Soy educadora, coach y maratonista. He sido campeona nacional de kitesurf en el 2003 y en marzo del 2008 crucé, en kitesurf, desde Cabo San Román, Venezuela, hasta Fishermans Hut, Aruba. Fue una distancia de 60 kilómetros, con olas que alcanzaban tres metros de altura. Lo logré en 3 horas y 5 minutos. Desde el 2007 estoy casada con Leopoldo López. Tenemos dos hijos: Manuela, de 5 años, y Leopoldo Santiago, que nació el año pasado.
Lilian Tintori se ha convertido en un nuevo rostro de la oposición venezolana en su lucha contra el régimen de Nicolás Maduro.
— ¿Hasta cuándo piensan mantener las protestas?
Yo no descansaré ni un minuto hasta que Leopoldo esté libre. Nosotros no estamos pidiendo nada que ellos no nos puedan dar. Pedimos justicia. Leopoldo es inocente de todo lo que lo acusan, Leopoldo es un líder responsable que ha llamado a manifestaciones pacíficas. No hay ningún tipo de acusación real. Se lo está atacando una vez más, no es la primera vez. Tiene años luchando por una mejor Venezuela.
— Él fue inhabilitado para ocupar cargos públicos hasta este año.
En el 2008 Leopoldo fue inhabilitado, a él no lo dejaron ejercer ningún cargo público. Eso fue estar preso en libertad, eso lo hizo el presidente [Hugo] Chávez. Desde entonces, e incluso antes, lo han venido atacando y él siempre se ha presentado a la justicia. Fuimos a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y ganamos el caso, pero el gobierno no lo dejó lanzarse para presidente. Apoyamos entonces a Henrique Capriles. Este es un ataque más contra el liderazgo de Leopoldo López. Leopoldo está en la cárcel y así como él dijo que si su encarcelamiento hace que Venezuela despierte, bien valdrá la pena su arresto.
— ¿Cómo son las condiciones del encarcelamiento? ¿Cómo está él?
Tiene visitas estrictamente familiares, está aislado en una celda de dos por dos metros, con un baño pequeño, ningún tipo de comunicación, no tiene radio, televisión, nada. Su única conexión con el mundo es cuando yo lo visito y le cuento con mucha preocupación lo que está pasando en Venezuela. Él ha mandado sus mensajes a través de mí y están montados en su cuenta de Twitter. Yo manejo su cuenta.
— En el ámbito familiar, ¿cómo ha sido esta semana sin él en el hogar?
Han sido días muy duros, estoy llena de impotencia, y no me cabe la menor duda de que estamos en dictadura. Yo, como mujer, como mamá, mi familia está ahorita separada. Yo estoy dedicando este sacrificio a Dios, a todas las madres de Venezuela y a todas las familias que se sienten igual, reprimidas, sin comida, sin ser atendidas, sin que se haga justicia por las personas que han perdido a sus familiares injustamente, por la represión de la Guardia Nacional [policía]. No se puede tapar el sol con un dedo. Nosotros tenemos un apoyo muy grande en los medios internacionales, y los medios nacionales tienen una presión muy grande del gobierno y solo muestran un lado. Por otro lado están las redes sociales, fotografías de quienes están agrediendo. Nosotros no estamos del lado de la violencia.
— Se habla mucho de las diferentes posturas que hay en la oposición.
La Mesa de la Unidad Democrática [coalición opositora] muestra a una oposición muy preocupada por la situación actual. Están de acuerdo en la propuesta pacífica, no queremos violencia. La manifestación que se hizo el 22 de febrero fue en apoyo a Leopoldo López, para exigir su liberación, para llamar a la gente a seguir en las calles porque hay un descontento nacional. Esto no es solo la lucha de Leopoldo López, ni de mi persona como familia, esto es una lucha de los venezolanos.
— ¿Qué puede hacer la comunidad internacional?
Creo que toda la lupa y la vista internacional están puestas en nosotros y yo les pido que sigan así. No nos abandonen, no caigan en lo que dice el gobierno, hay que ir más allá y darse cuenta de por qué amenazan a los medios de comunicación, por qué sacaron a NTN24 [canal colombiano que transmitió las primeras protestas estudiantiles] de la plataforma del cable, por qué a CNN en español le quitaron las credenciales.
— ¿Qué opina de las muertes? Han fallecido manifestantes de oposición y del gobierno.
De nuestro lado no hay violencia, no hay armas. Los únicos que tienen armas son el gobierno y los grupos armados de los colectivos.
— Pero el gobierno dice que ustedes son los culpables de la violencia.
Que busquen las pruebas, no hay ninguna prueba que diga que nosotros somos los violentos. Nosotros llamamos a la protesta pacífica. El gobierno tiene miedo porque son demasiadas las personas que estamos descontentas y somos demasiadas las personas que vamos a seguir en la calle. Y eso no lo pueden controlar ni las armas, ni el gobierno, ni la fuerza nacional.
Publicado en El Comercio, 26 de febrero de 2014