundial. Así lo indicó el presidente de la Asociación Peruana de Agencias de Viaje y Turismo (Apavit), Ricardo Acosta. “De Perú han salido en promedio entre 4,500 y 5,000 connacionales para alentar a la selección nacional, por lo que en Rusia estarán cerca de 45,000 peruanos contando a los que han viajado de Perú como los que han llegado de otras partes del mundo y los residentes en la misma sede del mundial”, detalló.

En el partido del sábado pasado, casi 30 mil hinchas peruanos estuvieron presentes en el Mordovia Arena, que parecía el Estadio Nacional. Los fanáticos de la ‘blanquirroja’ conmovieron al mundo entero al entonar el himno peruano y previamente cantar el ‘Contigo Perú’.

Ni bien pisaron Saransk, empezaron a entonar las famosas canciones como el ¡Vamos peruanos, hoy tenemos que ganar” y obviamente no pudieron cerrar la nota con el ¡Arriba Perú!

Ver video de Twitter: https://twitter.com/thecasualultra/status/1007586555601604608

El carisma, la buena educación y el “aliento” convirtieron a los peruanos en “los hinchas más queridos del Mundial”. Y es que “el comportamiento de los ciudadanos peruanos hasta el momento es formidable. En estos momentos no hay novedad por resaltar. Todos son detalles menores como pérdida de pasaportes”, indicó el coronel PNP César Echevarría Cabrejos desde la ciudad de Saransk.

Según datos de la FIFA, el Perú es el octavo país con mayor número de visitantes en Rusia, tomándose en cuenta la cantidad de boletos a los encuentros deportivos vendidos. A la fecha, los peruanos han comprado cerca de 43,583 tickets.

Y la imagen de los peruanos caminando hacia el estadio Mordovia Arena, luciendo orgullosamente la camisa blanca con la distintiva faja roja mientras inundaban las calles y festejando un día que habían estado anhelando por generaciones, es algo que conmueve un enorgullece a todos.

Fuente: El Comercio

Ahora nos toca enfrentarnos contra Francia hoy a las 10:00 a.m. en el estadio Ekaterimburgo Arena. No tenemos la menor duda que nuestra selección hará su mayor esfuerzo y que nosotros estaremos apoyándola todo el camino. ¡Vamos Perú! Lampadia




La economía global mejora y nos trae oportunidades

La economía global mejora y nos trae oportunidades

La economía mundial está disfrutando de una “recuperación sincronizada” según Martin Wolf, del Financial Times. El resultado de la economía mundial en 2017 fue significativamente mejor que el año anterior. Según las previsiones del Banco Mundial, es probable que el crecimiento económico mundial alcance el 3.6 % en 2017, ya que las economías de la Unión Europea, Estados Unidos y Japón mostraron claros signos de mejora en el tercer trimestre con una tasa de crecimiento del 2.5 %, 2 % y casi 2 %, respectivamente.

Impulsado por la recuperación económica de los países desarrollados, el comercio y la inversión mundial han entrado en una nueva fase y la Organización Mundial del Comercio espera que la tasa de crecimiento del comercio mundial alcance el 3.2 % en 2017.

Pero aun cuando la economía mundial muestra todos los signos de una recuperación, la antiglobalización y el proteccionismo comercial siguen siendo las dos principales amenazas que causan gran preocupación y tienen el potencial de dañar el desarrollo de la economía y el comercio mundiales.

Por otro lado, una visión un poco optimista de Wolf afirma que: “Uno podría tener esperanzas de que, a medida que la economía mundial se recupere y que el optimismo acerca del futuro se arraigue, la destemplanza de la política en tantos países comience a sanar. Esto también podría comenzar a restablecer la confianza en las élites políticas y económicas. Eso podría hacer que la política fuera menos belicosa y más consensuada. También podría alejar el debate de los extremos más salvajes del populismo.”

El mayor crecimiento económico global es, sin embargo, una oportunidad para los países emergentes y en desarrollo, que actualmente están sufriendo por una desaceleración en la tasa potencial de crecimiento, principalmente debido a un debilitamiento en el crecimiento de la productividad.

Ya hemos comentado (En busca del tiempo perdido – ¡Ahora!) la tragedia que significa para el Perú, estar perdiendo estos años tan propicios para afirmar un desarrollo integral y sostenible. El siguiente artículo de Wolf debe ayudarnos a rteaccionar. No podemos seguir en esta suerte de inercia mazamorrera. Lampadia

Aunque la política no ayuda, la economía mundial mejora

Aun así continúa siendo vulnerable a las crisis financieras, a los choques inflacionarios y a la guerra

Martin Wolf
Financial Times
9 de enero, 2018
Traducido y glosado por
Lampadia

Con el inicio de 2018, el mundo presenta un contraste entre su deprimente política y la mejora de la economía. ¿Es probable que esta divergencia se mantenga indefinidamente? ¿O es probable que la una abrume a la otra? Y, de ser así, ¿la mala política arruinará la economía o una buena economía curará la mala política?

Podemos identificar varias amenazas al orden político global cooperativo. La presidencia de Donald Trump, un nacionalista belicoso con limitado compromiso con las normas de la democracia liberal, pone en peligro la coherencia de Occidente. El autoritarismo está resurgiendo y la confianza en las instituciones democráticas disminuye en casi todas partes. Mientras tanto, gestionar un mundo interdependiente exige la cooperación entre los países poderosos, en particular EEUU y China. Lo peor de todo es que los riesgos de un conflicto abierto entre estas dos superpotencias son reales.

