Álvaro Correa, CEO de Alicorp
El Comercio, 2 de octubre del 2024
“Nuestra estrategia pone a estos emprendedores al centro y nos convierte en aliados de su desarrollo”.
La gran empresa no vive en una isla. Las interrelaciones de una empresa con su entorno constituyen un entramado complejo y cambiante. Con vive con sus trabajadores y respectivas familias, cadauno con aspiraciones y necesidades diferentes; se relaciona con las comunidades donde opera, usualmente en diferentes espacios y regiones; interactúa con el Estado en múltiples niveles, sean gobiernos subnacionales, reguladores, autoridades de distinta naturaleza; tiene por supuesto una relación directa con sus accionistas, interesados en el buen desempeño del negocio; se relaciona continuamente con clientes y proveedores de distintos tamaños y grados de especialización; en fin, un sinnúmero de grupos de interés.
Quiero enfocarme en la vinculación de la gran empresa con los emprendedores,sean estos clientes o proveedor es.
He tenido la oportunidad de trabajar en grandes empresas en varios sectores de la economía, y un común denominador siempre ha sido la gran cantidad de emprendedores con los que uno comparte el día adía, al punto que me resulta imposible pensar en el éxito de estas empresas sin contar con la participación de este segmento de la actividad económica. Esta relación con decenas, cientos, mil eso decenas de miles de emprendedores es parte vital del entorno de una gran empresa.
En la compañía que hoy me toca dirigir nos relacionamos directa e indirectamente con cientos de miles de emprendedores a quienes atendemos con nuestros productos y servicios; me refiero a los puestos de mercado, bo de gas,poll erías, panaderías, pastelerías, restaurantes, lavanderías, chifas, peluquerías, que hacen llegar nuestros productos alas personas o los usan para transformarlos y dar un servicio.
No imagino un Ali corps in ellos, su éxito es nuestro éxito, sus problemas son los nuestros. Por eso, cuando estos emprendedores progresan, los felicitamos y nos alegramos; cuando pasan dificultades nos preocupamos y vemos la manera de acompañarlos en su desarrollo;cuando experimentan abusos de la autoridad o sufren la atrocidad de las extorsiones de bandas criminales, nos indignamos; y cuando un negocio se ve obligado a cerrar, nos duele. Hoy, por ejemplo, es aberrante comprobar que muchos de ellos prefieren no crecer, pudiendo hacerlo, para no llamar la atención de las mafias.
Nuestra estrategia pone a estos emprendedores al centro y nos convierte en aliados de su desarrollo. Su crecimiento es el nuestro, y por ello buscamos hacerlos competitivos, sostenibles. Debemos llegar a ellos con productos a precios y condiciones que les permitan hacer un buen negocio y crecer, desarrollando herramientas para facilitar su labor, capacitándolos y asesorándolos técnicamente cuando es necesario. Ciertamente tenemos mucho por mejorar en nuestro acompañamiento. Por otro lado, no somos los únicos, pues muchas grandes y medianas empresas ponen a los emprendedores en un lugar prioritario, lo cual debemos reconocer y saludar. Creo, sin embargo, que debemos hacerlo de manera consciente y comprometida, y debemos hacerlo todos. Hoy más que nunca necesitamos fortalecer este compromiso empresarial con elemp rendimiento.
El Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.