Por: Paola Bustamante
Gestión – Minería, 25 de mayo del 2022
“Con los recursos recaudados de la actividad minera se debe priorizar mejorar el acceso y calidad de los servicios en los distritos”.
En el 2021 se delegó al Poder Ejecutivo la facultad de legislar en materia tributaria, fiscal, financiera y de reactivación económica. Originalmente se planteó incluir la facultad de efectuar cambios al régimen fiscal minero, aumentando las tasas de la regalía minera (RM), el impuesto especial a la minería (IEM) y el gravamen especial a la minería (GEM). Sin embargo, no fue aprobado por la Comisión de Presupuesto.
EL GRAN APORTE
La minería ha representado en las últimas décadas, uno de los principales motores de crecimiento económico, así como uno de los principales sectores generadores de divisas y de impuestos en nuestro país.
Esta actividad, no solo ha contribuido en el ámbito económico sino también en el ámbito social. Diversas investigaciones han demostrado que, efectivamente, la actividad minera ha contribuido con la reducción de la pobreza.
De un lado, el estudio de Loayza y Rigolini (2016) identificó que el boom minero ocurrido en la primera década de los 2000 permitió que la pobreza disminuya y el gasto de consumo de los hogares aumente en los distritos donde se desarrolla la minería en comparación a los distritos no mineros.
De otro lado, Zambrano, Robles y Laos (2014) encontraron que los distritos con abundancia de minerales cuentan con un ritmo más acelerado de reducción de la pobreza y la desigualdad de ingresos.
Haciendo un análisis con información más reciente respecto de los distritos ubicados en departamentos mineros, se puede observar que el nivel de pobreza monetaria es significativamente menor en los distritos productores (30.5% en el 2018) en comparación a los distritos no productores en provincias no productoras (38.9% en el 2018).
No se observan diferencias en cuanto al ritmo de reducción de la pobreza monetaria, en todos los distritos de departamentos mineros la pobreza se redujo en cerca de 9 p.p. entre 2013 y 2018 (Cuadro 1).
En contraste, si hacemos un análisis de los departamentos mineros en el sur del país, sí se encuentran diferencias en el ritmo de reducción de la pobreza monetaria en los distritos productores en el sur del país, en comparación con aquellos no productores (Cuadro 2).
Mientras que los distritos productores del sur del país redujeron la pobreza en 9.4 puntos porcentuales, los distritos no productores solo redujeron entre 6.5 y 7.1 puntos porcentuales.
Asimismo, se evidencia que el nivel de pobreza monetaria es mayor en los distritos no productores (35.4% en el 2018) en comparación con los distritos productores (27.4 en el 2018).
Sin embargo, esta reducción de pobreza, no refleja una mejora en un mayor acceso a servicios básicos o a mejor calidad de los servicios. Así tenemos que, en los distritos donde se desarrolla la actividad minera, el acceso a servicios es menor en comparación a los distritos no productores de su misma provincia y departamento (Cuadro 3).
Por lo tanto, resulta relevante que con los recursos que se recaudan de la actividad minera se priorice mejorar el acceso y calidad de los servicios en los distritos productores, contribuyendo así a su desarrollo social y del territorio.