Los niveles de precios de los medicamentos vienen generando diversas propuestas de reforma desde el Congreso. Héctor Becerril (Fuerza Popular), José Luna (Solidad Nacional) y Agustín Molina (Gana Perú) han presentado proyectos de Ley (PL) proponiendo crear un organismo regulador que determine los precios de dichos productos. Todos los PL asumen, equivocadamente, que los niveles de precios se deben a que “no hay regulación”. El problema, sin embargo, es que hay poca competencia, porque existe un marco legal con defectos de diseño e implementación. Así, por ejemplo, DIGEMID demora innecesariamente los procesos de emisión de registros sanitarios y control de la calidad de los medicamentos (INDECOPI), los consumidores compramos a ciegas lo que nos recetan los médicos porque la publicidad de varios medicamentos está prohibida; el MINSA nos asegura que los genéricos solo se diferencian de los productos de marca en el precio pero sin que medien pruebas de bioequivalencia. Y tal como pasa con las enfermedades, con las políticas públicas un mal diagnóstico también nos lleva a aplicar una mala receta. El controlar precios no hará más que perjudicar a los consumidores. Particularmente en el caso de productos sensibles (como es el caso de las medicinas), los reguladores suelen fijar precios demasiados bajos por razones populistas. Esto genera escasez, pues agrava el problema de falta de competencia. Genera precios más altos (para los pocos que pueden encontrar el producto en cuestión), genera mercados negros y reducción de la calidad.
La mejor receta para reducir los precios es promover la competencia. En el caso peruano, consideramos que puede ser particularmente importante promover el ingreso de genéricos bioequivalentes. En Estados Unidos, por ejemplo, donde todos los genéricos son bioequivalentes, hacia 2009 estos medicamentos ya representaban 89% del mercado de medicinas no protegidas por patentes.
El ahorro derivado de su consumo ascendió en el 2008 a US$ 121, 000 millones. En países como Chile y Colombia el uso de genéricos llega a 40%. En Perú, sin embargo, llegamos a tan sólo el 17% del mercado.
Esto sería mejor que aplicar una receta que ya hemos probado antes, y sabemos que no funciona.
Publicado en Gestión, 30 de enero de 2014