El Comercio, 1 de julio de 2016
El obstruccionismo o la confrontación de poderes han sido descartados por Fuerza Popular, y parece poco probable que se den
Es importante que el núcleo de Peruanos por el Kambio se proponga la máxima ambición en cuanto a reformas en el pedido de facultades legislativas que enviará al Congreso y en los proyectos de modificación constitucional que formule. No puede prevalecer el pensamiento de que hay que esperar las condiciones o el clima político propicios para aprobar las reformas más sensibles, porque nunca habrá mejor clima que el de los primeros meses de gobierno. Es ahora o nunca.
Por supuesto, ese nivel de ambición tiene que ser concertado con Fuerza Popular antes del inicio del nuevo Congreso, porque nada prosperará si no se cuenta con mayoría parlamentaria. Y, si ambas agrupaciones anteponen realmente los intereses del Perú y la urgencia vital de saltar a otro nivel de competitividad y de institucionalidad, pues estarán de acuerdo en proponer el máximo nivel de reformas posible.
Porque el país no puede desperdiciar la oportunidad única que se le ha presentado de contar con una amplia mayoría congresal favorable a los cambios necesarios. El problema es que las heridas de la batalla electoral o el cálculo político electoral pueden llevar a un aprovechamiento mínimo de esa ventaja histórica.
El obstruccionismo o la confrontación de poderes han sido descartados por Fuerza Popular, y parece poco probable que se den. Pero malo sería también que la dinámica entre ambos poderes se limite a discusiones caso por caso, o proyecto de ley por proyecto de ley, sin un acuerdo general previo que permita potenciar la cantidad y calidad de las reformas que deben aprobarse dentro de una secuencia dada.
El reclamo de la máxima ambición va por eso, también, a Fuerza Popular, a fin de que acepte avenirse a las conversaciones y a delegar facultades para materias que vayan al fondo de las cosas en los temas más difíciles. También debería ser más ambiciosa en sus propios temas. Ha adelantado, por ejemplo, que hará propuestas en reforma electoral. Bien. Pero hay que ir más allá, a la reforma política integral, porque de lo que se trata es de reconstruir un sistema de partidos que no tenemos y avanzar hacia una democracia funcional. Ese sería el mejor aporte que puede hacer el fujimorismo como prueba de su compromiso con la construcción institucional del país. Y esas también son reformas que deben hacerse durante el primer año de gestión.
En el tema laboral, pensemos en la gran mayoría de peruanos desprovistos de derechos laborales debido a una legislación excluyente que impide que el empleo formal y los salarios aumenten. Por supuesto, se trata de organizar el diálogo a fondo en estos temas para sincerar la verdad de las cosas.
Pues no se trata de llegar al poder solo para calcular qué no hacer para regresar a él en cinco años, sino para ejercerlo, para cambiar el país.