Y, sin embargo, la economía mundial hierve, al menos comparado con los estándares de la última década. Según las previsiones de consenso, el optimismo sobre las perspectivas de crecimiento de este año ha mejorado sustancialmente para EE.UU., para la eurozona, para Japón y para Rusia. El consenso también pronostica un crecimiento global, de 3,2% el próximo año (a precios de mercado), levemente por encima de la elevada tasas de 2017.

El economista Gavyn Davies es aún más optimista. Según su opinión, el consenso todavía está rezagado en relación con los números trimestrales excepcionalmente sólidos identificados en los nowcasts (pronósticos a corto plazo). Él anticipa revisiones al alza de los pronósticos. E incluso argumenta que la actividad mundial actualmente está creciendo a una tasa anualizada de alrededor del 5% (medida a paridad del poder adquisitivo, lo cual eleva las tasas del crecimiento mundial en cerca de medio punto porcentual por encima de la expansión a precios de mercado).

Esto también representaría más de un punto porcentual por encima del crecimiento tendencial. En vista de ello, esta tasa es insostenible. Una respuesta optimista podría ser que los pronosticadores subestimaron la tendencia. Más importante aún, la inversión está desempeñando un destacado papel en la generación de una demanda más fuerte, particularmente en la eurozona. A su vez, una demanda más fuerte impulsa una mayor inversión. En la segunda mitad de 2017, señala el Davies, la inversión en EE.UU., en la eurozona y en Japón aumentó a tasas reales anualizadas trimestrales de entre 8% y 10%, un resultado mucho mejor a lo observado desde 2010. Definitivamente es concebible un círculo virtuoso de crecimiento rápido que impulse un crecimiento potencial más rápido.

Si esta tasa de crecimiento resulta insostenible, la pregunta es si llegará a su fin sin problemas o con contratiempos. Los riesgos de los contratiempos son importantes, dados los elevados niveles de deuda y los altos precios de los activos, especialmente el de las acciones estadounidenses.

Mientras tanto, felizmente, la inflación continúa siendo moderada, y las tasas de interés reales y nominales bajas. Por el momento, estas últimas condiciones hacen que la deuda sea más soportable y que los elevados precios de los activos sean más razonables. Sin embargo, la interrupción podría fácilmente llegar, quizá por una inflación más elevada o por dudas acerca de la solvencia de los grandes deudores. También podría surgir del colapso de los precios de los activos sobrevalorados o de la agitación en los sobrecargados mercados de deuda. Si las economías comenzaran a desacelerarse sustancialmente, el margen para maniobrar en asuntos de política monetaria o fiscal de los países de altos ingresos parecería pequeño.

Sin embargo, tal como lo argumenté hace un año, estas disrupciones económicas tan grandes son eventos raros. Sorprendentemente, la economía mundial ha crecido cada año desde principios de la década de 1950. Además, se ha expandido por menos del 2% (medido a paridad del poder adquisitivo) durante sólo cinco años desde entonces: 1975, 1981, 1982, 1991 y 2009.

¿Qué ha creado desaceleraciones agudas (y generalmente inesperadas)? La respuesta es: las crisis financieras, los shocks inflacionarios y las guerras. La guerra es el mayor riesgo político para la economía. A principios del siglo XX, pocos europeos se imaginaban la devastación económica y social que les esperaba en el futuro. Una guerra nuclear podría ser dos órdenes de magnitud más destructiva.

Las guerras entre los productores de petróleo también han sido extremadamente disruptivas: consideremos las dos crisis petroleras de la década de 1970. Una guerra entre Irán y Arabia Saudita podría ser realmente devastadora. La política, y por lo tanto las políticas, también desempeñan un papel dominante en la generación de inflación y de los consiguientes shocks de desinflación. La política también impulsa el proteccionismo y la liberalización financiera irresponsable. En general, los riesgos de las políticas disruptivas podrían ser mayores actualmente de lo que han sido en décadas.

La política también moldea las políticas a más largo plazo que determinan el desempeño de las economías. Sabemos que las políticas a menudo están lejos de ser todo lo favorables al crecimiento compartido y sostenible que podrían serlo. Ni la idea de la derecha de que lo único necesario es reducir los impuestos y las regulaciones, ni la opinión de la izquierda de que un Estado más intervencionista resolvería todo tiene sentido. Reavivar el dinamismo representa un desafío.

Sin embargo, también es posible tener una perspectiva más optimista. La mala política de hoy en día es el resultado, en gran parte, de la mala economía del pasado, particularmente del malestar de la poscrisis en los países de altos ingresos y del impacto del colapso subsiguiente del precio de las materias primas en numerosos países emergentes y en desarrollo. Uno podría tener esperanzas de que, a medida que la economía mundial se recupere y que el optimismo acerca del futuro se arraigue, la destemplanza de la política en tantos países comience a sanar. Esto también podría comenzar a restablecer la confianza en las élites políticas y económicas. Eso podría hacer que la política fuera menos belicosa y más consensuada. También podría alejar el debate de los extremos más salvajes del populismo.

Por algún tiempo, entonces, la economía y la política pueden ir por caminos separados. Sin embargo, a largo plazo las preguntas deben ser si la economía fracasará por sí sola, si la política terminará arruinando a la economía o, si la economía curará a la política. Esperemos que la respuesta sea la última. Ésa es una opción por la que vale la pena luchar. Lampadia