Por Mijael Garrido Lecca
Publicado en Altavoz, 22 de junio 2015
Como Perú esta en cuartos de final, esta es una columna ilusionada y optimista.
Tenía pensado escribir sobre el proyecto de ley que propone establecer un límite a la propiedad agraria, pero Perú ha pasado a cuartos de final en la Copa América y la ilusión ha empañado mi voluntad de enfrascarme en cualquier tipo de esgrima argumentativa demasiado seria. Al menos hasta el jueves. Deben entender que mi generación -tengo 26 años- es una que ha sido particularmente castigada frente al televisor cada vez que Perú ha jugado. Como mi fe (en el fútbol, y en nada más) es inagotable, voy a extrapolarla.
1. El Perú es heredero de más de una cultura milenaria y la mejor manera de celebrarnos como crisol es construir espacios que permitan pensar al Perú. El Palacio de Gobierno está en una zona privilegiada y tiene una arquitectura perfecta para hacer un museo. Ya estuvo bueno eso de que el Presidente viva en un Palacio. Que el Presidente viva en su casa y que despache en una oficina. Imagínense la maravilla de museo que podríamos tener en Plaza de Armas. Bien facilita está esta: atajo a la historia para el que la haga.
2. El Museo de la Nación está en un edificio horrible en la Javier Prado. El Poder Judicial está en un edificio lindo frente al Paseo de los Héroes Navales. ¿Por qué no mudamos el Palacio de Justicia al Museo de la Nación y hacemos otro museo en el Palacio de Justicia?¿Se imaginan lo que sería el Centro de Lima con dos museos en el Palacio de Gobierno y en el Palacio de Justicia? En el Perú -y en Lima- tenemos historia como para llenar varios museos. Esto, además, implicaría un gran primer paso para revalorizar la Lima antigua.
3. No entiendo por qué el Cuartel General del Ejército tiene que estar en el medio de San Borja. Idea: el Ejército dona a la ciudad el terreno para hacer un parque. El parque es bautizado en honor a todos los héroes militares que cayeron luchando contra el terrorismo. El Estado le asigna un terreno de igual proporción desde Bienes Nacionales, pero lo hace fuera de la ciudad: al Sur o al Norte. Con las comunicaciones al nivel de nuestros días no tiene sentido que quede nuestra milicia quede estacionada en la mitad de la ciudad.
4. Más carnavales y menos tanques. Todos los años celebramos nuestra independencia con una ‘Gran parada militar’. La verdad es que me parece una forma algo tétrica de celebrar la libertad. ¿Qué pasaría si, en vez de que desfilen nuestras fuerzas armadas, desfilan niños de todo el Perú? Que pasen 25 carros alegóricos, uno de cada región, decorados con chicos de último año de colegio de cada una de las regiones del Perú. Que los sigan músicos y bailarines. Y, por favor, que el Presidente tenga una bola roja en la nariz.
5. Que ofrezcan condonar las multas generadas por la comisión de faltas leves al conducir a cambio de dirigir el tránsito con un disfraz de payaso por un fin de semana. Sin duda le va a alegrar la vida a los conductores que anden por la zona y –me queda claro- va a regar de perspectiva a los traviesos pillines que no cumplieron con el reglamento de tránsito. Como me dice siempre un buen amigo, más allá de todas las reformas que hay que hacer en la infraestructura de transportes en Lima, hay que hacer una campaña de educación vial.
Colorín colorado. Te pido por favor, amigo técnico, que no me llenes de artículos de TUPAs y Leyes Orgánicas explicando por qué lo que propongo no se puede. Todo se puede. El Derecho hace a las leyes, no al revés. Este país -además de todos sus problemas serios- se toma muy en serio. Falta un poco de quimba señores. Nos vemos algo tetudos con tanta pompa y con los índices de resultados internacionales en educación que tenemos. A ver si reordenamos nuestras prioridades. Y si le ganamos a Bolivia no esperen nada serio por un rato.