Expreso, 2 de Marzo de 2017
Desde que en las elecciones nos dijeron que PPK nos garantizaba un gobierno de lujo, algunos nos dedicamos a mirar su entorno y, enfrentando a muchos que se entusiasmaron con la oferta pero sin efectuar análisis de viabilidad, llegamos a la conclusión que, de salir elegido presidente, tal como ocurrió, tendríamos en el gobierno no a una manada de ovejas sino a una jaula de gatos que iban a moverse a arañazos.
Los hechos posteriores nos van dando, lamentablemente, la razón. El presidente no tiene ascendencia alguna sobre su bancada en el Congreso. No es visible su liderazgo ni sobre sus ministros ni con el pueblo peruano en general porque cada quien parece andar su cuenta sin ninguna política de Estado en desarrollo.
Las marchas y contramarchas del Ejecutivo respecto a los grandes proyectos de inversión desconcierta a todos, con una economía que cada día se torna más frágil porque disminuye el trabajo y los precios siguen creciendo, especialmente en alimentos.
Los desastres naturales han sobrepasado la capacidad de respuesta del gobierno y la gente afectada no siente ni a su presidente, ni a sus ministros y, muchas veces, ni a sus gobernadores o alcaldes porque hay un peloteo entre las autoridades respecto a responsabilidades de cada quien, mientras la población sufre la destrucción de sus viviendas, sus calles, sus pueblos y demás etcéteras.
Por su parte la oposición tampoco muestra demasiada consistencia política en torno a soluciones legislativas que minimicen en algo el dejar hacer y dejar pasar en el que ha caído el Ejecutivo. No puede ser que nuestra política, por más corrupción que exista, se dedique a denunciar y a investigar cuando eso le corresponde a la Fiscalía y al Poder Judicial a quienes les debería fiscalizar y exigir resultados concretos porque los procesos ya parecen historias sin fin.
Sin embargo, al dictarse la medida de prisión preventiva contra el ex presidente Toledo, parecería que se ha producido una parálisis inexplicable en el gobierno para movilizar a toda su estructura para ubicar y agotar los medios para ponerlo a disposición de la justicia.
Lo más lamentable y que produce no solo cólera sino desazón, es que la defensa de Alejandro Toledo, siguiendo la amenaza inicial de la esposa de éste, ha diseñado una estrategia para involucrar en el proceso al presidente PPK y a su Primer Ministro el señor Zavala poniendo en serio riesgo nuestra estabilidad política.