Al igual que el famoso grupo de “Los Saicos” en los años 60, la Universidad del Pacífico (UP) montó ayer (23/10/14) un espectáculo que hace recordar la canción que fue el ícono del rock peruano: “Demoler”, reemplazando la estación del tren por el sistema privado de pensiones.
(Escuchar: https://www.youtube.com/watch?v=fML-0M3e6Tk).
En un estudio cuestionado incluso por algunos distinguidos profesores y ex alumnos de la propia universidad, tres de sus profesores plantearon, sin explicitarlo, el fin del sistema de pensiones privado, al declararlo como fracasado y sugerir se elimine la obligatoriedad de los aportes.
En la presentación del trabajo, María Amparo Cruz, remarcó que uno de los pilares de las pensiones en el mundo es el pilar familiar, que se refiere al apoyo de los hijos a los padres, para después decir que en el Perú, los independientes o informales, hasta el 70% de la población, no tenía ningún tipo de protección. Cuando justamente, es lo que se estaría dando en nuestro país, o sea, el pilar familiar si estaría cubriendo a la mayoría de la población.
Eso, sin embargo, no es suficiente para otorgar mejores condiciones de vida a esa inmensa proporción de peruanos, puesto que representan una carga a sus hijos, no tienen acceso al seguro médico y a las demás prestaciones del sistema privado de pensiones. Por lo tanto debiera ser deseable ampliar la cobertura.
Evidentemente, el mayor problema del sistema es su escasa cobertura, que no depende del diseño del sistema mismo, sino del conjunto de factores que determinan que sigamos con una alta informalidad o, una formalidad, que más allá del tema pensionario, viene a ser un gueto inverso (que impide o dificulta el acceso a ella).
Lamentablemente, un gobierno sin imaginación y negociaciones sobre la reforma en las que no participaron los interesados, los afiliados, pretendieron imponer aportes obligatorios a los independientes, que se opusieron con todo, pues, para ese sector, como dice Richard Webb, representa una descapitalización inconveniente. El esquema fracasó y en vez de entrar en una etapa de estudios concienzudos y debates abiertos, cada quién ha empezado una carrera de propuestas, muchas en el Congreso de la República y, otras, como comentamos ahora en la Universidad del Pacífico.
Hace poco, comentaba Rolando Arellano, que plantear una jubilación obligatoria al sector informal, es un absurdo del porte de la catedral, muchos de ellos no saben lo que es una jubilación. Sus abuelos nunca la tuvieron, sus padres tampoco, ellos proyectan su vida laboral hasta el final de sus días. En ese contexto: ¿Qué es una jubilación?
Por eso en Lampadia, a principios de enero de este año 2014, (ver: Una propuesta para incorporar a los independientes al SPP – El IGV como aporte al Fondo de Pensiones y formalización del empleo) propusimos para los independientes un sistema basado en el incentivo de poder aportar al sistema, sin afectar su caja, canjeando parte de sus desembolsos por IGV, por aportes individuales. Lógicamente, este esquema no requiere una obligatoriedad y le permitiría al Estado disminuir la evasión de IGV y hasta ahorrar el déficit de la ONP, en la medida en que se pase a sus afiliados al sistema privado, donde, a diferencia del sistema público o Ponzi, no se requiere aportar un mínimo de 20 años para evitar que el Estado se quede con el 100% de los aportes de los más pobres.
Posteriormente invitamos a Lampadia a dialogar a Luis Valdivieso, Richard Webb y a Juan Mendoza de la UP. Ver: Conversación sobre el futuro del sistema de pensiones – Propuestas para mejorar el sistema.
Además se pueden buscar otros perfeccionamientos o mejoras al sistema, sin prisa y sin pausa, pero guillotinarlo de la noche a la mañana con argumentos falaces, insuficientes y hasta ideológicos, como decir que el sistema exporta capitales es por lo menos discutible. Esta última crítica asume que los fondos no son privados, y el sistema no debiera velar por una ecuación económica elemental de retorno y riego.
En cuanto a la rentabilidad de las administradoras, entre enero y julio del 2014 ganaron (utilidad neta) S/. 977 millones, mientras los fondos lograron una rentabilidad para los afiliados de S/. 3,008 millones. Un punto de vista interesante para un sistema que ha acumulado un promedio de rentabilidad muy atractivo sobre sus costos de oportunidad.
Es obvio que tenemos que hacer algunas mejoras, pero piano, piano, se va lontano. Lampadia






