Corrupción, es probablemente el concepto más presente en las conversaciones cotidianas, en el mensaje de los políticos y es la preocupación permanente de los empresarios y la población en general.
Este tema tiene múltiples aristas que cubrir y analizar, tales como:
- Los actores: pues se repite que, “no hay corrompido sin corrupto”
- Los factores culturales: la forma como la corrupción se ha impregnado en la sociedad, haciendo que se vuelva extremadamente tolerante a la corrupción, empezando por las “pequeñas” faltas.
- Paradigmas sociales: que permiten presumir que, la pobreza es una muy buena razón para no cumplir las normas de conducta.
- La cultura del “achoramiento”: que hace consentir al que infringe las normas que, “él tiene derecho a incumplir las normas” porque de lo contrario pasaría a ser una víctima de los demás.
- El continuo debilitamiento de la familia: como núcleo básico de la sociedad, donde se transmite e inculca los valores morales y éticos. Hay incluso quienes trasladan esta tarea y responsabilidad a los profesores en los colegios. Ciertamente, en adición a la obligación de instruir, los profesores deben reforzar los valores morales y éticos, pero la esencia viene de casa.
- Normas legales y servidores públicos: que, viven en un “ecosistema de la corrupción”, pues de un lado se crean procedimientos o trámites cada vez más engorrosos y por otro lado se crean multas de gran magnitud que no justifican, pero incrementan la propensión a la coima, aumentando la tolerancia a la misma.
- Gente de negocios: algunos “informales” (ojo al eufemismo para no aceptar de plano la corrupción implícita permanente), otros “empresarios” que si bien han constituido empresa, no cumplen estrictamente las reglas ni cierran el paso a la corrupción y finalmente EMPRESARIOS que asumen todas las reglas, asumen auto-regulación y aplican normas de cumplimiento, cuentan con Oficial de Cumplimiento y pueden demostrar que hacen TODO LO QUE ESTÁ A SU ALCANCE para evitar actos de corrupción por parte de los funcionarios de su organización.
- Finalmente, los políticos: y los partidos políticos que se organizan para llegar al poder y gobernar nuestra sociedad. Desde luego, debemos también distinguir entre aquellos partidos que reclutan a sus miembros, los instruyen en la doctrina política del partido y hacen vida partidaria. Estos forjan el conocimiento de las personas miembros del partido, su origen, educación y valores, al punto que el partido pueda garantizar las calidades de sus partidarios, en especial de aquellos que se puedan convertir en candidatos y posibles gobernantes o congresistas.
Ante los recientes eventos de mega-corrupción originados por los partidos de izquierda, liderados por el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil que, pretendía, a partir de los tremendos recursos económicos de las más grandes empresas estatales (Petrobras o grandes empresas constructoras “aliadas” del PT) extender su “proyecto político” corrupto, a todos los países que resulten geopolíticamente de su interés.
En medio de este “zafarrancho” de corrupción y señalamiento de “los corruptos”, en típico ejercicio de búsqueda de los culpables, el sector político promovió la aplicación de legislación pensada para aplicar al empresariado y que contempla la “Responsabilidad Penal de la Persona Jurídica”. Sabemos que quien comete los delitos son los individuos, pero la persona jurídica tiene la obligación y responsabilidad de cuidarse y controlar que sus funcionarios no cometan actos de corrupción. Por esta norma, la persona jurídica se obliga a demostrar que; no sólo cuenta con los códigos de conducta, fija las reglas de cumplimiento, capacita a su personal sobre el tema y denuncia a aquellos que incurran en actos de corrupción. Lo más importante es que la empresa se expone incluso a su liquidación, en caso de ser encontrada en falta e incapaz de demostrar que hizo todo lo necesario para evitar tal acto de corrupción.
Lo notable aquí es que, si bien los partidos políticos son personas jurídicas, no se incluyen específicamente en la aplicación de estas reglas de responsabilidad y exposición a ser liquidados y desaparecidos como partido político y eliminado su inscripción en los registros electorales, por actos de corrupción similares.
Sería muy importante que estas reglas les sean aplicables, pues es la única forma de obligarlos a seleccionar a sus afiliados, especialmente a quienes aspiran un rol de dirigente o ser candidato a posiciones elegidas en el Estado, a cuidar el origen y destino de sus recursos financieros y protegerse del lavado de activos.
Resulta pues absolutamente contradictorio que estas normas de control, cumplimiento y responsabilidad penal de la persona jurídica, no se apliquen a las organizaciones políticas. ¡Corrijamos de inmediato! Lampadia
Carlos Gálvez Pinillos
Para Lampadia