Danilo Arbilla, Ex presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa
El Comercio, 19 de octubre de 2017
Mientras en Venezuela se realizaron comicios sin observadores y con olor a fraude, Argentina se dirige hacia una elección legislativa limpia y decisiva.
¿Usted le confiaría sus ahorros a Tibisay Lucena Ramírez? Yo no. Ni mis ahorros, ni el cuidado de mis hijos y ni mucho menos; ¡qué va!, ni le prestaría mi auto.
Tibisay, para quienes no lo tienen claro, es desde hace once años presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, el que integra, además, desde 1999. Es la que, desde hace 18 años, cuenta los votos en Venezuela. Así son las cosas: una larga experiencia como se ve. Fue la que contó los votos de la Constituyente última y los de la elección de Nicolás Maduro y prácticamente los de todas las elecciones que viene ganando el chavismo en Venezuela desde hace 19 años.
También fue la que dio los resultados de las elecciones regionales del pasado domingo 15. Era lo esperado. No se explica que haya quien se sorprenda y diga que no fueron transparentes o que hubo fraude. En eso se está, desde hace mucho. No puede ser que se hayan equivocado todas las encuestas: le daban 13 estados a la oposición y solo obtuvieron 5. Huele feo, ¿no? No pasa lo mismo con las elecciones legislativas que se celebrarán en la Argentina este domingo 22. Estas cumplen con todas las garantías.
No hay riesgo de fraude, no obstante algunas tonterías dichas por la candidata a senadora por Buenos Aires, Cristina Fernández de Kirchner (CFK). Son producto de su desesperación, indican. Si pierde, no le va a ir muy bien. La justicia ha pedido la prisión por fraude a Julio de Vido, quien fuera ministro en su mandato y en el de su esposo Néstor. Fue uno de los hombres más importantes del kirchnerismo y se presume que CFK está involucrada con él. Se anuncia, paralelamente, que Luis D’Elía iría a prisión por el caso del atentado a la mutual israelita (AMIA), en el cual CFK estaría aun más involucrada.
Elecciones y ¿elecciones? Mientras en Venezuela se realizaron comicios sin observadores y con olor a fraude, Argentina se dirige hacia una elección legislativa limpia y decisiva. Sergio Massa, que disputa con CFK los votos del peronismo, dijo hace unas horas en clara alusión a su correligionaria, “nosotros no pedimos los votos para defendernos de los jueces”. Puede que también Massa hable por desesperación: va bastante atrás en las encuestas, pero es una verdad admitida que Cristina necesita ganar la banca al Senado por Buenos Aires, para ya, con “fueros” y buen respaldo popular, moverse más cómoda en los tribunales judiciales. Ahora, si por esas cosas CFK obtuviera la mayoría, ella no solo se alejaría bastante de los calabozos, sino que quien pasaría a estar en una posición mucho más incomoda sería el presidente Mauricio Macri. El mandatario también se la juega en estas legislativas.
Si no gana en Buenos Aires donde está el 40% del electorado, le va a ser muy difícil gobernar en sus últimos dos años. Sus aspiraciones para ser reelegido perderían sustento además. Las legislativas marcarán un antes y un después, sin dudas. La expectativa es grande por ello. Las encuestas dicen que Macri tiene una imagen favorable en Buenos Aires: 44% a favor; 35,8% en contra. El 18,4% califi ca su gestión de regular. En el resto del país le va mucho mejor: 56,7% de apoyo.
La alegría no es tanta con respecto a su candidato a senador, Esteban Bullrich, quien pelea contra CFK en Buenos Aires. Está arriba pero solo con 3 puntos de diferencia: 39,4% contra 36,2%. Massa, otro en carrera, logra solo el apoyo del 11,2%. Un dato: el Frente de Izquierdas consigue un magro 2,4%. Eso es lo que dicen, más o menos, las encuestas. Veremos el domingo por la noche o el lunes 23 por la mañana lo que dijeron las urnas.