“En 15 años vamos a superar a Chile en producción de cobre”, escucho decir últimamente con relativa frecuencia. Es una demostración más de pensamiento ilusorio (‘wishful thinking’) que, como es usual, busca ocultar con metas muy lejanas en el tiempo (por cuyo incumplimiento algún otro gobierno tendrá que responder) lo poco que se viene avanzando hoy y, para no perder la costumbre, exaltando de paso la rivalidad con el vecino del sur.
No se me malentienda: me encantaría que eso suceda, pero lo veo muy difícil. Y no es que nos falte el potencial. El Perú tiene mucho a su favor: una geología largamente subexplorada, mejores leyes de mineral, un ‘cash cost’ promedio de los más bajos del mundo y disponibilidad de energía mucho más barata. Pero a la vez, es un país donde lograr que se apruebe un estudio de impacto ambiental es una agonía (ojalá mejore esto con las medidas recientes) y donde hay movimientos políticos que buscan encumbrarse a partir de su capacidad de detener proyectos mineros (y de que otros se los permitan).
Pisemos tierra: Chile está lejísimos, y la brecha no es solo de producción. Nosotros no nos ponemos de acuerdo sobre la importancia de la minería, mientras que ellos ni lo dudan y, más bien, discuten cómo invertir la riqueza generada por esta actividad para darle sostenibilidad. Nosotros creemos que las inversiones llegarán solas, mientras que ellos legislan sin complejos para promoverlas. Su tributación minera es largamente superior, mientras que acá pasamos del aporte voluntario al impuesto a las sobreganancias y nos resistimos a admitir que el canon minero fue un experimento mal planteado que fracasó.
Chile tiene un centro de excelencia con CSIRO, la agencia de ciencias australiana que es una de las más importantes del mundo, para hacer investigación conjunta en temas mineros. También convenios con el Instituto de Minería Sustentable y la Escuela de Ingeniería Mecánica y Minera de la Universidad de Queensland, líder en estos campos. Sobre todo, ha desarrollado una pujante industria de contratistas mineros que lejos de abastecer solo a su industria, buscan ser referentes globales. ¿Y acá qué estamos haciendo?